Página

05 abril 2024

Capítulo 185  Fuego cruzado (1)


Tiempo aproximado de lectura: cuarenta y un minutos.


«El tiempo escapa como la arena entre los dedos.»

(Meine liebe Oma)



Llegué a la Sierra pasadas las doce del mediodía porque quise darles margen a la despedida. Carmen me recibió radiante, como suele estar después de una noche en la que ha habido buen sexo. Teníamos por delante todo el fin de semana, nos acercamos al pueblo, tomamos el aperitivo, comimos en el restaurante de su tocaya. Entre plato y plato me contó los recortes aprobados en la reunión del consejo; la economía se enfriaba, yo le expresé mis temores por el futuro de la fusión. ¿Qué hacíamos hablando de trabajo? Nos trajeron los postres y atacamos otros temas: la familia, Emilio. Paseando por el parque hacia casa preguntó por Elvira, por Candela, yo me mordí la lengua y evité mentar la soga en casa del ahorcado. Subiendo la última cuesta sucumbí a la curiosidad por saber qué tal le estaba yendo con Jacobo.

—¿Volverá?

Carmen se asomó a la cocina.

—Estoy segura, en cuanto arregle las cosas con Reyes.

—Por lo que dices, tiene difícil solución.

Había preparado café, iba a colocarlo en una bandeja para salir al porche.

—Le sorprendió tu llamada, ¿sabes?

—Supongo que agradeció disponer de un par de horas más contigo.

—Ni te imaginas.

—Entonces, quien debería darme las gracias eres tú.

—Tenía pensado marcharse temprano. No acaba de entender que lo llevemos tan bien.

—¿Eso dijo?, ¿que “lo” llevemos?

—Le cuesta, es normal, dale tiempo.

—En el fondo es como le gustaría vivir con su mujer.

—A lo mejor. Eres un cielo.

Me enganchó por detrás, haciendo presa en mi cuello con los dientes y una mano dentro del polo.

—¿Qué andas buscando por ahí?

—Algo encontraré.

Su aliento se convirtió en un entrecortado jadeo, se había colado por la cintura del pantalón, me tenía bien cogido.

—Tranquila, ya he echado la leche al café. —bromeé.

—Serás guarro.

Estaba reviviendo una escena parecida en la cocina de casa que acabó masturbándome sobre la encimera. El recuerdo me encendió, quería más.

—No sería la primera vez.

—¡Pero bueno! —exclamó escandalizada, siguió sobándome por encima del bóxer sin apresurarse.

—¿Has olvidado la ensalada que llenaste de semen? —la incité.

—¿Cómo se te ocurren esas cosas? 

Me dejó a medias con un beso en el cuello, un azote y un «Vamos, se va a enfriar el café». La seguí a la terraza desconcertado con la bandeja; continuamos hablando de Jacobo, de los planes de reducción de gastos, de lo que podía pasar si Bush cumplía las amenazas publicadas por aquellas fechas. Yo, en cambio, pensaba en su insólita reacción; una de dos, o le incomodaba hablar de esa escena o realmente no la recordaba. ¿Cómo olvidar algo así?

«Encendí la radio de la cocina. La SER estaba sintonizada y, como cada noche que me tocaba cocinar, me sumergí en los temas que planteaba “hora veinticinco”. Carmen aprovechó para ducharse. Veinte minutos más tarde el consomé humeaba en la cazuela mientras terminaba de aliñar una ensalada con virutas de beicon recién frito y queso de cabra desmigajado.

No la escuché entrar. Sentí sus manos cobijándose bajo la sudadera y el aliento en mi cuello. Continué removiendo lentamente el consomé. Una de las manos intrusas descendió a la cintura del pantalón de chándal, se introdujo con habilidad por el slip, rodeó los testículos y los amasó suavemente, de su pelo húmedo caían pequeñas gotitas que sus labios se encargaban de recoger en cada beso; seguía acariciándome el vientre a la altura del ombligo, ejercía una leve presión al tiempo que se frotaba levemente, sentí sus pechos libres bajo la bata de baño, no dejaba de acariciarme el escroto, lo recogía como si lo estuviera pesando, me recorría el torso con la yema de los dedos jugando a pellizcar los pezones antes de huir furtivamente de regreso al vientre, mi polla había dejado hace tiempo de ser una pequeña extremidad dormida, comenzaba a crecer en oleadas atrapada por el slip, Carmen la colocó erguida y la abandonó para volver a apoderarse del escroto. Apagué el fuego y retiré la cazuela, pero no cambié de postura, lo último que deseaba era romper el hechizo del momento.

—¿Me crees ahora? —susurró en mi oído.

—Por supuesto, siento haberte subestimado.

—¿No me creías capaz de ligar?

—No es eso, es que no me lo podía imaginar.

Abandonó los testículos, escuché caer la bata y antes de pegarse a mi cuerpo me bajó el pantalón y el slip a la altura de las rodillas. Su mano izquierda volvió a cobijar el escroto, con la derecha rodeó la verga, dura como una piedra, y empezó a recorrerla una y otra vez, sin apretarla, apenas el roce suficiente para arrastrar la funda y descubrir el húmedo glande,

—Tampoco yo me lo podía imaginar de ti, mujeriego.

Apoyé ambas manos en la encimera y me dispuse a dejarme hacer, miré hacia abajo, su mano brillaba empapada de flujo, el tormento me llevaba al límite, cada vez que estrujaba con las yemas de los dedos el glande mis piernas parecían desfallecer, su pubis desnudo encajaba entre mis nalgas y el vello me hacía cosquillas, sus pechos formaban olas sinuosas en mi espalda. Era todo tan suave, tan intenso, tan delicado…

—¿Y ahora qué? —pregunté. Necesitaba saber cuál era el próximo paso en su relación con Doménico, seguramente me estaba precipitando, pero mi cabeza no había hecho otra cosa durante toda la jornada que crear escenas, a cuál más sexual, entre mi esposa y su nuevo amigo.

—¿Qué? —No me lo ponía fácil, sin duda sabía cuál era la pregunta, pero no iba a dar nada por sobreentendido.

—¿Te piensas acostar con él?

Carmen deslizaba los dedos por el resbaladizo tronco, me torturaba apretándolo unas veces, rozándolo con las uñas otras.

—¿Quieres que lo haga?

—¿Tú quieres que me acueste con él? —insistió poniendo en su voz toda la sensualidad de la que es capaz.

El estómago se encogió, los muslos flaquearon, la cintura se aflojó y entonces, cuando sentí cómo me vaciaba, exclamé entre espasmos:

—¡Sí, quiero que te lo folles sí! ¡Oh, joder, acuéstate con él, sí, hazlo, sí!

Apoyado en la encimera, soportando su cuerpo sobre mi espalda, intenté recuperar el aliento mientras veía nuestra cena echada a perder por los regueros de semen que, además de estrellarse contra la pared, habían caído en la ensalada, en la encimera e incluso en el consomé.

—¡Qué desperdicio! —musité casi inaudible. Carmen levantó la cara y contempló el desastre.

—Sí, es un desperdicio. —dijo situándose a mi lado y recogiendo con dos dedos un goterón de la encimera, lo saboreó mirándome a los ojos.

—¿Pido una pizza? —propuse. Negó con firmeza, a continuación tomó una hoja de lechuga cubierta de semen y la degustó con los ojos cerrados como si se tratase de la cata de un gourmet.

—No sé tú, pero yo no voy a perderme esta delicatessen.

Y cenamos consomé y ensalada con sexo.» (1)


—¿Me estás escuchando?

—Eh, sí, claro.

—Entonces ¿te parece bien?

—Sí, muy bien.

—El qué, no tienes ni puñetera idea. ¿Dónde tienes la cabeza?

—Perdona.

—¿Qué te pasa?

—Estoy preocupado. Vamos a olvidarnos de todo durante un par de días, ¿vale?

—Anda, relájate, ven. 

Recostado en su regazo, traté de apartar la sospecha de que las piezas empezaban a encajar.

A media tarde el cielo se cubrió de nubes, los relámpagos iluminaban el horizonte, sonaban ecos de truenos lejanos, empezaron a caer gruesos goterones, un fuerte viento de bochorno nos obligó a refugiarnos, la tormenta se acercó con rapidez, en minutos la tuvimos encima descargando su furia entre rayos y ensordecedores trallazos; tal como vino se alejó dejando una fina lluvia, el olor a ozono, hierba mojada y el frescor que anuncia el otoño.

Cenamos pronto después de hablar largo rato con Emilio. Estaba prácticamente recuperado ansioso por volver al trabajo, si no se había reincorporado aún era porque los amigos le manteníamos a raya. Puede que la influencia de Carmen tuviera más poder de convicción que las razones de todos los demás. La amenaza de no volver a verle fue determinante.

Nos fuimos a la cama temprano y, sin muchos preámbulos, me hizo el amor pensando en otro, lo vi en la mirada perdida. ¿Por qué no prestarme a ello si lo necesitaba?


…..


Noche cerrada, el sonido de la lluvia acompañaba mi desvelo. De repente vi el patrón, ¿cómo no lo había visto antes?, con todo el sigilo salí de la cama. Dios, era tan evidente: Carmen tirada sobre la mesa del despacho de Diego, usada por éste y por su ayudante; tumbada en la mesa de la cocina de Doménico sujeta por Antonio, entregada a, ¿cómo se llama?, Cristian, eso es, Cristian y varios más; ofrecida en el despacho de Angel a los que, en la imaginación de ambos, pudieran sorprenderlos. En todos los casos follada por quien la usa sin voluntad, cedida a otros sin consentimiento. ¿Cómo no lo he visto antes? 

Debo anotarlo ahora en detalle. Mañana cuando despierte se lo cuento.

Espera, piensa. Si le muestras el patrón que enlaza su conducta con el sueño de la infancia… 

Espera, corres el riesgo de desencadenar un brote violento. ¿Cómo no ha sido capaz de detectarlo? ¿Qué le ocurre? Parece que estuviera discriminando partes de sus vivencias y las apartase de la consciencia. Como lo ocurrido esta tarde en la cocina, ¿realmente ha olvidado la ensalada llena de semen? 

—¿Qué haces aquí?

—No podía dormir.

—¿Qué te pasa?

—Estoy nervioso, iba a acabar despertándote.

—Pues ya ves, estoy despierta. Cuéntame qué te preocupa.

—La… fusión, está en vía muerta.

—No, dime qué es.

—¡Nada, no es nada!, anda vamos a la cama. —respondí de malos modos. Ella volvió a la alcoba sin responder.

El resto del fin de semana transcurrió sin hacer mención a aquel absurdo incidente que podía haberlo arruinado, el buen juicio de Carmen lo evitó. El lunes a primera hora hice la llamada que debería haber hecho hace tiempo.

—Doménico, soy Mario. Necesito hablar contigo, es urgente, se trata de Carmen, llámame cuando puedas, a la hora que sea. 


……


—Dígame.

—Mario, Doménico al aparato.

—Gracias por llamar.

—Qué ocurre.

—Es Carmen, está pasando por un momento complicado y he recordado la conversación que no te dejé terminar.

—Me llamaste después, no pude atenderte porque estaba en el hospital.

—Lo sé, siento tu pérdida,

—Gracias. ¿Qué le pasa a Carmen?

—Desde que no la ves han pasado muchas cosas, ha cambiado, lamento no haberte escuchado cuando quisiste contarme…

—Espera, espera. Si me pides ayuda necesito saber lo que está pasando, Carmen es muy, muy importante para mí, hubiera luchado por ella si no fuera porque está profundamente enamorada de ti y separaros sería perderla ¿entiendes? 

—¿Por eso te fuiste?

—No tenía otra opción, alejarme o enfrentarme a ti, lo llegué a pensar, te lo aseguro, pero hubiera sido inútil, la habría perdido igualmente. Luego, la enfermedad de mi madre y su fallecimiento me ha mantenido apartado. 

—¿Cuándo vuelves?, me dijo que tenías pensado venir por estas fechas.

—Ese era el plan, pero los acontecimientos lo han cambiado todo, las exportaciones a Estados Unidos están congeladas, tenemos que encontrar soluciones alternativas a corto plazo hasta que se restablezca el mercado americano.

—Entonces ¿no vas a volver?

—No he dicho eso. Mi intención es encarrilar la empresa y dejar a mis hermanos a cargo, me llevará un par de meses, tal vez más, después recuperaré mi vida. De todas formas, voy a estar en Barcelona la próxima semana, tenía pensado hacer una escapada a Madrid para estar con ella.

—Es mejor que nos veamos antes, yo puedo ir a Barcelona.

—Me estás preocupando, ¿tan serio es?

—No podemos hablar esto por teléfono.



Claudia

Tras su sonado regreso, Ángel no volvió a aparecer por el gabinete; no le concedí demasiada importancia, tenía otras responsabilidades. Me empezó a preocupar cuando pasaron los días y siguió sin dejarse ver. Le llamé y saltó el buzón de voz, otra rareza porque jamás me dejaba colgada. 

No tenía con quién compartir mi inquietud, sabía lo que iba a decir Mario y entre mis compañeros no contaba con nadie de confianza, tal vez Itziar. Mejor sería esperar. Pero el tiempo corría, la comunicación llegaba a través de Ana, era quien recibía las instrucciones de Ángel y le daba los avisos. Esto y una nueva llamada de Lorena me tenía en modo Almodóvar: al borde de un ataque de nervios.

—¿Qué te pasa?

Era difícil engañar a Itziar, llevábamos media hora trabajando codo con codo y yo misma era consciente de mi escasa concentración.

—Perdona, será mejor que lo dejemos.

—Llevas varios días ausente, ¿estás preocupada por algo? ¿quieres hablar?

—Es Ángel, no ha vuelto a aparecer, ¿te parece normal?

—Estará ocupado en la facultad.

—Está pasando algo, lo sé, para colmo no me devuelve las llamadas, nunca hace eso.

—Olvídate, cuando acabe con lo que sea volverá, seguro.

Yo no estaba tan segura. Por si fuera poco, la conversación con Lorena había sido, sin ambages, una nueva andanada de Tomás que llegaba en el peor momento.


La presión de Lorena

La llamada me encontró tomando café con mis compañeros a media mañana.

—¿Qué tal?

—¿Interrumpo?

—Para nada.

—Pues oigo mucho jaleo.

—Dime lo que sea.

—Joder, qué borde. Quería contarte cómo fue lo de Javier.

—Te dije que me daba igual.

—La está cagando, no sé qué coño le pasa.

—¿Qué ocurrió?

—Cuando nos vio le cambió la cara, preguntó por ti,Tomás puso una mierda de excusa, Javier ni le dejó terminar; yo quería que me abduciera un ovni. 

—Abdujera.

—¡Abduleches, ya salió la lista! ¿Me vas a dejar hablar?

—Perdona, sigue.

—Me di cuenta de que se iba a ir todo a tomar por culo. Tuvieron una conversación muy tensa y yo allí, en medio, sin saber qué hacer. Estuvieron hablando de una inversión, más bien quien hablaba era Tomás porque Javier tenía cara de perro. Tomás quería adelantar unos plazos, él dijo que las fechas no se movían y empezaron a discutir, Javier se levantó y dijo que le llamaría.

—No me lo puedo creer, ¿ya está? ¿se acabó?

—Ya está. Íbamos a cenar, luego pasaríamos a un reservado en el que debía estar callada, después subiríamos a la suite, pero en cuanto vio que no estabas tú se jodió todo. No veas el cabreo que llevaba Tomás de regreso.

—¿Cómo se le pudo ocurrir hacer algo así?

—Ya te digo, está muy raro últimamente. De camino quiso saber si hablaba contigo.

—¿Qué le dijiste?

—La verdad, que no somos íntimas.

—¿Y?

—Nada, no dijo nada, aunque ya sabes cómo es, quería que te enterases de todo.

—Acabáramos, por eso me has llamado.

—¡No, joder! Te he llamado porque estaba segura de que te morías de ganas por saber cómo me había ido con tu Javierito.

—No le digas que has hablado conmigo, por favor.

—No creo que me pregunte, pero si lo hace lo va a notar, soy incapaz de fingir.

Antes de marcharse a Barcelona, le conté a Mario lo que estaba pasando, necesitaba compartirlo con él.

—¿Quieres saber lo que pienso? Claudia le ha leído la cartilla y ha dado un ultimátum: o Carmen o yo, me temo que ha elegido a su pesar; quizá haya otros intereses que le obligan más allá de lo que pueda sentir por Claudia.

—¿Cómo cuáles?

—Es pura especulación. En un matrimonio como ese los aspectos económicos estarán bien atados y un desliz supone un descalabro mayúsculo. Estos no son como nosotros que tenemos todo en común, sin ningún tipo de distinción entre lo tuyo o lo mío.

—Es que no hay nada tuyo o mío, amor, no lo concibo.

—Lo de ellos es diferente, tendrán un régimen de separación de bienes con cláusulas estrictas para cubrirse en caso de…

—En caso de tener que acuchillarse.

—O chantajearse. En cuanto a Tomás, te está enviando señales a través de Lorena, es evidente. Yo, en tu lugar, haría algún movimiento en la buena dirección.

—¿Y cuál es la buena dirección, según tú?

—Supongo que no querrás desligarte de él, lo echas de menos.

—Mucho.

—Cariño, los malentendidos se solucionan hablando. Sé lo que me vas a decir, pero alguien ha de dar el primer paso.

—Tomás está actuando como un…

—Como un idiota. Yo también lo hice, contigo fui un auténtico gilipollas.

—¿Solo?

—Un hijo de puta, nunca podré perdonarme.

—Calla.

—Sin embargo, aquí estamos. 

—Aquí estamos. —repetí con la voz ahogada.

—Todo gracias a tu empeño. 

—Tú también pusiste de tu parte.

—Qué generosa eres.

Cómo le quiero.

—Además, te mueres por volver a estar con Javier, reconócelo.

—Esa no es la cuestión.

—A lo que iba: a estas alturas debe de estar arrepentido de todo lo dicho y hecho, lo que pasa es que los tíos somos incapaces de pedir perdón, nos cuesta un huevo.

—Lo dices por experiencia, ¿verdad, capullo?

—Pues sí, aunque lo bueno de esto son las reconciliaciones.

—Capullo. 

Rodamos en el sofá, cómo le puedo querer tanto. Se nos quedó pequeño para lo que quería hacerle, y desnudos, sin preocuparnos del ventanal abierto, lo llevé de la mano hasta la alcoba donde terminé lo que había empezado. Es mío, mío.

Mario se marchó a Barcelona, Ángel seguía sin dar señales de vida, Itziar le restaba importancia. Elsa se unió a nuestro pequeño círculo por un descuido: entró a dejarle una documentación, algo debió de notar porque nos separamos con brusquedad.

— Me voy, no quiero molestar.

—¿A qué viene eso?

—Os habéis quedado calladas cuando he entrado. Hasta luego.

—Espera. ¿Te has dado cuenta de que Ángel ha desaparecido?

—¡Itziar! —la reprendí sin poder contenerme.

—¿Qué pasa?

—Carmen está preocupada, no se le ha visto desde que volvió de Nueva York, ni un solo día.

—¿No?

No, negaron nuestras cabezas al unísono.

—Es raro, ¿qué pensáis?

Me encontré en mitad de un debate en el que no quería estar y menos con Elsa, desconfiaba de ella; surgieron multitud de alternativas a cuál más absurda. Había que poner fin a aquello, cuanto antes mejor.

—Chicas, chicas, no vamos a ningún lado, mejor lo dejamos.

Estuvieron de acuerdo, nos levantamos, la reunión de trabajo seguiría otro día, Itziar se alisó la falda, yo recogí la carpeta y Elsa… Elsa se acercó y me besó en la boca, un beso inacabable sujetándome la cara con sus suaves manos. Hasta que reaccioné.

—Pero ¡qué haces!

—¡Ahivá! —exclamó Itziar.

—Lo siento, pensé que vosotras…

—Nosotras, ¿qué?, ¿estás tonta? Espera, dónde vas. —la detuve por el brazo.

—Déjala, es igual. —calmó Itziar.

—No es igual.

—Yo creí…

—Ya sé lo que creíste, pero esto no va a quedar así.

—Por mí no lo hagas.

—Lo hago por mí, Itziar, no tengo nada que ocultar. Hace unos meses tuvimos un… rollo, o lo que fuera, pero eso no le da derecho a exponerlo ante los demás. 

—Un rollo, qué fuerte.

—Perdonad, creí que había algo entre vosotras.

—Pues te equivocaste, ten más cuidado con lo que haces.

—No es para tanto —dijo Itziar conciliadora—, a mí no me parece mal. 

—¿Te imaginas la que se montaría si en vez de ser tú hubiera sido delante de otra persona?

—Pero no ha ocurrido, olvidémoslo. —dijo Elsa.

—¿Y desde cuándo te gustan las tías? —siguió Itziar, poco dispuesta a olvidarlo.

—Vale ya.

—Se la tiró la mujer de Ángel. —soltó de un tirón Elsa. La miramos sin poder creer que hubiera sido capaz de desvelar algo así.

—¡Elsa!

—No me jodas. —exclamó Itziar cada vez más divertida.

La huida hacia adelante es, en ocasiones, la única opción viable, porque las demás se limitan a revolcarse en la vergüenza o en la negación de la realidad.

—Es cierto. La conocí durante la separación, estaba pasando una época difícil.

—No sabía que te hubieras separado.

—Serás la única que no lo sabe. La conocí en un pub de ambiente al que solía ir con una amiga.

—Un pub de ambiente… una amiga... —apostilló Itziar, me estaban poniendo de los nervios

—Sí, una amiga íntima, ¿quieres los detalles? Allí conocí a Claudia, congeniamos y me invitó a su casa.

—¿Y?

—Nos acostamos, no preguntes, luego llegó Ángel y se unió a la fiesta, ¿satisfecha?

—Tranquila.

 —Elsa debería haber contado que también se acuesta con el matrimonio. 

—Joder, esto parece un culebrón. Os lo advierto, a mí no me vais a comer los morros.

—Vete a la mierda.

—Eres todo un pozo de sorpresas.

—Yo me voy.

—Elsa, ni una palabra. —le advertí.

—¿Hace falta que me lo digas? A ninguna de las dos nos conviene airear ciertas cosas.

—Pues quien lo diría. —saltó Itziar con guasa—. Se ha molestado. —dijo cuándo Elsa cerró la puerta.

—Que lo hubiera pensado, ha sido muy imprudente. —respondí visiblemente molesta.

—Se ha puesto celosa. Sí, celosa, te lo digo yo, algo ha visto que le ha hecho pensar que nosotras… —hizo un gesto señalándonos con los dedos—. Ha marcado territorio.

—Pues vaya ojo que tiene.

—¿Tan imposible te parece? —preguntó con fingido coqueteo.

—Déjate de bromas.

No quise indagar si en realidad se trataba de eso, una broma, o había algo de verdad en su tono pretendidamente sensual. Volvimos al trabajo, al cabo de un rato lo dejamos, el ambiente estaba enrarecido por los ecos de lo vivido con Elsa. Cuando iba a salir me chistó y al volverme, me lanzó un beso y yo la mandé a la mierda. Volví al despacho con una sonrisa, tampoco había sido para tanto, Itziar es como es; en cuanto a Elsa, ya hablaría con ella.

Aún era pronto, tenía dos líneas de fricción tan potentes e impredecibles como la falla de San Andrés: una era Tomás, la otra era Claudia, debía afrontarlas para superar esta etapa de inestabilidad. Elegí la más complicada. 

Recordé las enseñanzas de mi instructor de defensa personal con el que solo estuve unos meses aunque dejó una profunda huella: El Aikido no usa la fuerza, utiliza el desequilibrio del adversario cuando ataca para derribarlo.

Respiré hondo antes de pulsar llamada, Claudia la rechazó de inmediato. No iba a rendirme, volví a llamar, esta vez contestó a la tercera señal.

—Qué quieres.

—Hablar contigo.

—Ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar.

Volví a pulsar llamada, No iba a consentir que me colgara.

—Carmen, no vuelvas a llamarme.

—Tenemos que hablar quieras o no, esta no es forma de solucionar los problemas.

—No tenemos nada que solucionar.

—Pues entonces tendremos que decirnos las cosas a la cara, date ese gustazo. ¿En el Antlayer?

—¿Quieres que te cruce la cara en público?

—Tú tienes más clase. ¿Esta tarde a las ocho?

Me dejó con la palabra en la boca de nuevo. Estaba temblando, también estaba excitada.

Escogí la mesa donde la conocí. Me quité la chaqueta y dejé al descubierto la camisa por la que tanto me había costado decidirme, negra semitransparente, combinada con un pantalón de talle alto. Contaba con que la tenue iluminación mostrase menos de lo que había visto en el espejo de la alcoba: mis pechos desnudos apuntaban como si fueran a rasgar el delicado tejido. El punto de desequilibrio era la ausencia de aros, un movimiento improvisado a última hora que podía jugar a mi favor. Paola se acercó con sus andares de pantera.

—Dichosos los ojos, qué cara te vendes.

—Hola, nena, qué vacío está esto.

—Todavía es pronto. —Me recorrió entera y logró encender cada poro de mi piel— ¿Esperas a alguien o vienes de caza?

—Qué mala eres, he quedado con una amiga. Ponme lo de siempre si aún te acuerdas.

—Me acuerdo de todo, y tú, ¿te acuerdas?

—Como si fuera ayer.

—Pues no lo parece, ni has vuelto ni has llamado.

—He estado muy liada.

—Eso se dice cuando no quieres volver a estar con una chica.

—Te prometo…

—No prometas nada. La bebida… déjame sorprenderte.

—Me pongo en tus manos.

—¿Es una proposición?

No me importaría. Se fue moviendo el culo como si tuviera vida propia, a mitad de camino se volvió. «Te he pillado», dijeron sus ojos. Le lancé un beso. Me había hecho ganar confianza, desabroché un botón más, calculé con la yema de los dedos el alcance del escote y llegué a tocar la punta del esternón. Exhalé el aire rindiéndome al destino.

Apuraba el cóctel con base de ginebra y Campari pensando que me iría de vacío cuando la sentí a un lado. Se me paró el corazón. Imponente, hermosamente madura, con la melena plateada por los hombros, Claudia dominaba el entorno. Se sentó a un lado a cierta distancia, yo sonreía, sin embargo, ella permanecía seria. Me sentí boba con esa sonrisa en el rostro.

—Creí que no ibas a venir.

—Lo estuve barajando, no obstante tienes razón, las cosas hay que decirlas a la cara.

—Muy bien, empecemos.

Paola saludó a Claudia que cambió de registro y respondió con su habitual cortesía, después regresó a la neutra frialdad.

—Qué quieres.

—Saber qué está pasando, Ángel no ha vuelto por el gabinete.

—¿Para eso me haces venir? No te creo.

—Lo encontré muy afectado, y eso que no me contó ni la mitad de lo que debió de soportar en Nueva York.

—Supongo que te encargaste de consolarle.

—No estamos aquí para eso.

—Para qué estamos, entonces.

—Para aclarar nuestra relación.

—No tenemos ninguna relación, eso se acabó.

—Te equivocas, Ángel, tú y yo, mal que te pese, tenemos una relación, y si te empeñas en negarlo vamos a hacernos un daño innecesario.

—¿No serás tú quien lo ha provocado alimentando una fantasía abocada al fracaso?

—Podemos seguir echándonos en cara lo que hicimos, lo que te advertí y no escuchaste o lo que, demasiado tarde, me negué a vivir. Así no vamos a avanzar. He venido a proponerte que partamos de cero y volvamos a mirarnos a la cara como aquella noche en este mismo lugar, en tu casa, antes de que apareciera Ángel; tú y yo, solo tú y yo, antes de que un hombre lo enturbiara, ¿o no te acuerdas?

En un segundo la dureza se desvaneció dando paso a una fragilidad que nunca le había visto. Claudia vulnerable, no podía creerlo y antes de que llegase a pronunciar una sola palabra el dolor que llevaba sobrellevando tanto tiempo tras esa máscara de arrogancia se mostró al desnudo.

—Ojalá no hubiera aparecido, ¿cómo sería nuestra relación si no la hubiera…? ¡Oh, joder, siempre igual, siempre tiene que venir a emborronarlo todo!

—No es culpa tuya.

—Sí lo es, ¿por qué le permito colonizar todas mis relaciones? No ha habido ni una sola que no haya acabado en sus brazos. Imagínate a una pintora cuya obra no pudiese terminar sin ser profanada a brochazos por su marido. Esa soy yo. Lo paradójico es que, a pesar de todo le quiero.

Paola volvió con la copa de Claudia, esta se rehizo y puso punto final a una confesión para la que yo no tenía réplica.

—Angel regresó conmocionado, es comprensible con la situación tan traumática que había vivido, sin embargo, yo noté algo más, traté de hacerle hablar, pero respondía con evasivas, enseguida lo vinculé con tu ausencia. Pasó el fin de semana ensimismado, no me quedó ninguna duda de que detrás de esa conducta estabas tú. El lunes, cuando volvió por la noche, llegó desquiciado, con un estado de ansiedad preocupante y un grado de ebriedad inusual.

—No habíamos bebido.

—¿A qué hora se marchó?

—Sobre las diez.

—Llegó más allá de las doce. Intenté hablar con él, preguntarle dónde había estado, fue imposible, estaba muy alterado, decía que la vida ya no tenía sentido. Traté de calmarlo, pero me rechazó con violencia; lo dejé, cuando se pone así es impredecible, me fui al dormitorio, él se quedó en el salón. Por la mañana se disculpó, aunque siguió sin querer hablar. Así seguimos desde entonces, conviviendo en silencio bajo una tensión insoportable. 

—Ahí tienes el motivo para renunciar al viaje, no quería que llegáramos a esto.

—¿Qué pasó cuando os reencontrasteis? Cuéntamelo, necesito saberlo.

—Yo me sentía culpable por haberle fallado, aunque estaba convencida de haber hecho lo correcto. Los días durante los que pensé si estaría vivo o muerto supusieron un desgaste emocional agotador y de pronto, volver a verlo... Imagínate, tuvimos que contenernos delante de todos, más tarde vino a mi despacho y por fin pudimos, sin testigos…

—Estáis locos, allí, en un despacho.

—Paramos a tiempo, le propuse ir a mi casa, pero convocaron un consejo extraordinario, seguramente aprovecharon su llegada para forzar quórum. Al finalizar nos quedamos, entonces no nos contuvimos, se habían ido todos.

—No es excusa.

—Lo sé. ¿Qué me ocurre con Ángel?, consigue que pierda el control.

—Sin embargo, pudiste controlarte en el aeropuerto.

—Es distinto.

—¿Qué sucedió para que volviera a casa como vino?

—Me recriminó haberme quedado en tierra, se sintió traicionado, al mismo tiempo reconoció que me debía la vida, lo cual no es cierto. Su desesperación por sentirse abandonado le llevó a incumplir el compromiso con Robert, eso le salvo la vida, no yo.

—Algo más debió de pasar que no me estás contando.

—Le expliqué por qué no había ido, le dije que estaba confundiendo las emociones hasta un nivel peligroso para todos, era necesario reconducir nuestra relación. Le pedí que hablase contigo en profundidad. Entonces perdió los nervios.

«—Nuestra relación. ¿Qué has hecho con nuestra relación? ¿Quieres saber la verdad? De acuerdo. Cuando supe que no habías tomado ese avión salí a la calle, iba llorando como un idiota, quería morirme, Carmen. Por qué me habías hecho eso. Estuve dando tumbos por la ciudad desesperado preguntándome qué había hecho mal, por qué te había perdido. Nada tenía sentido, nada me retenía allí. Entré en un pub, olvidé por completo la cita que teníamos con Robert y bebí, escribí y bebí, hasta que el mundo se vino abajo; debía de ser una maldición porque para mí, el mundo se había hundido desde el momento que tú decidiste olvidarme.» (2)


—Apártate de él, es la única manera de que se recupere de esta obsesión enfermiza.

—Por eso no ha vuelto a poner los pies en el gabinete.

—Se lo he exigido, tiene que entrar en razón, pretende un imposible.

—¿Qué pretende? Dímelo. 

—¿Necesitas oírlo? Vamos, Carmen, lo sabes de sobra. Debe olvidarse de ti, si continúa con esa locura nos va a arruinar la vida.

—Claudia, no puedo hacer más, le he dicho que mi vida está ligada a Mario.

—No lo ve, está ciego y desesperado. En qué hora te conocí. 

—Se le pasará, hemos hablado, lo ha entendido, dale tiempo.

—No va a volver al gabinete, quiero que se desligue de la sociedad y se aleje de ti..

—Te estás equivocando, cuanto más intentes apartarlo, más fuerte se volverá su dependencia.

—Cállate. O lo hace o por más que me duela emprendo los trámites de separación con todas las consecuencias. Si me veo obligada lo pongo en la calle.

—Podemos abordarlo de otra manera.

—¿Cómo? ¿De qué manera se puede dialogar con el hombre al que has dedicado la vida y te deja de lado por otra mujer más joven, más sexual y con más puntos en común? 

—No es la primera vez que te enfrentas a esta coyuntura y sales victoriosa. Ángel es un niño grande, siempre lo has sabido manejar, yo supe hacerlo después de asimilar la violación, no fue fácil, pero lo conseguí, o mantenía el rol de víctima o sumaba a mi favor la potencia de un acto tan brutal, podía ser devastador o no, dependía de mí. Ángel podía ser un depredador o un juguete, elegí que fuera esto último, tú también has elegido esta faceta de él en otras ocasiones, ahora, entre las dos, debemos recomponerlo, hacerle entender cuál es su lugar y el de cada una de nosotras. Si lo conseguimos, se serenará, podremos convivir como antes, incluso mejor.

—Es un plan muy ambicioso, ¿lo crees posible?

—Tengo fe en nosotras.

—¿Y en él?

—Si vamos de la mano, lo podemos manejar.

—Es un niño grande, tú lo has dicho.

—Y como todos los niños, bruto e irresponsable hasta hacer daño, pero es adorable.

—Le quieres, ¿verdad?

—Cómo no quererlo, tú misma lo dijiste, es culto, inteligente, divertido, es cariñoso y tremendamente obsceno cuando se lo propone. Pero mi amor es Mario, eso no lo va a cambiar nadie, ni siquiera Ángel.

—Y a pesar de todo le quieres.

—A pesar de todo.

—Te violó, Carmen, ¿cómo puedes quererlo?

—Eso pertenece al pasado, Ángel se empeña en recordármelo, para él es una fuente de excitación, se regodea en revivirlo conmigo, no pretende hacerme daño, es su forma de sentirse potente y joven como aquella noche.

—Por qué lo consientes?

—Porque para mí es una forma de búsqueda de sentido. Tal vez en uno de esos ensayos, por llamarlo de alguna forma, logré abrir la puerta que me muestre lo que intento encontrar.

—Si hubiera intuido lo que iba a pasar, lo habría evitado.

—Lo sé, nunca te he culpado.

Nos quedamos calladas rumiando todo lo que habíamos compartido, estábamos en un nivel de confianza como jamás habíamos alcanzado.

—¿Desde cuándo no llevas los aros?

—A veces me los quito.

—Qué mal mientes, lo has hecho para venir a verme, di la verdad.

Descubierta, solo pude callar.

—Has venido desnuda con intención de abrumarme, con esta camisa transparente, sin sujetador para enseñarme los pechos porque sabes cuánto me gustan, y por si no era suficiente, te quitas los aros.

—Confieso que he pecado, madre, mea culpa. (3)

Claudia entornó los ojos al recordar la primera vez que estuvimos allí mismo en plena confidencia.

—Lo has conseguido, es en lo primero que me he fijado al llegar, en tus pechos desnudos sin adornos. Reconócelo, lo has hecho para mí en señal de entrega. 

Sí, lo había conseguido. 

—Todo pecado conlleva una penitencia. ¿Estás dispuesta?

Miré a nuestro alrededor temiendo cualquier cosa.

—Ya habrá tiempo, no te apures.

Los dedos corrieron por mi mejilla, atrapó la oreja, jugó con los pliegues logrando erizar el vello de la nuca, bajó por el cuello, le fue fácil colarse y hacerse dueña del hombro. Todo en un instante. La camisa, tan suelta, se deslizó por el brazo, mi pecho quedó desnudo y maldije el momento en que solté el último botón. Lo sostuvo como una copa y con un solo un dedo se obstinó en pulsar el pezón provocando una cascada de chispas por todo mi cuerpo. En un instante.

—¿Has visto una pieza tan hermosa alguna vez?

Abrí los ojos. Paola, interpelada de camino a otra mesa, me contemplaba. Claudia jugaba con nuestro deseo. Tal vez hablaba de mi pecho mostrado como un objeto, tal vez la pieza era yo.

—Es perfecta, tienes un gusto exquisito.

Se olvidó de ella y me besó con toda la pasión de la que era capaz, el dolor que nos mantenía enfrentadas se había disipado, no éramos enemigas, nunca lo habíamos sido. Correspondí abrazándola y ofreciéndole el cuello para que me diera placer donde ella sabía. «Cariño, cariño», gemía mientras me buscaba con sus manos ansiosas. Al fin recuperó la sensatez.

—Vámonos a casa.

—No quiero encontrármelo.

Buscó el móvil en el bolso.

—Voy a casa con compañía. …. No, quiero que te vayas. …. Haz lo que quieras me da igual, pero márchate.

Colgó, pidió la cuenta con un gesto. No dije nada, cuando estaba con ella, no discutía.

—Vamos en mi coche. Te quedas a dormir.

—Mañana…

—Mañana llamas y dices que te vas a retrasar, ¿no eres un alto cargo? Esta noche eres mía.

No iba a discutir, salimos cogidas de la cintura, de mi coche ya me ocuparía al día siguiente.


…..


Podría reconocer su olor con los ojos cerrados entre cien mujeres. Tenía una de sus preciosas tetas a milímetros de mi boca, con fruncir los labios tocaba la rotunda curva del seno vencido hacia el costado, es a lo que jugaba, a besarlo con el roce de los labios, a embriagarme con el aroma de la axila poblada de un fino vello imperceptible a simple vista salvo que se esté tan cerca como lo estaba yo, descansando en su brazo, besándole la mama, deseando lamer esos pelillos sedosos.

Habíamos hecho el amor nada más llegar a la mansión, nos desnudamos con la urgencia de dos ninfómanas en la misma entrada, dejamos la ropa esparcida por el suelo y subimos a trompicones hasta la alcoba. Me gustaba esa mujer madura tan imponente, de pechos y muslos poderosos, me gustaba hundirme entre ellos y comerle el coño grueso, jugoso. Me gustaba escucharla desgarrarse la garganta. Lo iba a pagar de algún modo, porque Claudia era implacable.

—Trátame con cuidado. —rogué viendo el arnés armado con una verga excesiva.

—Descuida. 

Me puso el cigarro en los labios, la intensa calada llegó a lo más profundo de mi cerebro.

—La última vez me hiciste daño. —Insistí. No hizo caso, estaba inerme, me movió como a una muñeca de trapo hasta lograr darme la vuelta, me izó por el vientre para ponerme de rodillas y apuntó con ese monstruo embadurnado en crema. Empujó antes de que pudiera prepararme y la frené con una mano. No seas bruta, le dije. Volvió a intentarlo, esta vez la esperaba y aflojé, no era tan gruesa como parecía, entró, poco a poco entró, me sujetó bien las caderas y empezó a follarme. Cómo le gustaba someterme y yo, entre las tinieblas de mi mente adormecida, volaba con la grupa cubierta, llena, dilatada, palpitante.


…..


—Toma, aspira fuerte, aspira.

La habitación se iluminó hasta cegarme, enseguida volvió la normalidad, me sentí bien, fresca, como nueva.

—Necesito una ducha.

—Yo también, pero antes come un poco.

Fue decirlo y sentí un hambre feroz. Frente al lecho descubrí una mesita con todo tipo de bollería. Ensaimadas, croissants, suizos, café humeante y una jarra de agua que despertó el ansia por beber. Los aromas llegaban con una intensidad inaudita. Olfato de perro, recordaba haber leído en alguna parte. Gateé a la mesa donde Claudia servía dos tazas.

—Apetece, ¿verdad?

—Estoy muerta de hambre.

Devoramos los bollos manchándonos los morros de azúcar glasé limpiándonos los dedos en la piel. Fue ella quien comenzó, dibujó un trazo en mi pecho, un brochazo blanco que alcanzó de lleno el pezón. Tardé en reaccionar, tenía los dedos pringados de crema, los posé sobre su espléndido seno cubriendo la extensa areola. Sonrió malévola, se tomó un tiempo, a mitad de un coulant usó el índice para pintarme el pubis de chocolate. Acabamos lamiéndonos golosas, manchándonos allí donde la lujuria nos pedía endulzar un hueco antes de caer en la tentación de chuparlo.

Sucias, despeinadas, con la respiración agitada y el deseo a flor de piel nos retamos con la mirada sobre unas sábanas preñadas de sudores, flujos, crema y chocolate

—Me engañaste con Sara.

—Eso es agua pasada.

—No, Claudia, me hiciste daño. Disfrutas humillando a quien te… a quien tienes cerca.

—Lo siento, no sé por qué lo hago. 

Fijé la mirada en el techo, si seguía mirándola esas malditas lágrimas terminarían por brotar y no lo iba a consentir.

—Perdóname.

¿La arrogante Claudia pidiendo perdón? Era demasiado. Tragué saliva.

—¿Y Talita? —pregunté con la voz tomada—, ¿qué es de ella?

—Le he dado la noche libre, quería estar a solas contigo

—No lo entiendo, ¿cómo podías estar tan segura de que acabaría aquí?

—En absoluto, la llamé desde los lavabos del Antlayer. 

Talita… Recuerdo su mirada, la confusión tras descubrir lo que usó para poseerme por detrás, aquella niña se había corrido en mis entrañas, mientras trataba de entenderlo entró en mi campo de visión y la descubrí así, como en la foto que conservo, frente a mí y yo anonadada, cerca, muy cerca, tan cerca que pude admirar su pubis, un pubis de varón en unas caderas de mujer adolescente, unos muslos de mujer joven, un vientre de muchacha, unos pechos de niña púber, un pene grueso y unos testículos pequeños. Estaba abrumada, me incorporé sobre los antebrazos, vi un rostro expectante de… mujer o de joven adolescente, de chica o de muchacho, según lo mirara o según la mirase. Talita sonreía ante mi desconcierto, yo volví a mirar aquella verga rematada por un bello glande bien formado, una verga en un precioso cuerpo de mujer adolescente. Se arrimó para tentarme, yo acerqué los dedos, la rocé, brincó y retiré la mano asustada; solo un fue reflejo, enseguida la recorrí entera, busqué la bolsa prieta escondida debajo, la acaricié y ella se acercó más para insinuarse a mi boca. (4)

—Me habría gustado verla.

—Hoy no era la noche, la próxima vez.

—¿Siempre tienes que marcar los tiempos? ¿siempre tienes que ser tú quien decida cuándo y con quién?

—Toma, mastica esto.

—¿Qué es?

—Vamos, no seas díscola, ¿me vas a hacer enfadar?, eso está mejor.


…..


Dormir con Claudia siempre fue cualquier cosa excepto dormir. Pasamos la noche hablando, fumando de todo, bebiendo más de lo que solía y suelo beber. Follamos como auténticas guarras, se empeñó en rasurarme «hasta el último pelo que no esté en tu cabeza»; no entraba en mis planes volver a hacerlo, pero quién discutía con Claudia, además, a las tres de la madrugada, yo estaba tan fumada, me había metido tantas rayas y me había hecho probar tantas cosas desconocidas que pelarme el coño era lo menos arriesgado de toda la noche, si me hubiera propuesto afeitarme las cejas quién sabe. Le dije cuánto me gustaban sus pelitos de los sobacos y se horrorizó al descubrirlos, cuando estaba a punto de pasarse la cuchilla le rogué que no lo hiciera, así estaba divina, se los lamí entre besos para reafirmar mis palabras, sería el alcohol o todo lo que nos habíamos metido. «Te quiero», dijo absolutamente emocionada y volví de golpe a la tierra: «¡Ella también, no, por favor!»; la preocupación duró lo que dura un abrir y cerrar de ojos, enseguida seguimos flotando, yo embelesada por el volumen de sus tetas y ella, besándome por todas partes.


…..


Desperté. Me estaban zarandeando. 

—Aspira fuerte, venga.

Eso ya lo conocía. Aspiré hasta el fondo y volví a ser persona.

—¿Qué hora es? Necesito un café. Tengo que hacer pis.

—Pues sí que te levantas activa.

—¿Qué hora es?

—Las once.

—¡Joder!

—Tranquila, le he dicho a Ángel que te cubra.

—¿Está aquí?

—Estamos solas, date una ducha y arréglate, no hay prisa.

Cuando salí del baño consulté el móvil, tenía varios avisos, dos de Mario, uno de Lorena y otro de Esther. Bajé y encontré a Claudia en el salón con un desayuno preparado para mí. Al lado de la taza, un paquete. Estuve tentada de rechazarlo, aunque pensé que siempre tendría tiempo de deshacerme de su contenido sin necesidad de incomodarla. Lo guardé en el bolso.

—Gracias. 

—Llevas de todo un poco. Dosifícalo, es bastante mejor de lo habitual. Anda, ven a desayunar.

—Solo tomaré café.

—Tenemos que hablar.

—Ahora no, lo siento, es muy tarde.

—Te llevo, tendrás que recoger el coche.

De camino, establecimos un plan de actuación o más bien, una encerrona, pero de eso no voy a contar nada todavía.

Se detuvo a doble fila cerca del Antlayer donde tenía aparcado el coche.

—Me alegro de haberte hecho caso, hubiera sido una lástima continuar alejadas.

—No tenía sentido seguir enfrentadas. Ahora debemos hacer que Ángel abra los ojos, tiene en ti lo que yo tengo en Mario, es absurdo desperdiciar el tiempo en rencillas porque ya lo has visto, en cualquier momento nuestras vidas se pueden truncar y entonces, ¿quién nos va a devolver los momentos perdidos? Mi abuela me dijo una vez que el tiempo escapa como la arena entre los dedos. 

—Una mujer sabia.

—No la olvidaré nunca. «Vive como si te hubieran concedido la oportunidad de volver a vivir cada día que dejaste pasar».

Salí del auto y esperé hasta que la vi alejarse entre el tráfico.



Citas

(1) Capítulo 59 Arrivederci bambina Octubre 2013

(2) Capítulo 184 Fuego Marzo 2024

(3)   Capítulo 85 Mea culpa Octubre 2014

(4) Capítulo 154 La tela de araña Octubre 2021




102 comentarios:

  1. Buen día excelente aún no termino pero me encontré con algo,
    "Mario se marchó a Barcelona, Ángel seguía sin dar señales de vida, Itziar le restaba importancia. Sara se unió a nuestro pequeño círculo por un descuido: entró a dejarle una documentación, algo debió de notar porque nos separamos con brusquedad.

    — Me voy, no quiero molestar.

    —¿A qué viene eso?

    —Os habéis quedado calladas cuando he entrado. Hasta luego."

    -Y luego continua-

    "Me encontré en mitad de un debate en el que no quería estar y menos con Elsa, desconfiaba de ella; surgieron multitud de alternativas a cuál más absurda. Había que poner fin a aquello, cuanto antes mejor."
    Sara no es la que entró sino Elsa que trabaja en el gabinete.
    Hasta ahora lo estoy disfrutando mucho gracias Mario

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Lo habré revisado cien veces? Probablemente más y no exagero, pues siempre se escapa algún gazapo que cae en las redes gracias a amigos con buen ojo como tú, Shubert.

      With a little help from my friends, que cantaban los Beatles.

      Eliminar
  2. gracias Mario por publicar este nuevo capítulo, a leer y luego comentos

    ResponderEliminar
  3. Bueno ya he terminado de leer el capítulo, me ha dado tiempo antes de volver al curro, me a gustado la conversación con Domenico, este a sido sincero con Mario, pero hablandose los dos con respeto, sinceramente Domenico es el unico amante de Carmen que tiene las cosas claras y los pies en el suelo.

    Elsa, no me gustan las personas así, por celos a estado a punto de meter en un lío a Carmen y a ella misma.

    Cuantas oportunidades le va a dar Carmen a Claudia, la verdad es que aunque he visto a una Claudia más vulnerable, no a cambiado ni un ápice mi opinión sobre ella, la relación que mantiene Carnen con Claudia y Angel es más tóxica que Chernobyl.

    De hecho hubiera preferido leer el encuentro de Carmen con Paola o la misma Itziar, me ha gustado mucho su personaje ademas de llevar un nombre Vasco muy bonito.

    Sinceramente el plan de Carmen para que su relación con Angel y Claudia vuelva a ser lo que era antes es una locura, Angel está enamorado de Carmen además de obsesionado.

    Sinceramente Claudia y Angel me parecen unas personas crueles y malvadas, pero en este mundo a personas así se les dan muchas oportunidades por mucho que la cagen, por mucho daño que hagan.

    Yo tengo claro que pondría un mundo de distancia entre esas personas y yo.

    Creo que a sido un gran acierto que hayas dividido el relato en dos mitades, porque la verdad me a despertado mucha curiosidad la conversación que va a tener Mario con Domenico, Mario de a visto un patrón en la conducta de Carmen y creo sinceramente que Domenico será un gran aliado, no me gusta apostar, pero yo apostaría que es Domenico quien entra pir la puerta del famoso bar.

    Que tengáis todos un buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, era mucha chicha de golpe, ya lo verás en la próxima entrega.

      Eliminar
  4. Ah y que te quede claro que no te odio, creo que no me equivoco al decir que nadie te va a odiar, lo de Sara y Elsa un fallo sin importancia, a sido un muy buen capítulo, yo me quedo con eso.

    ResponderEliminar
  5. En este capítulo se nos deja claro que Carmen siempre a tenido el control en su relación con Angel, si que es como Maquiavelo si, es una mujer temible, me gusta porque eso quiere decir que siempre tiene un plan de contingencia como Batman, en este caso Batwoman.

    ResponderEliminar
  6. Agradecerte que publiques en viernes con la tarde libre para leer, porque cuando lo haces entre semana me dan los siete males hasta que termino de trabajar y puedo agarrarme a la tablet cómoda en el sillón.
    Ya comentaré tranquila el capítulo, me ha gustado mucho, ahora quiero repetir que no das puntada sin hilo, lo hemos dicho muchas veces pero hoy ha sido de soltar la risa boba. Lo dejaste caer en mitad del debate sobre los haikus, empezaste con “ahí va este” y nos advertiste que no nos olvidásemos, que volveríamos a este “ahí va”. Y me encuentro con un “ahivá” como un elefante. Eso lo haces para provocar porque la sacrosanta RAE lo deja bien claro, la exclamación se escribe “ahí va” con acento en la segunda sílaba aunque se escuche en la última sílaba, como “Anda ya”. A ver qué carta te sacas de la manga.

    ResponderEliminar
  7. Bruto.
    Primera impresión después de un viernes de mierda en lo profesional, querido Cayo eres un capullo, tienes razón el lo de varias tramas.
    Ahora en serio, Mario te ha salido la vena psicologo y tengo que analizar lo que nos cuentas, desde el verano Mario está en lo que debiera de haber estado hace tiempo, en los problemas de Carmen y vamos a ver por donde va esa línea.
    Déjame racionalizar el capítulo, hay mucho que pensar y esta vez es verdad. Tardaré meses, uno es torpe.

    ResponderEliminar
  8. Me queda menos de una hora para salir del curro, que largo se me está haciendo el día y más cuando no a entrado casi trabajo.

    Cambiando de tema, lo de Tomás es para echarle comer a parte, casi pierde un cliente por orgulloso, yo soy un hombre y no me cuesta pedir perdón, si has metido la pata lo reconoces y te disculpas.

    Pero si a sido una estrategia para llamar la atención de Carmen, sigo viéndole más ventajas a la disculpa, veremos como actúa Carmen está claro que hará caso a lo que le a dicho Mario, hablar para solucionar los problemas.

    ResponderEliminar
  9. Bruto.
    Me ha gustado la dedicatoria a abuela de Carmen. No soy tan bruto.
    En este capítulo me has cambiado algunas ideas, el denostado personaje de Claudia surge con gran inteligencia y sensibilidad, adoro los personajes fuertes y sobre todo los inteligentes y me has quitado de un plumazo los estereotipos y entiendo un poco mejor a Carmen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi no me a cambiado mi opinión de Claudia, un escorpión siempre será un escorpión, si no pregúntaselo a la rana, le pico y se ahogaron los dos.

      Carmen y Claudia tiene sus prioridades en las antípodas las unas a las otras, cuando Claudia tenga que elegir, ya te digo yo que no le va a temblar el pulso en traicionar a Carmen, lo siento un lobo por mucho que se disfrace en oveja, siempre será un lobo.

      Eliminar
  10. Abduciera, y le corrije Carmen, abdujera, abduleches!! Le suelta Lorena. Lo que me he podido reír. Tiene huevos Lorena, me recuerda a una compañera que no le puedes tocar un pelo porque se te revuelve como esta, así me gustan las mujeres, con un par.

    Te he pillado otro fallito sin importancia, las citas están desordenadas, compruébalo, a mí me da igual pero como eres un perfeccionista seguro que lo quieres corregir. De nada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se agradece. Cuatro ojos siempre ven más que dos.

      Eliminar
  11. Sabía yo que «Ahivá» traería discusión contigo precisamente. Incluso Fundeu lo plantea en los mismos términos que mencionas, sin embargo, @RAEinforma, en febrero de 2020, cito: « La grafía de uso tradicional es «ahí va». Aun así, es más recomendable, por reflejar mejor su pronunciación real, el uso de «ahivá»: «—¡Ahivá, la Virgen! —dice» (C. Martín Gaite).». Y yo me adhiero a esta interpretación más acorde con el uso fonético cercano al «Anda ya» que citaste. Si quieres nos podemos batir en duelo.

    ResponderEliminar
  12. Dosoctavas tiene razón, Lorena es una mujer con carácter, algo me dice que Javier a dejado escapar una gran oportunidad y que Lorena no le abría decepcionado en absoluto, otro con exceso de orgullo.

    ResponderEliminar
  13. Citas corregidas. Gracias, Dos Octavas.

    ResponderEliminar
  14. Otra cosa que me a llamado la atención, ¿es hace falta tanta droga y alcohol para follar?, a mi me da la sensación que tiene que llegar un momento donde no te des cuenta de lo que estas haciendo.

    Que gracia tiene practicar sexo cuando no te estás enterando de nada, a mi personalmente el encuentro con Claudia me a dejado frío.

    No se habréis sentido los demás.

    ResponderEliminar
  15. No tenía sentido seguir enfrentadas. Ahora debemos hacer que Ángel abra los ojos, tiene en ti lo que yo tengo en Mario.

    Error, Claudia no es Mario, me voy a explicar para no caer en malos entendidos.

    Mario en este capítulo está deseando que Carmen folle con Domenico, ese pensamiento le expolea haciendo crecer la intensidad del sexo que está teniendo con Carmen, es orgánico, no se sienten nada forzadas las palabras de Mario.

    Sin embargo Claudia lo dice, Angel le termina arrebatado todas sus conquistas quedándose el con todas como pasó con Carmen, Claudia le gusta dominar, no se va a quedar de brazos cruzados, estoy casi seguro que el plan de Carmen va hacer aguas, porque Claudia se va a sabotear a ella misma, Claudia quiere a Carmen para ella sin compartirla con nadie.

    Mario no tiene ese problema, el no tiene ningún inconveniente de compartir a Carmen, para mi ya a terminado dando ese paso que tanto le costaba dar.

    Me da a mi que este plan de contingencia va a salir rana y Carmen va a terminar en medio de una guerra entre Angel y Claudia.

    Ya me diréis que pensáis.

    ResponderEliminar
  16. ¿Alguien cree que Mario tendría que haber hablado con Carmen sobre el patrón que había descubierto Mario en su comportamiento?

    ¿O creéis que Mario o hecho bien en callarse?

    Yo la verdad es que no sabría que hubiera dicho, si Mario se lo llega a contar a Carmen y ella se hubiera puesta a la defensiva problema enquistado, pero al no decírselo e involucrar a Domenico, Carmen se terminará enterando y otro problema enquistado.

    Ufff en esta ocasión cualquier respuesta es conflictiva.

    ResponderEliminar
  17. me ha gustado el capítulo, aunque se me hizo corto, esperaba el encuentro de Domenico con Mario, ya será en el siguiente capítulo,
    de a cuerdo a lo que he entendió, Carmen está más enculada de angel que lo que cree ella misma. según mi sentir. está preocupada por qué no le devuelve las llamadas, y es tan así, que decide hablar con Claudia para aclarar las cosas, eso significa de acuerdo a mi criterio, que Carmen extraña más a Angel de lo que ella quiere reconocer., tendré que leer nuevamente con más detenimiento para poder opinar nuevamente.

    Gracias Mario por esta publicación

    ResponderEliminar
  18. Hoy han llegado unos amigos de Nadia y Lydia de Madrid, todo iba bien hasta que las chicas se han ido a la pista de baile, entonces uno de los chicos a dejado de sonreír y me a dicho todo serio que no entendía que hacia Nadia conmigo.

    Según el los vascos somos unos salvajes que cortamos troncos a hachazos y levantamos piedras por deporte como si estuviéramos en la edad media. A mi me a entrado un ataque de risa, eso le a molestado mas, he cogido las bebidas y me he ido junto a las chicas riéndome.

    Voy a tener que salir del local a aparcar bien el troncomovil, jajajaja.

    ResponderEliminar
  19. No creo que Carmen esté tan cegada por Ángel, si lo estuviera habría ido a Nueva York y estarían los dos muertos. Fin del diario. Le gusta mucho, más de lo normal, síndrome de Estocolmo? Puede ser, pero sabe cuándo parar con él, "mi vida está con Mario y ni Ángel ni nadie lo va a cambiar”.
    Lo de Claudia es otra cosa, cada vez que está con ella pierde el control, no me gusta nada, es peligrosa.

    ResponderEliminar
  20. A ver quién se atreve a enmendarle la plana a Carmen Martin Gaite nada menos. Suena bien y si está amadrinada tan bien y además la RAE empieza a aconsejarlo no seré yo quien me oponga. Ahivá, Ahivá, ay babilonio… eso lo cantaba Ana Belén, ¿no?

    ResponderEliminar
  21. Como bien dice Lucía Claudia es peligrosa e impredecible, en el capítulo 185 estaba vulnerable y en el capítulo 186 puede volver a ser la que era.

    Domenico entendió que no tenía ningún sentido luchar por Carmen porque hiciera lo que hiciera la perdería, pues ella estaba profundamente enamorada de Mario, como dije ayer Domemico tiene los pies en la tierra.

    Claudia y Angel se creen por encima de los demás, Angel fue a beber porque Carmen le dejó claro que Mario es el hombre que ama y el no sólo no lo puede soportar, si no que no puede aceptarlo, ya lo dijo Claudia esta dispuesto hacer lo que sea.

    Claudia es igual, ella entró al bar muy altiva pero fue ver a Carmen y la armadura se le cayó a trozos, el matrimonio se a enamorado de Carmen y creen que es de su propiedad, lo lógico sería apartarse de ellos, Carmen por mucho que lo desee no podrá controlarlos y alguien va a salir mal parado en este caso Mario o ella misma.

    ResponderEliminar
  22. Para la muchachada del café les aviso que corvacho pasó a mejor vida y volvió torco1955. TR me volvió a desconocer, por lo que volví a registrarme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He de reconocer, querido amigo, que siempre me gustó más Torco que Corvacho, así que bienvenido. Torco de nuevo.

      Eliminar
    2. Joer, cuando he leído que Corvacho a pasado a mejor vida me he asustado, después he leído do lo Torcoby me he alegrado.

      Bien venido Torco.

      Eliminar
  23. “ Nos fuimos a la cama temprano y, sin muchos preámbulos, me hizo el amor pensando en otro”
    Me imagino a Mario mirandola moverse y pensando con quien estará follando en realidad. Uffffff! Jacobo? Ángel? Tomas?

    ResponderEliminar
  24. Y por qué no Doménico,Dosoctavas? En otro orden, cómo pasamos del huracán Claudia a la sociedad Carmen -Claudia para enderezar al díscolo Angel.

    Seguramente, Carmen debe de ser una gran jugadora de ajedrez.

    ResponderEliminar
  25. Estoy segura de que no es la primera vez que Mario se ve en esta y creo que Carmen también a la inversa. Cualquier pareja con un nivel de compenetración tan grande es precioso estar mirándose a los ojos y saber lo que pasa por la cabeza del otro sin que hagan falta palabras, saber que está contigo y a la vez está con otra, él sabe que lo sabes, es una experiencia que compartís hasta el extremo de decirle, venga, fóllatela y entrar en su fantasía con tu cuerpo.
    Hay muchos Marios y muchas Carmen, lo que pasa es que no van contando lo que viven en su intimidad.

    ResponderEliminar
  26. Estoy con Diva en lo respecto a que es precioso mirar a tu pareja y saber lo que piensa. Como hemos podido leer para Mario no es un problema igual que tampoco lo seria para Carmen, para mi el problema es Claudia y la incapacidad de Carmen para ver lo toxica que es para ella.

    ResponderEliminar
  27. Hacer el amor pensando en otra persona y compartirlo con tu pareja tal y como lo plantea esa frase y Diva requiere un nivel de compenetración enoooorme. Lo estuvimos hablando anoche, como fantasía lo hemos hecho más de una vez poniéndole rostro. Otra cosa es lo que está escrito en el relato y lo que creo que quiere decir Diva: la realidad de un hecho que no está oculto y que en el momento de hacer el amor aparece en la cabeza de una de ellas y en lugar de evitarlo lo usa para excitarse más y no lo oculta sino que lo comparte con su pareja. Hay que tener muy claras las ideas para hacer algo así, si se está segura, puede ser maravilloso.

    ResponderEliminar
  28. A lo que se refieren tanto Diva como Lucía es, me parece, a plantear en la pareja reglas de juego claras en este terreno y respetarlas.

    ResponderEliminar
  29. Carmen lo tiene muy claro, se lo dice primero a Angel y después a Claudia, Mario es el hombre del que está profundamente enamorada, ni Angel ni Domenico ni siquiera la egoísta de Claudia puede hacerle cambiar de opinion.

    Carmen no se lo oculta a Mario y eso es lo que da la seguridad a Mario, las inseguridades empiezan cuando empiezas a ocultarle cosas a tu pareja, Carmen y Mario lo han aprendido por las malas.

    Carmen u Mario han encontrado el camino bueno en su nueva vida de pareja, pero en los caminos suele haber peligros, espero que sepan afrontarlos, el primer escojo son Angel y Claudia.

    ResponderEliminar
  30. Mañana aparece este capítulo en TR. EStoy trabajando en el 187 porque el 186 está madurando en bodega. Ya os iré contando.

    ResponderEliminar
  31. trabaja el 187, y que el 186, no se atrace mucho danos el gusto de leerte nuevamente en unos 15 días

    ResponderEliminar
  32. Buenos días a todo el mundo.
    En el primer párrafo hay una frase sobre la que me gustaría intercambiar opiniones, es esta.

    “ Paseando por el parque hacia casa preguntó por Elvira, por Candela, yo me mordí la lengua y evité mentar la soga en casa del ahorcado.”

    Para mí, está pensando en Tomás y en Ángel y no quiere mencionarlos para no estropear el buen ambiente que tienen. Aunque por aquí hay otras opiniones. ¿Qué os parece?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Opino como tu, creo que Mari prefirió pasar un tupido velo sobre el tema y disfrutar de esos días junto a Carmen.

      Eliminar
  33. Yo no entiendo el título Fuego cruzado es que te disparan desde varios sitios distintos y no puedes defenderte. No veo la relación con el capítulo
    Batman

    ResponderEliminar
  34. A mí me llamó la atención, y creo que después no se desarrolla el pensamiento en el capítulo, que Mario dice que "cree que las piezas empiezan a encajar", luego del recuerdo de la masturbación . No sé a qué hará referencia. Y como siempre, no entiendo cómo Carmen es una leona con Mario, y totalmente sumisa a cualquier aberración que le quiera hacer otra persona por la que siente atracción (en este capitulo, Claudia)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo dice la propia Carmen hablando de Jacobo aunque vale para cualquiera,
      “ No acaba de entender que lo llevemos tan bien.
      —¿Eso dijo?, ¿que “lo” llevemos?
      —Le cuesta, es normal, dale tiempo.”

      Eliminar
    2. Bien Lucia. Ahora a mí también me encajan las piezas ahora, jajaja

      Eliminar
  35. Carmen es dura con Mario, porque es la persona que ama por encima de todos. El es su marido el hombre de su vida, los demás son distracciones. Se ha enfadado con Tomas y Carmen no a movido ni un dedo por arreglarlo con el, dejo colgado a Angel en Nueva York, Mario a sido la única persona por la que Carmen a luchado con uñas y dientes para recuperarlo.



    ResponderEliminar
  36. El título de fuego cruzado lo he relacionado con las intrigas que se cruzan alrededor de Carmen, lo mismo estoy equivocado, Tomas por medio de Lorena intrigando para traerla al redil, Claudia presionando para alejarla de su marido, Elsa entrando a saco no se para qué pero no me gusta y Mario en la sombra intrigando con Domenico. Ese es el fuego cruzado que veo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo has clavado, enhorabuena.

      Eliminar
    2. Dosoctavas a dado en el clavo como a dicho Mario y eso me hace detenerme en unos puntos.

      Cada vez tengo más claro que Tomás estaba dispuesto a perder a Javier con tal de llamar la atención de Carmen, estoy casi seguro que de no ser Carmen Tomás no hubiera actuado así.

      Dosoctavas también a dado en el clavo con Claudia, pero esta vez más que fuego cruzado puede terminar como una guerra declarada entre Claudia y Angel, porque no veo a ninguno de los dos renunciando a Carmen.

      Lo de Elsa yo tampoco lo entiendo, no se que gana exponiendo a Carmen y a ella misma.

      Me da la sensacion que del encuentro entre Domenico y Mario puede salir algo bueno, Mario cree tener un patrón y la charla con Domenico puede arrojar luz a las sospechas de Mario, me parece que va a ser el único fuego cruzado en el que va a salir algo bueno para Carmen.

      Carmen es una mujer muy fuerte, porque si yo me encontrará en su situación no sabría como actuar, lo más seguro es que me iría al otra punta del mundo jajaja.

      Estoy con insomnio, espero que todos hayáis conciliado el sueño que yo no puedo.

      Eliminar
  37. Teniendo en cuenta que cuando decimos mi marido o mi mujer, esas afirmaciones ya llevan la propiedad implícita.

    Carmen y Mario han superado esa condición de propiedad, decidiendo seguir juntos por deseo no por sentirse dueños el uno del otro.

    Jacobo inconscientemente siente a Carmen en parte de su propiedad y no termina de entender que Mario comparta a Carmen con esa naturalidad.

    Domenico al principio vio eso como una debilidad que le llevó a pensar en luchar por Carmen, pero pronto se dio cuenta que el vínculo que unía a Carmen y Mario era demasiado fuerte.

    Estoy casi seguro que Jacobo forma parte de ese fuego cruzado, de momento no hace nada porque sigue casado con Reyes, pero estoy casi seguro que cuando se divorcie intentará que Carmen deje a Mario para irse con el.

    Otro que va a terminar estampandose contra el muro de la realidad.

    ResponderEliminar
  38. Jacono no entiende por qué lo llevan tan bien porque el nunca lo permitiría, jamás permitiría que Carmen follara con otros hombres, cuando el ya a demostrado que si folla con otras mujeres, yo no me he caído de un guindo y tengo claro que Carmen no a sido la primera.

    Carmen y Mario han conseguido un grado de libertad que muchos personajes envidian, pueden follar con otros sin que su matrimonio se resienta, todo tiene un precio en esta vida y no todos están dispuestos a pagarlo, en este caso es darle libertad absoluta a tu pareja, se tiene que tener un grado de confianza prácticamente absoluto, una confianza que muy pocas parejas llegan a alcanzar.

    Tomás, Gerardo, Angel se escudan en que ellos son machos de verdad que no permitirían hacer a sus mujeres lo que hace Carmen, cosa que tiene mucha gracia, porque es exactamente lo que hacen ellos.

    Es muy triste comprobar que una misma acción puede convertir a un hombre en un macho alpha y a la mujer en la mayor de la putas.

    Es tan injusto que duele, por eso Carmen y Mario superan todos los escollos que van encontrando y los demás se quedan en el camino.

    Todos tenemos prejuicios yo el primero, pero solo son muros que nos impiden avanzar, Mario que tal va la botella de whisky 186, porque yo quiero seguir avanzando, que la botella no coja mucho polvo en la bodega.

    Jajaja, como puedo tener tanta cara.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Madurando en barrica, Apasionado, como debe ser. El 187 creciendo a buen paso.

      Eliminar
  39. Buenas noches, chicos y chicas, aquí hay buen clima ¿quiénes activos?
    Mariale.

    ResponderEliminar
  40. AVANCÉ

    Aprovecho este verano anticipado con el que nos avisa el cambio climático para refugiarme a la sombra de un álamo y hacer un repaso de lo que está por venir de aquí al Otoño. Lo primero, el regreso de Domenico, ocupará varios capítulos, estoy en ello, escribiendo, dando forma y sentido al conjunto que ya estaba en borrador desde la pandemia (¿cómo se dice boda en italiano?). Luego tenemos a Andrés, la progresión, y me atrevería a decir agonía, por la que cursa su tránsito en la relación con Carmen. También estaba estructurado desde el dos mil veinte. Otra línea argumental es la búsqueda de Mario en el origen del trauma de Carmen. Tenemos por último a Ángel, estrechamente ligado a Andrés por cuestión de cercanía profesional y emocional y proclive a roces.

    Estas son las principales líneas que van a ocupar gran parte del año, espero haber satisfecho la curiosidad de quienes me han preguntado por el rumbo del diario, no me pareció correcto dar una respuesta en privado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por darnos este índice de lo que está por venir en los próximos capítulos del diario.

      Lo de Andrés no suena nada bien, parece que va a tener que andar por un camino muy escarpado.

      Domenico boda, ¿con quien?

      Lo de Angel era de esperar, si no es mia no es de nadie, la parte de la búsqueda de Mario me parece muy interesante.

      Chicos y chicas parece que nos espera un verano muy interesante a lo que la lectura se refiere, yo ya vivo en una ciudad turística en la que tengo tres maravillosas playas, no necesito moverse a ningún sitio.

      Buen finde a todos.

      Eliminar
  41. Un gran saludo para todos.
    Según lo comentado por Mario, los próximos capítulos serán muy interesantes.
    Respecto a tu pregunta la traducción para boda es la palabra española matrimonio con un leve cambio en la pronunciación. Il matrimonio di Carmen e Mario è stato molto partecipato.
    Hace unos días intenté enviar un comentario pero no sé qué ocurrió en el camino quizás el blogspost me lo censuró.
    Era una parte de un comentario que era muy largo y lo dividí traté de condensarlo en el siguiente párrafo y para esto solicito la ayuda de las compañeras del grupo de comentaristas.
    Inicio de esta manera; conversando con mis amigas cuyas parejas son mujeres también con respecto a la diferencia que encuentran con sus antiguas parejas que fueron hombres, muchas hablan de la comprensión, de la ternura, del conocimiento de su propio cuerpo que trae sus ventajas pero algo en lo que nosotros no podemos competir siendo hombres es en la duración. Necesitamos de una ayuda ya sea azul, en gel, ahora viene en sobres y con sabor a miel, porque no podemos competir con el aguante sexual de una mujer.
    Lo que yo comentaba era que veía en Claudia un patrón, ya que ella utiliza las sustancias con las que algunos no estamos de acuerdo (pero respetamos la decisión de cada quien de utilizarlas o no), como una manera de controlar a las personas. Estoy seguro de que Carmen no fue la primera a la que Claudia le brindó tanto. Sí hay desgaste pero generalmente con algo de comida y un trago se mantiene la situación.
    No quiero que el comentario se haga muy largo espero que este sí pueda llegar a destino.
    Saludos desde un lugar soleado y con mucho viento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es lo malo, utilizar las sustancias como forma de controlar a las personas.

      Como bien has dicho ni tu ni yo estamos de acuerdo con eso, Claudia es una persona tóxica que tiene que tener el control y si para eso tiene que recurrir a las drogas no tiene inconveniente, eso convierte a Claudiacen un peligro.

      Eliminar
  42. En realidad se trataba de una pregunta retórica para insinuaros una de las tramas por venir; como todo amante de Mozart quién no conoce las bodas de Fígaro, nozze di Fígaro.

    Luigi, que continúa sin poder entrar en el blog (por favor, tratad de echarle una mano), plantea una cuestión: ¿me he olvidado de Tomás? Es cierto, olvidé mencionarlo en el avance pero no dudéis que va a tener un papel destacado durante este año como no podía ser menos.
    Disfrutad lo que queda de fin de semana.

    ResponderEliminar
  43. Tengo una duda (aún no he leído el diario completo) ¿la época que empieza sería finales de los 1990?
    Apasionado, yo vivo en un valle, pero tengo cerca pantanos, por la sequía, están llegando zorritos por mi casa. Yo les dejo agua y comida. No sé si es buena idea, no se me vayan a comer al gato... o a mí... jeje
    Mariale.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que no, mi querida Mariale.

      Eliminar
    2. Querida Mariale, el diario inicia a principios de los 2000. Aunque hay trazas de épocas anteriores y posteriores, que ayudan a comprender etapas de la vida de los personajes que cierran ciclos o abren nuevos temas de conversación entre los que comentamos.
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  44. Peor que el fuego cruzado, es el fuego amigo. Ese que no te esperas, mucho más de quien viene.

    Varios capítulos del tanito castigadore, eso si que es bueno.

    ResponderEliminar
  45. Lo de Luigi es raro, si nos lee es porque puede entrar con usuario y clave, entonces qué le pasa ¿no puede hacer comentarios? Blogger es bastante rarito, me lo dice la administradora de un blog que se pasó a Word press porque estaba harta.
    El avance es un regalo, gracias. También me faltaba Tomás y Esther, tengo un pálpito con que el agarrón entre Carmen y su cuñado va a traer historia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo puedo comentar por Chome, pero por Firefox no me deja iniciar sesión, no se porque sucede, tal vez le pase algo parecido.

      Eliminar
  46. He vuelto a leer el capitulo del septiembre negro, Daniel el cuñado de Carnen y Mario es un mal bicho, este quiere algo, si me pongo a pensar mal este se quiere follar a Carmen y quiere utilizar a Esther para lograrlo.

    ¿Que pensáis sobre esto?, os leo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Analicemos este pequeño posible evento, viendo el relato desde una perspectiva neutral.
      Durante el transcurso de los hechos narrados en el diario, hay algunas veces que Carmen y el mismo Mario han salido con otras personas ya sea que Carmen vaya a cumplir un encargo de Tomás, que se encuentre con Ángel o aquella vez que estuvo con El fotógrafo, esa reunión con Gerardo en aquel restaurante, donde habían algunas personas que la conocían.
      Por su trabajo puede alegar que es una consulta interdisciplinaria, una ayuda a un colega con algún caso especial, o con algún cliente.
      Siguiendo el comentario de Apasionado, qué pasaría si la persona que vea Carmen en una de estas ocasiones es su cuñado, voy a decir lo mejor su querido cuñado y el mismo se esconde para que ella no lo vea y la sigue y luego ve que Carmen va con algún cliente y Tomás a un reservado y luego a una habitación.
      Podría esperar fuera del local para ver a qué hora sale Carmen del mismo y tener algo con qué sobornarla.
      Ya sabemos hasta dónde llega su amor por Esther y de lo que es capaz.
      Mario estoy en el trabajo no tengo nad, nada que hacer y estoy desvariando.
      Saludos para todos, feliz inicio de semana.

      Eliminar
    2. No me gusta el cuñado, no tiene buenas intenciones, de hecho casi estoy seguro que no quiere a Esther, como a comentado Lucía el último encontronazo que tuvieron Daniel y Carmen fue fuerte y despertó en Carmen recuerdos que creía tener superados.

      Mario no da puntada sin hilo, así que solo nos queda acelerar, seguro que no lo ha escrito por casualidad.

      Eliminar
  47. El cuñado de Carmen si se arriesgará a tratar de sobornar a Carmen, tendría que enfrentarse a Tomás. Creo que no le gustaría conocer su lado oscuro, ese que habrá nacido para hacerse lugar en sus negocios.

    ResponderEliminar
  48. Shubert, como dijo alguien que no recuerdo, la partitura no está mal, pero ni los intérpretes ni la orquesta es la adecuada. Y añado: ni el tiempo para el estreno es el correcto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mario yo estoy haciendo mis pininos como escritor de relatos, PEROOOO, ya escribía canciones desde que tenía 14 años y eso fue hace unos pocos años atrás, puede que esta melodía que escuché en mi cabeza no sea la que tú estés escribiendo en esta partitura en especial.
      Voy a prestar más atención a la sonata, de esta manera cuando llegue el minuet ya sabré de dónde vienen las cosas.
      Como siempre un placer compartir con ustedes saludos.

      Eliminar
  49. Mario tu último comentario hace un numero muy bonito, jajajaja.

    ResponderEliminar
  50. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, lo que tienes en barrica ya está como la barrica del francés que tienen en todos los pueblos, un poquito pasado, no?
    El finde leeremos algo nuevo, es por planificar.
    Como aquí no se mueve nada y por continuar yo sigo apostando que Mario espera y Tomás es el visitante misterioso en el bodevil que nos vaticinas.
    Y por seguir con cositas sueltas, pudiste ver algo de la serie que te recomendé.
    El otro día hice un análisis pistonudo del capítulo y de lo que debía pasar en el siguiente según yo claro, pero se perdió en la nube y no me veo con fuerzas de pensar tanto y tan bien, quizás para el próximo lo haga.
    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches, Bruto.
      Me quedo con las ganas de ver la serie que me recomendaste porque no estoy suscrito a Movistar, leí alguna reseña y tiene muy buena pinta, esperaré a que la pasen por alguna otra plataforma.
      Lo que está en barrica goza de buena salud. El lunes, después de mucho pensarlo, le amputé veinte minutos de cuajo, una secuencia retrospectiva que, a pesar de haberla corregido sobre la original del 2014, resultaba densa y farragosa. Aún me queda por “cauterizar” la cicatriz.
      Mientras tanto, estoy enfrascado en recuperar mis nociones de italiano, tú ya me entiendes, capisci?

      Eliminar
  51. Que tranquilo está esto, solo escribo para deciros que tengáis bonitos sueños.

    ResponderEliminar
  52. Capito, nos podemos ir olvidando una temporada de Ángel y Tomas y Andrés, Domenico llega arrasando con todo bicho viviente, es lo que he entendido corrígeme si me equivoco, llegan tiempos salvajes ya me lo diréis. Después del fuego que queda para titular lo siguiente, napalm?

    ResponderEliminar
  53. Totalmente de acuerdo, veremos como se toman Tomás y Angel la llegada del italiano.

    ResponderEliminar
  54. Nos pones los dientes largos con la tajada que le has metido al capítulo. ¿De qué trataba? ¿Nos lo dejarás leer algún día?
    Lo de napalm es muy fuerte para un título, yo propongo “pimientos padrón”, le va más a Un capítulo sobre Carmen y Domenico porque nos podemos esperar de todo, escenas picantes y otras non.

    ResponderEliminar
  55. Bruto.
    Querido Dos Octavas creo que quedan por lo menos un par de capítulos más antes de Domenico, no tengo pruebas es intuición, pero que vendrá arrasando y con sus amiguetes seguro.

    ResponderEliminar
  56. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, a la tijera nos tienes acostumbrados y eso que no vemos lo que recortas, ya ni lo notamos, empiezas con sesenta minutos y acaba en treinta y gracias.
    Lo de las escenas retrospectivas está muy bien, te vuelve a poner en situación pero.. siempre hay un pero, hay veces que lo copias literal o eso me parece y cuando recordamos o contamos de nuevo variamos las cosas, hay veces que lo haces y veces que me parece que no, si me equivoco corrígeme.
    A mí me gusta que se vuelvan a contar las cosas pero me gustan más los matices de una buena historia contada de nuevo. disfruto casi más releyendo. Así que en esto no puedo opinar.

    ResponderEliminar
  57. Mario por lo que veo, nos quieres entretener con especulaciones de todos los que publicamos algún comentario. Casi nadie le atina. lo del recorte, me gustaría no lo hicieras por las mismas razones que publicaron aquí.

    espero no tardes mucho en publicar el nuevo capítulo

    ResponderEliminar
  58. Pimientos de Padrón no es un mal título, no se que opinara mario.

    Caito no creo que haya material para dos capitulos antes de que aparezca Domenico, hay para mucho más pero seguro que Mario sienta en el banquillo a los demás jugadores y saca al mbappé de esta temporada.

    ResponderEliminar
  59. El título que me gustaría para la llegada de Domenico sería Piu Avanti. Es un poema de un escritor argentino Almafuerte.

    ResponderEliminar
  60. Nos estamos emocionando un poco con Domenico, solo viene para un fin de semana y no creo que los polvos con el sean más salvajes que los que Carmen tuvo con Gerardo.

    Domenico lo dijo que Carmen era muy importante para el, me imagino que Carmen tendrá que omitir muchas cosas, pero hay algo que Carmen no va a poder ocultar, se va a comer al italiano en la cama como a un plato de spaguetti.

    ResponderEliminar
  61. Feliz viernes, amigos. Ya me leí el diario completo. Tengo notas y apuntes en un cuaderno. Pero esta noche salgo y a partir de mañana comento.
    Mariale.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Enhorabuena Mariale, ya hecha la tarea es más fácil opinar en el Diario. Ya tienes más conocimientos de por dónde van los comentarios de los demás y de dónde surgen las ideas.
      Saludos.

      Eliminar
  62. Hay un mundo de diferencia entre Doménico y Gerardo. El italiano no necesita humillar a nadie, ni tiene el complejo de inferioridad que padece él.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, como dije es el único de los amantes de Carmen que tiene los pies en la tierra.

      Eliminar
    2. Estoy completamente de acuerdo contigo, Domenico podra ser dominante, pero no es himillante, Domenico sabe bien donde pisa y que necesita para que carmen este a su lado, sabe que tiene que darle su lugar a Mario para poder accesder a Carmen, sabe que si quiere hacer la sua putana tiene que darle su lugar a mario.

      En cambio Gerardo, nunca entendio cual es el rol de Mario, siempre lo tacho de invecil, corunudo, poco hombre, que se mantiene de lo que hace Carmen en la cama.

      Esperamos haber que pasa con Domenico, que sucede en el encuentro de Marios con Domenico

      No tardes mucho en publicar la segunda parte de fuego cruzado.

      Que tengan un excelente fin de semana

      Eliminar
  63. Así es corvachobs Sabemuy bien manejar a una putanna. De forma diferente y hasta más excitante.

    ResponderEliminar
  64. Domenico va a flipar y eso que Mario ya le ha avisado de que la Carmen que se va encontrar no es la Carmen que el conocía.

    Carmen se va a dejar dominar, pero tengo claro que de proponérselo se come al italiano con patatas.

    ResponderEliminar
  65. Carmen tendrá que ser muy inteligente para que Domenico no sospeche nada de la relación que tiene con Tomás, y me refiero a lo de prostituirse, a menos que a Mario se le salga decirle a Domenico, el trato que tienen Tomas y Carmen.

    Ya estoy esperando ese encuentro entre Mario y Domenico, o será que antes de que Mario escritor, nos natre primero el encuentro de Tomas y Carmen.

    Mario escritor tiene sus tiempos, y nosotros lectores y comentaristas tenemos que ajustarnos a ellos, aunque ya no nos queden uñas.

    ResponderEliminar
  66. Me aburrooooo, hoy casi no a entrado curro, llevo toda la tarde ordenando el almacén, ya he cambiado las cosas decidió cuatro veces.

    ResponderEliminar
  67. Tenéis que disculparne, no doy abasto, estoy deseando que llegue el fin de semana para evadirme de todo y dedicarme de lleno a quien de verdad se lo merece y tengo abandonada. Espero que la próxima semana venga más despejada.

    Abrazos, besos y achuchones a todos.
    Mario

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te disculpes Mario, bastante haces con regalarnos de uno a dos capítulos al mes, pasadlo bien el fin de semana.

      Eliminar
  68. "Creo que necesito enrocarme para evitar este jaque de Dana rey porque esos ojos negros que me están mirando pueden acabar conmigo"

    " No voy a sucumbir a la dama, no sería un imbécil si lo hiciera"

    Y sí pobre Doménico sucumbió a esos ojos negros, sabiendo lo que ocurrió con el pobre Carlos. No, hermano, no sos un imbécil, sos un tipo que se enamoró perdidamente de esos ojos .

    El haberse marchado, sabiendo lo inútil que sería pelear por ella dice lo honrado de su proceder.

    Recuerdo cuando hice un comentario negativo sobre el italiano, y Mario me dijo que esperara y le doy la razón.

    ResponderEliminar
  69. A mí me parece que Mario la puede liar parda en Barcelona. Domenico está muy tranquilo y si ahora va este y lo remueve es como lo que han hecho con el ruso, pincharle hasta que saltó. Luego se quejará si vuelve hecho un súper macho, invade su casa y se lleva a Carmen.

    ResponderEliminar
  70. Creo que Maria a conseguido descifrar algo de lo que le pasa a Carmen y quiere intercambiar apuntes con Domenico, la ultima palabra la tiene Carmen, Domenico, Angel, Tomas, Claudia, da igual lo que ellos quieran, Carmen quiere a Mario y eso no lo puede cambiar nadie.

    Bueno uno si, Mario si la lía.

    ResponderEliminar
  71. Hoy he tenido una tarde despejada y he aprovechado para darle el último empujón al capítulo, podría hacer más, otra vuelta, otra revisión y no acabaría nunca.

    Despegamos.

    ResponderEliminar
  72. Pero aún toca esperar a publicar mañana para rendir homenaje al cincuenta aniversario. Grandola vila morena, la revolución de los claveles el 25 de Abril de 1.974 cuando unas fuerzas armadas comprometidas con su pueblo derribaron una dictadura sin apenas violencia. Que envidia sentimos algunos entonces. Yo era un chaval que seguí a mi hermano mayor en la celebración clandestina que hubo en tantos lugares.

    ResponderEliminar
  73. Bruto.
    Querido Cayo, está vez hasta yo adivino la música, empieza por Grandola y continúa con vila morena, acerté?

    ResponderEliminar
  74. Esta semana vamos a tener poco trabajo así que me a tocado ordenar el almacén.

    Esta tarde algunos de mis compañeros se han puesto a jugar con el soplete de acetileno cortando trozos de metal sin tener ningún cuidado.

    Les he dicho que el acetileno era muy inflamable además que la llama del soplete de acetileno alcanza una temperatura de 3200 grados, si esa llama toca la piel de una persona con suerte una quemadura de segundo grado, pero lo más seguro es que sea de tercer grado.

    Se han descojonado y me han dicho que soy un exagerado, les he mirado y les he dicho, si termináis quemandoos por hacer el gilipollas suerte con ello.

    ResponderEliminar