Hasta aquí. Crónica de un semestre.
Veintiséis capítulos y un semillero
A mediados de septiembre del año pasado me tomé un tiempo para pensar. Llevo muchos años escribiendo el diario, desde noviembre de dos mil siete. Esta es mi primera experiencia fuera de mis escritos en el ámbito profesional y pronto pagué las consecuencias de entrometerme en un terreno en el que me sigo considerando un aprendiz. «Escribo para mí», decía en uno de los primeros comentarios que hice. Es cierto, ante todo escribo para mí y también para quienes quieran acercarse a la historia y sientan que les aporta algo. Más tarde, leyendo las biografías de auténticos escritores, he visto con gran sorpresa que no dije nada original.