Capítulo 177 Lo que ocurre en la playa… (7)
Tiempo aproximado de lectura: 63 minutos.
El patrón
—Santos.
Por fin, después de dos llamadas perdidas, contesta; escueto como siempre.
—Buenos días, soy Carmen Rojas. — No dice nada; espero un tiempo prudencial e insisto—. ¿Sabe quién soy?
—La… invitada de Don Gerardo.
—Llamo para despedirme, volvemos a casa pasado mañana; quería… verá, he pensado hacerle un regalo de despedida.
—No es necesario, señora.
—Se ha portado muy bien con nosotros, ha sido muy atento; permítame corresponder.
—Está bien, como quiera.
—Supongo que conoce la Villa donde nos alojamos.
—Torre Alta.
—Eso es. Mi marido no podrá despedirse pero le agradece igualmente sus atenciones. ¿Sobre las seis le parece bien?
—A esa hora llego a puerto, necesito pasar por casa para asearme, mejor a las ocho.
—Demasiado tarde; puede ducharse aquí, si quiere, ¿de acuerdo?
—Como usted diga.
—Entonces, a las seis. —dice Mario algo confuso, ha escuchado la conversación y es de la misma opinión: trata de mantenerme a raya—. Me iré antes, por si acaso se adelanta.
—Sí, será mejor.
—Avísame cuando pueda volver.
—Claro.
—¿Estás segura? Qué cosas digo, quién va a hacerte dudar cuando te has empeñado en algo.
—Va a funcionar, estoy convencida. En cualquier caso, aparte de esta estrategia hay otra: quiero ahondar en la figura del empleado fiel que ni ve, ni oye, ni habla. Ya lo sé, el método parece poco sensato, pero la única forma que encuentro para hallar las causas es esta: explorar, adentrarme en la oscuridad.
—Procura no obsesionarte con eso.
—Además, para qué lo voy a negar: Santos me pone como una burra, no quiero irme sin terminar lo que dejamos pendiente en el yate. ¿Te importa?
—Me importas tú. Cuentas con mi apoyo, lo sabes de sobra.
A las seis en punto estoy lista, en realidad lo estoy mucho antes, desde que consigo echar a Mario; a última hora se resistía a perderse el prólogo del encuentro con el patrón. Llevo excitada desde que decidí aguantar con las mismas bragas todo el día, Mario se conforma con una mamada de despedida durante la siesta, como si eso fuera un premio menor. En cuanto se marcha me cambio, aparto la braga en un cajón, elijo una de bikini, un short y una camiseta ajustada por encima del ombligo.
Mi conejillo de Indias llega a la hora exacta.
—Pase; es usted puntual, una cualidad poco frecuente.
—Estoy acostumbrado a medir el tiempo.
Me sigue un poco rezagado, aprovecho y contoneo las caderas más de lo necesario. Le ofrezco algo de beber para romper el hielo, navega en un océano desconocido y se lo quiero poner fácil.
—Saphire, es mi preferida para combinar. —añado en respuesta a la mirada de desagrado que he visto.
—Porque no ha probado una ginebra auténtica. ¿Ron?
—Barceló añejo. —Sube las cejas con la impertinencia a flor de piel—. Qué, ¿le parece un juego de niños?
—¿Eso es lo que toma su marido?
—Es lo que había en la casa. Mi marido suele tomar Bourbon, ¿le apetece?
—Barceló con Coca está bien, gracias.
Primer round de tanteo. Sirvo las bebidas bajo su atenta mirada y brindamos con un choque de vasos.
—Yo sí probaría una ginebra… auténtica, ¿es muy fuerte?
—No la aguantaría.
—No me conoce.
El duelo queda en tablas. Volvemos al jardín, charlamos bajo la pérgola de cosas intrascendentes a sabiendas de que estamos dando rodeos, apuramos la copa; es el tiempo de mirarme a fondo como hacía en el barco cuando estaba desnuda. Si ahora lanza un gancho de derecha, me tumba.
—¿Va a ducharse?
Duda, le incomoda que una mujer tome la iniciativa.
—No somos unos extraños —insisto—, hemos compartido aventuras, un barco da una intimidad que no se alcanza en tierra con tanta facilidad.
Bebe, me mira y calla.
—¿Ha leído “Acali, la balsa del sexo”?
—Los libros y yo nos llevamos mal.
—Éste le gustaría, lo escribió Santiago Genovés, un antropólogo; es el relato de la travesía desde las Canarias al Golfo de México en una balsa idéntica a las que pudieron cruzar el Atlántico mucho antes del viaje de Colón, quería probar que era posible y, como buen antropólogo, quiso experimentar el efecto del aislamiento en las relaciones humanas de un grupo reducido. El poder, la jerarquía, la ambición, el sexo; todas las reacciones primarias fueron puestas a prueba en una travesía en la que los recursos era limitados, entre ellos el sexo. Tenga en cuenta que sucedió en el setenta y tres, cuando la liberación de la mujer estaba en pañales.
—He vivido situaciones de aislamiento en el mar, no es tan drástico como lo describe.
—Con los medios de hoy en día tal vez. Estamos hablando de hace treinta años. Lea el libro, se lo recomiendo.
—Lo haré.
Me abstraigo contemplando la superficie de la piscina en calma. El sol de la tarde se filtra a través de las hojas de los árboles y crea un juego de luces y sombras sobre el agua. Estoy en paz, relajada, dejando que la suave brisa me acaricie el rostro. Apoyo la cadera y el hombro en uno de los travesaños de la pérgola, alivio un picor en el empeine frotándolo con la mollita y los dedos del otro pie. Desde el butacón me examina más contenido que a bordo, yo le dejo mirar más serena que entonces, finjo estar atenta a otra cosa y él se pasea a gusto por mi cuerpo.
—¿Esa ducha?
—Vamos a ello.
La piscina
Le acompaño a uno de los baños de la planta baja. Vuelvo a la terraza; el short y la camiseta aterrizan en una tumbona e inicio una corta carrera hacia la piscina, me sumerjo y nado unos metros, de un impulso quedo flotando con la vista perdida en el cielo y los brazos extendidos, las nubes avanzan lentamente, mi cuerpo se desplaza en el agua sintiendo el sol en la piel y el agua fresca bañando mi cuerpo. El cloro irrita ligeramente mis ojos.
Pero mi mente no está en la tranquilidad del momento presente. Estoy expectante por la reacción que tendrá al encontrarme en top less y con una braguita que la humedad vuelve traslúcida. Además, me encuentro atrapada en un remolino de pensamientos tumultuosos. Cierro los ojos y me dejo llevar por el sonido del agua y el viento, es como si flotara en el vacío, sin preocupaciones ni responsabilidades. Por un momento, puedo olvidarme de todo y simplemente ser.
Sigo flotando, dejando que el agua me envuelva por completo. Me gusta la sensación de tener los oídos sumergidos, como si estuviera en un mundo aparte, aislada de todo lo demás. Siento el pulso de mi corazón latiendo en mi pecho; estoy viva, estoy aquí y le espero.
Abro los ojos, la luz del sol se ha atenuado. Le veo venir andando con calma, parándose a mirar con interés algún árbol. Se detiene a unos pasos del borde. La braguita apenas cubre lo justo y el agua la adhiere como una segunda piel; si le altera verme, no lo demuestra.
—¿Quiere un bañador? —Por un instante creo que va a rechazar la oferta. La tentación gana la partida.
—Si me dice donde...
Recupero la verticalidad, nado a la escalerilla y salgo. El sol me da directamente en la cara, haciéndome entrecerrar los ojos. Paso por su lado escurriéndome el pelo, le pido perdón por salpicarle, me envuelvo en una toalla, me seco lo imprescindible y se la ofrezco para que la deje en una silla; entro seguida de cerca, es excitante tenerlo pegado, puedo sentir el deseo del macho. La prudencia lo frena en el salón; subo sola a coger un maldito bañador. Veo mi reflejo en la luna del armario: el pequeño delta blanco que perfila el pubis realza el tono tostado de mi piel, resisto la intención de despegarlo; fuerzo una contorsión para poder verme de espaldas; la prenda desnuda, más que viste, mi culo. ¿Cómo ha sido capaz de contenerse? Muy bien, si quiere una guerra de desgaste estoy dispuesta a librarla.
Bajo las escaleras con un par de ojos clavados en mi sexo, agito el bañador para captar su atención.
—Tome, puede cambiarse ahí, al fondo.
Le espero nadando; llega, se lanza con buen estilo, cruza la piscina varias veces hasta recalar a mi lado. Sus ojos me devoran los pechos.
—Si Don Gerardo se entera de esto…
—No ha pasado nada, pero por si acaso…
—¿Por si acaso? —interrumpe con ironía mi frase. Sé a dónde quiere ir a parar.
—Por si acaso alguien le ha visto venir, diremos que le hicimos un obsequio de despedida por sus atenciones, lo cual es cierto.
—¿Siempre lo tiene todo calculado?
—Procuro tenerlo.
Tomo impulso, nado hasta la otra esquina bañada por el sol del atardecer; le veo venir braceando despacio; hablamos del mar, descubro cicatrices sobre las que no quiero preguntar. Salimos, seguimos hablando, conozco al chiquillo hijo de pescador, huérfano temprano a cargo de la madre y tres hermanas. Me presenta al marino enrolado en un barco pesquero vuelto de la muerte en una brutal tormenta, solo regresaron cinco. Habla del marido abandonado por una esposa que no pudo más y no merece ni un solo reproche.
Se queda mirándome en silencio; lo ha contado todo y yo, nada.
—Aún no te he dado tu regalo. —digo, invadiendo el tuteo. Me levanto, le ofrezco la mano. No es la primera vez que estoy casi desnuda con él, aunque el lugar lo cambia todo. Entramos cogidos de la mano. Esto va muy rápido, demasiado, le suelto y al pie de la escalera me detengo.
—Espera un poco, voy a prepararlo.
Los nervios pueden conmigo. Respiro hondo varías veces; luego, extiendo sobre la cama la lencería usada, me deshago del bikini, busco una bata corta por medio muslo, me esponjo el vello púbico y la melena. La mujer del espejo es una guarra, la mirada es la de una guarra, y se toca las tetas como una auténtica guarra. Cómo me gusta. Está muy buena, tiene carácter, es la mujer que deseo ser y la pienso seguir haga lo que haga, sin poner una pega. Cruzo la bata, cierro el cinturón sin fuerza y aflojo el escote.
Desde la puerta, le llamo.
—Ya puedes subir.
Vuelvo a la alcoba; sabrá encontrar el camino. Poco después entra, recorre la estancia de un vistazo y termina en la cama.
—¿Y esto?
—Es parte de tu regalo. La he usado todo el día, quiero dártela de recuerdo.
—¿Y tu marido?
—Mi marido, mi marido. Lo he dejado a dos velas para que no te encuentres ninguna sorpresa indeseada.
Me sujeta por los hombros rozando el límite de la violencia, se acabaron las formalidades, la bata se abre, cae al suelo y yo suspiro dolorosamente.
—Sabía que eras una zorra, pero esto lo supera todo.
Me atenaza la garganta con una mano, me avasalla haciéndome retroceder dando traspiés hasta golpear con la pared. «La dejaré como si no le hubiera hecho nada», dijo. Tal como aparece, el temor se va de un plumazo por el arrebato de placer que sobreviene imparable.
—Te lo advierto, no voy a andar con carantoñas.
…..
Bruto, un auténtico animal. Tengo el coño ardiendo, la barba de tres o cuatro días lo dejó en carne viva. Y el cuello; debo de tenerlo irritado. Da igual, ha hecho conmigo lo que ha querido, he sido un juguete en sus manos y si al principio intenté competir enseguida lo entendí: esta vez el control estaba fuera de mi alcance. Usada, follada, manoseada; he caído en poder de un ser infrahumano. Ha sido después de metérmela sin ningún preámbulo, una herramienta corta y gruesa, muy gruesa; llega al punto justo para elevarme al cielo, para qué penetrar más si el nirvana se alcanza en las distancias medias. Qué bestia, qué mala bestia; no dio opción, se colocó detrás y empezó a percutir. La sensación era nueva, distinta a cualquier otra; tumbado sobre mi espalda, apuntalado en nudillos y pies, movía la cintura como un pistón al máximo de revoluciones, todo eso lo sé porque pude verlo reflejado en la luna del armario: yo, a cuatro patas; él, montado en un equilibrio que pocos hombres habrían aguantado sobre pies y manos, taladrando a todo gas. Mi hembra de labrador, pobrecita, vivió momentos parecidos cuando la cruzamos; qué cosas me vienen a la cabeza. Cabrón, hijo de puta; le he llamado todo lo malo que salió por mi boca, porque me estaba matando. No he llorado, las lágrimas se han hecho insultos, se han dibujado en sangre con surcos afilados, le he marcado el brazo con uñas y dientes. Cabrón, hijo de puta, qué me haces.
—Eres una auténtica fiera. —dice mientras le curo una herida más profunda que las demás.
—Lo siento.
—No lo sientas, cada cicatriz tiene una historia, cuando la toque te recordaré.
—¿Y esta? —Acaricio un costurón abultado en el pecho.
—Un error de juventud, la inexperiencia casi me cuesta la vida. Un anzuelo.
No insisto, continúo limpiándole las secuelas de la batalla.
…..
—¿Dónde vas?
—Tengo sed. ¿Quieres algo?
Me mira de arriba abajo como hacía en el barco, en silencio, con calma. No mira a la cara, se ceba en los pechos, en el vientre o el pubis y vuelta a empezar. Estoy de rodillas sobre la cama y aguanto el tipo; pechos, vientre, pubis. Soy eso: unas tetas y una vulva. Me gustaba cuando lo hacía en cubierta a pleno sol, sin venir a cuento, interrumpiendo una conversación o dejando por responder una pregunta; recorría mi cuerpo con total desfachatez y yo se lo permitía porque vibraba pensando si se atrevería a ir más allá, si sería capaz de tocarme; se lo permitía imaginando lo que pensaría de mí, como estoy haciendo ahora, de rodillas sobre la cama, siendo el foco de su mirada. Qué estará pensando.
Mete la mano entre mis piernas, recoge el coño con la palma, es su trofeo; tantea con el anular y el corazón buscando hueco, lo tiene fácil entre tanta humedad, se cuelan sin encontrar resistencia; estoy llena y me balanceo prendida en el gancho.
—¿Nunca dices no?
—A veces. ¿Quieres seguir o puedo ir a beber?
Arrastra los dedos por el surco; dedos ásperos, dedos gruesos. Podría desfallecer.
—Tráeme agua
Ni por favor ni hostias. El cacho de carne con tetas y vulva se levanta y regresa con una jarra y dos vasos; todavía los siento dentro. Bebe con calma sin dejar de mirarme, yo bebo frente a él porque me gusta su mirada sucia. Luego, vuelvo a la cama al brazo acogedor, al aroma a sudor y tabaco negro. Me muerde, le amaso los huevos, me repasa las tetas, se la meneo, me espatarro, necesito algo dentro, lo que sea. «Joder, eres incansable». Lo que digas pero dámelo ya. Me mira y no hace nada, lanzo la pelvis pidiendo y no hace nada. Necesito algo dentro; mis dedos, tres, cuatro dedos y froto a conciencia a dos manos. Me mira pero ya no veo, me follo a mí misma, me froto, no paro, tres dedos, a fondo, me froto y reviento.
…..
—¿Tu marido no piensa volver?
—Hasta que le avise.
—La hostia. Y si decido quedarme toda la noche…
—Se buscará la vida.
—Qué bien enseñado lo tienes.
—¿Por qué te importa tanto mi marido? Olvídate, estás conmigo.
—¿Le quieres?
—Con locura.
—Entonces, por qué le haces pasar por esto.
No va a desistir a menos que le siga hasta la raíz de su malestar.
—Te cuesta entenderlo, ¿verdad?, no le estoy causando ningún daño, Mario y yo pasamos juntos por esto, sea lo que sea que crees que es esto.
—Qué va a ser: cuernos; le estás poniendo una cornamenta así de grande. —Me hace gracia, marca la medida separando bien las manos.
—Entonces, según tú, cada vez que se acuesta con una de nuestras amigas, me pone los cuernos. Qué equivocado estás.
—Te lo mereces, no le ha quedado otra opción.
—Conque yo soy la mala y él, la víctima. Ni te planteas que pueda ser al revés.
—Te tengo calada, eres tú quien corta el bacalao; no has parado hasta meterme en tu cama.
—Porque me gustaste desde que te vi en el barco. Se lo dije a Mario: «Me lo tengo que follar como sea».
—¿No te partió la cara?
—¿Le partiste la cara a tu mujer alguna vez?
—Nunca me dio motivos.
—Yo tampoco.
Se incorpora amenazante, retrocedo, da miedo.
—Te la partiría ahora mismo, por golfa.
Nos retamos. Mis ojos dicen, «No te atrevas». Mi cerebro grita, «Hazlo».
—Te vendes a Gerardo, eso tiene un nombre, ¿te lo digo?
—Dímelo, si te pone cachondo. Puta, zorra, furcia, ramera; elige.
—No tienes ni gota de vergüenza.
—¿Serviría de algo? Tu jefe te ha puesto al corriente de las condiciones en las que usamos la villa, el deportivo y el yate. Soy una escort, trabajo para su socio de Madrid, una escort muy cotizada, tremendamente cara; se encaprichó de mí hasta lanzar una oferta desorbitada. Eso nada tiene que ver con que mi marido y yo estemos muy enamorados y tomásemos conjuntamente la decisión de aceptar la propuesta, porque si no hubiésemos estado de acuerdo la habría rechazado sin pestañear. Mira, Santos, no hago esto por dinero, tengo una profesión en la que soy muy respetada.
—Si no lo haces por dinero…
—Ya hemos hablado suficiente. Comprendo que no nos entiendas; respétanos por lo menos.
Coge la cajetilla pero está vacía. «En el salón», y le digo dónde puede encontrarlo.
—Hablas de amor. —dice desde abajo a voces.
—Basta ya.
Regresa con un cigarrillo encendido, cazo la cajetilla al vuelo. Si ahora se arrodilla entre mis piernas, por mí, se acaba el debate.
—El amor es otra cosa, un hombre y una mujer deciden vivir juntos, compartir su vida, ser fieles. Esto que hacéis vosotros...
—¿Así fue tu matrimonio?
—No tienes ni puta idea; mi mujer se marchó, fue incapaz de aguantar la vida de casada. No se lo reprocho, vivir con un marino supone muchos sacrificios.
—¿Te fue fiel?
—Siempre, hasta el último día; el motivo fue otro. Yo estaba demasiado tiempo fuera, cuando volvía a casa no era el mejor compañero.
—¿Le fuiste fiel?
—La vida en el mar es jodida; llegas a puerto y… En fin, son cosas que no cuentan.
—¿Que no cuentan o que no se cuentan? Las mujeres sabemos leer el rostro de los hombres, aunque no habléis.
—Su deber era quedarse; cuando se casó sabía a lo que se enfrentaba: una casa, unos hijos que no quiso darme.
—¿Lo hablasteis antes de casaros?
—¿Qué cojones había que hablar? Una pareja se casa para formar una familia; no como vosotros.
—Y dale con nosotros. No todas las parejas se casan para tener hijos, ¿sabías si ella quería?
—Qué tontería es esa; le comieron la cabeza, eso pasó. Una pareja se casa para tener hijos, ¿para qué se casan si no?
—Porque están enamorados, porque quieren vivir juntos, hay infinidad de razones. La decisión de tener hijos no afecta por igual a los dos; desde el momento del embarazo para ti no cambia nada, a ella le cambia la vida, pierde gran parte de sus planes, probablemente no los recupere jamás; tú seguirás con tu vida y ella…
—Por eso no has tenido hijos, para poder hacer lo que te sale del coño.
—Qué cómodo; tú, en el mar o en la taberna y ella, pariendo y cambiando pañales.
—Que no se hubiera casado.
No lo voy a convencer, tampoco lo pretendo, Santos es un hombre de ideas arraigadas en un modelo tradicional. Es una buena persona, al menos no le hizo la vida imposible, la dejó marchar.
—¿Por qué sonríes, qué te hace tanta gracia?
—Hablas como mi abuelo: la mujer, en casa, criando hijos y esperando al marido. Resultas tan tierno…
—¿Te estás cachondeando?
—En absoluto. Te entiendo; cosa que tú eres incapaz de hacer.
No hace el esfuerzo por entenderme, se vuelca en lo fácil, en mi cuerpo, acaba el debate y se vuelca en lo fácil, mis pechos, la curva de la cadera, los muslos, el hueco entre el cuello y el hombro. Me apetece, voy a intentar tener el control y si no lo consigo… Qué mierda, dejaré que me use como un cubo donde arrojar lo que le atormenta: traumas, reproches, penas, rabia, soledad; seré su excusa para huir, refugiarse y olvidar como hacen los borrachos.
…..
—Quiero verte, podrías venir a Madrid, te quedarías en casa con nosotros.
—Madrid no es para mí; no tenemos nada en común, lo entenderías en cuanto me vieras fuera de mi lugar. Déjalo aquí, será un buen recuerdo, hazme caso.
—Si vuelvo…
—No volverás, si lo haces será para ver a mi jefe.
—Después de esto, Gerardo no va a querer saber nada de mí. Si vuelvo, querré verte.
—Por qué.
—Me gustas, me gusta lo que me haces, me vuelves loca, ¿te parece poco?
—Y cuando se te pase el capricho, ¿qué?
—Lo habremos disfrutado.
Se queda en silencio, cavilando. Le espero.
—Dentro de uno o dos años, ni siquiera te acordarás de mi nombre.
—Puede ser, ¿acaso te acuerdas de alguna de las mujeres que te ha pasado Gerardo?
—Vístete, voy a enseñarte quién soy, a lo mejor cambias de opinión.
Subo a vestirme sin tener una idea clara de lo que debo ponerme; después de lavarme y maquillarme escojo una falda estampada de vuelo y una blusa con escote abierto y hombros descubiertos.
—Ya estoy lista. —Siento la mirada de desaprobación antes incluso de que termine de darse la vuelta.
—Para ir a pasear con tu marido vas cojonuda. Anda, prueba otra vez.
Vuelvo arriba con la certeza de saber lo que quiere. Me recojo el pelo en un moño alto, cambio todo por un tanga escandaloso, el pantalón corto que no volveré a usar porque apenas quepo dentro y deja media nalga fuera, una camiseta blanca ceñida como un guante y sandalias de medio tacón. Unos aros grandes en las orejas y la gargantilla de eslabones junto con la pulsera en muñeca y tobillo. A última hora cambio los aros de Irene por las barras, no me atrevo a tanto.
—Ahora sí pareces lo que eres. Vámonos. Antes te voy a advertir una cosa: vienes porque quieres; esta noche estás conmigo, con nadie más, ¿está claro?
—Está claro.
—Si te veo tonteando, te cruzo la cara.
—No te voy a avergonzar delante de tu gente.
—No sé como lo aguanta tu marido. A la menor tontería te estampo, está dicho.
La moto no tiene nada que ver con la de Gerardo, quema mal, el olor se mete por la nariz en los semáforos, va por calles intransitables en un pueblo del que solo conozco la parte turística; ha anochecido, el alumbrado público no está pensado para esta parte olvidada. Paramos cerca de un bar cochambroso con unas cuantas mesas en una explanada; en la puerta, un grupo, dos hombres y un par de mujeres, fuman y beben; nuestra llegada ocupa su atención. Santos me coge la mano y tira de mí.
—Ha ido bien la pesca, ¿eh, cabrón? —dice el que está apoyado en la pared sin quitarme ojo de las tetas, un tipo de voz ronca con aspecto de rockero en ruinas, pelo largo, canoso, barba abandonada, ojeras de bebedor y quince kilos de más. Las chicas, cuarentonas, más cuidadas, me miran con envidia, recelo y odio.
—Esta es Carmen, una puta madrileña que ha venido con su marido a pasar las vacaciones en casa de mi jefe mientras se la cepilla.
El corazón pierde el paso. Dos o tres que están dentro, en la barra, se vuelven a mirarme.
—Como se entere… —dice el otro, delgado hasta dibujar los huesos de la cara.
—Eso es cosa mía .
—¿Y está contigo? No jodas. ¿Cuánto cobras, bonita?
Habla una de las harpías que ve invadido su terreno; vaqueros gastados por el uso, camiseta gris con simbología heavy y pechos pequeños apretados por un sujetador rojo. O me impongo ya mismo o me van a comer.
—Sesenta mil, la hora.
—Venga ya.
Santos frena el ataque:
—¿Sabes lo que ha pagado Gerardo por cuatro noches? Díselo.
—Quince días en Torre Alta, más el deportivo y el yate durante toda la estancia.
—¡La hostia!, ya tienes que ser buena. —suelta el rockero.
—Vale su peso en oro. —Estoy asombrada, no esperaba que me valorase tanto.
—¿A éste, cuánto le cobras? —le pregunta el esqueleto a mis pezones, marcados con furia en la camiseta.
—Sí, cuánto —salta la otra víbora—, porque tú no te gastas eso por follar ni de coña.
Le rodeo los hombros con el brazo antes de contestar, se aferra a mi cintura y pasa la mano por la cadera hasta el culo.
—A él se lo he pedido por favor.
Las harpías se miran sorprendidas.
—Joder, te ha tocado la lotería, tío. —Subo la apuesta de la más guerrera:
—No te has enterado, nena; soy yo la que se ha encontrado la suerte de cara.
Me he ganado al rockero. Salva se presenta ofreciéndome la mano, se encarga de traer las bebidas y, como si su aprobación fuera un veredicto, el ambiente pega un giro.
Bebemos, les dejamos a ellos charlando de sus cosas, ellas preguntan por Madrid, por la villa donde resido, quieren saber por qué estoy con Santos, yo me escurro como una anguila; corren los porros, no les encaja del todo mi estilo ni mi forma de hablar. El esqueleto prepara unas rayas en plena calle, en aquel barrio no hay ley, ellas observan pensando que voy a achantarme, yo acepto el envite a riesgo de meterme cualquier basura. Santos hace incursiones cortas para meterme mano, unas veces no lo veo venir, se engancha a mi cintura desde atrás, me soba a conciencia el estómago, moldea las caderas con las dos manos, se envicia con el culo que escapa del short y se va como vino; otras veces llega de frente, interrumpe la charla y me dejo magrear en medio de un morreo, los dedos callosos se mueven ágiles por mi vientre, bucean dentro de la camiseta y la arrastran buscando las tetas, yo me agarro a su culo hasta que corta el juego y vuelve con ellos henchido de vanidad. Marca territorio, sobre todo cuando soy el centro de los comentarios soeces de Salva. Hace ostentación de mí igual que si fuese un objeto de lujo, y yo le sigo el juego. Cuando me abraza la cintura desde atrás y se une a la charla con las chicas alardea, finge escuchar mientras me toca el vientre con la cara pegada a la mía; yo respondo descansando en su pecho, le ofrezco el cuello, echo mano atrás para acariciarle la mejilla y, de paso, pongo fácil el camino a mis tetas. Alardea ante sus amigos y yo hago el papel que corresponde, cómo encender un cigarrillo y llevárselo allí donde están, sé que le halaga verse atendido por una mujer como yo delante de su gente y a mí, ¿qué me cuesta complacerle? Tomamos unas tapas grasientas que en cualquier otro lugar habría rechazado; llegan más colegas y Santos reafirma su posición: Soy una puta de Madrid. Me cuelgo a su cuello bien pegada, dejo claro que no ando con juegos. «Diles cuánto cobras», insisten las harpías convertidas en colegas, yo repito las cifras y le pongo otra medalla: pagaría por estar con él.
….
—No tenías por que hacerlo.
Estoy apoyada en la fachada del tugurio con él abalanzado a milímetros de mi labios. «No me avergüences con mi gente», me advirtió y he cumplido. Creo que está satisfecho conmigo.
—Me joden los fanfarrones y las envidiosas.
Nos comemos la boca, le echo los brazos al cuello, me aplasta las tetas con mano firme hecha para asegurar cabos y mover artesas.
—¿Te gusta el riesgo o es que te fías de mí?
—¿Por qué lo dices?
—Por el tirito que te has metido con dos cojones.
—Ah, eso; las he probado mejores.
—Todavía no sé si eres tan dura como aparentas o estás grillada.
—Si lo descubres, haz el favor de avisarme.
Sonríe, pocas veces le he visto hacerlo; se transforma, se vuelve más humano.
Nos despedimos de madrugada, cada uno a lo suyo; cuando arranca, me agarro a su espalda. La noche no ha terminado.
Cruzamos el barrio de pescadores a medio gas, atravesamos un pequeño pantalán. El barco vivió su mejor época hace años. Ahí es donde vamos a pasar la noche; sin haberlo hablado lo hemos dado por hecho, hoy soy suya, soy su chica.
Una copa a la luz de la luna; la ginebra auténtica abrasa, pero no lo digo. Poco queda por hablar; un último porro, el quejido del barco mecido por el suave oleaje que viene a morir a tierra, unas manos buscan bajo la ropa, un gesto sencillo y la camiseta cae a un lado, los labios buscan mis pechos, mis manos encuentran, abren, se apoderan.
—Eres mío.
…..
Me despierta el olor a aceite caliente. Tengo hambre. La penumbra gris cuenta un amanecer cubierto de nubes. Me desperezo, estoy bien, muy bien. No llamé a Mario, joder. Necesito una ducha.
—Buenos días.
El deseo aflora incontenible. Estoy desnuda, la piel húmeda reacciona a la brisa suave. Santos fríe unos apetitosos huevos, en una fuente hay lonchas de beicon frito, el café humea. Me acerco hasta pegarme a su espalda y le beso en la nuca.
—¡Qué hambre!
—¿Vas a desayunar en pelotas o te vas a vestir?
—Como tú prefieras.
Sonríe, se ha vuelto más dulce. Vuelve al cuidado de los huevos, yo me asomo; el cielo plomizo amenaza lluvia, el viento cálido de tormenta lanza el cabello a la cara; a pesar de todo se está bien “en pelotas”. Entro, me están mirando. Santos sirve los platos y dos tazas de café. Devoro los huevos mojando trozos de beicon y pan, el café es fuerte pero apetece.
—¿Tienes prisa?
—Según para qué.
—Pensaba enseñarte unos sitios a los que no suelo ir con el barco de Gerardo.
—¿Antes o después de follarme?
Volvemos al camarote, tengo ganas, me lanzo al catre de rodillas, clavo los codos, empino el culo. Sé lo que quiero.
—Móntame.
Sube a mi grupa como un animal en celo, expulsa todo el aliento en mi espalda; afianza los pies a ambos lados, los puños a los costados, cabecea el puñal tanteando, yo cimbreo buscándole; enseguida encuentra la entrada, se clava de un golpe seco, chillo como una cerda abierta en canal. Ya está, ya estoy empalada, ya tengo al macho trotando con el rostro pegado a mi espalda, al galope, babeándome el cuello, jadeando a ritmo conmigo, con un pie en el aire meneando la pata encogida dando impulso a la monta, percutiendo hasta hacerme llorar. «Métela, métela», le suplico si la pierdo un segundo; la clava, reanuda el galope, planto un pie en la cama, me sujeto en los puños y planto los dos, en cuclillas me monta, es brutal, es bestial, grito, lloro y me corro otra vez, otra vez, otra y otra.
Y me llena, agarrado a mis ancas me llena, se desborda a golpe de cintura, sin barreras. Confío en la palabra dada a su amo; él no confía en mí, confía en su amo. Me llena, caemos rendidos, sin aire. Después, descansamos; más tarde, la llevo a la boca. Es gorda, pequeña, rechoncha, es potente. La limpio a lengüetazos, la dejo otra vez como un palo y me empeño en sorberla, en hacer que le tiemblen las piernas, si persisto le haré derramarse de nuevo; pero es tarde. Me siento a su lado.
—Voy a lavarme. ¿Me llevas a casa?
Treinta y uno de Agosto, 2001
—¿De dónde vienes?
—Buenos días, cariño, cómo estás, ¿lo has pasado bien? —declama con retintín.
—Buenos días, cariño, ¿de dónde vienes con esa pinta?
—¿Tan mal estoy? —pregunta echándose un vistazo. El aspecto es de lo más vulgar: lleva el short guarro, que le deja la parte inferior de las nalgas al aire y le marca el pubis, y una camiseta blanca en la que los pezones destacan su forma y tonalidad sin demasiado impedimento. Afortunadamente conservó algo de juicio y se quitó los aros, aunque las bolitas de las barras no pasan desapercibidas. Las cadenas en muñeca y tobillo le dan el último toque a la imagen de auténtica zorra de burdel. ¿Se lo digo?
—Para venir de currar en un polígono, estás cojonuda.
—Vaya, ni que os hubierais puesto de acuerdo, eso es que acerté con el look.
—Si te ha visto alguien llegar, vas a dar que hablar…
—No nos van a volver a ver en la vida, ¿qué te importa?
—¿Mereció la pena?
—Sí, claro; Santos es una máquina.
—Ya lo vi, dejaste todo revuelto, la cama hecha un desastre, los bañadores por el suelo, las toallas tiradas en el baño; ¿qué pasó, os entraron las prisas?
—No pensé que fuéramos a salir.
—No importa, ya lo recogí cuando me dio por volver. Podías haber avisado.
—Tienes razón, me acordé esta mañana, lo siento.
—Déjalo, supongo que estabas demasiado ocupada.
—¿Estás enfadado?
Sabe cómo ganarme, solo con el tono de voz que usa me desarma; después, los brazos al cuello, el contacto de su cuerpo y el aliento en mi boca han hecho el resto, si realmente hubiera estado enfadado, ¿quién se acordaría?
—Cómo voy a enfadarme contigo; anda, ven, estarás cansada.
—Estoy hecha polvo. Hazme un café mientras me cambio.
La veo subir la escalera; es tan hermosa que incluso vestida de puta mantiene su elegancia. Le preparo el café y unas galletas de chocolate, sus preferidas, y lo saco al porche, Carmen tarda aún en volver, viene recién duchada, sonríe agradecida al ver el café y se sienta a mi lado. Me resisto a indagar pero puede más el morbo.
—¿A qué hora os marchasteis?
Mastica despacio mirándome, teme que la acribille a preguntas.
—No sé, tarde; habíamos estado hablando sobre su forma de ver las relaciones, porque su mujer le abandonó, ¿sabes?, y de repente me propuso enseñarme su vida para que pudiera entenderle. Estuve en una parte del pueblo que no te imaginarías, un suburbio, conocí a su gente, me presentó como una puta de Madrid que está con su jefe. No pasó nada, tranquilo, supongo que están acostumbrados, aunque para mí fue incómodo; estuvimos en un bar con ellos hasta medianoche o más; menudo bar, tuve que hacer pis de pie porque daba asco sentarse en la taza, luego nos fuimos a su barco; si lo vieras… después de estar en el de Gerardo, fue como pasar del Aston Martin al dos caballos que tenía tu padre en la Sierra.
—Ya supongo.
—Hemos pasado la noche allí.
—¿Qué tal se ha portado?
—Es, cómo te diría, diferente, muy primario, ha sido una experiencia asombrosa.
—Con eso no me dices nada.
Ni lo iba decir, la mirada esquiva dijo más que cualquier excusa; tendría que esperar.
—Ya me contarás, supongo que ahora no te apetece.
—Estoy cansada, cielo.
—Por lo menos habrás conseguido lo que pretendías. ¿No?, ¿qué pasa?
—No me ha servido para profundizar en el enigma de la frase del empleado fiel.
—Ni ve, ni oye, ni habla. Bueno, lo crucial era neutralizar a Gerardo.
—Tienes razón, eso está resuelto.
—¿Y por qué no te veo satisfecha?
—Siento que me he quedado a mitad de camino.
Pierde la mirada en el horizonte y pienso en el rumbo tan difícil que ha tomado su vida.
—Voy a cambiarme.
—Espera.
—Qué quieres.
—Dime una cosa y espero que seas sincera.
—Siempre lo soy, aunque duela.
—Con todo lo que ha sucedido con Gerardo, ¿te has acordado en algún momento de Diego?
—Joder, Mario.
—Yo, sí; ¿por qué crees que lo pregunto, nueve?
Eleva los ojos al cielo dándome por imposible; en realidad actúa para ocultar el efecto de la inesperada alusión al proxeneta que la convirtió en puta de barra de bar, el hombre que la bautizó y marcó, la nueve, y si el instinto no me falla, está destinado a dejar su hierro indeleble en la piel de mi esposa. ¿La agresión sufrida a manos de Gerardo lo ha evocado? Necesito saberlo.
—¿Sinceramente? No. Has sido tú quien lo ha traído; yo sigo intentando entender, y entenderme.
—Por eso lo he mencionado, somos un equipo.
—Diego… No te he dicho cuánto lamenté retirar los últimos restos de henna, fue como…
—Desprenderte de los recuerdos de un difunto.
—Qué bruto eres.
—¿Tengo razón?
—De algún modo.
—Cuando quieras, te lo dibujo.
—No es lo mismo. Vale, cuando quieras. —concede.
—Qué te hizo recordarlo, ¿la bofetada o tu forma de reaccionar?
—¿Tenemos que hablar de eso? —reacciona crispada. Me doy cuenta, tarde, del error; no es el momento para entrar en ese tema.
—Perdona, no pensé que te fuera a afectar tanto.
—Es cierto, no había caído en la cuenta; probablemente parte de mi reacción es consecuencia de la conducta de Diego. Da igual, si no es ahora fue entonces, ¿qué me sucede cuando me agreden?
—Pierdes tu fuerza, caes en picado y eres incapaz de defenderte.
—Es más complicado.
—Dime.
—Acepto el castigo, y…
—Qué.
—Lo disfruto. Es horrible, Mario, es patético, no quiero ser así.
—Calma, tranquilízate.
—Ya, suéltame, voy a… necesito estar sola un rato.
Gerardo a mi pesar
Las vacaciones tocaban a su fin, habían sido dos semanas fantásticas, echaría de menos las travesías en barco, nadar en mar abierto, recordaría los viajes en el deportivo buscando un lugar nuevo que visitar, dónde comer. Vivencias para compartir con Mario cuando pasen los años.
Era nuestra último día de piscina; Mario leía, yo acababa de salir del agua, me disponía a tomar el sol un rato antes de entrar a la cocina a preparar algo para almorzar, después, una siesta, estaba cansada, terminaríamos de preparar lo poco que quedaba pendiente del equipaje y tendríamos el resto de la tarde libre para nosotros. Un auto aparcó frente a la fachada. Reconocería su forma de acelerar antes de parar el motor, la manera de cerrar la puerta del coche como si quisiera atravesarlo. Me puse el bikini y salí a su encuentro, qué podía hacer.
—Pasa, ¿cómo tú por aquí?
Caí en sus brazos y perdí la cordura durante el tiempo que nos comportamos como dos desesperados.
—Venía a veros, ¿está tu marido?
Coloqué el sujetador en su sitio mientras íbamos a la piscina, Mario nos vio llegar cogidos del talle; torció el gesto.
—Íbamos a tomar una cerveza, ¿te apetece?
Aceptó y nos quedamos solos.
—Estás preciosa.
—Tenías que haberme visto antes, no esperábamos a nadie.
—Te has vestido para recibirme.
—Si a esto se le puede llamar estar vestida, sí.
—Dime: ¿lo habrías hecho si hubieses sabido que era yo?
No podía mentir.
—Sabía que eras tú.
—Te habría gustado acudir desnuda.
—A ti, más.
—Vamos, reconócelo.
—Probablemente. Sí —claudiqué—, habría salido desnuda a la calle a recibirte. ¿Contento?
—Quítatelo, seguro que estabas más cómoda.
Lo pensé; no le debía nada, nuestro acuerdo estaba saldado, no obstante sentía un deseo perverso de obedecer su capricho. Gerardo, a mi pesar, era mi debilidad. Mario iba a volver con las cervezas, también pensé en él; le gustaría.
Eché los brazos atrás, solté la lazada, lo saqué por la cabeza, inhalé con fuerza y le ofrecí los pechos. El deseo desbordado en sus ojos me inflamó. Recostada en la butaca, con las piernas relajadas sin ningún pudor, me mordí un pequeño pellejo del dedo.
—¿Ya estás a gusto?
—Lo estaré cuando te quedes en pelotas.
—Estoy bien así.
—¿Me estás castigando?
—Ahora que lo dices, te lo mereces.
—Dirás que te trato mal.
—Me pegaste delante de mi marido.
—Le disgustó a él más que a ti.
Me retuvo por la mandíbula unos segundos, los suficientes para calibrar mi docilidad. Una bofetada leve, dada de cerca con los dedos juntos; suficiente para volverme la cara y hacerme perder el aliento. «Quieto», proferí con tibieza; me ignoró, lo volvió a hacer; un toque rápido y seco, la fuerza justa para desviarme hacia el otro lado. El efecto fue devastador.
—Dime que pare.
Mi silencio le animó a repetir; otra vez mi rostro vapuleado y el silencio delatando lo que soy, cómo me siento.
—Vamos, desnúdate. O lo hago yo, tú verás.
—Si te dejo lo vas a destrozar, qué manía te ha entrado con romperme la ropa. —respondí con aparente normalidad
—No seas cínica, en cuanto sientes crujir la tela estás lista para que te folle, confiésalo.
Mario llegó en ese momento; si le sorprendió encontrarme medio desnuda y visiblemente turbada disimuló muy bien. Repartió las cervezas y ocupó un sillón libre, el suyo estaba ocupado. Gerardo dejó la cerveza y cogió mi mano entrelazando los dedos.
—He venido a invitaros a una cena de despedida, Mageli y yo deseamos pasar una velada con vosotros antes de vuestra marcha.
—Mañana tenemos que estar en Jerez pronto, nuestro vuelo sale a las…
—Si nos retiramos temprano tampoco es un problema, ¿no crees? —le interpelé a bocajarro, ¿qué podía objetar?
—De acuerdo —rectificó—, por mí…
—Tema resuelto. Preferiría un chupito de ese Bourbon que gastas. —dijo sin llegar a probar la cerveza.
Mario se levantó de mala gana y desapareció, nos quedamos solos de nuevo. Gerardo extendió el brazo y me acarició el pecho, un roce suave y persistente en el pezón con el dorso de los dedos.
—Si no estuviera ese, te follaba ahora mismo.
—¿En qué habíamos quedado? —le reprendí.
—Que, a partir de mañana, tú y yo hemos acabado.
Me hizo reír, era incorregible. El caso es que estaba lista, lo deseaba; además, ese roce en el pecho estaba causando estragos. Sí, lo deseaba, una última vez.
—¿Dónde vas?
—A ti qué te importa, cotilla.
….
Se había empeñado en invadir nuestra vida hasta el último día y lo estaba consiguiendo en gran parte por la permisividad de Carmen. ¿De qué le había valido su estrategia si a la primera de cambio se plegaba a su capricho?
Entró en el salón arreglándose el cabello con las manos, caminó decidida a la escalera y lo supe incluso antes de escuchar:
—Dile que suba
—¡Carmen!
—Mario, por favor, ¿a estas alturas?
—Haz lo que quieras.
Se lo dije; «Sube, te está esperando». El derroche de insolencia me hirió, aún sabiendo que solo era un peón en nuestro juego. A la mierda nuestros planes, a la mierda todo.
Lo prometo, intenté mantenerme ajeno a lo que estaba pasando dentro, traté por todos los medios de contener el impulso que me incitaba a traspasar la entrada. A pie de escalera, la escuché suplicarle con la voz desgarrada: «¡no pares!». Le oí gruñir y a ella gemir y la cama golpear la pared. Hui avergonzado, porque durante demasiados minutos me estuve masturbando furiosamente con la oreja pegada a la escalera. Poco duró mi intención, lo que dura un combate desigual entre lo correcto y lo morboso; acabé regresando a espiarlos. Ni un ruido, un silencio profundo llenaba la casa y me hacía perder la prudencia. Subí unos peldaños, nada. La quietud se rompió de improviso al prender la caldera, se estarían duchando. Escapé al jardín asustado y un tanto humillado. Poco después aparecieron, él, con uno de mis bañadores y ella, con la misma braguita de bikini; se había puesto el juego de cadenas para halagarle, sin duda. Carmen adelantó la mano derecha .
—Mira, qué preciosidad.
Lucía un anillo impresionante, una joya de un valor desproporcionado para una relación condenada a extinguirse; Gerardo malinterpretó mi estupor:
—Es mi forma de compensarla por lo que pasó.
Le cogió la barbilla e intentó darle un cachete, ella lo esquivó haciendo un mohín, él perseveró hasta conseguirlo, hasta verla sumisa ofreciéndole la mejilla, dejándose pegar sin apenas violencia, porque eso era lo de menos. Le hubiera partido la cara.
—Es precioso, nene, te ha debido de costar una barbaridad. —le amonestó, él le quitó importancia con un gesto, Carmen le sujetó la nuca y lo besó—. Vamos al agua.
Marcharon de la mano a la piscina; lo que en principio fueron unos largos se convirtieron en juegos y aguadillas, los bañadores aterrizaron en el césped y cuando entendí que estaban enlazados en algo más que un abrazo los dejé solos.
—¿Qué haces aquí?
Entró secándose el cabello, desnuda, imponente, sonriente y relajada. Qué le iba a reprochar si estaba plena y colmada.
—Qué quieres que haga, ¿acompañaros de carabina?
—Tonto. Voy a por un cepillo, mira qué pelos tengo. ¿Nos sirves unos vinos?
—¿Algo más?
—mmm… aceitunas… patatitas… esas cosas. —pidió mimosa.
Cuando bajó tenía preparada una bandeja con dos copas y unos platos surtidos.
—Eres un amor. ¿Qué vamos a comer?
—¿Se va a quedar? —respondí sin ocultar el fastidio.
—Mira qué hora es. Haz algo ligero y lo tomamos en el jardín. Venga, no te pongas de morros, es el último día.
La seguí con la vista. Ese culo me puede, tanto como para olvidar mis reparos y aceptar sus motivos. Total, era el último día.
Preparé algo sencillo, unas costillas al horno con salsa barbacoa y una ensalada; cuando estaba listo salí a anunciarlo. Me detuve a cierta distancia, Gerardo la montaba sobre el césped, ella cruzaba las piernas a su cintura y enlazaba los brazos al cuello; a mis ojos aparecía enganchada como la cría de una alimaña, solo que estaba siendo brutalmente follada. Volví a la casa y me serví otro vino. Carmen entró más tarde.
—Ya está todo listo.
—Genial, voy a…
—A asearte, ya.
Sus ojos adquirieron profundidad de combate.
—Nos has visto.
—Salí a avisaros de que el almuerzo estaba preparado y os vi.
Se acercó envuelta en una nube de sexo que me embriagó.
—¿Te ha gustado?
—Sabes que sí. ¿Y a ti?
—Es un animal, folla como los dioses.
—Los dioses no existen.
—Empiezo a dudarlo.
Le acaricié la mejilla, me abrazó y nos fundimos en un largo beso, preludio de un acto de amor que habría de esperar.
—Me excita saber que estás cerca, en algún rincón, mirando; me pone mucho no saber dónde, si detrás de una ventana, o en la planta de arriba, o escondido en la fachada.
—No hago eso.
—Sí lo haces, eres un mirón pervertido. Y te tocas.
—¿Te gusta?
—Me pone saber que te sobas la polla mientras nos ves follar. Mira cómo estás. —Señaló mi incipiente erección.
—Eres una puta exhibicionista.
—Y tú, un cornudo compulsivo, qué le vamos a hacer. Me gustaría que dieras la cara, te sentaras frente a nosotros y te la menearas mientras ese bruto me destroza.
—¿Te excitaría verme humillado?
—Gerardo no cuenta, esto es entre tú y yo, lo harías para mí, cornudín.
—Qué zorra eres.
—No lo sabes tú bien.
Sus ojos negros me fulminaron. Eché la mano a su pubis y se retiró..
—Te vas a poner perdido. —Se disculpó con cara de niña mala y salió corriendo.
Volví a la cocina, allí evitaría cruzarme con él si acaso decidía subir a asearse. La que regresó fue Carmen. Me echó los brazos al cuello.
—¿Comemos?
—Comed vosotros, no me apetece compartir mesa con una parejita que va a estar haciéndose arrumacos.
—No seas tonto.
—En serio, prefiero comer aquí.
—Aquí, en la cocina, como si fueras la criada.
—Lo prefiero, y vosotros estaréis más cómodos.
Me besó, preparamos unas bandejas y le ayude a sacarlas. Gerardo no hizo intención de invitarme a compartir el almuerzo; tampoco tenía demasiado apetito, comí algo, poca cosa, recogí la cocina y preparé café. Ellos trajeron las bandejas, Gerardo volvió al jardín.
—¿Estás bien?
—Perfectamente, ¿tú?
—Genial.
Me abrazó, nos comimos la boca, no logré contenerme y recorrí su espalda hasta llegar a las nalgas, viajé por su cuerpo movido por el deseo, tenia hambre de ella y me dejó hacer.
—¿Y ese café? —dijo para poner fin a mi desahogo.
Preparamos juntos tres tazas, ella se llevó las suyas, yo fui al salón a servirme un whisky con hielo. No podría calcular lo que tardaron en aparecer cogidos de la mano; Carmen me lanzó una de sus miradas profundas, Gerardo portaba una brutal erección y, sin decir ni una palabra, subieron la escalera.
Recogí las tazas del jardín, coloqué la cocina, tomé otro café y otra copa. Carmen es muy escandalosa y esta vez preferí no quedarme a escuchar.
El control
Gerardo yacía de espaldas mostrando la perfección de su cuerpo; sin duda había tardado más de la cuenta en el baño, su respiración pausada lo situaba muy lejos y me concedía tiempo para contemplar con la misma dedicación que pondría si estuviera en un museo. La pierna derecha, ligeramente flexionada, ofrecía un plano corto de los apretados testículos presos entre los muslos y el colchón; los glúteos mostraban la tensión debida a la postura; la espalda crecía desde la cintura, bien formada, dibujando cada músculo como un historial del trabajo constante del joven deportista que fue y el hombre que continuaba con la práctica.
De rodillas en la cama, acaricié con dos dedos las gruesas bolas medio escondidas; se estremeció movido por un calambre.
—Shhh, no te muevas, déjame a mí.
—No te he sentido entrar.
—Qué me vas a sentir, si estabas frito. He dicho que no te muevas.
Volví a recorrer la hendidura entre los glúteos, estos reaccionaron contrayéndose, cambié la suavidad de la yema del dedo por la dureza de la uña, crucé el surco varias veces y se cerraron emulando dos valvas. El resto de las uñas se unieron al juego, surcaron en calma un mar de olas suaves rumbo a la ensenada de los hombros, fondeé allí, retocé en el prado de su nuca, erizando el corto cabello, amasando los músculos que conducían a los brazos. Debía volver al mar de la espalda lleno de peligros ocultos a pesar de su aspecto calmo; para entonces ya estaba mojando su piel con mi deseo. No quedó un rincón sin visitar, me retiré, ocupé un lugar entre sus piernas, volví a embelesarme con la forma y la dureza de las nalgas, de nuevo ataqué la línea entre ambas lomas y otra vez lo encontré desprevenido. Descendí, encontré las pelotas y les dediqué caricias y mimos.
—¿Qué haces?
—Agradecerles todo lo que me han dado. Calla, déjame hacer.
Se dejó. Me gustaba su culo, era fuerte, potente, lo había amasado tantas veces mientras follábamos que creía conocerlo como la palma de mi mano; ahora era mío, de mis ojos, de mis besos. Los muslos se habían separado solos dejando un resquicio difícil de rechazar; vació los pulmones al sentir profanado el espacio entre el ano y los huevos. Nadie nunca había osado tocar esa tierra virgen; le besé, le estaba gustando que lo besara en las nalgas, seguí prodigándole besos mientras me hacía dueña de ese espacio inexplorado, sentí ceder la tensión. Era mío. El siguiente paso era un reto y las conquistas se toman sobre los avances, sin dilación.
—Incorpórate un poco.
—¿Qué?
—Sobre las rodillas, hazme caso.
Me la jugué, podía haberse ido todo a la mierda, pero funcionó. Obediente, flexionó las rodillas y se ofreció. Le premié con besitos en los glúteos tensos. Una mano, la izquierda, viajó a apoderarse de la verga; otro premio. Con la derecha le acariciaba, en realidad abría el camino para lo que iba a intentar. Ahí estaba, el pequeño agujerito, más peludo de lo que me gustaría pero no esperaba otra cosa; percibí un aroma potente, sano, limpio y excitante, tampoco esperaba otra cosa de él. Los besos fueron deambulando por las nalgas hacia la hendidura escuchando el efecto en su respiración y en la tensión muscular, todo iba bien, tenía la polla en mi poder, tensa, palpitante, no quería arruinarlo por un exceso de presión. Decidí atacar, dibujé la hendidura con la punta de la lengua y se estremeció, volví a los glúteos, los lamí a toques cortos, impredecibles; cuando lo tenía entregado, separé la nalga, hundí la boca y lo besé, le escuché gemir, la cama tembló a golpes de puño en la almohada. Un nuevo beso, un nuevo gemido, todo estaba bien, era agradable, lo lamí y…
Se incorporó, durante un segundo permaneció pegado al cabecero, enseguida, salió de la cama.
—Espera.
Salió con prisa; me tumbé en la cama sin pistas sobre si estaba molesto, enfadado o avergonzado; escuché el grifo del bidé. Mejor esperarle sentada. Volvió enseguida, parecía el mismo, pero ya no era lo mismo.
—¿Qué pasa?
—Nada.
—Sigue, me está gustando.
—¿Por qué te has ido?
—Estaba incómodo, necesitaba lavarme, por si acaso.
—¿Por si acaso?
—Nunca me han hecho eso, no sabía si…
—¿No se te ocurrió pensar que, si hacía falta, yo te lo diría?
—Por si acaso, Carmen, yo qué sé.
—Si quiero besar una pastilla de jabón no te necesito.
—¡No me jodas!
Me levanté en busca de un cigarrillo.
—Eres incapaz de dejarte de llevar, incapaz de tener sexo sin ser quien lo controla.
—Lo siento, me estaba gustando, más de lo que hubiera imaginado, pero se me metió en la cabeza…
—Que si yo notaba algo raro te iba a avergonzar.
—Venga, vuelve a la cama, prometo dejarte hacer.
—Perdiste tu oportunidad, ya sabes lo que le tienes que pedir a la próxima.
—Ninguna va a ser capaz de hacerlo como tú. Carmen, por favor.
—Esto no es un interruptor que lo apagas y lo enciendes cuando te apetece.
—De acuerdo, no te enfades, pero vuelve a la cama.
Cuerpazo
Sobre las cinco oí pasos a mi espalda.
—Me marcho. Oye, lamento que vieras lo que pasó entre nosotros, son diferencias que se deben solucionar en privado. ¿Sin rencores?
Extendió la mano, acabó retirándola con una sonrisa indulgente.
—Si no me llega a parar Carmen te envío a urgencias, hijo de puta.
—A urgencias... El hospital de parapléjicos de Toledo, ¿te suena? De urgencias al hospital de La Paz y de allí a Toledo; ese fue el itinerario de la última persona que se atrevió a hablarme así. Te lo voy a pasar esta vez porque no quiero joderle la vida a Carmen; pero ten cuidado, no sabes dónde te estás metiendo.
Carmen apareció media hora más tarde con una camiseta por toda vestimenta y un zumo de naranja, yo seguía en el jardín tratando de asimilar la amenaza. Se acercó despacio, mirándome con cautela, descubriendo todos y cada uno de los pensamientos que poblaban mi cabeza, ¿cómo puede conocerme tan a fondo? Sentí unas irrefrenables ganas de meter las manos por debajo de la exigua camiseta, apenas le cubría el pubis.
—¿Estás enfadado?
—¿De qué serviría?
Se agachó, puso una mano en mi brazo, nos miramos largamente, aun así pude ver que, bajo la camiseta, no llevaba nada. Nos miramos. La presión se volvió insoportable.
—Me gusta, cielo, no puedo con él; cuando dijiste que estaba abajo, sentí…
—Ganas de meterlo en nuestra cama.
Sonrió, deslizó la mano desde mi brazo al bulto del bañador.
—Ganas de que me follara, estaba… ¿receptiva? Sí, supongo; hacía media hora nos habíamos pegado un buen revolcón a costa de Santos; no estuvo mal, ¿eh?
—¿No fue suficiente?
—No es eso.
—Si te apetecía seguir…
—No es eso, Mario, sabes que no es eso, simplemente se puso a tiro, apareció; yo estaba…
—Caliente.
—Dispuesta.
—Siempre lo estás.
—¿Es un reproche?
—Al contrario, cariño, es un halago.
—No siempre estoy dispuesta, pero es igual. Ahora lamento haber estropeado el día.
—¿Te volvió a pegar? Dímelo, no voy a montar un escándalo.
—No lo ha hecho
—Entonces, ¿a qué ha venido el regalo?
—Ya sabes, por lo que pasó; además, esto se acaba...
—Mientes muy mal.
Le di tiempo para haber hablado. No había prisa, cualquier día volveríamos a ello y saldría todo a la luz.
—Hay algo que no entiendo, ¿de qué ha servido toda la estrategia que has montado? Te has tirado a Santos para librarte de él y a la mañana siguiente lo tienes en la puerta como todos los días. ¿Me lo explicas?
—Aún no lo sabe.
—¿No sabe que te has acostado con su… asalariado? ¿Por qué no se lo has dicho nada más llegar, qué va a pasar cuando se entere?
—Ha subido como un torbellino, ya sabes…
—Ya, no puedes con él. —Inspiré a fondo—. Te has metido en un lío muy serio, Gerardo es mal enemigo.
—Lo voy a arreglar, se lo diré esta noche.
—No pintamos nada en su casa. Llámale, dile que lo hemos pensado mejor.
—Ya hemos aceptado; además, Mageli quiere despedirse, cómo vamos a hacerle ese feo.
Podía contarle la amenaza, lo más probable es que se tratase de una bravuconada aunque la conducta era propia de un matón; cuanto menos trato tuviéramos mejor. ¿Qué ganaba contándoselo? Arriesgarme a provocar un choque entre ellos de consecuencias imprevisibles.
—¿Sabes lo único que me molesta? Que Gerardo entre y salga sin pedir permiso. Si hubiera llamado a la puerta, si hubiera mostrado la más mínima cortesía, no me habría importado, al contrario, me alegra que lo hayas disfrutado.
—Mario, por favor.
—Si tienes ocasión tíratelo esta noche, hacedlo como despedida, no me voy a enfadar, yo me encargo de tener distraída a su mujer. Es su conducta la que me saca de quicio.
—Olvídate de él, es su forma de decirle al mundo que es importante. Si realmente lo fuera no necesitaría portarse como lo hace, exhibiéndose como un pavo real.
—Ya se encargó de exhibirse delante de mí para mostrarme por qué te tiene tan ciega: un buen cuerpo, una polla soberbia y, por lo que cuentas, le sobra aguante para seguir tu ritmo,
—¿Y qué? Todo eso es cierto. Vale, tiene un cuerpazo, y una polla divina; si sólo fuera eso… pero no estoy tan colgada como piensas.
—¿Seguro?, ¿qué has estado haciendo toda la quincena sino ir detrás suyo y abrirte de piernas en cuanto lo ves?
—¿Es un reproche? A veces no entiendo. Es, con diferencia, el mejor amante que he tenido, deberías alegrarte por mí o eso creo; formamos un tándem casi perfecto, me conoce al dedillo y yo a él, sabemos en cada momento lo que queremos el uno del otro, nos detienen pocas cosas y, por si fuera poco, tenemos el mismo aguante y las mismas ganas. Lo sé, saltan chispas entre nosotros cuando nos vemos. Es, simplemente insuperable. Y te preocupa que pueda estar ciega. No, cielo, estoy más viva que nunca.
—Me estás poniendo el listón muy alto.
—Déjate de bobadas, tú y yo estamos por encima de todo, cómo te lo voy a decir. Gerardo es un sueño de hombre, pero ya es historia.
—Oyéndote, cuesta creerlo. Ya veremos, tiempo al tiempo.
—Tenlo por seguro.
—Y tu conducta… Ese engreído te ha cambiado, estás distinta.
—Soy la misma.
—Eres otra. Actúas de otra manera, te expresas diferente. «Nene». ¿Desde cuándo? Nunca te había oído hablar como una puta.
—Es que soy una puta, cielo, no has tenido ocasión de verme en faena, pero este es el lenguaje que los clientes aprecian; me costó adaptarme, pero acabé por acostumbrarme, por eso no caí en la cuenta de que estabas al lado.
—Si solo fueran las palabras; es la actitud, son los gestos. Pareces otra.
—¿Qué creías, que actúo cuando trabajo? Tienes razón, soy otra, Mario, solo cuando trabajo, cuando estoy con los clientes o con las chicas soy otra, soy una de ellas; te lo he dicho más de una vez, espero que ahora lo hayas visto. No soy Carmen haciendo de puta; soy, una puta. Y cuando termino vuelvo a ser Carmen.
—Tienes razón, no sé por qué me cuesta tanto entenderlo.
—¿Por qué, si es lo que siempre has deseado?
—Porque te quiero, te quiero con locura y…
Nos fundimos en un beso de puro amor que selló a tiempo mis labios. «Te quiero con locura y… tengo miedo, por eso me vuelvo inseguro, actúo de forma incoherente y siembro de obstáculos el camino». No lo dije, para qué. No quería ser el freno del proyecto de mujer que había surgido de mis sueños.
—Te has convertido en una hembra… descomunal.
—Vaya, no esperaba escuchar algo así; es atípico, pero gracias.
—Eres una mujer fuera de lo común, extraordinaria, ¿te suena mejor?
Asintió benevolente. Algunas veces ella parece la adulta y yo un ingenuo adolescente.
—¿En serio estás convencido de que siempre estoy dispuesta?
—A ver, no quise decir…
—Porque ahora mismo, lo estoy.
La vi erguirse y despojarse de la camiseta, se sentó a horcajadas sobre mí, nos abrazamos, sentir su cuerpo desnudo en mis manos es el más poderoso afrodisíaco.
—¿Me quito el anillo? —preguntó cuando separamos los labios.
—Llevas las cadenas de Gerardo, ¿qué importa si luces su regalo?
—Pensé qué te molestaría follarme viéndolo.
—Eres su puta, son los símbolos que lo declaran.
—Se ha terminado, Mario, deja de preocuparte. Te lo he dicho más de una vez: lo que ocurre en la playa, se queda en la playa.
Quería creerla; sí, quería creerla.
—Vamos a la cama —susurró al oído—. Vas a follar con la puta de Gerardo, ¿es lo que quieres?
La cena
Esperaba un derroche de ostentación, en cambio logró sorprenderme; cualquiera diría que a última hora trataba de redimirse. La cena fue un punto de encuentro entre dos parejas sin un pasado común que enturbiase una velada perfecta; Mageli derrochaba buen gusto, Gerardo estaba lejos de ser el siniestro matón que me amenazó unas horas antes; ¿fingía o realmente pretendía pasar página de uno de sus peores momentos?
Terminada la cena propuso continuar en un pub cercano. Teníamos el vuelo temprano; una copa y nos despediríamos. Caminamos como estábamos predestinados; ellos delante, Mageli y yo detrás en un incómodo silencio.
—Te cae mal mi marido, ¿verdad?
—No somos compatibles.
—Lo entiendo, a poca gente le cae bien, es su forma de protegerse
—Conozco esa estrategia, no da buenos resultados a largo plazo.
—¿Y yo, puedo hacer algo para ayudarle?
—¿Le quieres?
—Mucho.
—Estarás a su lado cuando las cosas se tuerzan, pero por el camino no te olvides de ser tú misma, no sacrifiques tu vida a cambio de la suya.
…..
¿Qué estaría pensando Mageli? Yo caminaba del brazo de su marido, lo enlacé sin pensar y cuando fui consciente no quise enmendarlo. Gerardo; lo iba a echar de menos.
La duda escocía, tenía que averiguarlo antes de que acabara la noche, sería difícil encontrar mejor momento.
—Estamos a punto de decirnos adiós y aún no me has preguntado nada.
—Ni lo voy a hacer. Tomaste una decisión, nos estamos despidiendo, ¿qué más quieres?
—Pensé…
—No hay vuelta atrás, Carmen
—Te estás equivocando. Tu conducta de hoy me ha hecho pensar que no lo sabes: pasé la noche con Santos, solo quería aclarártelo.
—Yo también tengo ojos en todas partes. Me apetecía una última vez, nada más.
—Entonces está todo en orden.
……
Llegamos al pub; por mí me habría marchado. Carmen se enfrascó en una conversación con Mageli, Gerardo y yo nos sumimos en un molesto silencio que ninguno teníamos intención de superar. Me dediqué a inspeccionar el ambiente: la música dejaba bastante que desear; mucha niña mona, dirían los de Mecano; qué hace una chica como tú en un sitio… tarareé mirando a mi espléndida mujer. Estaba desvariando con tal de evitar la cara de imbécil de Gerardo, porque él sí parecía estar en su ambiente, ajeno a su esposa, a Carmen y por supuesto a mí, escaneando a todo bicho viviente que se moviese al alcance de su antena, como un vampiro dispuesto a lanzarse a chuparle la sangre al primer incauto con suficiente pasta en formato de cuenta corriente, empresa o activos que se le pusiese a tiro. Depredador.
…..
—Me habría gustado volver a verte, pensé llamarte, pero Gerardo dijo que no lo hiciera.
—¿Siempre haces lo que te dice?
—Tienes razón, ahora me arrepiento, pero podemos vernos en Madrid.
—Hay un problema: la relación con tu marido es puramente profesional; terminado el verano, no podemos continuar.
—¿Eso qué tiene que ver con nosotras?
—Todo. No puedo tener una relación contigo si al mismo tiempo renuncio a mantenerla con tu marido; hay acuerdos con terceros que están por encima de mí.
—Te refieres a Tomás.
—Sí.
—No quiero una relación, solo que seamos…
—¿Amigas?, ¿amantes? Lo siento, de verdad, no depende de mí.
La dulzura con la que había hablado hasta ese momento se esfumó, en su lugar volvió la mujer déspota de los primeros días.
—Eres una profesional, dime tu precio, estoy dispuesta a pagar lo que sea.
—Te estás equivocando, no se trata de dinero.
—Entonces, de qué estamos hablando, ¿de vicio? —Sin esperar respuesta, llamó la atención a su marido—. Gerardo, nos vamos.
Se levantó desairada, él parecía desconcertado, Mario me interrogó con la mirada.
—Vámonos, estos señores tienen prisa.
—¿Qué pasa? —preguntó con recelo.
—Quiero irme.
—¿Ha pasado algo?
—Pregúntaselo a tu… amante, no soy suficiente para ella.
—Mageli, no es eso. —Apenas le rocé el brazo y lo retiró como si le asquease.
…..
Miré el reloj, en cuanto encontrara un resquicio en la conversación de las chicas pondría una excusa y levantaríamos el vuelo; Gerardo y yo no hacíamos nada por disimular nuestro mutuo desprecio, el vacío que nos hacíamos era clamoroso. Entonces algo pasó, Mageli se levantó visiblemente enfadada y exigió marcharse, hubo un cruce de frases insolentes, Carmen trató de contenerla y recibió un brusco rechazo. Me apresuré a forzar el final de una reunión que nunca debió producirse. Gerardo se dirigió a Carmen:
—Qué ha pasado.
—No podemos vernos, no es posible.
Se acercó a su mujer y la tomó por los hombros.
—Cariño, vámonos, te lo explicaré en casa.
—Qué hay que explicar, dime.
—Ella no es libre de tomar decisiones.
—¡Basta ya! —exploté, harto de aguantar impertinencias.
—Qué tontería es esa.
—Escúchame, no te está despreciando. Ella pertenece a Tomas.
—¡Gerardo! —Carmen le sujetó intentando hacerle callar; Mageli, de un manotazo, le apartó el brazo de su marido.
—¿Qué tontería es esa?
—Es su dueño, créelo. No podemos hacer nada; ni tú, ni yo, ni mucho menos este imbécil.
—¡Hijo de puta!
Si Carmen no se hubiera interpuesto lo habría matado, se produjo un tumulto de insultos, voces y cristales rotos; el personal del pub logró separarnos. Acabamos en la calle lejos los unos de los otros.
Uno de Septiembre, 2001
Volamos. Hoy, mi preocupación va más allá del despegue. No hemos abierto la boca desde anoche, ni una sola palabra. Un muro de hielo nos impide comunicarnos. Sin tensión ni violencia, solo falta conexión entre nosotros.
Volamos. Hace unos días, un avión se desplomó en Málaga poco antes de aterrizar. Cuatro muertos y una veintena de heridos. Ese mismo día, Paco Rabal falleció en pleno vuelo camino de Burdeos víctima de un ataque cardiaco. Debería estar desquiciada, sin embargo son otras las preocupaciones que me ocupan.
Fasten your seat belts. Nos aproximamos al aeropuerto de Barajas. Siempre me invade una extraña calma cuando iniciamos la maniobra de aproximación, los motores bajan de revoluciones, el ruido ambiente en cabina se reduce a un rumor grave, una especie de Om que ayuda a serenarme, el avión desciende progresivamente, planea, oscila a derecha e izquierda buscando la orientación adecuada, ¿por qué nada de esto me desasosiega como al despegar? El sonido de los motores me arrulla; no lucho, me dejo llevar. La ventanilla es mi amiga, veo la nubes rasgadas por el ala; poco después, aparece el cielo limpio, nítido, y abajo, los prados, las carreteras y las filas de autos como hileras de hormigas bien ordenadas. Un bramido más profundo: se despliegan los flaps dando anchura a las alas. Estamos llegando; sujeta a los reposabrazos, sin agarrotarme, me dejo llevar; estamos llegando, esto se acaba, la carretera se hace más grande, la sobrepasamos, estamos a punto, a punto, las ruedas impactan, trepidan, la cabina vibra en plena carrera desbocada, los motores rugen iniciando la frenada. Estamos en tierra. Mario tiene que saber cómo lo vivo, sin embargo nunca dice nada. Le quiero.
Desembarcamos, ¿por qué resulta tan pesada esta parte final? Esperamos el equipaje, siempre se hace eterno.
Estamos en la parada de taxis, el conductor carga nuestro equipaje, Mario me detiene.
—Te lo diré solo una vez: Tomás va a acabar arruinando nuestro matrimonio. Solo tú puedes solucionarlo.
—No me pidas eso.
Tal y como comenzó la saga del veraneo, con un despegue, termina con un aterrizaje; espero que os agrade.
ResponderEliminarAhora, a comenzar con el Septiembre negro. (Nada que ver con el del setenta y dos, no os asustéis)
Mario escribes como los ángeles cabronazo, bueno no entiendo a Carmen en absoluto, el plan Maquiavelo a terminado siendo un vende humos.
ResponderEliminarLas vacaciones han terminado separando definitivamente a Carmen y Mario y en esta frase de Mario queda patente.
Te lo diré solo una vez: Tomás va a acabar arruinando nuestro matrimonio. Solo tú puedes solucionarlo.
Mario a terminado saturado y con razón, lo peor es que el a salido en defensa de Carmen incluso sabiendo que Gerardo podría aplastarlo, pero Carmen sigue sin defender a Mario.
En la discusión del pub, nada tenía que ver la condición de la pareja, Gerardo a ido a provocar a Mario Mario y Carnen lo a permitido.
Carnen no quiere admitirlo, pero le gusta Gerardo mucho más de lo que dice, veo una separación de Carmen y Mario en el futuro.
Al final al ganador a sido Gerardob y por goleada, menudo chasco me he llevado, cuando se toma una decisión se va a muerte con esta, pero Carmen se a saltado todo dándole todo el poder a Gerardo.
Un abrazo muy fuerte para Mario y Carmen y otro igual de fuerte para todos mis compañeros de comentarios.
En hora buen Mario, me dispongo a leer el capitulo y salir de todas las dudas, ya analizaré con calma y hare los comentarios correpondientes, nievemente nos da una alaegria para poder disfrutar de esta lectyura tan bien estructurada.
ResponderEliminarMe acaba de preguntar Nadia porque creo que Carmen y Mario van a tener una separación.
ResponderEliminarLe he dicho por una frase que eschuche a mi amiga Isabella una de las veces que discutió con su ex.
No me hagas elegir entre mi familia o tu, porque podrías salir perdiendo.
Al final la frase de Mario es clara o Tomás o nuestro matrimonio, sinceramente, ante Tomás veo perdiendo a Mario.
De todas formas, me gusta ser justo, Mario provoca a Carmen, llevándola al límite su morbo lo puede y no mide las consecuencias, estoy seguro de que si en vez de Gerardo hubiera sido Domenico, las cosas hubieran sido diferentes.
ResponderEliminarMario al igual que Carmen no controla sus impulsos, vaya par jugando todo el rato al límite.
Tengo ganas de saber que ocurre en septiembre, porque aquí Mario nos a vuelto a dejar con la miel en los labios jajajaja.
Se me acaba de escapar el tren la madre que me pario, bueno a esperar al siguiente que remedio.
ResponderEliminarNo me han gustado ni Santos ni Gerardo, pero nada. Me temo que Gerardo no a tocado a Mario, no por cortesía, sino por las represalias que esto acarrearía de parte de Tomás.
Gerardo sabe perfectamente que si toca a Mario, Tomás no se quedara quiero, no porque a este le importe Mario, sino por Carmen.
Gerardo me a parecido un cobarde, no he llegado a entender ese despecho desmedido, Santos es un troglodita, dice que su mujer lo abandono y que esperaba el iluminado.
¿A alguien a parte de mi me a parecido que estas vacaciones han hecho más mal que bien?
Bruto.
ResponderEliminarPor una vez la duración adecuada,
y además estoy de acuerdo contigo en que Tomás os va a joder la vida, pero también es verdad que es la sal del relato.
Muy buenas, Carmen sigue batiendo récords , se folla todo lo que se le pone por delante y no vemos el final.
ResponderEliminarMario deduzco debe andar preparando la jubilación, si así es esperemos más ligereza en publicar y empezar a ver la luz al final del túnel. Demasiado tiempo ya.
LUCÍA
ResponderEliminarTensión, tensión, tensión desde la primera hasta la última línea, qué pasada.
Tensión sexual, el choque entre el marino y Carmen es tremendo, según lo iba leyendo pensaba, “va a arder el blog” y por lo que he visto ya empieza a echar chispas. La frase en la que por tres veces se llama a sí misma guarra la he tenido que leer varias veces para poder ponerme en su lugar y entenderla. El último encuentro con Gerardo es toda una lección sobre la incapacidad que tienen muchos tíos para soltar el control.
Tensión dramática: Mageli despechada puede ser capaz de hacer cualquier cosa. Ojo.
Y para los escépticos, una frase de Carmen: “tú y yo estamos por encima de todo, cómo te lo tengo que decir”.
Reconoceme Lucia que Carmen dice una cosa y termina aciendo otra.
EliminarMucho plan y después es ella quien lo hecha al traste.
No dudo que Carmen lo piense, pero en estas vacaciones, el tu estás por encima de todo a brillado por su ausencia.
Solo hace falta leer el final, como han acabado los dos, sin hablarse y la última frase de Mario.
Que Carmen ama a Mario no tengo ninguna duda, pero ahora va a tener que elegir, o Tomás o Mario.
Un abrazo muy fuerte Lucia.
LUCIA.
Eliminar¿Tú crees?
"Santos me pone como una burra, no quiero irme sin terminar lo que dejamos pendiente en el yate. ¿Te importa?
—Me importas tú. Cuentas con mi apoyo, lo sabes de sobra."
¿Le molesta a Mario que se tire al patrón?
"—¿Estás enfadado?
Sabe cómo ganarme, solo con el tono de voz que usa me desarma; después, los brazos al cuello, el contacto de su cuerpo y el aliento en mi boca han hecho el resto, si realmente hubiera estado enfadado, ¿quién se acordaría?
—Cómo voy a enfadarme contigo; anda, ven, estarás cansada."
Otra, tambien de Mario:
"intenté mantenerme ajeno a lo que estaba pasando dentro, traté por todos los medios de contener el impulso que me incitaba a traspasar la entrada. A pie de escalera, la escuché suplicarle con la voz desgarrada: «¡no pares!». Le oí gruñir y a ella gemir y la cama golpear la pared. Hui avergonzado, porque durante demasiados minutos me estuve masturbando furiosamente con la oreja pegada a la escalera."
Otra tambien de Mario:
"—Salí a avisaros de que el almuerzo estaba preparado y os vi.
Se acercó envuelta en una nube de sexo que me embriagó.
—¿Te ha gustado?
—Sabes que sí. ¿Y a ti?"
¿Qué es lo único que le molesta a Mario? Esto:
"—¿Sabes lo único que me molesta? Que Gerardo entre y salga sin pedir permiso. Si hubiera llamado a la puerta, si hubiera mostrado la más mínima cortesía, no me habría importado, al contrario, me alegra que lo hayas disfrutado.
—Mario, por favor.
—Si tienes ocasión tíratelo esta noche, hacedlo como despedida, no me voy a enfadar, yo me encargo de tener distraída a su mujer. Es su conducta la que me saca de quicio."
¿Cuál es el problema de Mario, según yo; esto:
"Te quiero con locura y… tengo miedo, por eso me vuelvo inseguro, actúo de forma incoherente y siembro de obstáculos el camino".
No se lo dijo porque, "No quería ser el freno del proyecto de mujer que había surgido de mis sueños."
Es mi opinion y puedo estar equivocada, creo que los dos viven montados es una montaña rusa de emociones contradictorias, sobre todo Mario, pero ambos están ahí por voluntad propia. No sé si con el tiempo se aceptarán como son o tendrán una crisis seria que les obligue a replantearse su modo de vida.
Besitos.
Gerardo va a ser la ruina de este matrimonio, el lo sabe y disfruta con ello, parecía que Carmen lo había solucionado, pero ella misma a torpedeado su intento.
EliminarGerardo no es adecuado para esos juegos de pareja, a él le dan igual los daños colaterales y para muestra un botón.
La vuelta de las vacaciones sin hablarse y con la última frade de Mario.
Mario se enfada mucho después de la última trifulca que tienen con Gerardob y Magali, yo creo que con razón, ¿que opinas tu Lucia?
De todas maneras me da la sensación que será con Domenico cuando experimenten de verdad, puesto que Mario nos ha enseñado la buena sintonia que alcanzan estos dos.
Siempre un placer Lucía.
LUCÍA.
ResponderEliminar¿Qué pretende Mario sacando a relucir a Diego? Si le refresca el recuerdo de ese putero lo único que va a conseguir es que Carmen desee volver a Sevilla para estar con él y puede pasar cus,quier cosa, por ejemplo que vuelva con el tatuaje en el culo, esta vez de verdad y que pase otra noche trabajando con Candela. Luego que no se queje.
Mario es incapaz de medir las consecuencias cuando el morbo lo supera, luego vienen las lamentaciones.
EliminarQuerido anonimo, un texto con tal calidad necesita su tiempo, cada autor tiene sus tiempos, Mario es meticuloso y cuida con mimo sus relatos, a mi lo único que me jode es que nos deja siempre con la miel en los labios jajajaja.
ResponderEliminarMario desde IPad
ResponderEliminarLo primero que he hecho nada más levantarme ha sido comprobar el correo. A eso de las cuatro (hora española) han aceptado la versión modificada y la han restaurado. Como ya he dicho, en TR publicaré la versión completa pero este incidente me da un nuevo aviso sobre la idea que os comenté de migrar el blog a otra plataforma. No sé cuándo ni cómo pero lo que solo era una cuestión de estética y funcionalidad se ha vuelto un asunto de libertad de expresión.
¿Qué ha pasado?
EliminarBatman
Yo lo veo así, Carmen le prometió a Mario que cuando volvieran a Madrid, Gerardo no sería un problema y no es que sea un problema, es un problemon.
ResponderEliminarGerardo cuando vaya a Madrid se presentará en la puerta de la casa de Carmen y Mario, simplemente porque sabe que Carmen es incapaz de controlar sus impulsos cuando el está delante.
Carmen dice que es un complemento de la pareja, pero yo no me lo creo y Mario tampoco. Mario no puede ni ver a Gerardo, por como lo a tratado durante todas las vacaciones, que va a ocurrir cuando Gerardo venga y quiera pasar unos días con Carmen, ¿Mario va a tener que dejar su casa mientras Gerardo se quede?
Carmen es consciente de que Mario está muy cabreado, hasta al punto de decirle o Tomás o yo, sabiendo Mario que tiene muchas papeletas de salir perdiendo.
Durante la discusión Carmen escucho como Gerardo llamaba Imbecil de una forma muy despectiva a Mario y esta seguía más preocupada en no perjudicar a Tomás.
Gerardo insulta y Carmen calla y quien calla otorga, dicen que a los Gatos lo que más miedo les daba era que el cielo se les cayera sobre sus cabezas.
A llegado septiembre y el cielo ya ha empezado a caer.
Soy un negado en cuestiones de informática, pero y crearte tu un blog, dexesa forma serás tu quien lo controle, no se si sera posible.
ResponderEliminarPara mi el problema a radicado en que Carmen a pasado por alto la actitud de Gerardo, ella se a pasado diciéndole a Mario que tenía que darle igual lo que Gerardo opinara de ellos.
ResponderEliminarGerardo desde el primer momento a pensado que Mario era una lombriz que tenía que pisar y seamos justos, Mario a aguantado mucho la actitud de ese personaje.
También tengo claro que de no haber estado Tomás de por medio, Mario hubiera terminado en un hospital, porque Gerardo funciona así.
Carmen a disfrutado mucho en estas vacaciones y yo me alegro un montón por ella, como también se alegraba Mario.
Lo que me pregunto es si mirando al futuro le abra merecido la pena.
Gran relato.
ResponderEliminarCreo que el final de las vacaciones no ha sido lo que esperábamos, ni nosotros ni Mario.
El plan maquiavélico se ha difuminado ya que Carmen no es capaz de prescindir de Gerardo, el hace lo que quiere con ella, como dice en la parte final Carmen, es la puta de Gerardo.
Además creo que Mario no ha disfrutado de las vacaciones, le gusta el morbo y que se follen a Carmen, incluso un poco de humillación, pero lo de estas vacaciones creo que ha llenado el vaso y ha aguantado por el amor que le tiene a Carmen, pero en el último día Mario no entra en el juego, prefiere comer solo y no cumple el capricho de Carmen de que se masturbe delante le ellos cuando Gerardo la está follando, de hay creo que en viene un poco de la tensión de las amenazas.
También creo que Mario debería de hablar con Carmen de las amenazas, y entiendo el silencio de este, Carmen le iba a quitar importancia y no le iba a defender.
Y el final, Mario le lanza un ultimátum, pero creo que Tomas ya tiene la decisión tomada, no le interesa Carmen ya que ha comprobado que en ciertas circunstancias no se puede controlar.
Espero en este relato poder debatir un poco más que en el anterior, ya que creo que volveremos a tener un sinfín de opiniones y de posibilidades. Mario va a estar en su salsa.
No me acuerdo quien fue, pero dijo que Tomás está enamorado de Carmen y yo opino igual.
EliminarTomás no va a despedir a Carmen, como mucho un tirón de orejas, lo que nose es como se tomará el ultimátum de Mario.
En esto Lucía me ha abierto los ojos, Carmen juega para disfrute de Mario, la escena está dispuesta para su disfrute, el problema es que la actitud de Gerardo le hecha para atrás, es una pena porque de haber sido con otro, las vacaciones podrían haber sido inolvidables para los dos.
Estimado APASIONADO, estoy con LUCIA al mil por mil. Viven en una montaña rusa, pero a diferentes velocidades . Eso es lo que se nota como inseguridad en Mario. La visita al barrio de Santos fue arriesgada, pero él no es cualquiera, se ganó su lugar y respeto.
ResponderEliminarLo de Gerardo es la arrogancia y la soberbia de un pelotudo importante que intenta arrasar con todo a su paso.
De quién hay que temer, y no lo digo por Carmen y Mario es por Tomás y este energúmeno lo sabe, por más que quiera lo que él tiene.
Querido Mario este capítulo deberá tener otras lecturas porque con mi socia hubo hoy fuerte debate.
Se que tenéis razón los dos, pero que un personaje como Gerardo haya terminado amargando las vacaciones a Mario sobre todo y al final a Carmen, puede conmigo
EliminarApasionado
ResponderEliminarNo se que ocurre pero no me deja mandar mensajes desde la cuenta, no entiendo que a pasado si no he tocado nada.
Parece que ya vuelve a funcionar, como odio que una máquina me vacile.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarNo quiero ser tocapelotas pero Mario se refiere a septiembre como septiembre negro en el primer comentario.
LUIGI
ResponderEliminarChapó para Mario, a encontrado el punto correcto de comportamiento, por fin explotó, a aguantado demasiado durante el verano de Carmen, la pregunta final, correcta, sin amenazar, sin segundas intenciones, solamente exponiendo lo que puede llegar
Lo de Carmen para enmarcar.
No creo que llegado el caso Mario sea capaz de dar el paso siguiente, le puede el miedo de poder perderla y por pasar por el trauma de su anterior separación. Sevilla será la balsa que necesita Mario para intentar de buscar otro nuevo acuerdo en su relación.
Tomás es igual que Gerardo, su comportamiento con respecto a Carmen no cambiará, aunque sabe que si tensa la cuerda y estos se separaran la Carmen que quedaría no sería la misma, para empezar su relación con Domenico está fundamentada en la existencia de Mario dentro de ella.
Y luego queda la relacion con su familia, sin Mario, Carmen esta prisionera de si misma.
Esto después del primer vistazo al capítulo.
No se que decite Luigi, Mario a vuelto de las vacaciones muy cabreado, yo le veo capaz de romper la baraja en un momento de saturacion extrema y a llegado a esa saturacion en estas vacaciones.
EliminarEmpiezo a pensar que Domenico se puede convertir en el mejor aliado de Mario, a diferencia de los demás Domenico no juzga la relación de Carmen y Mario.
Además no se porque me da que Domenico no es menos poderoso que Gerardo o Tomás.
LUIGI
EliminarRomper o no romper la baraja, Apasionado, no depende de Mario, el lo deja claro, es Carmen la que tiene que tomar esa decisión. Será capaz?, no lo creo.
Aquí se comenta mucho ( Yo el primero ) sobre los miedos de Mario y nada sobre los de Carmen, que los tiene, no saber salir del juego de prostituta, no poder salir de la sumisión etc..., deberíamos no tener tan en cuenta su famoso trauma, en el relato y sobre todo en los comentarios se usa como escusa para cualquier salida de tono que ella tenga.
En cuanto a Domenico cuando llegue se encontrará con una Carmen muy distinta a la que dejó, con una Carmen que no sabemos si será capaz de poner al día a Domenico.
Será capaz Carmen de no dejas que Tomas interrumpa un encuentro con el ?, porque si eso pasará sería la destruccion de su relación con Mario, y por lo que sabemos , no es esa la situación actual.
Domenico puede ser tan poderoso como Tomás o Gerardo, pero si lo fuera sería en Italia no aquí.
Un saludo
Querido Luigi, no he puesto lo del trauma como una excusa, pero me da que el tío de Carmen esta cortado por el mismo patrón que Tomás o Gerardo.
EliminarDigo lo de Domenico, porque la amenaza de Gerardo a sido muy clara, Mario en realidad está solo, nadie lo protege.
Al único que veo capaz de ayudarlo es a Domenico, porque es lo que le faltaba a Mario que Gerardo le rompa los dientes
Para mi el principal problema es el tipo de hombre que le gustan en este momento a Carmen, antes eran los Dominantes, como lo es Domenico, pero ahora también le gustan los agresivos incluso le excita ser golpeada.
ResponderEliminarMe imagino que todo tiene que ver con su trauma de juventud,
Mario desde IPad.
ResponderEliminarHa vuelto a ocurrir, durante media hora el capítulo ha desaparecido del mismo modo que ocurrió ayer. Deduzco que no hay denuncia sino una incompatibilidad entre el navegador que estaba usando (Brave) y blogspot. Brave me viene bien en IPad porque me daba toda la funcionalidad de administración sin tener que cerrar mi usuario de google “oficial” para abrir el que uso para el diario, peeeero… parece ser que al intentar editar el contenido del capítulo desde ese navegador provoca una contingencia que blogger interpreta como contenido ilegal, es lo que deduzco porque anoche ocurrió mientras corregía un gazapo. Definitivamente blogger tiene la piel muy sensible.
Lo que quería decir con que Tomas tenia la decisión tomada con respecto a Carmen, es en el ámbito laboral. El nunca quiso que Carmen ejerciera pero ante la insistencia de ella y para que evitarle problemas a Carmen, Tomas este la protegía y tutelaba. No quiere decir que Tomas no se aprovechara de Carmen, no es un santo ni en su vida ni en los negocios, solo que con estas vacaciones ha descubierto que en ocasiones cuando Carmen se encapricha con algo, pierde la perspectiva de lo acordado con lo que muestra debilidades que los oponentes pueden aprovechar.
ResponderEliminarComo amiga y amante, la puede mantener, pero no como trabajadora, y si alguien es capaz de hacerle ver los errores a Carmen es Tomas, ya que este no le tiene miedo a las rabietas de Carmen ni tampoco tiene miedo a perderla. Es mas creo que Carmen con Tomas esta en la misma situación de Mario con ella, tiene miedo a perderlo. Le puede hacer ver que los negocios son una cosa y los vicios otra, que hay que cumplir y hacerse respetar cumpliendo lo acordado.
Además del problema que ha creado, Gerardo va a seguir insistiendo con Carmen ya que sabe su debilidad y mas después del incidente del jabón no se va a quedar de brazos cruzados, va a querer acabar con la experiencia interrumpida por su torpeza.
Y el personaje de Santos es bastante común entre gente de mar, sobre todo mercante y pesca de altura, Conozco a mas de uno que desgraciadamente piensa como Santos.
No se si seria muy buena idea que Tomas despida a Carmen, podría terminar tomando una decisión en caliente y ser peor el remedio que la enfermedad.
ResponderEliminarSi Gerardo sigue en la vida de Carmen una vez lleguen a Madrid, el matrimonio de Carmen y Mario tiene las horas contadas. Aquí no tiene nada que ver todo lo que a follado Carmen, eso es lo que menos le importa a Mario, el problema es que durante quince días a tenido que aguantar a un tío que lo a tratado como si fuera una puta mierda.
Bastante a aguantado, Mario a sido tajante, el miedo de Mario se a hecho realidad, Carmen esta totalmente enganchada a Gerardo, solo espero que Carmen no utilice el punto débil de Mario contra el, para obligarlo a tragar con que se siga viendo con Gerardo, porque entonces si que veo a Mario haciendo la maleta.
¿Como creéis que va a reaccionar Carmen con el ultimatun de Mario?
Hoy me he vacunado, contra el covid y estoy empezando a sentir los efectos secundarios, me parece que me espera una noche buena, solo espero dejar dormir a Nadia.
ResponderEliminarMario desde IPad
EliminarEspero que te sea leve y puedas descansar, si comentas eso debe de ser porque ya has pasado por lo mismo con las anteriores dosis. Paciencia, es para bien.
Es la cuarta dosis, quitando la primera, las dos restantes me dejaron hecho un guiñapo, me voy a tomar un paracetamol y me voy al sobre.
EliminarFelices sueños a todos.
Mi comentario, Mario esta muy cabreado para actitud tan pasiva de Carmen con Gerardo, y que Carmen nunca defendió a Mario, y siempre a puesto por encima de Mario a Tomas, se supone que en estas vacaciones era para disfrutar LOS DOS, entendiendo que tenían que pagar un precio, pero para mi gusto ese precio fue demasiado alto, ya que Carmen nunca respeto el acuerdo inicial, y una vez que probo el aguante de Gerardo, y lo bien que follaba, le valió muy poco el acuerdo, y le permito a Gerardo que hiciera lo que quisiera, interrumpiendo cada día el goce y disfrute de la pareja, se suponía 4 noches, pero fueron realmente mas de 8 encuentros si no mal recuerdo, dándole al traste la convivencia de la pareja.
ResponderEliminarPara Carmen la presencia de Gerardo es veneno, siempre que Gerardo llego de improvisto a casa se produjeron encuentros sexuales, y Carmen mismo lo dice, es ver a Gerardo y se le mojan las bragas, no tiene control alguno de su calentura.
Las amenazas de Gerardo a Mario son de tomarse en cuenta. Pero a Mario finalmente le llenaron el buche de piedritas, cuando Gerardo le dijo imbécil delante de Carmen y Magali, Carmen se interpuso pero podría haber salido muy mal el pleito, que a propósito no apareció el gorila que tiene por guardaespaldas. me quede con la duda si realmente tiene guardaespaldas todo el tiempo este Gerardo.
Opino lo mismo que varios comentarista, este final le vino a estropear las vacaciones, este mal sabor de boca lo tendrán que soportar por varias semanas y hasta que no platiquen todo se podrá solucionar.
Para mi Carmen esta en problemas serios con Tomas y obvio con Mario por la ultima frase que Mario le dijo a Carmen "Te lo diré solo una vez: Tomás va a acabar de arruinar nuestro matrimonio, solo tu puedes solucionarlo."
"No me digas eso"
Este última frase de Carmen lo dice todo, esta mas comprometida con Tomás que con Mario, ese es mi parecer.
Se me paso, ese plan Maquiavélico del que tanto se hablo, La misma carme le dio al traste, desde el momento en que se entrego a Gerardo después de Santos, Aquí me doy cuenta que Gerardo no es tan elitista como le hizo creer a Carmen, según recuerdo dijo " te lo advierto si te acuestas con Santos no volveré a tocarte." Y cuando llego a su casa a invitarlos a la cena, a Carmen se le mojaron las bragas, y se le entrego, Gerardo hizo lo que quiso en ese momento.
ResponderEliminarQue no pudo hacer la invitación por teléfono o pedirle a Magali que fuera ella la que los invitara, o quería verla y follar por ultima vez sabiendo que lo podría hacer con solo presentarse.
Mario tiene todas las de perder, para Carmen Tomás es su dueño, lo que el diga va a misa, aunque el matrimonio se vaya al traste.
EliminarEste tipo de ultimátum, normalmente terminan yendo contra uno mismo.
Carmen y Mario van a discutir, porque está claro que Carmen no va a renunciar a Tomás, pero tampoco a Gerardo.
Carmen se irá a Casa de Tomás como la última vez que discutieron. Solo que esta vez el vaso de Mario está más que revisado.
Entiendo que a Tomás y Gerardo les de igual que el matrimonio se rompa, veremos como termina esto.
Respecto a Doménico, no se si aparecerá en este septiembre negro, pero si aparece, que decisión tomará Carmen.
ResponderEliminarLa misma Carmen ha comentado que su vida familiar, el trabajo en la clínica y el trabajo con Tomás, se pueden cruzar, los tiene muy delimitados, por eso dejo a su enamorada del alma, porque no podía contarle realmente a que se dedica en sus ratos libres JJJJ. Doménico será capas de aceptar a una Carmen prostituta, ya me imagino que Tomás le marca a Carmen cuando esta con Doménico, pidiendole que haga tal o cual cosa, que se encuentgre con ve tu ha saber con quien, que va hacer Carmen, no creo que lo mismo que cuando esto sucede y esta con Mario.
Me suena a descabellado que pase algo así. no se que opinan los demás comentaristas al respecto.
Y como dicen, este Mario escritor, siempre nos deja con la miel en la boca. Ahora esperar otro mes para ver las consecuencias del comportamiento de Carmen, el saltarse los acuerdos pactados, y el no tomas en cuenta las opiniones de Mario.
ATomás le va a dar igual si está con Domenico, el lo dejo claro, es su dueño y tiene que estar disponible para cuando el la requiera.
EliminarTengo un dolor de cabeza de la ostia y no puedo dormir, me he levantado para no despertar a Nadia.
ResponderEliminarHe vuelto a leer el capitulovy cuando he leído el final me a venido a la cabeza una frase de la película John Wick actos y consecuencias.
Con Carmen y Mario lo paso fatal, se aman, pero son incapaces de estarse sin meterse en líos.
Carmen tiene rasgos que me recuerda a mi pelirroja, es valiente, decidida y tiene mucho carácter.
Por eso me gusto el personaje de Carmen desde el primer capítulo, seguro que alguno dice que Carmen solo tiene carácter con Mario, a veces yo también lo pienso, pero porque creo que Carmen es Carmen solo con Mario, con los demás es otra persona.
Tal vez me equivoque, tengo fiebre así que estoy perdonado, bueno por hoy me despido, que tengo que dormir por lo menos un par de horas.
Qué poca paciencia tenéis y qué poco recorrido le dais al plan Maquiavelo de Carmen; total, por un revolcón de despedida. Como dice el refrán, a nadie le amarga un dulce.
ResponderEliminarIba a seguir pero creo que con lo que ha dicho Lucia ya esta dicho todo.
Por cierto: ¿por qué sigues escribiendo con la cuenta de dosoctavas, todavía tienes la tuya bloqueada?
Y hablando de dosoctavas, ¿alguien sabe dónde anda? Espero no haberle asustado después de la ultima bronca que le metí.
No estoy para nada de acuerdo con Divagante, el plan maquiavelo no tiene ningún recorrido, cuando pones un plan en marcha tomas una decisión y tienes que ser consecuente con la decisión que has tomado.
ResponderEliminarCarmen decide saltarse su plan, demostrando le su punto débil a Gerardo, este sabe que con tenerle delante Carmen no razona, eso lo hemos leído todos.
Carmen hace muchas cosas bien, pero también se equivoca, se suponía que el plan era para que Gerardo no fuera un problema después de las vacaciones, pero es la propia Carmen la que quiere seguir viendolo.
No es cuestión de paciencia, no seré yo quien culpe a Carmen por querer seguir follandose al hombre que mejor le a follado en su vida, pero como ya he dicho en otro comentario, acciones y consecuencias.
Carmen a estirado demasiado la cuerda y Mario le a dado un ultimátum, también lo digo, si sueltas un ultimátum así, tienes que estar dispuesto a llegar a las últimas consecuencias, aunque estas sean el final del matrimonio.
Un abrazo a todos.
Para mi es un placer leer los comentarios de Lucía y Divagante, cuando leo sus comentarios me hacen sentir lo mismo que siento cuando cambio opiniones sobre el relato con mi cuñada.
ResponderEliminarMi cuñada es una de las personas que más quiero en este mundo, es la hermana que no tuve, siempre me dice que soy demasiado visceral, ella es más analítica.
tú y yo estamos por encima de todo, cómo te lo tengo que decir”. Ella opina igual que vosotras, que conste que se que Carmen no lo dice por decir.
Pero en estas vacaciones esas palabras no han ido acompañadas por hechos y el final de estas no a podido ser más nefasto.
A mi también mi ex me decía que ella y yo estábamos por encima de todo, mientras llevaba meses siendome infiel, perdonarme si desconfío de estas palabras.
No todas las veces estaremos de acuerdo, pero siempre respetaré vuestra opinión.
En la línea de lo que escriben LUCIA y DIVAGANTE, diré que las críticas hacia el tema humillación son efectuadas sin tomar en cuenta el tema del juego de la pareja.
ResponderEliminarAlguna vez Carmen ha comentado que involucrando a un tercero en sus juegos siempre lo importante son ellos dos. No debemos olvidar el tema del consentimiento.
Por eso el hecho de pedirle bebidas para ella y Gerardo forma parte del juego. Que a él se le ingle su ego, es su problema.
El tema con Mario está en cuidar a su compañera. No sé fía de Gerardo, mucho más después de la amenaza.
Otra cosa le preocupa, el posible enfrentamiento entre Gerardo y Tomás.
Torco en esos momentos es cuando mejor funciona la pareja, cuando Carmen se acerca a Mario para preguntarle si le a gustado, es porque esa escena es para que disfrutes los dos, yo no veo ninguna humillación por parte de Carmen.
EliminarEl problema radica en que Gerardo acabo con la paciencia de Mario, el problema no han sido Carmen y Mario como pareja, el problema a sido Gerardo que no a parado de tocar los cojones en todas las vacaciones.
Hoy mi amiga Isabella me a comentado, no sueltas un ultimátum como el que suelta Mario, arriesgandose a que todo se vaya al traste, si no estás muy quemado.
Un abrazo muy fuerte Torco.
¿Que va a pasar en septiembre?
ResponderEliminarEmpecemos a especular, que hasta el siguiente capítulo, podemos ir desgranado distintas teorías y luego ver quién se a acercado más.
Teorías a tutiple.
Yo tengo claro, que Gerardo y Carmen van a tener más encuentros, pero Gerardo no puede ser más ese complemento en los juegos de la pareja, es demasiado tóxico.
ResponderEliminarMario no le va a poner pegas, pero lo mejor es que el no esté presente, el desprecio mutuo es demasiado grande.
Yo no creo que Carmen vuelva a ver a Gerardo a menos que Tomás se lo pidiera, creo que Carmen esta convencida de que el juego de las vacaciones se quedo en la playa, que Gerardo aunque valla a madrid y busque a Carmen ella se negará a estar con el, aunque se le empapen las bragas, sabe que si ve a Gerardo Tomas podría tomar cartas en el asunto, y la perdedora de todo esto sería Camen, ese es mi parecer
EliminarMe juego el cuello a que Gerardo no vuelve, el plan maquivelo no tiene fisuras, juega con el clasismo de Gerardo para librarse de él porque si no va a dar muchos problemas con Tomas y para ella las prioridades están claras, Tomas ante todo. Tíos que follen bien no le van a faltar.
ResponderEliminarBatman
Yo no me jugaría tanto, Gerardo a demostrado que donde dije digo, digo Diego.
ResponderEliminarAlgo me dice que Carmen va a tener que tomar muchas decisiones, respecto a Tomás, respecto a Mario.
ResponderEliminarEn esta vida alguien tiene que perder y me da que va a ser Mario, antes de las vacaciones, Mario hubiera cedido y todo seguiría igual, pero ahora está muy cabreado, yo tengo claro que se van a separar temporalmente y Tomás sera clave para que se vuelvan a arreglar.
No por la bondad de su corazón, que Carmen no esté al cien por cien es malo para su negocio.
Ahí va la primera teoría.
LUIGI
EliminarTe lo compro, pero no todo, en estos momentos, como se suele decir: el balón está en el tejado de Carmen.
Lo que yo no leo en la frase de Mario es: me largo.
Para mí, solamente es una advertencia sobre el mundo en que está metida Carmen, una advertencia de que el no va a tolerar ya más humillaciones ni hacia el ni hacia Carmen y que salgo el sol por donde quiera.
Si ella no pone cartas en el asunto y antes de que el agua llegue al río simplemente dará un paso hacia un lado y la pareja pasaré a otro estado, sin juegos, cada uno por su lado, y tratar de convivir de la mejor manera posible.
Esta es mi primera teoria
Estoy de acuerdo al 100 contigo, el ultimátum que lanza Mario, y la respuesta de Carmen "no pe pidas eso" me da a que Carmen se ira por el lado de Tomás, pero el mismo Tomás se dará cuenta que Carmen sin Mario a su lado, no tiene el mismo valor, se requiere que Carmen este al 100, y para esto necesita a Mario a su lado.
EliminarAmigo Luigi, no estoy hablando de que Mario se vaya a ir, lo que digo es que esta vez está tan cabreado que no mirara para otro lado.
ResponderEliminarCreéis que Gerardo lo va a dejar correr o va a actuar de alguna manera contra Mario, le dijo que aquella se la pasaba, pero que la siguiente lo mandaba el hospital.
ResponderEliminarNo creo que este muy acostumbrado a que le planten cara.
Creo que Tomás terminará enterándose de lo que hizo Gerardo y sus intenciones, como de la amenaza a Mario y se encargará de ponerlo en su lugar
ResponderEliminarCreo que ambos tienen un pasado en común no muy claro, pero es más peligroso Tomás que Gerardo. Cuando Santos era perseguido por sus deudas es Tomás quien lo ayuda a "sacarse" el problema de encima, pero Gerardo le hace creer que fue él, ganándose su lealtad.
Buff menudo día tiene mi jefe, esta gritando hasta a las estanterías.
EliminarVolviendo al relato, no creo que Mario le cuente a Carmen la amenaza de Gerardo, por lo cual veo difícil que Tomás se entere a no ser que Gerardo de una paliza a Mario.
No tenemos indicios de que eso haya pasado.
De todas maneras para mi Carmen es demasiado literal algunas veces, Mario por mucho que sea un consentidor, está enamorado de Carmen y le tienen que doler sus palabras, por ejemplo cuando ensalza a Gerardo en la cama, diciendo que se compenetración perfectamente que se conocen perfectamente el uno a la otra.
ResponderEliminarEn quince días en la cama lo conoce mejor que yo en diez años, como para no desmoralizarme.
Mario también tiene que pensar, joder menos mal que Gerardo es un cero como persona, porque Carmen quiere follar con el, e ir al museo conmigo, eso es una cosa que harías con un buen amigo.
Carmen no sigue follando con Gerardo por Tomás no por Mario, cosa que yo dudo completamente, si Gerardo va a Madrid vuelven a follar.
Mario a tenido que ver que en seguramente las mejores vacaciones que a tenido Carmen como el no a sido prácticamente protagonista, el a estado mirando por la distancia.
Carmen no le habla así con la intención de hacerle daño, esta hablando con la perdona en quien más confía, pero esta conversación es la que tienes con tu mejor amigo, no con tu pareja.
Mario a tenido que escuchar que Gerardo no lo deja tretraplejico por no joderle la vida a Carmen, Mario es lo suficiente inteligente para saber que no está fanfarroneando.
Se lo guarda para no estropear las maravillosas vacaciones de Carmen, luego esta la discusión de la noche final por ir a una cena que solo quería ir Carmen.
Mario está perdidamente enamorado de Carmen, como no va a tener miedos e inseguridades, después de lo vivido en estas vacaciones y todo lo que a visto y escuchado.
Estamos por encima de todos, esa frase la decía Cristina de Cristina y Marcos gran relato de Estrella de las nieves y Bajolassabanas y ese matrimonio termino destruido.
Las palabras sin actos se las lleva el viento, al final del capítulo Mario ya no le valen las palabras, le esta pidiendo que quiere ver actos.
Carmen va a su velocidad sin tener en cuenta a Mario, en estas vacaciones hay un momento en que se da cuenta, pero soloves un instante, porque después a seguido igual.
Carmen tiene muchas cosas buenas pero en estas vacaciones a sido muy torpe, pero esto no deja de ser una opinión y podria estar equivocado.
Pasad un buen día, a mi se me termino el descanso.
LUCIA
ResponderEliminarSigo usando la cuenta de dosoctavas porque la mía no puedo, en cuanto entro en el blog me dice que justifique que soy mayor de edad, ¡a mis años! Y para eso me pide una tarjeta de crédito o un número de teléfono. Me niego, dosochi me hace el favor de dejarme usar su cuenta.
En cuanto a por qué no está por aquí últimamente, eso mejor que os lo cuente él cuando le parezca. Estoy segura de que volverá.
Y con respecto a Gerardo, para mí que no le vamos a volver a ver. No tenéis ninguna fe en Carmen, parece mentira.
No es falta de fe Lucia, pero Gerardo es un hombre que a dejado marca en Carmen, a sido su mejor amante.
EliminarA todos nos cuesta desprendernos de las cosas que nos gustan y no veo tan descabellado que vuelvan a follar.
Además, no es por Carmen, sino por lo sucio que juega Gerardo y lo que dijo Tomás, no le gusta perder y no creo que este dispuesto a renunciar a una mujer como Carmen, de hecho ya a demostrado el valor de su palabra, sabiendo que se había follado a Santos se pasó toda la mañana siguiente follando con ella.
Si algo me a quedado claro en estas vacaciones es lo importante que es que el cornudo tenga buen filing con el corneador.
ResponderEliminarPor ejemplo el último día, Carmen puso de su parte para dar juego al matrimonio, pero se notaba la incomodidad de Mario al tener que servir a una persona tan ostíl hacia el.
No quiso comer con ellos ni quiso masturbarse delante de ellos, estoy casi seguro que si el corneador se hubiera llevado bien con Mario este hubiera entrado al trapo con todo.
Se puso cachondo, se masturbo, pero en la sombra sin poder experimentar todo el placer de la experiencia.
Mario no quería ir a la cena, porque el no pintaba nada allí, seguro que hubiera preferido que Carmen hubiera ido con ellos y disfrutará de su última noche y el quedarse en casa.
Por eso digo que Carmen a estado torpe, mientras ella le quitaba hierro al asunto y se dejaba llevar con Gerardo, la paciencia de Mario se estaba agotando.
Me he escondido en los vestuarios, mi jefe me está vuscando, seguro que es para hecharme la bronca, jajajaja.
Lucia no es que no confiemos en Carmen, en mi caso, por lo menos, es que solo demuestra ser dura con Mario.
ResponderEliminarNos presenta un plan maquiavélico y la primera en incumplir es ella.
Ve la incomodidad que tiene Mario y no solo no corta la relación con Gerardo, sino que la remata con una cena de despedida.
En estas vacaciones Carmen ha sido muy egoísta y ha estado muy torpe.
Ya lo he comentado en otros comentarios míos, Carmen es dura con Mario porque con el es la verdadera Carmen.
EliminarCon los demás ejerce un papel, en un juego sexual, tengo las sensación que Carmen se adapta a las necesidades de sus amantes, pero puedo estar equivocado.
Estimada LUCIA a quién no le tenemos fe es al bueno de Gerardo. No está acostumbrado a que sus deseos no se cumplan. Dejará de lado uno de sus principios como decía el gran Gourcho Marx.
ResponderEliminarY quién le contará a Tomás de lo ocurrido y de la amenaza a lo mejor es el propio Mario a petición de Tomás, después de tener un encuentro para aclarar muchas cosas.
Ahí puede ser que se le venga la noche a este muchacho y pase a ser considerado un Garufa.
Nota: googlear tango Garufa que algo de Gerardo tiene su protagonista, salvando las distancias.
O bien, otro llamado Niño bien. En este se le dice al protagonista " Te crees que SOS un rana ( un tipo vivo) y dos un pobre Gil (boludo).
Mario desde IPad
EliminarHas estado brillante, Torco. Brillante y lúcido. La experiencia es un rango.
Mario, ¿nos podemos tomar esto como una pequeña pista?
EliminarComo decía mi padre, más sabe el diablo por viejo que por ser diablo.
Jajaja, Torco contigo estoy aprendiendo bocabulario nuevo.
Carmen se ha encontrado con algo que no se esperaba en estas vacaciones, pensó que sería follar con Gerardo cuatro noches y después unas vacaciones de ensueño con Mario.
ResponderEliminarSin embargo se encontró con el mejor amante que había tenido, a Carmen le a superado, a sido como una droga, su cuerpo le pedía cada vez más y no a podido controlarlo.
Lo que pasa APASIONADO es que Carmen separa muy bien lo que es el amor que siente por su marido y el sexo que tiene con los amantes ocasionales.
ResponderEliminarHay otra categoría en la que pueden entrar Carlos, Doménico, Tomás e Irene por quienes siente una atracción que supera el mero sexo.
En eso tienes razón Torco, pero creo que aunque por Gerardo a sentido algo más que una concesión sexual, eso si ,no esta enamorada de él ni de coña.
EliminarMario no duda del amor que Carmen siente por el, el problema es que los asuntos de Tomás cada vez les está quitando más tiempo para el matrimonio, Gerardo entra en la vida de Carmen y Mario porque Tomás le pide una de sus casas.
EliminarSi Toman no les hubiera ofrecido esa casa se hubieran ido a la casa que tiene Mario en la sierra y hubiéramos leído otra aventura distinta.
Bueno por fin estoy de vuelta a casa en el tren, la vacuna me a dejado el cuerpo agotado y estos dos días se me han hecho eternos.
ResponderEliminarDespués del acertado comentario de Toco y la respuesta de Mario, me a quedado la sensación que estamos a punto de asistir a la guerra entre Gerardo y Tomás, lo malo es que Carmen y Mario van a estar en medio me temo.
Solo puede quedar uno.
LUIGI
ResponderEliminarPor partes, Gerardo se quedará fuera, Tomás lo apartara.
Tomás, pues la verdad no le veo de mediador entre Carmen y Mario, más bien como instigador de Carmen para que tome una decisión: a el Mario aunque lo respeta , le da lo mismo lo que le pase.
Pero para llegar a lo anterior, tendríamos que saber que entendió Carmen con respecto a la famosa frase.
Mario, de momento el mejor posicionado, se encuentra en la parte superior de la colina y va ser difícil atacarlo y si a eso le sumamos que tiene una escapatoria fácil aunque sea dolorosa, pues nada partida de momento ganada.
Y ahora la hipótesis deln21/04.
Imaginar que el día 10 llega Domenico de ultramar, Ángel y la bruja de su mujer del las islas Mauricio,por sur arriba Gerardo, el fotógrafo para seguir intentando que pose en bolas y desde el Guadalquivir Emilio a por unos papeles olvidados de Mario, a todo esto ese fin de semana es la barbacoa familiar a la cual Mario na va por problemas profesionales.
¿ Qué podría pasar ?
Lo creéis posible?
Que que podría pasar, la tercera guerra mundial, jajajaja.
EliminarTomas a hablado lo suficiente con Carmen para saber que Mario es innegociable, Carmen movio cielo y tierra la otra vez para recuperarlo, no creo que Tomas tire por hay, veo mas factible que Tomas intente convencer a Mario.
De todas maneras, entre Angel, Claudia y Gerardo se crea un ego que ni este planeta podría soportar, jajajaja.
La contestación de Carmen es no me pidas eso, lo que creo que a entendido es que lo de que Tomás sea su dueño y pueda reclamarla cuando el quiera se a terminado.
EliminarMario desde IPad
ResponderEliminarOs voy a contratar como guionistas auxiliares.
Jajajaja.
EliminarComo dicen, los hubiera no existen, pero Gerardo se encapricha de Carmen cuando Gerardo platica con Marcos Peña, fue que se intereso en acostarse con Carmen, y por eso la propuesta de ofrecerle todo lo que le ofreció por 4 noches, si Gerardo no hubiera platicado con Marcos Peña, Carmen y Mario se hubieran quedado con el primer departamento que le ofreció, y nada de esto hubiera pasado. El problema surgió cuando Carme se encuentra por primera ves con Carmen, en el restaurante y ya en el elevador Gerardo le rompió las bragas a Carmen, en ese primer encuentro Carmen sintió que Gerardo podría se un muy buen amante y así fue, pues ella misma a dicho que es con mucho el mejor amante que ha tenido.
ResponderEliminarCreo que aunque se parezca por Madrid este Gerardo, y como dijo en alguna ocasión que el también tenia ojos, sabrá que Carmen esta sola en su casa, se presentaría y obvio Carmen quedaría sorprendida.
Esto podría pasar:
-Gerardo que haces aquí.
-Vengo a ver a mi putita, ¿no te alegras de verme?
-Sabe de sobra que esto se termino, por favor vete.
Gerardo la toma del los brazo y se acerca a darle un beso, ella de resiste.
-No te hagas del rogar, se ve que estas con tantas ganas de que te folle como yo de follarte.
- Salte de aquí, te dije que esto se acabo, lo que sucedió en la playa en la playa se quedo.
-No te hagas del rogar, si se nota que tienes el coño empapado, y con ganas de volver a probar mi verga.
-Ya te dije, sal de aquí, o que, ¡me pretendes violar?.
Esto seria un dialogo que podría pasar, y que Carmen, a pesar de toda la calentura que tiene, sabrá superar para poner fin a esta relación,
Haber si no me equivoco.
Yo sinceramente no creo que Carmen se vuelva a saltar las trancas viéndose a escondidas con Gerardo, a sabiendas de que Mario no lo soportaría y que Tomás no lo toleraría.
Creo que Carmen no volverá a acostarse con Gerardo, aunque se le empapen las bragas.
Ahora si creo que Gerardo intente por todos la medio volver a ver a Carmen y tratar de forzar momentos en que debilite cualquier barrera que Carmen pueda poner. Incluso la violencia, y aquí si Gerardo utilizara la violencia se vería seriamente la cara con Tomás.
No se que opinas al respecto.
Podría suceder tranquilamente eso que comentas y yo que me alegraría, pero y si Gerardo le propone algo tan jugoso a Tomás que este no pueda rechazarlo a cambio de follarse a Carmen, solo nos queda esperar.
EliminarCreo que sí Gerardo tuviese una capacidad mínima de razonamiento, vamos que utilizara mucho más la cabeza que lleva sobre sus hombros y no la que tiene entre sus piernas, sabría o intuiria que Carmen es una mujer que ante un problema no se para a pensar mucho, es más de actuar y resolver. Además es de emprender y resolver retos.
ResponderEliminarTodos damos por hecho que Tomás va a tomar cartas en el asunto, pero Gerardo es un socio que le genera un veneficio al año.
EliminarNo creo que Tomás se desaga de el y más cuando Carmen no a sabido mantenerse en su sitio y hacer respetar el acuerdo.
Tomás podría pensar, Gerardo no viene a menudo a Madrid, que se folle a Carmen a cambio de Buenos negocios, si las cosas se descontrolan, ya tomaré cartas en el asunto en el futuro, pero después de una buena cantidad de dinero.
¿Que opináis de esto?
Impresiones sobre las vacaciones en conjunto.
ResponderEliminarCarmen disfrutó cuanto pudo de buen sexo, con Mario, con Gerardo, con Santos y con Mageli. Ayudó a que Mario pudiera disfrutar de Verónica mientras ella se ocupaba de entretener a Vicente.
El plan maquiavelo al parecer está en duda porque Carmen no desperdicia oportunidad con Gerardo. Ella misma le dice a Mario que se complementan sexualmente, qué saben lo que cada uno quiere, como si fueran compañeros de un equipo deportivo de mucho tiempo. Eso produce malestar e inseguridad en Mario.
Que encontró su mejor amante ella misma lo asegura. Que lo siga viendo después de las vacaciones, me parece muy difícil ya que Tomás a menos que tenga un buen negocio entre manos no está dispuesto a perder a Carmen.
Hemos visto episodios donde Mario se siente incómodo. Al inicio de la serie mientras estaba en el yate con Santos. Y las veces que Gerardo se metía en la villa para aprovechar el tiempo con Carmen,
No eran celos, era la incomodidad de ver su tiempo con Carmen compartido, aunque yo diría desperdiciado, con otra persona. Mario esperaba de alguna manera que se respetara su tiempo de pareja de vacaciones. En otras palabras que se cumpliera el trato.
En el capítulo anterior mientras Mario estaba en su reunión de trabajo, supo que Gerardo iba a aprovechar que él no estaba con Carmen. Y él no se sintió ofendido, ni humillado porque Carmen follara con Gerardo. Había una frase que decía algo como, - Machacalo cosita-.
Su malestar fue por el golpe que Gerardo le dio a Carmen y por la sumisión de esta. En este capítulo vemos que él nuevamente golpea a Carmen en la cara varias veces delante de Mario y Carmen no se defiende sino al contrario lo deja hacer, es lo que molesta a Mario y provoca su reacción y la consiguiente amenaza. Lo del restaurante es solo consecuencia de la frustración de Mario por no poder proteger a su amada.
En un comentario anterior les dije que Mario se consumaría como consentidor, y Apasionado respondió que él ya lo era. No es lo mismo participar en un trío que la escena que ocurrió en este capítulo cuando Mario estaba en la escalera mientras Carmen follaba con Gerardo en el cuarto. Había incomodidad pero Carmen lo conoce demasiado bien y le da rienda para que pueda espiarlos, sólo que Mario no se sentía cómodo para hacerlo como en otras ocasiones, con Carlos, donde fue a buscar refrescos para preparar los tragos, con Doménico donde se hizo el dormido para no interrumpir y con Ángel en aquella oficina durante la celebración de aquella gala. Mario disfruta viendo a Carmen disfrutar, también sabiendo que ella le va a contar cuando regrese de sus encuentros con sus amantes, cuando él no está presente, aunque a veces ella no lo haga o se demore en hacerlo.
En algunas ocasiones Carmen no ha estado muy dispuesta para complacer el morbo de Mario y esto produce otro malestar en nuestro protagonista.
Saludos desde ultramar.
Como dice Torco, Gerardo es el niño malo consentido y bravucón. Acostumbrado a tener lo que quiere, cuando quiere, donde quiere y como quiere. Se ha saltado su sistema de clases porque Carmen es demasiada mujer. Trató de implantar su poder en la pareja y aunque todos piensen que Carmen nunca defendió a Mario porque fue lo que se dio durante las vacaciones el conocimiento que Carmen tiene de este tipo de clientes que hacen negocios con Tomás debe ser suficiente para conocer qué tan peligroso puede ser Gerardo a las malas. Es por esto que Carmen le pide a Mario que no intervenga que estos son asuntos de negocio.
ResponderEliminarGerardo seguirá a Carmen a Madrid la buscará inclusive puede ser en la oficina y no en su casa, al estilo de Ángel. Esto supondría un problema para Carmen, ya que se estarían superponiendo sus diferentes vidas y ella no lo quiere.
Qué pasará en septiembre solo el tiempo que hace falta para la próxima publicación nos lo dirá.
Saludos
No me vale, si Carmen tiene ese conocimiento de los clientes de Gerardo, más razón para usar la protección que Tomas le brinda para defender a su marido.
EliminarMario a visto, como Gerardo a consumido casi todo el tiempo de vacaciones, a tenido que soportar los insultos de Gerardo, ver como Carmen defiende a Tomás y no a él.
Sin embargo en estas vacaciones Mario a estado a la altura, teniendo todos estos contratiempos.
No se puede decir lo mismo de Carmen, pero al final el vaso se a rebasado y Mario no a podido soportar más.
Como bien han dicho mis compañeros, ahora el balón está en el tejado de Carmen y Mario a sido tajante.
Otra cosa que nobentiendo de Carmen es después de ver como reaccionó Mario cuando Gerardo le pego, vuelve a dejarse pegar delante de Mario, que quería conseguir con eso.
ResponderEliminar¿Alguien puede explicarmelo?
De todas maneras para mi lo que lo cambia todo es la frase que suelta Gerardo, tu y yo no podemos hacer nada y menos este imbecil.
ResponderEliminarEs una frase iriente, pero a Mario no le queda otra que aceptar que en esta impotente ante esta situación, en estas vacaciones se a dado cuenta de verdad que los negocios de Tomás cada vez le van a quitar más tiempo al matrimonio, Carmen es la mujer más deseada, la que todos los clientes de Tomás van a querer follarse.
Mario no está molesto porque Carmen haya follado, empiezo a pensar que incluso Gerardo sea un dios en la cama, tampoco preocupa excesivamente a Mario, porque a visto al amor de su vida disfrutar plenamente.
Mario prefería esto que ver a una Carmen follando por compromiso, pasándolo mal. Después de la discusión no vuelven a hablar, Mario seguramente medito sobre el futuro del matrimonio y vio su fin.
De ahí el ultimátum, ¿es injusto que Carmen cargue con toda la responsabilidad?, definitivamente si, porque Mario es el artífice de que Carmen se haya convertido en la persona que es ahora.
Los dos van a discutir, pero esta vez no veo a Mario cediendo y no se como lo van a arreglar, porque fue Carmen quien le pidió a Tomás trabajar para el cuandoveste no quería y ahora no estará dispuesto a perder semejante activo.
Como dice Shubert, no nos queda más que esperar pacientemente.
Feliz fin de semana a todos.
Torco opina que “Carmen es una mujer que ante un problema no se para a pensar mucho, es más de actuar y resolver. Además es de emprender y resolver retos”. Y yo pienso que sí pero no. Creo que Carmen no se lanza a ciegas sin tener claro lo que quiere hacer. Creo más bien que, ante un suceso que requiere una actuación rápida, ella es de las que actúan y no se queda paralizada, como yo. Me refiero a un accidente o a tomar una decisión rápida sobre algo inmediato. Sin embargo creo que cuando hay que tomar decisiones de más calado no lo hace a la ligera, lo ha demostrado a lo largo del diario. No voy a poner ejemplos ahora pero se me vienen a la cabeza fácilmente.
ResponderEliminarMala mía, lo he expresado incorrectamente. De sostener lo que dije sería como si Carmen fuese impulsiva pero no reflexiva. De ser así no sería la buena profesional que es.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que, ante un suceso importante no se paraliza, actúa en consecuencia.
Amiga DIVAGANTE no te preocupes ya he recibido los consabidos tirones de orejas acompañados de una severa crítica de mi socia
Carmen y Mario son reflexivos, pero también han demostrado ser irreflexivos y menos mal, porque si los humamos no nos equivocaramos, no aprenderiamos nada.
EliminarCarmen en estas vacaciones, a creado un plan para sacar del juego a Gerardo, ahí a sido muy reflexiva, porque lo más fácil hubiera sido dejarse llevar y seguir follando con el.
Pero dejando a Gerardo campar a sus anchar, a menoscabado la autoridad de Tomás y a perjudicado las vacaciones de Mario, totalmente irreflexiva.
Mario a apoyado en todas las decisiones de Carmen aunque estas fueran en contra de sus intereses, pero a demostrado ser muy irreflexivo, amenazando con mandar al hospital a una persona que no conocia de nada, pudiendole esto salirle caro.
Mi amiga Isabella está totalmente de acuerdo con el comentario de Divagante, para mi ya lo demostró en aquella semana santa donde arreglaron su relación, fue Carmen quien llevó todo el peso y tenía muy claro lo que quería y a donde quería llegar.
ResponderEliminarLUIGI
ResponderEliminarA ver como lo planteo, siguo diciendo que la frase de Mario no es una amenaza, es una advertencia o casi mejor un presagio. Da lo mismo para Mario con quien se acuesta o no Carmen, de hecho el nunca a tenido ninguna autoridad sobre ese tema, siempre fue Carmen la que tomó la decisión de con quien, cuando y hasta donde llegar.
Comenta Apasionado y creo que correctamente que Carmen sólo es la Carmen verdadera cuando está con Mario, bien dicho.
También tengo en cuenta, que sólo llevan cinco meses en este tipo de relación y que para mi el que va perdiendo es Mario, en este tiempo es Mario al que más se le a ninguneado. Da la sensación de que el momento "sierra", sólo sirvió para dar entrada en sus vidas a todos los amantes , simpatizantes y aduladores de Carmen, "las" de Mario van desaparaeciendo de a pocos.
Teniendo todo esto en cuenta y algunas cosas más que no escribo, pienso que Carmen va a tomar la siguiente decisión " el tiempo lo cura todo y tengo a Tomás para protegerme" y entonces el balón cambiará de tejado.
En cuanto a Gerardo, siguo pensando lo mismo, a corto plazo no tendría que ser un problema, por mucho que le pese a Carmen.
Será Mario lo suficientemente consecuente con su frase? o ¿donde dije digo digo Diego?
Que opináis sobre esto?
No veo a Carmen dejando a Mario, uno porque lo ama y dos, porque el le contó lo mal que lo pasó cuando se divorcio de su mujer, además si Carmen dejara a Mario, está Elvira, ella desapareció porque no se sentía cómoda follando con Mario estando Carmen, pero si Carmen sale de la ecuación, podría volver para conquistar a Mario.
Eliminar¿Carmen está dispuesta a perder a Mario?, yo personalmente no lo creo.
Mario ya no se puede hechar atrás después de soltar ese ultimátum, se lo a soltado de forma categórica, si quiere conseguir algo tiene que demostrar que va en serio, cueste lo que cueste.
ResponderEliminarLe está pidiendo a Carmen que elija, me imagino que Mario habrá sopesado la posibilidad que Carmen elija a Tomás sobre el, en mi opinión sería un gran horror por parte de Carmen.
Como digo a Mario ya no le queda más remedio que seguir firme en su decisión.
Leo de Carmen sus sensaciones con los vuelos. En algo me reconozco:, los odio. Por la sencilla razón que todo aquello que me separé de mi querido planeta tierra así sea por dos metros me pone muy nervioso.
ResponderEliminarMi debut fue sencillito, Buenos Aires Barajas. Con mi socia compartimos odios distintos. Ella ama volar , pero odia navegar, algo que yo amo.
Hay un viaje en crucero que une Buenos Aires con un puerto cercano a Roma. Para volver lo haces en un vuelo desde Roma. Entonces una vez le dije compartamos odios, vamos en crucero y volvemos en avión. No hubo caso.
Dice un viejo refrán castellano: "Donde hay patrón, no manda marinero". Seguirás volando y la patrona no navegará, tenlo por seguro.
EliminarNunca he volado, así que no se si me da miedo, a mi lo que me aterra son los barcos, saber que puedes ser tratado por ese mar profundo y negro.
EliminarQuerido Torco que mal lo pasarías en mi trabajo, en más de una ocasion me he tenido que subir a lo más alto de una grúa de construcción, para hacer reparaciones.
EliminarAún estando atado con un arnés, me sigue impresionado tanto como la primera vez.
Ayer mís amigas Isabella y Maria vinieron a casa, Maria no había podido leer el capitulo hasta el viernes.
ResponderEliminarNos lo dijo claro. fíjate si el enganche de Carmen hacía Gerardo es grande que cuando le llama Tomás y le dice que haga respetar el acuerdo, Gerardo vuelve y se lo vuelve a saltar, volviendoselo a saltar el sabado por la mañana.
Maria lo tiene claro, si Gerardo aparece el la puerta de casa de Mario y Carmen, se lo vuelve a follar hasta que las paredes tiemblen.
Ella también opina que el plan maquiavelo no a servido de nada, porque Gerardo tambien esta enganchado a Carmen.
Para Maria Carmen va a tener un septiembre complicado, por el ultimátum de Mario, pero cree que el enfado de Tomás puede hacer que la valanza se incline a su lado.
Después de unos días de descanso, emprendo el trabajo con un borrador fechado en Septiembre de dos mil veinte. Es un texto que no había vuelto a leer desde entonces (tal vez alguna ojeada esporádica en estos dos años y medio) y lo encuentro tan fresco y vivo como cuando lo escribí, dispuesto para dar continuación a la serie del verano en Conil.
ResponderEliminarNo sé si estas divagaciones sobre fechas, a las que soy tan dado, os interesan poco o nada; a mí me resultan paradójicas. Que la evolución de una etapa del diario duerma durante años y resurja cuando le llega el momento, me hace reflexionar sobre la levedad de lo que somos en comparación con la vastedad del tiempo. Pienso en los capítulos escritos hace uno o dos años que reposan sin fecha cierta de publicación, o en unas notas esbozadas en navidades que apuntan a hechos de hace una década cuyo contenido probablemente no lleguéis a conocer por un motivo evidente. Me provoca una sensación abrumadora lo que el tiempo, inexorable, puede hacer con nuestras intenciones. Escribo lo que tal vez nunca vea la luz.
¿Importa?
Mario lo has escrito y eso es lo importante, si luego no ve la luz, no será culpa tuya, pues el tiempo es inexorable con todo el mundo.
EliminarLa única solución para poder publicarlo todo, sería hacerlo capitulo por senana, pero la calidad de tus textos requiere tiempo.
No se puede tener todo en la vida, en mi caso no me importaría sacrificar calidad por una publicación más seguida, pero te gusta el trabajo bien hecho y eres meticuloso.
Si cuando miras el texto que vas a publicar en tu rostro se debuja una sonrisa de satisfacción, no tendrás nada que reprocharte.
Todos tus lectores sabemos que no conoceremos el final de la historia por obvias razones, a no ser que todos fueras inmortales que no es el caso.
No se lo que pensarán los demás, yo en mi caso no pienso lamentarme en lo que no voy a poder leer y pienso disfrutar de lo que si pueda.
Animate hombre, de momento concentramos en el septiembre negro que eso si que vamos a poder leer.
Un abrazo muy fuerte para Carmen y para ti.
Claro que no Mario dentro de 6000 años; el Códice diario de un consentidor, será encontrado entre las ruinas de antiguas civilizaciones que poblaron este planeta y aquellos seres tratarán de descifrar cada una de las enseñanzas, desventuras y aventuras de los protagonistas de estos escritos.
EliminarSaludos
Bruto.
EliminarPersonalmente si me interesa, en su momento tuve acceso a uno de tus documentos antes de publicar y vi la relación de entradas, pero hay algo más importante en este caso, hablas de memoria, de mucho tiempo atrás y todos sabemos lo que la memoria se distorsiona con el tiempo, que siga como lo ves ahora quiere decir algo, se debe acercar a lo que percibiste o sentiste en aquel momento.
Mario me gustaría proponerte algo, porque no haces en algun aniversario del diario un capitulo especias con algún pasaje que haya sido importante para vosotros en la actualidad, publicándose en el aniversario que tu desees
ResponderEliminarEres libre de aceptar o no, un abrazo muy fuerte.
Jajaja, este capítulo es como Houdini, desaparece y aparece.
ResponderEliminarNo sé qué está pasando.
EliminarHace tiempo que dejé de preguntarme, porque algunos programas funcionan bien y otros no, no le des vueltas, si ves que sigue fallando intenta buscar una pajina que se amolde a tus necesidades.
EliminarQué cruel amigo mío, yo esperanzado de que podría lograrlo y, sin maldad, me muestras la triste realidad.
ResponderEliminarComo le he dicho a Mario, no pienso lamentarme de lo que no pueda leer y disfrutaré de lo que si pueda.
EliminarEn 15 años, Mario nos a relatado los hechos de 2001, los números no dan, es imposible, por eso le he propuesto que en algún aniversario nos publique un capítulo del presente, pero no se si eso sería posible sin conocer toda la historia, tal vez algunos dejen de leerlo, sabiendo que jamás conocerán el final.
EliminarYo lo leeré hasta donde llegue, jamás he dejado de leer un libro, mientras esté tuviera algo que contar, yo me conformaría con saber que todo a salido bien, que Carmen y Mario consiguieron alcanzar su meta y fueron felices.
Celebremos mientras relato tenga cosas que contar.
Un abrazo muy fuerte Torco.
Para mi el problema para mi es como van a derrumbar ese muro de hielo que se interpone entre ellos.
ResponderEliminarCarmen ha sido descrita por nuestro autor, como una persona jovial, con carácter, inteligente, pero sobre todo, muy natural y despreocupada. Es muy bella, pero eso no afecta su comportamiento con las demás personas, lo cual la hace fácil de querer.
ResponderEliminarEs muy sexual y aprendió mucho por la experiencia de estar con un hombre mayor, pero no lo aprendió todo y luego cuando comienzan las aventuras, va descubriendo sensaciones que sobrepasan su capacidad de razonamiento.
Aunque ella piensa muy rápido, se deja llevar fácil por lo que su cuerpo le pide. Carlos la invita a desayunar después de su primera noche en la Sierra y terminan follando en el hotel. Doménico la lleva al baño a darse una ducha y aprende .y disfruta una lluvia dorada. Luego viene un torbellino de sensaciones que comienzan con la frustración de ver su matrimonio en peligro, pero no deja de caer en brazos de amantes que cada vez le brindan nuevas experiencias.
Muchos dicen que el comportamiento de Carmen en estos capítulos luego de conocer a Tomás viene de la terapia de puta, pero si recordamos antes de la terapia estaba el encuentro con Borja y ya ella se preguntaba cuál era el precio que podía cobrar por sus servicios.
Conoce a Tomás un hombre mucho mayor que le brinda cariño sincero que demuestra su deseo por ella de forma muy tímida y respetuosa. Él le enseña a disfrutar del sexo sin penetración, aquel de los sentidos y sensaciones de la piel, del juego previo, que la hace desear la consumación del acto en esa sinfonía final de gemidos y orgasmos.
Ángel la lleva por el camino de la sumisión al igual que Santiago y Claudia. Estos le enseñan que hay alguien que manda y otras personas que obedecen.
Aún no aprende la enseñanza de Mahmud, pues si lo tuviera claro no estaría haciendo el plan maquiavelo para luego descartarlo ella misma. Él sabía el potencial que Carmen tenía antes que ella pero Carmen estaba más interesada en conocer detalles ínfimos como el precio por un servicio. Si ella aprendiera a separar la sensación y el sentimiento sería la puta perfecta.
Cuando llega Gerardo, que es un hombre de tomar; sin importarle más nada, de conquistar sin mirar a quién destruye y que es capaz de saltarse todos los prejuicios morales, que la toma cuando quiere, que le demuestra su fuerza con un simple acto como romper sus bragas, ella encuentra a su par perfecto carnal. Es un sexo explosivo, lujurioso y sin límites. Esto no quiere decir que ella lo ame o deje de amar a Mario, lo que significa es que ella no ha separado su cuerpo de su mente y esa es la razón, por la que todos la buscan cuando hacen tratos con Tomás. Porque hay una diferencia entre la forma que tienen sus compañeras de entregarse y la forma que tiene la Pantera. Con sus compañeras es un acto mecánico que cuenta con un tiempo y una calidad, en cambio Carmen se entrega, disfruta Y esto es algo que hace disfrutar al hombre saber que la mujer con la que está, se ha entregado en cuerpo y alma.
Son solo unos pensamientos sueltos, quizás estoy equivocado, pero es mi forma de ver la situación de Carmen en este momento.
No voy a tratar de adivinar qué va a pasar en septiembre. Solo toca esperar.
Un abrazo fuerte a todos desde el otro lado del mundo.
Muy bueno el análisis amigo shubert, el problema para Carmen es que le acaba de demostrar a Tomás que no está preparada para este trabajo.
ResponderEliminarLUCIA
ResponderEliminarSé que mucho apostáis por lo fácil, ver a Gerardo llamar a la puerta de Carmen porque no aguanta las ganas de acostarse con ella y a Carmen saltarse todo lo que se ha propuesto y caer muerta de ganas. Yo creo que el mundo funciona por el poder por encima del dinero y Gerardo se mueve en un mundo en el que clase social a la que ha logrado entrar le importa más que una mujer que por muy buen que esté puede encontrar en cuanto mueva un dedo. Se lo dice muy clarito.
“ —Estamos a punto de decirnos adiós y aún no me has preguntado nada.
—Ni lo voy a hacer. Tomaste una decisión, nos estamos despidiendo, ¿qué más quieres?
—Pensé…
—No hay vuelta atrás, Carmen
—Te estás equivocando. Tu conducta de hoy me ha hecho pensar que no lo sabes: pasé la noche con Santos, solo quería aclarártelo.
—Yo también tengo ojos en todas partes. Me apetecía una última vez, nada más.”
Para mí, este diálogo define la prepotencia de Gerardo.
Gerardo ya se a saltado sus normas, sabía que Carmen había pasado la noche con Santos y fue a la mañana siguiente follando con ella hasta pasado medio día.
ResponderEliminarA las pruebas me remito, el mismo desdice lo dicho igual que Carmen decide dejar de lado el plan Maquiavelo para volver a follarse a Gerardo.
Los dos se tiene muchas ganas, tal vez no vuelvan a verse más, pero yo no lo vería tan descabellado.
De todas maneras no creo que sea esto lo que provoque ese Septiembre negro del que nos ha hablado Mario.
EliminarLa verdad es que yo me decantaría por la separación temporal de la pareja, pero hay demasiadas variantes a tener en cuenta, la verdad es que el final del capítulo indica que seguramente tenderán una discusión.
Además de que Tomás no recibirá a Carmen con los brazos habiertos.
Solo nos queda esperar.
Mario desde IPad
ResponderEliminarHe publicado en todorelatos y, para hacerlo, he copiado el texto del blog y lo he pegado en un documento de Word porque es la última versión corregida. Como últimamente pasa, y no sé por qué, blogger ha retirado la página aduciendo que ha sido denunciada. Ya he deducido que este capítulo, cada vez que lo toco, provoca algo que blogger interpreta como una denuncia de contendido ilegal. Me limito a solicitar una revisión sin alterar nada y en minutos lo restauran. Misterios dignos de Iker Jimenez.
Lo comento porque, al publicar en TR, he cazado varios gazapos: un punto y aparte perdido; unas comillas inglesas que terminan con comillas españolas y un acento que convierte, por error, un presente en pasado. En TR no puedo hacer nada por subsanarlo, pero en blogger sí, a costa de sufrir un bloqueo momentáneo que solventaré inmediatamente. Para que no os moleste, saldré de caza este noche; pido perdón a a los lectores de ultramar.
No pidas perdón hombre, la verdad es que ayer me hizo mucha gracia, miro y había desaparecido, al rato vuelvo a mirar y volvía a estar, pensé vaya capítulo más revoltoso jajaja.
ResponderEliminarApasionado, me parece que eres de ideas fijas, te lo digo con cariño porque me caes bien, ya es mucho tiempo compartiendo espacio. Tienes una idea preconcebida y te cuesta escuchar, al menos es lo que me parece, con todo lo que dificulta no tener un contacto directo. No sé por qué estoy escribiendo esto, puede ser porque llevo un par de vermuts encima, porque me caes bien, como he dicho y me cuesta trabajo que no entiendas a Carmen. Perdóname si te molesto, no es mi intención, es que me recuerdas a alquien y por eso, y por los vermuts, me lanzo a a escribir lo que de otra manera no haría. segjro que dentro de un rato, en cuanto le de al enter, si es que lo hago, me arrepiento. ¿A que no eres un buen jugador de ajedrez? Ya, no hace falta que lo jures. :)
ResponderEliminarNo tienes de que arrepentirte y si, soy de ideas fijas, muy a mi pesar en muchas ocasiones, jugando al ajedrez no es que sea malo, soy horrible.
EliminarNo me molestas Divante, y si tienes razón no termino de entender a Carmen y me jode, porque creo que es el mejor personaje del diario.
Siempre tengo la sensación de que sus palabras y actos no van de la mano, que seguramente mi percepción esté errada.
Ya dije que Lucía y tu os parecías a mi cuñada, ella también me da tirones de orejas, pero siempre mirando por mi bien y de esa manera me tomaré tu comentario, la de una amiga aconsejando a otro amigo.
Un abrazo muy fuerte Divagante.
Mario a estado a la altura en estas vacaciones y espero que también lo esté en este septiembre, algo me dice que no va a ser un mes nada fácil para Carnen, puede que Carmen tenga más amantes que Mario, pero cuantos de ellos están a su lado solo para colmar sus deseos, sin importarle ella en absoluto.
ResponderEliminarCuantos de ellos estarán si las cosas se tuercen y Carmen necesita consuelo, incluso Tomás es un interesado, nada diferente a Gerardo.
Una vez dije que Mario estaba solo mientras Carmen tenía a sus amantes, que equivocado estaba, los dos están solos, solo se tienen el uno a la otra para defenderse de la gente sin escrúpulos que les rodea.
El sábado regresé de Edimburgo, he estado allí por motivo de trabajo y me ha venido bien romper con la rutina, ya os contaré. Tambien ha supuesto estar ajeno a lo que pasaba con el diario, me va a tocar ponerme al día, de momento quiero dar señales de vida. Sé por Lucy que me echabais de menos, me alegra. Volveré a dar la lata en unos dias. Como suele decir mario, besos, abrazos y achuchones a todos
ResponderEliminarHace un tiempo me puse al día en el relato, en su contenido y en sus comentarios. La historia es fascinante.
ResponderEliminarAunque he de reconocer que escribes muy bien sin embargo he de darle la razón a un lector que comentaba que cada vez le costaba más entender lo que querías decir de la forma en la que lo que dices.
¿A dónde va vuestra vida? ¿Qué pretende conseguir Carmen? Realmente, ¿por qué actuáis así? ¿Carmen es una heroína o una vulgar puta? ¿Carmen es una creación de Mario? ¿Qué o quién es Mario? …
La verdad es que el desarrollo de la historia es tremendamente erótico pero he de reconocer que todas esas preguntas que me hago responden a una realidad no sé ni a dónde vais ni por qué lo estáis haciendo, dando por hecho que la historia que se narra es real.
Por ello, un último deseo, que alguien me explique qué es el Diario, quién o qué es Mario y quién o qué es Carmen.
APASIONADO para tratar de entender a Carmen y Mario es necesario dejar de lado preceptos y costumbres que nos fueron inculcado, como dice el Nano en Esos locos bajitos, con la leche tibia y en cada canción.
ResponderEliminarEso no quiere decir que los abandonemos, por el contrario, que miremos sin ellos, con objetividad y sin pensar que esos hechos que tenemos frente a nosotros, nos están pasando a nosotros
De esa manera, como siempre digo y quizás aburro, es entender, comprender, y en lugar de juzgar acompañar.
Yo no intento juzgar a nadie, que con todas las veces que me dicen que deje de juzgar, parezco la inquisición.
EliminarSolo intento dar mi opinión, con la mente más abierta de la que soy capaz, intento ser lo más educado posible.
Para mi el diario a sido el relato que me a hecho reír, llore la primera vez que se separaron, me alegre muchísimo cuando volvieron a estar juntos, soy curioso por naturaleza y me cuestiono todo en la vida, me gusta el relato, porque me hace cuestionarme las cosas, pero es verdad que no estoy de acuerdo con ciertas cosas que pasan, pero eso no significa que quiera juzgar a Carmen y a Mario.
Estoy yo como para juzgar a nadie.
Un abrazo muy fuerte a todos.
Yo tengo un problema y es que no pienso en presente pienso en futuro, Nadia siempre me dice que muchas veces me estoy preocupando de cosas que todabia no han pasado y no tendrían porqué pasar.
ResponderEliminarCon el diario me pasa igual, pero que conste que mis comentarios no los hago para juzgar.
Como siempre digo gracias por vuestra paciencia y que durmais todos bien.
Mario desde IPad
ResponderEliminarBienvenido, Dosoctavas, ya nos contarás qué tal te ha ido por tierras escocesas. Se te echaba en falta.
Amigo DOSOCTAVAS se te extrañaba en el Café La Humedad. Tu silla sigue allá esperándote para nuestras tertulias, para esas poesías jy esa filosofía que nos alejan de la muerte.
ResponderEliminarMario desde IPad
ResponderEliminarLa noche de los cuchillos largos
Acabo de entrar alos comentarios de TR sobre el capítulo del Diario. Porque te quiero te aporreó. Esto es como una farmacia vacía, no tiene remedio.
ResponderEliminarLUCIA
ResponderEliminarBuena metáfora. Haces bien en tomártelo con ironía y buen humor.
No queda otra LUCIA, soy muy Cabrero cuando tengo ante mi gente de este talante. Para qué se meten en estas páginas si después lanzan insultos propios de descendientes de Torquemada.
ResponderEliminarLa verdad no los entiendo, están para un congreso de psicólogos. Ya varias veces el propio Mario me ha pedido, con razón, que no me enganche con sus taras.
Hola a todos yo soy un seguidor de la serie aunque nunca comento nada, para mi no hay duda de que Mario y Carmen siguen juntos, recuerdo algún comentario de Mario haciendo referencia a la pandemia... también sobre cómo termina Tomás. Leyendo esta serie de la playa la única duda que tengo es qué pasará con Gerardo. Me gusta cuando Mario hace de vez en cuando alguna referencia al presente. También Mario hace referencias al borrador fechado en sep de 2020 no se si este salto de 20 años nos dará alguna luz sobre la evolución de los personajes, si el borrador es continuación de Conil o también da un salto en el tiempo ...
ResponderEliminarMario desde IPad
EliminarHola, Jose; te quiero aclarar que, cuando hablo de un documento fechado en dos mil veinte, me refiero a su fecha de creación o última modificación y no de la época en la que se desarrolla la acción.
Yo no soy quien para decir nada, en TR te dan palos, pero no se pierden ninguna publicación, así que quédate con eso, mes a mes siguen leyéndolos capítulos que publicas, eso es que les gusta más de lo que quieren aparentar.
ResponderEliminarUn abrazo de oso amaroso para todos.
Contento de estar de vuelta, cuantas novedades desde que me fui, algun comentarista nuevo por aquí y los mismos de siempre por allá, que le vamos a hacer. No sé si fue Lucia la que ya cantó una vez la cancion de Mina, parole, parole, parole. Mario ¿por qué no buscas el video en youtrube y los subes a la cabecera? lo podemos escuchar cada vez que escriban una bobada.
ResponderEliminarLlego tarde a casa y cansado, no voy a comentar este capítulo, es bestial, ya daré mi opinión cuando este fresco. A pasar buena noche
Bienvenido amigo
ResponderEliminarCon respecto al libro citado del antropólogo Santiago Genovés, el título correcto es Acali y no Akali. La edición de que dispongo es de Planeta del año 1976, desconozco si hay ediciones posteriores, y la coletilla «la balsa del sexo» fue un titular sensacionalista de los medios de la época, sin embargo en el libro lo que menos hay es, precisamente, sexo. Comento esto porque algunos lectores han tenido dificultad para localizarlo. Tanto éste como el escrito por Thor Heyerdahl sobre la expedición kon tiki, merece la pena leerlos.
ResponderEliminarBienvenido Dosoctavas, no conocía esos libros, les hechare un vistazo.
ResponderEliminarMario desde IPad
ResponderEliminarPara los que no miráis los comentarios en TR os cuento que, en respuesta a Martaff, he dejado más información sobre Acali. Por si os interesa.
Soy un enamorado de la historia, la noche la los cuchillos largos 30 de junio 1934 y 1julio de 1934, esa noche comenzó una de las épocas más oscuras de la historia, espero que todos hechen un vistazo hacia atrás para que hechos así no vuelvan a repetirse.
ResponderEliminarMario desde IPad
Eliminar«Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla». Vamos camino de ello.
En todo caso, solo cité la noche de los cuchillos largos a modo de metáfora; supongo que entiendes el porqué.
Claro, como dijo Lucía fue una metáfora muy buena, esto para nada es una crítica, me pareció una cita histórica acertada, para expresar lo que estaba ocurriendo en TR.
EliminarSimplemente como te he dicho soy un enamorado de la historia y no estoy acostumbrado a que la gente cite frases o hechos históricos.
Mario desde IPad
ResponderEliminarSe acabó, apago el iPad y me tomo el fin de semana libre. Como diría el nano, parece que las musas pasan de mí; estarán de vacaciones.
Torco Mario, no se para que os molestias con la gente de TR, lo que no entiendo es para que siguen leiendo mes tras mes algo que no les gusta.
ResponderEliminarA mi no me gusta el marisco y no lo como, en la bodas o comuniones, todos mis familiares quieres ponerse a mi lado para comerse el marisco que voy apartando yo.
Mario desde IPad.
EliminarApasionado, colega, eres de los míos, me miran raro cuando digo que con el marisco me pasa como con algunos, la mayoría de los pintores abstractos, que no me saben a nada. Lo más, las gambas con salsa rosa (que las disimulan) y, eso sí, el arroz con bugre al que me aficionaron nuestros amigos asturianos. Siempre hay excepciones.
Mira el arroz con bugre no lo he probado nunca, el día que lo haga te comento que me a parecido.
EliminarEs colmo la langosta, es carisma umy encima le tienes que hechar mayonesa para que tenga gusto a algo, una estafa.
Las ostras, no puedo con ellas, me dan arcadas, los langostinos duros y toscos, podría seguir, pero me llevaría todo el dia.
Lo siento si alguno novesta de acuerdo, peroel arte abstracto, para mi no es arte, he visto cuadros expuestos que tenían menos arte que un dibujo hecho por un niño.
Yo lo he buscado y no lo he visto, a ver si tienes mas suerte. Por cierto, te van a machacar, lo sabes, no?
ResponderEliminarDosoctavas, iban a machacar a Mario de rodas formas, esto solo será una excusa, para hacer lo que iban a hacer de todos modos.
ResponderEliminarQué bien que se siente uno en este blog!!!! No paso los mariscos tampoco una sola vez hice el intento en el puerto de Mar del Plata y me fue fatal.
ResponderEliminarMenos mal que estos temas acá los podemos hablar porque en TR por sacar el tema de las expediciones cómo Kon Tiki o la nuestra Atlantis me topé con una no cuyas manos son pequeñitas porque me llamó boludo, bah no a mi solo.
Yo ya he enteado al trapo, cuando me dije que no volveria a hacerlo, de todas maneras va a dar igual lo que pongas, nos llamará boludos igual.
EliminarAl final no e podido evitar entrar al trapo, si es que no tengo remedio.
ResponderEliminarMario desde IPad
ResponderEliminarDos documentos, uno sobre Acali en el aniversario del fallecimiento De Santiago Genovés
https://www.jornada.com.mx/2013/09/07/cultura/a04n1cul
El siguiente, sobre Thor Heyerdahl y las expediciones RA
https://www.kon-tiki.no/expeditions/ra-expeditions/?lang=es
Mario desde IPad.
ResponderEliminarAtlantis, la película de Barragán, completa.
https://youtu.be/AwBCV1gNcME
Cómo te quiero APASIONADO qué bien encajarías en mi barra (pandilla) . Me imagino , porque no puede ser de otra manera, que tú compañera como Carmen y mi socia adoran los mariscos. Espero que también no soportes ese elemento de tortura y humillante llamado edredón.
ResponderEliminarMario desde IPad
EliminarEl edredón, ese instrumento de tortura que te deja los pies al aire en pleno invierno. ¡Horror!
Nadia me suele decir que no tengo ni puta idea de comer, que soy el unico raro al que no le gusta el marisco, hoy le voy a decir,mira no soy el unico, eso si, por otra parte lo disfruta porque tiene ración doble de marisco.
EliminarTorco tu también has entrado al trapo, no tenemos remedio, jajajajaja.
ResponderEliminarNosotros usamos un edredón nórdico y más de una noche e dormido con el culo al aire literalmente, Torco, Mario, conozco perfectamente esa sensación.
ResponderEliminarHola Mario y resto de habituales.
ResponderEliminarLo de "bun obsequio", ¿supongo que es un gazapo?
Ya me dirás..........
Gracias
Wiru
Mario desde IPad
Eliminar¿Bun obsequio?, ¿dónde?
Jajaja, Mario ya tiene entretenimiento.
EliminarNo hay dudas, quién inventó el edredón ha tenido desde niño abusos y maltratos y entonces dijo voy a vengarme de la humanidad e ideó este instrumento de tortura.
ResponderEliminarPensar que cada vez que debemos hacer la cama y llegamos a este momento trágico me suelta "... y fuistes a la universidad".
Pero igual las amamos.
Tu lo has dicho querido Torco, las amamos, ahora mismo la tengo al lado dormida, esta preciosa, me siento un hombre muy afortunado, estoy seguro que tu sientes lo mismo cada día.
EliminarQue durmais todos muy bien, yo voy a apagar la luz y abrazar a mi bella durmiente.
Mario desde IPad
EliminarEs un alivio saber que no soy el único que no entiende el dichoso artilugio y se enfrenta a la frasecita punzante. Tampoco entiendo la física cuántica y tengo un doctorado, qué tendrá que ver una cosa con otra, digo yo. Sí, las amamos, pero abusan de nosotros.
Jajajaja, si lo hacen querido Mario, pero con cariño, en mi caso cada vez que llevamos el edredón a la tintorería, después tenemos que meterlo en su sabana, es el unico momento que odia el edredón tanto como yo, una vez colocado en su sitio es feliz con el mientras se tapa hasta las orejas.
EliminarA veces pienso que si tendría que elegir entre el edredón y yo, estaría totalmente perdido.
Nadia a leido nuestras quejas sobre los edredones y dice que somos unos exagerados, además de no saber apreciar el calorcito que proporciona.
ResponderEliminarClaro, como ella se enrosca en el como si fuera una croqueta, siempre esta calentita y los demás con el culo al aire.
Es una guerra perdida, ya estoy con la bandera blanca, jajajajaja.
Querido APASIONADO debemos apoyar la rodilla derecha en tierra, tomar nuestra espada por su hoja y apoyarla sobre nuestro brazo izquierdo y en entrgarla por su empuñadura en señal clara e inquivoca de rendición incondicional
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarAquí, en el último y fabuloso episodio publicado:
ResponderEliminar"—Por si acaso alguien le ha visto venir, diremos que le hicimos bun obsequio de despedida por sus atenciones, lo cual es cierto."
Enhorabuena Mario, te superas en calidad en cada episodio.
Este último es soberbio, por su trama y su erotismo.
Carmen, como siempre, está que se sale.
Enhorabuena mil veces.
Wiru
Mario desde IPad
EliminarCorregido.
Hola Mario.
ResponderEliminarTengo dudas sobre si di a enviar en el blog mi respuesta a tu pregunta.
Por si acaso la repito. La frase es:
"—Por si acaso alguien le ha visto venir, diremos que le hicimos bun obsequio de despedida por sus atenciones, lo cual es cierto."
Si la he enviado dos veces, discúlpame.
Un saludo y enhorabuena por este extraordinario capítulo.
Wiru
Mario desde IPad
EliminarGracias, Wiru, siempre atento a la caza del gazapo. Lo corregiré más tarde porque, como sabéis este capítulo tiene algo raro que, cuando lo toco, provoca que blogger lo despublique, yo tenga que solicitar su republicación y en una hora o dos lo reviven.
Miriam mi compañera dice que estamos cortados por la misma tijera.
ResponderEliminarMario desde IPad.
EliminarEso mismo opinan por aquí.
Miremos el lado positivo, hemos entrado en primavera, eso quiere decir más calorcito y menos edredón, jajajaja.
EliminarUstedes APASIONADO por acá el tiempo está como la política de este país, un desquició.
ResponderEliminarChicos y chicas, estoy empezando a pensar, después de pasarme por TR, que los edredones no son tan malos, jajajaja.
ResponderEliminarLo hice, me costó pero pude hacerlo. Me comuniqué con mi facultad, con el departamento respectivo, después de revisar la nueva currícula dado que cambió el plan de estudio.
ResponderEliminarA la empleada, una amable señora le pregunté, si ahora o el algún momento en el tema de extención universitaria o en el plan de contacto con la comunidad, se brindó algún curso sobre edredón. La pobre mujer, superada la sorpresa de mi pregunta me contestó que no.
Así se lo comuniqué a Miriam , así que aconsejo a todos aquellos, cuyas parejas, al notar su impericia en el manejo de esa "cosa" y si tienen estudios universitarios, comunicarse con sus universidades y hacer la misma pregunta.
La respuesta de vuestras parejas seguramente será la que me dió mi socia pero que por recato la voy a omitir.
QUIERO VOLVER A MI ANTIGUA Y HERMOSA FRAZADA !!!!!
Mario desde IPad.
ResponderEliminarEn mecánica cuántica, la relación de indeterminación de Heisenberg o principio de incertidumbre establece la imposibilidad de que determinados pares de magnitudes físicas observables y complementarias sean conocidas con precisión arbitraria; tales como el edredón y su funda.
Me están diciendo por aquí que deje de una puñetera vez el IPad.
Mientras comíamos hoy, me a soltado que la funda del edredon se esta quedado fea de lavarla y que el fin de semana que viene vamos a ir a comprar una nueva, eso con la mandíbula partida de lo que se reía al decírmelo, se me a debido de quedar cara de tonto, jajajaja.
ResponderEliminarQuiero disculparme, en la parte que me corresponde, por el espectáculo bochornoso que se está dando en TR a los seguidores que, con toda probabilidad, no entiendan la necesidad de tal trifulca. Me considero responsable porque yo mismo aconsejé a varios lectores no responder a las provocaciones; sin embargo, cuando estas alcanzaron la categoría de ofensa personal me sentí obligado a salir en defensa del humillado sin hacer alusión explícita al que, amparado en el anonimato, se atrevía a hacer lo que, de frente, no sería capaz.
ResponderEliminarMe equivoqué, lo reconozco, lo único que logré fue sacar de las madrigueras al resto que estaban dormidos, y que otros se sumaran a la defensa haciendo mayor el incendio para regocijo de los que, como dijo uno de ellos, usan esto como diversión.
Lamento el espectáculo deplorable que, unos y otros, hemos dado al resto de lectores, los cuales no entran a ver el fondo sino las formas, propias de un programa de tele basura.
Perdonadme; como dijo el innombrable, lo siento mucho, me he equivocado, no lo volveré a hacer. Y en mi caso, creedme, lo digo de verdad.
Me tomo el resto del puente de Mayo para reflexionar, en mi caso dispongo del martes, festivo en Madrid. Nos vemos el miércoles. Pasadlo bien.
Yo también me disculpo, aunque fui el agredido eso no me daba derecho a hechar más leña al fuego, por eso pido perdón a todos y cada uno de vosotros, como digo no aprendo nunca.
ResponderEliminarNada, nada, Mario disfruta del puente... Aunque ...¿Un nuevo capítulo como penitencia? Jajajajaja, es broma por supuesto. Aunque no importaria
ResponderEliminarPor que creeis que di de baja la cuenta en todorelatos? para que cuando se me sube la sangre a la cabeza no pueda soltar las que soltaba antes. Mano de santo, ahora me cabreo en voz alta pero no les doy el gusto de que se diviertan a mi costa.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarLlevo mucho tiempo sin leer los comentarios de TR, no merece la pena, pero te he recomendado que no la cerrases, lo he hecho porque yo te descubrí por ahí y me da pena que otros lectores no te descubran, pero ...
Lo que decidas estará bien, tanto en un sentido como en otro, al final es que te sientas bien con lo que haces.
Soy de tú generación, un par o tres años menos y la mierda que nos estamos comiendo con estos intolerantes no nos la merecemos, me educaron como a tí y a todos en respetar primero y sobre todo a los demás, no sé de dónde ha salido está gente, no lo entiendo y me da mucho miedo, mucho.
Espero equivocarme.
No sigo al día los comentarios. En alguna ocasión, en algún momento, todos o simplemente un trozo grande o chico…, pero es suficiente para darme una idea de por dónde van los tiros.
ResponderEliminarYo le he aconsejado, hasta la saciedad, a Mario, que no cierre nada, que no vaya a huir y por consiguiente dejar de escribir (lo que el ama y lo que nosotros disfrutamos), sólo que tenga en cuenta que si hablan de él, bien o mal, es porque les importa muchísimo más de lo que él se imagina.
Tod@s tenemos televisión y en ella hay programas maravillosos, que los vea quien quiera; también hay bodrios, que los vea quien quiera, y los hay que considerarlos basura es casi un halago porque realmente huelen a mierda, pues que los vea quien quiera. A mí no se me ocurre decir que tienen que quitarlos de la programación porque para mí tienen todo el respeto del mundo aquellas personas que sí los ven y que por el contrario no les interesa, en absoluto, lo que a mí me gusta. Lo cual no quita para que en los comentarios yo pueda opinar, bien o mal, de todos ellos.
Pues esto es igual a lo que pasa con el Diario. Dejad que opinen lo que quieran, de entrada porque eso significa que lo están leyendo, que lo están siguiendo. Y además, para mí, también ellos tienen todo el respeto del mundo. No seamos fervientes defensores de la censura cuando al mismo tiempo no dejamos de criticarla.
Un beso
C
Lo que más me divierte es que los que más critican son los que nunca han escrito nada y se sienten con el carácter moral de juzgar a los que realmente usan su imaginación o experiencias para crear los relatos que todos disfrutamos.
ResponderEliminarYa hemos perdido una gran cantidad de buenos relatos que han tenido que ser modificados o simplemente cortados porque a los comentaristas de la página aquella que no sé por qué me recuerdan a comentaristas deportivos que nunca han jugado un deporte pero son los expertos no les agrada cómo va la continuidad de ciertos relatos. En el momento en que un relato no me gusta no lo sigo leyendo para que perder tiempo en algo que no me agrada o que no está de acuerdo a lo que yo considero que es interesante para mí.
Los verdaderos escritores desafortunadamente se ven avasallados por esta cantidad de comentarios muchas veces ofensivos de estas personas si no te gusta lo que yo escribo entonces escribe algo tú mejor debería ser la consigna. Creo que me estoy calentando de recordar este tipo de comentarios.
Saludos desde el otro lado del océano.
No he vuelto a contestar en TR y no pienso volver a hacerlo, pero ya me he cansado. Me estoy empezando a plantear no volver a publicar mis relatos.
ResponderEliminarEscribo mis relatos con toda la ilusión del mundo, pero ya me han dejado claro que carezco de talento en la escritura. Lo mejor que puedo hacer es disfrutar de los relatos que si tienen ese talento y olvidarme de que yo podía ser uno de ellos.
Un abrazo muy fuerte a todos.
APASIONADO no entremos en su juego. Sigue publicando, sigue haciendo lo que te gusta.
ResponderEliminarTorco, a mi me gusta mucho escribir relatos, pero llevo percibiendo lo que me llevan diciendo en los últimos comentarios en TR, desde un tiempo atrás.
EliminarMi fuerte es la imaginacion, el problema es que mi escritura no esta a su altura. Lo intento en cada relato, intento con todas mis fuerzas mejorar, pero veo relato a relato que no lo consigo y me frustró.
La imaginacion no es suficiente, he visto como muchos lectores que me seguían y comentaban mis relatos, dejaron de hacerlo hace mucho, soñé en poder escalar el Everest y no he llegado ni al campo base.
Es hora de volver a poner los pies en el suelo y mirar al futuro con perspectiva, todabia no he tomado ninguna decisión, lo único que he hecho es dejar el último relato que estaba escribiendo en stand-by.
Ahora mismo no me apetece escribir nada, tal vez en unos días se me pase o por lo contrario, decida cortar por lo sano.
Un abrazo muy fuerte Torco.
LUIGI
ResponderEliminarApasionado ni se te ocurra dejar de publicar, si no quieres en TR publica en otras páginas que haberlas las hay, son tus relatos y nadie tiene derecho a decirte que hacer o no. Vamos ni tu mismo !!!!!!!.
Un abrazo.
Y dejar ya está pelea de patio de colegio que al final no llega a nada y repercute en la buena cordialidad y entendimiento y que no por ello tenemos todos que opinar igual ni en el mismo sentido.
Un saludo
Indudablemente, esta gente violenta que encontramos en TR podemos definirla, desde el punto de vista científico como pasibles de una conducta sexual disvsliosa, agravada por un prolongado período de abstinencia, que necesariamente deriva de un exceso de utilización de satisfacción manual que trae como consecuencia la caída en un pozo depresivo.
ResponderEliminarPara explicarlo de una manera sencilla, son como una iglesia vacía, o sea no tienen cura.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarAyer a última hora tomé la decisión: mi actividad como autor en TR ha llegado a un punto de corte. Me voy sin hacer ruido, en silencio, dejando que el tiempo provoque, por aburrimiento, el abandono de los que han hecho imposible el intercambio de opiniones sosegado y correcto en cada capítulo. No lo tomo como una derrota porque no me considero en guerra con nadie, sería absurdo. He repetido más de una vez que escribo, en primer lugar, para mí y después para los lectores que siguen el diario y en especial para aquellos que paulatinamente se han ido agregando a un núcleo con los que mantengo una relación cercana (si es que se puede considerar cercano un contacto carente de todo lo que hace tangible una relación), ¿tendría sentido, si no fuera así, que llevara quince años escribiendo sobre unos sucesos que abarcan poco más de un año?, ¿Qué editorial admitiría semejante ejemplar?, ¿quién pagaría por ello?, ¿merece ser publicado?
Las respuestas son evidentes, nunca me he engañado. Por eso, y porque mi vida personal y profesional orbita en torno a otras prioridades, ha llegado el momento. El placer de escribir no compensa el malestar gratuito provocado por personas anónimas a las que no debo nada. La balanza entre lo uno y lo otro se descompensa y es el tiempo de parar. Si el placer de escribir se agota no hay motivo para continuar.
Dice una buena amiga que hay que aceptar las críticas tanto las buenas como las malas, de lo contrario estás ejerciendo censura. ¿Qué le ha pasado a este mundo para que al acto de rechazar el mal gusto y la violencia verbal se le llame censura? Humillar a alguien en público por sus carencias ortográficas, hacer mofa de él y gritarle «¡esfuérzate, tío!», no es crítica, es acoso, siempre lo ha sido y siempre se le ha hecho frente. Ahora, parece ser que hay que aceptarlo y dar las gracias. Y qué decir de gente que te adula, busca tu aprobación y cuando no la obtiene se revuelve con furia y entrega su servil adulación a otros autores envuelta en despecho demasiado explícito. Lo siento; como dice el nano, entre esos tipos y yo hay algo personal, no los quiero en mi casa.
Y ya que TR no es mi casa, como pensaba, sino un espacio público en el que hay pocas reglas, voy a tomarme un tiempo para pensar si merece la pena, porque ahora mismo, volviendo al nano, tanta toxicidad hace que las musas estén pasando de mí. Os conté que trabajaba sobre un original escrito hace tres años, la continuación del verano en Conil; sin embargo no consigo hilvanar dos puntadas, me pierdo en el techo —tal vez necesite una mano de pintura, qué sé yo—, abro el documento una y otra vez y lo cierro entristecido. ¿Cuándo me he sentido triste intentado escribir el diario? Sí, Cris, has acertado: hace doce o trece años; qué mal augurio, ¿eh?
Hay veces que es necesario echarse a un lado, dedicarse a lo que realmente importa, tomar distancia, oxigenarse y vivir para aquella a quien le he estado quitando tiempo. No sé cuánto durará este viaje; creedme, lo necesito, lo necesitamos.
Pongo el control del blog en manos amigas para que vuestra voz se oiga. Blogger tiene sus reglas y obliga a entrar mediante una cuenta de Gmail, no es cosa mía, os lo aseguro, los habituales ya lo saben. También, si alguien quiere decir algo en privado, contar cualquier cosa o escupir (que los hay) puede hacerlo en mi cuenta de email; es, como no, diariodeunconsentidor y, claro, Gmail.com. Esas manos amigas se encargarán de pasar la escoba para que, a mí vuelta, pueda responderos sin perderme entre la basura.
Nos vemos.
Te entiendo perfectamente Mario, tomate tu tiempo como yo pienso tomarme el mío, lo único que lamento es que nos hayan quitado las ganas de escribir.
EliminarMucho ánimo, se que regresaré, espero que pronto, porque después del tabaco la escritura es lo que mas me ha enganchado.
También espero que tu regreso sea pronto y con energías renovadas.
Un abrazo muy fuerte Mario, Carnen y demás compañeros.
Hay mar embravecido, cómo buen marino busca el auxilio de esa bahía con nombre de mujer. Refugia tu barca entre sus orillas, repara tu velamen y descansa en esas playas que tan bien conoces.
ResponderEliminarYa llegará el momento en que con el alma sanada junto a tu barca inicies el camino de regreso. Cómo buen capitán sabrás elegir el puerto más conveniente.
Dónde sea, armaremos el Café La Humedad y tú pandilla, tu barra, te estará esperando.
Un abrazo hermano y hasta pronto.
Bruto.
ResponderEliminarSiento que hayas llegado a esta situación pero lo entiendo, descansa y carga energía, y me fastidia más por la nueva etapa que se abría en el relato, pero te aseguro que lo comprendo, no se puede estar amargado, tienes que hacer las cosas porque las disfrutas.
Espero poder seguirte en la nueva etapa que estoy seguro que se abrirá en un futuro.
Suerte con todo.
Para mi es un día muy triste, Mario adora el diario, solo hace falta leerlo para que nos demos cuenta con el mimo con el que lo trata, ahora a perdido la inspiración y eso es lo peor que le puede pasar a un escritor.
ResponderEliminarYo estoy igual, sentarte delante de la pantalla, darte cuenta que a pasado una hora y no has escrito nada, se que la decisión que a tomado es la correcta, cerrar el diario dejarlo descansar, por suerte tiene la mejor medicina de su lado y esa medicina se llama Carmen.
Torco me a gustado tu comentario, pero no puedo evitar sentirme huérfano.
Un abrazo muy fuerte a todos.