Capítulo 194 Es Navidad
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Es Navidad, recuerda machaconamente Rosana por la megafonía del centro comercial. El espíritu navideño, puro marketing, lo impregna todo desde hace meses, el turrón apareció en las estanterías de los comercios cuando aún pensábamos en el verano. ¿Es Navidad? Es el mercado.
—Dentro de unos años sacarán a la venta toda la mercancía navideña en Agosto, ya lo verás.
Carmen sonrió condescendiente, sabe lo poco que me gustan estas fiestas tan manipuladas, ambos añoramos los tiempos cuando todo era más simple, tiempo de encuentro con la familia donde bastaba una cena sencilla, sin excesos, para celebrar que un año más estábamos juntos.
—Hemos pasado de sentar un pobre a la mesa a gastarnos lo que no tenemos para adorar al dios del consumo. (1)
—Estás muy combativo, vamos a terminar de comprar y te invito a comer, hoy eres mi pobre favorito.
Faltaban bastantes días para Navidad, el reparto de fechas con cada familia estaba fijado de antemano: cena de Nochebuena con unos, comida de Navidad con otros y fin de año reservado para nosotros, cenaríamos fuera de casa en algún lugar que Carmen mantenía en secreto. Terminamos de comprar, sin ella no habría sabido qué regalarle a Patri; no nos poníamos de acuerdo en el regalo de Candela y aplazamos la decisión. Salimos a buscar un restaurante, sí, por favor, me agobian las aglomeraciones.
…..
—¿Así tratas a los pobres que das de comer en Navidad?
—¿Te gusta? Vine con Andrés cuando le conté mi entrada en el grupo Rivas.
—Está muy bien, cualquiera diría que intentaba seducirte.
—Podría ser, acababa de proponerme lo del seminario de Santander, ya sabes, convertirlo en un curso de dos semanas.
—¿Tiene sentido?
—Ninguno, me toca a mí dárselo.
—Crees que lleva doble intención, yo también.
—No creo nada, he tirado demasiado de la cuerda desde el 11S y tal vez se ha hecho ilusiones, si es así tendré que reconducirlo con tacto.
Andrés. No imaginaba que la relación hubiese derrapado de tal forma, lo tenía por una especie de mentor empeñado en hacer de Carmen una excelente profesional, había advertido un celo excesivo, le confesé, aunque nunca le concedí demasiada importancia, jamás se me ocurrió pensar que detrás de su papel de tutor hubiese algún interés oculto.
—Y no lo hay, o no lo había, puede que, sin pretenderlo, haya sido yo la culpable a causa de Ángel, siempre malmetiendo con sus insinuaciones: que si te mira así, que si está loco por ti, que cuando te das la vuelta se queda enganchado a tu culo… Siempre con lo mismo. Llegó el momento de dar explicaciones por mi ausencia tras el 11S y no supe enfocarlo y todas esas ideas que me había ido metiendo influyeron en la forma en que afronté el encuentro, porque me sentía débil, sin argumentos.
—No irás a decir que usaste la carta de la seducción con él.
—Dicho así suena fatal.
—Dímelo tú.
—No quería perder su apoyo, podía esperar cualquier cosa en cuanto se enterasen de que no estaba en Nueva York, los que se habían aliado en contra mía desde el asunto de Roberto montarían un escándalo por no haber avisado de mi paradero, los más afines tampoco lo entenderían. Necesitaba seguir contando con él a toda costa, como fuera.
—¿Como fuera?
—No me interpretes mal, tenía que emplearme a fondo, la tensión jugó en mi contra y arriesgué en exceso, quería causarle buena impresión, probé con varios conjuntos sin encontrar lo que quería. Escogí la blusa negra.
—La del escotazo.
—Esa. Antes de terminar de pensarlo me deshice del sujetador y la conjunté con el tejano gris. Reaccioné de inmediato. Demasiado atrevido. ¿Acaso quería tirar por la borda una relación de años basada en la confianza y el respeto mutuo? Recuperé el sujetador, seguí sacando prendas, probándomelas, esparciéndolas hasta que opté por uno de los modelos que había desechado. Definitivamente era ese.
—Miedo me das.
—El suéter de punto gris.
—¿El del cuello barco?, es precioso.
—Lo elegí pensando en ti, siempre dices que te gusta porque deja los hombros al descubierto.
—Y las clavículas. Te queda de muerte.
—El pantalón me hace un culo fantástico; además, llevaba un tanga de talle alto para evitar marcas. Elegí unas sandalias de medio tacón, no quería apabullarlo, solo derribar la primera ofensiva del ataque que iba a encontrar. Un poco de sombra de ojos, algo de color en los labios y salí justa de tiempo.
—No querías apabullarlo y solo por la descripción que has hecho me has puesto…
—Calla, tonto. Se levantó a recibirme y tras los dos besos de rigor permaneció mudo. Recordé las palabras de Ángel y tuve que darle la razón, me miraba de otra manera. Le pregunté por él, si había noticias. «Es pronto», respondió mirando hacia otro lado con preocupación. Nada más, se replegó en un silencio acusador. Estaba decidida a ganármelo, necesitaba interceptar cualquier reproche que tuviera preparado. Dejé la chaqueta sobre uno de los butacones.
—Para lucir palmito.
—¿Vas a parar de interrumpirme? Le conté la estrategia de Ángel que me abocaba a una actividad puramente comercial; «Esa no soy yo ni es por lo que quería ser socia». Le hablé de los planes de nuevos negocios motivo de aquel precipitado viaje; el coaching no va con la línea del gabinete, es absurdo, por eso rechacé acompañarle, aunque al final acepté por otros motivos, (ya sabes, la ruptura con Tomás).
—Pensaste que te vendría bien alejarte.
—Así es, cambié de opinión para alejarme unos días y, al mismo tiempo, mantener el control de las decisiones que pudiera tomar. La cuestión es que, después de haber aceptado, recapacité: era un error por razones que no podía contarle. A última hora, cuando estaba a punto de embarcar no fui capaz.
—¿Lo entendió?
—Dijo que logramos sacar a Solís gracias a Ángel y sin saberlo, metimos otro lobo en el corral.
—Muy acertado.
—No es para tanto. Ángel es como es, solo hay que saber llevarlo.
—Y tú sabes cómo hacerlo. Por supuesto, qué cosas pregunto.
—Le anuncié mi decisión de presentar la dimisión ante la junta. No te lo consiento, respondió, al menos tómate unos días, piénsalo con calma
—Vaya, qué vehemente.
—Estaba todo hablado, iba a marcharme, pero tenía algo más que decir, parecía grave. El viernes anterior, cuando le dije a Ángel que había cambiado de idea y volaría a Nueva York…
—¿Sí?
—No te lo conté.
—Contarme, qué.
—Sabes que me lo hizo pagar.
—Es una forma de decirlo, te dio un buen repaso.
—Tú siempre tan directo. Era tarde, creíamos estar solos, de pronto escuchamos entrar a alguien, Ángel reaccionó rápido, cerró con pestillo la puerta, pero el sonido alertó al intruso.
—Al intruso, qué misteriosa te pones, sigue, me estás intrigando.
—Pensaría que no había nadie, oyó el ruido y empezó a recorrer los despachos hasta llegar al de Angel, encontró la puerta bloqueada, claro, y como nunca se cierran con llave hizo varios intentos. Ángel se anticipó, cogió su teléfono y lo silenció, menos mal porque, efectivamente, hubo una llamada: era Andrés, temí que a continuación probase conmigo, sin duda era la principal sospechosa; tenía el móvil en el bolso en la otra punta del despacho, si trataba de alcanzarlo me oiría desde fuera. No sonó, fue un alivio.
—Vaya susto, los dos en pelotas —porque estaríais en plena faena, seguro—, entra Andrés y os interrumpe, no sé si os cortó el rollo o más bien os metió una dosis de adrenalina; conociéndote, apuesto por lo segundo.
Sonrió con malicia. Siempre ocurre, relata sus aventuras y va inflamándose como la hierba seca expuesta al sol del estío.
—Apuestas y ganas: en… pelotas, arrastrada por el suelo haciéndole una mamada en medio del despacho. ¿Continúo con lo de Ángel o prefieres escuchar la versión de Andrés?
—Que difícil lo pones. Sigue, sigue, me tienes en ascuas.
—«El viernes volví al gabinete a última hora.», dijo muy serio, hubiera querido que me tragase la tierra. Me contó lo que ya sabía, volvió a recoger unos documentos, oyó ruidos y quiso cerciorarse de que todo estuviera en orden hasta que se encontró el despacho de Ángel cerrado con llave, «no hay costumbre», dijo, estaba intranquilo, volvió y escuchó detrás de la puerta.
—Voy a adivinarlo: el peligro os había entonado y habíais dejado las precauciones a un lado.
—El subidón de adrenalina que decías. «Carmen, allí dentro había dos personas, y lo que escuché…» —desvió la mirada como si le costase decirlo—. «Se oían jadeos, movimientos rítmicos, ya me entiendes». Fue un alivio, ni por lo más remoto pensaba que pudiera ser yo.
—Joder, te tiene en un pedestal.
—Incluso tenía una sospechosa en mente. En fin, el asunto quedó zanjado, la reunión, que esperaba tensa, había derivado en otra bien distinta.
—Todo resuelto.
—Espera, hay más. Estaba claro que la fachada de autoridad con la que había iniciado la reunión era una máscara, porque después de rechazar mi dimisión, la conducta de Andrés había cambiado.
—¿Qué quieres decir?
—Muy sencillo, en menos de quince minutos la situación había dado la vuelta: de un ambiente listo para una amonestación a un clima favorable para recuperar su confianza y algo más, sin duda, compartir conmigo aquel suceso le había excitado al punto de perder gran parte de la férrea compostura que suele mantener, sus ojos vagaban con libertad por mi cuerpo, la ausencia de sujetador y el leve tejido del suéter debía de estar ofreciendo un panorama… imagínate.
—Por eso elegiste ese modelo y no otro, por eso prescindiste del sujetador.
—Sabía el efecto de la ropa que llevaba, no digo que quisiera…
—¿Sí?
—Déjalo. ¿Quedaba algo por hablar?, estábamos alargando la reunión sin motivo, me ofreció algo de beber, me miraba de otra forma, tal vez como Ángel decía.
—Cómo.
—Qué sé yo, sería cosa de mi imaginación.
—Una mujer hermosa, con un jersey ceñido, sin nada debajo… Cariño, no fue tu imaginación.
—Deja de mirarme el pecho, nos están viendo. Por dónde iba.
—Te ofreció algo de beber. ¿Un zumito?
—Bobo. Mientras preparaba las bebidas hablamos de cosas triviales, los lienzos del despacho, cosas así, rodeos antes de sacar “el tema”: los cotilleos sobre Ángel y sobre mí. Con mucho tacto acabó por decirlo: «Corre el rumor de que estáis liados.», lo confirmé, para qué negarlo; sin embargo, me resultó difícil hacerle entender que no estaba al tanto de la maniobra que hizo presentándose en el almuerzo y forzando su entrada en la sociedad, le dije que su intención fue ayudarme a contrarrestar los problemas con Solís. Me creyó.
—Bueno, entonces está aclarado.
—No estoy segura. Le extrañó que tuviera una aventura con Ángel, ¿qué te pasa con ese hombre?, dijo, no encajáis, te saca más de veinte años. ¿Qué podía decirle? Es algo que me supera, le contesté con total sinceridad, estaba a un paso de descubrirme, si seguía hablando de la relación con Ángel podía vincularme con la misteriosa mujer que estuvo en el despacho el viernes; tuve que dar un giro a la conversación, le hablé de nosotros.
—¿De nosotros?
—Le conté que entre nosotros existe una considerable diferencia de edad, ahora no es tan chocante como lo fue al inicio de nuestra relación, con veintiuno y treinta y cuatro años. Le quise hacer ver que no solo es Ángel, en general me siento cómoda con hombres mayores.
—Nunca lo hemos hablado con tanta claridad, quiero decir explícitamente.
—¿Hace falta? Encuentro una seguridad y un saber hacer que no hallo en hombres jóvenes, esto último solo lo dejé entrever, lo entendió, incluso se puso un poco nervioso, aunque enseguida reaccionó, llegó a preguntarme si estabas al tanto de lo mío con Angel, respondí que no nos ocultamos nada; fui más allá, le dije que lo apruebas y me encargo de que conozcas hasta el último detalle.
—Por qué, Carmen, ¿con qué fin?
—Si te soy sincera, no lo pensé. Le dije que somos una pareja abierta; quedó impactado, sin atreverse a expresar lo que pasaba por su cabeza. Es lo que estás pensando, continué, Ángel no ha sido el único con quien mantengo una relación íntima, ninguno baja de los cuarenta y tantos.
—Se quedaría a cuadros.
—Sin palabras, temí haber destrozado la imagen que tiene de mí, me entró pánico, me arrepentí de todo, de hablar de más, de mi conducta gestual, de haberme vestido como iba, nada era apropiado para alguien que acaba de enterarse de la masacre que ha asolado la ciudad donde debería estar y en la que tal vez su compañero de viaje yace bajo los escombros. Reaccioné, no había marcha atrás.
—Me admira la capacidad que tienes para recomponerte en cualquier situación.
—Sírveme más vino, por favor; gracias. Argumenté que esto no se trata de la historia de Lolita de Nabokov, porque además no soy ninguna adolescente, Andrés reaccionó como lo haría un romántico del diecinueve, me cogió las manos y dijo emocionado: Nadie te echaría los años que tienes, podrías pasar por una joven de veintipocos. La misma frase de Claudia cuando nos conocimos.
—¿Te sorprende? Sin maquillar pareces una cría, no es extraño que Tomás juegue contigo a ser el papá que castiga a la niña mala. Va, perdona.
—Le agradecí el cumplido y le dije que los chicos de mi edad suelen ser banales, en cambio los hombres maduros ofrecen experiencia, serenidad y un… saber hacer.
—Qué bruja eres, cómo lo manejaste.
—No es lo que crees, al contrario, dudaba si continuar, aunque no sabía cómo parar aquella conversación que se me estaba yendo de las manos, Andrés estaba expectante, quería evitar que pensase lo mismo que acabas de pensar tú, le dije: Somos amigos, tenemos confianza para hablar con claridad. «Adelante», me apremió, estaba ansioso porque continuara.
—A ver por dónde saliste.
—«La gente joven tiene las prioridades equivocadas, alguien como Mario, Ángel o probablemente tú, hombres hechos y derechos sabéis establecer las prioridades y llevar a una mujer a alcanzar la cumbre del deseo sin quemar etapas.
—Eres la hostia.
—No sé cómo llegué tan lejos, estaba sin palabras, «supongo que no esperabas esto de mí», me excusé, había cometido un error, por alguna razón enlazó con el incidente de Roberto, «no sé si, con la información que dispongo ahora, habría tomado las mismas decisiones.». No podía tolerar que cuestionase el abuso que sufrí, eso me obligó a retroceder hasta Sevilla.
—¡Qué dices!
—No es posible entender mi conducta durante el acoso sin conocer los antecedentes y tu participación.
—Tiene sentido.
—Necesitaba hacerle entender que lo ocurrido en Sevilla me transformó y fue la base por la que, cuando surgió el acoso, ambos nos hallamos predispuestos a enfocarlo como no lo hubiéramos estado en otras circunstancias, me sometí a tu juego, a nuestro juego, perdí el juicio, no vi las consecuencias y cuando estuvo a punto de ocurrir lo inevitable…
—Presentaste la renuncia, dejémoslo ahí.
—¿Qué quieres decir?
—Nada, continúa.
—No, di lo que tengas que decir.
—Me sigue doliendo, eso es todo.
—Andrés no quiso ahondar, «No seré yo quien os juzgue, todo el mundo tiene derecho a cometer errores, no se hable más, tema zanjado. Solo una cosa: Roberto regresa pronto, habrá que tomar decisiones.». Después de un prolongado silencio se interesó por Ángel. Primero, Roberto, ahora Ángel… todas las preguntas que guardaba sin respuesta estaban saliendo a flote. Quiso saber cómo le había conocido. No podía contarle la verdad.
—Hubiera sido poco prudente.
—Me inventé que nos conocimos a través de su mujer, estábamos en su casa y Ángel llegó sin avisar, Claudia hizo las presentaciones y me llevé la gran sorpresa, nada menos que el prestigioso catedrático Álvarez Atienza, le dije que estuvo muy amable, se interesó por mi trayectoria profesional y nos dieron las tantas hablando de mil cosas. No se me da nada bien mentir, había improvisado la historia sobre la marcha.
—Tranquila, confía en ti. De todas formas, acabarás contándole la verdad.
—Jamás.
—Cariño, hace tiempo que dejaste de considerarte una mujer violada, si es que alguna vez te has sentido como tal, estás a un paso de alardear de lo que pasó y cómo lo has asumido. ¡Miradme, fui violada y lo superé!, ahora soy la amante del hombre que abusó de mí, tenemos una relación un tanto complicada pero nos entendemos. Brindemos por eso.
—Estás desvariando.
—Lo que tú quieras, anda sigue.
—No sabía por dónde iba a salir si se le ocurría indagar, por ejemplo, de qué conocía a Claudia; comenzaba a agobiarme, me recogí el pelo con ambas manos y clavó los ojos en mis pechos, me hice la distraída, mantuve el cuello hacia atrás dando la impresión de estar cansada masajeándome la nuca para dejarle disfrutar de la vista, con suerte le haría olvidar la conversación; entonces llamaste y me contaste lo de la avería.
—Si hubiera hablado del accidente te habría preocupado sin necesidad.
—¿Sabes?, mientras hablaba contigo, no me quitaba ojo, seguía “distraída” con la llamada y se recreó en el pubis, culpa mía, estaba recostada en el respaldo del sillón con las piernas cruzadas de una manera un tanto descuidada, tobillo izquierdo sobre el muslo derecho, debería haber corregido la postura, no sé por qué no lo hice.
—Porque Andrés te estaba comiendo el coño con la mirada y te puso como una burra.
—Hablas como Ángel.
—Será porque tú nos haces hablar así. Eres puro sexo, te mueves, caminas, miras, sonríes… con cualquier cosa que haces pareces estar diciendo, «fóllame»
—Será porque me miras con ojos de pervertido.
—Será, será. ¿Has olvidado lo que te dijo Juanjo? (2)
—Otro igual. Mejor lo dejamos, no estás atendiendo; si pensaras con la cabeza en lugar de… —dijo apuntando con el dedo hacia abajo.
—Perdona, sigue, por favor, ya me callo.
—La reunión había terminado, llevábamos reunidos tres horas, podía darme por satisfecha, había logrado el objetivo propuesto. Me incorporé y el alcohol mostró su efecto, Andrés había hecho caso omiso a mi petición de aligerar la carga. Será mejor pedir un taxi, dije. Se ofreció a llevarme a casa, no estaba segura de que fuese buena idea.
—¿Seguro?
—Seguro, pero insistió, Berta estaba en Salamanca cuidando de su madre. Acepté, ambos estábamos solos y con ganas de seguir hablando.
—¿En serio no pensaste lo que podía pasar?
—Andrés no es Ángel, yo…
—Tú, qué.
—Aunque no lo creas, no buscaba nada con él.
—Te creo, el problema es que no siempre tu primera intención con los hombres con los que te has acostado ha sido esa.
—Te estás cebando conmigo.
—Cariño, estoy siendo sincero.
—Durante el trayecto habló de Berta, no necesité hacer mucho para que me contara el drama que están pasando.
—El Alzheimer causa verdaderos estragos en el entorno familiar
—Lo vi muy afectado. «No sé cómo va a acabar esto», dijo. A nivel de pareja les ha debido terminar de hundir. En fin, llegamos a casa, cuando nos despedíamos se produjo un tiempo muerto. Le propuse subir, «te invito a un café, nos quedan muchas cosas por hablar».
—¿Y?
Te diré lo que me dijo al día siguiente en el gabinete: le pregunté si había llegado bien a casa. Supongo que no esperaba ninguna mención a lo que ocurrió.
—¿Es que ocurrió algo?
—«Ah, sí.», exclamó haciéndose el distraído. «Por cierto, espero que no tengas en cuenta…». Olvídalo, le interrumpí. (3)
—¿Me lo vas a contar?
—No hay nada de particular.
—Debe de ser algo muy íntimo de Andrés para que te lo calles.
—No te comas la cabeza, en serio.
—Secreto profesional, vale. De todas formas, por si acaso, lleva preservativos a Santander.
—Qué bestia eres. Lo que voy a hacer es recuperar la relación al punto donde hemos estado siempre, Andrés no es Ángel, en cuanto pasemos un par de días de trabajo en un entorno académico todo volverá a su cauce, estoy segura.
Yo tampoco lo veía convertido en un depredador, costaba imaginarlo mirándola tal y como lo describía Ángel, más bien parecía la proyección de sus propios deseos.
Carmen me sacó de mis pensamientos.
—Y Emilio, ¿sabes qué va a hacer estos días?
—No le he preguntado, son fechas que le desagradan, las pasará como cualquier otro día.
Pasamos a los postres, el restaurante animaba a disfrutar de una repostería excelente; sin embargo, la conversación había decaído.
—¿Qué te pasa?
—No logró quitarme de la cabeza a Emilio, me entristece imaginarlo solo estos días.
—Es lo que desea, tiene parientes en Zamora; también podría cenar fuera en un buen restaurante con cotillón y espectáculo como… ¿dónde dijiste que vamos?
—Calla, tonto; en serio, me da mucha pena.
—¿Y qué quieres que hagamos?
—No sé… ¿Nos vamos?
—Habrá que pagar.
—Avisa al camarero, no vaya a ser que, si lo llamo yo, no pueda contenerse y me empotre sobre la mesa, imagínate qué espectáculo. —dijo poniendo su carita más traviesa.
—Vale, retiro lo dicho.
—Es broma, cariño, no te enfurruñes.
Deudas canceladas
Hablé con mi hermano Rodrigo, había perdido la cuenta del tiempo que hacía desde la última vez, supuse que llamaba para felicitar las navidades. Nos llevamos bien, aunque no mantenemos una relación tan estrecha como con Marcos, nuestro hermano mayor. Me sorprendió proponiendo una comida familiar, «hace mucho que no nos juntamos en la casa de la sierra, como cuando éramos pequeños». Me puse en guardia, todavía estaba pendiente la cuestión de la casa. Había propuesto reunirnos en reiteradas ocasiones para plantear una oferta, ni mi padre ni mis hermanos habían hecho intención de mover el asunto, yo, por no crear un conflicto, lo había ido posponiendo a pesar de que me perjudicaba; esta llamada hacía sospechar que el tema de la casa estaba detrás del repentino interés por vernos.
Quedamos en pasar el sábado en familia.
Llegamos temprano, hacía un día estupendo, nada de viento, ni una nube, lo cual dejaba una temperatura agradable en pleno mes de Diciembre. Llegaron sobre las once, solos, sin los chicos. Besos ellas, abrazos nosotros, desde el primer momento confirmé mi idea sobre la intención de Rodrigo que inspeccionaba la casa como lo haría el tasador de una inmobiliaria. Nos pusimos al día tomando un café sobre las típicas generalidades, trabajo, vacaciones; todo bien, por supuesto. Agotado el muestrario de banalidades decidimos ir al pueblo, charlando de mis padres, de nuestro hermano, de los sobrinos ya no tan niños. Estaba poco hablador, lo achaqué a que mi cuñada suele ser más entusiasta a la hora de contar sus planes. Tomamos el vermut y unas tapas en el bar de Carmen; estaba inquieto, no paraba de moverse en el asiento y de hacer crujir los nudillos. Alrededor de la una regresamos con intención de hacernos cargo los hombres de la cocina.
Las chicas se encargaron de preparar la mesa mientras nosotros nos dedicamos al asado, Rodrigo es mejor cocinero y le cedí el protagonismo centrándome en las ensaladas y los entrantes en medio de un incómodo silencio roto en contadas ocasiones. Estaba nervioso, con la conducta propia de aquel que necesita soltar algo y no sabe cómo, por poco derrama una salsa, dejó caer un utensilio al suelo y se insultó, por dos veces se golpeó en la frente con la campana extractora, perdió los nervios y la golpeó con el puño, me pidió disculpas; le di un margen, salí al exterior y volví con un par de cervezas, se frotaba la muñeca dañada por el impacto con la campana.
—¿Qué pasa?
—Nada importante, a veces basta una bobada para que la tensión acumulada explote, somos como una olla a presión, no aparenta la presión que acumula y un día, sin que lo esperes, se salta la tapa de…
Tenía los ojos brillantes, diría que estaba pidiendo ayuda.
—Salta la tapa de la olla, quieres decir.
—Claro.
Debería haberle incitado a hablar, no encontré las palabras; yo, con toda mi experiencia, me encontré vacío de argumentos para ayudar a un hermano con el que apenas tenía puntos en común. Volvimos a los fogones, a condimentar la ensalada, un pesado silencio se cernió sobre nosotros sin que nada pudiera ahuyentarlo salvo la oportuna irrupción de las chicas.
—¿Por qué no hacemos un viaje en cuanto pasen las fiestas? ¿Cuánto tiempo hace que estuvimos en Praga? —propuse en mitad de los postres sin que hubiera razón para evocar un recuerdo de tiempos en que intentamos reformular una relación de hermanos fracasada desde la infancia, la idea fue bien acogida, las chicas comenzaron a hacer planes que ocultaron la indiferencia de Rodrigo.
Nos quedamos recogiendo la cocina, tiramos la basura, revisamos ventanas y puertas.
—¿Has hablado con tu hermano?
—Un poco.
—¿Qué le pasa? Ha estado ausente todo el día.
—No me lo ha dicho, Rodrigo es así, siempre metido en su mundo.
—Amaya está muy preocupada, cree que tiene problemas en la agencia y no lo dice.
—Es muy difícil sacarle las cosas, nunca hemos tenido mucha confianza.
—¡Joder, Mario, es tu hermano!
—¡Qué quieres que haga!, hemos estado cocinando sin cruzar una palabra, he sacado no sé cuántos temas y ha contestado con monosílabos. Es verdad, está nervioso, irritable, se ha golpeado con la campana en la frente y se ha liado a golpes con ella.
—Va a ser verdad lo que dice Amaya.
—No he conseguido que me diga lo que le pasa, solo alguna… bobada.
—Intenta hablar con él dentro de unos días.
—Se lo diré a Marcos, tiene buena relación con él.
A mediados de semana, el miércoles, creo recordar, llegué a casa más tarde de lo habitual, Emilio me entretuvo con un papeleo que debía presentar en el notario al día siguiente. Cansado y aburrido, lo último que esperaba era encontrar a Rodrigo en el salón.
—Estamos rompiendo la media anual de visitas en una sola semana. —bromeé, Rodrigo se levantó como movido por un resorte.
—Tu hermano ha venido a contarte algo.
Me libré del abrigo y tomé asiento; al llegar, las miradas que crucé con Carmen me habían puesto sobre aviso. Visiblemente nervioso, comenzó un atropellado discurso en torno a la venta de la casa, estaba conforme en iniciar los trámites cuanto antes, podía encargarse de hacer que Marcos y nuestro padre se movieran, entretanto necesitaría un adelanto, una cantidad a cuenta para solucionar un asunto urgente de cierta gravedad.
El “asunto”, traído a deshora sin la presencia de Amaya. No pintaba bien.
—¿Póker?, joder, Rodrigo, ¿otra vez?
—Esta vez no es igual, te lo juro, solo ha sido…
—Una mala racha, me conozco el cuento. ¿Desde cuándo?
—Seis meses. Un año. —rectificó.
—Un año, joder, ¿de cuánto estamos hablando?
—Millón y medio.
—Estás ¡loco! —exploté desoyendo las llamadas de Carmen a la tranquilidad—, te arruinaste la vida una vez y ahora, ¿qué crees que va a decir Amaya?, porque no sabe nada, ¿verdad?
Rodrigo mostró un carácter compulsivo desde muy joven; comenzó a jugar en la universidad, al principio eran partidas en la cafetería de la facultad, poca cosa, le iba bien, es un tío inteligente, ganaba un dinerillo, le supo a poco y empezó a moverse en otros ambientes donde la suerte no es el factor dominante, ganaba, perdía, la proporción fue cambiando de lado, la obsesión fue creciendo, se endeudó con amigos, abandonó la facultad, nos enteramos de que debía dinero a mis tíos, incluso había intentado pedirle tal cantidad a los abuelos que dieron la voz de alarma. Mi padre intervino, tarde, pero lo hizo, saldó las deudas y lo ingresó en un centro pionero en el tratamiento de las ludopatias. Ocho años después, con una vida reconstruida y una esposa que lo adoraba, mi hermano pequeño estaba dispuesto a destrozarlo todo de nuevo.
—Vamos a calmarnos un poco. —Carmen dio un golpe de autoridad—. A ver, cuéntanos con detalle, cuánto debes y a quién.
Era lo que temía, prestamistas profesionales al acecho de jugadores incapaces de parar cuando van perdiendo, eligen a la víctima, saben que él o su entorno harán frente a la deuda si la presión es contundente; ambos hemos tratado con alguno antes de derivarlo a un centro especializado.
—Tenemos ese dinero.
—Carmen, espera un poco.
Me hizo callar con un gesto áspero.
—En un par de días lo tendrás.
—Os lo voy a devolver, voy a vender…
—No me lo cuentes. A cambio del favor y de guardar el secreto quiero te pongas en tratamiento, si no, no hay trato.
—De acuerdo, en un mes tienes un talón…
—En metálico Rodrigo, millón y medio.
—Un millón quinientas ochenta mil era antes, no sé si pasado mañana será más.
—De acuerdo, ya estableceremos cómo me lo vas devolviendo, porque ese es tu compromiso, hacerte cargo de la deuda que has contraído conmigo, no podemos hacerlo con cargo a la compra de la casa.
Rodrigo estaba desconcertado, me miró, la miramos y volvió a dirigirse a ella, a quien llevaba la voz cantante.
—Pensé que era una buena solución.
—No has pensado nada, te lo damos y al día siguiente el dinero desaparece, ¿qué le cuentas a Amaya?
—De acuerdo, en un mes lo devuelvo. —acabó por decir.
—Olvídate del cuándo y fijemos el cómo: en euros y en metálico. Ahora, tranquilízate y vuelve a casa, mañana hablamos.
Le acompañamos a la puerta, estaba apesadumbrado. Si no hubiera pasado ya por esto sentiría lástima.
—No sé cómo voy a agradecerte lo que estás haciendo, Carmen, me salvas la vida.
—He tratado a bastantes personas con el mismo problema, deberías ver en qué han acabado algunos por no ser capaces de reaccionar a tiempo. Abre los ojos, Rodrigo, déjate ayudar, no desaproveches esta oportunidad.
…..
No era lástima lo que necesitaba sino apoyo y firmeza. Tomás actuó con celeridad, una hora después de atender mi llamada recibí un maletín con el dinero, Mario le propuso acudir juntos a saldar la deuda por precaución y por seguridad, ninguno de los dos podíamos confiar en Rodrigo con millón y medio de pesetas en las manos. Pasadas las navidades tuvo su primera sesión de terapia. Dos décadas después, la adicción al juego de mi cuñado es un mal sueño del pasado, una de las mejores vías que encontré para usar un dinero obtenido de forma poco limpia.
La gota que rebosa
Veinticuatro de Diciembre, es Nochebuena, a las once dejarán de trabajar, abrirán unas botellas de cava y brindarán por las fiestas, luego, Mario buscará el momento para hablar con Emilio a solas, una maniobra coordinada con Carmen. La mañana transcurre tranquila, sin actividad, como suele ocurrir cada año. Poco a poco se forman corrillos, aparecen las botellas, los vasos de plástico, las bandejas de turrón, los polvorones; quien más, quien menos tiene prisa por marchar a casa, es Nochebuena, hay mucho que preparar.
Al final nos quedamos unos pocos, Emilio y yo y dos o tres que se ofrecen a ayudar con los restos del festín.
Ya está casi todo recogido, aprovecho para avisarla, cuelgo y enseguida le llama, es la estrategia de la sorpresa, le felicita las fiestas, Emilio dice que estamos a punto de marcharnos. Sí, pasará la noche en casa como todos los años, le observo escuchar en silencio una larga parrafada, le está proponiendo cenar con nosotros en fin de año, Emilio declina la oferta, agradece el detalle, Carmen interrumpe la excusa, mi socio me mira, le habrá pedido que me lo cuente.
—Tu mujer me está invitando a cenar con vosotros en fin de año, os lo agradezco de corazón; sin embargo, no me parece oportuno.
—Buena idea; íbamos a pasar la noche fuera, te confieso que ya estoy un poco harto, será estupendo celebrarlo los tres en casa, para variar. ¡Cariño! —elevé la voz— ¡qué buena idea!
—Esperad, de verdad, sois muy amables, no quiero alterar vuestros planes.
Comencé a argumentar a favor, pero algo importante le debía de estar diciendo Carmen porque me hizo callar con un gesto, poco después respondió mirándome fijamente:
—¿Contigo?, ¿esa noche? …. ¿Y Mario? …. …. …. ¿Estás segura? …. ¡Claro que me apetece!
Lo cacé al vuelo, no entraba en el plan que pasara la noche en casa y mucho menos encamado con mi esposa, no porque fuera algo insólito sino porque al día siguiente teníamos que cumplir con los compromisos familiares tradicionales de año nuevo. Emilio malinterpretó mi expresión de incertidumbre, fue suficiente para reiterar su negativa con renovada firmeza, agradece la oferta, pero no es negociable, en calidad de qué pasaría la noche con ella, argumenta, como cliente, como amigo o como amante. Se disculpa, no ha debido decir amante. Gracias, pero no, mejor dejar las cosas tal cual están.
…..
Nochebuena en casa de mis suegros. Es tradición pasarla con ellos y la Navidad con mis padres. Llegamos temprano, Carmen se puso a ayudar a su madre, Fernando y yo nos encargamos de la logística: mantel, servilletas, vajilla y al acabar sirvió un par de Jack Daniels que siempre tiene reservado para mí.
Charlamos del año que terminaba, ninguno hicimos alusión a lo que rondaba nuestras cabezas, no era día para evocar fantasmas. Nos llevamos bien, congeniamos desde el principio una vez superado el shock inicial por la diferencia de edad, cuando comprobó que lo nuestro era amor verdadero.
La tranquilidad se quebró en cuanto sonó el timbre, me apetecía ver a Esther, no podía decir lo mismo de Daniel, la última vez lo estampé contra la fachada de su casa, solo esperaba que esta noche se comportara con corrección.
Era mucho pedir. El aliento a alcohol le delató, venía bien cargado; de una celebración de antiguos colegas, dijo. Esther no traía su mejor cara, Carmen salió al quite y se la llevó a la cocina, Fernando trató de integrarlo en una conversación a la que Daniel no prestó ninguna atención, más atento a saquear los platos de entremeses y a rellenar el vaso de un Rioja que su paladar no apreciaba. Frena un poco, le advertí con cara de pocos amigos, me devolvió la misma mirada mientras se metía en la boca dos lonchas de jamón. Empecé a sospechar que venía dispuesto a reventar la celebración.
La cena discurrió entre los intentos de mantener un ambiente relajado, todos ignoramos los detalles de mal gusto y los excesos del hombre que estaba amargando la vida a mi cuñada, hasta que, en medio de un emotivo brindis de Fernando, soltó un potente eructo que nos enmudeció a todos y a él le provocó una estridente carcajada.
—¡Daniel! —le recriminó Esther avergonzada. Amalia arrojó la servilleta y abandonó la mesa, sus hijas la siguieron por el pasillo.
—Eres un desgraciado. —dije sin poder contenerme.
—Mario, basta. —trató de detenerme Fernando.
—Ya salió don perfecto a dar lecciones de buenos modales.
—Ni siquiera hoy puedes comportarte con un mínimo de educación, has llegado borracho y has seguido bebiendo sin saber controlarte. Eres un animal, así te va en la vida, fracasado.
La ira le encendió los ojos, plantó las manos en la mesa con tal violencia que saltaron los cubiertos y la vajilla.
—Vete a la mierda, hijoputa, un día de estos…
—Qué, un día de estos, qué. No me amenaces, Daniel, no me provoques.
—No te tengo miedo, ni siquiera fuiste capaz de darme una hostia delante de mi mujer, te acojonaste.
—Si no llega a estar ella delante, te juro…
—Dilo de una vez, le tienes ganas a la hermanita, te estorbo.
—Hijo de puta…
Salté de la silla.
—¡Callaos ya! —gritó Esther fuera de sí desde la entrada. Atraídas por las voces nos observaban espantadas ante lo que asemejaba una escena sacada de una película de pandilleros; pedí disculpas, Fernando estaba hundido en el asiento, Amalia no podía creer lo que veía, Carmen me interrogaba con la mirada. Vámonos, dijo mi cuñada sumida en un profundo desánimo, la fiesta había terminado; en medio de un profundo silencio, recogieron los abrigos y se marcharon, nosotros nos quedamos para tratar de calmar a mi suegro; las mujeres Bauer no lloran. Preparamos café y les dimos compañía, no podíamos hacer otra cosa.
—¿De qué estaba hablando Daniel?
Llevábamos la mitad del camino en silencio, sabía a lo que se refería, para qué fingir.
—¿Recuerdas el día que llevé a Esther a casa? Nos lo encontramos en el portal, estaba bebido, había ganado el Madrid.
—Ya, qué pasó. —respondió impaciente.
—Se puso pesado. No entro nunca en sus provocaciones, ya lo sabes, pero no soporto que os trate mal, empujó a Esther hacia el portal, tira para casa, le dijo de malas maneras. Se lo advertí.
—A ver, Mario, ¿me lo vas a contar?
«Aparqué cerca del portal y la acompañé, al llegar vimos venir a Daniel.
—Hombre, don perfecto, tú por aquí, cuánto honor. —dijo con la lengua de trapo propia de un borracho.
—He venido a traer a Esther. Tú, de copas.
—Celebrando que ha ganado el Madrid. Y la hermana que salió bien, ¿la habéis dejado en casa?
—Vete a la mierda, Daniel, un día de estos me vas a encontrar.
—Uy, mira qué miedo, don perfecto. Tú, tira para casa.
—¿Quieres que me quede?
—No hace falta, Mario y perdona, no le digas nada a mi hermana.
—Nooo, a ver si se va a disgustar la princesa. ¡Tira a casa! —le ordenó a empellones.
Perdí el control, lo empujé con ambas manos contra la fachada, el ruido sordo de la cabeza rebotando en el ladrillo sonó como un balón de basket, sin atender los gritos de Esther le di la vuelta y lo pegué a la pared sujeto por las solapas. Sangraba por la nariz.
—Escúchame bien porque solo te lo voy a decir una vez, si le vuelves a poner las manos encima, te mato. ¿lo has entendido? Te mato. Di que lo has entendido.
Daniel asintió aterrorizado, lo solté, la mirada de espanto de Esther me devolvió la cordura. «Lo siento, lo siento», le respondí avergonzado, no sé lo que me decía, me fui huyendo de mí mismo.» (4)
—No pude contenerme.
—Si llego a estar allí, no sé lo que habría hecho.
—Cualquier día vamos a tener un disgusto.
—Eso me temo, creo que le está haciendo algo.
—Algo, te refieres a…
—En la cocina, la aparté por el brazo para coger una olla, y se encogió de dolor.
—Una magulladura, joder…
—Así es. Le pregunté y por la forma de responder estoy convencida de que le pega.
—¡Hijo de puta!
—Hay que poner solución a esto.
—¿Qué hacemos?, Esther no va a denunciarlo.
—¡Pues algo habrá que hacer! No pienso quedarme cruzada de brazos.
Si pudiera olvidar todo lo que pasó
“Quien piense que mentir es una estrategia aceptable en la relación entre el hombre y la mujer demuestra que no conoce absolutamente nada del alma femenina.”
El cazador de tatuajes
Juvenal Acosta
Debería haber escrito antes sobre Roberto.
Con el paso de los días el trato se volvió cotidiano, era inevitable, día a día comencé a apreciar un cambio en él; con todo el recelo activo, creía reconocer al compañero con el que había compartido momentos de trabajo agradables que al final estropeaba con insinuaciones y acercamientos incómodos. Ahora no era así o al menos lo aparentaba muy bien. De todas formas, desconfiaba; me extrañaba que hubiera aceptado de buen grado el recorte de funciones hecho por Andrés.
Una tarde, al salir, coincidimos en el portal, íbamos en la misma dirección, no había motivo para caminar separados, inició una conversación banal, algo sobre las navidades y respondí en el mismo tono. Parecía otro, lejos del engreído prepotente que tanto daño me había hecho, aun así me mantuve en guardia. Aquello se repitió varias veces, juraría que se hacía el encontradizo a la hora de la salida.
—¿Te apetece tomar algo? —Estábamos parados en el cruce frente a la cafetería donde solía desayunar—. No, claro, rectificó, arrepintiéndose de su intento.
—Venga, vamos, es Navidad, ponga un pobre a su mesa. —dije en tono de broma. Le sorprendí, ni remotamente esperaba que aceptase la oferta fruto de un impulso.
—Ahora es cuando dices, «¡Inocente, inocente!», a que sí (5)
Sonreí, el semáforo nos dio paso, llegamos a las puertas de la cafetería en medio de una explicación sobre la obra de Berlanga, la diferencia entre justicia y caridad y la miope censura franquista de la dictadura.
—¿Cómo sabes tanto de esa época? —quiso saber.
—Mis padres son unos apasionados del cine y vivieron esos años, creen que si olvidamos la historia estamos condenados a repetirla.
No fue la única tarde que terminamos la jornada con un café o una copa y charlando de mil y una cosas. Descubrí, no sin recelo, que tenía buen fondo cuando se despojaba de la fachada de seductor irresistible, incluso podía llegar a ser una persona en la que se podría confiar si no conociera su tendencia a aprovecharse de las mujeres. Pobre Roberto. ¿Era sensato sentir lastima de alguien como él?
No se lo conté a Mario, llevábamos “saliendo” poco más de una de semana y algo me impedía compartirlo con mi pareja; no le concedí demasiada importancia, «un día de estos, cuando surja», pensaba y así lo iba posponiendo. Me engañaba a mí misma.
Una tarde me fue a buscar, debería haberlo previsto.
…..
Salí temprano y pensé avisarla, compraríamos los últimos regalos de reyes y cenaríamos en un mejicano. A última hora decidí darle la sorpresa y presentarme a la puerta del gabinete.
Aparqué en Colón, caminé sin apurarme, era temprano; estaba llegando frente al portal y esperé a encontrar un hueco en el denso tráfico para cruzar jugándome el tipo. Entonces la vi salir, a continuación apareció Roberto, joder, no podía ser otro, se entretuvieron en el portal, estarían despidiéndose, supuse que era parte del trato correcto impuesto por la continua convivencia, había dejado de prestar atención al tráfico, me irritaba que le diera carrete. De pronto le cogió del brazo y partieron en dirección a la glorieta de Alonso Martínez, ¿qué coño estaba pasando? Caminé en paralelo por la acera de enfrente, cruzaron Almagro y me obligaron a acelerar el paso para sortear a la gente que salía del trabajo, entre eso y un puto semáforo me sacaron distancia que acorté a grandes zancadas, cerca de Luchana torcieron por una bocacalle, los iba a perder, como no cambiase de acera los iba a perder; a la carrera los divisé antes de que entrasen en un café, qué poco había faltado. Me acerqué con cuidado de no ser visto, el local me recordó aquel otro donde la espié en su cita con Doménico, una especie de pub en un local por debajo del nivel de la acera con ventanas de gruesos marcos de madera y cristales tintados en amarillo. No los localicé, pasé de largo y volví a pasar sin éxito, tenía que entrar, lo mejor era coger el toro por los cuernos, vaya puta metáfora. El local era estrecho y alargado, los encontré al fondo, Roberto me detectó y antes de que tuviera tiempo de advertirle llegué hasta su mesa. Carmen levantó la vista, Roberto me ofreció la mano y la retiró en cuanto vio que lo ignoraba.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a buscarte y mira por dónde, os vi salir del portal cogidos del brazo.
—Y no se te ocurre otra cosa que seguirnos.
—Cariño, traté de cruzar por mitad de la calle; pero qué hago dándote explicaciones. ¿Nos vamos?
—Espera, siéntate con nosotros.
—No, gracias, me voy. Te espero en casa.
Salí de allí enfadado conmigo mismo, odiándome por volver a ser el imbécil que siempre acaba mostrando la peor cara. La había humillado delante de él, había vuelto a quedar como un estúpido incapaz de resolver los conflictos con serenidad.
…..
No salía de mi asombro, estaba abochornada y decepcionada, ¿una escena de celos?, ¡por favor!
—Vaya por Dios, que momento más desagradable.
—Me marcho, no tengo cuerpo para seguir hablando.
—Lo peor que puedes hacer es quedarte sola a darle vueltas porque, no te engañes, vas a salir a la calle y no vas a dejar de rumiar lo que ha sucedido. Quédate, tomamos una copa y hablamos de otras cosas, te cuento mi vida en Boulder, si con eso no consigo hacerte sonreír me pego un tiro.
¿Qué tenía que perder? La alternativa era tal y como la había descrito, caminar calentándome la cabeza hasta el parking, conducir cabreada a casa, llegar, cantarle las cuarenta a Mario y pasar una noche de pena.
—De acuerdo, una copa, necesito bajar el nivel de cabreo.
No fue una copa sino dos, Roberto mostró su lado más encantador tratando de hacerme olvidar el mal rato con historias sobre la vida en Colorado, era consciente de lo inútil de su intento y a pesar de todo, se esforzaba en provocar esa sonrisa prometida que se negaba a aparecer.
—Es un idiota, o puede que la culpa sea mía. Sí, debe de ser eso, porque cada vez que nos cruzamos saltan chispas. Sin que yo haga nada se pone hecho un verraco.
—¿Has hablado con Mario antes? ¿Cuándo?
A Roberto le delataron los gestos.
—Coincidimos hace un año, en un seminario en Coruña.
—Debía haber imaginado que esto era cosa tuya. Qué le dirías para que haya reaccionado así.
—Esta sí que es buena. No te ha contado nada, claro, no te ha dicho que una tarde, sin venir a cuento, se acercó y me puso a parir, ah, eso no te lo ha contado, y cuando me cansé de oírle llamarme violador y ponerte de mujer indefensa le conté la puta verdad, reconozco que fui bastante elocuente, tenía dos opciones, partirle la cara o contarle con todo lujo de detalles lo que hubo entre nosotros.
—Entre nosotros no hubo nada.
—No te equivoques, estoy haciendo un considerable esfuerzo por arreglar las cosas, pero no voy a aceptar jamás, ¿lo oyes?, jamás, la versión de que tú fuiste una inocente víctima y yo un cabronazo abusador, de eso nada, yo jugué sucio, de acuerdo, pero tú pusiste toda la carne en el asador, y cuando digo carne, digo carne.
—No sé cómo he podido creer que podía confiar en ti, eres un cerdo.
—Y tú, una puta codiciosa y tu marido, un cornudo salido que se corrió en los pantalones cuando escuchó que te dejaste desnudar en mi despacho y no hiciste nada por impedirlo. (6)
—Eso es falso.
—Que te dejé en pelotas y no moviste un dedo es una verdad como un templo, nena; lo otro, que tu marido en vez de hacerme callar como habría hecho un hombre empapó la pernera, pregúntaselo, anda, pregúntaselo, a ver si tiene huevos de negarlo.
Otra vez no, ¿otra mentira oculta mientras me aseguraba que nunca volvería a engañarme? Estaba desolada, confundida, sin fuerzas para continuar un proyecto común que hacía aguas.
Conduje con la misma desesperanza de quien lo ha perdido todo, llegué a casa, aparqué como cualquier otro día, mas no era un día cualquiera, el hombre que iba encontrar en casa era un completo desconocido, alguien en quien no podía confiar. Y yo, ¿quién era yo?, el absurdo producto del sueño de un obseso, la creación a imagen y semejanza de la mujer que le hubiera gustado ser: puta, seductora, libertina, sin prejuicios. Así me moldeó desde el día en que nos enamoramos. «¿Cuál es tu secreto inconfesable, ese que no le contarías a nadie?»; «Quiero que seas mi puta»; «No conocemos a nadie en Sevilla, ¿y si jugamos a que somos una pareja libre?»; «Déjate hacer, disfruta, no lo vamos a volver a ver nunca»; «Nos pagaremos nuestros caprichos, con lo que ganes de prostituta»; «Eres puro sexo, estás pidiendo que te follen». Llegó la primera mentira que yo sepa: mientras resistía los avances de Carlos, él se tiraba a Elena sobre el césped, lo descubriría mucho después gracias a un descuido. «¿Sabes?, me apetece volver a ver a Elena», un anzuelo lanzado para llevarme a su terreno. «Pues si es lo que quieres, llama a Carlos, que te dé su teléfono.» Cómo no lo vi venir. «Si lo hago, sabes lo que me va a pedir». Y piqué el anzuelo. «Tú sabrás». Lo que vino después fue un ejercicio de manipulación digno de un maestro, paso a paso, una cesión tras otra hasta que Roberto apareció con la maniobra del ascenso y en lugar de apoyarme, vio otra oportunidad de construir la muñeca que veía en sus sueños. «Utilízalo, dale lo que quiere a dosis pequeñas» (7), no comprendí que me estaba vendiendo, no era él sino yo la utilizada para el placer de ambos como me acabo de enterar al descubrir lo que ha ocultado durante un año, mentira sobre mentira. Después, despechada por el abandono de Carlos y el ninguneo de Mario ocupado en ganarse a Graciela, le hablé de Doménico, de nuestro encuentro fortuito y no me creyó.
«—¿Le has vuelto a ver?
—No.
—Ya me parecía...
—¿Qué insinúas?
—Nada.
Conozco esa mezcla de escepticismo y suficiencia que usa cuando quiere exasperarme.
—No, nada no, dilo.
—¿Sabes algo más?, su teléfono… ¿habéis quedado?, algo.
—Sé que desayuna allí con frecuencia, cuando quiera puedo coincidir con él. —dije sin mucho convencimiento.
—Vamos que… has intentado colarme un farol. —sonrió triunfante para provocarme.
—¿No me crees capaz?
—De qué, ¿de enrollarte con un tío? Pues… no, sinceramente.
— ¿No me crees capaz de ligarme a un tío, es eso?
—Te sobran argumentos… —dijo señalando mi cuerpo desnudo—, pero te falta valor.» (8)
Acepté el desafío y sin saberlo, jugué su juego. Con Doménico descubrí los traumas de Mario: la edad, la inseguridad sobre su sexualidad, el miedo a perderme, la ira. También descubrí otra forma de ser mujer, algo que, en su incoherencia, no fue capaz de soportar.
Luché por la reconciliación, fue un proceso lleno de dificultades y cuando conseguí implicarle lo convirtió en un tortuoso camino en el que alcanzó la cúspide de la manipulación, «Eres una puta, reconócelo», un mantra repetido hasta quebrarme la conciencia. Lo consiguió, hizo de mí el modelo con el que soñaba y entre medias descubrí otra de sus mentiras, el oscuro viaje a los submundos del sexo excusándose en la bisexualidad.
Cómo voy a poder creer en él.
…..
Evité entrar en una disputa estéril, estaba demasiado agotada, si quería ocupar la alcoba yo dormiría en la habitación pequeña, me daba igual, lo prefería, fue lo último que hablamos, sabe cuándo no debe insistir.
…..
—¿Podemos hablar? Solo un minuto.
Roberto esperaba permiso para franquear la entrada de mi despacho. Había pasado la noche valorando distintas formas de resolver la ecuación del futuro a corto plazo donde una de las variables era él.
—No te quedes ahí, siéntate.
—Quiero pedirte perdón por la mierda que solté por la boca ayer, no fueron las copas, sería una mala excusa, me jodió ver cómo te trataba, coño, ¿qué se ha creído?
Basta, le dije con la mano, como disculpa era suficiente.
—¿Cómo estás? —continuó. Me encogí de hombros.
—Lo superaré.
—Supongo que no querrás volver a cruzarte conmigo, procuraré evitarlo. —Apoyó las manos en los reposabrazos con intención de levantarse.
—No dijiste nada que no te hubiera dicho yo antes, estamos en paz.
Descansó en el respaldo, estaba evaluando a doscientos por hora el inesperado cambio de actitud.
—Es cierto, me pusiste a caldo; con tu habitual diplomacia, faltaría más.
—No como tú, qué me llamaste, ¿puta codiciosa?
—En el sentido cariñoso del término. ¡Ahí está, por fin te hago sonreír!
—Está bien que ambos reconozcamos lo que hicimos y lo que fuimos.
—Lo que somos, cielo, lo…
—No me llames cielo. —le fulminé.
—Perdona. Insisto: Lo que somos, no lo que fuimos. Las circunstancias han cambiado, nos hemos llevado algún palo; sin embargo, seguimos siendo los mismos cazadores ambiciosos dispuestos a lo que sea con tal de alcanzar lo que nos proponemos.
—¿Así me ves?
—Y te admiro por ello; no muevas la cabeza, créeme, te he puesto a parir cuando he sido tu víctima, sí, coño, tu víctima, aunque viéndolo en frío, te admiro, eres una jodida ganadora.
—Si tú fuiste la víctima, ¿qué fui yo?, bah, dejémoslo, no nos vamos a enredar otra vez con el pasado.
—Fuiste el objetivo a abatir, los dos éramos cazadores y presas al mismo tiempo. Tienes razón, una vez aclarado, dejémoslo atrás, ¿quedamos a mediodía a comer para celebrarlo?
—Imposible, hoy no.
—¿Está tarde?
—De acuerdo.
A las seis y media me dio un toque, sonaba impaciente, le pedí media hora, debía terminar un informe clínico. Diez minutos antes de lo previsto salía del ascensor, lo encontré en el portal.
—Te dije a las siete.
—No tenía nada que hacer, preferí esperar en la calle, fumando.
Me llevó a un pub a diez o quince minutos cerca de Tribunal. Nos habíamos sincerado y tal vez por eso el trato se había vuelto cercano. Me cogí de su brazo, empezaba a ser habitual, el contacto resultó ser más estrecho, cualquiera pensaría que éramos una pareja paseando sin rumbo. En el pub mantuvimos la cercanía, sentados juntos, arrimados, charlando de su vida anterior, de mi juventud, de los tiempos de la facultad, de los proyectos, las ilusiones, los primeros amores…
Tras una inocente confidencia me besó, lo vi venir y no hice nada, me besó no como lo había hecho durante la etapa de acoso, me besó con ternura, pidiendo permiso antes del primer roce de nuestros labios y saboreándolos después cuando supo que no había rechazo, nos besamos sin culpa, sin remordimientos, nos besamos saldando las deudas, volví a sentir su mano tibia en mi pecho esta vez sin coacciones (qué hábil era sorteando mis sujetadores), sus dedos penetraron hasta lo más profundo haciéndome estremecer, llevándome al paraíso, después me ofreció su hombría, el varón arrogante se ponía en mis manos, la envolví entre caricias, la rechacé cuando vi aparecer el orgullo en su rostro, la recuperé incapaz de dominar el deseo, le mostré lo que era capaz de hacer. Oh, Roberto, Roberto, si pudiera olvidar todo lo que pasó… Pero no podía.
—Ojalá no te hubiera tratado como lo hice, te he deseado más que a ninguna otra mujer y cuando pude tenerte te eché de mi lado, qué idiota fui.
—Nos hubiéramos arrepentido, habría sido el desenlace de un acto de violencia. Yo también he pensado mucho en aquel día, tengo la absurda tendencia a creer que dejamos un capítulo por cerrar, me ofende pensarlo, a veces pienso que me quedé…
—A medias. Yo también.
Cómo seguir después de confesar lo inconfesable. Si pudiera perdonar…
—Vamos a mi casa, acabemos lo que tenemos pendiente.
—Hoy no, tengo un compromiso ineludible con la familia. Mañana. —añadí para remontar la decepción que mi pretexto le había provocado.
Me besó, simulé dedicarle la misma pasión que él ponía.
Con el tacto aún reciente en mi mano, con el hueco vacío en mi cuerpo y el sabor de su boca en la mía volví a casa fraguando una venganza imposible, irrealizable; solo por idearla calmé el creciente desasosiego y pude hacer frente al siguiente episodio, encontrarme con Mario en el que hasta ayer era un hogar feliz.
Silencio, vacío, cualquier cosa antes que encender la mecha de la hostilidad.
—Carmen…
—No.
—Por favor.
—Cállate si no quieres terminar de estropearlo.
—Cariño, cuanto más lo demoremos, va a ser peor. Hablemos.
—Nunca das tu brazo torcer, ¿eh?, siempre tienes que salirte con la tuya a costa de lo que sea, está claro lo que te importa mi opinión. Está bien, hablemos, ¿por dónde empezamos? ¿por la escena de marido celoso delante de Roberto? No, mejor explícame por qué has dejado pasar un año sin contarme la deplorable escena que protagonizaste en Coruña. Es la enésima mentira que descubro, porque si no me entero yo, tú no vas a contarme lo que haces a mis espaldas. Te lo advertí, no vuelvas a mentirme, no vuelvas a ocultarme nada, y confié. ¿Cómo voy a poder creerte a partir de ahora?
—Lo siento…
—Lo sientes. Eres un egoísta, me he dado cuenta de que, desde el inicio has tratado de moldearme para convertirme en el ideal de mujer que te obsesiona, y yo, como una imbécil, lo he tolerado. «Eres mi puta, quiero verte follar…». Y yo, aceptando, haciendo míos tus deseos, entretanto he tenido que sufrir tus indecisiones, tu miedo al fracaso, tu pavor a no estar a la altura, tu terror a envejecer. «Encajo más como pareja de tu madre que contigo», ¿cómo puedes decirme eso? A pesar de todo te he seguido queriendo y he cumplido tus deseos. ¡Por favor, cómo he podido estar tan ciega! Pues sí, ya lo tienes, te lo dije una vez y me repudiaste: me gusta ser la mujer en que me has convertido, me gusta meterme una polla en la boca y saborearla hasta que se corre. Disfruto como una perra follando, ¿no es lo que querías?
—Perdóname.
—Yo no era así, jamás se me pasó por la cabeza estar con nadie que no fueras tú. Soy lo que tú querías que fuera, enhorabuena, lo has conseguido. Me voy a la cama, ni se te ocurra aparecer.
…..
Ocupé la mañana entre analgésicos y café, almorcé con Itziar. Roberto pasó a confirmar lo pactado, evitar salir juntos y esperarnos en Salesas. No, dije yo, necesito arreglarme, mejor acudiré a tu casa más tarde. Aceptó, a las nueve en su casa.
…..
Ocho, nueve, diez de la noche, silencio, vacío, cruzándonos por casa como dos desconocidos. Suena el móvil.
—¿Dónde estás?
—Donde debo estar.
—A qué estás jugando, Carmen.
—Quiero que pases por lo que me hiciste pasar cuando me echaste de tu despacho, no sabes lo humillada que me hiciste sentir. Ahora lo entenderás.
…..
—Por favor, silencio, por favor. El último que cierre la puerta. Silencio. ¿Estamos todos? Algunos ya os habréis enterado, no obstante, os lo confirmo de manera oficial: Roberto, el doctor Huete, me comunicó hace dos días su intención de causar baja y regresar de inmediato a los Estados Unidos. Aprovecho para presentaros al doctor Alberto Sanz, que va a ocupar la vacante creada por la marcha del doctor Huete al que en nombre de todos he deseado lo mejor en su nueva etapa profesional. Le cedo la palabra; doctor, cuando quiera.
…..
Veinte años después, he decidido desvelar lo que he mantenido oculto tanto tiempo.
Los años, esa pesadilla que atormentaba a Mario se han hecho realidad, la indulgencia que se adquiere con el tiempo vivido y compartido ayuda a conceder el perdón por las mentiras descubiertas, confesadas, quién sabe si enterradas bajo el peso de los años.
Roberto, estés donde estés: No fue posible, lo intentamos sabiendo que no era posible superar tanto daño acumulado.
CITAS
1. «Siente un pobre en su mesa», campaña franquista de finales de los años cincuenta para promover la caridad entre los españoles durante la Navidad. En 1961, Luis García Berlanga filmó la película Cándido burlando la censura e hizo una feroz crítica en clave de humor de la dura realidad social de la época.
2. Capítulo 130 Dueña de mis actos. Abril 2020
«—¿Qué, no te cansas?, no has dejado de mirarme desde que llegamos, parece que me estuvieras haciendo una radiografía. Para ya.
—Cuando me lo cuentes.
—A ver Juanjo, ¿qué quieres que te cuente?
—No lo sé, lo que sea que te haya pasado. Somos amigos ¿no?, eres la misma pero no sé, estás cambiada, lo noté el otro día y llevo pensándolo desde entonces, y hoy me he fijado cómo te mira Mario, cómo te mueves. Pareces la misma, pero te conozco, hay algo en ti diferente.
—¿Ah, sí? Cuéntame en qué soy diferente, según tú.
—Vamos Carmen, nos conocemos hace muchos años, no voy a entrar en tu juego, solo te digo que es más evidente de lo que crees.
—Lo que yo creo es que estás montándote una historia que no tiene ni pies ni cabeza, lo que haya pasado en nuestra vida durante este tiempo pertenece al ámbito de la pareja y…
—Lo he entendido, perdóname por meterme donde no me llaman.
—Espera, no te vayas, ¡joder, Juanjo!
No volvimos a hablar hasta que salimos del bar para coger los autos, algunos se habían marchado antes, Juanjo nos sorprendió anunciando de improviso que no venía a la comida, Sonia lo miró sin saber a cuento de qué ese cambio de planes y los demás protestaron, pero no dio ninguna explicación; lo habíamos dado por perdido cuando nos cruzamos y vio el efecto que me causaba su marcha. Vale, me quedo —anunció a voz en grito—, si es que no podéis vivir sin mí. Me agarré a su brazo y lo acompañé de camino al parking; Mario, siempre al quite, se unió al grupo de Sonia, Pablo y su mujer para darnos espacio.
—A ver, ¿qué te pasa?
—Nada, tienes razón: no tengo por qué meterme en vuestra vida.
—Te preocupas por mí, eres un buen amigo.
—Estás tan cambiada… pero si no quieres decirme por qué, estás en tu derecho.
—¿Es así cómo me ves? Me sorprende, pensaba que…
—¿Que nadie lo notaba?
—¡Joder Juanjo!
—Vale, me callo.
—No, prefiero que me digas cómo me ves.
—¿Para poder disimular mejor?
—Has venido con toda la artillería, ¿eh?
—Porque me importas.
—Lo sé. Anda, suéltalo.
—¿Prometes no ofenderte?
—¿Alguna vez me has visto ofendida?
—Cuando llegaste el otro día te encontré igual que siempre; bueno, algo cambiada físicamente, más…
Los ojos le hicieron una mala jugada y se pasearon por mi cuerpo a toda velocidad.
—Venga, no te distraigas.
—Luego, a medida que pasaba el tiempo fui notando algo en ti, en vosotros; algo que me cuesta precisar. Es la forma en que os miráis, como si compartierais un secreto.
—Qué tontería.
—Lo que tú digas. Mira Carmen, eres transparente, puedo ver a través de ti, son muchos años los que llevamos juntos.
—Y qué ves, si puede saberse.
—Me doy cuenta de muchas cosas, te mueves de otra manera, siempre has sido muy, a ver si lo digo, muy sensual, muy sexy, joder, ¿por qué me voy a andar con rodeos?, pero ahora es diferente, es como si hubieses perdido…
—¿La vergüenza? —bromeé para ocultar la desazón que me producía su examen.
Llegamos al parking, sin darnos cuenta nos habíamos quedado rezagados y nos detuvimos a esperar que pagaran, ninguno de los dos queríamos dar por terminada la conversación.
—Nunca te has cortado conmigo, sabes que no me lo tomo a mal, ¿por qué ibas a empezar a callarte ahora? Venga, sigue antes de que tengamos que entrar.
—Te veo mucho más sexual, esa es la palabra, te ha cambiado la mirada y perdóname si… Ya, ya sé —dijo cuando no le dejé seguir la disculpa—. Miras de una manera que, si no te conociera, diría que quieres rollo; eres la misma y no lo eres, tu expresión siempre ha sido muy erótica, no te rías. La caída de ojos, la costumbre que tienes de tocar cuando estás hablando con alguien, sí, joder, siempre has sido muy de tocar, pero ahora… ahora eres la hostia, todo eso se ha vuelto brutalmente provocativo.
—No me jodas, yo no hago nada.
—Lo sé, eso es lo tremendo, se nota que no lo haces con intención. Y luego esa manera tan sensual que tienes de moverte que levanta a un muerto. ¿Qué has hecho, qué ha cambiado en ti en estos meses?
—¡Eh! Nos vamos.»
3. Capítulo 181 El día después. Enero 2024
«—¿Llegaste bien anoche a tu casa?
—Ah, sí. Por cierto, espero que no tengas en cuenta…
—Olvídalo.
Hubo un silencio incómodo, podríamos habernos dicho tantas cosas, sin embargo, Andrés salió por la vía más fácil, o más cobarde.»
4. Capítulo 191 El futuro nos lo dirá. Octubre 2024
5. En España, el veintiocho de Diciembre se celebra el día De los Santos inocentes y es costumbre gastar bromas a los amigos, las inocentadas.
6. Capítulo 43 La humillación. Mayo 2009
7. Capítulo 28 Claudicación. Agosto 2008
• ¿Qué tal van las cosas con Roberto?" – lo imprevisto de mi frase la delató, sus ojos se desviaron rápidamente de los míos, su expresión perdió la dulzura que mantenía unos segundos antes, la note tensa cuando contestó.
• "Pues… no sé, normal como siempre… ¿por qué me lo preguntas" – ahora sí, estaba seguro de que había pasado algo o… puede que aun estuviera pasando.
• "Me refiero a tu ascenso, al proyecto que preparáis juntos, ¿cómo va?
Carmen intentó regresar a la normalidad, pero la notaba violenta.
• "Ah, bien, casi lo tenemos ya todo listo para la presentación a mediados de Enero"
• "Que pena que no esté aquí, me gustaría asistir" – para entonces tenía el congreso en Coruña
Se quedó pensativa, estaba seria, algo pasaba y pensé que era el momento de saber qué era.
• "Dime una cosa…" – sus ojos se volvieron a mí con una expresión de desvalimiento, como quien se dispone a pasar por una prueba inevitable y dolorosa, tal era la tristeza de sus ojos que me sentí tentado a abandonar el asunto – "te ha… molestado alguna vez durante todo este tiempo"
Carmen calló y dejó de mirarme, estaba visiblemente afectada, se sentía descubierta y se debatía entre seguir callando o contarme la verdad
• "Ven aquí…" – la acurruqué en mis brazos y se encogió como una niña asustada – "… cuéntame"
Escuché en silencio sus palabras entrecortadas, Carmen vacilaba, elegía las palabras, retrocedía, matizaba. Así me fui enterando de cómo le había consentido que le tocase sus muslos esperando ingenuamente que aquella fuese la única concesión, sin apenas capacidad de reacción, sin saber cómo conciliar su ambición por el ascenso y su rechazo hacia Roberto; Me enteré de que manosear su culo era ya algo habitual, cotidiano; Fui preguntándole, dirigiéndola si veía que dudaba. Cuando me contó como la había abrazado por detrás y la había besado en el cuello, cómo descubrió su piercing y cómo intentó ir más abajo, sentí una punzada de miedo mezclada con un profundo placer que tenía mi polla palpitando visiblemente. Sus palabras me transmitían su indecisión convertida en el mejor aliado para Roberto que aprovechaba sus momentos de incertidumbre para ganarle terreno, de esa manera había conseguido robarle algunos besos de su boca y parecía estar a punto de ganar sus pechos y quizás su coño.
Cuando me relató cómo acababa de negociar implícitamente unos límites por los cuales le permitía manosearla hasta un cierto punto, no pude por menos que ponerme en el lugar de Roberto. Y desde esa perspectiva no tuve ninguna duda, tarde o temprano acabaría en una cama de hotel con Roberto. La serenidad con que asumí esa idea no era normal.
• "¿Crees que respetará los límites que le has puesto?"
• "No lo sé" – evitaba mi mirada, era evidente que se sentía avergonzada, pero yo estaba decidido a liberarla de ese remordimiento.
• "¿Cómo te sientes cuando te toca?" – me miró buscando adivinar qué es lo que pretendía saber.
• "No siento nada, es como si fuera un trámite por el que tengo que pasar"
• "Es que es eso exactamente, un trámite que durará lo que dure esta etapa de transición"
• "¿No te parece mal?"
• "Es un mal menor, has trabajado mucho como para perder una opción que tienes ganada hace mucho, Roberto es un obstáculo en tu camino que tienes que atravesar si quieres llegar a tu meta, es una especie de frontera en al que tienes que pagar un tributo si quiere seguir adelante, pero una vez que pases no tendrás que volver a pagar" – Carmen me escuchaba en silencio, muy atenta a mis argumentos, intentando convencerse con mis palabras – "Podrías mostrarte más… menos colaboradora, pero habrías perdido la opción, no es así?"
• "Suena fatal ¿verdad?" – sonreí para tranquilizarla.
• "Si, amor, suena fatal, pero fíjate en una cosa: no es él quien te maneja, eres tú quien lo hace, le usarás hasta el momento en que te interese y hasta el punto que tú quieras"
• "A veces me siento sucia, cuando salgo del despacho aun siento sus manos, es como si las llevara pegadas" – cada detalle de su confesión me provocaba más excitación.
• "No te juzgues por hacer esto, utilízalo, dale lo que quiere a dosis pequeñas, pero…" – dudaba de la idoneidad del argumento que estaba a punto de expresar.
• "pero… ¿qué?" – dijo impaciente por escucharme.
• "Carmen, entiéndeme lo que te voy a decir: no te pido que intentes disfrutar mientras te mete mano, pero tampoco te culpabilices si te excitas ni te reprimas si sientes brotar algo de placer cuando te toque, si sucede no lo conviertas en un motivo de recriminación" – Carmen me escuchaba en silencio, pareció intentar asimilar mis últimas palabras.
• "¿Quieres decir que…"
• "Creo que en alguna ocasión has tenido que sentir algo de placer y lo has abortado, te lo has negado pensando que eras peor persona si sentías ese placer, ¿no es cierto?"
Carmen calló, durante un instante se debatió con sus pensamientos, a veces negando incluso con la cabeza, luego me miró.
• "Si, puede que si"
• "Lo que no quiero es que salgas lastimada de esta situación, Roberto no significa nada para ti, por eso cuando veas…" – necesitaba endurecer algo el lenguaje –"… que te va a meter mano, que es inevitable que te vaya a tocar, debes sobrellevarlo sin que además tengas que sufrir tu propio ataque hacia ti misma, no quiero que te sientas sucia ni que te culpabilices por excitarte si te toca, lo has visto muchas veces en chicas que han ido a tu consulta, lo que peor superan es reconocer que se sintieron excitadas".
• "Es cierto"
• "Tu no eres responsable de que tu cuerpo reaccione si te toca un pecho, si te besa, no es algo voluntario que tu cuerpo se excite si sientes una mano en tu culo
• "El único momento en el que recuerdo que me sentí a punto de… excitarme fue cuando me besó en el cuello y en la oreja"
• "Y seguro que te pusiste tensa y te prohibiste sentir"
• "Si"
• "No lo hagas cariño, eso te dejará mas secuelas que cualquier manoseo de ese imbécil"
Se abrazó fuertemente a mí, así estuvimos durante unos minutos, sin hablar, solo abrazándonos.
• "Gracias"
• "¿Por qué? ¿por quererte más que a nada en el mundo? Es fácil amarte"
• "¿No te sientes defraudado?" – sus ojos suplicaban.
• "No amor mío, has tomado una decisión libre, mucho más libre que si te hubieses dejado llevar tan solo de los prejuicios y las normas, ahí no hubieras sido tu quien elegía sino tus temores"
Carmen calló, estaba dándole vueltas a mis argumentos, yo mientras tanto intentaba dominar la intensa erección que me había provocado su confesión, la imaginaba abrazada a Roberto, con sus manos en su culo, veía ese beso robado, esas manos colándose por su escote…
• "Ya queda poco, en Enero se hace oficial la reestructuración"
8 Capítulo 55 Violación. Abril 2013
Felices fiestas a todos
ResponderEliminar👍
ResponderEliminarFelices fiestas a todos.
Felices fiestas hermano. Ahora, me armaste el kilombo del siglo. Como hacemos siempre leímos el capítulo juntos.
ResponderEliminarLo que casi nunca ocurre, se armó un debate donde fui el abogado defensor de "tu amigote". Por qué ese calificativo horrible para una persona a la que apreciamos. Una incógnita que solo los psicólogos pueden desentrañar.
Conclusión la "abogada" de Carmen, además de fiscal, jurado y juez, sentenció que hoy duermo en mi despacho y me dijo " que la guitarra te haga compañía, lleva condones por las dudas".
Igualmente deseo que comas como y tomes como un vikingo y que termines
las fiestas como corresponde. Los queremos mucho.
No pretendía provocar un conflicto conyugal, espero que haya quedado en un amago, no podría ser de otra manera en una pareja que se entiende desde tan lejos. Esto se soluciona haciendo una segunda lectura, o una tercera. Felices fiestas a ambos.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarFeliz navidad a todos.
Querido Cayo le vas a arreglar el día de la salud a muchos.
He presentado ante el fiscal-jurado-juez una apelación en razón de que la sentencia dictada no se ajusta a derecho, toda vez que de la lectura del capítulo que nos ocupa hubo una lectura a la que le faltó la profundidad necesaria al A cuo para dictar dicha sentencia. (Gracias por el argumento amigo).
ResponderEliminarAceptada que fue la apelación presentada por la defensa, Su Señoría-fiscal-jurado admitió, luego de una lectura más profunda que los argumentos presentados por la defensa fueron correctos.
Por lo tanto se levantó el exilio hacia el despacho, vuelta al nido de amor y la defensa tratará de poner empeño en mejorar la relación con Su Señoría y poner esta noche todo lo que haya que poner para dejar contenta a Su Señoría, teniendo en cuenta que a la vuelta de la esquina viene el 47 aniversario.
Felicidades para todos.
Feliz solsticio de invierno y que Baco os guie, por lo demás pienso que una separación de unos meses o unos años les viene de perlas, no son practicamente nada y tienen que descubrir si les merece la pena volver, saludos y lo dicho, zorionak.
ResponderEliminarNo encuentro el regalo de navidad en todorelatos ni aqu, ya no está?
ResponderEliminarDarme una pista
Batman
Lo tienes en diariodeunconsentidor.blogspot.com
EliminarEs un blog alternativo en el que apenas publico.
Entre las novedades de hoy en TR, purpleman ha publicado un relato en catalán. Me parece una iniciativa muy interesante que espero continue, se entiende muy bien y puede servir para iniciarse en una de las lenguas del estado español.
ResponderEliminarComo era de esperar, ya apareció el típico alborotador tratando de incendiar, espero que los administradores de TR hagan su trabajo pronto.
La verdad es que con este capítulo no tengo dudas tengo océanos, creo haber entendido así y que alguien me cimorrija si me equivoco, Carmen comenta 20 años después que ocurrió lo que Mario más temía y eso que yo sepa es una separación.
ResponderEliminar¿Carmen dejo a Mario por Roberto?
Joder no entiendo nada, voy a tener que cambiar de marca de cerveza que está me confunde.
Otra cosa, Roberto le cuenta un altercado que tuvo con Mario en Galicia y Carmen de cabrea diciendo que no puede confiar en Mario y creo que de hay viene esa posible ruptura.
Pero, Carmen también le oculta a Mario esas salidas no tan inocentes a Mario y cuando tienes una relación abierta eso es mentir, es un poco irónico que Carmen se cabree por algo que también está haciendo ella.
Mario en su línea no contabdo las cosas, pero si Carmen rompe el matrimonio por esto viendo como se a comportado ella me parecería muy injusto.
Vamos que si Carmen deja a Mario por Roberto como ya he comentado dejo la guinness y me paso a la Coronita que pega mucho menos.
Buen domingo a todos.
Mario le dice a cirbacho que mejor dos o tres lecturas antes de montar un follón con la pareja por no entender el capítulo. Me apunto el consejo y recomiendo dos o siete lecturas y mejor con una fanta de limón que con cerveza.
ResponderEliminarEn mi pueblo a esto lo llamamos broma, ironía, cachondeo, en otros sitios lo llaman insultar, agredir. E, problema no es mío.
Feliz navidad, beban bastante y disfruten con su familia.
ResponderEliminarPara mí es agridulce porque mi hijo se va a estudiar al otro lado del país y sé que es la última vez que lo tendré en la casa.
Los quiero mucho y nos estamos leyendo.
Mariale.
Estimado Dos Octavas, el comentario fue hecho en broma, algo que muy pocas veces me sale por este sistema. Claro que con mi compañera lo hemos leído y reeleido como lo hacemos siempre.
ResponderEliminarObvio que hay diferencias con respecto a como nos llegó el capítulo que quizás mañana lo haga. Hoy estamos de preparativos para huir a nuestro lugar en el mundo y la pasaremos los dos solos.
Con respecto a la bebida elijo la cerveza nací en una ciudad con una gran cervecería.
Que pasen unos hermosos 24 y 25.
LLámame pesado, pero una separación le vendría muy bien al relato, prolongada en el tiempo, donde sean enemigos y se vayan acercando poco a poco.
ResponderEliminarOtra separación?. Mirá que esa fue lo más fuerte y triste que he leído. Acordate de la foto del lago de Como.
ResponderEliminarCapturé un gazapo: "se ha golpeado con la CAMPAÑA en la frente"
ResponderEliminarMariale.
En un seminario en el colegio de abogados, referido al comportamiento del cliente que viene por primera vez a nuestro estudio, debatíamos sobre el hecho de su conducta al ponernos al tanto de su problema.
ResponderEliminarAllí salió el tema sobre las posibilidades que pueden surgir en esa primera entrevista: él nos miente, nos oculta o pretende manipularnos para creer su verdad.
Desechada la tercera porque la veíamos muy difícil de que pueda producirse, nos centramos en qué diferencia podría haber entre mentir y ocultar.
Por definición la primera es decir lo contrario de lo que se piensa, mientras que la restante sería callar o disfrazar la verdad. Para algunos disfrazar la verdad tendría que ver con la posibilidad desechada.
Para mí todas la veces que Carmen habla de Mario mintiéndole, en realidad ocultaba lo ocurrido. Vienen a mi memoria su visita a la sauna, más reciente su entrevista con Doménico. A veces callamos pensando en los problemas que podría acarrear contar lo sucedido sin darnos cuenta que, al saberse produce un efecto peor ya sea por el paso del tiempo o por la importancia que tenía que ese hecho se supiera en ese momento.
Lo mismo le ocurrió a Carmen cuando oculta sus salidas con Roberto, segura de que Mario lo tomaría muy mal si se enterara. Y sucede que él los ve salir del gabinete del brazo.
En el final del relato está la respuesta a la solicitud de José Luis. La indulgencia provocada por el amor que ella siente por él.
Perdón por ser autorreferencial, pero me ocurre los mismo que a Mario, y creo que al 90 % del género masculino. Temor a las consecuencias, esperar un mejor momento, pongan la excusa que quieran. A mi también me salvó la indulgencia del amor.
Dejó mis desvaríos para cuando llegue a nuestro lugar en el mundo, un gran abrazo.
Lo que le sucede con la ocultación al protagonista es que se me pasa el tiempo de tomar una decisión sobre cuál es el daño mayor, si el provocado por desvelar la verdad o el que producirá, tarde o temprano, el conocimiento de haberla ocultado. No hay mala fe y eso le salva porque la mentira cruda tiene poca justificación.
EliminarGracias, Maiale, campaña corregida.
ResponderEliminarEl relato que recomendé escrito en catalán por purpleman ha desaparecido, puedo equivocarme pero intuyo una denuncia de algún lector furibundo que ha sido admitida por los administradores de TR.
ResponderEliminarSi es así, la inquisición sigue viva.
Gracias por este nuevo capítulo! pensé que se desvelaría la incognita de las cámaras... demasiado frentes abiertos jeje
ResponderEliminarYo aquí veo como se cierra un capítulo (Roberto) no veo separación si no resolución a un conflicto abierto que seguía doliendo. Roberto descartado de las cámaras, está fuera de juego.
Tengo una duda, quién es Patri? a la que se menciona al principio de este relato? la hija de candela?
Feliz Navidad
Tengo otra duda, el blog alternativo es complementario? cuál es su sentido? se recomienda o es indispensable para entender el diario? si es así, tengo que ponerme al día! Un saludo
ResponderEliminarEl blog alternativo nació por un error personal a la hora de crear el blog, ese error dio lugar a dos blogs diferenciados: uno, que quedó olvidado durante cierto tiempo y el otro en el que reproduje el diario. En un determinado momento pensé usar el otro blog para publicar otras entradas independientes del diario, cosa que blogspot maneja peor de lo que en un entorno Wordpress se puede hacer. No es indispensable su lectura.
EliminarPrimero, feliz navidad y que el próximo año esté lleno de paz alegría y bendiciones de todo tipo, extensiva a todos y cada unos de los que aquí comentamos y en especial a Carmen y Mario.
ResponderEliminarCambiando de tema, este capítulo, no me ha gustado, y como dice Mario tendré que darle una o dos lecturas más para darle sentido, En ocasiones no puedo entender a Carmen. porque ella hace habeses lo mismo, le exige a Mario que no le mienta, pero ella también le oculta sus salidas a Mario , el ocultamiento de la verdad es en ambos sentidos. y para mí en ningún momento Mario la miente a Carmen, lo que hace Mario es ocultar algo que sabe que le abochorna, que se siente culpable de el calentón que le dió el que Roberto le haya contado con pelos y señales o ocurrido. eso fue en realidad lo que pasó según mi forma de ver. pero claro Carmen le está ocultando esas salidas con Roberto dónde poco a poco se están convirtiendo más íntimas.
Así que después de leea y relea trataré de darle el sentido que Mario escritor le quiere dar
Felices fiestas a todos y todas, por si no volvemos a coincidir os deseo lo mejor para el 2025
ResponderEliminarChicos, Feliz navidad. Les dejé algo por acá.
ResponderEliminarhttps://marialecalico.livejournal.com/
Mariale.
Cómo se hace para escribir un relato de profunda carga sexual casi sin sexo? Bueno, léanlo a Mario. Parece fácil
ResponderEliminarNo esperaba esa reacción de Roberto. Imagino que habrá pasado mucho por su cabeza, el conquistador burlado o algo así, para tomar esa determinación de "abandonar"
Have rato que mantengo la "doble vara" que mantiene Carmen para Mario con respecto a cualquier otro, aunque ella misma haga lo mismo
Espero que pasen todos una muy feliz navidad, rodeados de familia y afectos.
Abrazo grande
Mario te he dicho que dejaría un par de días para comentar, pero para que esperar, es bueno tener personas que ven las cosas desde la distancia para hacerte ver que te has equivocado.
ResponderEliminarEn cuanto al relato, lo de Roberto es una equivocación, pero es una equivocación que Carmen necesita cometer, después de leer el capítulo un par de veces más no creo que Carmen deje a Mario por Roberto, de querer dejar a Mario lo hubiera hecho con Domenico.
Pero Carnen ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo, ella no le cuenta lo de Roberto a Mario porque sabe que se va a enfadarme, pero también por cierta vergüenza que ella siente por lo que está a punto de suceder.
Igual que Carnen, Mario tiene todo el derecho a enfadarse, Carmen culpa a Mario de ser como es ahora, pero no fue Mario quien despertó a esta nueva Carmen, fue Domenico quien le enseño esta nueva vida.
Fue su elección irse a casa de Domenico en vez de quedarse en casa de su amiga, fue Domenico quien transformo a Carmen y Mario terminó de darle forma esa infame noche en la sierra.
Cada vez que Carnen se enfada proyecta ese enfado sobre Mario, pero a sido ella la que a tomado sus propias decisiones, como está de abrirle la puerta a Roberto, tal vez esa puerta ya no se pueda volver a cerrar sin grandes consecuencias.
Yo por ejemplo no suelo callarme las cosas, porque la verdad siempre termina saliendo a la luz y normalmente en el momento más inoportuno, estas cosas como las tiritas, lo antes posible y del tirón.
Creo que en los siguientes capítulos Mario va a pagar un precio alto por callarse lo de Roberto, pero yo también opino que Mario no lo contó por pudor, se sentía avergonzado de lo que sintió.
Roberto es un mal bicho, sabe como hacer daño y está vez a dado en el clavo.
Pasad todos una buena noche y feliz Navidad.
De todas maneras pienso que el enfado de Carmen es un cúmulo de situaciones, si Mario no le hubiera guardado tantos secretos, seguramente se lo hubiera tomado de otra manera, pues este hecho se dio al principio de esta odisea, Mario entonces empezaba a dar los primeros pasos en este nuevo mundo y estoy seguro de que Carmen hubiera entendido el pudor y la vergüenza que Mario pudo sentir.
ResponderEliminarBuenos días, ¿qué tal fue la Navidad?
ResponderEliminarEstáis todos muy preocupados por el choque entre Carmen y Mario, estoy segura de que se acabará resolviendo, de poco sirve entrar en quien ocultó más y quien menos, está dicho todo, para que seguir mareando la perdiz.
Yo estoy atenta al desarrollo de otra escena, la preocupación de Carmen por las magulladuras de Esther, está convencida de que hay que tomar la iniciativa y como Mario duda dice que ella no piensa quedarse de brazos cruzados, yo tampoco me quedaría, menuda soy yo cuando me tocan o tocan a los míos.
Daniel no sabe lo que se está jugando, lleva dos avisos, antes del 11S amenazó a Esther y Carmen se revolvió, “como la toques te hundo la vida”, que vería en ella que se echó hacia atrás. El otro aviso vino de parte de Mario, “como la toques te mato”, nadie se cree que sea literal pero si ya lo ha machacado contra la pared es capaz de darle una paliza que no olvide.
Ojo que no hay dos sin tres.
Estoy de acuerdo contigo, Daniel es un problema muy gordo para Esther, además que su alcoholismo lo hace una bomba de relojería, no se si darle una paliza, pero lo que si tendrían que hacer es alejar a Esther de el.
EliminarNo me acuerdo si Esther tiene hijos, pero de tenerlos la cosa se complica todabia más.
Algo me dice que a Daniel se le va a ir la mano y va a acabar pero que muy mal.
EliminarQué puedo decir de este capítulo que ya no hayan dicho.
ResponderEliminarCreo que lo primero que pensé cuando terminé de leerlo fue, son tan infantiles.
Mario celoso, con o sin razón, pero mucho más infantil, una Carmen que seduce a Roberto, le permite que la bese, que la toque, lo emociona, lo calienta, lo toca ella a él y le dice; hoy no tengo tiempo, mejor mañana y lo deja plantado para que se dé cuenta lo que ella sintió cuando él no terminó lo que inició, dejándola desnuda en su despacho.
O sea si me sacas la lengua te saco la lengua.
Creo que este capítulo para Navidad nos demuestra que por mucho que creamos que hemos crecido seguimos teniendo un niño interior.
Saludos a todos y que estas fiestas sirvan para unir y celebrar en familia.
Espero que todos la hayan pasado genial. Hoy lllevo a mi madre, a mi ex suegra y a mi hija a ver El Cascanueces. Mientras los hombres de la casa se fueron un día a pescar.
ResponderEliminarPero como regresen y no hayan pescado nada...
Mariale.
Mañana publico en TR
ResponderEliminarNo se porque me da que en la letra de la canción de Mana Labios compartidos se esconden espoilers de capítulos venideros.
ResponderEliminarTal vez me equivoque, pero algo me dice que no.
Hay varios puntos a considerar, desde mi punto de vista, cuando Carmen le está contando a Mario lo que sucedió cuando el 11s que fua a ver a Andrés, le comenta como va vestida, todo el trama, y cuando la lleva a su casa y lo invita a tomar un café en su casa, Mario le pregunta que paso y ella oculta lo que pasó, Mario la excusa diciendo que acepta secreto profesional, pero si no hizo nada porque no lo cuenta, ella también le oculta cosas a Mario, lo del Andrés lo de Roberto, saba carme que no le gustará a Mario se le cuenta. pero hasta ella lo comenta no lo ví venir, lo de ocultar las salidas con Roberto,
ResponderEliminarLo que se me hace demasiado grave es lo de Daniel , la agresividad hacia Esther, no tardará mucho antes de que pongan en su lugar a Daniel.
Le daré otra leída para entender mejor este capítulo.
En estas fiestas he comido como vikingo, he tomado como cosaco y quedé como fakir en cama de clavos. Al final terminé como una banana todo doblado
ResponderEliminarDice un refrán español: Mal de muchos, consuelo de tontos. Yo caí en lo mismo que tú y no me consuela tenerte en el mismo saco de la gula por incapacidad de contener el deseo que entra por los ojos, el olfato y el ambiente de fiesta. No es excusa pero volveré,os a caer en unos días contando las campanadas.
EliminarFelices fiestas
Las navidades lo único que traen es la subida del colesterol y un daño irreversible a la cartera.
EliminarMi esposo está igual. Bebió demasiado con mi padre y sus amigos cuando fueron de pesca y hoy no vale un céntimo.
EliminarMariale.
Para Reyes, un regalo en spotify. Estad atentos.
ResponderEliminar¿cuál es tu canal?
EliminarMariale.
Aún no está operativo.
EliminarLo peor de las fiestas es que por tradición lo que se comía con 12 grados bajo cero, acá lo hacemos con 45 grados a la sombra.
ResponderEliminarYo no uso Spotify, por la simple razon de que toda la musica que me gusta la tengo en LPs que pague en su momento, no pienso pagar dos veces por escuchar las mismas canciones en peor calidad.
ResponderEliminarTenés razón Apasionado, no hay como el vinilo. Todavía no puedo vencer la resistencia del matriarcado que se pone con fuerza para adaptar ese sistema.
ResponderEliminarNo hay como volver a escuchar a los grandes en un LP , que jamás ninguna computadora podrá igualar. Pobres esos que vieron cuando el vinilo fue reemplazado por unas máquinas que le quitaron la belleza de escuchar la música de esa manera.
En casa los dos somos unos enamorados de los discos de vinilo, desde que los volvieron a editar hemos aprovechado para ir agrandando nuestra colección.
EliminarUna aclaración: No necesitas pagar para usar Spotify, con una cuenta gratuita dispones de la comodidad de escuchar una ingente cantidad de música en cualquier momento y lugar y en cualquier dispositivo. Soy un enamorado del vinilo, mi colección se remonta a finales de los sesenta además de lo heredado, no obstante aprovecho las ventajas de la tecnología. Echo de menos el repiqueteo de las teclas de la máquina de escribir y el sonido del retorno de carro, ¿seguiría escribiendo por eso en mi vieja Olivetti que aún conservo? De ninguna manera, la nostalgia no me va a hacer perder el tiempo. Los vinilos, en casa en fin de semana; a diario o de viaje, spotify, Me gusta leer, el tacto del papel, el olor del volumen recién comprado, no obstante dispongo de copia en ebook y leo cada vez más en Kindle porque en la cama es más cómodo y porque de viaje me llevo una biblioteca en un dispositivo.
ResponderEliminar¿O acaso preferís que os envíe el diario en papel escrito a máquina por correo certificado al buzón de vuestra casa?
No sabia que se podía usar Spotify con una cuenta gratuita, esta bien saberlo, gracias Mario, yo la verdad es que tengo mi viejo MP3, se le a quitado la pintura y lleva con las mismas canciones que me metió mi ex cuando me lo regalo, es lo que uso para ir y volver del trabajo en el tren. Con lo del Ebook también tengo que darte la razón, me gusta leer libros en papel, el olor de un libro recién comprado no pasa de moda, pero yo también tengo un Ebook donde siempre llevo mis libros favoritos.
EliminarMe pregunto cuantas hojas tendría el Diario si estuviera impreso en papel.
Da mil setecientas páginas aproximadamente, la cifra figura en el blog alternativo así como las horas de lectura. Una simple curiosidad.
EliminarHay que ver cómo exageras. Soy consciente de que hay que adaptarse a los cambios.
EliminarPero me cuesta leer en la pantalla. El libro puede ser brillante pero el hecho de buscarlo en el estante, el aroma de sus páginas es un momento único.
Tengo hasta tratados en pendrive, pero me resisto sin escuchar las protestas de mis socios. Que me llaman gerente, a pesar de que con algunos les llevo 10 años.
Os imagináis que fuéramos inmortales y Mario pudiera escribir toda su vida en el diario, tendría tantas hojas que no podríamos levantarlo del suelo, wow.
ResponderEliminarOlivetti Lexincon 80 lo mejor. No la atacaban los virus, no había actualizaciones, se cortaba la luz y vos seguías adelante. 52 palabras por minuto. Odio ver a los que escriben con dos dedos, y el resto?
ResponderEliminarMe compré hace dos meses una igual a la que usaba. La impertinente de la empleada me dice " Che vos sabes cómo se usa"? Suerte que el dueño del local vino en su ayuda.
Claro queo mejor estaba por venir al llegar a mi hogar. Mi adorada compañera se sumó al atropello recibido : " Y esa porquería? Se cuando replegar mis fuerzas a la espera de un encuentro en condiciones mejores. Pero la joya ya está en mi santuario que es mi estudio.
Solo le advertí que , aconsejado primis amigos Mario y Apasionado voy a comprarme un reproductor de vinilos y muchos de ellos.
En casa tengo un reproductor de LPs de la marca Sharp, tiene unos 40 años y sigue funcionando a las mil maravillas, de todas formas Nadia y yo estamos mirando uno nuevo, pirque cualquier día deja fe funcionar, eso sí que le quiten lo bailado
Eliminar¿Quién dijo vinilos? LPs de toda la vida. Y los de 45 rpm, singles o ÉPs según tuvieran dos o cuatro canciones.
ResponderEliminarChicos, ustedes gozarían aquí. Mi esposo tiene un Pioneer con (dice él) punta de diamante y un sistema surround. (Detesto cuando pone su música rock a todo cañón). Y tiene un no sé cómo se llama, usa unas cintas grandes y vaya que suena hermoso ese aparato.
ResponderEliminarY Corbachobs, a esposito se le ha metido entre ceja y ceja que quiere un bote de vela. Le dije que no, que sale muy caro mantenerlo.
Ya tiene dos días que en vez de darme los buenos días dice: "bote".
Yo le respondo con "quiero una SUV" y se calla.
Ya en casa, mañana hay capítulo, por cierto.
Mariale.
Nosotros en casa solemos poner música los fines de semana, mientras escuchamos la música nos repartimos las tareas de la casa.
Eliminar¿En donde vas a publicar?
Mariale el día que estés a bordo de un velero y sientas la sensación cuando se izan las velas y se apaga el motor y escuchas solo el sonido del velero navegando. Es como el título de la canción de Simón y Garfunkel "Los Sonidos del Silencio".
ResponderEliminarAhora el tema del mantenimiento es algo importante.
Apasionado, estoy en https://marialecalico.livejournal.com/
EliminarCorvachobs, mi abuelo materno pescaba y tuvo varios barcos y botes en los 80's. Era su negocio. Y me encantaba esa sensación del viento empujando la nave. Pero conociendo al personaje, que cuesta sacarlo de la cama un domingo, imagínate que tenga que ir a hacerle servicio al bote.
No estoy del todo negada a la idea, pero necesitamos una camioneta para el bebé. Ya su Pontiac y mi Toyota no son prácticos para transportar al Jr.
Mariale.
Gracias Mariale.
EliminarMariale, lo siento, tu marido es menos defendible que Bin Laden. Con la información que brindas, a vender esos dos vehículos y comprar para vos la mejor suv para transportar sin problemas al jr y don dormilón lo que sea.
ResponderEliminarHay un tango que puedes buscar en internet. Se llama Haragán, te gustará, porque como dice la letra tu marido es el que atrasó el reloj.
Mariale he aprovechado la hora de comer para leer tu relato, esta claro que el que más a salido ganando a sido Joe, espero que la protagonista lo tenga a pan y agua un tiempo como castigo 🤣🤣🤣🤣🤣
ResponderEliminarCorvachobs, es muy quejica con el tema de los carros, pero ya me dio la razón.
ResponderEliminarApasionado. Sí, es muy suertudo. Se ha ganado mi cariño y mis castigos a pulso. A veces me sorprende (por lo bueno que puede ser y por meter la pata tan descaradamente).
Mariale.
Bruto.
ResponderEliminarFeliz año nuevo a todos.
Quería desearos feliz año a todos y que el año que viene sea mejor que este que estamos apuntito de terminar.
ResponderEliminarFeliz año a todos, a los de aquí y a los deTR, procuro que las emociones estén bajo control, aun así no tiene nada de malo dejarse llevar del ambiente de bondad y fiesta. Os deseo lo mejor tanto como en Junio o en Abril, sois mis amigos hoy y durante el resto del año,, os aprecio y espero que el futuro os sea leve. Otra cosa sería pedir peras al olmo. ¿Pesimismo? No, realismo.
ResponderEliminarEn Donostia hace un frio de cojones, estamos sentados en una terraza y yo me he puesto entre Nadia y la estufa 🥶🥶🥶🥶🥶🥶🥶🥶
ResponderEliminarbuen día y feliz año nuevo, que este cargado de felicidad bienestar, paz y alegría. que este lleno de salud. y prosperidad para todos y cada unos de nosotros los que aquí comentamos.
ResponderEliminarPasando a otra cosa. por lo que leo en los comentarios a pocos nos gusto este último capítulo. y l o deduzco por qué en su mayoría no hablan de lo acontecido el el relato, se habla de música de la añoranza de los discos de acetato, pero no del comportamiento de Mario y Carmen respecto a Roberto, a mí en lo general me ha parecido exagerado la actitud de Carmen, quiero ver qué va a pasar cuando se entere de que Mario ha hablado con Esther y su papá,, va arder trolla. seguiré leyendo los comentarios
Es muy posible que si Mario no se adelanta y le cuenta a Carmen que hablo con su padre y hermana y el motivo del porqué lo hizo, va a ser la gota que derrame el vaso.
EliminarA mi también me a parecido injusta la actitud de Carmen, cuando Carmen ha hecho exactamente lo mismo.
El encuentro entre Roberto y Carmen se va a dar, para mi un error, Roberto es una víbora.
El otro punto candente es el de Esther, de verdad espero que a ese personaje le den la lección que se merece.
Feliz año para todos. Mil besos para Apasionado, a Lucía, mi Corvachobs y Shubert que estaba perdido, por supuesto a mi maestro Mario y su musa Carmen y a todos los que comentan. Les mando un abrazo y mis buenos deseos para este año 2025.
ResponderEliminarY si tienen enemigos les mando al indio.
Mariale.
Feliz año a todos!!!
ResponderEliminarPara mis "gallegos" feliz año nuevo. Acá esperando las 12 . Hoy lo haremos diferente y nochebuena y navidad. Hoy comeremos como cosacos, beberemos como vikingos y veremos cómo quedamos.
ResponderEliminarHoy toca cerdos cimarrones o salvajes cazados en un campo de la costa. Y el resto de la logística. Lo que el broche de oro será bochas de helados con ensalada de frutas, dulce de leche y crema. Y después al Valhalla.
Feliz año a todos, no h3 querido dejar pasar ni un minuto para desearos lo mejor.
ResponderEliminarFeliz año a la barra
ResponderEliminarHoy acompañé a mi marido a comprar vino. En la Liquor Store, se quedó viendo a una señora mayor en la cola y le preguntó: disculpe, ¿usted cantaba en los B-52's? "sí".
ResponderEliminarLa invitó a nuestra fiesta. Y aceptó.
Nunca lo había visto tan feliz.
Mariale.
Nunca estuve en coma 4 pero si se parece a mi madrugada, entonces debe ser bravo. Como todos los años hago la misma promesa de moderarme para las próximas fiestas. Es lo más cerca que estoy de parecerme a un político.
ResponderEliminarFeliz primer día del año
Bueno, las fiestas ya están casi acabadas. Papá Noel, Santa Claus hicieron su trabajo, solo falta la llegada de los Reyes Magos la noche del cinco de Enero.
ResponderEliminar¿Por qué esperar? Os prometí un regalo de reyes, aquí está, en portada del blog alternativo. Disfrutadlo.
Hola,antes que nada felices fiestas a Carmen y Mario y a todos los lectores del diario, es la primera vez que escribo, soy un fiel lector de el diario y de sus comentarios, quería consultar sobre el portal de blog alternativo y como llegar a el para continuar con el diario, desde ya muchas gracias a quien me ayude.
ResponderEliminarDesde Buenos Aires, Argentina
José Luis.
Te lo has currado, muchas gracias por el regalazo amigo.
ResponderEliminarUn placer, Apasionado. Fue idea de mi pareja para llenar el tiempo muerto tras mi regreso de Plutón, lo inició ella y me animó a terminarlo, incluso la idea de publicarlo en Spotify fue cosa suya. Como dice Francis Cabrel, la quiero a morir.
EliminarPues fue un acierto de su parte y me alegro que te ayudara a pasar ese mal trago.
Eliminar¿No falta alguna? Creo que si. La lista es muy buena y con la referencia al capítulo entran ganas de volver a leerlo para ver el contexto de tal frase o tal canción. Muy buena idea, Mario.
ResponderEliminarJose Luis, el blog alternativo es diariodeunconsentidor.blogspot.com
Muchísimas gracias Lucía y felices fiestas un placer que me hayas respondido, me gusta mucho tus comentarios como de los demás comentaristas de este extraordinario diario.
EliminarMe siento muy feliz por tu regalo será que le estoy pisando los pies a los 70 que, a la velocidad que pasan los días los tendré sobre mi castigado cuerpo, y los mismos me saben a "mimo".
ResponderEliminarLos de la germánica también me saben igual.
Una pasada, Mario. Ha sido el soundtrack de este hogar esta mañana. Lo he disfrutado un montón. Muchas gracias.
ResponderEliminarMariale.
Me alegro, va cargado de cariño, no lo dudes.
Eliminaraunque has creado un monstruo. Mi esposo escuchó la canción de Duncan Dhú y le encantó y se puso a investigar sobre la banda y lo tengo canturreando: nananananá, nananananá, en algún lugar de un gran país...
EliminarMariale.
La música (al igual que los olores) tiene el poder de despertar con toda su viveza recuerdos irrepetibles, por eso el diario está atravesado de melodías inseparables de lo narrado.
EliminarHabía un programa radial a la noche que lo patrocinaba una sastrería muy importante, se llamaba Modart en la noche.
ResponderEliminarLo conducía un peruano, Víctor Aníbal Mansilla. Este listado me lo ha recordado. Otra vez gracias amigo
Y seguirá creciendo (esoero)
EliminarPublicar ahora en TR es todo un coñazo, cuando pegas el texto se desconfigura totalmente y tienes que volver a colocar los párrafos en su sitio.
ResponderEliminarMario tu que tienes capítulos de una media de 50 minutos ya te puedes armar de paciencia, el domingo me tire una hora colocando todo en su sitio.
Me pregunto que depara el futuro al diario, ¿Esther se separará de esa garrapata de Daniel?
ResponderEliminarSabemos que Mario y Carmen siguen juntos y muy compenetrados en el 2003, pero ¿como empezarán el 2002 lo harán juntos o por separado?
Roberto y Angel dos gallos en el mismo ðcorral veremos en qué desemboca eso.
Torco tenia razón, este capítulo no a calado tanto, veremos si el siguiente tiene más éxito.
A mí me ha gustado el capítulo, Apasionado, pero por otra parte ha removido cosas en mí: aún estoy digiriéndolo para dar mi opinión. Pero me ha dado en el corazón, en el estómago y en la libido.
Eliminar(A Daniel hay que darle 6 razones para que se comporte o se vaya, pero saliendo de un revólver del 38).
Mariale.
Seguramente, Esther tiene futuro si se separa de ese maltratador y va a contar con toda la ayuda de su familia.
EliminarRoberto es agua pasada, lo ha dejado claro a Carmen al final del capítulo, no lo ha vuelto a ver desde entonces, ni siquiera sabe que hace ni dónde está, mejor así
Espero que algún día nos cuenten por qué reaccionó tan fuerte y desapareció, yo tengo varias teorías
Hoy fui a comprar un libro y me encontré con tu señora, Mario.
ResponderEliminarMariale.
rayos, se me olvidó el link de la foto:
Eliminarhttps://marialecalico.livejournal.com/2243.html
Mariale.
Me pregunto que criterio siguen algunos para determinar lo que es un hombre de verdad, para algunos Mario es un pelele, un poco hombre que permite que a Carmen se la follen otros hombres (como si ella no se hubiera comido con patatas más de un chulito de medio pelo de los que han aparecido en el diario)
ResponderEliminarA Mario le gusta ver a Carmen follando con otros, ¿te convierte en un pelele hacer algo que te gusta cuando lo haces por propia voluntad y sin ser coaccionado para ello?
Para mi Mario tiene carencias, pero la de ser poco hombre no es una de ellas, su mayor cadencia es callarse las cosas, tal vez por vergüenza o por proteger a Carmen, pero de lo que Mario no se da cuenta es que Carmen no es una niña, es una mujer hecha y derecha.
Bueno con estor termino con la reflexión nocturna.
Apasionado, mi ex marido, que fue el que abrió la relación, es una persona exitosa, muy respetada. El podía, (puede) tener a cualquier mujer a su lado y yo hasta me sentía afortunada de estar con él. Pero a diferencia de Mario, aunque me dejaba tener a otros, él se lanzó en una espiral autodestructiva que yo no quise compartir. (Humillación, cosas tipo sadomaso, etc). Y no voy a hacer spoilers, pero las últimas experiencias juntos fueron muy denigrantes y nos llevó al divorcio.
EliminarGracias por compartir tu experiencia, lo único que puedo decirte es que siento que las cosas terminaran así, muchas veces tomamos decisiones que llevan a la destrucción del matrimonio y no somos conscientes hasta que ya es demasiado tarde.
EliminarAndo un poco desaparecido- La reincorporación a la vida profesional me tiene ocupado. Es agradable volver a la rutina pero por otro lado dispongo de mucho menos tiempo que antes para el diario, me temo que el próximo capótulo va a tardar en ver la luz, pro ahora estoy poniendo orden otras cosas: apuntes, borradores, recuerdos apenaas esbozados... material para ponerme a escribir en serio cuando enecuentre el momento.
ResponderEliminarMario cuando puedas, tu tranquilo con eso. A mi me cuesta empezar cuando vuelvo de vacaciones y eso que solo es un mes, no quiero imaginarme con todo el curro que te habras encontrado tu.
EliminarPero miraré la parte buena, que hayas vuelto a trabajar significa que todo a salido bien.
Un abrazo muy fuerte.
Bruto.
EliminarBuenas tardes, querido Cayo, me acabas de dar un disgusto de los gordos, que es eso de que vas tardar en publicar, nos vas a dejar con el disgustazo del último capítulo, estamos todos preocupados con tanta crisis y no vemos como se va a solucionar, tanto andar al límite cansa y con esto te estoy dando mi opinión sobre el último capítulo.
Ando también un poco desconectado pero por la situación contraria, tú retomas la actividad y yo me estoy quitando, que deberías por edad, yo solucionando y dando la alternativa más lo último que lo primero, a quien quiero engañar ya me supera hasta el tato.
Al principio de empezar a leerte hace unos años estaba en la misma situación de retomar piensa que el trabajo es tan malo que es por lo único que te pagan, espero que encuentres tiempo porque si no vamos a protestar y mucho, así que a centrarse, escribir y publicar con prisa y sin pausa.
Mario de antemano gradecemos que estes con al ánimo de seguir con el diario,, entendemos que no fue fácil pasar por lo que pasaste, poco a poco te has recuperado y ahora ya estás en tu día a día laboral, después de varios meses sin estar trabajando, llegas de nuevo y encontrarás muchas cosas que hacer y ponerte al día,
ResponderEliminarEl diario puede esperar, (pero no tanto jjj), tomate el tiempo necesario, y ya tendrás el capítulo en el momento adecuado, nosotros esteremos pendientes.
Un abrazo a todos los comentaristas.
Muy ocupado tienes que estar para no haberme hecho ni caso
ResponderEliminarTe escribí hace una semana diciendo que te has dejado una canción por poner en la lista de spotify Capítulo 176 nunca el tiempo es perdido de Manolo García a ver si tienes un rato y lo incluyes.
Otra cosita para algún despistado, Roberto es historia, no hay más que leer con atención el final del capítulo para entender lo que nos dice Carmen, lo fulminó, se fue jodido y no ha vuelto a verlo. Eso es que le dolió más de lo que quería reconocer y no pudo soportarlo.
ResponderEliminarSiento el disgusto, Bruto, y el cansancio, ojalá pudiera hacer un relato más suave, pero no puedo.
ResponderEliminarTrataré de coger el ritmo pronto, Federico, pero no aseguro nada, ahora las prioridades son otras.
Dos Octavas, ya incluí la canción de Manolo García en la lista de Spotify, se me olvidó contestarte, gracias por advertírmelo, tardaré un poco más en corregir el documento del blog.
Es probable que Dosoctavas tenga razón, pero me cuesta creer que alguien como Roberto eche la toalla tan facilmente por una chiquillada como la que Carmen hace.
ResponderEliminarTal vez ahora se vaya, pero no creo que sea la última palabra de Roberto.
No sé cuando tendremos capítulo nuevo pero hay temas abiertos para llenar todo un semestre.
ResponderEliminarLa propuesta de Diego, ¿va a contarsela Mario o va a esperar otra vez a que se entere por su cuenta?
El cursillo de Santander, ahi vana saltar chispas entrte Carmen y Andrés
La operación Santacruz, Carmen tiene que empezar a moverse para sacarle información.
El cuñado maltratador, ¿alguien el va a dar una lección bien dada?
y me dejo alghun otro tema que ahora no recuerdo. Lo dicho, da para seis o siete meses de diario
Ante todo desearles un feliz inicio de año, un poco tarde, a todos los comentaristas de este blog.
ResponderEliminarHe tenido mis días para reflexionar sobre lo leído en este capítulo. Qué es un poco polémico y que muestra que aunque no haya descripciones de escenas sexuales el diario levanta emociones.
Voy a comentar por partes para no hacer un aporte tan largo y que pueda hacerme entender mejor sobre las cosas que me llamaron la atención.
Hemos tenido muchas alusiones en el diario acerca de la familia de Carmen, actividades en la casa familiar, encuentros con sus padres durante fiestas, cumpleaños, reuniones de Carmen con su hermana, reuniones de Mario con su suegro y con su cuñada. También hemos visto que es una familia que tiene algunos problemas que resolver. Uno de ellos la situación de Esther con el mal parido de su marido, otra los secretos que se han guardado desde hace mucho tiempo y qué han hecho que Carmen no pueda descubrir esa parte de ella que considera una náufraga.
Tenemos simpatía por estas personas, porque ya las conocemos. Sentimos en carne propia el enojo al 'escuchar" los relatos que hacen los protagonistas en nuestra lectura y la consiguiente avalancha de comentarios en contra del innombrable.
Durante este capítulo sentimos esa irritación en nuestro carácter de querer hacer justicia con nuestras propias manos, desear que nuestro protagonista le diera al menos una golpiza a ese cobarde.
Estoy seguro de que en futuros capítulos es posible que veamos una solución agradable para esta situación tan incómoda.
Saludos y que este año sea mejor, mucho más próspero, con mucha salud y felicidad para todos
Ahora voy por la contraparte. Hemos conocido muy poco sobre la familia de Mario. Sabíamos de sus padres de sus hermanos pero no habíamos tenido mucha interacción con ellos. Alguna mención de reuniones para decidir sobre la casa de la Sierra.
ResponderEliminarEsto nos lleva a pensar que es una familia normal, con los problemas normales de familia, y nos encontramos en este capítulo con un problema un tanto grave. Una adicción a las apuestas y préstamos de personas un poco peligrosas. Algo que puede desencadenar en situaciones muy graves.
Carmen encuentra una solución efectiva y rápida. Tiene los medios para resolver y busca la manera de que su cuñado no se entere De dónde viene la solución. Sabemos por relatos anteriores que Carmen tiene mucho flujo de efectivo que no puede blanquear tan rápidamente. Y es por eso que en el capítulo anterior acepta la invitación de Tomás para ser parte de sus empresas y así franquear sus entradas de dinero.
Esperamos todos estoy seguro que el problema de apuestas haya terminado. Que luego de la terapia el hermano de Mario haya solucionado este pequeño inconveniente. Digo pequeño aunque sé que las consecuencias son graves principalmente para la familia, su esposa que estuvo muy preocupada por mucho tiempo y por sus hijos que son los que aunque uno no lo vea tan claramente son los que más sufren.
Carmen puso la solución a este problema y no fue la única durante este capítulo.
Fin de la parte 2.
Saludos desde un cálido lugar del mundo.
Mi primer comentario para este capítulo fue que veía esa inocencia de la niñez en Carmen al resolver el problema de Roberto.
ResponderEliminarEl buscar la manera de hacerlo caer en las redes en las que él la tenía atrapada cuando se hizo pasar por el indispensable para conseguir su ascenso en el Gabinete.
Todas las cosas que él logró conseguir poco a poco, todas las concesiones que tuvo Carmen que hacer, sintiéndose vejada, utilizada y denigrada, aquellas reuniones en las que tenía que soportar todos los toqueteos imprudentes de este desgraciado.
Cada lágrima que tuvo que soportar sola ya que Mario no estaba pendiente de lo que ella sufría, más bien seguía pensando que todo era un juego y que los dos estaban disfrutando de igual manera. Mientras Carmen soportaba el acoso persistente de Roberto, Mario experimentaba su teoría sobre la bisexualidad en aquel sauna y conocía a Gabriela.
Mientras Carmen era abusada en una oficina, Mario buscaba formas de hacerla caer en su juego y convertirla en la mujer que es al capítulo actual.
Carmen jugó sus tiempos, piso pequeñas insinuaciones y logró captar la atención de Roberto de una forma que no se pudo resistir.
Ya se le hacía agua la boca pensando en todo lo que iba a disfrutar, cada día iba logrando acercarse más, una salida por un café, una reunión al almuerzo, una copa luego del trabajo y se afilaba los colmillos para hincarlos en un jugoso filete, Carmen lo lleva donde quiere, lo tiene justo como ella quiere y luego aparece Mario los descubre y le hace una pequeña pero significativa escena de celos, el famoso monstruo de los ojos verdes del que muchos no logramos escapar. Roberto busca la manera de recuperar la posición ante Carmen cuando nota alguna duda de ella acerca de lo que está pasando y le cuenta el encuentro que tuvo con Mario hace mucho tiempo donde él le daba todas las señas y santos de lo que había pasado entre Carmen y él.
Carmen se enoja y con justa razón, recuerden que hombres y mujeres no pensamos igual, y no voy a entrar a discutir sobre eso, solo voy a decir que los hombres si no decimos las cosas en el momento que suceden, ya no las consideramos importantes, en cambio para las mujeres no existe un límite de caducidad para que una situación un problema o una discusión se considere importante o no.
Resultado, Carmen logra vengarse de Roberto, lo provoca, lo calienta y luego lo deja con la promesa y un palmo de narices. Justo como él había hecho. La llevó hasta el límite y cuando ya ella había claudicado, él la desprecia. Ya Roberto no veía futuro en el gabinete y luego de este episodio con Carmen, toma la decisión de retirarse permanentemente.
Me disfruté este guiño que nuestro querido autor hace hacia los pensamientos, comportamiento y sentimientos infantiles.
La discusión subsiguiente con Mario se tiene que resolver, estamos a final de año y quedamos con la zozobra de si permanecen juntos, se separan por un tiempo, siguen bajo el mismo techo en habitaciones separadas, Carmen se va un tiempo, Mario deja la casa. Y ya no tengo uñas para seguir comiendo.
Esperamos el próximo viaje de Carmen con Andrés para esta gira académica qué puede traer cosas interesantes.
Saludos nuevamente.
Con tu permiso Mario voy a hacer algo que generalmente no se hace en este diario.
ResponderEliminarEste comentario es directamente para el compañero Apasionado,
En el capítulo anterior creo, se estuvo hablando sobre la importancia que los hombres (algunos) le dan al sexo anal.
He tenido mis días para reflexionar y tratar de encontrar una respuesta que pueda explicarte para que entiendas por qué se considera tan importante algunas veces.
Lo voy a hacer con ejemplos de este diario.
Conocimos a la pareja de protagonistas, un marido mayor que su mujer. Que además de ser más de 10 años más joven es muy hermosa y con una sensualidad que se desborda naturalmente. No necesito describirla porque ya la conocemos bien.
Nos enteramos de que Mario le enseñó muchas de las cosas que ella conoce con respecto al sexo. Él le enseñó cómo hacer una buena felación para que el receptor de la misma alucinara al punto de quedar con los ojos en blanco.
Pero también descubrimos que hubieron varios intentos de sodomización que no lograron concretar.
Mario no tuvo la paciencia, la malicia indígena y la capacidad de lograr tranquilizar, relajar y hacer confiar a Carmen lo suficiente para conseguirlo.
Carmen nunca se negó, había planes de hacerlo algún día.
Luego apareció Carlos en escena, hacen el viaje a Sevilla donde casi Carmen se convierte en libertina, luego vienen las conversaciones telefónicas, el aumento de la confianza con la persona sin tener que ver con el sexo. Si habían insinuaciones, sí habían charlas calientes, sí habían propuestas pero nada de eso se había concretado.
Concertan una cita para un fin de año y Carlos viaja hasta Madrid.
Mario envía a Carmen a un pub, para que le dé la bienvenida a Carlos y las cosas suben en intensidad.
Hacen el viaje a la sierra donde logran lo que Mario tanto deseaba, poder ver a su amada con otro hombre. Si es valiente o poco machista no es nuestra opinión lo que cuenta, sino lo que el protagonista desea de su vida. Eso lo dejamos para otra página.
Al día siguiente Carmen sale para el gabinete y pasa a despedirse con un desayuno al hotel donde se hospeda Carlos.
Este la invita a desayunar a su alcoba y allí luego de que se desahogan de tanto deseo contenido, hay un conato de sodomía.
Carmen estaba dispuesta a darle su primera vez por la puerta trasera, algo que le había prometido a Mario hacía mucho tiempo.
Aquí vemos dos cosas, una Carlos era una persona muy importante para Carmen en ese momento y la segunda es que Carmen confiaba ciegamente en Carlos.
Llegamos hasta el encuentro con el italiano, un hombre con mucho bagaje sexual. Mucha experiencia y la utiliza para lograr que Carmen confíe en él plenamente. Logra llevarla hasta el punto de no retorno y con la ayuda de el propio Mario concreta la primera relación anal de Carmen.
Sentimientos encontrados, por una parte se rompió la promesa de la primera vez para Mario, por otra Carmen se entera de que le encanta el sexo anal, sabemos que lo sigue practicando con sus otras parejas.
Algunas más que otras, para ejemplo Ángel que es fanático.
El comentario es un poco largo así que me tocó dividirlo
He aquí la continuación del comentario anterior.
ResponderEliminarLo que realmente está en juego en el sexo anal es el poder y el control.
Sí es solamente la capacidad que tiene el hombre de controlar los tiempos, las situaciones y la confianza que logra obtener de la mujer para que ella esté dispuesta a dejar todos los prejuicios que le enseñaron durante su vida completa, donde decían eso no es una entrada es una salida para cosas feas y cochinas. Eso es pecado. Por allí no se hace. Y que esté dispuesta a permitir que un hombre le haga algo que en principio le va a doler y que quizás si la experiencia no es agradable nunca esté dispuesta a dejarse tocar por allí nuevamente.
Cuando la mujer logra encontrar al hombre adecuado que le genera confianza que la hace sentir bien, que la hace sentir deseada es capaz de reprimir ese deseo de no sufrir dolor y de darle ese último resquicio de virginidad que mantiene.
No es fácil conseguirlo, luego de que ella obtiene placer de una relación anal su cerebro completamente cambia, cuando aprende a relajarse y a confiar en su pareja logra canalizar todas esas sensaciones y logra un placer, según me han comentado, muchas veces mayor que con el sexo tradicional.
No es una disertación ni siquiera un pequeño ensayo sobre la importancia o no del sexo anal, es una pequeña investigación realizada durante muchos años en los que como dice el chiste, he intentado pero no todas las veces se me ha dado, y que espero que esclarezca un poco tu concepto sobre la importancia o no del sexo anal.
Gracias Mario por el espacio. Saludos a nuestros protagonistas y a todos ustedes compañeros.
Te agradezco el comentario amigo Shubert, yo es una practica a la que en realidad no le doy importancia, mi pareja lo probo y no le gusto, lo hablamos y respete su decisión de no hacerlo, también tengo que decir que no lo he echado de menos, por eso nunca me había planteado mirarlo desde la perspectiva que tu tan bien lo has expuesto, te reitero mi mas sincero agradecimiento.
EliminarGracias a ti, Shubert, por tu detallado análisis del capítulo.
ResponderEliminarNo recuerdo en qué capítulo, Carmen dice que entregarse de espaldas a un hombre es un acto de absoluta confianza, tiene razón, de espaldas no tienes defensa, o confías ciegamente en él o estás en sus manos, sobre todo en el sexo anal donde se requiere de calma y sensibilidad por parte del hombre y tú no controlas como lo haces si lo tienes de frente.
ResponderEliminarCapítulo 131
Eliminar«Ramiro logró hacer de aquella su primera vez una experiencia inolvidable para ambos.
¿Por qué lo hice, por qué quise darle mi culo? El sexo anal significa mucho para mí; el día que lo descubrí supe que había entrado en otro nivel donde la entrega es total, donde me doy sin el deseo de ser yo quien controla o domina. En el sexo anal pongo mi fe ciega en el hombre que me encula, no se le da la espalda al enemigo salvo que te rindas, dicen. Cuando me dan por el culo estoy absolutamente rendida y me abro sin poner resistencia o sufriré daños. El sexo anal es un acto muy especial y Ramiro es alguien especial. No todos los hombres son de fiar, no todos merecen mi culo.»
Parece que estamos casi en línea. ¿Alguien más conectado?
EliminarSi no recuerdo mal Ramiro es el ginecólogo, las palabras de Carmen son ciertas, pero también veo la perspectiva de los dos puntos de vista. Mientras para Carmen el sexo anal es algo especial que le proporciona un placer indescriptible, en el caso de Ángel es tener sometida a una mujer joven y bella como Carmen, ¿esto no denotaría un complejo de inferioridad en Ángel?
EliminarPregunta de examen.
Has pensado montar un foro?
ResponderEliminarUn comentario más para Aoasionado, la última frase del capítulo, directa, clara y contundente “ Roberto, estés donde estés: No fue posible, lo intentamos sabiendo que no era posible superar tanto daño acumulado.” Si esto no ratifica la declaración de Andrés anunciando la desoedida de Roberto y confirma 20 años después que no ha dado señales de vida no sé qué más se necesita, un certificado de defunción?
En cuanto al sexo anal, yo personalmente no es algo que me entusiasme por eso poco puedo aportar pero en cuanto a ponerse detrás de la chica es algo que me pone mucho y trato de “negociarlo”, a ver si me entendéis, coincido con que no todas las chicas acceden de buenas a primeras, puede que sea por lo que cuentan Lucía y Carmen y es natural, o conoces bien a tu pareja o mantienes ciertas precauciones.
No fue posible, lo intentamos sabiendo que no era posible superar tanto daño acumulado. Volviendo a reiterar que es muy posible que tengas razón. La realidad es que no han intentado nada, al final a quedado en un acto infantil por parte de Carmen hacia Roberto, Roberto le hizo daño a Carmen, pero no veo el daño que haya podido hacerle esta acción a Roberto.
EliminarSigo pensando que Roberto esta acostumbrado a salirse con la suya y sabe que Carmen puede caer, no sera la primera vez que Mario se guarda algún as bajo la manga que descubre tiempo después.
A mi la verdad es que esa frase no me indica que no se hayan visto en los últimos 20 años, tal vez sea yo el único que lo vea así, ya lo descubriremos con el tiempo.
Por cierto, he conseguido el libro del cazador de tatuajes. Vaya pasada.
ResponderEliminarShubert, me perdí el guiño que dices sobre los pensamientos infantiles de Carmen, donde es?
ResponderEliminarLee el primer comentario que hice cuando se publicó el capítulo
EliminarYa que estamos te voy a preguntar una cosa, si me la quieres contestar. Esta frase salvaje que contiene el 80% del erotismo de todo el capítulo
ResponderEliminar“ Con el tacto aún reciente en mi mano, con el hueco vacío en mi cuerpo y el sabor de su boca en la mía volví a casa”
Dime la verdad, ¿la has escrito tú? Porque yo creo que te la han dictado al oído
Esto se pone cada vez más interesante, pero me tengo que ir o perdemos la reserva del restaurante.
ResponderEliminarNo, Lucía, no es una excusa para evitar responderte, te diré lo de aquella película clásica: “Como alcalde vuestro que soy te debo una explicación y porque te debo una explicación te la voy a dar porque como alcalde vuestro que soy…”
Que paséis un buen domingo
Yo creo que esa parte que detallas en tu comentario Lucía, no fue dictada fue escrita directamente por la implicada en el asunto
ResponderEliminarEste capítulo tiene esa particularidad de tener la personalidad y las palabras no de Mario sino de Carmen.
Hace 47 años la barca de mis sueños, castigada por los vientos y tormentas de la vida, encontró la luz de tus ojos que la guiaron hasta la bahía de tu cuerpo hallando el refugio deseado.
ResponderEliminarMe diste cobijo, sanaste mis heridas, fortaleciste mi barca y desde ese día comenzamos a navegar juntos. Hoy te sigo eligiendo por sobre todas las cosas. Tu pelo ya no es castaño, ahora mutó a un gris cenizas que lo adoro. Todavía, a pesar de mi maltratado físico me regocijo de seguir recorriendo tu cuerpo, como el naufrago explorando la isla que encontró.
Todavía, como dice Mario Benedetti, seguimos saliendo a la calle codo a codo y somos mucho más que dos. Feliz aniversario amor de mi vida. Ya te desperté con una copa de nuestra bebida favorita en nuestro lugar en el mundo. Estas locas palabras de un hombre más que enamorado para sus compañeros del Café la Humedad.
El naufrago se despide. Después del brindis debe seguir explorando territorio que ya conoce pero que es divertido seguir haciéndolo.
Cuando la travesía es larga, todos los días son una celebración en la que cada fecha trae recuerdos, algunas, como este aniversario son especiales, representan el camino recorrido, invitan a hacer balance y a volver a ponerse en paz consigo mismo y con la historia construida. Es tiempo de satisfacción porque a pesar de todo, los aciertos primaron sobre los errores, la prueba está ahí, frente a ti.
EliminarMis mejores deseos para el futuro, amigo mío.
Feliz aniversario Torco.
EliminarFelicidades Torco, un poco de envidia dais que conste
EliminarFelicidades, Torco, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarFelicidades torco, no todas las parejas resisten como vosotros Por algo será
ResponderEliminarDe vuelta a casa me he ganado este día libre por trabajar el fin de semana pasado, si no estuviera tan cansado me lo montaría para pasar los tres días con alguien que me interesa mucho mucho, pero no puedo con mi cuerpo, me estaré haciendo mayor???
Mario ponte las pilas y empieza a escribir ya.
Esta sonando en el restaurante Simply Irresistible de Robert Palmer, pedazo de canción. Si no recuerdo mal sale en algún capítulo porque Carmen se viste como las chicas del vídeo Lo que no me acuerdo es el capítulo ni con quién está pero te has olvidado de incluirlo en la lista de spotify Mario.
ResponderEliminarMe vais a tener que ayudar porque no tengo tiempo para buscar el capítulo donde Carmen se arregla al estilo “simply irresistible”. En cuanto me lo digáis, actualizo la lista.
ResponderEliminarMario, según mis notas, es el capítulo Vade Retro. No tengo anotado qué número es. Y sale con Tomás y alguien llamado Sáez, Apasionado.
EliminarMariale.
Tambien el el 131 Carmen habla de si misma como una simply irresistible girl
EliminarCapítulo 159 Vade retro:
ResponderEliminar«Abandonan el restaurante. El pub está a rebosar pero el dinero todo lo puede y consiguen una mesa al fondo bien situada. Destaca, cómo no; uno noventa de curvas enfundadas en un breve vestido negro acompañando a dos maduros trajeados apestando a dinero es como para no llamar la atención. Irresistible. Se la comen con los ojos cuando se sienta y cruza esas larguísimas piernas que condenan al vestido a la categoría de corpiño, poco más. Es el modelo «Simply Irresistible» que entusiasma a Tomás y le pide para determinados clientes; ella no tiene inconveniente en satisfacer su fetiche aunque hoy no esté en el lugar adecuado. Siempre ha temido que, al dejarse ver, tarde o temprano suceda lo inevitable y alguien la reconozca; puede que no lo sepa y en el momento menos oportuno se desvele el bombazo. Hay días que le preocupa, otros como hoy se siente entregada a la fatalidad y no lucha contra el destino; vestida como va no podría alegar ninguna de las excusas que ha ido construyendo, porque el modelito “Simply Irresistible” la delata.
Actualizada la lista en el. blog alternativo. Hoy intentaré dejar listo Spotify.
ResponderEliminarGracias por vuestra ayuda
De algo sirvió por fin mi cuadernito de notas jeje.... Feliz fin de semana a todos.
EliminarMariale.
Me gustaría que escucharais esta canción y después me dierais vuestra opinión.
ResponderEliminarEPICA feat. APOCALYPTICA - Rivers
Lo amé. ¡Qué voz tan hermosa! Gracias por la canción. ❤️
EliminarMariale.
Simon Simons tiene una voz prodigiosa.
EliminarEs del grupo de metal sinfónico Epica.
ResponderEliminarCoincido con que hay muchos frentes abiertos en el diario. espero que en los próximos capitulos se dejen terminados y no abrir más frentes si dejar cerrados los pendientes de cerrará,
ResponderEliminarEsa es una percepción mía, y espero que Mario lo tome en cuenta.
Saludos a todos los que comentan aqui
Ya ha empezado el día de San Sebastián, 24 horas de fiesta, menos mal que me cogido los días 20, 21 y 22 fiesta, porque la resaca va a ser histórica.
ResponderEliminarEl frente más importante, a mí modo de ver, es el tema de la intromisión a la casa de Carmen y Mario y llegar a descubrir quién está detrás de Tomás.
ResponderEliminarSobre Apocalyptica, ahí va mi opinión..
ResponderEliminarCuando empecé a escuchar la canción, me recordó vagamente a Maggie Reilly, enseguida recuperé la cordura. Ya quisiera esta chica parecerse a Maggie. Tiene una voz resultona pero nada del otro mundo, como tantas que aparecen en concursos televisivos. Una voz bonita sin sentimiento no es nada.
He visto un vídeo de YouTube, tienen una buena puesta en escena; el modelo solista femenina + grupo de cuerda funciona, no es nada nuevo pero sigue funcionando; la letra parece un batiburrillo de frases entresacadas de textos de Gurdjieff, Alan Watts, Ouspenski o cualquier gurú del peyote de los setenta. En cuanto a la melodía, si la limpias de los efectos, las lucecitas ochenteras, humos y oscuridades, se reduce a dos únicas frases musicales bastante simples a las que los autores han sido incapaces de darles estructura ni desarrollo melódico y se limitan a repetir hasta la saciedad.
Siento ser tan cáustico, pero me molesta que traten de darme gato por libre —me refiero al grupo, la solista y a los productores—. Me gusta la música a rabiar, la buena música, desde el canto gregoriano hasta el rock, blues y el jazz, pero no trago con los sucedáneos, si quiero beber un buen vino no me dejo engañar con un vino de envase de cartón presentado como si fuera un Rioja. Será que tantos años de escuchar música, buena y mala, agudiza el sentido para detectar fraudes.
Conclusión: aunque la mona se vista de seda…
Pero como con todo, es cuestión de gustos, acepto que es agradable y sirve para pasar el rato.
Apocalyptica son los cuatro que tocaban el chelo detrás, el grupo se llama Epica son dos grupos distintos.
EliminarMe has parecido un carca repelente de la ostia, con decir que no te había gustado era suficiente, estas lleno de prejuicios amigo.
Porque en eso se sustenta tu argumento, he escuchado a Maggie Reilly, es una cantante cojonuda, la diferencia entre los dos es que yo disfruto de las dos cantantes.
Dices que te gusta la música a rabiar, pero eres como lo fue mi padre, no sabes como me has recordado a él, el también creía que en la música estaba todo inventado y que todo lo nuevo era sacarina.
Yo le quería mucho, pero musicalmente era un carca y un repelente de la ostia, he podido sentir incluso que la canción te a ofendido en cierta manera, no era esa mi intención, os la sujeri porque a mi me emociono al escucharla y quería compartirla con vosotros.
Otra cosa, Epica es un grupo real, Simon Simons es una mesosoprano real, es un grupo que hace Metal Sinfónico, con fans en todo el mundo y en directo suenan de la ostia.
EliminarEs la última vez que os recomiendo una canción, puesto que el señorito solo tiene paladar para un Rioja y yo le he dado kalimotxo, no te jode con el noble.
Mis disculpas su ilustrisima señoría 🤣🤣🤣🤣🤣🫗🫗🫗🫗🫗🫗
Mario aunque hayas insultado u uno de mis grupos preferidos con puro estilo de abuelo cebolleta sabes que te aprecio mucho.
ResponderEliminarEstoy escuchando el LP de Disraeli Gears - Cream, en tu honor y que demonios Eric Clapton es un genio con la guitarra en las manos.
Suponía que mi comentario traería cola. No esperaba tanto.
ResponderEliminarHe revisado mis palabras a fondo y no encuentro ningún atisbo de ofensa personal directa o indirecta: puedo estar equivocado y si es así, ruego que me lo hagáis ver para poder disculparme con causa.
Reconozco que, antes de publicarlo, sopesé la idea de no hacerlo, tal vez no merecía la pena; sin embargo, pensé que no había razón para contenerme salvo el temor a sacar de sus casillas a cierta persona suspicaz y de gatillo fácil, por eso acudí al espíritu del café la Humedad al que tantas veces hemos invocado en este blog para poner en contexto las conversaciones y rebajar tensiones absurdas. Lo que en un entorno distendido, entre amigos, con unas cervezas en la mano, podría pasar como un comentario más o menos fuerte pero manejable en términos de diálogo y debate, aquí alguien lo toma como una afrenta personal que desencadena una violenta respuesta fuera de control.
Lo lamento, pero no me arrepiento de haber compartido mi opinión en unos términos irónicos sin ninguna pretensión de ofender a nadie, cosa que dejé explícita en el texto: hablaba del grupo, la solista y de nadie más. Lo dije y lo reitero, me molestan los fraudes impostados que aparentan ser lo que no son, por eso nunca tragué a Enrique Bunbury, el líder de héroes del silencio, por poner un ejemplo de fraude, tal vez por eso elevé el tono del mensaje sin que tal cosa implique un intento de imponer mi idea en absoluto, en cuestión de gustos, cada cual es libre.
No le voy a dar más importancia al asunto porque, con la información que el aludido ha aportado sobre sí mismo, puedo entender mucho mejor su problema y relativizarlo. Pasemos a otra cosa.
En fin, pasemos a otra cosa será lo mejor. Por ejemplo lo que diceCorbacho, la entrada en casa de Carmen tiene pinta de ser lo que más juego le dé al diario con un poquito de intriga del tipo novela negra, pueden estar implicadas muchos sospechosos.
Eliminar¿Quién tiene el poder y los recursos para hacer eso?
EliminarSospechosos:
Policía contra el negocio de Tomás. (lo descarto por obvio).
Daniel para vengarse de Mario exponiendo a Carmen. Es posible si la hermana tiene copia de llaves de la casa de Mario y pudo entrar sin violar la puerta y despertar sospechas.
Santacruz. Guido pudo hacer el trabajo sucio al ser descubierto por sus relaciones con las mujeres del gimnasio y si grabaron a Carmen y Tomás puede chantajear a éste. Motivo: Lo de que lo haya trasladado y no echado me parece sospechoso.
Seguiremos investigando.
Mariale.
No me has ofendido a mi has ofendido al grupo.
ResponderEliminarAhora en serio, no me he ofendido en absoluto, simplemente te he contestado porque soy un tocapelotas, como te he dicho me has recordado a mi padre y eso me a sacado una sonrisa.
ResponderEliminarAprecio la sinceridad, aunque me joda escucharla y lo respeto mas cuando me lo dice alguien a quien aprecio, así que Mario, a la noche salgo en la tamborrada, la primera marcha de San Sebastian que toque te la voy a dedicar a ti.
Un abrazo muy fuerte.
Otra cosa, Epica es un grupo real, Simon Simons es una mesosoprano real, es un grupo que hace Metal Sinfónico, con fans en todo el mundo y en directo suenan de la ostia.
ResponderEliminarEs la última vez que os recomiendo una canción, puesto que el señorito solo tiene paladar para un Rioja y yo le he dado kalimotxo, no te jode con el noble.
Mis disculpas su ilustrisima señoría 🤣🤣🤣🤣🤣🫗🫗🫗🫗🫗🫗
Que conste que este comentario lo he intentado hacer de forma humoristica de hay los emoticonos de risa y los vasos derramando la bebida, ya veo que me a salido el tiro por la culata.
Soy yo el que se disculpa, de verdad que he intentado contestarte como lo haría a un amigo diciéndole que tiene el morro muy fino mientras me rio, de hay lo de Noble y lo de su ilustrativa señoría, con emoticonos de las risas para demostrar que me lo había tomado con humor.
Qué bochorno, esto es un típico intento de lo que mi abuela diría “donde dije digo, digo Diego”
ResponderEliminarLucia le he dicho a Mario que es un carca repelente y se lo hubiera dicho a la puta cara, no tengas duda de ello, si Mario tu comentario sienta mal, porque carece de humildad, hablas de que no te gusta que te den gato por liebre, Epica no intenta venderte nada, esa es la música que hacen si te gusta la consumes y si no no, no te hobligan a nada, hablas como si fueras un erudito de la música, me recuerdas a John Lenon, un músico increíble al que le perdía la boca.
ResponderEliminarSabes Mario yo te he contestado a ti sin involucrar a nadie, la primera en dictar sentencia a sido Lucía, ya me a quedado clara su postura, la diferencia entre TR y este blog es que aunque cueste reconocerlo ellos van de cara, aquí jugáis con indirectas e ironía, como si los demás fuéramos imbéciles.
A mi ya se me a agotado la paciencia, solo escribí un relato Mario, no me debes nada igual que yo no te debo nada a ti, cuando te he dicho que te aprecio lo he dicho de verdad, pero a veces no es suficiente.
Gerardo está obsesionado con dos cosas, tomar el control que hasta ese momento ostenta Tomás y vengar la "humillación" de Carmen de elegir a Santos en lugar de él.
ResponderEliminarBusca suceder a Tomás, para imponer en el grupo su impronta para hacer negocios, caracterizada por una audacia que no conoce límites y poner en su lugar a esa mujer que, según su forma de ver la vida, lo ha insultado.
Di mi palabra de no entrar al trapo pero no aguanto tanta chorrada. A pesar de todo lo voy a tratar igual que con los dictámenes que redacto a diario para mi jefe, exponiendo los hechos observados para que mi jefe saque las conclusiones.
ResponderEliminar1º Apasionado pide opiniones sobre una canción.
2º Mario responde dando su opinión sobre el grupo la cantante, la canción y los productores.
3º En la respuesta de Mario no hay ninguna alusión ni indirecta a Apasionado, se limita a criticar al grupo y a la canción.
4º Apasionado responde dirigiéndose a Mario en los siguientes términos.
-Carca repelente
-Estar lleno de prejuicios
-dice sentir que la canción le ha ofendido (a Mario)
En un segundo comentario, dice que no piensa volver a recomendar una canción y alude a Mario como señorito, Noble y Señoría en un tono que no puede interpretarse como de broma porque sigue la tendencia violenta del anterior mensaje.
5º Mario responde pidiendo disculpas si ha podido molestar, reconoce que pensó no opinar sobre la canción para no “sacar de sus casillas a cierta persona suspicaz y de gatillo fácil” y vuelve a hablar del café la humedad como recurso para evitar los malos rollos y pide pasar página.
6º Apasionado se enreda en una serie de comentarios con los que trata de quitar hierro a sus comentarios anteriores diciendo “soy un tocapelotas”, “me has recordado a mi padre y eso me ha sacado una sonrisa”, ¿? o “aprecio la sinceridad aunque me joda escucharla” y lo endulza con declaraciones de aprecio a Mario.
7º en un siguiente comentario reproduce uno de los primeros que hizo y lo matiza, dice que lo hizo de manera humorística y, por fin, se disculpa entre declaraciones de aprecio a Mario.
Como observador aporto mi conclusión.
Ni el tono ni la intención de los comentarios de Apasionado tienen nada de humorístico, son el resultado de un estado de enfado motivado por lo que posiblemente considera una agresión a sus gustos musicales. La expresión usada por Mario, persona suspicaz y de gatillo facil define con claridad el suceso tanto en su interpretación de la crítica a un grupo musical como a la reacción ciega que le provoca. No creo que se pueda considerar ofensiva esta expresión en un ambiente donde han volado los insultos desde la otra parte.
Fin de la historia, por mi parte solo pienso hablar del diario que es lo interesante.
Gracias Mario no estaba seguro de que me fueras a publicar
EliminarHola a todos! Feliz 2025! He querido subir un relato propio a TodoRelatos, y el portal me dice que la recepción de material está limitada. Alguien me puede ayudar? De paso consulto: Mi aporte trata de dar continuidad a una serie denominada "Infidelidad motivada, consentida y disfrutada" cuya último envío fue en 2015 (autor: Parmita). Me gustó mucho la dinámica y quiero continuarla. Esto es posible? Entiendo que si. Explicitando claro que ahora es Lucernario quien escribe el texto. Gracias mil por la atención y la ayuda que puedan darme.
ResponderEliminarVarios autores han continuado la obra de otros indicándolo con claridad. Yo, en tu lugar, me pondría en contacto con el autor para comunicarle tu intención.
EliminarDe los problemas para publicar en TR que comentas, no sé nada, llevo sin publicar desde Diciembre.
Buena suerte.
Corbacho no eres el único que sospecha de Gerardo pero no estoy de acuerdo contigo en que uno de los motivos sea porque le humillo que Carmen eligiera al patrón, le importa poco tener a una mujer o a otra, lo que le importa es el poder.
ResponderEliminarMotivo, medios y oportunidad son las tres patas que buscamos para destapar un culpable, si falta una cualquiera no hay caso. Gerardo tiene motivo, la ambición, medios le sobran pero no veo la oportunidad. Por ahora no tengo caso, yo seguiría esperando antes de asignarle el delito a Gerardo sin pruebas.
Gerardo no me suena, Dos Octavas. Releí mis notas y nada, estoy en blanco, cero sospechosos nuevos.
EliminarY respecto a Mario y Apasionado, mi madre que era maestra de escuela, a los dos los manda a un rincón y que vengan sus representantes a hablar con ella luego de clases. Pero me parece el caso típico de dos pillines que se pelean por la chica rubia de ojos azules y al final terminan siendo amigos. Sólo digo.
Mariale.
Gerardo le presta el chalet en Cádiz a cambio de sexo es cliente de Tomás.
EliminarRespecto al otro tema mejor lo dejamos pasar y así se calman las aguas
Dos Octavas, vos hablas correctamente de motivo, medios y oportunidad. Yo pienso en indicios fehacientes y hechos conducentes como herramientas para la faz probatoria de una acusación.
ResponderEliminarTanto el motivo, medios y oportunidad, como los indicios y los hechos los tendremos cuanto Mario publique otro capítulo sobre este asunto. También, depende como el dueño del gimnasio reaccione con Carmen se puede ir despejando el panorama.
Si a Gerardo le obsesiona el poder y también ganar, el hecho de que Carmen se haya marchado con Santos le jode sobremanera, porque ella no es cualquier mujer. Hizo lo imposible para estar con ella. Y otra cosa que también lo movería hacer esta jugada, no soporta la actitud de Mario para con su mujer.
Ser un misógino incurable hace que no entienda cómo funciona esa pareja.
Una pregunta: de chico te gustaba tirarle piedras a los paneles de abejas, ja ja ja. Un gran abrazo.
Bueno estos debates con abogados me gustan porque cada uno tenemos un punto de vista pero casi siempre terminamos entendiéndonos, no siempre.
ResponderEliminarTú lo has dicho, hay indicios que hay que probar con pruebas que todavía no tenemos Los hechos contundentes no se relacionan por sí solos con Gerardo. necesitamos pruebas para imputar o descartar a Gerardo, mientras tanto seria un error de novato y hablo de mí enfocarme solamente en un sospechoso y descartar todo un abanico de personas relacionadas con Tomas y con Carmen y descartar otras hipótesis en las que tomas no tiene nada que ver. Hasta que la historia no nos de más información no puedo descartar nada. Así es como trabajo.
Me asustan los insectos y si tienen alas y aguijón me dan panico, una vez estuve a punto de salirme de la carretera porque entro una avispa por la ventanilla y entré en pánico. Sé porque lo decías y no. De chaval era muy tranquilo y no me metía en broncas, como cambia la gente eh?
Con todo mi respeto por el letrado, apoyó la moción del investigador, creo que dos octavas tiene razón, sin pruebas todo son conjeturas, sospechas sin ningún valor.
ResponderEliminarPodría ser que estemos demasiado centrados pensando que la víctima es Tomas, ¿y si resulta que solo pasaba por allí?
Solís y Salcedo tiene motivos para querer vengarse de Carmen, aunque no sé si tiene los medios para hacerlo ni la oportunidad, porque no sabemos dónde han acabado después de dejar el gabinete.
Volviendo a Tomas, un posible candidato es el cliente que le puso la tijera en el pubis y la amenazó con desgraciarla, supongo que Tomas no se quedó d brazos cruzados y ya sabemos cómo se las gasta cuando se cabrea.
Cómo comentas. hay varios sospechosos, entre ellos Gerardo, que para mí es el más interesado, en poder acorralar a Tomás.
ResponderEliminarPor otra parte, el cuñado de Carmen también puede ser , ya que podría tener como lo comento alguien, que tenga llave y entraron sin ningo problema.
Considerando, que en ocasiones Carmen peca de indiscreta en sus reuniones con sus amantes, dónde se deja ver en algún restaurante, lo hizo en la tienda departamental con Domenico, lo ha hecho con Angel, con el mismo Tomas y con algunos otros, es probable que sin darse cuenta la hayan visto personas que le tienes cuántas, y eso podría ser un motivo .
Carmen debe de ser mucho más cuidadosa.
Haber cuando Mario nos cuenta que es o por dónde vienen los tiros.
hasta el siguiente comentario.
Bruto.
ResponderEliminarBuenas tardes, aunque estoy un poco desconectado intento seguiros y este debate me parece muy interesante, voy a intentar aportar, Gerardo sea como sea es muy jugoso como culpable, pero os recuerdo que Guido, que es a quien han grabado es anterior a que Gerardo conozca a Carmen, y que el interés está en pillar a Tomás me parece incuestionable.
Esperemos a ver qué averigua Carmen.
Me gustaría empezar pidiéndote perdón por mi comportamiento de ayer, no te haces una idea de lo avergonzado que me siento, me comporte como un auténtico imbécil, tengo un familiar muy querido para mi enfermo y me a afectado mucho más de lo que yo creía posible, llevo un tiempo que salto a la mínima y ayer lo pague contigo que no tenias ninguna culpa.
ResponderEliminarHoy he vuelto a leer tu comentario y no era para que me pusiera así, me comporte como un chiquillo egocéntrico, después de leer mis respuestas he pensado que no podía caer más bajo.
Hoy no he entrado en el blog y no pienso hacerlo hasta que consiga sacar de dentro de mi toda esta tensión que me atenaza, de esa manera evitaré más enfrentamientos que lo único que hacen es perjudicarme a mi por ser un atontado profundo.
He decidido volver al gimnasio para sacar toda esa mala leche que se me a ido acumulando durante estos meses atrás y ahora me sale hasta por las orejas.
Entenderé si no quieres saber nada más de mí, lo comprendería perfectamente de poder hacerlo me daría una patada en el culo a mi mismo, mis padres me dieron una educación mucho mejor que la que demostré ayer.
Me despido reiterando mis más sinceras disculpas.
Ayer le envié este correo a Mario, pero también quiero disculparme con vosotros, Mario me ha dicho que puedo volver al blog, pero de momento me dedicare a leer vuestras respuestas en silencio, cuando uno se comporta como un imbécil tiene que asumir las consecuencias.
Repetiré aquí lo que te dije en privado: “ Entiendo cómo te sientes, yo mismo me he visto alguna vez en una situación similar después de dejarme llevar de un arranque emocional que no fui capaz de controlar.”
EliminarTema zanjado, pasemos página y sigamos adelante.
No eres imbécil, Apasionado. Eres un caballero.Te tocó dar el tiro y lo erraste. Aceptaste la culpa. Mario que es el entrenador, te dio unas palmaditas al hombro, te dijo algo al oído y que siga el juego.
Eliminar¿Sabes lo que te susurró?
"Tranquilo, que el equipo gana".
Mariale.
Otro frente abierto es como va a encarar Carmen la seducción de Santacruz el dueño del gimnacio, Tomás no parara hasta que Carmen le dé noticias de el y porque o quien lo mando hacer esas fotos y videos de Carmen en su propia casa.
ResponderEliminarTomas no quitará el dedo del renglón hasta que se haya finiquitado ese asunto. y por lo que hemos visto, Tomás es bastante agresivo cuando le tocan los cojones, ya lo comprobó Carmen en carne propia.
también está por cerrar el tema de Carmen con Mario después de la discusión que tuvieron por lo comentado por este Roberto cuando los vio entrar a la cafetería.
ResponderEliminarEntiendo que Roberto ya no entrara en escena, después del desplante que le hizo Carmen, pero el enojo de Carmen con Mario está ahí latente, espero pronto se nos comenté ese tema y que quede zanjado, igual que los otros que se han planteado.
Hasta próximo comentario.
Nada de disculpas, con un recorrido por la calle pescadería y Fermin Caballero linos olvidamos del asunto.
ResponderEliminarFederico el cuñado de Carmen no tiene capacidad para montar un operativo de ese calibre, es un fracasado que no puede gastarse un dineral que no tiene.
ResponderEliminarEstimada Lucia, ni el investigador ni el letrado pueden dar nada por seguro, porque contamos con unos pocos datos, cuando lo lógico es que se nos presente el caso completo.
ResponderEliminarSé que no es solo Gerardo el posible autor intelectual de este hecho. Pero hay un tema que me interesa comentar, es el dispositivo que el equipo dejaron en casa de Carmen y Mario.
Eso es un mensaje con toda la regla. Mirá de lo que somos capaces de hacer.
Encima ese dispositivo es, como dijo el experto, obsoleto. Se imaginan que tipos como estos que ingresan y regresan de un edificio sin llamar la atención van a cometer semejante "descuido"?
Eso es obra de un tipo muy especial. Que busca jugar presionando psicológicamente a quienes va dirigido ese mensaje.
Por eso de entre varios candidatos me gusta el rival de Tomás. Reitero, con la poca información con que contamos sería poco serio ya dar por encontrado el autor material.
Querido vasco, que mejore esa persona y déjate de joder, no seas otario que en el café es donde encontrarás el apoyo y el cariño del grupo.
He leído atentamente todos vuestros comentarios, a mi me surgen unas preguntas.
ResponderEliminar¿Porque en casa de Carmen y Mario?
Si fueran contra Tomás, ¿no seria más productivo poner los micros y las cámaras en el picadero?
Yo jamás he utilizado a ningún detective así que no conozco su funcionamiento, pero me imagino que ellos se ceñiran a lo que el cliente les pida, no creo que trabajen más por el mismo precio.
Si al final se descubre que es Tomás a por quien van, lo han pillado totalmente desprevenido, la sensación que tengo es que esa persona ya a conseguido lo que estaba buscando, por eso a salido todo a la luz, todo intento que intente Tomás llega demasiado tarde me temo.
No he podido resistirme.
Bien pensado, la alternativa de pinchar el picadero parece más lógica, sin embargo tiene varios inconvenientes relacionados con la tercera pata que identifica un acto delictivo. Motivo, medios y oportunidad.
Eliminar1. La oportunidad de entrar y salir del picadero sin levantar sospechas es escasa, hay un conserje que controla la entrada al edificio, ya no está Ismael que a lo mejor se le podría haber sobornado.
2. Las ventanas del picadero dan al parque del retiro, menos margen para obtener fotos comprometidas.
3. Que habrían sacado? A tomas reunido con unas putas hablando de follar con unos clientes, no hay delito, hay mala imagen para el grupo de empresas que en teoría quiere conseguir el chantajista, no le conviene le perjudica.
Saben que se relaciona con Carmen, la vigilan igual que lo vigilan a él y a otros contactos de Tomas buscando una oportunidad, investigan su vida, sus relaciones, lo habrán hecho con los otros objetivos, ¿por qué se interesan más por ella? No lo sé, me falta encontrar el enlace con el gimnasio y Guido para llegar a SantaCruz, esto es una sospecha mia porque estoy convencido de que han utilizado a Santacruz para meterse en su casa. Cómo saben que Tomas tiene una relación con ella? Tampoco lo sé no creo que esperasen nada más que grabar conversaciones comprometidas de Carmen con Tomas por teléfono o conversaciones con Mario.
Por qué ese despliegue de tecnología y fotos desde la terraza de enfrente? Puede que quisiesen chantajearla para hacer que hiciera algo contra Tomas como espiarle.
Lo de encontrarse a Tomas en su casa es un regalo caído del cielo que les facilita las cosas, consiguen toda la información de una tacada
Repito que sin datos esto es pura especulación.
Tienes razón, el picadero es una buena idea pero poco viable, tendremos que esperar a ver que dice Santa Cruz, el tiene que tener información, no me creo que desplegaran tantos medios solo para vigilar a Guido.
EliminarSiempre los leo aunque últimamente no estoy comentando.
ResponderEliminarTodos al principio hemos pensado en la investigación y que el objetivo de ésta es Tomás.
No podemos discernir exactamente cuándo ocurrió la intromisión porque Carmen llevó varias veces a Guido a su casa.
El hecho de tener la oportunidad, los medios y cualquier otro artilugio que se necesite para llevarlo a cabo demuestra que hay un interés.
A mí se me vienen a la cabeza dos grupos de personas, la vecina de la casa de la Sierra que perdió todo luego de tratar de vender unas fotos indiscretas de Carmen mientras estaba en la sierra con Gabriel.
El otro grupo de personas tiene que ver con Claudia y ese afán de hacer que Carmen sea algún tipo de modelo erótica, primero logrando que se establezca una relación con el fotógrafo que llevó a la situación del párrafo anterior.
Ambos tienen los medios, el deseo, una tiene la rabia que le produce haberlo perdido todo, La otra tiene el morbo de descubrir hasta dónde es capaz de llegar Carmen con su sexualidad.
Para mí esto no está enfocado en Tomás, aunque a simple vista pareciera que sí. Yo pienso que Tomás ha sido un daño colateral ya que todo esto inició incluso antes de que Tomás llegara a la casa de Carmen.
Si analizamos que pueden haber pasado varios días en los que la vigilancia estuvo activa, hay varias personas que acompañaron a Carmen no solamente el Michelin.
Entre la lista de los posibles compañeros de escena de Carmen están; Ángel, Tomás, Emilio, Juanjo, Gabriela, Doménico y Mario.
Saben que nuestro querido autor siempre nos pone a pensar mucho para darnos luego la respuesta a cuentagotas.
Saludos para todos.
Preparando el próximo capítulo, he descubierto un olvido en la lista Sootify: capítulo 191 Tú y yo, Chiquetete.
ResponderEliminarTrataré de solventarlo hoy mismo.
Buenas noticas, lo primero porque estás trabajando en el siguiente capítulo y también porque das una pista de quién va a aparecer.
EliminarTengo una duda, ¿un detective puede poner micros y cámaras en tu casa sin una orden judicial?
ResponderEliminarToda esa maniobra con cada lectura se torna cada vez más turbia.
La respuesta es no. Un detective no puede poner dispositivos electrónicos en un domicilio privado, sea vivienda, oficina o local comercial porque es es una clara violación del derecho a la intimidad e infringe la ley tanto el que realiza el acto como el que lo contrata y se enfrentan a cargos penales y civiles.
EliminarLos detectives pueden hacer seguimientos en lugares públicos, entrevistas, pueden recopilar información pública y entrevistar a personas relacionadas con el caso.
Otra cosa es lo que algunos hacen, el dinero todo lo puede.
Gracias por la aclaración, si yo estuviera en la piel de Carmen y Mario no volvería a dormir tranquilo.
EliminarHan entrado en su casa, han puesto cámaras y micros y lo han hecho de tal manera que ninguno de los dos ha sido capaz de darse cuenta.
Yo cada vez tengo más claro que van a por Tomás, Carmen y Mario son gente normal que se gana la vida trabajando, iba a poner que no tienen acceso a ninguna información importante, pero eso vale en el caso de Mario, Carmen es la mano derecha de Tomás, además también conoce a Domenico, otro empresario poderoso.
Esto empieza a parecerse a un libro de Agatha Christie, habrá que esperar al siguiente capítulo a ver si sacamos algo en claro.
Apasionado en todas las profesiones tenés gente que respeta leyes y protocolos de su profesión y hay del otro tipo dónde no existen límites o hay pocos.
ResponderEliminarEn mi profesión existen los caranchos, ave carroñera que habita en el campo. Hay letrados que como esa ave se alimentan de carroña. La diferencia es que esa ave lo hace para su sustento.
En mi profesión si no tienes cuidado puedes terminar con una quemadura muy fea, pero nada comparado con lo tuyo amigo Torco, en tu profesión ni teniendo cuidado estas a salvo.
EliminarEmpiezo a apreciar más el extremo calor de la soldadura.
Jejeje, Corvachobs, cuando mi papá terminaba de almorzar, mi madre le hacía un café bien cargado acompañado de alfajores. Yo me quedaba viendo las golosinas con ansia, tendría como cinco años y me hacía la tonta para robárselas. Cuando me pilaba, decía: ¡Salí, carancho, andáte a comer a la concha de la lora!
EliminarMariale.
Quizás Mario nos esté dando pistas diciendo que está haciendo un capítulo nuevo y repasando el 191. He echado un vistazo y claramente hay dos amenazas: la vuelta de Gerardo con un negocio no muy claro y una amenaza más que evidente de Diego donde le reta a Mario y le llega a decir se donde vive y donde trabaja, apostamos? Con una chuleria del que se sabe ganador antes
ResponderEliminarYo veo más amenaza la de Gerardo ya que parece que tiene una disputa con Tomás y tiene pinta que Gerardo hará lo que sea para ganar.
EliminarEn cuanto a Diego, es camarero de un bar, puede ser peligroso, si, pero nada comparando a Tomás o Gerardo.
feliz fin de semana. El mío empezó muy bien. Mi hija perdió sus llaves y cambiamos la cerradura de la puerta principal y trasera. Me tomo un vinito mientras veo a mi esposo tratando de entrar incógnito a la casa...
ResponderEliminarMariale.
Buscando en el arcón de los recuerdos, encuentro datos muy valiosos sobre el niño Gerardo y sobre Tomás.
ResponderEliminarEn el cap 191 Carmen le cuenta a Mario sobre un proyecto Gerardo le ha presentado a Tomás. El mismo se presenta demasiado fácil y Tomás piensa en una posible contraprestación después de firmar el acuerdo.
Esa es la razón por la cual retrasa darle el ok para su firma. Eso quizás saque de quicio al empotrador de damas y la paciencia no es una de sus escasas virtudes.
Luego busqué en los capítulos sobre las vacaciones pagadas con sexo. Allí mientras Gerardo se encuentra con Carmen, sus esbirros lo siguen a Mario para advertirle a su jefe si está acercando a la casa que les tocó en suerte. Claro Gerardito folla con Carmen en ese lugar y no quiere distracciones.
En el 177 don Gerardo vuelve a follar con ella, a pesar de que estuvo con Santos. Al mejor estilo Goucho Marx diría estos son mis principios, si no le gustan tengo otros.
Allí se produce un encuentro tenso con Mario cuando se retira y habla sobre el cachetazo que le pegó a su esposa.
Mario le dice: "Si no me llega a parar Carmen te envío a urgencias hijo de puta".
Gerardo le responde al mejor estilo ganster: "A urgencias...el hospital de parapléjicos de Toledo te suena? De urgencias al hospital de La Paz y de allí a Toledo y ese fue el itinerario de la última persona que se atrevió a hablarme así. Te lo voy a pasar esta vez porque no quiero joderle la vida a Carmen, pero ten cuidado , no sabes dónde te estás metiendo".
Con respecto a Tomás, en el capítulo 176 ,parece ser que en el pasado siendo socios con Gerardo, a Santos le pegan una paliza por deudas de juego y con la intervención de él esos hombres desaparecieron del lugar.
Esto se lo cuenta Gerardo a Carmen. Pero cuando ella quiere saber más sobre lo que pasó y qué hizo Tomás, él le dice: "Te voy a dar un consejo: no te metas en lo que no te incumbe; hazme caso te va muy bien con Tomás no la jodas por meter las narices donde no debes".
Esto demuestra que el amigo de Carmen era o es un hombre de armas tomar.
Si bien solo son datos que uno va recolectando, no mueven la aguja con respecto a la responsabilidad de Gerardo en el asunto de las cámaras, solo por ahora.
Querido Mario, en el próximo puede ser que entre la canción de Maná?. Desde mi lugar en el mundo con la tribu haciendo añicos mi paz y nuestra "luna de miel", los saludo afectuosamente.
Para mi Tomás es un hombre de acción, el no amenaza hace, como lo hizo con aquellos hombres que dieron una paliza al subordinafo de Gerardo.
EliminarNo digo que Gerardo no sea capaz de hacerlo, pero creo que el utiliza más la intimidación, si no porque no se ocupó el de los hombres que golpearon a su subordinado.
Porque en ese momento Tomás tenía ascendencia sobre él. En esos grupos existe un respeto y obediencia con respecto a quien lidera.
ResponderEliminarClaro que como ocurre con los animales que viven en grupos en algún momento el liderazgo se desafía por alguien más joven.