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29 noviembre 2024

Capítulo 193 Todo el mundo tiene algo que ocultar


Tiempo estimado de lectura: sesenta y cuatro minutos.


Mi agradecimiento a mi amigo Torco, responsable siempre de la voz y los modales de Guido.


La violencia

No era oficial, pero a una semana de la propuesta ya disponía de despacho en la planta sexta del edificio donde se ubicaba Tándem export. 

Tomás estaba yendo muy deprisa. 

Llegué a las cinco y media, treinta minutos antes de la hora fijada; le había pedido margen para ordenar las conclusiones de la reunión con las chicas y una sala donde hacerlo. Al entrar, la misma secretaria que me atendió en la primera ocasión me recibió muy amable.

—Señora Rojas, bienvenida a Tándem export, soy Carolina Merino, voy a estar a cargo de su integración en la compañía. Acompáñeme, le mostraré su despacho. 

La seguí tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. Carolina Merino era una fuente inagotable de información, no dejaba fisura para preguntas. Así llegamos a mi despacho, ¿eso he dicho? 

Mi supuesto despacho. 

Poco tenía que envidiar al de Tomás; abierto al hermoso atardecer de Madrid por una cristalera a lo largo de todo el frontal, el mobiliario estaba en consonancia con las dimensiones de la sala y en la decoración se notaba el gusto de mi… ¿protector? ¿benefactor? 

Después de escuchar una completa presentación de la compañía, despedí a Carolina declinando cualquier bebida; una vez sola, recorrí el amplio espacio en el que pasaría tan poco tiempo como para considerarlo otro despilfarro en la cuenta a justificar a propósito de mi fichaje. Suponiendo que Rivas diera cuenta a alguien de sus decisiones.

Me senté ante la que era mi mesa de trabajo. Enseguida la abandoné abrumada por un sentimiento de incómoda opulencia y fui a ocupar un sitio en la no menos inmensa mesa de reuniones, allí traté de poner orden a las notas tomadas durante la reunión con las chicas, pero era incapaz de concentrarme, mi cabeza estaba a otra cosa, en la sensación de estar siendo arrastrada por la marea sin ser capaz de nadar contra corriente, a esto se sumaba otro malestar que escocía desde la velada en nuestra casa con Tomás de invitado; por una parte, la noche compartida con él, el juego de gestos y miradas con Mario y su implicación; por el contrario, su afán de traerme a la tierra, sus intentos de hacerme ser cauta cuando era el momento de ser otra cosa, de vivir otra vida, de dejarse llevar y sentir y atender otras voces lejanas que no puedo ignorar. Al día siguiente Tomás se marchó, nos marchamos y al regresar a casa, más serena, pude sentarme a escuchar lo que no había querido oír antes.

«—¡Te pegó, Carmen, te agredió! Permitiste que te tratara como no mereces, ¿es esa la relación que deseas mantener con él?

—No lo entiendes. ¿Ves por qué no quiero contarte nada? Te preocupas sin motivo y me agobias.» (1)

No quise atender a razones, estaba demasiado reciente, además acababa de ser nuevamente violada por Ángel. ¿Violada?, sí, con mi consentimiento, ¿acaso es menos violación cuando el violador ha conseguido someter la mente de la víctima hasta hacerle desear el abuso? 

Me recosté, el asiento cedió unos grados abatiéndose cómodamente, no iba a conseguir trabajar mientras la avalancha de recuerdos no cesara. 

«¡Ya está bien, deja de comportarte como una niña enrabietada!»

Aquella reacción tan brusca me bloqueó. Había abandonado la cocina irritada porque Mario no cesaba de plantear cuestiones sensatas cuando lo último que yo quería era sensatez. Pero Tomás no parecía dispuesto a escuchar con paciencia.

«¡Cállate, no entiendes nada de estas cosas! Si digo que hagas algo, lo haces y punto, ¿entendido?»

Razonar con alguien fuera de sí es inútil, mi intento de marcharme quedo frustrado, me agarró, traté de soltarme… me pegó, me cruzó la cara, ¿fue así?, no lo sé, es confuso.

«—«Dónde crees que vas?

—Suéltame, me haces daño.

—Serás rebelde. ¡Toma!

—¡No, para! ¡Ay!

—¿Te vas a estar quieta?»

¿Qué pasó? ¿por qué lo recuerdo como si tratara de leer las páginas rasgadas de un libro? De mi memoria consigo rescatar gritos, golpes, insultos, la irrupción inesperada de Mario; no debería estar. «¡Sal de aquí, esto no va contigo!», le amenazó; «¡Vete, vete! ¡Que te vayas!», grité, no podía estar, invadía algo íntimo, privado.

Después, lo de siempre, me trató como a una niña, una niña malcriada, pero algo había cambiado. Tomás no era el mismo, yo tampoco. Mario me lo dijo a mi regreso:

«—Te abofeteó, cuando entré estaba a punto de volver a hacerlo y después de salir escuché como te azotaba, te oí pedirle que parara, te escuché sollozar y gritar de dolor, ¿qué fue sino una agresión no consentida?

No podía aceptarlo, era demasiado grave para admitirlo, demasiado reciente para poder valorarlo con serenidad. Sin embargo, el criterio de Mario gozaba de la perspectiva que a mí me faltaba.

«—Tengo miedo, Carmen, temo que se os vaya de las manos y pierda el control en una de estas sesiones. Entiendo lo que quieres conseguir, pero puede que haya otra manera menos arriesgada. ¿Estás segura de que lo que hacéis es consensuado? No lo parece, hay demasiada violencia, demasiada imposición.»

Violencia, agresión, imposición, componentes que no habían estado presentes hasta entonces.

Tomás irrumpió sin llamar, claro, es su empresa. Me sentí incómoda y lo debió de notar. Cerró la puerta y vino a sentarse cerca.

—¿Qué te parece tu despacho?

—Prematuro, aún no te he dado una respuesta.

Encajó el golpe.Tenía unas irrefrenables ganas de salir de allí, pero no podía hacerlo, no debía; me refugié en una atropellada exposición sobre la reacción de las chicas en la reunión del día anterior, sus conductas y actitudes y su disposición a aceptarme como la figura de autoridad del grupo. Sin darle tiempo a hacer comentario alguno, entré a informarle del reparto de actividades: Lorena y Luca eran las seleccionadas para acompañar a los dos clientes que precisaban atención, Lauri recogería a Lemos en el aeropuerto, un viejo conocido, las demás quedaban libres.

—¿Por qué has elegido a Luca para acompañarme con Alemany? ¿No sería mejor Alba? Es más joven, más…

Apetitosa, Tomás, lo he entendido.

—Luca tiene más experiencia, llévate a las dos, que Alba se foguee, pero sola, no.

—No lo conoces.

—Lo conozco suficiente por lo que has contado de él. Aunque si prefieres, me hago a un lado y decides tú.

—No he querido decir eso, perdona, es tu responsabilidad. De acuerdo, será Luca. Otra cosa, la próxima semana encárgate de pagarles, el lunes te paso la lista, lo tuyo irá en nómina.

—Aún no he decidido…

—Para entonces, espero tener tu respuesta. El dinero lo sacas de la caja del dormitorio, ¿recuerdas la combinación?

—Claro.

—Quería decirte algo más.

—Yo también, empieza tú.

—Lo que ocurrió la otra noche, en tu casa… no soy así, tú me conoces. He temido que no aparecieses, no te lo hubiera reprochado.

—No soy de las que salen huyendo. Verás, no he parado de darle vueltas tratando de darle una explicación coherente. Quise invitarte a casa por varios motivos, primero, porque estabas solo. Una vez me preguntaste si estaba segura de ser tuya, lo estoy, absolutamente. No te bastó, querías saber si se lo había dejado claro a mi marido. Nunca he sabido si te convencí y encontré la ocasión de hacerlo. Verías que, en casa, delante de él, soy tuya sin restricciones, no esperaba que reaccionaras como lo hiciste, todo iba bien, ocupaste el lugar que te corresponde, Mario se comportó, estaba mentalizado.

—¿Mentalizado o resignado?

—Mentalizado, parece mentira que preguntes, con lo observador que eres.

—A veces tuve la impresión de que no estaba cómodo en el papel de…

—¿De qué?, a ver qué vas a decir. Al final va a resultar que entiende mejor que tú la situación de cada uno, él es mi marido, tú eres mi dueño y cuando estás, te pertenezco.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?, yo diría que los prejuicios te han jugado una mala pasada. ¿Es eso lo que ocurrió?, porque actuaste como jamás te había visto hacerlo. Es la primera vez que has utilizado la violencia conmigo, has alzado la voz y me has obligado a desnudarme para azotarme como no has hecho nunca. Escuché insultos que jamás esperé de ti, te ensañaste. El hombre que terminó usándome y descargó su excitación no se parecía al Tomás que conozco.

—No entiendo por qué derivó en eso, la velada discurría de la forma en la que los dos queríamos, lo notaba en tus gestos, supe lo que querías desde que puse los pies en tu casa y como sabía que tu marido no causaría problemas tomé la iniciativa, eres mía, lo iba a dejar claro, imagínate qué satisfacción verte actuar de acuerdo a mis expectativas, me abriste tu hogar, me hiciste dueño no solo de ti sino de todo lo que te rodea, me ofreciste tu lecho conyugal, estaba tan emocionado que tuve que hacer un gran esfuerzo para mantener la compostura. En esas circunstancias, dormir a tu lado ha sido una de las experiencias más hermosas de mi vida.

—Entonces, ¿qué ocurrió?

—Volviste al dormitorio desencajada, maldije a Mario por alterarte hasta ese extremo, no conseguía calmarte, al contrario, no atendías a razones. Perdí la paciencia como… bah, déjalo.

—Dilo, no calles ahora.

—Hace muchos años, tuve una tremenda bronca con mi hija, el motivo no viene al caso, lo propio de una adolescente, no escuchaba, rebatía todo de la peor manera, atacándome sin ningún respeto; perdí la paciencia y le crucé la cara, me miró como si estuviera delante de un desconocido; eres un animal, me gritó y volvió a insultarme, la agarré del brazo con fuerza, ella intentaba soltarse, se lo impedí, «Té portas como una cría, pues como una cría te voy a tratar», la tumbé sobre mis piernas y comencé a darle azotes, se revolvía, pero la tenía bien sujeta, a medida que la azotaba pasó de la rabia al llanto, lloraba como cuando era pequeña, «suéltame, me haces daño», gritaba. «¿No eras tan mayor?, deja de comportarte como una niña». La falda se había subido, le azotaba sobre las bragas, las estoy viendo: unas braguitas blancas con dibujos de lazos azules, apenas le cubrían, yo estaba desquiciado, de repente me llamó hijo de puta, eso terminó de cegarme, se las bajé de un tirón y perdí el control azotándole el culo hasta ponérselo rojo, solo me detuvo escucharla sollozar en voz baja, no recuerdo más, supongo que salí de la habitación, o dije algo, nunca hemos hablado de aquello.

—¿Te das cuenta de lo que ha pasado?, te dejaste llevar de la ira, lo has vuelto a hacer y has revivido esa escena en mí.

—Perdóname, cómo he podido hacerte esto.

—Lo importante es que me has hecho recordar. Creo, estoy convencida, de que he pasado por una situación semejante en algún momento de mi vida, no sé cuándo ni con quién. Descarto a mi padre, jamás me ha puesto la mano encima, pero tengo la certeza de que he pasado por eso. No te mortifiques, si no lo hubieras hecho no estaría recordando.

—No quiero volver a recuperar esa parte agresiva de mi carácter, bastante tengo con mostrarla frente a mis adversarios.

—Ya lo hablaremos con calma si me permites ayudarte.

—No sé si seré capaz, me avergüenza sobremanera.

—Echaste a Mario de la alcoba, ¿sabes qué hice yo?

—No lo recuerdo.

—Le pedí que se fuera, lo eché a gritos. Pobre, no se lo podía creer. Es lo que necesitaba, estaba invadiendo un espacio íntimo, me hacía sentir mal cuando en realidad estaba bien, a pesar de tus insultos y tus bofetadas estaba bien porque distinguía un atisbo de lo que llevo buscando tanto tiempo y la intromisión de Mario lo podía echar al traste. Lo que me estabas haciendo, con ser humillante, ponía luz a un fondo de oscuridad que no consigo atravesar de ningún modo.

—A pesar de todo, no quiero repetirlo.

—No lo harás, voy a encargarme de que te reconcilies con tu pasado. No obstante, necesito tiempo.

—¿Qué quieres decir?

—Lo que ha pasado entre nosotros ha sido demasiado fuerte, me imagino tratando de interpretar el papel de tu hija y…

—No sigas, yo tampoco podría, comprendo que necesites apartarte de mí.

—Yo no he dicho tal cosa, Tomás, acuérdate de nuestra primera vez, tú mismo dijiste que no querías perderme como amiga por ganarme como amante, es justamente mi deseo, recuperar al amigo; el sexo ha ocupado demasiado espacio, el que disfrutábamos compartiendo confidencias, alegrías y tristezas.

—Cuando aparecía con unos bollos para desayunar y nos poníamos a hablar. —apostilló con nostalgia.

—Qué bien nos venía…

Nos levantamos, poco más había que decir, me besó en la mejilla. Cerca de la puerta, preguntó:

—¿Seguirás viniendo por aquí?

—Si decido aceptar tu propuesta.

Y acepté. A la semana siguiente pasé por el despacho de Tandem Export, recogí el listado de pagos y me dio las instrucciones de la semana, volví a dirigir las reuniones de las chicas, me acostumbré a usar el auto de empresa, la relación con Tomás se normalizó, nos queríamos demasiado para poner trabas al deseo. Una vez superada la desconfianza por la agresión sufrida le di una oportunidad; sucedió en mi flamante despacho después de resolver los temas pendientes, le acompañé a la puerta, en el último instante le impedí abrirla, aproveché su desconcierto para bloquearla y besarle como hacía mucho tiempo que no ocurría, a partir de ahí no hicieron falta más señales, fuimos a ciegas hasta el sillón y caímos de bruces, lo demás no necesito contarlo, Tomás hizo uno de sus trabajos sublimes conmigo. Tuvieron que pasar meses antes de volver a verme con coletas tumbada sobre sus piernas, la primera vez no se atrevió a azotarme, esa fue la prueba de fuego, la superó, no volvió a aparecer la violencia desmesurada ni los insultos vejatorios. No obstante, nuestra relación cambió, aquel despacho y el que usaba en otra de las empresas, en las afueras de Boadilla del Monte, conformaban un reducto donde yo era otra distinta a mí, distinta a la alemana. 

Carmen Bauer, la consultora encargada de establecer los perfiles de los directivos de las grandes cuentas, un título que dejaba mucho campo abierto. Estaba en todas partes cuando se trataba de establecer estrategias, siempre cerca del omnipotente Rivas, si había rumores sobre mi poder ni me llegaron ni me importaban, el respeto que levantaba a mi paso era suficiente. Procurábamos mantener las formas, solo en el despacho de Boadilla nos permitíamos ciertas libertades porque el reducido círculo que accedía era de la absoluta confianza de Tomás, se jugaban algo más que el puesto de trabajo y unos ingresos desmedidos si violaban la lealtad prometida. Traspasar la puerta de aquel recinto era entrar en otra dimensión en la que, comparado con lo que allí se cocía, el picadero era un juego inocente;  se hablaba sin tapujos de operaciones que lindaban la frontera de la ilegalidad, pagos donde las facturas ni se mencionaban, gestiones para obtener información privada de esposas adúlteras, hijos drogadictos, empresarios endeudados hasta las cejas en casinos de todo el mundo y cualquier otra información que pudiera inclinar la balanza a favor del grupo Rivas. Pasado el primer shock, acepté que era lo habitual en ese mundo y, sobre todo, no iba conmigo, yo seguía haciendo mi función ajena a tanto chanchullo, si estaba allí era para…

Para darle prestigio, para aumentar su imagen, Rivas disponía de la mejor asesora, la más cualificada, la tía más buena y, además, se la cepillaba cuando le venía en gana, ¿o no vieron cómo me comió la boca en mitad de una reunión decisiva para celebrar mi aportación sobre los puntos débiles de cierto consejero delegado difícil de manejar hasta ese momento? Me acostumbré porque, a pesar de todo, me respetaban, mis opiniones valían oro, lo que hiciera Tomás con mi cuerpo en su presencia era cosa nuestra.

Aquello fue a más. Una tarde de verano, con la noticia fresca de la adjudicación de un importante contrato, follamos en el despacho como desesperados, me aseé con varios kleenex y quedé derrengada en el sillón bajo el foco directo del aire acondicionado con una pierna sobre el reposabrazos ofreciéndole la mejor vista de mi vulva abierta y húmeda mientras él discutía descuentos por teléfono. No te distraigas, le dijeron mis ojos con un estudiado parpadeo. Eran las nueve de la noche, quién podía esperar a Román, el responsable del área de industria. Entró sin llamar con la urgencia de quien viene a anunciar algo grave, ni siquiera me vio, fue directo a Tomás que, en pelotas, negociaba con un saudí, le dio un folio y mientras esperaba, me vio o, mejor dicho, se perdió en mi coño, le saludé agitando suavemente los dedos, Román me devolvió el saludo y se dio la vuelta, pero el panorama no era mejor: su jefe, desnudo, con un hilillo colgando de la polla, seguía al teléfono; giró de nuevo, me miró azorado, sonreí, no sabía qué hacer y desvió la atención a la gran cristalera a su izquierda.

—¿Quién ha visto esto? —preguntó sacándolo de su incómoda situación.

—Nadie, solo tú.

—Échale un ojo. —me dijo extendiendo el brazo, fui hacia ellos, el mensajero buscaba un punto en el infinito. Cogí el documento y lo leí.

—¡Vamos Román, parece que no has visto nunca un par de tetas! —lo azuzó señalándome, porque yo trataba inútilmente de devolverle la hoja.

—No puede hacer esto —dije—, la demanda le va a costar…

—Le va a costar un huevo —me interrumpió—, pero entretanto nos enredamos en pleitos, se paraliza el proyecto de Cádiz y nos hace perder una fortuna.

—A este tío le están pagando por esta maniobra.

—Convoca reunión mañana a primera hora. —le ordenó, Román salió escopetado.

Fue la primera vez que participé en estas condiciones en una discusión de trabajo, a partir de ahí se encaprichó con tenerme desnuda y meterme mano mientras despachaba, decía que le cargaba las pilas; no era ninguna novedad, la primera vez que me tuvo lo hizo, fue en el picadero, me pagó y antes de follarme se la mamé mientras resolvía un asunto por teléfono, ese fue mi primer trabajo de puta. (2) En el despacho de Boadilla se volvió habitual, la diferencia es que por allí entraban y salían los más cercanos y dejaron de sorprenderse, yo era un objeto decorativo más en el despacho, el cargador de batería, el depósito de cafeína, el chute (en palabras mías), salvo cuando Tomás requería de mis consejos, entonces, desnuda o no, los presentes escuchaban con atención mis palabras, porque lo que yo proponía quedaba refrendado por Rivas. Si estábamos a solas y nos apetecía, descolgaba y decía «no me pases llamadas», era la clave para que nadie nos molestase, una cosa era entrar y encontrarme en pelotas, otra muy distinta sería sorprender a Rivas follándose a la consultora encargada de establecer los perfiles de los directivos de las grandes cuentas. 

Aunque para llegar a eso faltaba mucho tiempo. Volvamos a la navidad del dos mil uno.


La advertencia 

Como todos los años tocaba reunión de los siete jinetes, los que aún cabalgaban después de cruzar tres décadas desde los tiempos del instituto. Algunos seguimos unidos en la facultad, otros emprendieron caminos distintos, incluso hubo quien marchó lejos a hacer carrera donde reconocieran la valía como aquí no se hace. Veinticinco años después, cada mes de Diciembre, acudíamos sin falta a la llamada de Hugo, el guardián encargado de mantener viva la llama de la amistad. Al principio nos convocaba cerca de las navidades, pero la fecha se fue adelantando para salvaguardar los compromisos familiares. Acabamos celebrando el encuentro a primeros de mes, alrededor del puente de la constitución, Hugo hizo reserva en un hotel rural en la Sierra de Gredos con la intención de pasar la noche y evitar que la prudencia desluciera la cena o el alcohol pudiera constituir un serio problema. Entrada la noche, en plena sobremesa, salí a respirar aire puro, el ambiente estaba enrarecido, demasiado humo, demasiadas voces, llevé la copa conmigo y agradecí el silencio y el aire frío en el rostro. Lamenté no haber cogido algo de abrigo. Al poco tiempo vi llegar a Javier Santacruz, socio mayoritario de la cadena de gimnasios en la que entrenamos.

—Hace demasiado calor ahí dentro.

—¿Por qué le dará a la gente por levantar la voz cuando beben y hablar todos al mismo tiempo? —protesté.

—Sergio dice que somos como hermanos, nos tenemos que ver más a menudo. El amor etílico.

Bromeamos sobre eso y volvimos a contemplar en silencio las cumbres nevadas, incluso en la oscuridad delataban su amenazante presencia. El aleteo de un ave nos sacó del trance.

—¿Seguís pasando por el gimnasio?

—Desde que volvimos de vacaciones, menos. Yo estoy yendo y viniendo a Sevilla cada poco y Carmen no para, tenemos intención de volver a la rutina en Enero.

—Llevo tiempo queriendo decirte una cosa, no sé si estás al tanto de que a uno de los monitores lo trasladé al centro que inauguré hace poco, un argentino.

—Supongo que hablas de Guido, o Quique, como le llaman en el gimnasio.

—Estás al tanto.

—¿De qué?, habla claro.

—No suelo conocer el día a día de los centros, bastante tengo con hacerlos funcionar, la constructora me absorbe por completo, aunque procuro mantener el pulso para anticiparme a los acontecimientos, cuento con gente de confianza que me alerta si ve algo que puede dañar la imagen entre los abonados y muy especialmente las abonadas, ¿me sigues?

—Prefiero escucharte hasta el final. Continúa.

—Hace tiempo recibí información sobre la tendencia de Quique a relacionarse demasiado cariñosamente con las clientas, se le hizo saber lo inadecuado de su conducta y rectificó, se volvió más discreto, aunque sigue considerándose, por decirlo de alguna manera, el gallo del corral. A primeros de año volvió a las andadas, mantenía una actitud poco apropiada con una clienta, la información apuntaba a un caso claro de asedio por parte de ella, por eso y por la relevancia del marido decidí no intervenir hasta ver cómo evolucionaba. Entonces el «asunto Quique» se complicó, los informes mencionaban una relación más explícita con otra clienta, alguien que, desde su entrada en el gimnasio, ha llamado la atención tanto de monitores como de clientes, una mujer que destaca por su impactante atractivo físico, por su altura y su tremenda sensualidad. No son mis palabras, es la descripción del topo que tengo en el gimnasio al que acudís, al que acude tu esposa.

—Dilo de una vez, nunca has sido de morderte la lengua.

—Está bien. Tu mujer tiene, o ha tenido, una relación con Quique y ninguno de los dos se molesta en ocultarla, al contrario, a día de hoy Quique sigue alardeando de haberse tirado a la tía más buena de todo Madrid y de tenerla comiendo de la mano, ¿quieres que siga?, porque no queda bien parada.

Guido iba fanfarroneando de haber dejado el gimnasio lleno de mujeres desesperadas por su marcha y en concreto, había una espectacular a la que le bastaba mostrarle los pectorales para tenerla rendida acariciándolo como si estuviera esnifando coca sobre su cuerpo; Ya será menos, respondí incómodo. Santacruz sacó una grabadora, miró a ambos lados y pulsó el play, sobre el ruido ambiente de un bar reconocí la voz de Guido:

«Es una máquina, una auténtica turra la reputa, la chupa como los dioses y se la ensarta ella solita, es muy gauchita. No me acuerdo de otra mina que aguante como esta, no se pueden imaginar, boludos, le gusta garchar más que los dulces». 

—¿Por qué lo paras?

—Es un fragmento de la grabación original, lo he traído por si no me creías, este es el desgraciado con el que se acuesta. Lo trasladé para cortar de cuajo el problema, pero no ha parado, sigue hablando de sus conquistas, va dando nombres, detalles y gustos sexuales de cada una, y a Carmen la describe, bueno, ya lo has oído; por lo que cuenta, no han terminado. Quiero saber dos cosas, primero si lo sabías.

—Intuyo que ya tienes una respuesta, has dicho que me ibas a mostrar este audio por si no te creía y no me has dado tiempo a darte mi opinión.

—Tienes razón, tu actitud mientras te lo contaba no es la de un marido ultrajado.

—Siempre has sido un buen observador. Es cierto, sabía que le atraía y… ahora, pásmate: la animé a probar, ¿por qué no?, tenía curiosidad por sentir el cuerpo de un culturista, ¿qué le habrías dicho a una amiga que te confiara su deseo? Venga, tírate a la piscina, solo se vive una vez, ¿No son estas tus frases? Pues es lo que hice con Carmen, mi mejor amiga: lánzate, pero adviértele que, como se vaya de la lengua puede tener un problema porque tu marido es íntimo amigo del dueño del gimnasio.

—Ya ves el caso que ha hecho. No voy a entrar en vuestra forma de actuar, no es cosa mía. 

—Recuerda cuando te dio por la cubana, casi te cuesta el divorcio, estabas colado por ella, decías que querías probar lo que era estar con una mulata, ¿cómo se llamaba?

—Lucrecia.

—¿Qué te dijimos? 

—Tírate a la piscina.

—Total, te habías pasado por el forro todas nuestras advertencias… te tiraste a la piscina y a Lucrecia. Espero que mereciera la pena.

—Todavía estoy pagando las consecuencias, Mónica no perdona.

—Esa es la diferencia, tú engañaste a Mónica; mi mujer y yo no nos ocultamos nada.

Está bien, tú ganas, puede que yo sea un antiguo. Ahora viene la segunda pregunta, ¿qué quieres que haga? No tengo ningún problema en fulminarlo. Éste no vuelve a trabajar en toda la Comunidad de Madrid y ya veremos si en algún otro sitio.

—Vamos a hacer una cosa, voy a hablar con Carmen y te llamo. Supongo que, aparte de nuestra opinión, ya tienes una idea sobre qué hacer.

—Ha cometido una falta grave, la segunda, estaba avisado. Si la implicada no fuera tu mujer tendría en cuenta su trayectoria de estos años, le haría pasar un mal rato en mi despacho haciéndole escuchar la grabación, no tiene desperdicio, con eso y una suspensión cautelar creo que tendría el problema controlado. Tú decides.

 —Volvamos dentro, hace demasiado frío.


La conversación

—¿Qué tal ayer con los nostálgicos? 

—Bien, lo de siempre, hablando del pasado, lo normal.

—¿Mereció la pena irse tan lejos?

—No estuvo mal, el hotel está en un lugar agradable, pudimos trasnochar sin preocuparnos de coger el coche a las tantas.

—Y con unas copas de más.

—No lo dirás por mí, sabes que, si tengo que conducir, San Stevie Wonder (3)

Le conté alguna otra cosa sobre los compañeros que llevaba más tiempo sin ver, poco a poco derivé la conversación a Santacruz.

—Se ha metido en el negocio de la construcción, le va muy bien.

—Un día de estos le presento a Tomás, seguro que se entienden. ¿Qué pasa?, estás serio.

—Me preguntó por Guido y por ti, le han llegado rumores sobre vosotros.

—¿Qué rumores?

—En realidad no son solo rumores, alguien del gimnasio le ha contado lo vuestro.

—¿Puedes ser más explícito?

—Ese es el problema, que vuestra relación dentro del gimnasio se había vuelto demasiado explícita y tuvo que tomar cartas en el asunto, lo trasladó para zanjar el problema porque erais la comidilla de todo el mundo.

—No es cierto.

—Cierto o no, el asunto llegó a sus oídos y lo cortó de raíz, esperaba encontrar la ocasión de hablar conmigo.

—Contigo, acaso eres mi tutor o algo parecido. ¿Es que no tiene confianza para llamarme?

—Le he dicho que no se trata de un asunto de cuernos, que no solo lo sabía, sino que te animé, pero hay más. Guido va por ahí jactándose de follar con la tía más buena de todo Madrid, una ninfómana del gimnasio que está loca por él y, cómo era… le basta con enseñarle los pectorales para que caiga de bruces y lo acaricie como si esnifara cocaína sobre su cuerpo.

—No es posible.

—Cariño, lo he escuchado, le han grabado diciendo eso de ti y otras cosas que no ha querido enseñarme. Ha puesto en mis manos la decisión, si es por él, no vuelve a trabajar en todo Madrid.

—Es injusto, soy tan culpable como Guido. De todas formas, no es decisión tuya, dile que no necesita intermediarios.

—Como quieras, solo pretendía…

—Lo de siempre, pretendíais darle carpetazo sin tenerme en cuenta, no puede acabar con el futuro de una persona por “salvar el honor” de un compañero de aventuras de juventud, es injusto.

—De acuerdo, le diré que hable contigo.


La confrontación 

Javier Santacruz no tardó en llamarme, entretanto, me encargué de cantarle las cuarenta a Guido.

—Hola mamita, dónde andás che.

—Donde no te importa, bocazas, ¿vas diciendo por ahí lo que no debes y crees que no se va a enterar nadie?, ¡qué iluso!

—¿De qué mierda estás hablando?

—¿De que soy una ninfómana, por ejemplo? ¿de que vas presumiendo de tenerme enganchada a ti como a la cocaína? Te han grabado, estúpido, estás dando mala imagen al gimnasio y te han grabado. Estás en la cuerda floja, no sé por qué me molesto en avisarte, debería dejar que te caiga el meteorito encima y te aplaste.

—Pará, loca de mierda, qué estás diciendo. Mañana paso por tu casa y me desembuchas todo.

—Ni se te ocurra, no quiero volver a verte, eres un cerdo.

— Y vos una reputa, te moriste por volver a verme en bolas, negalo si podés. Turrita, mañana a tu macho se la vas a chupar, como que me llamo Guido. Después te vas a arrastrar a mis hombros como solo vos sabés hacerlo y me vas a rogar que te la ensarte y te lleve en sillita de oro por toda tu casa, pero antes mi hembrita va a desembuchar todo lo que te dijo el cornudo de tu marido.

—Si se te ocurre aparecer, llamo a Santacruz. Olvídame.

— Puta de mierda, ya vas a venir con el caballo cansado. Estás remetida conmigo y lo sabés, putita.

Como decía, Santacruz tardó poco en llamarme.

—¿Dígame?

—Carmen, buenas tardes, soy Javier Santacruz.

—Javier, dime.

—Ante todo, quiero disculparme, creo que no te ha sentado nada bien cómo he enfocado el asunto Quique.

—¿Qué esperabas?, lo lógico hubiera sido que te dirigieras a mí. No somos tan íntimos como vosotros, pero tampoco somos unos desconocidos, debías haberme llamado.

—Tienes razón, te pido disculpas.

—Un poco tarde, comprenderás que ofrecerle a Mario la decisión sobre el futuro de Guido me resulta sumamente humillante, ¿en qué me convierte?

—No lo pensé, me pareció tan incomodo que creí oportuno tratarlo con discreción.

—Déjalo, lo estás empeorando. Me ha contado tu intención de tomar represalias.

—Yo no lo calificaría de represalias, su comportamiento está lejos de lo que se espera de él, se le había advertido previamente, ha cometido una falta grave y merece como mínimo una sanción.

—Pero al haber cometido la falta con la mujer de tu amigo, estás pensando incluso en despedirlo y ponérselo difícil para encontrar trabajo; eso es nepotismo, Javier, dudo mucho que Mario esté de acuerdo.

—Me contó cómo empezaste con esto y él mismo te animó, no lo entiendo, allá vosotros, solo quise advertirle de las consecuencias de jugar con la persona equivocada y ofreceros mi ayuda para solucionarlo.

—Estás envolviendo el pufo en papel de regalo a ver si cuela.

—Qué mal concepto tienes de mí.

—Quiero oír la grabación completa.

—Ahórratelo, no te va a gustar.

—Lo supongo, aun así, quiero oírla.

—Muy bien, se la daré a Mario.

—Deja a Mario a un lado, estás hablando conmigo; no es solo el audio, quiero saberlo todo.

Nos vimos en una cafetería cerca de la Plaza de Colón al terminar la jornada. Mi relación con Javier Santacruz se limitaba a las pocas veces que habíamos coincidido al término de alguna reunión; conocía a Mónica, habíamos cruzado algunas palabras en un par de ocasiones, ambos eran de la edad de Mario, mediados los cuarenta, se conservaba en buena forma, siempre bien conjuntado, le gustaban las americanas de doble botonadura, con el cabello fijado con brillantina, cosa que detesto, y perfectamente afeitado, cosa que aprecio. Mónica, su mujer, aparentaba más edad y trataba de disimularlo vistiendo como una veinteañera, el desfase era aún más evidente por su afán en hacer destacar unos pechos generosos con escotes poco elegantes, faldas excesivamente cortas y tacones desmesurados para compensar su baja estatura; de risa fácil y escandalosa, llamaba la atención en cuanto llegaba, lo cual parecía ser del agrado de su marido.

Se levantó al verme llegar, dos besos de rigor y le pedí al camarero una tónica. 

—Estás espectacular, en parte se lo debes a mi gimnasio, reconócelo.

—Solo en parte, últimamente voy poco.

—Quién lo diría.

—No he dejado de nadar, tengo un club de natación cerca de casa y acudo en cuanto tengo un hueco, también salgo a correr.

—Se nota.

Me escaneó con ojos de experto, quise pensar.

—Tú también te mantienes forma, pero no hemos venido a echarnos flores. Cuéntame, qué se rumorea.

Debería haberlo imaginado, en un centro como ese hay muchos ojos, demasiados y no habíamos sido discretos, si los chismorreos habían llegado tan lejos no sé cómo no se habían extendido por el barrio, la tía buena de la torre de la avenida se lo monta con el monitor argentino, ¿o estaba tan ensimismada en mis cosas que no me había enterado de lo que se hablaba de mí por la urbanización? (Estás entrando en una neurosis de manual, para ya, joder). Javier me contó que tenía ojos en el gimnasio, estaba al corriente del día a día, tanto de los empleados como de los clientes, por eso pudo amonestarlo cuando comenzó a tontear con otras clientas, por eso se enteró de lo nuestro, por eso mandó seguirnos. Por eso… 

—En cuanto vi las fotos y supe que se trataba de ti…

—¿Fotos? ¿Has hecho que nos fotografíen?

—Para ganar una demanda por despido o conseguir un acuerdo sin llegar a eso se necesitan pruebas; no lo sabía hasta que el detective me presentó el informe.

—Contrataste un detective, no me lo puedo creer.

—Es lo normal en estos casos.

—¿Qué pensabas hacer con esas fotos? Quiero verlas.

—Usarlas para negociar con Quique y si no había acuerdo, utilizarlas en la demanda, pero cuando te reconocí decidí pararlo y hablar con Mario.

—¿Y las fotos?

—No voy a hacer nada con ellas, las destruiré.

—Dámelas.

—Te doy mi palabra, las voy a destruir.

—Javier, dámelas. Todas.

Soltó el aire de una bocanada dándose por vencido. Del asiento de la silla contigua cogió una carpeta de cuero, sacó un sobre del tamaño de una cuartilla y me lo ofreció, habría una veintena de fotos que inmediatamente reconocí: Guido y yo saliendo del gimnasio; sentados en la cafetería sonriendo; Guido tocándome el brazo en una actitud que podría aparentar lo que no fue; fotos paseando en las que las miradas y las sonrisas daban a entender más de lo que significaron. Después, unas imágenes nocturnas tomadas a cierta distancia de las ventanas de mi casa con un potente teleobjetivo; Guido y yo hablando de pie frente a frente en el salón (maldita costumbre de no correr las cortinas); Guido y yo besándonos; en la siguiente aparezco en sujetador, después estamos desnudos, se me ve desde atrás sobrepasada por la espectacular envergadura del culturista, sus manos se aferran a mi espalda y a mi culo; así, varias más en el salón, en la alcoba apenas se nos ve mal iluminados por el reflejo de la luz del baño, pero se me distingue montada sobre él; en otra, tumbada con su cabeza entre las piernas mirando hacia la ventana, soy yo, claramente soy yo en éxtasis. Después… en el ático, a la pálida luz de una noche de la luna nueva, como una mantis enganchada a su víctima, ¿por qué pienso esa barbaridad al verme sujeta con brazos y piernas al cuerpo del gigante mientras me penetra y se pasea por el ático conmigo a cuestas? Hay tantas que puedo reconstruir el recorrido a hombros del titán sintiéndome clavada a su cincel. La humedad brota incontenible viendo lo que hicimos, recordando la sensación de ser una muñeca sin peso llevada en volandas atravesada por un corto muñón sufriendo un orgasmo interminable. 

Las solté, me lo iba a notar.

—¿Cómo pudieron…?

—Son profesionales, para ellos es fácil entrar en cualquier edificio.

A continuación, me pasó un informe de cuatro hojas, le eché un rápido vistazo: fechas, seguimientos, detalles escabrosos… ya lo leería con calma, también hablaba de otras mujeres, podía ponerles rostro, eran compañeras del gimnasio, de algunas no hubiera sospechado, más listas que yo, sin duda, a otras no las conocía, Guido llevaba años haciéndolo. 

—¿Hay más copias?

—No, te lo juro.

Me había quedado sin fuerzas, sin capacidad de argumentar. Javier me dio el sobre donde guardarlo, llevaba el membrete de «Laborat, informes y estudios», un eufemismo para referirse a un equipo de detectives dispuestos a husmear en la vida de la gente a cualquier precio. 

—¿Y ellos?

Se encogió de hombros, le resultaba fácil apuntarse al «quién sabe», yo me jugaba mucho, no era suficiente.

—¿Qué quieres que haga?, dímelo y lo haré sin dudarlo.

—¿Acaso también contratas a ucranianos para romperle las piernas a quien resulta molesto? Perdona, estoy… no sé lo que digo.

—Quique, o Guido, como prefieras, es uno de los mejores monitores que tengo, sabe gestionar un gimnasio y cae bien a los clientes, si no fueras tú la implicada le daría un escarmiento, una suspensión y aprendería la lección, pero esto es diferente, no volverá, cuenta con ello. Salvo que me digas lo contrario.

—¿Insinúas que puedo tener interés en seguir con esta historia después de lo que ha ocurrido?

—En los audios parecéis estar muy compenetrados.

—Los audios, no me acordaba. ¿Hay más de uno?

Sacó dos CDs envueltos en un folio a modo de carpetilla, en él aparecía una relación de fechas con títulos y duraciones en minutos y segundos, títulos tan vulgares, como “metiendo mano en cafetería”, “Follando 1”, “Follando 2” y sucesivas, o “Rajando”.

—Rajando…

—Es uno de los más fuertes, habla de ti de una manera muy desagradable.

—¿Es el que le enseñaste a Mario?

—¿Te lo dijo?, no debía haberlo hecho.

—No tuvo otra opción, no le creía.

—Escúchalo todo y me dices qué hago con él.

—No pretendo arruinarle la vida, con alejarlo me es suficiente.

—Escúchalo y volvemos a hablar.


Psicosis

Llegué a casa sin haberme recuperado, las imágenes en el ático pegada como una lapa al tórax del gigante me tenían tan trastornada que perdí la concentración más una vez e incluso tuve que pegar un frenazo para evitar una colisión en plena autovía.

—¿Estás bien?

—Voy a cambiarme, me doy una ducha y subo arriba a ver unas cosas. ¿Me preparas una copa?

La ducha templada ayudó a relajarme; al salir tenía la copa en la mesa, Saphire con tónica, dos hielos y una rodaja de limón; le di un beso y subí con los sobres. Mario sabe darme mi espacio cuando lo necesito. A veces.

Volví a ver las fotos con calma.

El informe era demoledor.

Necesitaría otra copa.

Cogí los CDs y descubrí con fastidio que el reproductor portátil no estaba en su sitio.

—¿Sabes dónde está el reproductor de CD?

—Estará de tu mano, yo no lo utilizo.

—¡Joder! —exclamé después de abrir y cerrar varios cajones del mueble del salón.

—¿Por qué no usas la cadena?

—Porque no, necesito el reproductor.

Mario, todo paciencia, fue al otro cuarto mientras yo seguía abriendo y cerrando cajones con violencia.

—Toma. ¿Se puede saber qué pasa?

Lo abracé, le preocupa verme perder los nervios, pegada a su cuerpo sentí que recuperaba la calma.

—He estado con Javier, Javier Santacruz. Me ha dado todo lo que tiene sobre Guido. ¿Sabías que contrató a unos detectives?

—No me lo dijo.

—Nos han hecho fotos desde la terraza de enfrente, ¡joder, desde ahí! —apunté hacia la terraza comunal del edificio gemelo al nuestro—, esto es una mierda, nos han hecho fotos follando en el ático.

—¡Hijo de puta!

—No, espera, no sabía que se trataba de mí.

Subió conmigo, tenía derecho a verlas; le había contado la escena del ático con todo lujo de detalles, ahora lo estaba viendo con sus propios ojos, el fotógrafo se había explayado plasmando una escena para la que habrían bastado dos o tres instantáneas. Un escalofrío me recorrió la espalda: alguien, un desconocido tenía copia y sabía dónde vivo.

—Voy a decirle que acabe con él.

—Tú no vas a hacer nada, esto es cosa mía. Ahora, por favor, déjame sola, voy a escuchar los audios. Prepárame otra copa.

—Carmen…

—¡Por favor!

“Follando 1” hasta “Follando 5” me terminaron de asustar, las grabaciones estaban hechas en casa, la nitidez era absoluta, las voces, los gemidos y las conversaciones se habían tomado en el salón y en la alcoba. Alguien había entrado a poner micros, ¿era necesario llegar a tanto? Descarté contárselo a Mario, solo conseguiría que cometiera una tontería cuando lo que necesitaba era actuar con prudencia. Volví a escuchar las grabaciones tratando de recordar el lugar exacto donde estábamos en cada una, registré cada rincón del ático en busca de micrófonos, cada esquina del techo, las lámparas, la galería de las cortinas, la librería, no sabía qué buscar y desistí pensando que, igual que entraron a ponerlos, debieron de retirarlos, dediqué unos minutos a calmarme, no quería dar otro motivo de preocupación. Bajé y logré darle una explicación suficiente para evitar que escuchase los audios de momento. No me lo merezco, todo su afán estuvo en serenarme y buscar el lado menos negativo del problema. Me quedé a solas en el salón y repetí el examen obsesivo de esquinas, lámparas y objetos que pudieran ocultar algo sospechoso, lo mismo hice en la alcoba. Me estaba volviendo paranoica. Palpé el borde superior del armario ropero buscando algo, cualquier cosa, algún indicio, seguí todo el perfil y, justo entre la segunda y la tercera puerta, noté una rugosidad sospechosa, podía ser una mancha de pintura, o barniz; demasiado gruesa, pensé, arrimé el silloncito y me subí, lo tanteé con cuidado, la sensación era distinta a la que deja un goterón de pintura, fui a la cocina, volví con un cuchillo pequeño, Mario siguió mis idas y venidas pero no se entrometió; encaramada al sillón, usé el filo para desincrustar la masa pegada al mueble, con paciencia logré separarla, era un pegote redondeado de material plástico, pegamento o silicona, que conservaba las marcas de haber tenido algo adosado encima, tres huellas cónicas profundas. 

—Mira.

Lo examinó con atención dándole vueltas.

—Estaba pegado encima del armario en línea con la cama.

Me miró como si esa información tuviera un significado oculto.

—¿No lo ves? Ahí ha estado sujeto un micro.

Lo miró de nuevo, le dio unas vueltas, levantó las cejas.

—Qué pasa, ¿me he vuelto loca?

—Cálmate, si han entrado en casa y han puesto cámaras y micros…

—Ya lo sé, han vuelto a entrar para quitarlos, no soy idiota, pero esto demuestra que no es una simple suposición. 

—No lo es, cariño, los audios lo demuestran.

—No imaginas lo que es escucharte…

«Follando con alguien sin saber qué estás siendo espiada».

—Por eso, ¿Qué ganas registrando la casa?, alterarte, nada más, tenemos que hablar con Javier y exigirle…

—Tenemos, no. Tengo. Yo voy a hablar con él, es a mí a quien han espiado, es mi casa la que han allanado.

—Nuestra casa.

—Tú no les interesas, han ido contra mí, quiero recuperar todas las copias y saber por qué motivo han ido tan lejos por un simple caso de un empleado deshonesto. Allanamiento de morada, ¡por Dios!

—Muy bien, hazlo a tu manera, pero te lo advierto, como no lleves el asunto a la policía no vas a obtener lo que pretendes y si lo haces, el daño va a ser mayor que el ya causado.

Tenía razón, pero me resistía a rendirme.

Apenas pude dormir. Al día siguiente llamé a Santacruz.

—Javier, soy Carmen Rojas, he estado examinando el material que me diste, tenemos que hablar, llámame.

En menos de cinco minutos estaba devolviéndome la llamada.

—Carmen, buenos días, tú dirás.

—Buenos días, anoche escuché todos los audios y hay algo alarmante, no es para hablarlo por teléfono.

No quería demorarlo y, aunque no me apetecía lo más mínimo, acepté la propuesta de almorzar. A las dos y media, nos encontramos en un restaurante de Sainz de Baranda. 

—Antes de nada, quiero decirte que he decidido despedir a Quique, no emprenderé ningún tipo de represalia. En reconocimiento a su buena labor pasada, le daré una carta de recomendación para facilitarle la incorporación laboral advirtiéndole de que, si insiste en difundir hechos sobre personas relacionadas con nuestros centros, actuaré por la vía legal.

—Mira, Javier, no tengo ningún tipo de resentimiento contra Guido, los dos somos igual de responsables, no me parece justo que cargue con las consecuencias, piénsatelo, dices que es uno de tus mejores empleados, puede que un susto y una sanción sea suficiente. Eso sí, aléjalo de mí.

—Lo pensaré, es muy generoso por tu parte. Antes de que sigas, quería disculparme, los audios te han debido de causar una fuerte impresión.

«Hipócrita...»

—¿De quién partió la orden de allanar mi domicilio?

—Yo no lo pedí, se excedieron, desde luego no era necesario.

—Y tanto que no lo era. ¿Cómo no lo paraste?

—Lo supe cuando recibí el informe. Pero espera, queda algo.

—¿Qué?

Sacó del portafolio un sobre idéntico al que me dio en la primera ocasión, ¿Qué podía encontrarme? Los nervios me traicionaron a la hora de abrirlo, por fin saqué un grupo de fotos, la primera me hizo perder la respiración, era la imagen del salón tomada en un plano picado; sobre el sillón, tumbada, desnuda, con la cabeza de Guido tapándome el pubis, apenas se me veía el rostro oculto por mi mano en un vano intento de contener la marea que arquea mi columna y amenaza con arrollarme, reconozco el efecto devastador de un boca a boca ahí abajo. Las siguientes eran aún más explícitas: sentada haciéndole una felación; de rodillas con el rostro hundido en el sillón mientras el gigante me traspasa agarrado a las caderas; varias más y después el escenario se traslada a la alcoba, plano cenital apuntando al lecho donde Guido y yo follamos, descansamos, nos besamos y volvemos a copular, hay tanto material que me cuesta ponerlo en orden cronológico. Lo miré espantada.

—Me has engañado.

—No, te lo he dado, tarde pero aquí lo tienes, el otro día no tuve valor.

—¿Qué pensabas hacer?, esto ya está fuera del seguimiento, dime. 

—Temía justamente esto, que te enfadaras; pensaba destruirlo, pero en el último momento me pareció más honesto decirte la verdad completa.

—¿Cómo te atreves a hablar de honestidad? Me has espiado, has allanado mi casa, has grabado mi intimidad sin ningún derecho. ¿te das cuenta de que puedo denunciarte?

—Y estoy dispuesto a pagar por ello, no sabía que fueran a llegar tan lejos, te lo juro, no les pedí tanto. Haz lo que debas. 

Sacó unos DVDs y los puso sobre la mesa.

—Toma, con esto lo tienes todo.

—¿Vídeos? ¿También hay vídeos? Esto es el colmo.

Salté del asiento, no soportaba estar ni un segundo más con él; las mesas de alrededor nos miraban; el camarero, con el pedido en la bandeja, frenó en seco. Antes de marcharme, le advertí:

—No hemos acabado.

Fui derecha a casa, desde allí llamé al gabinete para justificar mi ausencia, después me dispuse a ver lo que sin duda iba a ocasionarme una nueva conmoción.


No soy yo

No era yo, no podía ser yo. Así es como lo percibí, con una total ausencia de las emociones que se supone debía sentir al verme en la pantalla. Ahí estaba yo, paseando desnuda por el salón de casa junto a un gigante; no parecía yo, no era yo, no me reconocía fumando, bebiendo, dejándome meter mano con una sonrisa perversa y una mirada turbadora. No era yo. Sin embargo, había algo de mí en ella. Estuve allí, lo recordaba.

Lo detuve, me resultaba embarazoso ver a esa extraña parecida a mí moviéndose por mi casa, follando con Guido, fumando en mi cama…

—Javier.

—Ahora no.

No soporto que me dejen con la palabra en la boca, volví a marcar y esperé lo que hizo falta.

—No me vuelvas a colgar nunca. Respóndeme, ¿pincharon mis teléfonos?

Respondió con tono cansado:

—Carmen, te he dado todo el material, no queda nada.

—Eso no es una respuesta. ¿Están las cámaras y los micros en mi casa?

—No lo sé, de verdad, para mí esto es igual de sorprendente.

—No me lo creo, cuando lo viste te darías cuenta de lo que habían hecho, tuviste la oportunidad de haber actuado y no lo hiciste. No me creo que no haya nada, no me creo que la agencia no tenga copia de todo el material, o el propio detective que lo hizo, o tú mismo. No me fío de nadie. 

Estaba sola en esto, no podía enseñárselo a Mario a riesgo de que perdiera los nervios y se revolviera contra Javier complicándolo todo. Vacié una caja de cartón satinado que en su día contuvo un carísimo conjunto de lencería y usaba para guardar fotos y otros recuerdos y lo guardé todo bajo llave. Acudí a Tomás, la única persona que podía ayudarme, ya lo había hecho en el caso de Solís, sospechaba que estaba detrás de la resolución del asunto de la revista, aunque no lo reconociera. Le dije que tenía un grave problema, se ofreció a verme inmediatamente. Salí hacia la oficina de Boadilla y en media hora estábamos reunidos, no resultó sencillo contarle que me había liado con el monitor del gimnasio, que Mario me animó en mi deseo de probar un cuerpo hiperdesarrollado, un capricho que bien podía permitirme porque lo tenía sujeto ya que el dueño del gimnasio es íntimo amigo de mi marido, si se iba de la lengua podía poner su trabajo en peligro, pero se nos fue de las manos, fuimos indiscretos, dimos qué hablar, los rumores corrieron, la historia del monitor cachas y la clienta que se han enrollado y no lo disimulan llegó a oídos del dueño, quiso pararlo y buscó la forma de librarse del problema.

—No me lo digas, os han hecho fotos.

—¿Cómo lo sabes?

—No me mires así, es lo habitual en estos casos para justificar un despido y evitar que lo declaren improcedente y haya que pagar un pastón.

—Nos han hecho fotos follando en mi casa, han puesto micros y cámaras en el salón y en la alcoba y filmaron también desde la azotea de enfrente, ¡es de locos! 

—¿Por un despido? No tiene sentido.

—Eso es lo que le he dicho, a él tampoco le parece normal, dice que solo encargó un seguimiento sencillo, unas fotos que lo comprometieran, nada más, cuando recibió el informe y me reconoció se echó las manos a la cabeza. 

—¿Has hablado con la persona que hizo el encargo?

—Ya te he dicho que es amigo de Mario, se conocen desde el instituto, me ha dado todo el material, fotos, audios, vídeos, todo. Lo que me preocupa es que la agencia pueda tener copias, o el propio detective que se encargó de hacer el seguimiento. Por otra parte, entraron en mi casa, no me siento segura, voy a cambiar la cerradura, pero no sé si las cámaras y los micros siguen estando o volvieron a entrar para retirarlos, no estoy tranquila.

—¿Cuándo sucedió esto?

—Antes del verano. ¿Qué pasa? Tomás, ¿qué pasa? 


La trampa

—No lo entiendes, ¿verdad? He estado en tu casa, nos hemos acostado, hemos acordado blanquear dinero negro, ¿lo vas entendiendo? No, ya veo. Si lo han grabado, estoy perdido. 

—Estás equivocado, Santacruz no haría eso, es un empresario como tú, solo pretende quitarse de en medio a un empleado problemático y de paso, hacerme un favor, no oculta nada.

—Qué ingenua eres. ¿Conoces la canción de Los Beatles que dice, «Todo el mundo tiene algo que ocultar menos mi mono y yo»? (4) pues es mentira, no hay excepciones, mis secretos los guardo celosamente, no se los confío a nadie, ni siquiera los contaría delante de mi perro, el único que daría la vida por mí; al final todos acaban hablando. 

—Ha quedado claro, no te fías ni de tu sombra.

Sentí lástima por él.

—Si confiara en la buena voluntad de la gente, no habría llegado donde estoy.

—Quieres decir…

—No se monta un operativo de tal calibre para echar a un trabajador, no se incurre en un delito de allanamiento de morada ni se instalan cámaras y micros porque un empleado se está tirando a las clientas del gimnasio; no me jodas, Carmen, aquí hay algo más.

En un instante, el despacho se convirtió en un gabinete de crisis, se abordaron diferentes hipótesis, se evaluaron los riesgos y daños esperados, alguien, a quien no conocía, se presentó como el responsable de la estrategia, me lanzó una andanada de preguntas sobre Santacruz: quién era, desde cuándo lo conocía, a qué se dedicaba, luego le tocó el turno a Guido: cuánto tiempo llevaba trabajando en el gimnasio, cuándo había comenzado a acercarse a mí. Sentía que estaban sacando las cosas de quicio, pero me cuidé muy mucho de insinuarlo.

—Hay que inspeccionar a fondo el escenario.

El escenario por supuesto era mi hogar y estaban saltándose mi autorización, nadie me consultó, nos pusimos los abrigos, cogí el bolso y salimos en un solo auto.

Sergio, el denominado responsable de la estrategia, un expolicía, y otros dos hombres sin nombre que nos estaban esperando en un 4x4 frente al portal, hicieron una primera inspección de cada rincón sin olvidar el ático. Tomás y yo aguardamos en el salón, al cabo de un rato dijo en voz baja:

—Van a tener que ver las fotos y los vídeos.

—¿Para qué? Son escenas muy íntimas.

—¡Vamos, Carmen!, ¿pudor a estas alturas?, necesitan conocer la posición exacta desde donde las tomaron.

Sergio había vuelto y apoyó el argumento. Subí al ático, lo guardaba en uno de los cajones del escritorio bajo llave; los dos hombres que inspeccionaban la terraza se giraron por instinto y al reconocerme, volvieron a su trabajo.

Bajé con la caja, se la ofrecí a Tomás, pero fue Sergio quien se hizo cargo, la puso sobre la mesa y la abrió con el cuidado de quien teme que un movimiento brusco la vaya a hacer saltar por los aires. Nos sentamos a ambos lados, el corazón me iba estallar, extrajo los CDs y los DVDs para acceder a los sobres con las fotos, abrió el primero, las esparció y separó una: expuesta a la cristalera en ese mismo sofá, comiéndole la polla a un titán arrogante que, erguido ante mí, me sujetaba el cráneo. «Parece que no eres muy discreta», dijo, le fulminé con la mirada, pero Tomás no me apoyó. Miró el encuadre, se volvió hacia la librería, echó otro vistazo a la foto y por primera vez le vi usar un walkie.

—Bajad.

Les enseñó la foto, los dos hombres miraron sucesivamente el sofá y la librería y, sin pedir permiso, uno de ellos se encaramó a una silla, palpó por toda la superficie, pidió la foto, desde ahí arriba miró hacia el sofá comparando perspectivas, bajó, corrigió la posición de la silla, volvió a subir y tras inspeccionar la zona pronunció un escueto «Nada».Tomás le ordenó silencio con un gesto brusco. No había sido consciente de que, desde nuestra llegada, todo se había desarrollado entre susurros, sentí un frío intenso por la espalda. Sergio repasó el resto de las fotos, mis desnudos y mis actos sexuales le importaban bien poco, era un depredador a la caza del intruso. Ordenó inspeccionar lámparas y adornos en ambas habitaciones, mientras tanto, aguanté estoicamente el visionado de uno de los videos rebobinando la escena en la que me lo estaba follando con desesperación, le pedí que quitara el sonido; aunque tenue, era perceptible y no aportaba nada a la investigación escuchar los gemidos y las burradas que proferí. De repente se aproximó a la pantalla, llamó al que rastreaba la alcoba y le mostró un fotograma, el hombre volvió al dormitorio y al poco tiempo regresó con el pulgar levantado; le seguimos, no había encontrado lo que esperábamos, sin embargo, la búsqueda había dado otro resultado: sobre la mesita de noche estaba el auricular del teléfono abierto y al lado, un minúsculo dispositivo que supuse se debía de tratar de un micrófono. El otro hombre hizo un gesto negativo, en el salón no había encontrado nada.

Escuchamos la cerradura: ¡Mario, cómo había podido olvidarme de él! Salí a interceptarlo antes de que encontrase la casa invadida por desconocidos.

—Hola, cariño, qué tarde has vuelto. —le hice señas para que mantuviera una conversación normal; todavía bajo la incertidumbre de no entender qué estaba sucediendo, improvisó.

—Sí, he tenido mucho lío.

Lo llevé hacia la cocina, cogí la libreta de notas y escribí:


«hay micros y cámaras 

Tomás y 3 hombres registrando». 


Miró hacia la puerta, cogió el bolígrafo y escribió: «Santacruz???”, asentí varias veces. La rabia le crispó el rostro. Escribí:


«Actúa normal, habla poco

SOLO A MÍ

NO HAY NADIE»


Claro, claro, respondió con un meneo insistente de cabeza; entramos al salón, Tomás saludó, los demás le miraron con desconfianza.

El registro duró aún media hora; verme expuesta a los ojos de aquellos desconocidos fue lo más desagradable, las fotos esparcidas por la mesa, los vídeos en el reproductor… Me había mentalizado, mi hogar era el escenario de un forense, lo que estaban viendo era un cuerpo ajeno a mí. Ni con esas logré sentirme bien. Acabado el rastreo, Tomás apuntó hacia la calle y a nosotros. Lo entendí.

—No me apetece ponerme a cocinar, ¿quieres que salgamos a cenar?

—Por mí, estupendo.

Resultó un diálogo forzado, aunque suficiente para que, si aún quedaba algún micro activo, tal vez creyesen que esa tarde plagada de silencios, ruidos extraños y desconexiones no tenía nada de anormal. ¿Estábamos exagerando?

La supuesta cena se convirtió en una reunión en la oficina de Boadilla.

—Mi conclusión —dijo el expolicía — es que los que han hecho el seguimiento son unos chapuceros, ni siquiera manejan tecnología de última generación, este micro es antiguo, creo que lo olvidaron cuando entraron a limpiar.

—¿Te parece un despliegue habitual para documentar un despido? —quiso saber Tomás.

—Ni de coña, con unas cuantas fotos y el audio donde fanfarronea de sus conquistas habría sido suficiente, porque además el tipo no se corta, reconoce que se está tirando a las clientas del gimnasio.

—Entonces, ¿qué opinas de esto?

—Necesito más datos, quién es la persona que hace el encargo, qué relaciones cruzadas hay. Voy a investigar a la agencia para descubrir quién está detrás.

—Gracias, ¿nos podéis dejar solos?

Sergio abandonó el despacho, Mario me miró desconcertado. 

—Mario no se mueve de aquí, han allanado nuestra casa y esto nos incumbe a los dos.

—Sal, por favor, esto es un asunto que afecta a la seguridad de esta empresa.

—Tomás…

—¡Carmen, cállate!

Mario se levantó y, sin decir palabra, salió.

—A ver si aprendes de una puta vez a obedecer, ¡hostias!

Tal vez no era consciente de la gravedad de la situación o carecía de la amplitud de visión necesaria. Cuando se serenó, volvió a la mesa y me hizo un cariño en la mejilla.

—¿Whisky? No, tónica con ginebra.

—Por favor.

Lo preparó con calma y se sentó cerca.

—No descarto nada, tienes que entenderlo, ahora mismo cualquier opción está sobre la mesa.

—Incluso yo.

—Incluso que te hayan utilizado sin que lo sepas.

—No me puedo creer que esté pasando, ¿quién se tomaría tantas molestias para manipularme? ¿con qué fin?

—Te has convertido en mi talón de Aquiles, si alguien quiere atacarme, buscará mi punto débil, eso eres tú.

—Tomás, por favor, parece una película de espías.

—Comprendo que no te entre en la cabeza, todo esto no forma parte de tu mundo. Piensa en Gerardo, no afirmo que sea él, pero piénsalo: lleva años tratando de hacerse con una parte del grupo, me ha hecho propuestas de adquisición que he rechazado una y otra vez; cuando le pedí el favor para solucionar tus vacaciones estábamos en una etapa de cordialidad, había abandonado sus presiones. Temo que le di la llave para volver a intentarlo.

—Ya te he dicho que lo nuestro se terminó.

—Gerardo nunca abandona, obtuvo la información que quería y te dejó tranquila haciéndote creer que habías ganado.

—¿Eso crees?

—Cariño, no tienes ni idea de la partida en la que estás metida.

—¿Y si te equivocas, y si no ha sido él?

—No es el único candidato, aunque es el que tiene más puntos. De momento, vamos a jugar las cartas que tenemos: Santacruz. Dices que tiene negocios de construcción.

—Eso me ha contado Mario, le va tan bien con sus otras actividades que empezó a diversificar.

—¿Qué más sabes?

—Solo eso.

—¿Y tu marido?

—No sabe mucho más, todos los años se reúnen por Navidad, son un grupo de amigos del instituto, hablan de cómo les va, recuerdan viejas historias. No se suelen ver el resto del año.

—¿Te ha vuelto a llamar?

—Quién, ¿Santacruz?, le acabo de dejar plantado.

—¿Le vas a volver a ver?

—Ni me ha llamado ni tengo intención de verle.

—¿Seguro?

—¿Desconfías de mí?

—En mi situación, tengo que planteármelo todo.

Estallé, estaba indignada, me levanté y lo miré pensando que es cierto, jamás se termina de conocer a las personas.

—Si es lo que piensas, hasta aquí hemos llegado, vigílame tú también a ver si estoy en contacto con alguno de tus competidores,

Me detuvo en la puerta, me resistí, forcejeamos, esta vez no iba a ceder.

—¿Vas a obligarme otra vez? 

—¿Necesito hacerlo? 

—¡Cabrón!

Triste, confundida, sobrepasada por los acontecimientos me negaba a creer que la persona en la que confiaba pudiera ser tan implacable. Trataba de zafarme y al mismo tiempo luchaba contra mí misma, contra el deseo de ceder a ese hombre mayor que me inspiraba tanto respeto al punto de transformarme en una dócil mujer obediente y sumisa dispuesta a todo con tal de obtener su aprobación. Me tenía en sus brazos, resistía sin fuerzas, en el fragor del combate había conseguido soltar la falda y peleaba por forzar las bragas.

—¿Te las rompo o te la quitas tú?

Lo hice yo, fui hasta el escritorio y me las bajé, enredadas en los tobillos, luché con furia para deshacerme de ellas, había desarrollado un sucio hábito por vencerme sobre el tablero y ofrecer la grupa. «Joder, cómo me pones», exclamó al verme entregada. Me ensartó como no creo que hiciera desde su juventud, bramando, llamándome cosas que nunca le había oído, me dejé llevar, grité sin pensar dónde estábamos. «Así, así, ¡fóllame, cabrón, rómpeme!».

Después me pidió perdón de nuevo.

—No suelo perder el control, es que no sabes cómo me ha puesto verte follar con ese saco de músculos en tu propia casa.

—¡Oh, Mario!, nos ha debido de oír.

—¿Y qué?, estamos en mi empresa, eres mía, ¿no dices que está mentalizado?

—Ya lo sé, pero no habíamos venido a esto.

—¿Te arrepientes?

Me pegué a su pecho, sus brazos me atraparon, nuestras bocas se fundieron. ¿Arrepentirme? Le acaricié la mejilla.

—Nunca.

—Entonces, sigamos con lo que estábamos. No, no te vistas todavía, estás bien así. Vamos a jugar las cartas que tenemos: SantaCruz. Vas a poner a trabajar a Carmen Bauer, acércate a él, hazlo con tacto, sin precipitarte, que no sospeche.

—Me ha visto en acción con Guido, no le habrá dejado impasible, le sacaré la verdad.

—No me basta, llévatelo a la cama. ¡Deja eso, por Dios!

Solté en una silla las bragas y la falda que había recogido del suelo. ¿Llevarme a la cama a Javier?

—Es amigo de Mario, no puedo hacerlo.

—No te andes con escrúpulos, quiero acercarme a él a través tuya.

—Puedo conseguirlo sin tener que…

—Carmen, no me discutas, te lo vas a follar y punto. Sedúcelo, vuélvelo loco, no te costará, y cuando lo tengas en tus manos comienza a sonsacarle, será el momento de hablarle de tu amigo el inversor. ¿Entendido?

Estaba desnuda de cintura para abajo; Tomás, sin embargo, se había recompuesto la vestimenta. Me sentía más avergonzada, frágil e insegura que si no llevara ropa alguna y eso me hacía incapaz de rebatirle.

—Entendido.

 —Dices que es empresario, ¿a qué se dedica?

—Es el socio mayoritario de una cadena de gimnasios, no sé qué otros negocios tiene, Mario me ha contado que ha entrado en el sector de la construcción con bastante éxito.

—Ya sabes lo que tienes que hacer, ponte a trabajar.

—¿Qué es lo que buscas?

—Te enterarás a su debido tiempo, tú encárgate de ponérmelo en bandeja, pero no te precipites.

Yo, la puta, acepté el encargo sin poner otra objeción; haría lo que se me ordenaba.

Dio por terminada la reunión. Al salir, mis temores quedaron confirmados: Mario esperaba sentado en el pequeño recibidor anexo al despacho, nos tenía que haber escuchado, sin duda, porque estuvimos descontrolados. Le miré y no vi signo de reproche. Mi amor…

—Esperadme, voy al aseo.

Necesitaba hacer desaparecer las huellas de lo que había pasado. Difícil misión, las bragas no habían sido capaces de absorber tanto. Hice lo que pude, las limpié con papel higiénico e improvisé un salvaslip con dos kleenex, me sentía incómoda con la prenda tan húmeda pero no podía hacer otra cosa.

Los encontré en la entrada cerca de los ascensores charlando como dos buenos amigos. Como debe ser, pensé, comparten la pasión por la misma mujer.

Un conductor al que no conocía nos llevó a casa, hicimos el trayecto en silencio, aún no me había acostumbrado a la idea de que los empleados de Rivas no tenían oídos.

—Me voy a duchar.

—Espera, ¿es necesario?

Estaba cansada, muy preocupada y mentalmente agotada, pero se lo debía. Me acerqué con una sonrisa en la boca, a mi cabeza volvió la imagen de la mujer que había visto en el vídeo, no era yo aunque se parecía, recordé la sonrisa de vicio y la mirada profunda que le dirigía a Guido antes de comerle la polla, ¿estaría haciéndolo igual? La mirada de esa mujer me conmocionó, entendí lo que Mario quería expresar cuando decía “Si sigues mirándome así, vas a hacer conmigo lo que quieras». Lo abracé, nos besamos, volví a clavar los ojos en él. «¡Oh, Carmen!», desfalleció. Lo entendí, la mirada de esa mujer había logrado subyugarme, podría estar viendo esas imágenes sin parar solo para extasiarme con su forma de moverse, con su forma de mirar, con sus andares, sus gestos felinos. 

Podría enamorarme de esa mujer.

 

Citas


1. Capítulo 192 La propuesta Noviembre 2024 

2. Capítulo 121 Testimonio Mayo 2019

«Caminamos hacia la puerta, yo seguía dándole vueltas a esa locura que no había logrado sacar de mi cabeza; me quedaban unos pocos segundos, no tenía más tiempo para decidirme. Entonces me detuve.

—Ah, por cierto, te tengo que pedir un favor.

—Tú dirás.

—Verás —comencé a improvisar sin llegar a mirarle a la cara—, menos mal que apareciste justo a tiempo, antes de que tuviera que pagar en la cafetería porque, en fin, resulta que me he dejado la cartera en casa; si, uno de mis clásicos despistes y además he llegado con la reserva casi agotada, no quise entretenerme a repostar…

—No digas más —me hizo callar echando mano a la solapa.

—Me resulta tan violento…

—Por favor, Carmen. —Sacó la cartera y comenzó a mover billetes—. Solo llevo de diez mil así que…

Nuestras miradas se quedaron enganchadas; Yo insegura, él expresando un mudo reproche. Atrapada en mi propio enredo me sentí más desnuda que nunca. Ahí estaba, con la mano en la cartera y la mirada clavada en mis ojos. Debería haber dicho algo. No fui capaz.

—¿Sabes una cosa? —dijo comenzando a separar uno a uno varios billetes—, quiero hacerte un regalo, quiero que te compres algo, no sé, un anillo, unos pendientes —Su voz me sacó de la parálisis en la que me hallaba; bajé la vista hacia su mano que ya acumulaba cincuenta mil—, ojalá pudiera acompañarte, pero te podría poner en una situación incómoda. —sacó los billetes y me los ofreció.

Él lo sabía, su sonaba tan distinta. Sentí un intenso calor en las mejillas.

—Tomás, no tienes por qué…

—Por supuesto que no, tan solo es un pequeño detalle, una muestra de lo que te aprecio, nada más. Anda, cógelo.

Me temblaba todo el cuerpo, estaba sucediendo, la mirada de Tomás había cambiado.

—Gracias, eres muy generoso. —¿Cómo pude decir aquella frase? Tomás restó importancia con un gesto.

—Y guárdalo en tu billetero rojo.

—Noté como la sangre abandonaba mi rostro. Le miré; supongo que debió de ver todo el estupor que me produjo.

—No has venido en tu coche, te vi llegar en taxi. Además, te has dejado el bolso abierto en más de una ocasión, cielo, no he tenido dificultad para ver tu cartera, salta a la vista.

Me sentía tan avergonzada; estaba dispuesta a aceptar lo que decidiera; si pensaba echarme de su casa lo entendería; podía repudiarme, tenía todos los motivos para hacerlo porque había tratado de engañarle.

—¿Esto es lo que quieres, saber lo que se siente?

—Tomás, yo...

Me cogió por la cintura con una brusquedad impropia de él y me dejé besar; no era el Tomás al que estaba acostumbrada, nunca me había llamado cielo.

—Vuelve al dormitorio y ve desnudándote, tendré que hacer un par de llamadas antes de…

Le miré; jamás había empleado un tono tan directo. Sonrió al verme preocupada.

—Antes de tu bautismo.

Obedecí como una autómata. Mi bautismo; no esperaba escuchar algo así en boca de Tomás, estaba ante otra persona, alguien a quien no conocía, ¿debería temerle? Rechacé esa idea de inmediato. Entré en la habitación y dejé la gabardina en cualquier sitio, miré a mi alrededor, la luz grisácea que entraba por la ventana dejaba un cuadro sombrío; me acerqué a la cama desecha y me senté para deshacerme de las botas; me aproximé a la puerta y mientras desabrochaba la blusa le escuché cancelar una cita y hacer una nueva llamada; así supe de sus intereses comerciales, de la fuerza que ejercía sobre su interlocutor. Descubrí otra persona diferente, Tomás podía llegar a ser implacable, frío, calculador; me sentí intimidada cuando se asomó y me encontró atenta a su conversación, bastó una sonrisa para dejar de sentirme tensa, volvió a centrarse en la llamada sin apartar la mirada de mi cuerpo y yo di unos pasos hacia atrás y continué desvistiéndome para él de una forma bien distinta a como lo había hecho otras veces; ahora era suya, había pagado por mí.

Cuando estuve desnuda se acercó; me miraba distraído, su atención estaba al otro lado del teléfono donde se jugaba la partida. Me palpó un pecho, luego bajó por el costado hasta la cadera y avanzó con la yema de los dedos hacia el pubis. Me quedé quieta, había entendido cuál era mi papel en cuanto vi cómo me miraba; nada tenía que ver con lo que me había hecho sentir antes, ahora era un objeto dedicado a provocarle placer igual que una porcelana de Sevres o una estatua de mármol. El tacto de mi piel o la curva de mis senos le provocaban el mismo placer que la contemplación de una obra de arte: le recargaba de confianza en sí mismo para ganar la partida, por eso me mantuve inmóvil, dejándome acariciar mientras se concentraba en establecer la mejor estrategia.

Se aflojó el nudo de la corbata y lo interpreté como una señal; me situé a su espalda y le retiré la chaqueta procurando no molestar en la conversación que había adquirido un tono tenso. Luego desabroché los puños esperando dócilmente a que cambiase de mano el móvil, después terminé de aflojarle el nudo de la corbata para poder deshacerlo sin estorbar; jugueteaba con mi pecho tanteando el pezón con el índice y el pulgar y esperé mansamente; porque era eso, su juguete y debía esperar a que él decidiera cuando podía continuar con mi labor. Por fin me dejó libre y comencé a desabrochar uno a uno los botones de la camisa, sin prisa, sin mirarle para no interferir en lo verdaderamente importante: los negocios. Volví a situarme tras él y puse mis manos en sus hombros para insinuarle lo que quería hacer, Tomás se irguió y me dejó quitarle la camisa que coloqué cuidadosamente en el respaldo de una silla, le besé suavemente la espalda rozándole deliberadamente con las puntas de mis pechos; lanzó una mano hacia atrás y me premió con una breve caricia; pero no era mi intención distraerle, volví al frente y me arrodillé para soltar poco a poco la hebilla del cinturón, a veces no podía evitar mirarle pero estaba tan concentrado en su interlocutor que me ignoraba. Saqué muy despacio el cinturón, lo enrollé y lo dejé sobre la cama, una vez le quité los zapatos comencé a desabrochar la cinturilla del pantalón, Tomás encogió el vientre, le miré y esta vez me encontré con sus ojos ávidos de deseo; sabía que le enardecía verme postrada ante él, por eso me mordí el labio y le lancé un beso; siguió negociando con una amplia sonrisa y yo me sentí satisfecha. Sujeté con dos dedos la cintura y bajé muy despacio la cremallera y cuando terminé hice descender el pantalón hasta los tobillos, Tomás elevó primero un pie y después el otro apoyándose en mi hombro; lo doblé cuidadosamente como le había visto hacer otras veces. Frente a mí estaba la única prenda que me separaba de la desnudez total de mi amante convertido en mi cliente vip. Un grueso bulto evidenciaba su excitación y me sorprendió que se hubiera recuperado con tanta rapidez; me afiancé con ambas manos a sus nalgas y besé la erección que se ocultaba tras la tela. Tomás quebró el discurso, se disculpó y continuó. Se hizo fuerte con los dedos aferrados a mi cabello y yo continué atacando aquella dureza que respondía con un latido a cada mordisco. No tardé en librarle de la barrera que nos separaba; la pequeña verga marcaba el ritmo de su pulso incapaz de alcanzar la verticalidad y mi rostro fue el muro de contención; Me acaricié la mejilla con ese latido constante que cobró mayor dureza cuando atrapé el vello púbico con los labios; no tenía prisa, debía adaptarme a sus prioridades, lo más importante se jugaba en esa conversación. Seguí rozándome con la pequeña fiera que temblaba en mi pómulo, le dediqué suaves besos tratando de no atraer demasiada atención; la mano que acariciaba mi cabeza me dominaba como si fuera un perrillo, me hacía sentir bien. Tomás se sentó en la cama y yo lo hice en el suelo entre sus piernas, buscando la mejor postura para no perder el contacto con el grueso rabito que me iba dejando un rastro húmedo por la cara. Era su mascota pensé, una perra, y al hacerme esa idea de mí misma me estremecí.

No me di cuenta de que había dejado el móvil hasta que me tomó de la barbilla y me obligó a mirarle.

—De pronto te has vuelto muy dócil.

Me limité a sonreír, no tenía nada que decir.

—Vamos, hazme eso que sabes hacer tan bien.

Me iba a esmerar; por si no lo sabía ya, le iba a demostrar lo que era capaz de hacer con la boca.

…..

—¿Vas a hacer todo lo que te pida?

Llevaba diez minutos de intensa mamada, la mejor de cuantas le había dedicado porque estaba mostrando un aguante superior a las demás veces; le miré y me detuvo.

—¿Qué quieres?

—Levántate.

Me incorporé; fue una situación inusual. Yo de pie, casi pegada a él, alojada entre sus piernas dejando que me admirara, que me besara allá donde alcanzaba: unas veces el muslo, otras la cadera mientras se dedicaba a acariciarme el culo y el pubis con una avidez que rayaba lo compulsivo. No era así como solía tratarme, no de esa manera, no con esa ansiedad.

—Tienes el culo más bello que jamás he contemplado.

—Es tuyo. —contesté sin pensar lo que decía.»


3. Campaña de la DGT “Si bebes no conduzcas” 1985 Protagonizada por Stevie Wonder

4. Everybody’s got something to hide except for me and my monkey The Beatles white album 1968











207 comentarios:

  1. Gracias Mario por regalrnos este nuevo capítulo, le leere con calma, y ya comentare

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  2. Carmen está en un marrón muy gordo, Tomás a parte de ser un maltratador a demostrado que la única persona que le importa es el mismo.

    No le importa lo que pueda pasar con Carmen porque para el es un objeto de su propiedad, para mi a ido demasiado lejos pidiéndole a Carmen que seduzca al amigo de Mario.

    Carmen no tendría que haber aceptado, mi pregunta es ¿Carmen es consciente en el oscuro mundo en donde se está metiendo?

    Siento decepción, porque sigo esperando a que Carmen reaccione que llegue un punto donde diga basta, pero ese punto nunca llega, espero de verdad que despierte antes de que sea demasiado tarde, porque esta en medio de una lucha de poder entre empresarios corruptos.

    Otra cosa, Torco siempre consigue que entre en San Google para aprender la gerga argentina, con el siempre aprendo palabras nuevas 🤣🤣🤣🤣.

    Otra cosa que no entiendo es la defensa de Carmen hacia Guido, a demostrado ser un gusano, a ese tío ni agua, sinceramente me está costando entender a Carmen, pero a los amigos no hay que entenderlos hay que apoyarlos y cuando caen ayudarlos a levantarse, solo me queda pensar que Carmen tiene un plan que todavia no a desvelado.

    Cuando una mariposa bate sus alas un huracán surge en algun lugar del mundo, la noche que Carmen abandono su hogar por los reproches de Mario fue el batir de las alas y estamos a punto de sufrir el huracán que esas alas crearon.

    Ondo lo in.

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  3. En este capítulo no se quien me a caído peor, Tomás o Guido, lo peor es que existen hombres así.

    Me sorprende muchísimo que el ser humano hubiera podido pasar de la edad media.

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  4. Como prometí un pequeño glosario para entender a esta tribu que somos los argentos.
    Ensartar: en el aspecto sexual, introducir el pene a la mujer
    Gauchita: aquella mujer que complace en todo a su amante
    Mina: mujer
    Garchar: follar
    Boludo: al utilizarlo, el argento no está insultando. Reemplaza el nombre de su interlocutor y como mínimo debe ser introducido al menos una vez en cada frase. Ejemplo: Es así, boludo.
    Mierda: acá sería de qué me estás hablando
    Desembuchar: contar, declarar.
    Sillita de oro: con este nombre del juego con los niños, se nombre a una postura que es tomar a la mujer en brazos, ella enlaza sus piernas en la cintura de su amante, este comienza a follarla y comienza a caminar . Se necesita tener la fuerza necesaria.
    Turra: acá el lunfardo utiliza este término, que significa sinvergüenza, malintencionada, ruin, para calificar a una mujer ninfómana desde un punto de vista muy patriarcal y misógino y tomando en cuenta la época, hacia el 1900.

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  5. Que magnífico capítulo, muy muy fuerte, pa primera parte cuando nos muestras como es la incorporación de Carmen, a los negocios de Tomas, se me hace demaciado fuerte la forma en que incursiona Carmen, el hecho de estar desnuda tratando negocios delante de Tomás y su gabinete más cercano. y lo de Guido, se me hace demaciado fantasioso, y no digo que no sea creíble, pero parece demasiado denso. recuerdo que en algún capítulo, estando Carmen cogiendo en si casa, vio en el edifico de enfrente le pareció ver un flach y de seguro fue ese el momento cuando tomaron las fotos. no recuerdo si en ese momento está con el tal musculitos, no sé si Mario nos puede decir en qué capitulo paso eso.

    Excelente capítulo. habrá que darle otra leída para seguir analizando.

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  6. Menudo capítulo, no he podido para de leer, se me ha enfriado el café y eso no lo soporto.
    Se descubrió el misterio del título, todas las personas guardamos algo que no contaríamos ni a nuestra mascota, eso es una verdad incuestionable por muchas vueltas que se le dé y en el caso de Tomas tiene motivos para hacerlo más perversos que los míos, creo.
    Me gustan esas incursiones a futuro que hace Mario de vez en cuando, me gusta porque da una idea de hacia dónde irá la historia, ese un adelanto de temporada como en las series.
    ¿Dónde quedó el Tomás tierno que hospedó a Carmen cuando no tenía dónde ir? Carmen lo sigue viendo, de otra manera no la comprendo.
    Guido es un chulo o se lo hace, debe de estar temblando de miedo pensando que se va al paro.
    Quiero más, ¿dijiste que para navidad venía otro? Por favor, por favor.

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  7. Al que de verdad quieren es a Tomás y este manda a Carmen a hacer de espía y si ese tal Santacruz no es lo que parece o trabaja para alguien más chungo, Tomás me parece un irresponsable.

    Tengo que reconocer que me a gustado ese giro que a dado el Diario, eso si la decisión de entrar en la empresa de Tomás un error en mi opinión, ensayo y error como dice Carmen.

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  8. Otro problema que veo es que Carmen y Mario ya no son un matrimonio, ni una pareja, son los mejores amigos y por desgracia no siempre haces caso a los consejos que te suelen dar los amigos.

    En este caso eso está ocurriendo, Carmen oye a Mario, pero no lo escucha.


    —Tenemos, no. Tengo. Yo voy a hablar con él, es a mí a quien han espiado, es mi casa la que han allanado.

    —Nuestra casa.

    —Tú no les interesas, han ido contra mí, quiero recuperar todas las copias y saber por qué motivo han ido tan lejos por un simple caso de un empleado deshonesto. Allanamiento de morada, ¡por Dios!

    Aquí Carmen está olvidando que los dos reman en la misma dirección, ahora mismo los dos están en peligro, porque el rival de Tomás puede creer que Mario sabe algo e intentar en el futuro sansacarselo.

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    1. Voy a responder este comentario precisamente para dar mi punto de vista. Un matrimonio no se sostiene por ese amor y esa pasión que se siente al inicio de la relación, para que realmente un matrimonio sea fuerte la pareja debe ser ante todo amigos y confidentes de esos que están siempre allí en las buenas y en las malas y que son capaces de resolver como amigos las diferencias antes que como pareja. En esa parte el diario va adelantado a su época. Y nos da una enseñanza moral en medio de tantas escenas inmorales. El ser amigos implica que no verás las cosas con el sesgo pasional de considerarte la pareja, el dueño, el esposo, el propietario o cualquiera implicación que lleve a pertenencia. Más bien como cuando ves los problemas de tu mejor amigo y le das tu mejor consejo para que puedas solucionarlo pero no lo obligas a seguirlo.
      Espero hacerme entender porque siempre las relaciones son complicadas.

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  9. SantaCruz es un títere que van a dar sin cabeza, que os ha parecido? Mario te lo regalo para título del capítulo donde se cepillen a SantaCruz en el mal sentido
    El spoiler está un pelin difícil de entender, no se sabe si será el verano siguiente o dentro de dos años, no se sabe si se dedica a tándem a jornada completa y está en las reuniones de trabajo 3n pelotas o va de vez en cuando y sigue en el gabinete y a veces la pillan desnuda. Está mal explicado.

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  10. Buenos días a todos, aprovecharé que ya m3 h3 tomado el café y no se me va a enfriar… para comentar.

    Es cierto, el spoiler debería haber sido más explícito sobre los tiempos, tanto en lo que respecta a su ubicación temporal como a la compatibilización de la actividad con el gabinete, pero a buen entendedor…
    Dos Octavas, estudiaré la propuesta del título, llegado el caso repartiremos beneficios (cero entre dos, tocamos a…)

    Tomás y su mochila de culpa le convierten en una bomba de relojería que salta a la mínima. ¿La protagonista ve algo más allá de la versión agresiva o es simplemente el disparador de su propio trauma?

    Como dicen antes de los estrenos de cine, preparad las palomitas para Navidad.

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  11. Menudo amigo el Santacruz, estoy con Dosoctavas, es un títere que terminará mal parado.

    Tomás es un miserable, cuando llegan mal dadas es cuando ves la catadura moral de las personas, Tomás quiere salvar su culo, no le importa Carmen, es capaz de sacrificarla para seguir manteniendo sus secretos escondidos.

    El Tomás tierno era una máscara que ya se le a caído, cuanto más va a tener que decepcionarse Carmen con Tomás para que abra los ojos y vea lo podrido que está.

    Tomás a caído incluso más bajo que Gerardo y ya es decir, aquel no intentó engañar a Carmen se mostró tal y como era.

    Luego esta Guido, algunas personas valen más por lo que callan que por lo que hablan, Guido se perdió esa lección.

    Podría haber seguido siendo el amante de Carnen, pero la ha perdido por no saber tener la boca cerrada.

    De verdad espero que Carmen vea que lo de acostarse con Santacruz es una locura que no veneficia más que a Tomás y se eche para atrás.

    Como a comentado Lucía Carmen es la única que sigue viendo a ese Tomás tierno, mi pregunta es ¿lo sigue viendo o intenta autoconcencerse de ello?

    Muchas veces nos negamos a ver la realidad que tenemos delante, eso nos a pasado a todos.

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  12. Ayer por fin me llegó esta joyita que voy a regalar a Nadia en navidades.

    Five Live Yardbirds (1964) – The Yardbirds

    El unico LP de la banda que contó con Eric Clapton en su totalidad, Nadia empezo a escuchar a Eric Clapton despues de aquella conversacion que tuvimos sobre musica capitulos atras y se a enamorado de su musica.

    Estoy envolviendo el LP con sumo cuidado y cariño y no dejo de pensar si lo he comprado como regalo para Nadia o para mi.

    Como puedo tener tanta cara 🤣🤣🤣🤣🤣.

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  13. Voy por la hipótesis que más me gustó. Gerardo conoce a Javier en uno de esos proyectos. Su instinto de depredador le dice que este hombre puede serle útil a futuro.

    Por eso, concretado el proyecto, para festejar lo lleva de putas. En un momento límite de embriaguez, le comenta los problemas que tiene con un monitor de uno de sus emprendimientos.

    Allí se entera de la relación de Javier con Carmen y Mario y de Guido. Gerardo no puede creer su suerte, tiene la bala de plata para humillar a Mario, acorralar a Tomás y tener a Carmen extorsión mediante.

    Es Gerardo el que le recomienda a Javier la agencia de detectives y sin que él lo sepa acuerda con los responsables de la agencia instalar cámaras y videos.

    Dicen que la soberbia es prima hermana de la estupidez, y puede ser que Sergio, el ex policía, descubra los contactos de la agencia con Gerardo

    Ya sé, debo frenar con la ingesta de cerveza negra de noche, porque siempre sobrevienen estos desvaríos

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  14. Un capítulo muy interesante, no había querido comentar en el capítulo anterior, aunque tenía algunas ideas que me daban vuelta en la cabeza.
    Voy a detallarlas tratando de hacerlo de manera simple. En la visita de Tomás a la casa de nuestra pareja protagonista, Mario comparte algo que en su momento se consideraría imposible; << No, más no>>, suplicaba una Carmen exhausta, desfallecida, ¿Cómo era posible que un hombre en el declive de la cincuentena, con serios problemas de salud lograse agotar a la inagotable sin ni siquiera culminar el acto sexual? Lo sabía, ella misma me lo había confiado, pero escucharlo de viva voz superaba cualquier expectativa. Oírla reír tras regresar del orgasmo significa que ha alcanzado la cumbre y está plenamente satisfecha. Aquella noche rió, rió sin medida.
    Esto es lo que mantiene a Carmen enganchada, el episodio de violencia que siguió también, ya que la hace acercarse hacia aquella verdad que aún desconoce de su propia vida.
    Regresando al capítulo actual me pongo a analizar los tiempos. Cuando Carmen llevó por primera vez a Tomás a su apartamento aún no conocía a Gerardo. Fue allí cuando ella sospechó que alguien estaba vigilando desde el edificio del frente o del lado no sé la distribución, notó luces que se apagaban y algo parecido a flashes. Si realmente Gerardo tiene algo que ver ya venía haciéndolo antes de las vacaciones en Conil, recordemos que el interés de Gerardo por Carmen surgió de un comentario de otro personaje que tiene negocios con Tomás. Aquel que llegó supuestamente de sorpresa a la cena de la última cita concertada y que pudiera haber sido un trío esa noche, pero, Carmen se enojó y él invitado sorpresa tuvo que salir de escena.
    Quiere decir que no solamente es una persona la que está interesada en los negocios que realiza Tomás y busca la forma de tenerlo bajo control.
    Que Tomás es capaz de utilizar cualquier cosa que tenga a mano por proteger sus negocios, es seguro. Y que uno de esos instrumentos sea Carmen pues ya lo ha hecho en muchas ocasiones.
    La incursión de Javier Santa Cruz en los negocios de construcción implica qué puede tener socios potencialmente competencia para Tomás, que estén interesados en los contratos y conexiones que éste posee.
    Va a ser interesante todo lo que continúa en esta historia estaremos esperando comiéndonos las uñas mientras llegue el siguiente capítulo

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    1. Tomás está metiendo a Carmen el la boca del lobo sin mostrar el más mínimo sentimiento, joder parece el iceberg que hundio el Titanic, solo que esta vez no es un barco lo que está en peligro si no la vida de Mario y Carmen.

      Tomás despacho a Mario del despacho diciendo que a él no le incunbia, pero a sido en la casa de Carmen y Mario donde han entrado y han colocado micros y Cámaras.

      Tomás no se fía de la gente, el que no es de fiar es el, si yo fuera Carmen preferiría estar abrazando la pata de elefante de Cernobyl antes que estar cerca de Tomás, por lo menos la pata de elefante no esconde lo que es y sabes que acercarte a ella es una sentencia de muerte.

      Tomás habla como un maltratador, yo no soy así, no lo volveré a hacer, pero siempre vuelve a las andadas hasta que la cosa ya no tenga solución.

      Si a Tomás le importará de verdad Carmen se alejaría de ella, pero no el empresario corrupto lo tiene que tener todo aunque su egoísmo destruya vidas.


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  15. Por lo que aporta Shubert, quizás ahí comenzó el plan de Gerardo. Siguió con un equipo a la pareja y también confirmó que Carmen no era una más de sus chicas, era su chica, su futuro punto débil.

    Lo que siguió fue un plan estudiado. Dejo de presionarlo para que venda, baja un poco la guardia y como buen depredador espero el momento para actuar.

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  16. Querido Apasionado, si todo ocurriera como vos pones en tu comentario el mundo sería más sencillo y no harían falta los psicólogos. Pero desgraciadamente existimos los abogados que hemos vuelto al mundo más complejo y difícil, para beneplácito de los psicólogos.

    Esta última parte del comentario es un aporte de mi querida y amada compañera, que muestra cada vez que puede, su sentimiento para con mi amada profesión.

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    1. Tu compañera es muy sabia querido Torco.

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    2. en mi pueblo hay un chiste, de un hombre que luego de estar con una prostituta, le pregunta: ¿tienes padre?
      -sí, es comerciante.
      -¿y madre?
      -también, es abogada.
      -ah, con razón eres una hija de put*...
      Mariale.

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  17. Buenas noches a todos (tardes a los del otro lado).
    Interesantes propuestas. No me voy a pronunciar, no sería correcto, os animo a que sigáis por ese camino, es la manera correcta de emprender una investigación, planteando hipótesis sobre datos que han sido contrastados. Ni “frío, frío”, ni “caliente, caliente”, no voy a desviar los caminos que están abiertos. En sucesivos capítulos tendréis la oportunidad de afinar vuestras teorías.

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  18. Gerardo puede ser, pero Tomas ya ha dicho que tiene mas enemigos, ademas, porque no uso toda esta información para chantajear a Carmen, para ese entonces Gerardo ya dispondría de las fotografías, videos y audios, pero no los utiliza en ningún momento.

    Yo apostaría por un nuevo jugador.

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    1. El objetivo era y es Tomás, Carmen es su punto débil, es su límite para pelear con Gerardo. Este tipo tiene la paciencia del cazador, se toma su tiempo.

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    2. Yo no me creo que Carmen sea el punto débil de Tomás, si de verdad es tu punto débil no le pides lo que Tomás le pide a Carmen al final del capítulo.

      Imagínate que Santacruz no es lo que a demostrado ser y es un tiburon tan frío y cruel como Tomás.

      Carmen como mucho su posesión más preciada, para que Carmen fuera el punto débil de Tomás este tendría que tener corazón y no lo tiene.

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    3. Estoy de acuerdo contigo, el objetivo debe ser los negocios de Tomás y usan a Carmen como un peón...
      Pero muchas veces el peón se vuelve caballo, alfil, torre o dama y ahí, se joden.
      (comentario ajedrecístico cortesía del novio)
      Mariale.

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  19. ¡Tremendo capítulo, Mario! me ha dejado un mal sabor de boca lo de Guido (aunque confieso que nunca fue de mi agrado) y lo de los detectives y las fotos da mucho qué pensar.
    Estoy en la playa con los críos hasta mañana. (Primera vez que el bebé ve el mar y aunque al principio no le gustó, costó sacarlo de la arena).
    Cuando esté en el hotel, comento con calma, que el internet por acá es un asco.
    Mariale.

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  20. Quiero poner sobre la mesa la fortaleza de Carmen y Mario, no creo equivocarme si digo que muy pocas parejas hubieran sobrevivido al año que han pasado Mario y Carmen, sin embargo a ellos parece que cada adversidad les une más.

    Veremos que nos depara el futuro de el Diario.

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  21. Estáis hablando mucho de la escena del fogonazo desde la terraza de enfrente cuando hablaba por teléfono con Irene, os aseguro que a ningun profesional se le ocurre usar flash para un seguimiento, te pones a descubierto además pasó antes de que Tomas metiese a Gerardo en esto, podría ser que el otro empresario estuviese en el lío pero antes de complicar las cosas yo siempre voy a lo evidente y si no da resultado sigo la línea más larga. Lo del flash parece cosa de un vecino miron.

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    1. Santacruz tenía fotos de esa noche los vídeos y audios también son de esa noche, podría ser un vecino, pero no creo en las casualidades.

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    2. Recuerda que los vecinos son más que mirones, solamente un ejemplo el capítulo donde Carmen lleva a Gabriel a la Sierra y luego aparecen las fotos en la revista ya ella tiene experiencia en que se filtren las fotos y a eso es a lo que teme.
      No fue solamente la conversación con Irene u otro episodio donde también ella sospechó que le estaban vigilando desde el edificio de al lado.

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    3. Estás muy perdido Apasionado, las fotos de SantaCruz NO SON de la vez que Carmen hablaba con Irene,
      Se de lo que hablo, como tú sabes de tu trabajo, nadie hace un seguimiento con flash salvo que seas un aficionado y te expongas a que te pillen
      Lo de la vecina que publicó las fotos en la revista es otra cosa, la pilló desde la ventana con su cámara, mala suerte
      Insisto, el del flash es un vecino pajillero cualquier día le pillan y le meten una paliza

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    4. Yo no estoy hablando de la noche que Carmen paso con Irene, Yo hablo de la noche que Carmen paso con Guido, yo en ningún momento he dicho nada de Irene.

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  22. Carmen poniendo los puntos sobre las íes.
    “Al final va a resultar que entiende mejor que tú la situación de cada uno, él es mi marido, tú eres mi dueño y cuando estás, te pertenezco.

    —Lo sé.

    —¿Lo sabes?, yo diría que los prejuicios te han jugado una mala pasada. ¿Es eso lo que ocurrió?, porque actuaste como jamás te había visto hacerlo. Es la primera vez que has utilizado la violencia conmigo, has alzado la voz y me has obligado a desnudarme para azotarme como no has hecho nunca. Escuché insultos que jamás esperé de ti, te ensañaste. El hombre que terminó usándome y descargó su excitación no se parecía al Tomás que conozco.”

    Y por si fuera poco, sigue.

    “No obstante, necesito tiempo.
    —¿Qué quieres decir?
    —Lo que ha pasado entre nosotros ha sido demasiado fuerte, me imagino tratando de interpretar el papel de tu hija y…”

    Y se toma su tiempo, Mario no nos dice cuanto , unos meses, los que necesita para reconciliarse con la figura de Tomas y comprobar que no vuelve a ser agresivo. Supongo que nos lo contará.

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    1. El problema es que ese Tomas existe, ademas que a demostrado que el yo prevalece sobre todo, ese hombre es un déspota. Cuando algún negocio salga mal en le futuro se repetirá.

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  23. Tiene razón Dos Octavas, cuando tanto dinero y poder por conquistar vas con los mejores, con profesionales que saben su trabajo. Y está como dice nuestro amigo, hay que ir a lo evidente.

    Lo del tema de haber encontrado un micro de poco valor en uno de los teléfonos, para mi es un mensaje. Mira lo que hicimos y mejor, piensa lo que podemos llegar a hacer.

    Para Tomás esto es nuevo. Él siempre jugó a la ofensiva. Esta es la primera vez donde debe defenderse sin tener en claro quién es el que ataca. Solo tiene sospechas.

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  24. Céntrate Apasionado, el flashazo fue cuando hablaba con Irene, Santacruz no tiene fotos de esa noche, aclárate

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    1. Santacruz tenía fotos de esa noche los vídeos y audios también son de esa noche, podría ser un vecino, pero no creo en las casualidades.

      Esto es lo que yo he comentado.

      Quien está hablando de flases, ni Irene, que estoy muy perdido, que me centre, ¿te has creído que eres mi padre?, te estas pasando un poquito ¿no crees?

      Ya estoy comentando el último capítulo y que yo sepa no aparece Irene, pero tal vez es que soy gilipollas.

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  25. Arbitraré.
    Tiene razón Dos Octavas, la percepción de que le hacían fotos con flash desde el edificio de enfrente ocurrió mientras hablaba con Irene, mucho antes de conocer a Gerardo.
    No diré más sobre esto.

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  26. Yo he tenido un problema con este capítulo, hay algo que no me cuadra del todo.
    Estamos hablando del 2001, y en esa época los celulares estaban recién entrando en auge, y los equipos de vigilancia tipo miniatura eran difíciles de conseguir y muy pero muy cariñosos, por lo que este grupo de investigadores contratados por el señor Santacruz debió ser una agencia de élite que contaban con la última tecnología para colocar una cámara del tamaño suficiente para que no se notara cuando los dueños de la casa entraran.
    Las camaras tipo miniatura si mal no estoy vienen del 2010 en adelante para que sean de El tamaño suficientemente pequeño para que pueda ser colocada con una pequeña gota de pegamento que asemeje pintura en la pared y no se ha descubierta fácilmente y que de la resolución suficiente para que se puedan grabar y tomar fotos detalladas. De los micrófonos miniatura utilizados para espionaje si tengo conocimiento de que vienen desde mucho antes.
    No sé ustedes pero en este caso el tamaño sí importa.
    Si alguien tiene información más acertada acerca de esto soy todo oídos, mejor dicho todo ojos.
    Un saludo muy grande para ustedes

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  27. Lucía tiene un punto importante, el tiempo que transcurre desde la visita de Tomás a la casa de Carmen y Mario, la incorporación de Carmen a las empresas de Tomás para el blanqueo de sus finanzas y la reconciliación con su amigo-amante.
    Recuerden que en el capítulo anterior se estaba planeando un viaje con Andrés para las próximas semanas así que; o la reconciliación fue extremadamente rápida o nuestro estimado autor nos lleva por una línea de la historia separándola de todo lo demás.

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  28. Dosoctavas eres único cabreando a la gente, te felicito de verdad.

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  29. Sé por un amigo que hizo un curso de custodia de dignatarios en Cuántico, el FBI contaba con un tipo de cámaras no tan pequeñas como las de hoy, pero con un tamaño que permitía camuflar las con algún objeto de la viviendo que se suponía no sería removido continuamente.

    Quizás algo de eso tendría está agencia agencia. Ahora, para lograr hechar a un empleado infiel te tomas el trabajo de contratar tal nivel.

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    1. Exacto es por eso que lo digo, conocí en esa época una que se asemejaba a un reloj, también habían jarrones pero eran objetos grandes por la fuente de energía necesaria en esos años las baterías de reloj que se usaban no eran recargables ni tenían tanta autonomía. Sería muy afortunado colocar la camara que funcionaba un par de horas y preciso ese día tenías acción.

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  30. Apasionado Eres único cabreandote por cualquier cosa.
    Todo este lío que te has montado tú solito empieza por un comentario de Federico

    “recuerdo que en algún capítulo, estando Carmen cogiendo en si casa, vio en el edifico de enfrente le pareció ver un flach y de seguro fue ese el momento cuando tomaron las fotos.”

    Y yo respondo,

    “ Estáis hablando mucho de la escena del fogonazo desde la terraza de enfrente cuando hablaba por teléfono con Irene, os aseguro que a ningun profesional se le ocurre usar flash para un seguimiento, te pones a descubierto además pasó antes de que Tomas metiese a Gerardo en esto, podría ser que el otro empresario estuviese en el lío pero antes de complicar las cosas yo siempre voy a lo evidente y si no da resultado sigo la línea más larga. Lo del flash parece cosa de un vecino miron.”

    Y tú entras sin pensar lo que has leído y dices

    “Santacruz tenía fotos de esa noche los vídeos y audios también son de esa noche, podría ser un vecino, pero no creo en las casualidades.”

    Ya lo estás liando, esa noche, qué noche? Federico y yo hablamos de la noche de Irene, y te respondo.

    “Estás muy perdido Apasionado, las fotos de SantaCruz NO SON de la vez que Carmen hablaba con Irene,
    Se de lo que hablo, como tú sabes de tu trabajo, nadie hace un seguimiento con flash salvo que seas un aficionado y te expongas a que te pillen”

    Y te rebotas y tratas de salir del pantano en el que te has metido,

    “Yo no estoy hablando de la noche que Carmen paso con Irene, Yo hablo de la noche que Carmen paso con Guido, yo en ningún momento he dicho nada de Irene.”

    Claro que no has dicho nada de Irene, porque andas más despistado que un pato en una bañera, te has colado en nuestra conversación sin saber de qué va y encima insistes en querer tener razón. Y por esas no paso.
    “Céntrate Apasionado, el flashazo fue cuando hablaba con Irene, Santacruz no tiene fotos de esa noche, aclárate”

    Y te cabreas como un mono y encime me echas la culpa y insistes en tu error.

    “Santacruz tenía fotos de esa noche los vídeos y audios también son de esa noche, podría ser un vecino, pero no creo en las casualidades.
    Esto es lo que yo he comentado.
    Quien está hablando de flases, ni Irene, que estoy muy perdido, que me centre, ¿te has creído que eres mi padre?, te estas pasando un poquito ¿no crees?
    Ya estoy comentando el último capítulo y que yo sepa no aparece Irene, pero tal vez es que soy gilipollas.
    Dosoctavas eres único cabreando a la gente, te felicito de verdad.”

    Apasionado, eres único montándote tragedias. Calmate, céntrate, lee las cosas un par de veces antes de tirarte a la piscina porque esta vez no habia agua.

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    1. Fue Federico el que habló del flash no yo, yo siempre me he ceñido al último capítulo, así que de columpiarme nada.

      Y en el último capítulo Santacruz tiene fotos, vídeos y audios, así que mo me he inventado nada.

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  31. ¿Armisticio? ¿Pipa de la Paz? ¿unas cerveza y un apretón de manos?

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    1. No tienes de que preocuparse, la sangre no llegará al río, yo me bajo aqui.

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    2. De bajarse nada Apasionado. Dejemos la calentura de lado, eso queda para la banda de impresentables que conviven en TR.

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  32. Señores estamos en este ámbito, el Café La Humedad, donde se debate, se discute, podemos calentarnos por ese debate/discusión pero pidamos esas cervezas con maní japonés y que la temperatura baje a niveles normales.

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  33. Esta tarde os aportaré la información que me han prometido sobre el tema de la miniaturización y la duración de la baterias en los noventa.

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  34. Qué capitulo duro. Hace rato que me llama la atención,.y creo haberlo comentado alguna vez, que pareciera no haber límites al pozo donde cae Carmen. Aquí leo que ni ella misma se reconoce mirando los videos con Guido.... Habrá fondo? Y una vez más, acepta cualquier tipo de humillación de parte de cualquier gil (como decimos en Argentina), aaaaah pero si es Mario, ni que la defienda!
    Otra vez, de esas lecturas que generan una emoción tan fuerte que se vuelve física. Gracias Mario

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    1. La posición de Carmen sobre que su marido trate de defenderla no es contra él, es un pensamiento de esta época. Mi compañera es así.

      Ahora, si Tomás hubiera tomado un cuchillo y la tiene a su merced y a punto de herirla es otra cuestión.

      Es un pensamiento arraigado que el primer caso es una cuestión paternalista.

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  35. Cómo está el patio? Puedo asomar las orejas sin miedo a que me las corten?
    Sobre las fotos tengo una duda morbosa, las tendrá guardadas todavía para mirarlas de vez en cuando y acordarse de sus travesuras de juventud o las habrá quemado?

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    1. Yo creo que si Carmen fuera algo más que un personaje probablemente habría guardado las fotos y en alguna ocasión poco frecuente las habría vuelto a ver solo por recordar. Al menos es lo que yo haría con un recuerdo íntimo y privado, guardarlo bien guardado y recuperarlo en contadas ocasiones.

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    2. Querida Diva cada día eres más transparente.

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    3. Y tú, querido Dos, cada día más rompe (que diría Torco)

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    4. Dos, que confianzas, Don Dos o señor Octavas
      Eso de rompe no lo pillo

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  36. Aquí os dejo la información prometida. Como no quiero reabrir viejos debates, me abstendré de hacer comentarios.

    PARTE 1

    En los años 90, la tecnología de cámaras espía comenzó a popularizarse y evolucionar rápidamente, impulsada por avances en miniaturización, tecnologías de cámaras digitales y el aumento del acceso a internet. Durante esa década, la vigilancia encubierta y las cámaras ocultas se volvieron herramientas útiles tanto para las autoridades como para investigadores privados.

    Principales tecnologías y tendencias de las cámaras espía en los años 90
    1. Miniaturización de las Cámaras
    • Cámaras CCD (Charge-Coupled Device): Aunque las cámaras CCD existían antes de los 90, en esta década la miniaturización permitió que las cámaras se hicieran más pequeñas y discretas. A mediados de la década, los fabricantes empezaron a integrar sensores CCD en dispositivos portátiles y pequeños, lo que abrió la puerta a cámaras espía más compactas.
    • Cámaras en objetos cotidianos: Los dispositivos como relojes, bolígrafos, gafas, botones de ropa, e incluso en objetos como alarmas de humo y marcos de fotos empezaron a incorporar cámaras ocultas. Esto se debía en parte a los avances en la tecnología de los sensores de imagen, lo que permitió colocar cámaras más pequeñas en casi cualquier objeto.
    2. Grabación Analógica y Digital
    • Cintas VHS y S-VHS: Las cámaras espía de la primera mitad de los años 90 generalmente usaban grabadoras VHS, S-VHS o Video8. Eran relativamente grandes en comparación con los modelos digitales, pero eran capaces de grabar durante varias horas.
    • Cámaras con grabación en formato digital: A finales de los años 90, las cámaras digitales comenzaron a ganar terreno. Estos modelos se volvieron más accesibles, y muchos de ellos se integraron con tarjetas de memoria o disquetes para almacenamiento. Sin embargo, la calidad de la grabación aún estaba lejos de la alta resolución de los formatos modernos.
    3. Tecnología de Transmisión Inalámbrica
    • Cámaras espía con transmisión por radiofrecuencia (RF): Durante los 90, las cámaras espía inalámbricas empezaron a aparecer, transmitiendo señales de video a un receptor conectado a un televisor o grabadora. Esto permitía la grabación y vigilancia sin necesidad de cables, lo que las hacía más versátiles para el espionaje o vigilancia encubierta.
    • Vigilancia remota: Se empezó a integrar la tecnología de transmisión de señales para que las cámaras espía pudieran ser operadas a distancia, utilizando sistemas de radiofrecuencia para enviar imágenes o video a una ubicación lejana, lo cual resultaba útil tanto en situaciones de seguridad privada como en contextos de investigaciones.

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  37. PARTE 2

    4. Cámaras en el Ámbito del Entretenimiento
    • Programas de cámaras ocultas: En la televisión, los años 90 fueron la época dorada de programas como Candid Camera o Just for Laughs, en donde se utilizaban cámaras espía para grabar reacciones de personas ante situaciones cómicas o sorprendentes. Estas cámaras eran pequeñas, de bajo costo y fáciles de ocultar.
    5. Cámaras en Dispositivos Móviles
    • Aunque los teléfonos móviles no eran tan comunes o sofisticados como hoy en día, los avances en tecnología de sensores y baterías permitieron la creación de teléfonos con cámaras en los últimos años de la década de 1990, como el Nokia 7110 (lanzado en 1999), aunque no estaban orientadas específicamente a la vigilancia. Sin embargo, los primeros experimentos con cámaras digitales integradas en dispositivos móviles fueron los primeros indicios de cómo la tecnología de vigilancia portátil se integraría más tarde en los teléfonos inteligentes.
    6. Cámaras en el Ámbito Militar y de Inteligencia
    • Aplicaciones gubernamentales y de inteligencia: En el ámbito gubernamental, las cámaras espía fueron utilizadas por agencias de inteligencia y militares para vigilancia encubierta. Estos dispositivos solían ser más avanzados y especializados, a menudo adaptados para misiones de espionaje. También se utilizaban para interceptar comunicaciones y obtener información en situaciones de guerra o conflicto.
    Desafíos y Limitaciones
    • Resolución y calidad de imagen: Aunque las cámaras se hicieron más pequeñas y ligeras, la resolución de las imágenes grabadas era bastante baja en comparación con las cámaras modernas. La calidad de la grabación de video estaba limitada, y las cámaras espía no podían competir con la calidad de las cámaras profesionales de la época.
    • Autonomía de la batería: Las baterías de estas cámaras, aunque mejoradas durante la década, seguían siendo limitadas en cuanto a duración. La necesidad de cámaras pequeñas a menudo resultaba en baterías menos potentes, lo que obligaba a los usuarios a recargar o cambiar las baterías con frecuencia.
    • Preocupaciones legales: A medida que las cámaras espía se hacían más accesibles, también aumentaban las preocupaciones sobre la privacidad y el uso no autorizado de dispositivos de vigilancia. Los gobiernos de muchos países comenzaron a regular el uso de cámaras ocultas y otras tecnologías de vigilancia.
    Conclusión
    Los años 90 fueron una década clave para el desarrollo y la popularización de las cámaras espía. Avances en miniaturización, digitalización y transmisión inalámbrica transformaron estas tecnologías de una herramienta especializada para autoridades y espionaje en productos de consumo relativamente accesibles. Las aplicaciones de estas cámaras también se diversificaron, encontrando espacio en la televisión, la seguridad privada y el ámbito de la tecnología de consumo. Aunque limitadas por la resolución y la capacidad de la batería, las cámaras espía de los años 90 establecieron las bases para las tecnologías modernas de vigilancia.

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    1. Bruto.
      Perdonar que me meta, por temas de trabajo se alydel tema de la seguridad en la época, las cámaras de seguridad tenían unos centímetros y en este caso habría que disimularlas, pero no teniente cuenta la óptica que se podía separar algo de la cámara y eran poco más que un lápiz fino, por otro lado los grabadores de seguridad admitían un número limitado de cámaras y dada la tecnología tenían que estar cercanos a las cámaras.
      En cuanto a sistemas de espionaje, ni idea.

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  38. Querido Apasionado -que bien puesto que llevas el apodo- esto no es com el cuento del vasco "...a Salamanca o al pozo". Te quiero cabezón!!!

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    1. Contesto porque eres tu, sigo cabreado, ahora mismo estoy sopesando si me merece la pena participar activamente en el blog o tomar un rol pasivo leyendo los capítulos y los comentarios pero manteniéndome en silencio.

      Al pozo querido Torco, al pozo.

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  39. Gran capítulo y grandes comentarios, pero me gustaría aportar otra posibilidad que nadie se ha planteado: ¿y si el enemigo no es de Tomás y es de Carmen? tenemos al vecino del pueblo resentido y cayó en la ruina por el tema de las fotos; está Roberto también con el rabo entre las piernas y con ganas de joder sin saber cómo; así de repente me salen estos dos pero igual hay más y no sabemos o no recordamos...
    (Madrile de TR)

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    1. Bienvenido, Jose, espero que te sientas cómodo entre nosotros.

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  40. Además, si fueran a por Tomás pondrían las cámaras y micrófonos en el picadero, Carmen no suele recibir en casa a clientes...

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    1. José el picadero tiene portero, es mucho más difícil, tenés que dar explicaciones, referencias, el motivo y no te olvides que el portero va a avisar a Tomás de lo que pasó.

      En casa de Carmen y Mario es diferente. Además si Carmen es el punto débil de Tomás que mejor atraparla con Guido es su propio domicilio

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    2. Uno más en el grupo, Bienvenido Jose
      Yo lo veo desde el lado de los costes y los beneficios, quién se gasta un paston y se arriesga tanto por un cabreo
      La vecina está arruinada ha perdido la revista y la casa no tiene dinero para pagar una operación como esta y que gana? Vengarse? No lo veo. Roberto no da el perfil de mafioso capaz de emprender una vendeta que le puede salir cara en dinero y en consecuencias si le descubren.
      Aunque los cabreos nunca se sabe, estoy por cambiar la cerradura de casa

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  41. Dos Octavos, creo que más que el morbo seguirá latente la sensación de haber sido violados. Esa sensación de que impunemente ingresaron a tu domicilio, tu santuario, el lugar donde te refugias con tu compañero/ra.

    Esa sensación no se olvida, es una marca para siempre. Y no te olvides , ingresaron para instalar y luego para retirar los equipos.

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  42. Si, había pensado lo del portero pero algo no me cuadra. Carmen no lleva a su casa a cualquiera y quién de verdad la conozca sabe que de los asuntos de Tomás tampoco va a hablar con cualquiera...

    Tomás es la segunda vez que va a esa casa... Si van a por el a través de Carmen alguien medianamente inteligente sabe que ese no es el lugar (a no ser que el espía no sea tan listo).

    Gerardo puede ser, pero insisto, en la casa de Carmen? Diego? No me pega, y alguien que quiera dañar a Domenico? ... No se

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  43. De hecho me puede cuadrar más que sea alguien que vaya a por Doménico, tb tiene negocios (no sabemos si turbios, conoce a mucha gente y puede estar la mafia involucrada... Conoce a Tomás y además aparece y desaparece sin dar señales... Si alguien tiene algo que ocultar puede ser el

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  44. Bienvenido José al Café La Humedad,ya tenés una silla en este ámbito de debate, discusión, algunas calenturas pero mucho respeto.

    Con respecto a Doménico pondría algunas fichas, pero por ahora muy pocas.

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  45. Bienvenido José.
    Voy a tratar de contestar a tres comentarios diferentes.
    Primero gracias Mario por la exposición técnica de las cámaras yo soy aficionado a la tecnología sobre todo a lo que tiene que ver con óptica y sonido, de allí que sea fan de los telescopios miras telescópicas cámaras de vigilancia cámaras espías y equipos de sonido.
    Segundo contestaré o aportaré al comentario de diva, recuerdan las fotos que tomó Ángel luego de el episodio de la violación. Carmen se las pidió tanto A Claudia como Ángel y las tiene en su poder luego le presentaron a Gabriel y él también tomó fotos y ella trató de conservarlas. Morbo? No sé lo importante es que ella las tiene y las comparte con Mario. En este caso ella también trata de conservar todas esas fotos en su colección.
    José hay una pequeña lista de personajes que han visitado a Carmen en su casa está; Guido, Ángel, Gabriel, Emilio, Jacobo y Doménico fue uno de los últimos incluso después de Tomás.
    Así que en caso de espionaje se complica.
    Como decimos en Panamá aquí hay gato encerrado.
    Saludos para todos, especialmente para Apasionado, tus aportes son importantes siempre porque das otra perspectiva, quizás con la mirada más crítica, pero eso nos ayuda a comprender todos los puntos de vista

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  46. hablando de Domenico. no sería más bien el amigo de Domenico, no recuerdo bien su nombre, creo que Mohamed, el que le dió el regalo en las nalgas, el buen podría ser. aunque no le veo relación con el dueño del gimnacio. son puras especulaciones, porque más de alguno de los conocidos tendrá motivos más que suficientes para enredar tanto a Carmen como a Tomás. y al mismo Mario,

    de lo que si estoy seguro es que al contratar a qué investigarán a Guido y a Carmen se pasó de la raya. con mostrarle algunas fotos de la acaramelado que estaban era más que suficiente. de que hay algo a tras de todo esto lo gay.

    Por otra parte, lo te moas exigiendo a Carme que seduzca a Santacruz, el dueño del gimnacio se me hace demaciado fuerte ojalá Carmen recapacite y no lo haga aunque podría sonsacar algo utilizando algunos trucos de seducción. para mí que Tomás quiere tener pruebas de infidelidad de este sujeto para poder extorsionarlo y sacarle toda la verdad.

    solo queda esperar a ver qué nos cuenta Mario más adelante.

    Queda pendiente saber que paso en el seminario, porque creo que antes de el incidente de las cámaras , ella tuvo que haber ido a eses dichoso seminario.

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  47. Crecen las teorías conspiratorias: El marido de Laura, la vecina arruinada del pueblo que dirige una agencia de medios y que vendio las fotos con gabriel a una revista; Roberto, el compañerop del gabinete que la engañó con el tema del ascenso; Doménico al que alguien equipara a la mafia y jose que saca al tablero a todos los que han pasado por casa de carmen.Demasiados candidatos, os recomiendo que empeceis a reducir la lista y os quedeis con los más probables.
    No me pidais pistas, mi boca está sellada.

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  48. Mario no nos hagas hablar con Apasionado eh

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  49. Roberto, descartado. Los vecinos de la sierra, tampoco, no tienen ni un euro para gastarse en venganzas. Doménico, no lo veo, ¿por qué le van a querer espiar?
    Os olvidáis de Solís, tiene motivo, dinero de sobra y rencor a toneladas.
    O el mismo Dos Octavas, con lo mosca cojonera que es, lo mismo montó la operación de espionaje, está en su gremio o cerca.

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    1. A mí que me registren, además yo en esa época estaba saliendo del cascarón.

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    2. Si tengo que presentar mi opinión me inclino por el último candidato que presenta Lucía en su comentario.
      Está cerca de su gremio el trabajo que se realizó, además como está cerca de los protagonistas está donde nadie lo espera escondido justo a la vista de los demás.
      Para ser un buen espía tienes que conocer a las personas a las que vas a espiar y él tiene ya algo de experiencia con las víctimas de su espionaje.
      Jajaja, esto se está poniendo interesante

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  50. Gerardo tiene suficiente dinero para no tener que mandar a alguien como Santacruz, pudiendo contratar a un equipo profesional que no hubieran dejado ninguna pista de su estancia en esa casa.

    Santacruz quiere algo de Carmen y esta conchabado con Guido para conseguirlo.

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  51. Solis podría ser, pero estaba muy asustado, no creo que quiera meterse con esa persona que protegió a Carmen y le metió tanto miedo en el cuerpo.

    Hemos dejado dos nombres en el tintero Claudia y Angel, tal vez la explicación es tan sencilla que lo hicieron por simple morbo, Claudia no es la primera vez que hace algo sin consultarlo con Carmen.

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  52. Bruto.
    Yo me inclino por un chantaje a Tomás, no tiene sentido que le hagan un seguimiento tan caro y después le den pruebas de lo que han grabado.
    Han utilizado a Santa Cruz para transmitir que tienen material comprometido, es un mira lo que tenemos pero puede haber más.

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  53. mmm, es raro, estoy descartando posibles sospechosos, pero para lo chapuza que fue, fue alguien que no disponía de buenos medios para contratar buenos profesionales.
    Hoy manejé motocicleta por primera vez. Y de alta cilindrada. Aún me late el corazón como cuando el primer beso.
    Mariale.

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  54. A pesar de que Solís puede ser buen candidato, estoy de acuerdo con Apasionado, sobre cómo tuvo que retirarse. Ese nivel de arrogancia y temeridad lleva la firma de Gerardo.

    El micrófono encontrado es en realidad un mensaje, que llegado el momento se dará a conocer y el destinatario es Tomás. Carmen con su elección por Santos dejó ser objeto de deseo y pasó a ser el talón de Aquiles de Tomás.

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  55. Los candidatos con más papeletas son Gerardo y Solís, uno por interes económico y el otro por venganza, los demás se caen de la quiniela. Apuesto todo por Gerardo.

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  56. No veo el nexo entre Solís y Santacruz.

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  57. Pensándolo bien, con las fotos podría arruinarle la vida a Carmen, no necesita tener contacto con Santacruz, le basta hacer una vigilancia paciente de Carmen, encontrar el lio con Guido y sobornar al detective que hace el seguimiento por cuenta de Santacruz.
    Se nota que hoy tengo el dia tranquilo.

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  58. Yo tengo la sensación de que Mario nos está liando a propósito, como un ilusionista, nos hace mirar a un lado y la acción se está dando en otro sitio.

    Como dijo Tomás, tiene muchos enemigos y seguramente saben que Carmen es su favorita, yo sigo apostando a un nuevo jugador.

    Aunque sigo sin descartar que esta sea una maniobra del propio Santacruz, no veo a Gerardo utilizando a unos chapuceros que a contratado otro.

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  59. Yo tengo mis dudas de que Gerardo haya renunciado a Carmen, lo de Santos es una minucia, Carmen sorprendió enormemente a Gerardo y no sólo la quiere para que trabaje para el como lo hace con Tomás, sino para que sea su amante.

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    1. Para el criterio de Gerardo, existe una pirámide en su vida donde Santos es como un perro al que de vez en cuando le deja una de sus amantes como si fuera una sobra.

      De esa manera entiende la vida este hombre, que ni siquiera su esposa está a su nivel

      No tiene reparos morales cuando se fija una estrategia comercial, los límites no existen.

      Carmen obvio que lo excita, pero haber preferido a Santos, le ha hecho balar varios escalones en su pirámide.

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    2. Tal vez fue así hasta que conoció a Carmen, Gerardo durante dos semanas comió en un restaurante con 5 tenedores, ya te aseguro yo que querrá volver a repetir.

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  60. Cómo se pueden haber conocido Gerardo y Santacruz, por algún negocio que cruzó su camino.

    En esa relación habrá salido el nombre de Mario, supongo, y allí habrá comenzado el plan de Gerardo. Quizás le recomendó la agencia de detectives, que a su vez trabajó para el rival de Tomás sin que el dueño del gimnacio lo supiera.

    En este ajedrez, Santacruz es un peón y para dar jaque a Tomás, va por la dama que es su punto débil.

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  61. Olvídate de Solís Lucia, ese cartucho esta quemado, Gerardo es el que mueve los hilos Joder como me ha quedado de bonito.
    Y yo tampoco tuve nada que ver, acababa de dejar el biberón como quien dice.

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  62. Propongo denunciar a Dos Octavas. Blogger penaliza mentir sobre la edad. Los biberones se inventaron cuando él ya tenía pelos en los….

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    1. jajajaja Mario, eres terrible. Aunque no puedo hablar mucho... ya escuché en la playa que era una MILF. (Tuve que buscarlo en Google).
      Mariale.

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  63. Otra cosa que no entiendo es, se supone que Tomás es un perro viejo y está a vueltas de todo, pero ni se a enterado que le pueden estar espiando.

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    1. Si Apasionado es un perro viejo, pero le cabe las generales de la ley, está perdido por Carmen y cuando pasa eso pierdes la brújula algunas veces. Ella es su punto débil y Gerardo se ha enterado de muchas cosas durante la estadía de Tomás en ese lugar.

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  64. Por el bien de Mario espero que no haya sido el tras la marcha de Domenico y satisfacer su lado voyeur! Jeje es broma pero quería decirlo

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  65. De todas maneras este capítulo demuestra que a los amigos de verdad los cuentas con los dedos de una mano.

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  66. Quiero saber vuestra opinión: Para el próximo capítulo, en plenas navidades temáticas y cronológicas, voy a comenzar con un fragmento musical como en otras ocasiones. Tengo dos candidatas, una, “Es Navidad” de Rosana; la otra, “Labios compartidos” de Maná. Ambas canciones tienen relación con la trama y los cazadores de gazapos pueden estar tranquilos, Maná publicó este tema en 2006, soy consciente, no pretendo incorporarlo en el argumento, solo en el prólogo.

    Ya me diréis.

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    1. Me has puesto a estudiar, por estos lares la canción de Rosana no es conocida, en cambio Mana es como de la casa. Dicho lo anterior aunque tengo afinidad por Labios Compartidos, me parece que sería más práctico la de Rosana.
      Al final veremos las votaciones.
      Esto cada día se pone más interactivo.

      Saludos

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  67. Labios compartidos sin ninguna duda. Letra desgarradora. ¿Intuyo drama en el próximo capítulo?

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  68. Ya estoy de megapuente hasta lunes no trabajo, nos vamos en la caravana de un amigo a hacer kilómetros, no se yo si valgo para esto.

    Labios compartidos for ever, Rosana no y menos en versión navideña.

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  69. Entre mis socios me gané el apodo de esta de biblioteca. Nos conocemos desde antes de que internet apareciera en nuestras vidas.

    Claro que, ese vicio hermoso de navegar horas y horas en esos verdaderos templos de conocimiento tuvo una explosión desde que hizo su presentación esa herramienta.

    Labios compartidos es una canción escrita por Fher Olvera, vocalista de Maná y nace por una infidelidad de su pareja, después de 8 meses de relación.

    Esa infidelidad significó la ruptura definitiva de pareja

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  70. "Te amo con toda mi fé, sin medida
    Te amo aunque estes compartida
    Tus labios tienen el control
    Y sigues tu con el control"

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  71. Maná tiene a Alex González a la bateria un músico que además de ser muy bueno, su percusión es todo sentimient

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  72. Todo sentimiento, se me a cortado el comentario.

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  73. Aerosmith y Whitesnake, otras dos bandas con canciones que encogen el corazón.

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  74. Tengo el palpito que va a ser Carmen la que lo va a pasar mal en el siguiente capítulo, está claro que no quiere hacer lo que Tomás le a ordenado, seducir a Santacruz para sonsacarle.

    ¿Cuando dejó de ser amigo Tomás para convertirse en un despotico jefe?

    Mi respuesta es, cuando comprobó que le veneficiaba más la Carmen empleada que la Carmen amiga.

    Tomás es un Judas de manual, otra pregunta que me surge es ¿a sido alguna vez real la amistad de Tomás?

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  75. Perdonarnos mi incultura musical, pero no sabía quien era Rosana.

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  76. Me inclino por mana.

    Concuerdo con apasionado, Carmen no la va a pasar nada bien con el encargo de Tomás, se me hace una falta de respeto a esa supuesta amistad que tanto profesa Carmen con Tomás. A Tomás solo le interesa el mismo, el es el jefe todo poderoso y todos sus súbditos a callar cuando el ordena algo, por lo que se Lee en el relato, Carmen seguirá con Tomás por mucho tiempo. ya lo contó Mario en este mismo capítulo. y creo que ha de ver salido todo bien, tomando en cuenta que Mario nos relata que está trabajando con Tomás a todo lo que da, apareciendo desnuda en la oficina, aunque haya gente de la confianza de Tomás delante de ellos.

    Así que aunque haya mucho drama al final todo se arregla, esa es mi conclusión. Claro me refiero a lo referente a Santacruz.

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  77. Haber, por un lado Tomás y Carmen son amigos, por eso compartirán ese viaje a lo más oscuro de ambos. Por otro ambos son parte de un negocio que alguien - Gerardo-, quiere poner en peligro.

    Lo que Tomás pretende con esta estrategia es poner orden en el tablero. No arriesga a la dama, ella va contra un peón.

    La amistad no tiene lugar en los negocios. No es cuestión de dinero, lo que hay en juego es prestigio y poder. El león más joven amenaza al jefe de la manada.

    Quiere su poder, su prestigio y a su hembra. Si lo logra es el fin del viejo león.

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    1. Amigo Torco, Tomas no es un amigo, lo siento, un amigo no manda a otro a hacer algo que sabe perfectamente que la otra persona no quiere hacer y ademas le incomoda, con el agravante de ser en su propio beneficio.

      Tomas es como un político que dice que le importan sus votantes, cuando la realidad es que le importan una puta mierda y solo piensa en si mismo.

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  78. Estimado Apasionado, en los negocios no existe la amistad. No te olvides cuál es el papel que juega Carmen en la empresa de Tomás, además de la nueva posición en la misma.

    Otro si digo, qué bien puesto tu apodo hermano. Haberte tenido de compañero en mi equipo de rugby. Te quiero flaco.

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    1. Nunca he jugado al rugby, pero hubiera sido toda una experiencia, aunque con mi 1,70 de altura no creo que hubiera jugado mucho, 🤣🤣🤣🤣

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    2. Lo que te faltara en altura o físico con esa enjundia de "a Salamanca o al pozo", más de un rival se habría visto en apuros.

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    3. No es oro todo lo que reluce amigo, tengo un carácter muy complicado, no sabes la de veces que saco de quicio a Nadia, tiene una paciencia infinita y yo soy muy afortunado por ello.

      Un abrazo muy fuerte para tu compañera y para ti querido amigo.

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  79. Para mi haber aceptado el trabajo en la empresa de Tomás a sido un error, igual el tiempo me demuestra lo contrario, pero no lo creo.

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  80. Sumo mi opinión por tomás
    No perdamos de vista que en este relato Carmen cuenta que por pedido/orden de Tomás se mantiene desnuda frente al personal de la empresa. Que ese personal es de confianza? Sí, pero de confianza de Tomás solamente. Ahí quiere dejar demostrado solamente su orgullo de "macho" por tener el dominio y posesión de semejante mujer

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    1. Ese es us aspecto del género masculino que me cabrea mucho, una mujer no es ningún trofeo.

      Ese orgullo de Macho de Tomás es una debilidad enorme.

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  81. Feliz domingo a todos. Con resaca por el cumpleaños de mi hijo ayer.
    Estuve a punto de subir uno de mis escritos a TR, pero no me siento cómoda con el ambiente allí. Quizá haga un blog...
    Mariale.

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    1. Lo del blog no es una mala idea, cuando publiques avísanos.

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    2. es muy probable que el primero de enero ya esté listo.
      Mariale.

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  82. Mañana aparece en TR este capitulo, lo he soltado ya porque estoy enfrascado en el 194 y se me habia ido el santo al cielo.

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  83. Los descendientes de Torquemada ladraran a gusto. Que lo disfruten

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  84. Sabes que te estás haciendo mayor cuando te falta un cuarto de baño en condiciones, una ducha calentita, un desayuno como Dios manda, una cama, no un saco de patatas. Nunca mas lo de la caravana.

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  85. “Los hombres, en general, no saben vivir, no tienen ninguna familiaridad real con la vida, nunca se sienten en ella totalmente a gusto, por eso persiguen diferentes proyectos, más o menos ambiciosos o más o menos grandiosos, depende, claro está, fracasan y llegan a la conclusión de que habría sido mejor, simplemente, dedicarse a vivir, pero suele ser demasiado tarde.”

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  86. Amigo Dos Octavas, si por caravana interpreto una casa rodante - como la llamamos por estas costas- es algo que ha quedado en el tiempo, más precisamente en 1986, cuando adquirimos el terreno en la costa y como vivíamos, mejor dicho sobrevivíamos, no alcanzaba para nada más.

    Hoy con las décadas que llevamos encima con mi compañera sería de misión imposible poder vivir en ese espacio pequeño.

    Querido Mario, hoy 42 años después nos estamos dedicando a vivir y sentimos que no fue demasiado tarde, cuando nos sentamos a tomar unos mates en los distintos lugares, según como se nos den las ganas. Que quiere que le diga don Houellebecq, Argentina es un país paradojal.

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    1. Leí esta reflexión Houellebecq y me recordó a Lennon cuando dice que la vida es lo que pasa a nuestro alrededor mientras estamos ocupados haciendo planes.

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  87. Creo amigo mío que estar ocupados haciendo planes nos mantiene vivos. El secreto querido John es saber hacerlo en el momento oportuno. A esta altura de nuestras vidas nos mantenemos ocupados en planes mucho más sencillos, como qué parte del jardín cambiar, esperar a nuestro/a segunda bisnieto/a y hacer planes para malcriarlo/a.

    En quince días se develará su sexo estoy pidiendo con todas mis fuerzas una niña, no hay nada más hermoso que vivir en un matriarcado.

    Otro si digo, pasé por TR y el relato tiene cero comentarios.

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  88. Cuál es tu usurio corvacho? no me suelo detener mucho y soy selectivo, leo más por autores, ahora mismo estoy enganchado a las historias de Cvelarde

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    1. Yo me las he leído todas, un escritor muy bueno, pero sus historias son durisimas aunque como estas pudiendo comprobar muy adictivas.

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  89. Por aclamación resultó elegida “Labios compartidos”, peeeeero…
    Siempre hay un pero. Salió del capítulo una escena y, con ella, la conexión con la letra de esta canción, lo lamento, queda aplazado a un capítulo posterior y Rosana y su “Es Navidad” se mantiene de forma testimonial.

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    1. He tenido un dia de mierda, todo me a salido mal, creo que he batido el récord de broncas por hora.

      Ahora vas y me dices que vas a poner la canción de una cantante que no sabía que existía hasta que la nombraste comentarios atrás.

      Hay días que es mejor no levantarse de la cama 🤣🤣🤣🤣🤣

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    2. A mí la de Maná me trae recuerdos muy escandalosos de cuando era joven.
      Me quedo con cualquier otra opción. 🤣

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  90. Hoy tuve un día como el de Apasionado, un matasanos me recomendó usar un bastón hasta que pueda operarme. No terminamos en muy buenos términos porque le recomendé donde podía ponerse el bendito bastón.

    Y ahora, al mejor estilo de los políticos argentinos me cambias la elección. Presento mi protesta, pero que le vas hacer si el dueño del circo dice que los leones van pintados de cebra 🦓 agarra el tarro de pintura y la brocha gorda.

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    1. (El abogado es capaz de ponerme una demanda transoceánica)
      Motivos hay, pero llegará, labios compartidos y su escena ad hoc saldrá en el momento oportuno, no seas impaciente

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    2. Querido Torco me recuerdas a un vecino mío, tiene 96 años y el médico le recomendó lo mismo, que usará bastón, menudo cabreo se agarro.

      Empezó a usarlo por lo pesada que era la gente y ahora ya no se separa de él, un bastón te da estabilidad, pruébalo y tu decides.

      🤣🤣🤣 no se quien es el más apasionado de los dos.

      Un abrazo muy fuerte amigo.

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  91. Acepto los argumentos de la contraparte y la pretensión de lograr una reparación al daño moral y psicológico provocado ante la falta de cumplimiento a la palabra empeñada de respetar el resultado de la elección sobre los dos temas musicales y por lo tanto se retira la demanda y se reconoce la buena fe del autor que, seguramente, habrá pensado que labios compartidos ingrese más adelante en aras de mantener la excelencia del relato. Proveer de conformidad, Será Justicia.

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    1. Quisiera estar a la altura debida para contestar como corresponde, pero una cena copiosa regada con un excelente Rioja y dos whiskies han mermado mis facultades. Ahora me encuentras sorbiendo la infusión que tú ya sabes a través de una bombilla mirando las estrellas pensando cómo recomponer la maltrecha conciencia para poder dar una respuesta coherente… mejor hablamos mañana.

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    2. Pásame un poco de whisky a ver si se me pasa el dolor de espalda.

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  92. Se me metido el frio en el cuerpo y no me lo quito ni por casualidad 🥶🥶🥶🥶🥶🥶.

    Mi jefe me dice que me acerque a las piezas que he soldado, no te jode, el esta en su oficina con la calefacción a tope, en cuanto llegue a casa ducha calentita, pijama y me voy a tapar con una manta hasta las orejas.

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    1. ¿La famosa (manta) frazada que pica?
      A ti te gusta la cosa...
      Mariale

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    2. No,tengo una manta gordita polar que es suave y muy calentita.

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  93. Le comenté a "novio" sobre este capítulo. (Le leo el diario cuando estamos juntos). Se fue tan lejos y dijo "¿y si es el primer corneador de Carmen? No terminaron en buenos términos...".
    Mariale.

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  94. Si yo fuese Tomás, prestaría atención al tango Yira Yira de Enriques Santos Discepolo, quizás el autor de la poesía más dura y negra de su época.

    L a parte importante dice así:
    Cuando te dejen tirao
    Después de cinchar
    Lo mismo que a mi
    Cuando manyes que a tu lado
    Se prueban las pilchas
    Que vas a dejar
    Te acordarás de este otario
    Que un día cansado
    Se puso a ladrar
    Veras que todo es mentira
    Veras que nada es amor
    Que al mundo nada le importa
    Yira, Yira
    Aunque te quiebre la vida
    Aunque te muerda un dolor
    No esperes una nunca una ayuda
    Ni una mano ni un favor

    Así es el mundo de Tomás, ese que Carmen todavía no puede entender. Despiadado, sanguinario, sin prejuicios ni puritos. Al líder de la manada se lo respeta y teme, hasta que otro lo rete y venza. Una vez vencido, Yira, Yira.





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    1. Ya, pero no restamos en la Sabana querido Torco.

      "Se supone" que los humanos tenemos más raciocinio.

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    2. Apasionado, hoy retomé la fe en la humanidad. Mi hijo me pidió acompañarme cuando fuera a hacer la compra de las verduras. Le pregunté el porqué y contestó: Si voy a vivir con mi novia, no quiero que me regañe si le traigo las papas (patatas) que no le gustan.
      Me reviento de la risa.
      Mariale.

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    3. 🤣🤣🤣, yo hice lo mismo con mi madre, pero en vez de la compra, yo le pedí que me enseñará a cocinar.

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  95. Buenas tardes
    Sigo el Diario aunque no suelo hacer comentarios. Esta vez quiero dar mi opinión sobre el candidato a "espía". Aunque no se especifica claramente cuando fueron grabadas las cintas, entiendo que lo fueron en los primeros encuentros de Carmen con Guido, coincidiendo con los viajes de Mario a Sevilla. Santiago conoce a Santacruz del grupo de Amigos y en una de esas conversaciones de amigos le pudo haber comentado que tenía que despedir a un entrenador por liarse con varias clientas, y como de casualidad sale el nombre de Carmen. Santiago ve la oportunidad de vengarse de Mario por llevarse de Sevilla a Elvira, y como buen político, (no les aprecio nada), le aconseja un despacho de detectives para un seguimiento, y por su cuenta contrata la colocación de cámaras y micrófonos.
    Santacruz, al ver lo que ha sucedido, le da las copias a Mario/Carmen y se intenta salvar de la posible movida.
    Si las grabaciones fueron posteriores, ¿Por qué no han aparecido los otros amantes de Carmen, como Tomás, Jacobo, Emilio o el fotógrafo?
    ¿Se conocerán el dueño del Penta y Santiago?
    De todas maneras y por muchos candidatos que pongamos sobre la mesa, Mario nos va a dar una larga cambiada como ya lo hizo con la aparición de Jacobo, en la que habíamos apostado por casi todos los personajes del diario.
    Deseando leer el próximo capítulo.
    Como no suelo aparecer mucho por aquí, ¡Os deseo una Feliz Navidad!
    El Motero

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    1. muy interesante tu hipótesis, Motero.
      Un momento, Motero, moto... creo que tendré a un nuevo buen amigo aquí. ;)
      Mariale.

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    2. En mi caso fue una Indian, de las que usaba la policía en los 1970's. Una Belleza.
      Mariale.

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    3. ¡Preciosa esa Indian! ¿La tienes todavía?

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    4. No es mía, es de un novio, me deja conducirla de vez en cuando.
      Mariale.

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  96. Como lo llevas Galileo, que ingratos somos los fans a veces, no se como nos aguantas, Eppur si muove (y sin embargo, se mueve) respuesta muy ingeniosa, me a gustado.

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  97. No veo a Santiago metido en estas lides. Si bien está en la política de esta profesión no llega a ese nivel . Que odia a Mario, por supuesto, pero no para enredarse en esa logística. Es más propio de Tomás o de Gerardo, donde en su mundo se buscan herramientas para lograr "persuadir" a otros ya sea para comprar o para que se aparten

    Ya se me fue el berretín de la locomoción en dos ruedas. Entre aquellas asignaturas que ya no realizaré quedó la bmw 1000 con carenado. Así que ahora hago como con esas mujeres que sabes que jamás podrás alcanzar, las miras y alegras tu vista. Claro que con el permiso de mi compañera. Ella sabe que ya soy un león herbívoro.

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    1. Puede ser casualidad, pero que en el proyecto de Cádiz surjan problemas, con Santiago en el Gobierno de la Comunidad de Andalucía, da que pensar.
      Sigo pensando que Mario nos va a dejar anonadados con otro tour de force presentando otro desenlace nunca imaginado.
      Motero

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  98. No hay nada que hacerle. Juego números y salen letras, compro un circo y crecen los enanos. Mi nieta Abril me mostró el último estudio y salió que en junio próximo seré bisabuelo de ....un nieto. Yo pedía una bisnieta. Pero bueno, fuera de broma es una gran alegría. Vamos a tener que agrandar la casa de la costa: una hija, un yerno, cuatro nietos y dos bisnietos. Queremos compartir con todos ustedes nuestra felicidad.

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    1. Me alegra mucho verte feliz, conozco una familia que querían una niña, tuvieron cuatro niños, pero la quinta fue niña, no pierdas la esperanza.

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    2. me alegra mucho por ti, Corbachobs. Un varoncito para variar (y enseñarle las malas mañas, ser mujeriego y fútbol).
      Mariale.

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  99. Te veo contento. Disfruta los preparativos, acompaña a la mamá y disponte para jugar con el nuevo miembro de la familia que viene a revolucionar el matriarcado.

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  100. Bienvenido, motero, no había tenido ocasión hasta ahora de saludar tu incorporación. Yo soy más de coches, y si son rápidos, mejor, aunque parece que has encontrado compañía de carretera.

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  101. Capítulo terminado, comienzo fase de corte, cera y pulido. No creí que lo conseguiría, hace diez días estaba muy, muy verde. Cuando en Enero me reincorpore al despacho voy a echar de menos esta vida tranquila.
    No lo he dicho, se titula «Es Navidad». Lo sé, para los que esperabais a Maná puede sonar decepcionante. Confiad en este humilde autor.

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    1. Es navidad quiere decir que lo publicas en navidad o sea dentro de una semana?
      No me lo creo
      demasiado seguido uno del otro, pasará algo , no quiero ser cenizo.
      de todas formas sale un capitulo mas, el diario si muove jajajaja lo habrá pillado?

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  102. Galileo Galilelo Galileo Fígaro Magnífico!

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  103. Hombre de poca fé Dos Octavas. Dale al amigo que recién ha vuelto de Plutón el beneficio de la duda.

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  104. El gallinero de TR está que arde, tus fans más aferramos han vuelto, no les gusta nada el Diario, pero no sé pierden un capítulo.

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  105. Hace un rato, Dos Octavas y yo hemos mantenido un intercambio de mails tras el que, de común acuerdo, hemos decidido no publicar un mensaje que había enviado al blog y con el que estoy plenamente de acuerdo en el fondo pero no en la forma, por lo que, para evitar trasladar el incendio al blog, tomamos ambos la decisión de retirarlo. Los incendios no aparecen si no se les suministra combustible. Gracias por entenderlo, Dos Octavas.

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    1. Gracias a ti por hacerme entrar en razón. Por ese motivo cancelé mi cuenta de TR, para no llevarme del calentón y escribir lo primero que se me venía a la cabeza.

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    2. yo dejé de visitar ese sitio. Quizá sea un caso para Mario y Carmen, pero me da pánico leer las barbaridades que escriben en los comentarios. Porque quizá uno de 10, es constructivo. El resto es veneno. Y ya tuve mi dosis de arsénico en mi vida para querer más.
      Y cuando comencé a leer el Diario, (mea culpa, Mario) yo copiaba y pegaba en un archivo de texto, para tener un orden y evitar leer a esos nazis del teclado.
      Luego descubrí tu blog y de aquí no me sacan.
      Mariale.

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  106. Buenos días a todos, generalmente no pierdo el tiempo leyendo los comentarios en la página de TR, pero luego de mirar acá que la discusión estaba interesante fui a ver.
    Cómo decirlo para que comprendan lo que en este momento estoy pensando. Debería de empezar diciendo que el autor de este relato en particular es muy valiente al continuar su línea de pensamiento las notas que tiene y la historia como a él le da la gana, he leído en aquella página muchos relatos buenos, que agradeciendo a los comentaristas que publican sus críticas "constructivas" acosan tanto a los autores que los mismos dejan de publicar y terminan la historia de forma drástica sin que haya una continuidad y dejando líneas interpretativas en el aire.
    Que me parece muy fuerte este capítulo ya lo dije, que no estoy de acuerdo con muchas cosas también pero respeto la opinión de los demás y sobre todo respeto el trabajo que hace Mario para traernos en cada entrega una lectura excelente.
    Me pregunto, si un autor de apellido Lucas publicara una historia en todo relatos le dirían que es demasiado fantasiosa? Cómo sería los comentarios que tendría un autor de apellido Tolkien a esos también le pedirían que bajara un poquito a la realidad. Por eso prefiero vivir mi vida y disfrutar la lectura.
    Agradezco a todos por la atención prestada un saludo muy fuerte en este fin de año y esperemos nuestro regalo de niño Dios.

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  107. Las llamas en TR tardaron en aparecer. Es realmente conmovedor ver a Apasionado como Leónidas teniendo su termópilas propia contra los descendientes de Torquemada.

    Querido amigo tiene razón Mario. Los incendios no aparecen si no se les suministra combustible. Es como tratar de discutir sobre religión

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    1. Si tenéis razón, pero una vez saturaron a Mario de tal manera que dejo de escribir y eso es lo que me parece injusto, que una persona que ama escribir deje de hacerlo porque unos cuantos lectores no están de acuerdo con lo que el relato está contando.

      Luego están los lectores tanto aquí como los lectores de TR que disfrutan del Diario y casi se quedan sin el por que cuatro intentan que Mario deje de escribir la historia de un consentidor.

      El Diario se llama el diario de un consentidor, más spoiler que ese para saber con qué te vas a encontrar, no hay.

      Otra cosa, todos los ataques en TR van dirigidos a Carmen, como si ella fuera la culpable de todos los males del mundo.

      Me pregunto si opinarian lo mismo si los protagonistas intercambiarán sus roles.

      De todas maneras me lo he tomado con filosofía y he contestado de una manera calmada, esta vez he decidido dejar mi mala ostia en el cajón.


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  108. creo que he bajado de categoría. Antes me comparaban con Monica Belucci, ahora dizque me parezco a Valentina Napi.
    Hombres.
    Mariale.

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  109. Lo tuyo es de traca Apasionado dices que te lo has tomado con filosofía y has contestado de forma calmada. Encima habrá que aplaudirte, incendias TR y presumes como Nerón cuando el incendio de Roma hay que joderse, no has pillado las indirectas, ni una. Estás tan orgulloso del pifostio que has organizado, anda lumbreras descansa,
    Mario esta vez no me convences, me publicas.

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    1. Te va a dar un infarto por nada, Dos Octavas, esto es lo de todos los días, si paseo por la urbanización y le hago caso al perro del vecino que ladra detrás de la verja se pondrán a ladrar todos los perros de alrededor, moraleja, ni lo miro. No merece la pena el sofoco, los de siempre volverán a ladrar, volverán a entrar al trapo y si el autor se lo toma con calma, los demás a hacer lo mismo. Se feliz y deja las batallitas para quien no tenga mejor cosa que hacer.

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  110. Dosoctavas aplícate el cuento, no puedes echarme en cara por incendiar TR y después hacer tu exactamente lo mismo aquí.

    Tranquilo Mario que no voy a echar más gasolina a este fuego, de lo único que tengo ganas es de salir por la puerta de este blog para no volver.







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  111. Motero no encuentro el capítulo donde dices que Santiago tiene problemas con la junta de Andalucía por un proyecto en Cádiz, sabes dónde está escrito?

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  112. Mi buen amigo Torco, Corbacho o como queráis llamarlo, seguro que opina como yo: las broncas en el café se resuelven con un apretón de manos, sea físico, verbal, o de actitud, y el que no lo entienda tiene un problema.

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  113. Creo que me he explicado mal. En este Capítulo Román entra en el despacho de Tomas y tras ver el papel que traía le dice "se paraliza el proyecto de Cádiz y nos hace perder una fortuna". Lo que yo comento es la casualidad de que Santiago forme parte del Gobierno de la Junta de Andalucía que paraliza ese proyecto.
    Lamento la confusión.

    Motero

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  114. Chicos, el primer capítulo está listo. No será como nuestro querido Diario, pero creo que les gustará. Les informaré cuando puedan leerlo.
    Mariale.

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  115. “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”, Edmund Burke.

    La ley del silencio no funciona Mario, e visto a buenos escritores dejar de escribir por culpa de esta gente, hice 4 comentarios, uno a Giovanna porque no había leído mi último relato por eso dije lo de que me tenía abandonado.

    Mi siguiente comentario fue para decirle a otro de los comentaristas que no merecia la pena seguir leyendo un relato que le desagrabada, que el único que se perjudicava era el.

    Los otros dos comentarios fueron para contestar a otro comentarista que va de ese palo en todos los relatos en los que comenta, no volviendo a escribir nada mas, en ninguno de mis cuatro comentarios he faltado el respeto ni a ellos ni a los comentaristas de este blog.

    Pero me tengo que comer una bronca en donde se me falta al respeto y poner al mal tiempo buena cara, pues si, tengo un problema con eso.

    Si crees que debería dejar de comentar en el blog espero que esta vez seas tu quien me lo diga.





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  116. Me tomo el atrevimiento de contestarte, sólo por lo que a mí me parece. Espero que lo tomes como lo que es, las palabras de un amigo que solo quiere lo mejor para vos y al que le importa como te sentís. Puedo asegurarte que todos los parroquianos del café tenemos los mismos sentimientos.

    Creo no equivocarme pero sos bien vasco y como buen vasco el que te busca te encuentras. Uno deis socios era de apellido Bengoechea, mira si conozco bien la vascongada.

    Leí tus comentarios y sé porque saltaste. Ese mala leche, para colmo compatriota. Dicen que nuestro primer producto que exportamos es carne y soja. Mentira, ese producto son los mala leche.

    Aflojá con lo publicado del diario en TR no vale la pena. Es una sugerencia. Lo que buscan es que saltemos. Mario me lo hizo ver hace algún tiempo y tenía razón.

    No tenés porque irte, todos te queremos acá porque te apreciamos, calentón, dos un buen tipo. Un abrazo desde este lado del charco.

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  117. Agradezco tu comentario amigo Torco y no te preocupes que no me lo tomo a mal, al contrario.

    Pero no creo haber hecho nada para merecerme un comentario como este.

    Lo tuyo es de traca Apasionado dices que te lo has tomado con filosofía y has contestado de forma calmada. Encima habrá que aplaudirte, incendias TR y presumes como Nerón cuando el incendio de Roma hay que joderse, no has pillado las indirectas, ni una. Estás tan orgulloso del pifostio que has organizado, anda lumbreras descansa,
    Mario esta vez no me convences, me publicas.

    Pero esto me ha hecho recapacitar si quiero formar parte del cafe humedad, dices que todos me quieren aquí, no es verdad, hace tiempo que percibo que eso no es asi

    Gracias por tu apoyo amigo, tu no te preocupes que pronto te tocará disfrutar de tu bisnieto.

    Un abrazo muy fuerte para tu compañera y para ti.

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  118. Había un cantor de tangos que se llamaba Alberto Catillo. Provenía de una familia acomodada, se recibió de médico, así que era algo inusual para un cantante de tangos, dado que la mayoría provenía de un hogar humilde.

    Hubo un momento donde existían dos grupos bien diferenciados entre los concurrentes a las "milongas": los "pitucos" jóvenes de familias acomodadas que despreciaban a los "arrabaleros" aquellos que provenían de los barrios obreros, el arrabal que es donde nació el tango.

    Castillo, para los primeros era un traidor, por cantar en esos lugares humildes. Entonces ellos concurrían a esos lugares para provocarlos. Al principio él contestaba a esos ataques y burlas y más de una vez se trenzó a golpes de puño.

    Hasta que se dio cuenta que había una manera mucho más efectiva y que les haría mucho más daño. Junto con un amigo , Ricardo Arturi hicieron el tango Así se baila el tango, que empezaba de esta manera:
    Qué saben los pitucos, lamidos y shushetas;
    qué saben lo que es tango, qué saben de compás.
    Aquí está la elegancia, qué pinta, qué silueta!
    qué porte, qué arrogancia, qué clase pa'bailar!
    Así se corta el cés ped mientras dibujo el ocho,
    para estas filigranas yo soy como un pintor.
    Ahora una corrida, una vuelta, una sentada;
    así se baila el tango... un tango de mi flor!

    En ese momento, los arrabaleros hacían sentir su voz apoyando a su cantor y los pitucos quedaban en ridículo y humillados.

    A veces la sutileza puede más que un par de puños o un enfrentamiento verbal, en nuestro caso. Si te sensibiliza, no entres el ignorarlos tiene mucha más fuerza. Te quiero vasco calentón olvídate de los pitucos, lamidos y shushetas.





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  119. Por alusiones:

    En ningún caso y bajo ninguna circunstancia he pedido ni voy a pedir a ningún participante que se abstenga de comentar, estaría violando la idea fundamental sobre la que nació este blog: el respeto. Si de mi exposición sobre la forma en que traté con Dos Octavas un comentario que no llegó a salir alguien ha podido llegar a la conclusión de que yo hago algo más que publicar lo que enviáis al blog, lamento la confusión y reitero mi absoluto respeto por las opiniones que vertéis aquí, salvo que en algún caso se expresasen insultos, ofensas o frases inadecuadas, en cuyo caso, si es posible, trato de dialogar con el autor antes de tomar una decisión.

    Aunque ya lo he sugerido, insisto: Convendría desdramatizar un encontronazo que, entre adultos, no debería tener mayor recorrido. La última intervención de Corbacho abunda en una idea que no me cansaré de repetir: Los incendios no prosperan si no se los alimenta.

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  120. Gracias por la aclaración, motero, me estaba volviendo loca buscando alguna conexión entre Santiago y SantaCruz.
    Sigo viendo como candidato único a Gerardo, salvo sorpresas.

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  121. He hablado con Mario y aunque creo que yo no he creado ningún incendio, me pongo en la piel de los demás y puedo entender que no penséis igual.

    Os pido perdón a todos.

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  122. Le estoy dando vueltas a algo que me preocupa

    Creéis que Guido se va a estar quieto si le sancionan en el gimnasio??? Es capaz de plantarse en casa de Carmen y montarle un follón que lo oigan los vecinos no creo que le asusten las amenazas de Carmen no la cree capaz de denunciarle a SantaCruz y hacerle perder el trabajo, está convencido de que la tiene sometida.
    Todo en plenas navidades, menudo escandalazo.

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  123. Ese es mi vasco no es solo " A Salamanca o al pozo". Grande Apasionado.

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  124. Creo que Guido esta fuera de combate con Carmen, porque el que va a poner en su sitio a Guido es Tomas, el no va a permitir que un don nadie (de a cuerdo a sus estandares) pisotie mas a una Carmen que esta dolida por sus indiscrecione.

    Pero habra que esperar a ver que nos comenta Mario en el proximo capitulo

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  125. Tomás no arriesga si espera que otro haga el trabajo sucio, solo se metería si SantaCruz no hiciera nada serio con Guido o éste se pasara de la raya con Carmen, en caso contrario no se complica.
    Por cierto, hablando de complicaciones, imagino que Mario querrá celebrar un poquito las navidades con Elvira, aunque sea fuera de fechas, ¿lo leeremos? Y con Candela. Seguro que Carmen se lo pone fácil.

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  126. Sería buena época para una reaparición de Graciela, regalo doble para ambos. ¿Es mucho pedir?

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  127. Mis hijos no pidieron cosas raras a Santa, así que presumo que fue el bebé el responsable de querer un alligator en la piscina.
    Vaya susto, amigos.
    Mariale.

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