Capítulo 176 Lo que ocurre en la playa… (6)
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Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar.
Solo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.
De lo pasado, no lo voy a negar,
el futuro algún día llegará
Y del presente,
qué me importa la gente
si es que siempre van a hablar.
Pablo Milanés, 1978
Pablo Milanes y Silvio Rodríguez en Argentina (escuchar)
Veintinueve de Agosto, dos mil uno
—¿Quién era?
—Emilio.
—¿No ha querido hablar conmigo?, qué raro.
—Estaba reunido.
—¿Qué quería?
—Pedirme un favor. Lleva hablando con los inversores varios días, le corre prisa cerrar un acuerdo con Esteve; le conociste en el simposium.
—Puede ser, no me suena.
—Está aquí, tiene casa en Sancti Petri. Ha pensado que, como le conozco, podría hacerme cargo, así evita desplazarse a Sevilla; se lo dijo y le pareció perfecto. En una hora como mucho lo resuelvo.
—Todo eso sin contar contigo.
—Mujer…
—Lo veo muy precipitado, Mario. ¿Precisamente hoy?
—Una hora. A ver si vas a ser la única que trabaje en vacaciones.
—Eso es un golpe bajo. —protesté.
Se marchó, tampoco sería tanto tiempo; quién era yo para reprocharle nada. Hacía una mañana espléndida, me puse un short de algodón y una camiseta, recogí las tazas del desayuno y descolgué la ropa del tendedero. A la sombra de la fachada trasera incluso hacía fresco. Clasifiqué la ropa en montones y entré al cuarto de servicio a sacar la carga de la lavadora. Desde allí escuché el móvil.
—¿Ya habéis acabado?, qué pronto.
—Buenos días, ¿interrumpo?
—Tomás, buenos días. En absoluto. ¿Cómo estás?
—Bien. ¿Qué tal va todo?
—Genial. La casa es una maravilla; Conil ya lo conocíamos, pero movernos en barco por la costa y recorrer los alrededores en un deportivo es otra cosa. ¿Sabes?, estuvimos en una playa nudista, te va a gustar, estoy más morena.
—No te he llamado para eso. Háblame de Gerardo.
Me molestó el tono y saqué las uñas.
—¿Desde cuándo tengo que darte cuenta de mis vacaciones?
—Desde que entró en juego Marcos Peña y Gerardo negoció contigo otros servicios, a partir de ahí dejaron de ser vacaciones. Por supuesto tienes que dar explicaciones.
Algo serio estaba pasando, pero había marcado distancias; lo dejé pasar, cambié de registro. Le informé de lo que podía, porque había cosas que incumplían el trato.
—¿Eso es todo?
—A grandes rasgos.
—Gerardo es muy hábil sonsacando información. No le habrás contado nada que me comprometa.
—Cómo se te ocurre.
—Piénsalo bien, no habrás cometido ninguna indiscreción, por pequeña que sea, nada.
—Nunca voy hablando por ahí de mi vida privada, y menos con tus amigos.
—No somos amigos, lo que te he conseguido es porque me debe muchos favores, no te confundas.
—Lo sé. Ni ha preguntado, ni ha insinuado nada; jamás hemos hablado de ti. Tiene claras cuáles son mis lealtades, y dónde están mis sentimientos.
—Eso no viene al caso.
—Te lo digo a ti, no a él.
—Asegúrate de que no traspase los límites del acuerdo; se estricta. ¿Lo estás siendo?
Vacilé, la duda atravesó la distancia.
—Me quedan por cumplir dos de las citas acordadas; luego, se acabó.
—No has contestado. Es igual, ya hablaremos.
—Espera, déjame que te…
Colgó sin despedirse, estaba dolida y confusa. Terminé de doblar la ropa seca reviviendo la conversación; recordé la advertencia de Gerardo, «Tomás se entera de todo». Como si lo hubiera invocado, escuché el bramido de la moto. Entró sin llamar, se había convertido en costumbre, estuvo deambulando hasta dar conmigo en la parte de atrás.
—¿Qué haces aquí?
Miró la cesta de mimbre con la colada.
—He venido a ayudarte a tender. Yo también me alegro de verte.
—Vete, acabó de hablar con Tomás. Sabe lo nuestro. —Se echó a reír.
—Para el carro. ¿Desde cuándo hay un «lo nuestro»?
—No te rías, se ha enterado de que nos estamos saltando el acuerdo.
Le cambió el semblante, ¿tan grave era?
—Es imposible, a menos que te hayas delatado.
—Lo sabe, el tono de la conversación no era el de siempre. Estoy segura, alguien le está informando de las veces que entras y sales.
—Eso es mucho suponer; Tomás presume de tener ojos en todas partes, pero dudo de que tu vida sexual le preocupe tanto.
—No intentes engañarme, lo conoces tan bien como yo.
—Supongamos que tienes razón, ¿qué puede pasar?
—Vete, vete. Si tiene ojos en todas partes, a estas horas ya se ha enterado.
Traté de alejarle, porque ya lo tenía jugando con los botones del escote.
—Entonces, qué importa si me voy dentro de cinco minutos, cuando terminemos de colgar la ropa.
—Márchate, por favor.
Hizo caso omiso, había deslizado los tirantes de la camiseta por los hombros y los acariciaba con tanta suavidad que me costaba apartarlo; además, yo le sujetaba la cintura sin pensarlo, tampoco mi boca estaba libre para protestar, ¿qué iba a protestar si acababa de entregar mis pechos a la ansiedad de sus manos. Con qué habilidad consiguió desabrochar los botones y se empeñaba en retirar la tela que los cubría.
—Para. Mario está a punto de volver, no quiero que nos encuentre…
—¿Follando? Qué va a hacer si nos sorprende en plena faena, ¿montar un escándalo?
—Él no es como tú, sabe cuál es su lugar.
—Y cuál es, dímelo, porque yo todavía no lo sé.
—Me respeta, respeta mi trabajo y yo le respeto a él, ¿tan difícil te resulta entenderlo? Anda, vete.
—Respeto; si tú lo dices… De acuerdo —Me dejó a medio desnudar—, te ayudo a tender y me voy.
Para qué discutir. No abroché el escote ni coloqué los tirantes, los dejé colgando adrede; él me pasaba las prendas, yo las iba tendiendo, hablando de banalidades, viendo cómo se detenía más de la cuenta a volver del derecho las bragas, a estirar los sujetadores. Y yo, muriendo porque acabara lo que había empezado, aunque nos sorprendiera Mario, aunque Tomás se enterara.
Terminamos con la colada y volvió la cordura. Una mujer con las mejillas encendidas, los pezones erizados, los tirantes caídos pidiendo cordura.
—Deberías irte.
El móvil le impidió responder.
—Dime.
Colgó y se volvió hacia mí.
—Mario está de camino.
Me besó con furia mientras yo procesaba la frase.
—¿Está de camino? Cabrón hijo de puta, lo estás vigilando, tienes a tu perro apostado.
—Me gusta cuando te revuelves, pareces una loba acorralada.
—Hijo de puta.
—Todavía tenemos tiempo.
Le abofeteé. Sentí algo inesperado, una profunda liberación. La sorpresa lo detuvo un segundo nada más, enseguida me sujetó la muñeca con una mano, con la otra desgarró la camiseta; intenté soltarme y quedé atrapada contra su pecho envuelta por el olor a hombre, el olor único y personal de Gerardo. «Eres un… cerdo», le escupí de un modo que a mí misma me excitó. Tardó poco en bajarme el short con las bragas y menos en arrastrarme fuera del solado y empujarme al césped, del impulso trastabillé y caí de espaldas; no lo pensé, pateé para librarme de la ropa enredada en los tobillos y abrí las piernas, lo deseaba, abrirme, ver cómo se deleitaba teniéndome abierta, rendida, entregada. Actuaba con una calma desesperante, contaba con que no me iba a mover; lanzó los mocasines lejos, se deshizo de la camisa botón a botón, soltó el pantalón como si tuviera todo el tiempo del mundo provocando lo que quería escuchar.
—¡Fóllame, joder, fóllame de una vez, no seas cabrón!
Embistió sin piedad, grité como si me hubiera acuchillado, me vapuleó ignorando la inminente llegada de Mario; conseguí ponerme encima y le follé con todas mis ganas temiendo ver aparecer a mi amor en cualquier momento, deseándolo para poder consumar un orgasmo rotundo; follamos a la desesperada, rodamos en la hierba, se corrió ahogando los gritos, apurando el tiempo.
Se enderezó de rodillas entre mis piernas, parecía un titán bien armado y yo, a sus pies, la víctima derrotada de un combate sangrando a borbotones por la herida palpitante entre los muslos. Apoyó un pie en el suelo. ¿Pretendía marcharse y dejarme así?
—Suelta la camisa, estás sudado.
Estaba guapo con la piel brillante de sudor plagada de briznas de hierba, yo notaba la frente perlada. Alcancé la braga, con ella recogí lo que brotaba incontenible, se la lancé y la atrapó al vuelo.
—Échala al cesto de la ropa sucia, ¿sabes dónde está o te lo tengo que indicar?
—Nena, estás en mi casa. En el cuarto de servicio.
Le señalé la ropa recién recogida.
—¿Ves ese montón?, elige unas bragas y las subes. Y el short, tómalo, yo voy ahora. ¿Qué? Tú te habrás quedado a gusto, yo no.
—Tu marido está al caer.
—No me vas a dejar a medias, no te lo consiento. Por Mario no te preocupes, sabe comportarse.
—Eso ya lo veremos. —se jactó.
—¿Qué estás pensando? A Mario déjalo en paz, ¿me oyes?
—Está bien, está bien. Es que me lo has puesto a huevo con tanto respeto y tanto saber comportarse. Vale, ya lo dejo.
Esperé a estar sola. Sin ninguna duda sabe comportarse y lo de Gerardo era solo una bravuconada; de todas formas prefería ponerle sobre aviso.
Pero antes de llegar a hacerlo, el móvil cobró vida.
—Hola, cielo, ¿qué andas haciendo?
—Mario, yo…
—He terminado, voy camino al centro comercial. He pensado hacer la compra, porque luego se llena, no tardaré más de una hora.
……
La reunión con Esteve era inaplazable. De haber estado en Lanzarote, como de costumbre, Emilio se habría hecho cargo y a estas horas estaría en Sevilla; aquel arreglo era lo más conveniente para todos, a mí no me llevaría demasiado y cerrábamos un acuerdo crucial para el proyecto de expansión en Andalucía. Quedamos en una de las terrazas de moda.
Le oí llegar, me distrajo el estruendo de la moto y la manera de acelerar en falso para hacerse notar. Aparcó usando toda la parafernalia propia del motero de exhibición; me vio pero fingió no haberme visto. Con paso indolente escogió una mesa a distancia adecuada para observar con discreción. Al principio estuve incómodo, enseguida centré mi atención en lo importante. Habrían pasado diez minutos cuando salió escopetado, arrancó y partió a toda velocidad. Un murmullo en mi cabeza parecido a un virus montó un escenario probable sin que nada pudiera hacer por acallarlo; terminada la reunión, el murmullo era un clamor. Volví casa, quería asegurarme. De lejos distinguí la puta moto aparcada en la puerta. Parado en mitad del camino, con el motor en marcha, sin un plan concreto, marqué.
—Hola, cielo, ¿qué andas haciendo?
—Mario, yo…
Conozco ese tono y quise ponérselo fácil. Improvisé, daba igual cuál fuera la historia, ambos sabríamos la verdad.
—…no tardaré más de una hora. ¿Suficiente?
—Eres mi vida. Te quiero, lo sabes, ¿verdad?
—Claro, tonta. Haría lo que fuera por ti. Anda, vuelve.
…..
—¿Qué haces ahí? Levanta, mira cómo estás poniendo la cama, vamos a la ducha.
—Pero…
—Tenemos una hora.
Nos duchamos, Le pedí que apoyara las manos para enjabonar su poderosa espalda y darme el gustazo de palpar esa obra de arte esculpida en canchas y piscinas; me alejaba a contemplar el cuadro completo: hombros, trapecios, dorsales; las manos volaban como las de un alfarero con la ligereza del gel. Vi brotar entre sus piernas un chorro potente, largo e interminable que sacó a flote mi vicio secreto; no quise delatarme, mi instinto decía que en ese aspecto era poco de fiar. Me pegué a su cuerpo y sofoqué el incendio amasando los pectorales; se mostraba extrañamente sumiso. Deslicé las manos por el vientre y le devolví la gloria a la polla; una vez enjuagada la degusté bajo la lluvia aferrada a sus hermosas nalgas, rebuscando entre ellas hasta donde su orgullo de macho lo permitió. Qué tonto, si supiera lo que se perdía. No lo agoté en mi boca, de vuelta a la cama lo monté, era mi turno; cabalgué desenfrenada, loca; aguanté que maltratara mis pechos dándoles guantadas de un lado y de otro, lo detesto sin embargo acabé gozando entre insultos a su pobre madre frotando con furia mi glande hinchado, enhiesto, tan sensible que brinqué sobre la verga hasta morir de placer.
No nos bastó, éramos dos animales en celo alimentando el deseo en lugar de apagarlo. Me enganchó por detrás; dos animales en celo copulando sin barreras. El polvo blanco lo trastornaba, lo volvía inmune a las súplicas, «Para, para, me estás matando». ¿En serio?, ¿quería que parara de perforarme el culo? ¡Ni de coña! Metía un ritmo salvaje, golpeaba de un modo brutal, duraba lo que ninguna otra bestia lograba después de dos polvos seguidos. Rugió, cayó desplomado y me aplastó contra el colchón.
—Quita, déjame respirar.
—Joder, eres la hostia.
—Voy a cambiar las sábanas, mira cómo están.
Antes, nos volvimos a duchar, seguía erecto, seguía con ganas, yo también pero era tarde, le masturbé un rato, me hizo un dedo mal hecho; las prisas. Al salir del baño confirmé mi sospecha: nos habíamos pasado de largo la hora acordada.
—Corre, está al llegar.
—¿Qué pasa si llega?
Arrogante, en pelotas, con la polla tiesa. Por Dios, qué bueno estaba.
—Vístete y lleva la ropa al cesto, yo hago la cama. ¡Dónde vas, vístete, joder!
…..
Aquí estoy, esperando en un bar cualquiera haciendo tiempo, reafirmando una promesa: «Haría lo que fuera por ti», cualquier cosa con tal de hacerla feliz. Soy su vida, me quiere, lo sé. Por eso jugamos un juego al que pocos se arriesgan a entrar y pocos salen ilesos.
Añoro algo que no debería: volver a Sevilla, volcarme en Candela. Entonces echaré en falta a Carmen y sentiré el mismo vacío que ahora me consume. Vacío, placer, dolor, deseo, angustia, amor. Forma parte del juego el contraste, lo sé; aun así nunca llegaré a acostumbrarme.
Después, cuando todo pasa, queda una certeza: Sin amor solo habría vacío.
Pablo Milanés inunda el bar con su poesía, viene a llenar el vacío.
«Yo no te pido que me bajes una estrella azul, solo te pido que mi espacio llenes con tu luz.
Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar, solo te pido que tú quieras las palomas que suelo mirar.
De lo pasado, no lo voy a negar, el futuro algún día llegará.
Y del presente, qué me importa la gente si es que siempre van a hablar.»
Dale caña, cosita, machácalo.
…..
Cuando llegué, la puta moto seguía allí.
Pues si así tenía que ser, así sería. Pulsé el mando de la verja y conduje hasta la puerta. Recorrí el jardín, tal vez estaban en la piscina. Escuché voces en la parte de atrás.
—Hola, no te esperábamos tan pronto. ¿Verdad, nena?
Era yo quien no esperaba encontrarlos desnudos departiendo como si de una pareja cualquiera se tratara. Mis ojos volaron a la verga descapullada; retiré la mirada pero había captado el estupor y sonreía burlón. «No tengo nada que envidiarle», pensé. «No digas bobadas», rectifiqué. Portaba un bulto que reconocí por el estampado: las sábanas de la cama. Carmen estaba seria.
—Danos un minuto.
Sentí que molestaba. Volví sobre mis pasos, sin rumbo. Recalé en el jardín y maldije el momento en el que decidí entrar.
…..
—¡Gerardo, Gerardo!, joder. ¡Espera!
Ni caso. Ya estaba bajando las escaleras con las sábanas, desnudo a pesar de mis voces; Mario estaba al llegar.
—Para, nos va a encontrar.
—¿Y qué? Estoy en mi casa con mi… geisha.
Le seguí hasta la parte de atrás.
—¡Te quieres parar, joder! —Al fin conseguí detenerlo.
—Se nos está yendo de las manos, ya has oído a Tomás. Escúchame, esta ha sido la última vez, ¿me oyes?, ¿me estás escuchando? La última vez.
Entonces descubrí a Mario mirándonos desconcertado.
…..
—Tu mujer está arriba, haciendo la cama. Sube si quieres; yo, en cuanto me vista, me marcho.
Le vi dirigirse a la casa; la tentación pudo más y me detuve a mirarle. Menudo culo. Entré en la cocina, estaba aturdido, ¿a qué había ido? Tardé en reaccionar; abrí una lata de Coca Cola, bebí un trago, nunca me ha gustado sola y menos, beber de la lata. Poco después apareció otra vez; ni allí me iba a dejar tranquilo.
—Estoy muerto de sed.
Cogió un vaso, lo llenó de la jarra del frigorífico, lo bebió de un trago frente a mí exhibiendo cuerpo y polla. No era verdad, tenía bastante que envidiarle. Puso el vaso en el fregadero y se acercó.
—Déjala descansar, lleva una mañana muy movida.
Tardaron poco en bajar, yo estaba en el salón; los miré sin ninguna intención de acercarme, se despedían en voz baja. Había una complicidad impropia entre una scort y su cliente. ¿Seguro? Pensé en Candela, en la ternura que me provocaba despertar a su lado.
Por fin dio señales de marcharse, Carmen le acompañaba a la puerta. Antes de salir del salón se detuvo.
—Casi lo olvido.
Le cruzó la cara, fue un golpe rápido y seco, tan contundente e inesperado que perdió el equilibrio, aún tuvo tiempo de agarrarse al respaldo del sillón más cercano. Salí disparado a por él.
—¡No, Mario, no! —me pidió a gritos—. Frené en seco. Se rehízo, cubrió la mejilla con la mano y comprobó si le había hecho caso
—Eso es, sujeta al perro. —Le miré cargado de odio. Sonrió, se creía inmune—. Ni se te ocurra volver a ponerme la mano encima, ¿está claro? —le advirtió sin perder la calma.
—Sí. —respondió con un hilo de voz
Le sujetó la barbilla y quedaron cara a cara. Carmen extendió el brazo para detenerme.
—Que si lo has entendido.
—Lo he entendido. —contestó en voz alta.
Agarró la blusa con las dos manos por el escote, la zarandeó y al segundo intento la rajó de un brusco tirón, ella volvió a hacer un gesto pidiéndome contención; una tercera sacudida dejó la prenda abierta por completo. Gerardo la cogió con firmeza por la cintura y le apretó uno de los pechos sin dejar de observarla.
—¿Vas a echarte a llorar?
Negó con la cabeza.
—No te escucho.
—No.
—¿Y qué haces mirando al suelo? ¡Levanta la cabeza, coño!
Clavó los ojos en él, ya no los apartó mientras la puso a prueba. La imagen era tremenda; Gerardo la tenía bien amarrada por los riñones, había ido estrechando el contacto hasta no dejar ni un resquicio entre ellos, Carmen tuvo que doblar la espalda hacia atrás para mantener el espacio que le permitía manosearla; por un instante abandonó sus pechos, le retiró el cabello del rostro y terminó con una caricia en la mejilla, ella se arrimó como un perrillo a la mano que poco antes la había castigado. Con los brazos colgando, sin ofrecer resistencia era la viva imagen de la entrega absoluta. Al cabo de un rato se detuvo con uno de los aros entre los dedos tirando del pezón.
—Qué es esto. ¿Se puede saber para qué te hago regalos, eh?, ¿para que los guardes?
No obtuvo respuesta; la tensión se palpaba en el aire.
—Dámelos.
—¿Qué?
—Que me los devuelvas. Si no los piensas usar, me los llevo.
—No sabía que ibas a venir.
—Te alojo en mi casa, te doy todos los caprichos, te trato como a una reina; lo menos que puedes hacer es ser agradecida.
Se había quedado sin palabras, solo negaba con insistencia.
—Devuélvemelos.
—Espera. Me los pongo, me los pongo.
—Rápido, no tengo toda la mañana.
Nos quedamos inmersos en un denso silencio. Gerardo se dedicó a dar cortos paseos de un lado a otro; yo, espectador de una escena demoledora, me debatía entre ponerlo en la puta calle o esperar a que todo acabase, porque temía la impredecible reacción de Carmen si lo echaba, aunque mi inacción me estaba dejando como un pelele.
—¿Por qué te empeñas en humillarla?
Se volvió como si acabase de caer en la cuenta de mi presencia.
—Esto no va contigo, no te metas. Trabaja para mí, a ver si lo entiendes, tú solo eres un... invitado; puedes quedarte a mirar, calladito y sin molestar, o si no te gusta, ya sabes. —dijo señalando la puerta.
Estaba crecido. La reaparición de mi mujer evitó una respuesta de consecuencias irremediables. No se había desprendido de la blusa hecha jirones, en cambio volvía descalza; sus pechos se mostraban vibrantes con cada paso precipitado, los eslabones bailaban alborozados. Se detuvo frente a él con la respiración agitada esperando el veredicto. La examinó con calma, los dedos parecían leer un mensaje invisible escrito entre el collar y la sensible piel del cuello que la hizo estremecer, después trazó una senda por los hombros a los costados, dibujó la base de los pechos, recorrió con los pulgares las cadenas que pendían de los pezones y, oh, Dios, la vimos sucumbir. Gerardo la sostuvo. Aún temblaba cuando la acogió en sus brazos.
—Prométeme que los vas a usar. —le dijo al oído.
—Te lo prometo.
—Júralo.
Ella nunca jura. Tres segundos le bastaron para quebrantar sus principios.
—Te lo juro.
Se recuperó; le miró avergonzada, tal vez porque no estaban solos. «¿Estás bien?», le susurró él como si estuvieran solos; ella afirmó con la cabeza.
—Tú, haz algo útil. Tráele unas bragas limpias a tu mujer, ya sabes cómo lo pone todo cuando se corre.
—Vete a la mierda. —mascullé, si pretendía hacerme perder los nervios no le iba a dar el placer de entrar a saco a la provocación. Aunque ambos sabíamos que era cierto, debía de estar empapada, lo estaba antes de desfallecer en manos de su amante, desde que le rasgó la blusa, quizás desde el mismo momento de la bofetada, es probable.
Le cogió un pellizco en la mejilla.
—Necesitas cambiarte de bragas; díselo a éste, a ver si a ti te hace caso.
—Hazlo, por favor. —pronunció en un gemido.
—Así no se va a enterar.
Un gesto de derrota acabó con la última resistencia.
—Tráeme unas bragas. Cariño… —terminó suplicando.
—En el tendedero tienes las que quieras.
« Haría lo que fuera por ti». Como poner fin a aquello. Lo hice, no solo por ella, en el fondo lo estaba haciendo por mí, para satisfacer mi tortuoso deseo. Escogí una entre todas y volví. La encontré desnuda salvo la blusa rasgada, símbolo del ultraje. En el suelo del tendedero había descubierto otra destrozada. ¿Qué coño le pasaba a ese enfermo?, ¿qué nos estaba pasando?
—No te quedes ahí, dámelas.
¿Por qué a él? Avancé, se las di y las guardó en un bolsillo.
—Mira lo que has hecho. —le dijo señalando con disgusto el bulto de la bragueta—. No puedo salir así. Arréglalo.
Se arrodilló sin dudar. No podía creerlo. Le empezó a soltar el cinturón; él chistó, entonces se limitó a bajar la cremallera, a maniobrar con dificultad dentro para extraer la gruesa verga; otro esfuerzo y logró sacar las pelotas, les dedicó una rápida caricia y las acomodó fuera del pantalón. La empuñó para terminar de ponerla a tono; qué soberbia pieza, no era extraño que la tuviera seducida. Desvié la mirada al sentirme observado, pero cedí a la tentación de ver cómo entornaba los ojos y la recorría con la boca entreabierta. «No tenemos prisa», ella ralentizó el ritmo; lamía con auténtica delicia, la sujetaba por la base y la manejaba como una batuta para alcanzar hasta el último rincón. Él la tomó del cráneo y la guio hacia el inflamado glande, Carmen obedeció, lo trabajó con los labios minuciosamente antes de engullirlo, yo sabía lo que le estaba haciendo; aplastarlo con la lengua contra el velo del paladar, lo sabía, lo vi reflejado en el rictus de desesperación que apareció en el rostro de su víctima, sacaba la gruesa cabeza brillante de saliva, la repasaba y la hacía desaparecer. Yo no había hecho nada por detener aquello, entre otras cosas porque admiraba su trabajo. Me dolía la polla constreñida en una posición forzada; sin darme cuenta, me había tocado, ¿lo habría visto Gerardo?, porque a veces me miraba; es natural, qué mayor placer que tener sometido al marido de la puta. Daba igual, me atraía irremisiblemente la imagen de mi mujer postrada, acariciando las pelotas de otro hombre, con la boca llena por un falo imponente; además, estaba demasiado ocupado para interesarse en mí. Se afianzó a la cabeza con las dos manos y empezó a follarla sin pausa ganando profundidad. Cuando estuvo enterrado en la garganta, se irguió mirando al techo sin ver; luego, bajó de las alturas para contemplar su hazaña. Carmen, con los dedos clavados en los muslos del invasor, recibía el estoque sin dar muestra de rechazo. Yo les miraba con el orgullo propio de un maestro, era mi obra; no había tenido ocasión de verla medirse con un hombre de su nivel y por Dios que Gerardo lo estaba. Continuó atravesándole la garganta, haciéndole tragar aquella envidiable pieza, mostrando la verdadera dimensión de su virilidad cada vez que salía por la boca.
Llegó el punto de no retorno, la estaba follando sin piedad, resoplando como un animal. Al llegar al clímax, la apartó bien sujeta por la melena y apuntó a la cara. Mi niña cerró los ojos, mantuvo los labios entreabiertos y esperó. El semen brotó con fuerza, cruzó el espacio y se estrelló en el rostro haciéndola temblar en cada impacto; Gerardo acortó la distancia a medida que menguaba la potencia de los disparos; yo quedé ausente viendo la similitud entre el goterón de la barbilla y el que amenazaba con caer del glande, ¿cuál de los dos se descolgaría antes?, era absurdo teniendo cosas más graves de las que ocuparme. «Límpiame», le ordenó, ella lamió lo que estaba a punto de desprenderse de la punta, a continuación la chupó con glotonería mientras ordeñaba el tronco para extraer los últimos restos.
—Serás puta, me estás poniendo cachondo otra vez. Vas a dejarme seco.
Le ayudó a levantar. Estaba preciosa con el rostro surcado de trallazos de semen. Entonces hizo algo fascinante: se limpió la barbilla con dos dedos y los chupó. Gerardo me miró, no hicieron falta palabras para entendernos: «¿Has visto lo que yo?»; «Lo he visto», pensé, de buena gana habría exclamado: «esta es mi chica». Gerardo recuperó la posición en sus pechos, los sobó en silencio mientras la estudiaba.
—Buen trabajo; ahora, déjalo todo como estaba.
Le costó entender; entonces, trató de guardarla, pero era demasiado grande y estaba demasiado dura para entrar por el hueco de la bragueta; desabrochó el cinturón, abrió la cinturilla, bajó la cremallera; así pudo maniobrar con soltura. Qué manejo tenía. Mientras tanto, él le manoseaba las tetas sin ninguna delicadeza, recogía lo que le resbalaba por el rostro y se lo llevaba a la boca; ella lamía obediente los dedos sin perder la atención a su tarea. Le colocó la camisa con esmero, cerró el pantalón, cinchó el cinturón y se detuvo. Fue un tiempo eterno; para él, un tiempo de doma; para nosotros, una experiencia que el tiempo nos permitiría ver con perspectiva.
Sin previo aviso la soltó.
—Te recojo a las ocho.
Nos quedamos en silencio hasta que el tronar de la moto se apagó a lo lejos.
—¿Por qué lo has permitido?
Tenía en las manos la blusa, con ella se limpiaba el semen del rostro.
—¿Qué parte?
—¡Carmen, por Dios! Por qué has dejado que te abofetee.
—Qué más da. Porque me paga.
—¿Es razón suficiente?
—No lo comprenderías.
Qué tenía que comprender. Allí, delante de mí, desnuda, provocativa sin pretenderlo, se limpiaba la cara y me miraba de una forma obscena sin intención de serlo. Con el cabello desordenado como lo hubiera compuesto el estilista de una escena porno, me retaba a entenderla.
—Si vieras la cara de golfa que tienes… —dije, sofocando un arrebato de gozo.
—Será porque soy una golfa.
—Para, no sigas limpiándote.
—¿Ahora qué quieres?
—Nada. He recordado la primera vez que estuviste así.
—Así, cómo.
—Arrodillada delante de un tío, comiéndole la polla. En casa de Doménico, ¿te acuerdas?, la primera noche, nada más llegar.
—¿A qué viene eso?
—No te había vuelto a ver haciéndolo. Has mejorado mucho.
Sonrió con desdén y continuó retirando el semen con una punta de la blusa.
—La práctica, Mario; son muchas pollas las que llevo tragadas.
Le señalé la frente, tenía un colgajo cerca del pelo.
—Voy a lavarme, acabaré antes.
Tercer pago
—Te lo advierto, si apareces con la más mínima huella, la menor señal, esta vez no me paras.
Me preparaba para acudir a la tercera cita. No habíamos vuelto a mencionar el incidente en todo el día. Hicimos vida normal, poco a poco conseguí recuperar el buen ambiente del comienzo de la mañana, antes de salir a su cita con Esteve, cuando yo aún no esperaba la visita que lo trastocó todo. Costó bien poco hacerle sonreír, sacarle una broma, a continuación me interesé por el resultado de la reunión. Los planes de absorción iban adelante con buenas expectativas. Le escuché aparentando más atención; porque mi cabeza seguía en el fogonazo tras la bofetada, en lo que se me escapaba entre los dedos: gritos, opresión, imágenes borrosas, figuras a un paso de ser capturadas, miedo. Otra vez el pánico me dejó sin recursos ante el abuso de Gerardo, incapaz de reaccionar y defenderme. Logré superarlo, pasamos el día como si no hubiera ocurrido.
Hasta que Mario insistió en reavivar el rescoldo.
Dejé el rímel sobre el lavabo.
—Escúchame. Yo lo provoqué, estábamos tendiendo la ropa, le había dicho que se marchara, tú estabas al llegar. «En cuanto acabemos, me voy»; entonces le llamaron, dijo que estabas de camino. Te estaban vigilando, ¿te lo puedes creer? Se lo reproché y me calló con un beso; no soporto que me ninguneen, lo aparté y le abofeteé. Eso fue el desencadenante.
—¿En serio?, ¿qué pasó después? Ya, no me lo digas.
—Mario…
—Te llevó a la cama, como si lo viera.
—Escucha…
—Le abofeteaste, pero sucumbiste.
—¡Joder, quieres dejarme hablar! Sucumbí, como dices, le crucé la cara y me inmovilizó. Después… me arrancó la ropa, follamos en el césped; qué quieres, ¿te lo oculto? Follamos como animales, como bestias; follamos, le comí la polla, ¿quieres más?
Acción, reacción; siempre nos pasa igual, nos retamos fingiendo ser dos fieras enjauladas.
—No puedo con él, ¿qué quieres que haga? Después, llamaste, me concediste una hora y seguimos follando, ¿acaso no lo sabías?
—Estaba en la puerta, cariño, coincidimos en la terraza donde tenía la reunión; al verme, salió disparado. Lo imaginé; al acabar, regresé, vi la moto en la puerta, te llamé e inventé una historia, esperaba que tuvierais margen para evitar encontrarme lo que vi.
—Lo siento.
—No lo sientas, me da igual que te lo tires; eso sí, no voy a tolerar que te maltrate, ni a él ni a nadie.
—Traspasé los límites, me lo ha hecho entender. No va a volver a tocarme.
—Si veo el más mínimo indicio…
—¡Para ya! Esto no ha sido un tema de «chico pega a chica». Ponte en mi lugar: imagínate a tu hermano y a ti hace unos años bromeando; os enzarzáis y acabáis calentándoos, se te va la mano, le sueltas una bofetada y él te la devuelve para dejar clara su posición de hermano mayor. ¿A que no lo interpretas como maltrato o como abuso?
—No es lo mismo.
—Olvídate que soy mujer, piénsalo. Entiendo tu preocupación, pero sé cuidar de mí misma.
…..
Los hombres son como niños grandes, no pueden ocultar una travesura, se les nota enseguida.
Cenábamos en el restaurante del hotel en Barbate donde pasaríamos la noche, lo noté inquieto, no me quiso decir qué le pasaba; mentía muy mal, como todos. Desistí. Cuando vi aparecer a Marcos Peña supe que no era casualidad, Gerardo notó mi malestar y procuró abreviar el encuentro, hubo un amago de vernos más tarde en la disco, ahí quedó la cosa, volvimos a la cena, hizo un par de bromas para recuperar el ambiente; pero yo no estaba para bromas.
—¿Desde cuándo lo sabes?
—Venga, Carmen…
—Desde cuándo.
—Me ha llamado un par de veces.
—¿Desde que estoy aquí?
—Más o menos. No le he contado nada. Joder, no te pongas así.
Dejé los cubiertos en el plato; había perdido el apetito.
—Vámonos.
—Espera, mujer, deja que te cuente.
—Qué me vas a contar, ¿que habéis alardeado de vuestras hazañas con la puta de Tomás?
—Te juro…
—No jures tanto, no hace falta. Venga, vámonos.
—Escúchame. Soy un imbécil, lo reconozco, pero no por lo que estás pensando. Ha estado dándome la vara contigo hace mucho, desde que me dijo quién eras, pero no soy como me pintas, procuro andar con cautela porque la información sobre lo que hago y con quien lo hago puede volverse contra mí. No confío en nadie, menos en tipos como Marcos; si puede, tratará de usarlo a su favor, cuando sea; si no es ahora lo guardará como oro.
Bebió un sorbo de vino, le dejé continuar, estaba intrigada.
—Volvió a llamar hace unos días, venía a Tarifa para relanzar un proyecto con el ayuntamiento, quedamos en vernos, me propuso moverlo juntos; al terminar volvió a preguntar por ti. Vale, sí, le conté alguna cosa, poco, e insistió en quedar los tres y hacer algo.
—Algo, quiere decir…
—Hacerse el encontradizo, ir a tomar unas copas, bailar, dice que bailas de puta madre, y luego subir los tres a la suite.
—Estabas dispuesto a hacerlo sin contar conmigo.
—No he sabido gestionarlo, perdóname.
—Qué hay que gestionar. Esto está fuera de lugar. Si le cuento a Tomás…
—No tiene por qué enterarse, no ha pasado nada.
—Vámonos.
—Te llevo a casa.
—¿Quién te ha pedido que me lleves a casa? Tenemos un acuerdo, sigamos como si nada hubiera pasado.
La estrategia
Se agotaba el tiempo, tenía que plantear el tema de Santos de alguna manera, en cuestión de horas volvería a la villa, no sé si encontraría otra ocasión como esta. Gerardo dormía, yo descansaba en su costado después de una noche de sexo fuerte como solía darme. Lo iba a echar de menos.
Oriné, estaba agotada. Qué sentido tenía negarlo: lo necesitaba y lo tenía a mano. Preparé unas rayas.
—¿Solucionaste los asuntos que tenías el otro día?
—¿mmm?
—Cuando me mandaste de vuelta con tu chofer.
—No te gustó. ¿Qué haces con eso?
—Pensé que te habías cabreado. Toma.
—¿Tenía algún motivo?
—Te molestó verme hablar con Santos, ya sabes, en cubierta.
—No estabas hablando, estabas zorreando.
—Es verdad, lo siento.
—No te envié con el chofer por eso, pero no me gustó.
—Te pedí disculpas, no lo volví a hacer.
—Eso está bien, que entiendas a la primera.
—La primera y la última.
—¿La última?
—Se nos acaba el tiempo. Venga, no te puedes quejar, me has tenido cuanto has querido, más vale que no se entere…
—Ya, ya; tu protector. De todas formas, nunca se sabe, nena, Tomás y yo tenemos negocios en común.
Era el momento de lanzar la estrategia.
—Pero hasta entonces, nosotros quedamos libres de compromiso.
—¿Qué tratas de decirme?
—Nuestro acuerdo está cumplido, ¿cierto? El caso es…
—Qué, dilo de una vez.
Sabía cómo engatusar a Gerardo, no era complicado; bastaría con dejarme caer en la cama y deslizarme buscando acomodo, el resto lo haría su apetito insaciable capaz de cegarlo.
—Me gusta Santos, y una vez cerrado el trato contigo…
—¿Tanto te apetece follarte a un tipo que no tiene dónde caerse muerto?, ¿qué le ves? Es un patán, apenas sabe juntar cuatro palabras si no es sobre barcos.
—Es algo irracional, y ya que… nosotros no vamos a….
—Porque quieres, lo nuestro no tiene por qué terminar aquí.
—Hay un acuerdo, voy a respetarlo. Volviendo a tu patrón.
—Basta, lo he entendido; tienes todo el derecho a hacer lo que te salga del coño; es más, te lo voy a poner en bandeja, no quiero que se sienta cohibido porque eres mía.
Se levantó de la cama, trató de encender un pitillo y el mechero acabó aterrizando contra la pared. Le había cambiado el humor.
—Te equivocas, no soy de nadie.
—No es lo que dijiste cuando negociamos; según tú, eres de Tomás, ¿o lo entendí mal?
—Lo entendiste perfectamente; así será mientras yo lo permita, no sé si lo captas.
—Creo que sí; eres un… espíritu libre —dijo haciendo aspavientos—, te entregas cuando quieres, a quien quieres, por el tiempo que quieres.
—Ven, ¿qué te pasa?
—¿A mí?, nada.
—Ven.
Era una batalla desigual; mi desnudez frente a su despecho. Estaba perdido.
—¿Te molesta que actúe como tú?
—No sé de qué vas.
Le arrebaté el cigarrillo y lo encendí.
—Escoges a las mujeres que te apetecen, si te cansas las dejas, o se las pasas a tu hombre de confianza. Si yo…
—¿Quién te ha dicho eso?
—Lo imagino. Si yo me encapricho de tu capitán, que por cierto, está muy bueno, y quiero tirármelo porque ya hemos cumplido nuestro acuerdo, parece que te molesta.
—Me la suda.
—No te pongas grosero, pareces un adolescente en pleno berrinche. ¿Sabes lo que creo?, te sientes humillado porque pueda escoger a otro hombre.
—No digas chorradas.
—Es lo mismo que haces tú, no veo por qué te molesta.
—Voy a mear.
Mal jugado; por mi manía de discutir podía irse al traste el plan. Pensé cómo enderezarlo. Puse manos a la obra, el tiempo volaba. Acabé y le esperé boca abajo ofreciendo mi grupa a la puerta. No tardó en aparecer; me estiré como una gata para apurar dos rayas recién preparadas y le pasé la improvisada bandeja. Mi cuerpo era demasiada tentación para pensar en cualquier otra cosa.
…..
—Hablábamos de Santos, decías que me lo vas a poner fácil.
Lo tanteé. Después de este asalto lo había relajado, incluso se ofreció a traer él mismo un par de vasos de agua. Tenía que retomar el plan.
—Hablaré con él, no es la primera vez.
—¿Que le pasas a una mujer cuando ya no te interesa?
Me miró sorprendido, temí haberme descubierto.
—Algo así; me interesas, mucho, creo que yo a ti también, pero si es tu capricho no habrá vuelta atrás, ¿lo entiendes?
—No lo entiendo.
Dio una bocanada y le pedí el cigarrillo.
—Santos recibe lo que yo desecho, es una cuestión de posición social, pertenecemos a clases distintas.
—Entonces, me desechas.
—Porque tú quieres. Te lo advierto, si te acuestas con Santos, lo nuestro se acabó.
Bingo.
—Creí que no había un «lo nuestro».
—No me toques los cojones. —Me hizo reír y le saqué una sonrisa.
—Es lo que se acordó con Tomás. Después del verano cesaría cualquier tipo de contacto.
—Pensé que querías otra cosa.
—Las normas están para respetarlas, lo sabías de antemano. Por otra parte, me apetece tirarme a Santos; una vez cumplido el acuerdo...
—Está bien, está bien, le llamaré.
—Te has enfadado.
—He dicho que le voy a llamar, ¿qué más quieres?
—¿Por qué no ahora?
—Son las… son las cuatro de la madrugada. Joder, nunca terminas de sorprenderme.
Trajo el móvil; me miró tal vez sorprendido cómo había dicho, o dolido.
—¿Seguro que quieres oírlo?
—Por supuesto.
—Prepárate, no va ser agradable.
Sonaron con nitidez tres tonos. «Espera», le dije cuando iba a colgar. Tras un cuarto tono, Santos contestó con voz de estar aún dormido.
—Gerardo, buenas noches.
—Santos, es un poco tarde, pero te va a gustar. He terminado con la zorra que ha estado estos días en la villa…
Me castigaba, quiso ver el efecto, yo puse mi mejor cara de póker.
—…he pensado que querrías pegarle un repaso; por lo que vi, le pones cachonda.
—Poco vio, señor. El día de la ruta por la costa casi se me echa encima. Estuvo provocándome desde que embarcó, incluso se puso en pelotas en proa, abierta de piernas, pidiéndome bebidas, toallas, cualquier cosa con tal de retenerme; le pedí que se contuviera y se puso histérica. Como comprenderá no iba a saltarme las reglas, pero no me lo puso fácil.
Buscó en vano alguna señal de la afrenta que yo evité mostrar..
—Lo sé, Santos. Durante la travesía le tuve que llamar la atención porque te estaba calentando.
—Le agradezco que lo entendiera; ahora que estamos hablando con franqueza, le diré que se lo advertí al marido. Si me lo permite…
—Adelante.
—Esa mujer está mal follada, eso le dije, no es normal cómo se portan.
—No van por ahí los tiros, ya lo comprobarás, es mucha mujer para un solo hombre. En fin, si te sigue interesando puedes usarla a tu antojo, está más que dispuesta. Antes, haremos como siempre, ¿ok?
—Sí, señor; le llevaré el análisis en cuanto lo tenga.
—Date prisa, se marchan el sábado.
—Entonces no va a dar tiempo.
—¿Estás limpio, me lo puedes garantizar? —le preguntó tras una pausa.
—Puede confiar en mí, señor.
—Está bien, pero por si acaso usa condón; esta es de las que les gusta beberse hasta la última gota, no me vayas a joder por una tontería.
—Cuente con ello.
—Te llamará —Se lo confirmé con un gesto—, está como loca porque te la tires.
—Ya le enseñaré yo cómo debe comportarse.
—Con calma; esta tía es la protegida de uno de mis socios más importantes. No te pases con ella, ¿entendido?
—Descuide, la dejaré tal cual, como si no le hubiera pasado nada.
Colgó. Estaba sobrecogida.
—No me puse histérica.
—Lo supongo, no es propio de ti.
—¿Así es como habláis de las mujeres?, ¿le das permiso para que me use? Es increíble.
—Tú has querido escuchar, no te hagas ahora la ofendida. La pelota está en tu terreno, llámale o espera, tú verás.
—¿Qué ha sido eso del análisis?
—No es la primera vez que hereda alguna de mis chicas, es una forma de mantenerlo contento, pero no quiero líos. Santos tiene que presentarme un análisis antes de pasarle las riendas.
—Para que me use a su antojo. Sois unos cerdos.
—Y tú, una furcia con aires de señora, no te hagas la estrecha; te gusta follar más que el comer, no he visto otra como tú, no te paras ante nada, si no fuera por tu empeño en tirarte a Santos, joder, podríamos…
La frustración se le escapó de las manos más de lo que hubiera querido mostrar.
—¿Por qué? —Me rebelé, aun perjudicando mi estrategia.
—¿Por qué, qué?
—Por qué haces incompatible acostarme con Santos y seguir contigo, no lo entiendo.
—No lo entiendes, ¿eh?. Santos y yo nos respetamos, pero pertenecemos a mundos diferentes, él no intenta cambiarlo, su lealtad está muy bien pagada, no solo con dinero. Eso es algo que aprendí de Tomás.
—¿Tomás?
—Así es, ¿te sorprende? Hace varios años me lo dijo; la lealtad no se gana a base de dinero, siempre habrá alguien que pague más. Pasaba unos días aquí con su mujer. Le conté que estaba preocupado por Santos, su rendimiento había bajado, estaba disperso, había comenzado a beber y me planteaba despedirlo, «Entérate de lo que pasa», me dijo, «habla con él antes de tomar una decisión tan drástica, si te ha servido fielmente hasta ahora, puede que tenga un problema serio».
—¿Por qué me cuentas esto?
—Ya lo verás. Un par de días después apareció con señales de haberse metido en una pelea, aquello era el colmo, decidí prescindir de él, pero de nuevo Tomás me hizo reflexionar, eran muchos años de buen servicio como para tirarlos por la borda. Hablé con Santos y tras mucho insistir conseguí hacerle hablar: se había metido en una timba de póker, debía mucho dinero, más del que podía pagar. Presentó la renuncia y, aunque esa era mi idea, le dije que esperase a mi decisión. Tomás me dijo lo que él, en mi lugar, haría. Esa noche lo pensé con detenimiento, al día siguiente trazamos un plan de actuación y se ofreció a ayudarme en la parte más complicada. Llamé a Santos, le di los fondos para saldar la deuda con una condición: asistiría a un centro para librarse de la adicción al juego. Los que organizaban la timba y le propinaron la paliza desaparecieron de la bahía; esa gente no suelta una presa ni saldando la deuda. Asunto resuelto.
Estaba conmocionada, sabía que Gerardo no era una hermanita de la caridad, había comprado la lealtad de Santos; pero aún quedaba una duda.
—No tengo del todo claro de qué manera te ayudó a terminar con el problema.
—Eso no importa.
—Me importa, quiero saberlo.
—Fue hace mucho tiempo, olvídate.
—Gerardo, no me tomes por tonta.
—Te voy a dar un consejo: no te metas en lo que no te incumbe. Hazme caso, te va muy bien con Tomás, no lo jodas por meter las narices donde no debes.
Hubiera querido dar un portazo e irme. No lo hice, estaba atenazada por una sensación cercana al miedo, cuando ese desastre que presientes como un peligro difuso, difícil de identificar, está a punto de alcanzarte.
—Venga —me abrazó—, ¿lo vamos a estropear por una bobada?
No tenía ánimo para nada, poco a poco entré en su juego y comencé a responder.
—Mira cómo la tengo, cómemela, eso sí lo sabes hacer bien.
Dejé a un lado la discusión, para qué complicarlo; qué importaba lo que hicieran para arreglar los asuntos de Santos, lo importante es que al fin todo encajaba. Repté sinuosa por la cama y le hice una de mis mejores mamadas como premio por haber seguido el plan: Conseguía a Santos, me deshacía de Gerardo y Tomás no tenía de qué preocuparse. Todos ganábamos, nadie salía perdiendo.
Treinta de Agosto dos mil uno
« Cuando tú no estás, las mañanas se tiñen de canciones tristes.
Son como el leve perfume que, por un instante, te baña y te marca.» (1)
Manolo García sofoca el ruido de la verja y la llegada de Carmen me sorprende ensimismado.
—No te esperaba tan pronto.
—Si quieres le llamo y vuelvo más tarde.
—De eso nada, ven aquí.
La enganché por la cintura.
—¿Cómo ha ido?
—Uff, vengo rendida. ¿Un zumito de naranja?
Le preparé un zumo recién exprimido, salí al jardín a esperarla, había oído sus pasos escalera arriba, estaría cambiándose de ropa. Volvió en camiseta suelta marcando pezones y se bebió el zumo de dos tragos. Eso y el brillo de la mirada delataron lo que la había mantenido despierta.
—¿Todo bien?
—Más que bien. Gerardo es una apisonadora, no hemos parado en toda la noche; he dormido un par de horas como mucho.
—Ya te lo he notado.
—Venga, Mario…
Sentí la decepción pesando como una losa. Podía haberme mordido la lengua. Desvió la mirada hacia la piscina y se sumió en un mutismo difícil de romper.
—Lo siento, ya sé que controlas.
Sonrió, una sonrisa forzada, un intento por recuperar el buen clima.
—¿Sabes? Mi plan ha funcionado con la precisión de un reloj. Es tan previsible como parece.
—A ver, cuéntame.,
—No se puede luchar contra un ego tan inflado, tampoco lo puedes enfrentar a un carácter como el de Tomás. Desde el principio estuve en medio de una lucha de poder entre ambos donde yo era la pieza a capturar, no por mi valor sino por el prestigio de arrebatársela al contrario. Ahí entró en juego Santos.
—A ver si lo entiendo, ¿qué pinta Santos?
—Al principio, nada. Un marino más o menos atractivo al que tú, con tu absurdo rechazo, le concediste más importancia de la que tenía y me puso más cachonda de lo normal; casi lo consigo durante nuestro pequeño crucero si no fuera por su fidelidad al amo. Él fue la tercera pieza del puzzle. Después, en la travesía con Gerardo, terminé de entender el esquema de clases que domina su mundo. Esta noche lo he confirmado: Santos está en otra categoría diferente a la suya, a un nivel inferior, jamás se cruzan aunque se comuniquen, es un sistema tan hermético como puedan ser las castas de la India; los Brahmanes no se mezclan con los parias, él tampoco lo hace con Santos. Tú me diste el resto: Gerardo le regala las mujeres cuando acaba o se aburre de ellas. Solo debía juntar todas las piezas para completar el plan que solventaría el conflicto.
—Sigo sin verlo.
—Piénsalo: si decido liarme con Santos estoy vetada, ¿lo entiendes? No concibe compartir una mujer con su empleado, el sistema de clases lo impide; por lo tanto, deja de competir con Tomás por mí. Ya no le valgo. Se acabó el problema.
—Eres brillante. Maquiavelo a tu lado es un aprendiz. ¿Ha funcionado?
—Ha lanzado un ultimátum, si me acuesto con él, lo nuestro se acaba.
—Entonces, ¿todo resuelto?
—Si nada se tuerce solo falta la consumación. Muy a su pesar, me lo ha puesto en bandeja.
El relato de la conversación con Santos, cargada de despecho, descubrió el auténtico rostro de Gerardo; no entendí cómo pudo soportarlo. El siguiente paso estaba claro; no dudó en darlo de inmediato, el tiempo se agotaba.
(1) Nunca el tiempo es perdido. Manolo García, 2001 (ver)
Va por ti, Apasionado, con retraso pero te lo debía.
ResponderEliminarGracias Mario.
ResponderEliminarBufff, Carmen es mi heroína, aunque me decepciona que la lombriz salga de rositas y más como se a comportado en este capítulo.
ResponderEliminarNo me gusta la violencia entre una pareja, ni de un hombre hacia una mujer, ni de una mujer hacia un hombre, me repugna.
En estas vacaciones a quedado claro que Carmen y Mario son los personajes fuertes, sin embargo Tomás y Gerardo tendrán dinero y poder, pero no dejan de ser dos chiquillos asustados de perder lo que tienen.m, demostrando una debilidad y un punto devil muy grandes.
Has conseguido hacerme olvidar el dolor y la pena de la pérdida de mi tía que era como una madre para mi, durante 45 minutos, pero ese dolor y la pena se han transformado en un cabreo monumental, por culpa de la lombriz de Gerardo.
Mi conclusión sobre el plan maquiavelo es que, me a sabido a poco, pero me a gustado mucho Carmen, ella podría haber seguido follando con Gerardo, pero antepone el cariño y la lealtad, eso hace que la respete muchísimo más.
Carmen es una mujer de diez, con una mente astuta y dinámica, seria una jugadora de ajedrez temible.
Mario como digo tambien es muy fuerte, no cualquiera aguanta las malsana intenciones de Gerardo de hacer daño e intentar sacarlo de quicio para que saltará.
Lo mejor: una pareja consolidada que reman unidos como un puto equipo de remo, desde Domenico que no se les veía tan compenetrados.
Lo peor: Gerardo a salido demasiado bien parado, pero algo me dice que Tomás va a mover ficha.
Como colchón, solo me queda darte las gracias Mario, a sido una semana muy dura, pero has conseguido que durante un rato mi mente desconecte
y eso te lo agradeceré siempre.
Feliz domingo a todos y feliz día del padre.
El ajedrez lleva presente en el diario desde los comienzos, no vas descaminado. Tendrás ocasión de ver a la protagonista delante de un tablero haciendo de las suyas.
EliminarEstoy deseando leerlo.
EliminarManolo García buena elección a mi padre le gustaba mucho.
ResponderEliminarMario de parte de Nadia y su hermana, eres un cabronas, has cortado en capítulo cuando llegaba lo mejor, jajajaja.
ResponderEliminarDe todas maneras los tres pensamos que todavía queda una lección por impartir y está la va a aprender Santos
Tengo claro que el gran perdedor a sido Gerardo, a perdido ante Mario, Gerardo tendrá que ver como Carmen se va con este de la mano, después a perdido ante Tomás, sabiendo que esto le traerá consecuencias con este y por último el golpe demoledor se lo a dado Carmen con Santos, Carmen a decidido que prefiere follar con Santos que seguir haciéndolo con Gerardo.
ResponderEliminarPero sigo diciendo que me a sabido a muy poco, Carmen pasará y el troglodita de Gerardo seguirá utilizando a las personas en su veneficio, de todas maneras algo me dice que este no será el ultimo encuentro con Gerardo, este a quedado prendado de ella, Carmen ya se lo a insinuado.
Gerardo es una persona miserable, tendrá dinero y poder, pero a vendido su humanidad para conseguirlo, es un cascarón vacío, no será feliz nunca, porque desconoce que los placeres de la vida radican en pequeñas cosas a las que el no les da ningún valor.
LUCIA: Es con diferencia, uno de los capítulos más eróticos de toda la serie, tambien uno de los más controvertidos, a mi me lo parece. Estoy de sobremesa y ya me está mirando mal mi chica por estar líada con el movil, ya hablaremos.
ResponderEliminarUna cosita mas: El homenaje a Augusto Monterroso es una preciosidad.
No esperaba menos de ti.
EliminarMario has sido valiente, reconozco que hace un año no habría sido capaz de leer este capítulo.
ResponderEliminarLo he pasado mal con Mario, pero no porque Gerardo intentará humillarlo, no he sentido que Mario estuviera humillado en ningún momento, pero en el momento que Gerardo golpea a Carmen, ahí si que lo he pasado mal y he apretado los dientes.
No he vuelto a leer el capítulo y no porque no me haya gustado, pero Gerardo me a dado tanta repulsión, no puedo entender que quería demostrar comportándose de esa manera con Carmen delante de Mario, me gustaría conocer vuestra opinión.
Creo que Mario hace bien en no arrancarse contra el, cuando Carmen se lo pide, Carmen a manejado a Gerardo como a querido, yo no creo que me hubiera aguantado, pero al final se a visto como Carmen a derrotado a Gerardo sin utilizar la fuerza.
A sido muy intenso y todabia nos queda la traca final.
Que capitulo más bestia. Tengo que leerlo despacio para digerirlo, entre los pasajes que me han echado contra el sillón va este:
ResponderEliminar"la víctima derrotada de un combate sangrando a borbotones por la herida palpitante entre los muslos"
Qué animalada, por favor, vaya metafora salvaje. Estoy todavia intentando asimilar lo que he leído.
Me olvide de firmar. Mía.
ResponderEliminarDe todas maneras veo lagunillas en ese plan, Gerardo a demostrado que se salta sus propias reglas cuando a el le conviene, así que algo me grita que Gerardo volverá a la vida de Carmen.
ResponderEliminarEsta vez no a sido el, el que a desechado a la mujer, una mujer mucho mas inteligente que el le a obligado, por eso pienso que Gerardo sera un grano en el culo de Mario y Carmen.
Yo me quedo con esta frase.
ResponderEliminarAñoro algo que no debería: volver a Sevilla, volcarme en Candela. Entonces echaré en falta a Carmen y sentiré el mismo vacío que ahora me consume. Vacío, placer, dolor, deseo, angustia, amor. Forma parte del juego el contraste, lo sé; aun así nunca llegaré a acostumbrarme.
Después, cuando todo pasa, queda una certeza: Sin amor solo habría vacío.
Mario a demostrado una gran fortaleza, pero estas vacaciones le han pasado factura,
Aquí estoy, esperando en un bar cualquiera haciendo tiempo, reafirmando una promesa: «Haría lo que fuera por ti», cualquier cosa con tal de hacerla feliz. Soy su vida, me quiere, lo sé. Por eso jugamos un juego al que pocos se arriesgan a entrar y pocos salen ilesos.
ResponderEliminarEsta frase me parece una declaración de amor en toda regla, sabiendo además que Carmen haría lo mismo por el.
Un excelente capítulo cargado de morbo, de lujuria y de placer.
ResponderEliminarNunca me ha gustado la violencia y creo que por eso nunca me gustó Gerardo, ya hemos visto otros personajes que disfrutan con el dolor, recordemos a Mahmud, pero la forma en que Gerardo trata de doblegar a Carmen frente a Mario es un intento de demostrar su poderío.
Mario describe que Gerardo tiene poder sexual para mantener a Carmen completamente dispuesta a seguirlo hasta el fin del mundo, pero como ya había dicho con anterioridad Carmen es mucha mujer para Gerardo y se ha comprobado al resolver el tan buscado plan Maquiavelo qué Gerardo ya no va a ser un problema grande para Carmen.
Pienso que yo no hubiera soportado ver a un "macho" someter violentamente a la mujer que amo por mucho trato, negocio, pago y relación scort-cliente.
Es uno de los capítulos en los que Mario más demuestra su confianza en las decisiones que toma Carmen la deja ser la mujer fuerte que es sin tratar de sobreprotegerla y de hacerla sentirse débil y desprotegida.
Él ha estado a su lado dándole ese apoyo incondicional y como cereza al pastel ella le ha brindado un momento que quedará marcado en la historia de nuestra pareja favorita ese momento donde ella disfruta de El poder de esa gran polla de Gerardo y Mario disfruta de ver como ella hace alardes de lo que aprendió años atrás en su matrimonio cuando aún no pensaban siquiera en las situaciones que están viviendo, en aquella época Mario le enseñó a disfrutar del sexo y hacer una buena felación es en este capítulo donde Carmen demuestra que ha sido buena alumna Y que además se ha auto instruido.
Un saludo para todos y un fuerte abrazo
Yo no creo que este sea el último encuentro entre Carmen y Gerardo, el ya lo dice, Carmen es superior a todas las mujeres con las que a estado.
ResponderEliminarSi vuelven a encontrarse y Carmen está dispuesta, volverán a follar.
El plan maquiavelo, a servido para dejar claro que ella es fiel a Tomás, pero no a dado el golpe de gracia a Gerardo.
A mi no me a generado tanto morvo la actitud de Gerardo vigilando a Mario, comportándose de manera violenta con Carmen delante de Mario, me a sacado bastante del capítulo.
Me a gustado Carmen sobre todo cuando le dice que ella simplemente a hecho lo mismo que Gerardo usar y tirar.
Ahora solo queda el final de las vacaciones.
Qué capitulo tremendo. De la misma carga de intensidad y aperturas de abismos que los que narraron los "rituales de iniciación" con Domenico. Siempre lo marco, porque me espanta la idea, que coinciden con el falso "consumo controlado" .
ResponderEliminarPero bueno, también dije aquí que siendo que todo ya pasó y es inmodificable, sólo nos resta esperar los próximos capítulos y seguir disfrutando, sufriendo, alegrándonos y excitaándonos junto a Mario y Carmen
Es verdad que es uno de los capítulos más duros de toda ala serie, a lo mejor es que se acerca a la solucion de lo que la tiene machacada desde que su tío y sus primos la violaron. A ver si encuentro tiempo esta semana para buscar en los capitulos antiguos y refresco lo que recuerdo. Carmen abofetea a Gerardo y Gerardo se la devuelve y además sigue con lo que le respondió. Ella le dijo que Mario sabía comportarse y él dijo “ya lo veremos”, creo que después de la bofetada les puso a prueba a los dos. Es un cabronazo.
ResponderEliminarEl cruce de bofetadas tiene mucho que ver con el trauma de Carmen, ella dice que se siente liberada despues de darle la bofetada y luego está acobardada cuando el la pega. Me faltan datos, tengo que volver a leer hacia atrás. Mario, me vas a tener que pagar una cura de sueño en un balneario.
Ole por le guiño a Augusto Monterroso, eres un crack.
Sigo sin entender esa provocación hacia Mario, esto eta una transacción entre Gerardo y Carmen, Mario iba como invitado, el no entraba en la ecuación.
ResponderEliminarMario a estado a la altura, pero no a tenido que ser nada fácil, entiendo que necesite irse a Sevilla, tomar distancia.
Otra cosa que me deja a cuadros es que Gerardo se había montado un trío, con otro socio sin decirla nada a Carmen, siento decirlo, pero la palabra capullo no define a esta lombriz, otra cosa que me a quedado claro es que ninguno de los socios respeta a Tomás.
Veremos como reacciona Tomás, tengo claro que esta enterado de todo y va a ser Carmen quien pague los platos rotos.
Que tengáis un buen lunes.
Lo he vuelto a leer y tengo que reconocer que esta mujer me pone malo.
ResponderEliminar“Sabía cómo engatusar a Gerardo, no era complicado; bastaría con dejarme caer en la cama y deslizarme buscando acomodo, el resto lo haría su apetito insaciable capaz de cegarlo.”.
A quien no? Si no es más que un personaje salido de la cabeza de Mario es para darle un premio y si es una mujer de carne y hueso quiero conocerla, debe tener unos cincuenta años salvajes.
Batman
Un gran capitulo, muy intenso y morboso, además de un campo enorme de debate y polémica.
ResponderEliminarPara mi el plan de Maquiavelo, se me ha quedado corto. Soy de los que creen que a pesar de lo clasista que es Gerardo, acabara otra vez intentando disfrutar de Carmen. Gerardo entre otras cosas me parece que es el niño mimado que se aburre de un juguete y cuando ve a otro jugando con el lo quiere recuperar.
Además, creo que Mario y Carmen le dan otra lección a Gerardo. Por mucho que se esfuerza en torpedear y desquebrajar la relación entre Mario y Carmen no lo consigue.
Gerardo ha sido un cerdo egoísta y provocador toda las vacaciones, no cumpliendo el trato y provocando situaciones incomodas, el restaurante, la mujer de Gerardo y este ultimo capitulo, donde por todos los medios hizo lo posible para que Mario viera como humillaba a Carmen. Lo que no se esperaba era la entereza de Mario y lo que disfruto a pesar de todo de la situación, y de ver como Carmen mejoro como amante, acordándose de esa primera tarde con Domenico.
En esta entrega, Carmen me defraudo, aunque muestra una entereza que nos enamora. Me defrauda por dejarse pisotear con lo fuerte que es, pero ya nos tiene acostumbrados a eso, por la floja defensa hacia Mario durante todas las vacaciones y sobre todo al final, saca las uñas para defender a Tomas, pero deja vía libre con Mario, cosa que Gerardo aprovecha, y en parte ella provoca. Mario la llama para decirle que tardara una hora y ella no es capaz de hacer que Gerardo abandone su casa como se lo ha dicho varias veces. Si no se va él, se podría ir ella, aunque el plan se fuera a la basura.
Y para finalizar Tomas, que sabe, como reaccionara, no solo a las vacaciones, sino también a lo de Santos. Aunque Santos también puede ser el topo que tiene Tomas en la casa de Gerardo.
Creo que nos va a tocar esperar, ya que Mario no va a soltar prenda y nos dejara que expongamos todas las ideas descabelladas que se nos ocurran.
En la película de Troya, Ulises dice una frase a Aquiles que me gusta mucho.
EliminarA veces hay que servir para poder dirigir.
Carmen se deja humillar delante de Mario, para engordar el ya crecido ego de Gerardo, como los mejores ilusionistas, distrae a los espectadores mientras el truco se está dando fuera de la vista de todos, Mario en esta ocasión a sido el mejor ayudante.
En ese momento Gerardo se creía ganador, había ganado a Tomás, le había ganado a Mario y había domado a Carmen.
El infeliz a sido incapaz de ver que el caballo de Troya ya había cruzado las murallas y la ciudad estaba condenada.
Yo también pienso que volverá a por Carmen, pero ya sabe lo que hay, el solo es un tío que folla muy bien y una vez acabada la noche de sexo, este se volverá irrelevante.
Para alguien como Gerardo eso tiene que ser como una patadacen los huevos.
Si en la competencia entre Tomás y Gerardo el premio era Carmen, que alguien me explique como pensaba ganar Gerardo, porque a sido muy torpe.
ResponderEliminarCarmen a demostrado que para ella su pareja tiene que tener muchos mas atributos que ser muy bueno en la cama.
Durante la cena, Gerardo cavo su propia tumba, haciendo un plan a espaldas de Carmen, después la escena de hombre despechado, me a parecido del todo infantil.
El capítulo es duro, pero el final es dulce, aunque como ya he dicho insuficiente para mi.
De todas maneras Carmen y Mario tendrían que hablar, Mario siente que necesita refugiarse en Candela, eso lo hace sentir mal, pero no me extraña, porque las vacaciones han sido un fiasco.
ResponderEliminarSi yo fuera Mario, la siguiente invitación era un no rotundo, ni barcos, ni deportivos, ni casas lujosas, nada de eso vale si el dueño de la casa se presenta cuando quiere, provocando a Mario, de todas maneras Kikotou tiene razón, Carmen tendría que haber defendido más a Mario.
Una cosa es el juego de pareja y otra muy distinta cuando tu amante intenta provocar constantemente a tu marido.
El tortazo de Gerardo a Carmen a sido un punto límite que podía haber tenido consecuencias nefastas.
Fijaos que lo que creo es que la topo de Tomás es Magali, ¿alguien piensa lo mismo que yo?
Finalmente tenemos Otto capitulo, estoy leyendo, pero no quise dejar de lado, comentar que en principio Carmen no puede dejar de calentarse con Gerardo, a pesar de que Tomas está enterado de que se saltó el acuerdo que tenían, y dejando a un lado a Mario, continuaré leyendo para dar mi comentario respecto a todo el capítulo y no solo del orncipio
ResponderEliminarAcabo de leer, no me ha gustado mucho, hay morbo, hay sexo, pero la violencia, no la tolero mucho, no me gusta esa actitud sumisa de Carmen, y es que no es la primera vez, con Angel, con el mismo Domenico, podría decir que ella provocó a Gerardo y por eso le dió la cachetada, pero esa sumisión no me cuadra con la Carmen fuerte, la que domina la situación.
ResponderEliminarLo del plan maquiavélico, no me cuadra muy bien, Gerardo aún con su lucha de clases, querrá darse otro agasajo con Carme, pues sabe que pocas mujeres tienen ese sexo salvaje, y que le dé batería, hasta agotarlo, en ese sentido Carmen es mucha pueda para cualquier hombre y Santos va a darse cuenta de eso también
Gerardo va a volver seguro, pero veremos en qué condiciones, Tomás está enterado de que Gerardo a intentado jugársela, es muy posible de que Tomás vete a Carmen para Gerardo.
ResponderEliminarEl plan maquiavelo a funcionado a la perfección para lo que Carmen lo planeo, follar con Santos y terminar con el pulso que Gerardo había hecho con Tomas.
Carmen sabe perfectamente como es Gerardo, puede que Carmen se muestre sumisa, pero ha sido el quien a ido detrás de Carmen durante todas las vacaciones.
Gerardo a sido un juguete en manos de Carmen y Mario, lo unico que podría haber hechado todo al traste es cuando Gerardo a golpeado a Carmen delante de Mario.
Pero Carmen a conseguido calmar a Mario y este a disfrutado viendo a su mujer follar, eso era lo que el quería, Carmen tuvo reparos con el amigo de Mario y su mujer, porque sabía que ese juego podia hacerles daño.
Con Gerardo no tenía esa preocupación, de hecho a herido su orgullo, le a dejado claro que lo a usado y ahora se desace de él, además de dejarle para follar con Santos, alguien que Gerardo considera inferior.
He conocido mujeres fuertes y de mucho carácter y después eran sumisas en la cana, una cosa no quita a la otra, pero con Carmen tiene mucho que ver con lo que pasó con su tío y sobrinos.
Yo me hago una pregunta, ¿que hubiera pasado si Mario no llega a parar cuando se arranca contra Gerardo?
ResponderEliminarGracias a todos por la acogida que le habéis dado al capítulo. Como suponía, la mayoría lo calificáis de duro. Es acertado y es, por otra parte, inevitable; la historia sigue su curso, podría suavizarla, pero no es mi estilo. Soy consciente que capítulos como este provocan deserciones, ya ha ocurrido en el pasado, aun así no voy a cambiar el rumbo de la historia.
ResponderEliminarCon respecto a las propuestas lanzadas por algunos de vosotros sobre el proyecto Maquiavelo, en unos días elegiré el fragmento que enviaré a los que se han acercado más a la explicación dada por la protagonista. Tened paciencia.
Yo sigo teniendo las mismas ganas de seguir leiendo el diario, solo a faltado el plan coyote, el correcaminos de Gerardo le a salido barato su nefasto comportamiento.
ResponderEliminarCreo que suavizar el diario sería un error, la vida es así, dura, yo lo volví a comprobar en mis propias carnes la semana pasada.
Me había propuesto no volver a participar pero ¡que coño!, que me importa la gente si es que siempre van a hablar. Si lo dice Pablo Milanés no le voy a llevar yo la contraria.
ResponderEliminarLa protagonista vive unas vacaciones más parecidas a un maratón sexual, es lo que me ha comentado un amigo con el que comparto entre otras cosas el interés por el diario. Tiene razón, desde que llega a Cádiz no para, tiene que cumplir un compromiso a cambio de la estancia, lo que pasa es que su actividad va mucho más allá, primero con el capitán del barco y después con Gerardo que la busca y la consigue siempre que le apetece.
¿Es eso verdad? ¿la actitud de Carmen es la de una mujer pasiva que se deja manejar por los hombres ,movida por una pulsión incontrolable?
Yo no lo veo de ese modo, Carmen ha soportado en su infancia multitud de vejaciones que ha sumergido en lo más hondo de su cerebro para poder sobrevivir, es una superviviente como tantas otras, lo que la diferencia de otras es que conoce a un hombre, se enamora y se deja “educar” sexualmente a imagen y semejanza del ideal de mujer que él tiene en su cabeza. Mal hecho pero inevitable dada su diferencia de edad y la seducción que le produce el profesor a la alumna. No estoy diciendo que haya a priori una intención manipuladora, digo que Carmen cae bajo el influjo del profesor/adulto/seductor/casi padre. Le enseña todo lo que sabe de sexo y ella no sabe, se deja guiar y llegan a Sevilla cumpliendo los sueños de él.
“Puta ha dejado de ser una voz en mi mente; ahora forma parte de mi identidad como lo es mi edad, mi altura, mi profesión, mi familia o mi historia.”
Esta frase la pronuncia Carmen después de haber sido prostituida por su marido en Semana Santa, haciéndole repetir una y otra vez, “soy una puta”. Tortura psicológica. La convierte en lo que ahora es sin conocer lo que le sucedió en el pasado.
¿Todavía nos extraña que se comporte como lo hace?
Por último, un aviso a quien le interese: No tengo pene, tengo los que quiera si me apetece. Ya sabéis aquello de que las niñas buenas van al cielo y las malas van a todas partes. Yo voy donde me da la gana.
Grande, Diva
EliminarDebe de ser dicifil convivir con una mujer como Carmen, fisicamente superior, intelectualmente a tu nivel sino mejor, deseada por todos y envidiada por las demas. Y encima con la seguridad de que por la diferencia de edad en diez o quince años ella estará en la cumbre y tú estarás cuesta abajo. Jodido, muy jodido.
ResponderEliminarYo no lo veo así, yo tengo una relación como la que comentas Dosoctavas, Nadia es muy superior a mi físicamente, te aseguro que es mucho más lista que yo, también es deseada, no se si por todos, pero te aseguro que por la mayoría.
EliminarNo me preocupa, ni me acompleja, pudo tener a cualquiera y me eligió a mi, a las mañanas me despierto antes que ella y miro cómo duerme, todas y cada una de las mañas me siento el hombre más afortunado del mundo, no sólo porque mi novia es una mujer muy hermosa, sino porque está enamorada de un desastre como yo.
Divagante ha hecho un comentario muy acertado, lo he dicho muchas veces, pero ahí va una vez más.
ResponderEliminarEn todas las vacaciones cuántas veces a buscado Carmen a Gerardo, ni una sola vez, era el, el que no podía pasarse más de un día sin follar con ella.
Carmen follaba con el, creo que ninguno le podemos recriminar eso, porque todos haríamos lo mismo, a nadie le amarga un dulce y si es una bolsa llena de ellos menos.
Carmen podría haber optado por seguir follando con Gerardo en Madrid, pero no duda cuando esté le da un ultimátum patetico.
En los 176 capítulos que llevamos, Carmen solo a buscado a un hombre de verdad y este a sido Mario.
Las vacaciones para Mario no han sido fáciles y es verdad que he hechado de menos una mayor defensa de Mario por parte de Carmen, pero también hay que decir que Carmen no lo a desatendido, y cuando se a recuperado, lo primero a sido hacer el amor con su marido.
Carmen en ningún momento a renegado de Mario y a dejado claro que no la deja insatisfecha nunca y que cumple con creces.
Veremos como se lo toma Tomás, porque el tono de la llamada no presagia nada bueno.
Por último quería decirla a Divagante, que me gustan sus comentarios y que sería una pena que dejara de participar en el blog.
Un abrazo muy fuerte a todos.
Hay chiste sobre los argentinos que dice que jhsy que comprarlos por lo que realmente valen y revenderlos por lo que ellos estiman que valen. Bueno me parece que el chiste le queda como traje de sastre a don Gerardo.
ResponderEliminarAdemás de la rigidez pensaba, sufre de rigidez de criterio, por eso Carmen lo lleva de las narices al matadero.
Ya seguridad de Mario, su templanza lo vuelven loco, ya no sabe qué hacer para humillarlo. Cada vez que lo intenta el humillado es él .
Y Mario el edredón será el culpable del fin de mi cordura.
Tienes razón, pero en el último capítulo juega muy sucio, devolverle el tortazo delante de Mario fue muy rastrero.
EliminarCuando alguien hace daño a una persona que quieres reaccionas instintivamente, sigo sin comprender que quería conseguir.
spaldas
LUIGI
ResponderEliminar¡¡¡¡¡ La madre que me parió!!!!!! Que bestialidad de capítulo, lo tengo que leer mas despacito , esto da para una buena tertulia.
Hacemos sangre??????????
Por la conversación que tuvo Santos con Mario, tengo un mal presentimiento de ese encuentro, a Santos se le puede ir la mano en un momento dado.
ResponderEliminarEmpecemos este comentario apoyando a Apasionado, todos los comentarios que se hacen son importantes para la comprensión de la historia ya que no solo están las letras plasmadas por el autor sino el sentimiento que cada uno de nosotros le da a estas. Divagante tus comentarios siempre son bienvenidos al igual que todos los demás sería una pena perderte.
ResponderEliminarCon respecto al capítulo se han dicho muchas cosas sobre lo violento que es, sobre la pobre defensa de Mario, sobre la sumisión de Carmen y sobre la cantidad de sexo y aquí en esta parte es donde tengo una duda.
Yo soy muy de estar contando, de hacer cálculos, de llevar estadísticas, promedios y todas esas bobadas que se hacen con números.
Mario ayúdame con esta incógnita que aún tengo, y qué pasó a resumir en las siguientes líneas; sale Mario de la villa, llega a un restaurante, llega Gerardo ve a Mario sale del restaurante y ya Mario sabe para dónde va.
Gerardo llega a la villa, Carmen está en la parte trasera con la colada, interactúan, medio la desnuda, ella se deja hacer porque lo desea.
Entra a juego la llamada a Gerardo donde Carmen se da cuenta de que vigilan a Mario, bofetada de Carmen a Gerardo, sexo en el césped, llamada del Mario cómplice, enamorado y deseoso de que su mujer, su musa, su niña, disfrute de un buen rato de sexo por eso le da una hora más.
Suben al cuarto, Gerardo está en la cama sudando, Carmen le anuncia que tienen una hora y que vayan a la ducha, sexo en la cama, la dejan vuelta un desastre, Carmen le dice a Gerardo que se vista ya que Mario está por llegar, éste toma las sábanas y baja hacia la parte trasera de la villa, ya Mario está en la casa y los ve desnudos, Carmen está seria... Gerardo le dice a Mario que no lo esperaban tan pronto y le pregunta a Carmen ¿verdad nena?
El el siguiente apartado, Carmen narra esta misma parte donde ella persigue a Gerardo y se encuentra con la mirada de Mario.
Pero la parte que sigue, dice Gerardo que Carmen está arreglando la cama y que ya baja mientras busca para tomar algo de la nevera.
No entiendo si subieron nuevamente al cuarto a tener sexo mientras Mario está en la casa y luego Gerardo baja desnudo a la cocina o es un gazapo.
Luego Gerardo se viste y pasa el episodio inenarrable, donde un Gerardo enojado le pide a Carmen que le regresé el juego de piercing que le había hecho y con la follada de boca incluida disfrutada por Mario en palco principal.
Esa es la duda que tengo porque no me cuadran los tiempos y las veces.
Te agradezco Mario si me puedes dar un poco de luz para entender mejor esta parte.
Y hoy me toca hacer una pequeña porción ten está parte del texto:
- Volví casa, quería asegurarme. De lejos distinguí la puta moto aparcada en la puerta.-
Saludos desde Panamá
Léelo de nuevo con calma, verás que los tiempos se solapan, que las escenas vuelven unas a otras, no son secuenciales, se relatan desde varios puntos de vista.
EliminarComo bien dice Shubert, todas las opiniones cuentan.
EliminarYo no creo que Carmen sea sumisa, sino que está condicionada por lo que le paso con su tío y primos, estoy casi seguro que su tío era un hombre cortado por el mismo patrón que Domenico, Angel o Gerardo.
ResponderEliminarElla lo comenta en más de una ocasión, se queda bloqueada, siente miedo. Estoy seguro que Carmen quemria regalarle a Mario esa escena que el presenció entre Gerardo y ella.
Mario la disfruto, menos cuando Gerardo golpeó a Carmen, ahí Mario reaccionó como lo haríamos cualquiera.
Sobre el plan Maquiavelo, estoy seguro que la intención de Carmen no era humillar a Gerardo, simplemente quería ayudar a Tomás y evitar que Gerardo diera problemas en el futuro.
Gerardo no de lo a tomado así, una mujer le a rechazado y para el rs la mayor de las ofensas, Carmen no fue lo suficiente contundente, veremos como reacciona Gerardo, este no es fe los que acepta una derrota, en eso Carmen estuvo magistral.
Gerardo pensaba que la tenía comiendo de la mano y resulta que lo desecho como a un clinex usado.
Otra cosa que me a gustado es que en estas vacaciones se a dado un paso adelante con el trauma de Carmen y esa es una trama muy interesante para el futuro.
Me gustaría hablar del plan Maquiavelo, durante todo el relato los hombres han subestimado a Carmen y el que mas a sido Gerardo, Carmen descubrió todos sus puntos débiles, mientras el solo pensaba en follar.
ResponderEliminarPero el plan Maquiavelo tiene un punto muy débil y este no es otro que Santos. Gerardo no presto atención a Carmen hasta que el otro socio le hablo de ella, seguramente pensó que este exageraba, pero le pico la curiosidad, por eso le dijo cuatro días en dos semanas.
Llego esa primera vez y Gerardo se encontró con una bestia en la cama como no había conocido, por eso se presento al día siguiente con la escusa mas peregrina, porque no podía dejar de pensar en volver a follar con Carmen
Para Carmen también fue una sorpresa y ella misma estuvo a punto de sabotear su propio plan, era por discutir o porque una parte de ella no quería desprenderse de un amante tan bueno.
Gerardo sabe que le costara encontrar a una mujer con la entrega de Carmen y lo único que tiene que hacer es llamar a Santos y decirle que ese fin de semana se lleve el Barco lejos, plan Maquiavelo desactivado.
Yo tengo la corazonada que no vamos a ver el polvo entre Santos y Carmen, Gerardo no a jugado limpio en todas las vacaciones y ahora podría hacerlo mismo.
Me gustaría que me dierais vuestra opinión sobre esta cuestión.
LUIGI
ResponderEliminarMario te mando por mi correo personal, la trama del plan Maquiavelo.
Me gustaría saber si te llegó, lo mande el dia 13 por otro correo, el cual hasta hoy no había mirado. Simplemente saberlo y si quieres tenerlo en cuanta, pues muy bien y si no , bueno siempre habrá ms concursos.
Y a los demás, ¿ de dónde sacáis el tiempo para poder comentar tanto ? Á mi es que no me da.
Un saludo.
MARIO — Llegó, mañana lo reviso y te contesto.
EliminarAhora que estoy en el descanso en el curro, voy a plasmar una duda que me a quedado en estas vacaciones, la duda es de quien esta enamorada realmente Carmen.
ResponderEliminarPara mi es de Tomás, el plan Maquiavelo a sido por el, por la única persona que a sacado las uñas y lo a defendido a sido a el.
En la última conversación que tienen, cuando le dice que le quiere a él, proyecta un sentimiento que no lo noto cuando le dice te quiero a Mario.
Si comparas las conversaciones que tiene Carmen con los dos, las que tiene con Tomás están llenas de cariño, como las que tendrías con una pareja de la que estás enamorado.
Sin embargo las que tiene con Mario son las que tienes con un amigo que quieres mucho y tienes mucha confianza.
Quiere a Mario, no tengo ninguna duda, esta enamorada de él, me surgen todas las dudas.
Carmen sigue y seguirá siendo mi personaje favorito y mi heroína, pero creo que no está siendo honesta con Mario y lo que es peor con ella misma.
Mario lo dice, estoy dispuesto a hacer lo que sea por la persona que amo, estoy seguro que Carmen piensa lo mismo, pero de momento por la única persona que se sacrifica de verdad a sido por Tomas.
Tal vez mi visión esté distorsionada, o se me escapa algo, me gustaría saber qué opináis al respecto.
La verdad es que la interacción de pareja que tienen Mario y Carmen me confunde, a veces parece que se aman con locura, otras veces parecen solo amigos, por eso tengo la sensación que el sentimiento de amor se hacerca más a Tomás que a Mario, en estos momentos.
ResponderEliminarMenudo lío tengo, jajajaja.
Apacionado, te concedo razón, entiendo el porqué Carmen defiende tanto a Tomás, pues el fue quien le ayudo a salir de su trance después de todo lo sucedido entre Domenico, Mario y Carmen, pero no comprendo cómo es que dice que ama tanto a Mario, y cuando lo ningunean lo quieren poner en ridículo, no lo defiende como lo hace a capa y espada con Tomás.
ResponderEliminarPor otro lado, alguien comento que la sumisión de Carmen está ligada a la violación que tubo por su tío y primos, en cuanto logré desatar ese nudo, que logré descifrar ese rompecabezas que es su trauma que está muy bien guardado en alguna parte de su cerebro, tendrá posibilidad de defenderse, adecuadamente de esos abusos de la que ha Sido un constante, haber si con Santos no le pasa lo mismo, o si logra hacer con santos lo que ella quiere, y no al revés, ya Germán le comento a Santos que no se excediera, pues era protegida de alguien poderoso. Esperemos el siguiente capítulo para despejar todas esas dudas
DOSOCTAVAS
ResponderEliminarEl amor, el amor. Yo tengo claro que Mario y Carmen son uña y carne, lo dicen tantas veces que no veo la duda por ninguna parte, por si faltaba más claridad dice que juegan un juego al que pocos se atreven y que está lleno de contradicciones.
EliminarLa vida me a enseñado a las malas que las palabras no significan nada si no van acompañadas por actos, para mi Carmen, no siempre pero a veces lo que dice y después hace no concuerda, eso es lo que me confunde.
Este es un mundo que desconozco y seguramente este hablando desde la ignorancia, por eso planteo las preguntas, para buscar respuestas y ser menos ignorante.
LUIGI
ResponderEliminarBuscar en este tipo de relación acciones de amor , digamos "amorosas", es complicado más cuando el relato basicamente se desarrolla en los echos que conllevan sexo. Me imagino que cuando ellos no están "guerreando" Candela, Irene, Elvira, Tomás, Ángel, Domenico, la bruja, etc...., tendrán otro tipo de convivencia. Si es cierto que la forma de "tratar" a Mario es más dura que al resto, no le pasa ni una ( el tine que saber, cual es su sitio ) como si fuera el perro de la familia que no dejan pasar a la casa y por el contrario con los demás es de una sumision de libro, por mucho que ella lo niegue. Tambien es verdad que en mas de una ocasion ella le dice, que si el no quiere seguir, que lo corta; sera verdad, al tiempo.
Que dentro del juego ( peligroso) que se traen,Carmen es egoísta, pues si, y lo es porque Mario a si lo quiere . Todavía no tengo claro hasta que punto le gusta el jueguecito a el, al tiempo de nuevo.
En un capítulo aparte del relato, que Mario público, el comenta que no sabe cuando sus caminos empezaron a separarse, no sería mucha la separacion porque siguen juntos..
Lo que si está claro que según los descrito hasta el momento, lo que si es seguro que Mario es para ella el puerto cuando llega de sus viajes y la conexion con su otra vida, la familiar, profesional etc.
Eso es amor, no se, y no es tu heroína., ¿ porque no se lo preguntas a ella?
Me expreso mal por las prisas, pero espero que te sirva de algo en tus comeduras de tarro
No son comeduras de tarro, simplemente intento entender una forma de ver el amor y el sexo diferente a la mía, para eso me tengo que poner en la piel de la otra persona y sin tener todos los datos es difícil.
EliminarEs mi heroína, lo es porque pudiendo tomar el camino fácil y seguir follando con el mejor amante que a tenido, corta por lo sano, no todo lo hubieran hecho.
Ademas no puedo preguntárselo a Carmen, no tengo el poder de poder hablar con el personaje de un relato, porque en mas de una ocasión Mario se a referido a esta Carmen como el personaje de un relato, por lo cual yo conozco al personaje no a la persona, no tengo ni idea cuanto se parecen la Carmen real a la Carmen personaje del Diario.
EliminarTal vez no se parezcan en nada y seria de muy mal gusto por mi parte hacer semejante pregunta a una persona a la cual no conozco, ni tenemos confianza.
LUCIA - Como dice Mario, es muy fácil mirar a los personajes desde nuestros sentimientos y creencias, lo difícil es hacerlo sin prejuicios, o pre-juicios como dice él, juicios previos. Me cuesta entender a Carmen, yo no actuaria como ella en muchas cosas, supongo, o sí, yo qué sé. Reconozco que es difícil ponerse en su lugar, lo que no voy a hacer es calificar su relación con el otro protagonista de amor o no amor ni voy a decir que lo humilla o no. No le veo sentido.
ResponderEliminarNo es mi intención juzgar a nadie, solo he plasmado en palabras una impresión que he tenido, pero ya veo que a sido un error, lo mejor es que este calladito, que estoy mas guapo.
ResponderEliminarIntento sacar temas para debatir, para que comentemos los capítulos del diario, para esto estamos aquí, para hablar de el, pero veo que es inútil, yo vine a este blog con la intención de comentar, cambiar impresiones y distintos puntos de vista, pero veo que eso se da muy raras veces.
ResponderEliminarEs una pena de verdad, porque si un relato se puede comentar es este, pero como he dicho lo mejor sera mantenerme callado y esperar el siguiente capitulo.
Mario escribiendo desde el IPad:
ResponderEliminarMisterios de blogspot, desde IPad solo me deja comentar como anónimo. Cada día una sorpresa nueva. Vamos al grano.
Vuelvo a leer los últimos comentarios que ha habido desde que Aoasionado planteó el tema de si la protagonista ama a su pareja. Lo hago para analizar si el tono o el contenido de alguno justifica el malestar que le ha provocado. Sinceramente pienso que volvemos a encontrarnos con el efecto que provoca la ausencia de gestos, entonación, etc. lo que en lenguaje se llama prosodia, todo lo que al habla le da sentido. El texto escrito resulta frio, incluso puede parecer hiriente sin serlo. Un tono de voz, un gesto cambia la percepción de una frase.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarComparto el comentario de Lucia. Es muy difícil mirar a los demás sin dejarnos influir por nuestra forma de pensar. Llamarlo prejuicio tiene una connotación peyorativa, pre-juicio es diferente: juicio previo.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarEn realidad, la comunicación por este medio se asemeja a la que mantiene un paciente con una lesión en él hemisferio derecho, una de las pérdidas más frecuentes del lenguaje es la prosodia emocional, el componente del lenguaje que lleva a cabo el procesamiento cognitivo necesario para comprender o expresar intenciones comunicativas usando variaciones de la entonación, pausas y modulaciones de la intensidad vocal.
Eso es exactamente de lo que carece este medio de comunicación y es lo que provoca equívocos como les sucede a estos pacientes. El mensaje se vuelve plano si no hostil por la falta de señales emocionales.
Espero haber aclarado un poco más lo que, con frecuencia, ocurre con la literalidad de los mensajes que nos cruzamos.
A ver, mi intención no es prejuzgar a nadie, yo tengo una forma de pensar y actuar que es diferente, por eso intento entender la forma de actuar de los protagonistas, porque tal vez sea mi forma de actuar la que este equivocada.
ResponderEliminarPondré un ejemplo, cuando Gerardo le da el tortazo a a Carmen, en mi caso nadie me hubiera parado, hubiera puesto a prueba la resistencia de los dientes de Gerardo.
Por eso me alegre de que Mario no lo hiciera, mi actitud hubiera provocado una pelea esteril que no habría logrado nada.
Entiendo porque le para Carmen y después también entiendo la explicación que esta le da, no la comparto, pero la entiendo.
La palabra prejuicio me frustra, porque jamás a sido mi intencion prejuzgar ni a Mario ni a Carmen, simplemente intento entender porque Carmen actúa de una forma con Tomás y de otra tan distinta con Mario.
Solo quería entender una forma de actuar diferente, eso no quiere decir que sea equivocada y la mía acertada.
Soy una persona que le gusta comentar los relatos, cambiar puntos de vista, porque siempre se escapan matices, es algo que se esta perdiendo y es tan interesante y divertido, como leer los capítulos.
Soy una persona que se cuestiona las cosas, algunos de mis compañeros les dicen de hacer un trabajo de una manera y lo hacen, yo me cuestiono a mi mismo y veo si puedo hacerlo de otra manera, no se si me explico.
Me disculpo con todos mis compañeros.
Hola a todos, yo he tratado de mirar el diario desde una perspectiva neutral.
ResponderEliminarA veces es difícil, ya que la racionalidad generalmente va acompañada de comparación, es por eso que miramos con juicio previo basados en nuestra propia experiencia y en cómo reaccionaríamos nosotros ante tal o cual situación.
Creo que en uno de mis primeros comentarios les compartí que muchas veces me veo reflejado en el personaje de Mario es mi relación con mi esposa.
Es más alta que yo, mucho más hermosa, es inteligente y sobre todo de un carácter muy fuerte, son tantas las veces que por no decir algo en una conversación para tratar de no herir o enojar, que luego ya no se puede decir, he tenido que aprender a decir las cosas que siento y pienso en el momento de la discusión, buscando que no se haga más grande el problema con alguna frase mal dicha o mal interpretada. A Mario el personaje le ha pasado muy seguido y ha sido causa de muchos problemas entre él y Carmen. Inclusive Carmen lo ha tildado de mentiroso.
Que si Carmen ama a Mario, no tengo ninguna duda, que si ama a Tomás, sí lo ama son dos amores diferentes uno es el amor que se va creando poco a poco desde la juventud con el paso de los años y que puede llegar a convertirse en una relación de complicidad, casi de amigos, por la cercanía y el tiempo compartido.
El otro es un amor de agradecimiento que se vuelve fuerte en muy poco tiempo que además es abonado por esa forma tan particular de compartir en el plano sexual. Carmen siempre ha dicho que Tomás siempre se preocupa primero por ella y que la lleva al cielo con sus dedos y su lengua, hasta que ella suplica que la penetre. Y también hay un componente aunque Carmen no lo quiera ver de amor filial entre un padre y una hija.
Que existen relaciones de dominación sumisión en este relato, si. Que la forma de actuar de Carmen en este tipo de interacción tiene que ver con su trauma es muy posible.
Cuando dicen que Carmen siempre es muy dura con Mario y que nunca lo defiende es cierto, pero allí debemos comprender la naturaleza de Mario el personaje que viene detallada en el título de este relato; él es un consentidor, quizás no estamos familiarizados con lo que esta palabra significa. Y no voy a detallar una definición de la real academia del sexo, así que solo diré que Carmen trata a Mario en sus encuentros con otros machos dominantes como: Doménico, Ángel y Gerardo en las cuales Mario ha estado presente de la forma que un consentidor buscaría sentirse, siendo un poco minimizado y humillado ante el poder de ese macho alfa que tiene el suficiente poder para acaparar a la hembra.
No estoy definiendo al personaje solo trato de encontrar sin entrar en un juicio una comprensión a la forma de actuar de Carmen con respecto a lo que los comentaristas suponen; "que debería defender a Mario".
En otro relato comente acerca del embarazo y alguien dijo que era más importante el tema de si Carmen estaba enferma y es cierto. Mario dijo que estaría con ella no importaba que pasara, igual que estaríamos nosotros al lado de un hermano, una tía, un padre o un hijo en los momentos más difíciles.
Pero este relato no se trata de un programa de emergencias médicas y el comentario lo hice tratando de mirar, nuevamente sin juzgar, el comportamiento de El consentidor, ya que está es la cúspide de todo "cornudo consentidor"; saber que tu esposa está embarazada y que no es tuyo, mayor aún ni siquiera saber quién es el padre.
Creo que me he extendido mucho espero que disculpen por tanta palabrería y que sigamos con la buena camaradería y el buen ambiente que mantenemos en este medio de comunicación.
Muchos saludos y un abrazo para todos.
LUCIA - muy interesante el comentario “técnico” de Mario, es una buena comparación con lo que pasa aquí pero no me vale, no podemos andar justificando siempre cada cosa que publicamos o mirando antes de publicar si a alguien le va a molestar. La buena intención se nos debería dar por supuesta a todos y a falta de emoticonos y caritas sonrientes que lo recalquen es de suponer que no escribo cabreada para joder a nadie, lo mismo pienso de la mayoría de los que pasan por aquí. De todas formas si mi comentario ha molestado perdonad y me lo pensaré mejor antes de entrar en debates, eso no quiere decir nada, voy a seguir dando la lata por aquí, no os libráis de mí tan fácilmente (carita con guiño de ojo)
ResponderEliminarGracias shubert, esto es lo que yo buscaba, no entendía expresiones como tiene que aprender cual es su sitio o el sabe comportarse, ahora lo veo con perspectiva, y ahora puedo ver que Carmen ama a Mario.
ResponderEliminarSeguramente para Carmen no fue fácil no defender a Mario en muchas ocasiones, pero ahora su relación es así, también he podido comprenderlo.
No te preocupes, por mi ya está todo enviado, por suerte mis cabreos duran muy poco tiempo y muchas veces me doy cuenta que me comportó de forma infantil, como dice mi novia a ver cuándo maduras de una vez.
Me gustaría disculparme con Dosoctavas y Lucía, malinterprete sus comentarios, lo siento de verdad, no aprenderé nunca.
Feliz viernes a todos.
Que Carmen ama a su marido quedó reflejado en su estadía en la sierra, donde rescató a la naufraga y posteriormente se dedicó a rescatar a su marido.
ResponderEliminarTodavía nos emociona a mi mujer y a mí la nota que le deja sobre la fotografía en el lago de Como. O volvía ella con la foto o entonces le haría una copia.
Bruto.
ResponderEliminarSiento disentir pero me parece que en esta parte de su vida, Carmen a quién quiere más es así misma.
Tiene momentos con los personajes pero lleva un temporada más centrada en Carmen que los demás, incluyo a todos.
Mario ¿Con quién os juntais? Estas insinuando que Tomás hizo desaparecer a una mafia de apuestas, voy entendiendo el miedo de algunos y la policía en su entierro, aunque pensaba que era por corrupción política, que es lo único que mueve a la policía.
Yo tengo una sospecha desde hace muchos capítulos, cuando aparecieron unas fotos en una revista y prometían una segunda parte que nunca apareció. Carmen siempre pensó que había sido Claudia y Ángel se aprovechó de ese agradecimiento para estar con Carmen. Pero desde el primer momento vino un nombre a mi cabeza Y dije Tomás tiene tanto poder y tantas conexiones que estando en Inglaterra tratando de mejorar la relación con su hija puede hacer que desaparezca una publicación que puede hacer que la venta de esa revista se triplique. Desde ese momento sé que Tomás tiene mucho más poder del que aparenta.
EliminarEstoy deliverando si dejar de comentar por un tiempo o por lo menos limitar mis comentarios, desde la muerte de mi tía estoy muy sensible y estoy a la que salto.
ResponderEliminarHace un rato mi jefe me a hechado la bronca, jamás ne había afectado, eran gajes del oficio, pero me he rebuelto como una fiera, por suerte he parado a tirmpo de haber dicho algo de lo que me arrepentiria.
El comentario de Lucía no tendría que averme afectado, de hecho de no estar en el estado anímico en el que me encuentro, seguramente hubiera entendido perfectamente lo que quería decir.
Como ya he dicho me gustan los debates, más que los debates, comentar los entresijos de los capítulos, pero ahora estoy enfadado con todos y todo y no es justo, que pague mi frustracion con los demas.
Lo siento de verdad, Lucía me gustaría que siguieras debatiendo, sueles hacer comentarios muy acertados, todos los hacéis.
Por lo demás me despido, un abrazo muy fuerte para todos.
Queridos amigos, seguidores y amantes del Diario, entre las que me siento tremendamente orgullosa. Y de esa afirmación tengo que hacerme una pregunta, ¿eso significa que admito, acepto, creo, dogmatizo, venero y quiero todo lo que Carmen o Mario digan o hagan? Pues no, sinceramente, no.
ResponderEliminarSiempre tengo una necesidad imperiosa de que vuelva a aparecer un nuevo capítulo, luego viene a mí una profunda distensión o relajación y eso hace que apenas siga los comentarios, sólo de vez en cuando entro y puedo hacer una lectura, de esas que llaman cruzada, en la que veo muy, muy por encima lo que se pueda decir. Así que perdonad si lo que estoy diciendo ahora tiene poco o nada que ver con vuestra charla/conversación.
Yo siento una profunda admiración por Carmen-Mario, hasta el punto que en muchas ocasiones aparecen en mis reflexiones más íntimas o forman parte de mis fantasías de cama pero ¿eso me lleva a convertir en realidad, en mi proceder su filosofía de vida? Pues la verdad es que no, no estoy preparada para ello ni creo que pudiera estarlo nunca. Y que conste que no pretendo juzgarlos, en absoluto, sólo digo que siento admiración pero sin que ello suponga ponerme una venda en los ojos y, por consiguiente, no poder hablar, criticar, opinar, valorar, analizar…………….. Al fin y al cabo, eso es lo que estamos haciendo todos.
Desde que hicieron la terapia de puta, punto fuerte de inflexión, en la vida de nuestra querida pareja, a mí me está costando mucho más el poder seguir la historia, tanto por la forma de escribir o narrar (la fluidez, la cercanía, la naturalidad… se ha convertido, para mí, en algo farragoso y complicado de seguir, a veces) como por la forma de vivirlo cada uno de ellos (sumisión, poder, obsesión, infidelidad, prepotencia, sexo y sexo... ¿pareja?).
De igual manera tengo que decir que es muy difícil que podáis entender que no lo estoy diciendo de forma fría, hostil y distante, sino todo lo contrario, no pretendo abrir ninguna grieta, más que nada porque me considero amiga de Mario, no sé si él seguirá considerándome así.
¿Qué se quieren? Después de tantos años nadie lo va a dudar pero a mí me cuesta entender ese tipo de amor egoísta –por ambas partes-, donde ella puede llegar a humillarlo, independientemente de que él pueda sentir placer en ello. Y donde él no deja de manipular, viciando, por tanto, la actitud y la aptitud de ella.
Un beso enorme para todos vosotros, especialmente para Carmen y Mario.
C
Mario desde IPad:
ResponderEliminarA alguien le puede sonar extraña la siguiente cita, viniendo de un ateo como yo; sin embargo, reconocer la validez de un pensamiento acertado no tiene fronteras ideológicas.
«En tiempos de desolación, no hacer mudanza», dijo Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los jesuitas. Es una frase que utilizo con cierta frecuencia porque propugna una conducta positiva para afrontar momentos de crisis, de desolación personal. Es en esos momentos cuando se tiende a hacer cambios bruscos, que no son sino formas de huída, cuando lo que conviene es detenerse, entender el momento por el que está pasando, reflexionar y continuar.
No es, desde mi punto de vista, momento para desaparecer, para tomarse un tiempo de silencio ni para cambiar hábitos de participación en el blog, que es lo que no solo Apasionado ha sugerido. Es tiempo de marcar las diferencias con otros espacios y manejar las crisis con serenidad y haciendo uso de lo que nos caracteriza como grupo de debate: el intercambio de opiniones.
Si lo pides así y con la cita de Ignacio de Loyola incluido, seguiré comentando, si conozco a Ignacio de Loyola es porque es Guipuzcoano como yo, pero reconozco que no conocia la cita que as puesto.
ResponderEliminarHay algo que me runrunea desde que leí el capítulo, según Tomás Gerardo siempre juega a ganar, seguramente habrá ganado siempre, de hay la advertencia de Tomás a Carmen.
Sin embargo, a encajado bastante bien la derrota, si a sentido despecho, pero llamó a Santos para concederle el capricho a Carmen.
Eso no pega nada con lo que a demostrado Gerardo, un hombre capaz de jugar muy sucio para salirse con la suya.
Pienso que cuando Carmen acuda a su cita con Santos este no estará y se encontrará a Gerardo en su lugar.
Como dije el plan Maquiavelo tiene un punto muy débil, este es Santos un hombre totalmente leal a su jefe y que hará cualquier cosa para no perder la confianza que este le tiene.
Por ejemplo renunciar a follar con Carmen cosa que desea tanto como ella, ¿alguien más cree que Carmen despedirá las vacaciones follando con Gerardo en vez de Santos?
Me gustaría saber vuestra opinión.
Hola de nuevo, he encontrado en este blog, un grupo muy heterogéneo de personas unidas por la lectura. La lectura de un diario - que es más que un diario- de una pareja -con integrantes añadidos- y en una serie de sucesos que parecen increíbles, y he allí el punto más maravilloso, no tenemos dragones, no tenemos encantamientos ni siquiera tenemos autos a alta velocidad y explosiones, tenemos conductas de la vida diaria, cosas tan extraordinariamente comunes, descritas por el autor de forma tan detallada, que nos transporta a ese momento y en esto radica el principal detalle, se trata de sentimientos, de emociones, las que viven los personajes en nuestra lectura y que Mario el autor mágicamente nos transmite a cada uno de nosotros. En ese enlace personal con esos sentimientos que nos produce la lectura es por lo que nos vemos avasallados por los mismos y al leer los comentarios de los demás, podemos sentir también un poco de lo que se produce en su ser, con la mezcla de sus propios sentimientos.
ResponderEliminarEs una de las cosas que mantiene al diario vigente.
En varios comentarios he visto que se habla de los protagonistas como instrumentos de la ficción creados por Mario el autor. Pero también me remito al capítulo fuera del diario del que habla Luigi en su anterior comentario, Mario describe una época más actual, el inicio de la pandemia con la consiguiente zozobra del no saber qué va a pasar. Menciona en ese capítulo un viaje que tenía Carmen programado y que no realizó para encontrarse con un buen amigo y mucho más, que había conocido el año anterior en una separación que tuvieron Carmen y Mario.
Esto quiere decir una de dos cosas, qué son una pareja real y que como cualquier pareja todavía discuten, se pelean y se separan. Y la otra posibilidad es que Mario realmente sea un cabrito y nos tenga a todos enamorados de una pareja creada en su mente con tantos detalles que nos hacen prácticamente tocar cada escena que narra.
Descripciones tan gráficas, tan completas, plasmadas de una forma tan sencilla y al mismo tiempo con una complejidad que no puede ser más que una descripción de un evento vivido, pongo un ejemplo de este capítulo;
-Era yo quien no esperaba encontrarlos desnudos departiendo como si de una pareja cualquiera se tratara. Mis ojos volaron a la "VERGA DESCAPULLADA"; retiré la mirada pero había captado el estupor y sonreía burlón. «No tengo nada que envidiarle», pensé. «No digas bobadas», rectifiqué. Portaba un bulto que reconocí por el estampado: las sábanas de la cama. Carmen estaba seria.-
Son solo dos palabras que describen demasiado.
Gracias por sus comentarios y por la oportunidad de compartir mi punto de vista.
El siguiente comentario lo dividí en 4 porque es demasiado largo y no me permitió ponerlo en un solo comentario.
ResponderEliminarTodos los que comentamos en este relato, tenemos claro que Carmen y Mario se aman, a su manera pero se aman, que Carmen deja de lado a Mario en ciertas ocasiones y que no defiende a Mario como lo hace con Tomas, y que Gerardo ha querido denigrar a Mario sin que este haya podido lograrlo que es lo que mas le molesta a Gerardo, pero también tenemos todos y cada uno de nosotros nuestro propio criterio, que es lo que hace que este recurso que nos da el blog de comentar el capítulo, para ver diferentes formas de ver cada situación, lo que para unos es negro para otros no lo es tanto, y así normamos un criterio mas amplio respecto a lo que se narra.
A mi en lo particular al leer todos los comentarios me hacen ver cosas que se me pasaron por alto, y entonces me pongo a releer y entiendo de diferente manera.
Coincido en que no entiendo que gana Gerardo en golpear a Carmen frente a Mario, que quería conseguir con eso, pero creo que la intensión era ver la reacción de Mario, y saber que haría Carmen.
Con respecto a Santos, me da la impresión de que no va a poder con Carmen, por muy macho alfa que Santos sea, no creo que le de batería a Carmen, y el problema aquí es que pueda ser agresivo con Carmen, para demostrar quién es el que manda.
Respecto a la supuesta sumisión de Carmen, se ha comentado que esta ligada a la violación que hicieron sus primos y su tío, en el capítulo 76 CARMENXIUS en una escena con Gonzalo se acuerda de parte de los abusos de sus primo y tío esto es lo que recuerda. Dejo este fragmento para recordar como empieza desde mi punto de vista su trauma.
“Aquí no, aquí no”, una antigua persiana de tablillas a medio enrollar. A lo lejos el sonido de la loza en el fregadero bajo el chorro del grifo. “Estate quieta” El calor sofocante del verano. La camiseta arrugada por encima de su pecho, su breve pecho que apenas acaba de empezar a brotar, esas manos torpes que intentan quitarle el sujetador del bikini, “No, por favor, aquí no”, La voz de su madre, tarareando una canción de Nino Bravo que suena en la radio mientras lava los platos de la comida, una sombra que suelta la cuerda de la persiana, el ruido que hace al caer la sobresalta ¿y si su madre lo oye y entra en el cuarto y la ve así?, tirada en la cama con su primo Toño encima tocándola, y su primo mayor enfrente bajándose el bañador, tocándose eso, “No primo, por favor, aquí no”
“Los minutos pasan, Gonzalo sigue acariciando su pecho, excitando la aguda punta que ya está dura como una roca y lanza destellos eléctricos por todo su cuerpo, su respiración suena en sus oídos, es un jadeo que quisiera contener pero no puede, “Sí, así pequeña, sigue”. Aspira, huele, se llena de ese olor a hombre maduro que la emborracha, que la sumerge en otro tiempo, en otra época.”
“No soporta que su primo la esté besando así, mueve la cabeza para evitarle, pero le tiene encima, siente los tobillos sujetos por otras manos que le hacen daño, que separan sus piernas, forcejea, intenta liberarse, tiene la cara roja, ardiendo de vergüenza, los pechos desnudos cubiertos por la mano de su primo, ¿por qué le hace esto? No puede mirarle a la cara, es su primo. Intenta saltar cuando siente que la braguita del bikini desciende por sus muslos, quiere gritar pero si su madre acude ¿qué va a pensar de ella?. Sus ojos se llenan de lágrimas, está desnuda, duele, esos dedos que entran dentro de ella duelen, ¡es su primo, es su primo”
Continua el comentario.
ResponderEliminar“Gonzalo mueve la mano y arrastra la copa del sujetador, ella parece despertar, mira a su alrededor, a lo lejos un camarero avanza, se tensa, “¡No!”, susurra, interpone el brazo para detenerle pero él es más rápido y la sujeta, la domina, “Quieta chiquilla”, pero se resiste, Gonzalo le retira el brazo con una brusquedad que la sorprende, que la asusta. Su expresión ha cambiado, hay impaciencia. Toma su barbilla con fuerza, el gesto la inmoviliza, “estate quieta”, Carmen se atemoriza, no sabe por qué pero no reacciona, Gonzalo nota su temor, la suelta, vuelve a coger la copa del sujetador y la desplaza hasta dejar el pecho desnudo.”
Su primo se levanta, se siente sucia, pegajosa, húmeda, “ahora tú” le dice a su primo mayor que le suelta las manos y se sube encima de ella, Toño se mueve hacia la puerta del patio y vigila. No reacciona, siente cómo se mueve entre sus piernas, como busca el camino torpemente y entra. Le toca los pequeños pechos, se los aprieta, le hace daño, el viejo somier comienza a chirriar, la radio calla y se sobresalta, si su madre oye el ruido... escucha un cuchicheo en la puerta del patio, su primo se queja, se tensa dentro, cae sobre ella, pesa, casi no la deja respirar, luego se levanta le da un beso en la boca y va hacia la puerta. Llora en silencio pero abre los ojos cuando siente hundirse el colchón, ahí está el rubio, el amigo de Andresito su primo el mayor, siente vergüenza de que la vea así pero no tiene tiempo de pensar, se abalanza sobre ella, le muerde los pechos, le babosea la cara, le toca ahí abajo y le hunde de un golpe el pene, es grande y duro, mucho mas grande y le duele, intenta apartarle con los brazos, se resiste pero él la sujeta, forcejea, le clava las uñas, “¡Joder con la puta!”, le propina una bofetada y ella se queda quieta, aterrorizada, “¡No seas bestia, tío!”, le dice Andrés desde la puerta. La cama cruje con el peso del rubio, está gordo, huele a sudor, la radio vuelve a sonar, su madre canta. El rubio tarda más, mucho más que su primo y cuando acaba le dice algo, se ríe, le toca los pechos otra vez, se los aprieta, luego se pone de pie, la mira, ella cierra los ojos, no quiere mirarle, cuando siente moverse la cama sabe que va a volver a suceder, otras manos, otros apretones en sus pechos doloridos, otros labios que succionan, otros dedos que se hunden en ella, otro cuerpo que la invade, otra vez zarandeada, los muelles que suenan a metal chirriando le recuerdan el sonido de la matanza que siempre le ha parecido cruel, ahora es a ella a quien asesinan. El sudor que gotea sobre su cuerpo le produce nauseas, esos ojos abiertos, muy abiertos que la miran, esa sonrisa sádica mientras empuja le asusta.
“¡Qué cojones está pasando aquí!”. Carreras, vergüenza, “¡tito, tito!”, sollozos, se refugia en su tito, intenta contarle pero las palabras se le atropellan hipando, no puede hablar, es incapaz de explicarse, “calla, niña, calla, no digas nada o te buscarás la ruina y nos la buscarás a todos”
La tapa con la sábana, trata de calmarla, “¿Qué has hecho niña?”, la abraza, “Yo no…”, la acaricia, “Has crecido mucho y esos ya son hombres, ¿no te das cuenta?, no puedes seguir jugando con ellos como si nada, mira lo que has hecho”, la acaricia, le seca el sudor de sus recién nacidos pechos, “no cuentes nada, eh?, ¡ni se te ocurra decir nada de esto a nadie!, algo habrás hecho tú, ¡pero si son buenos chicos!”, vuelve a limpiarle los pechos, los acaricia, “Si es que venís al pueblo y os vestís como si fuerais fulanas y luego pasan estas cosas”, le limpia con su pañuelo ahí donde nadie la había tocado antes, “no tito, no”, la acaricia, la besa en la mejilla, muy cerca de la boca, “anda, ven aquí”, la sabana cae… luego, vértigo, se siente caer hacia atrás, luego… no sabe, no recuerda.
Finalmente fueron 3 partes
ResponderEliminarDespués… “Ni se te ocurra contar nada” le amenaza su tío cogiéndola de la barbilla “¡mírame niña, mírame!, ¿me has oído?”, “Sí”, le asusta la mirada de su tito, “A mi hermana ni palabra de esto, ¿entendido?”, “sí, tito” responde temblando.
Se va por el patio, ella entra en el retrete, se lava como puede, no consigue dejar de temblar, sale a hurtadillas, ¡que no la vea su madre, por Dios, que no la vea!, sube arriba y se ducha en el baño, sale a la alberca y se lanza al agua. “¿Ya te estás bañando? Le grita su madre desde la ventana de la cocina, “como se te corte la digestión verás”.
Se sumerge para mezclar las lágrimas con el agua de la alberca, para ocultar que llora, “tengo que olvidar, tengo que olvidar, esto no ha pasado”
Carmen tiembla, se siente tan frágil, tan pequeña. Gonzalo roza el erecto pezón con su pulgar, ella gime, él cubre el pecho con la mano, lo palpa, lo aprieta. Se escuchan pasos muy cerca, el tintineo de unas copas y ella intenta cubrirse, Gonzalo pierde la paciencia, “¡Ya está bien!”, parece enfadado y ella se asusta, toma su cara con la mano, abarca su mejilla y le da un ligero cachete que Carmen percibe como aquella otra bofetada. Tiembla, abre mucho los ojos, no se lo llega a creer, “¡Estate quieta de una vez!”, enmudece, dos lágrimas ruedan por sus mejillas, su rostro muestra miedo, de pronto de su cuerpo desaparece toda tensión; Gonzalo sabe que ya no va a protestar, acaricia su mejilla y seca las lágrimas “así me gusta, niña buena”. Baja la mano por su hombro desnudo, suelta un par de botones más de la blusa y acaricia su pecho, “es precioso, perfecto, ¿ves como no tienes nada que temer?”, Carmen jadea, no ofrece resistencia, la besa en la frente, besa los húmedos ojos, la besa en la boca y ella se acurruca en su hombro, se escuchan voces, un grupo camina cerca buscando mesa, siente vergüenza, la pueden ver, se tensa de nuevo, “tranquila nena, no pasa nada” Carmen mira de reojo sobre la espalda de Gonzalo, el grupo pasa, el corazón se le acelera, probablemente no habrán visto nada, probablemente.
Bueno hasta qui la cita, ella es una niña apenas en desarrollo, y después de estos sucesos, debió de ocultar en lo mas recóndito de su cerebro estos acontecimientos.
En la cita, mezcla el estar con Gonzalo, haciendo referencia a el poder que ejerce este sobre ella, y lo relaciona con el poder que ejercieron su primos y tio muchos años atrás.
Es por eso que creo que cuando ella se siente dominada, o le llegan ráfagas de esos recuerdo, o se siente intimidada sin fuerza, sin poder de decisión para parar cualquier agresión, le paso con Gonzalo, le paso con el mayoral, le ha pasado con German. Y creo que si hay encuentro con santos pude ser este el que detone la liberación de este trauma que la tiene tan afectada.
Bueno creo me excedí mucho espero que mi comentario vaya por buen camino.
Recojo el guante estimado APASIONADO, yo creo que sí estará Santos y que follará con Carmen. Y es ahí donde don Gerardo se acordará de Gourcho Marx diciendo estos son mis principios, si no te gustan tengo otros.
ResponderEliminarFundamento mi opinión en que don Gerardo hasta ahora no se había cruzado con una mujer como Carmen.
Dejará que folle con Santos, dejará que crea que ha ganado librándose de él y luego le dejará servido a Tomás el negocio de su vida, por el que estuvo esperando toda su vida.
El precio será Carmen. Habrá que ver si don Tomás adhiere la frase del genial Gourcho.
Si, esto sí concuerda con Gerardo, pero Gerardo la quiere para el, el ser el dueño de Carmen, tengo claro que mientras haya dinero sobre la mesa, Tomás dirá, donde digo digo, digo Diego.
EliminarEs normal la obsesión de Gerardo hacia Mario, he visto un ensañamiento llegando al punto de intentar hacer un daño real a Mario.
ResponderEliminarNo se si esa es un comportamiento normal del corneado hacia el cornudo, pero Gerardo llega a sabotear las vacaciones apareciendo a cualquier momento, abordandole en el restaurante, demostrando un desprecio hacia Mario enfermizo.
Manda que le vigilen, la primera vez que veo a Carmen reaccionar en defensa de Mario, por último el tortazo a Carmen, la intención de Gerardo es clara destruir a Mario, más cuando ve que este ni se inmuta.
Federico, me has ganado porque no tengo tiempo ni para reascarme la nariz, has llegado a la misma conclusión que yo, lo que pasa es que no he podido dedicarme a buscar los datos. Enhorabuena, ¿donde hay que formar para que te den el premio al mejor investigador? es punto por punto lo que yo tenía en la cabeza, desde la bofetada de Gonzalo Arnedo que la hizo volver al pasado y la dejó indefensa. Muy buen trabajo.
ResponderEliminarLUIGI
ResponderEliminarFederico, muy bien con tu investigación, yo como a dosoctvas no me da el tiempo, pero yo soy de los que piensan que hay algo más, que tanto la Madre como sobre todo el Padre esconden o callan, es algo que intento averiguar, Mario en su maestría saca de vez en cuando alguna señal, que no consigo ver claramente, para eso el afamado autor es un maestro, pero pruebas para mi las hay, sin ir más lejos en una tarde de compras con su hermana y su madre, Carmen la pregunta a su madre el porque, tanto en su boda como en la de
hermana, sus tíos y primos no fueron invitados, presupone que ya sabían lo que pasó, o no ? y si es así ¿ por qué no ayudaron a Carmen a pasar el trauma?. El capítulo no se, es uno anterior a la marcha de Carmen a la exposiocion de Sevilla, que por cierto, en ese fin de semana esta un par de horas con Mario, vaya vd.a saver porque.
Un placer estar con vosotros
En muchas familias, estas tienden a ocultar los problemas, por el simple hecho del que dirán, imaginaros en boca de todos los vecinos y conocidos que Carmen a sido volada por su tío y sus primos.
ResponderEliminarPara mucha gente las apariencias lo son todo, nunca entenderé esa forma de actuar, es una ipotesis, tenemos poca información, pero creo que lo que Carmen recuerda que dice su padre gritando y ella piensa que se lo dice a ella, estoy seguro que se lo está diciendo al tío de ella.
Mi sensación es que arreglaron el problema internamente, lo que no se es como lo harían, las veces que a aparecido el padre de Carmen en el relato es un hombre que se preocupa de su hija, después esta Carmen que idolatra a su padre, no creo que un hombre así se quedara de brazis cruzados.
La madre de Carmen a demostrado carácter, veo en ella una mujer que protegería a sus hijas de cualquier peligro.
Como habéis dicho, el tío y mos sobrinos no estuvieron en las dos bodas, tal vez fueron desterrados como hacían en muchos pueblos de la antigüedad, dejando de ser parte de esa familia.
Pero como digo faltan muchos datos.
LUCIA
ResponderEliminarHace veinte años todavía se tenía como normal castigar con una bofetada a los niños si se portaban mal, a nadie le parecía mal, hoy es raro ver hacerlo y desde luego no pasa desapercibido. Yo misma recibí alguna que otra y no creo que eso me afectara demasiado aunque estoy radicalmente en contra. No es lo que cuenta Carmen, lo suyo es otra cosa más seria y más cruel y que ha tenido consecuencias. Lo que yo recuerdo es que una bofetada me dejaba encogida y cortaba cualquier rastro de rebeldía que pudiera estar teniendo, ya fuera una pataleta, un capricho o una bronca contra mis padres con la que ya no podían dialogar. La bofetada lo cortaba de raíz y yo recuerdo esa sensación yde parón brusco y visto con los años que tengo, supongo que sometimiento, lo recuerdo más en mi hermana pequeña que era muy broncas, la bofetada la dejaba como una seda. No penséis que lo apruebo, lo estoy contando porque tiene parecido con la reacción de Carmen, después de la bofetada se calma y se somete.
Lo que comenta Lucia es verdad, yo no he recibido muchas, pero reconozco que me las merecía, el tortazo que le da Gerardo a Carmen lo veo cruel.
EliminarPodría haberlo entendido si se lo hubiera dado seguido de cuando se lo da ella, como una reacción al tortazo que recivio.
Pero espera que llegue Mario, le da un tortazo que en ese momento no tenia sentido, que pretendía que Mario viera quien era el amo de Carmen, o pretendía que Mario saltara como este lo hizo.
Gerardo Subestimo tanto a Carmen como a Mario, si Carmen no llega a parar a Mario, tal vez Gerardo hubiera salido mal parado, Mario a demostrado tener mucho carácter durante todo el diario.
Carmen la ultima noche le da una gran lección a Gerardo, el la creía tener comiendo de su mano y ella le deja claro que ella se somete, no la someten.
Me a alegrado leer tu comentario Lucia, un abrazo muy fuerte para ti y un buen domindo para todos.
En mi caso en lugar de la bofetada mi madre era amiga de la famosa skipy, unas chancletas de plástico. Claro que en el 90 por ciento de los casos huía haciendo gala de mis reflejos y esperando que al volver estuviera presente mi abuela materna que ejercía las veces de secretario general de la ONU que impedía que el castigo se cumpliera de esa forma.
ResponderEliminarCon mi padre bastaba su mirada y su metro noventa para entender las cosas.
Alguien más tiene la sensación de que el capítulo final de las vacaciones va a ser tan duro o incluso más que este.
ResponderEliminarYo creo que a Santos se le va a ir la mano con Carmen, Carmen es mucha mujer, este está convencido que está mal follada y se va a encontrar con una bestia que lo va a superar con creces, viendo la personalidad de Santos, esto herida su orgullo de macho y aquí vendrá el desastre, es posible que con esto se desbloquee n los recuerdos de Carmen.
Me parece a mi que las despedidas no van a ser nada amistosas
Buen inicio de semana para todos.
ResponderEliminarLucía tiene razón, una cachetada saca a la persona abofeteada de su lugar de comodidad, le cambia la situación en un instante y en el diario vemos que Carmen al recibir alguna, entra en un estado de sumisión, que es extraño para una mujer tan fuerte.
Pero no es solamente El golpe sino la figura que lo realiza, pienso que esta es la parte que tiene arraigada en aquel trauma de la juventud, ya que las personas causales de tal trauma fueron muy allegados a ella y con cierto grado de autoridad, sus primos mayores, amigos de estos y su tío. Sumado a su recuerdo inconcluso de la voz de su padre reprendiendo a alguien, (pienso igual que es a su tío) y Carmen piensa que es a ella, porque ha hecho algo malo.
Gonzalo en su momento fue una persona de autoridad, ella vio de primera mano como el controla a sus empleados y domina siempre la situación.
Ángel es otra persona dominante y con autoridad, la viola y luego conduce la situación de tal manera que Carmen inconscientemente piensa que ella tuvo parte de la culpa.
Claudia domina a Carmen desde el principio en el bar. Conoce su lugar y hace ver a Carmen el suyo cuando la propia Carmen toma el papel sumiso.
En aquel episodio donde Carmen comparte con Candela, ella trata de controlar la situación hasta que recibe una cachetada y allí también vuelve la Carmen sumisa que permite todo.
El caso de Gerardo es diferente, cuando Gerardo golpea a Carmen puede que sea en retribución a la cachetada que Carmen le dio, pero al hacerlo delante de Mario, es para demostrar su dominio sobre Carmen. Lo que Gerardo no entendió nunca es que Carmen estaba haciendo un juego en el que él solamente era una pieza. Es por esto que Carmen controla a Mario para que no se salga el protector y ella pueda concluir con el plan Maquiavelo. Carmen en estos episodios de las vacaciones ha sido muy buena actriz con el único que no actuó fue con Mario.
Saludos para todos
Me a gustado mucho tu comentario.
ResponderEliminarHoy he tenido un dia de mierda, me a salido todo al revés, encima iba para el vestuario y me he resbalando con el aceite que había en el suelo.
ResponderEliminarCayendo para atrás, me he dado una ostia del copón, después me a entrado un ataque de risa de la ostia.
Mi jefe se a acercado preocupado, después de verme reírme, me a dicho que ya me vale.
Ahora en serio, tengo la espalda dolorida, a ver como me levanto mañana.
Ondo lo in (que durmais bien)
Mario desde IPad.
EliminarMala caída. Si te sigue doliendo ve al médico. Son ese tipo de lesiones que dan la cara mucho después.
Si, si veo que me va a pero iré al medico, gracias Mario.
EliminarApasionado, comparto tu sentir, ya también creo que va a ser un capitulo muy duro, si hay encuentro entre Carmen y Santos, este se le puede pasar la mano, y ahi es donde a Carmen se le vendrán en cascadalos recuerdo de su viloacion y abusos por parte
ResponderEliminarLos recuerdos de los abusos y velación de sus parientes y amigo de ellos, ya lo había comentado anteriormente. Y pensando en un comentario que dejo Mario, donde hace alusión de que en los próximos capítulos se despejaría las dudas del trauma de Carmen, yo creo que es Santos el causante, aparte de las ráfagas de recuerdos que ha tenido en otros momentos.
ResponderEliminarYo he pensado lo mismo.
EliminarY respecto al comentario de Lucia, estoy completamente de acuerdo, no es tanto la cachetada en si, sino lo que logra esa cachetada, se paraliza y y se asume sumisa, recordara en su yo interno esa cachetada que le da su primo.
ResponderEliminarNo creo que Santos se salga de su papel en este juego. A él Gerardo le deja "las sobras", pero ya le indicó los límites con Carmen.
ResponderEliminarSantos sabe cuál es su lugar en la escala zoológica de este juego y lo que ordena el jefe se cumple.
No se Torco, Santo ces un machista rozando el hombre de las cavernas, Carmen es mucha mujer, este tipo de personas tienen el ego muy frágil.
EliminarTal vez me equivoque.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarEl próximo capítulo está armado y bastante vestido, pero se avecina la Semana Santa y esta vez no le voy a poder dedicar ni un minuto al diario, lo cual implica que hasta el once o doce de Abril no volveré a tocarlo. Eso es bueno y malo. Bueno porque me permite tomar perspectiva del texto. Malo porque sitúa el horizonte de publicación a finales de mes si no más allá.
No obstante, seguiré actualizando los comentarios que enviéis y, si puedo, participaré.
Este comentario te lo podrías haber ahorrado cabronazo, jajajaja.
EliminarEnhorabuena, hay familia a la que disfrutar en Semana Santa y estos momentos no se deben perder.
EliminarPara nosotros cada día de espera es una anticipación de lo que podría ocurrir, además, sabemos Mario que tienes otras ocupaciones que atender y que son importantes para ti.
Deseamos seguir leyendo el diario, pero ya conocemos tu faceta perfeccionista y eso nos da la certeza de una excelente lectura.
Un abrazo fuerte
Mario desde IPad.
EliminarGracias, os seguiré vigilando.
Otra pregunta que me hago es, que ocurrirá cuando Tomas y Carmen se encuentren, ¿esta perderá su estatus de mano derecha de Tomas?
ResponderEliminarEn los capítulos de las vacaciones, Tomas Carmen a interactuado con la versión empresario de Tomas, estoy seguro que Tomas amigo no se lo tendría en cuenta, pero ya le a dejado claro que allí no estaba de vacaciones y que había ido a prestar un servicio.
A ojos de Tomas empresario, Carmen no a actuado como una buena profesional, ¿alguien cree que podría despedirla? o simplemente le dará un tirón de orejas.
Seguramente tendremos que esperar para saberlo.
Alguien me cuenta de qué va el misterio de monteroso? No lo veo en ninguna parte y google me manda a un concejo de Lugo.
ResponderEliminarBatman
A mi lo único que me suena es el libro el escándalo de Monterroso, no se si te servirá.
EliminarDe aquí al sábado estaré activo (más o menos). Como ya he dicho, después me limitaré a publicar los comentarios, normalmente por la noche y no todos los días. Os pediría que mantengáis el diálogo entre vosotros porque no quiero enturbiar el buen clima de vacaciones enfrascándome en el móvil, ya me entendéis.
ResponderEliminarA cambio, le estoy pegando un repaso intenso al capítulo, no es algo deliberado; surge de una manera natural igual que los primeros dias tras publicar éste fui incapaz de tocar el nuevo.
LUCIA:
ResponderEliminarEl misterio de Monteroso que dice Batman se trata de una frase del capítulo, “Cuando llegué, la puta moto seguía allí”. Esta frase es un guiño al microrelato de Augusto Monterrosso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Es el microrelato más famoso no solo de este autor. Es uno de esos detalles que coloca Mario en medio de los relatos para hacernos sonreír.
Muchas gracias Lucía a veces google ayuda poco
EliminarBatman
No lo conocía, hay un dicho que dice que no te acostarás sin aprender nada nuevo.
EliminarGracias por el aporte Lucía.
Sobre las bofetadas nadie se ha dado cuenta de una cosa. Carmen abofetea a Gerardo y siente una “profunda liberación”, y se sorprende porque es algo inesperado. Yo diría que al abofetear a Gerardo abofetea a los que la violaron, a su tío, a sus primos y se siente liberada. Lo mismo estoy diciendo una tontería pero es lo que estoy pensado desde que lo leí. A ver qué opina el psicólogo.
ResponderEliminarSe me olvidó firmar, soy Marta.
ResponderEliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarEstoy preparando el capítulo para su próxima publicación en TR (cada vez con menos motivación, lo confieso) y he realizado algunas correcciones que han quedado registradas aquí, en el blog. Lo comento para quien le pueda interesar.
LUCÍA.
EliminarNo me extraña. No te dejes vencer, hay gente que te lee y no comenta.
Yo también he sentido lo mismo con mis relatos, estuve a punto de dejar decescribir.
EliminarEntonces una persona sabia me dijo que un autor tenía que escribir primero para el y después para los demás.
Me pregunto si disfrutaba escribiéndonos y le conteste que mucho.
Me contesto que el día que no disfrutara escribiéndolos sería el día que me tendría que plantear dejar de publicar.
No se si te servirá Mario, tu disfrutas escribiendo, eso es lo importante.
Mario. Hay quien no puede seguirte por aqui y te lee desde TR. No nos dejes por favor. Ya imagino los problemas pero... Gracias.
ResponderEliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarPublicado en TR, hago la revisión de rutina y… ¡zas! aparecen un par de gazapos que abato al momento y elimino aquí también. No es que sea un tiquismiquis es que saltan a la vista por el simple hecho de leerlo en otro formato.
Mario desde IPad.
EliminarSobra el “también”. En TR no puedo corregir el texto, como sabéis.
Jejejeje, no serias tu, si no lo hicieras.
ResponderEliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarCon el próximo capítulo se cierra el monográfico dedicado al veraneo en Conil y comienza Septiembre del 2001, un mes complicado plagado de sobresaltos. Entre otras cosas, puede que penséis si el plan para neutralizar a Gerardo llegó a funcionar. Solo os diré esto:
Torres más altas han caído.
Y hasta ahí puedo leer.
Hace poco escuche esa frase en una película y no me acuerdo en cual era, jajaja.
ResponderEliminarLA MADRE QUE TE PARIO!!!!! estás haciendo un spoiler del copón.
ResponderEliminarVolvi a las tres de la noche con ganas de meterme en la cama y no se me ocurrio otra cosa que echrle una ojeada al blog y me encuentro esta bomba. Eres un sadico, te lo han dicho alguna vez? Me jodiste la madrugada tio, dandole vueltas a lo que se nos viene encima.
Esto no se le hace a los amigos.
LUCIA.
ResponderEliminarNo quiero pensar la que se nos viene encima con la insinuación de Mario, me estoy comiendo la cabeza toda la mañana, si fuera una buena persona daría alguna pista, lo que pasa es que va a hacer lo de siempre, tenernos en ascuas un mes o dos porque encima esto no lo va levantar en el próximo.
Tengo claro que Gerardo intentará volver a follar con Carmen, este tío no juega limpio y estoy seguro que lo intentará usando malas artes, pero con la frase de torres mas altas han caido, Mario nos deja claro que Gerardo se chocará contra un objeto inamovible.
ResponderEliminarEspero que cierta persona te haya dado un capón, por el spoiler y por dejarnos con los dientes largos hasta final de mes, jajajaja.
Es lo que me tenía, Carmen echó por tierra los principios de Gerardo con respecto a sus andanzas con mujeres. No piensa claudicar. Quiere vencer al viejo león y humillar por fin al marido de esa mujer.
ResponderEliminarA mi la frase torres mas altas han caido me deja tranquilo, quiere decir que Gerardo lo intentará y no le saldrá bien, Tomás seguramente está muy cabreado, creo que aquí va a salir castigado hasta Mario.
ResponderEliminarNo sabes la que me has liado, tengo a mi novia y cuñada de uñas, dicen que eres un malvado, yo me rio y ellas me dicen si no tengo ganas de saber.
Joder tengo ganas de saber como el que más, pero ya nos habiso de que hasta final de mes como pronto no estará el siguiente capítulo.
Así que para que darle vueltas, cabronazo, ya nos podías dar una pista o algo, que tu la lías y me toca pagar los platos rotos a mi.
Jajajaja, me rio por no llorar.
Yo os daré una pista.
ResponderEliminarTorres mas altas han caido.
Descripción: Dicho popular que se aplica a la persona fatua, presumida y orgullosa que se cree inamovible y que nunca descenderá del puesto elevado que desempeña.
Tengo una corazonada y como no quiero hacer el ridiculo o reventar con un spoiler la traca, me callo y se lo pregunto a Mario por mail, sobre todo por no comerme la cabeza si estoy equivocada.
ResponderEliminarMía.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarVisto en adivina un refrán.com Torres más altas han caído: Este refrán nos viene a señalar que, los que están arriba, un día pueden caer, porque la vida es como una noria, a veces estás arriba y otras abajo.
Y con esto me despido. Toca hacer el equipaje, dejar la casa recogida y poco más. Recordad que publicaré los comentar que hagáis.
Felices vacaciones,
Mario
Y se queda tan ancho, ya nos puedes dar otra pista que esta ya le he desvelado yo en mi anterior comentario, jajajajaja.
ResponderEliminarChicos y chicas, nos queda un mes largo hasta que llegue el siguiente capítulo, que tal si pasamos el tiempo con distintas hipótesis.
ResponderEliminarCuantos de vosotros/as creéis que Tomás va a despedir a carnen?
¿Gerardo Cumplirá o saboteara el encuentro entre Santos y Carmen?
Mi opinión es que Tomás no despedirá a Carmen, pero si que perderá esa posición privilegiada que tenía.
En cuanto a Gerardo, creo que respetará el encuentro entre Santos y Carmen, lo que creo que no va a respetar es lo de no volver a verse después de las vacaciones, aunque eso lo haya dicho el mismísimo Tomás.
¿Gerardo caerá del pedestal que el mismo se a puesto?
Que opináis sobre esto.
Voy con el cuestionario.
EliminarNo la despide aunque la relación personal se va a enfriar y la profesional va a salir perjudicada. No será la favorita sino una como las demás.
Gerardo no sabotea el encuentro con Santos porque es demasiado orgulloso y ya no le vale, se buscará otra.
Por eso mismo no creo que intente verla después, ya no le vale.
Carmen va a pedir perdón pero no le va a servir de nada, Tomás no perdona las mentiras.
Batman
La verdad es que Carmen, más que mentir a omitido parte de la verdad, de todas maneras me da que Tomás se esperaba algo así.
EliminarDe no haber querido, que se diera la situación, no se lo hubiera permitido a Carmen.
Eso no quita que el viejo león, tenga el orgullo herido.
He conocido dos personas del perfil de Mario y Carmen, comentado el "Diario" ambos se han mostrado perplejos y sonrojados. Museo D......?
ResponderEliminarLUIGI
ResponderEliminarEl problema de Tomás con Carmen, creo que radica en que ella cada vez va consiguiendo más información sobre la manera de "ver" los negocios que tiene Tomás, se dará más adelante cuenta que su querido Tomás antepone sus negocios a todo lo demás, se enterara ( Tomas )que Gerardo la ha contado el tema de la desaparición de la gente que chatajeaba al barquero y si sumas dos más dos, pues eso, la cuenta sale sola, la dirá que no se meta donde no la llaman, se lo dirá en voz alta, para impresionarla, pero no creo que pase nada más. Donde va a encontrar el abuelo a otra como ella.
A lo segundo más tarde
LUIGI
ResponderEliminarEn cuánto a Gerardo 😈 yo pienso que de momento dejará pasar el tiempo hasta que Tomás se calme 👹, aunque no tiene por que, el solamente tomo lo que habia pagado, si, a lo mejor se paso un poco. Y luego más adelante tantear el terreno. Más miedo me da Carmen, siente mucha atracción por el y aunque ella es de las que " done dije digo, digo Diego ", puede ser una tentación por lo menos hasta que ponga en orden su cabeza .
Es imposible llevo me dde
LUIGI
ResponderEliminarQuería decir que llevo más de media hora para escribir este comentario, es imposible me interrumpen constantemente, si puedo y me dejan luego sigo.
Gerardo sabe que Carmen no contó nada a Tomás sobre los encuentros extras que tuvieron. Si bien está acertado con esta corazonada, los motivos de la conducta de ella son muy distintos a los que el presupone.
ResponderEliminarEstá creído que ha conquistado a Carmen y ahí residirá el principio del fin de su estrategia de pretender usar a ella para destronar a su amigo.
Que a Caemrmen Gerardo le a sorprendido como folla y le a gustado, es evidente, por eso se lo a follado tanto en estas vacaciones.
ResponderEliminarElla era consciente que no podía seguir follando con el después de esas vacaciones, eso hubiera sido malo para Tomás, pero sobre todo para la pareja, pues Gerardo se hubiera presentado cuando le diera la gana interfiriendo en la vida de Mario y Carmen.
De hay el plan maquiavelo.
Mi opinión es que va a ser Santos quien va a hacer olvidar a Carmen que existe Gerardo.
ResponderEliminarTengo laxsensacion que va a ser brutal, al punto de que es posible que se desbloqueen muchos recuerdos reprimidos de Carmen.
¿Alguien opina como yo?
En cierto momento, Mario comentó que Carmen se marchó una temporada con uno de sus amantes-cliente O..?
ResponderEliminarSe podría tratar del tal Gerardo ?
Carmen no es tonta, parece que se deja manejar y es ella la que maneja todo. Se nota en muchos detalles, no se fía de Gerardo, ve el “chorro potente” en la ducha y se aguanta las ganas porque no se fía de él y en el restaurante es ella la que manda a paseo a Marcos Peña y Gerardo se achanta a pesar de que un rato antes la ha estado abofeteando a lo mejor porque ella se ha dejado. Manda mucho esa tía aunque parezca que se deja hacer. “A mi marido ni te metas con él” le dice y Gerardo delante de ella no se atreve a decirle nada, solo lo hace cuando no está.
ResponderEliminarBatman
Totalmente de acuerdo.
EliminarNo creo que sea Gerardo Gerardo tiene su mujer, que va hacer meter a Carmen en su casa.
ResponderEliminarAdemás sería un error, sabe perfectamente el miedo que tiene Mario a perderla y con ese movimiento, enterrarla definitivamente su amistad con Tomás.
Pero puedo equivocarme, puesto que Mario a comentado que septiembre será un mes difícil.
Gerardo es un arrogante que busca siempre desafíos y se apropia de lo que desea. Le gusta poseer a Carmen y tenerla para él quitándosela a Tomás es su nuevo desafío.
ResponderEliminarNi que decir humillar por fin a Mario. Eso sería la frutilla sobre el postre. Por eso no impedirá que Santos posea a Carmen, para luego ir por su nuevo desafío
En esta vida querer no es poder, por mucho que quiera Gerardo, no podrá humillar a Mario, como bien dice nuestro querido Batman, Carmen sexdeja dominar mientras están follando, pero después no duda en ponerlo en su sitio y Gerardo recular.
EliminarLa verdad es que no tengo ninidea de lo que va a pasar, lo que si tengo claro es que Gerardo no jugará limpio.
Un abrazo muy fuerte Torco.
LUCIA: Me ha dado por pensar que a lo mejor Tomás se presenta en Conil y pone las cosas en su sitio. A Gerardo le recuerda quien manda porque parece que es él el socio mayoritario en los negocios Y a Carmen le monta una bronca por saltarse el guión pero no creo que la cosa vaya a más porque está loco por ella.
ResponderEliminarPues no me lo había planteado, pero podría darse perfectamente, Mario, deseando de leer el siguiente capítulo del diario.
EliminarA mí me parece que las vacaciones van a terminar un poco más tranquilas, Carmen disfrutará de Santos a placer. Mario será un consentidor consumado.
ResponderEliminarEste próximo capítulo creo que va a venir cargado de mucho sexo, pero nada que tenga que ver con los negocios, eso ya es cuestión de el siguiente mes cuando todo vuelva a su cauce.
Recordemos que Carmen tiene una triple vida, entre su trabajo en el consultorio, donde tiene pendiente a Ángel y Claudia, también tiene pendiente una cita con Emilio.
Mario debe volver a Sevilla y la familia que también ha estado un poco abandonada.
Como vemos Carmen tiene muchos frentes abiertos y varias batallas pendientes por otro lado está su relación personal y de negocio con Tomás. Que aunque traten de separarlas muchas veces no se puede.
Gerardo no permitió a Carmen follar con Santos solo porque ella se lo pidió, lo hace pensando en el error que cometió al tratar de compartirla como si fuera su propiedad con Marcos. Esto fue lo que sacó a Gerardo del juego.
Debemos recordar que en cualquier momento Doménico regresa de Italia y esto también hace que se complique la vida de Carmen.
Para mi Mario ya es un consentidor consumado, no creo que Gerardo permitiera que Caemen follara con Santos por eso, si Carmen hubiera cancelado la última cita, tal vez pudiera ser, pero el accede al verse rechazado, por puro orgullo de marchito herido.
ResponderEliminarPues yo me espero un final de vacaciones accidentado, pero hasta no leerlo no sabremos nada.
LUIGI
ResponderEliminarPuedes yo creo que Don Gerardo tiene la intención de hacer uso de su cuarta noche negociada con Carmen.
En estos momentos están a día 30, se supone que si no toda la noche buena parte de ella, Carmen estará con el barquero y volverá esa m8sma noche o al día siguiente a la Mansión, y eso nos pone en el día 31. Sabiendo como sabemos que el día 1 es Sábado y no se curra, si le pide a Carmen esa noche, dudo que ella se niegue .
Y así mientras, el pobre Mario hace las maletas, la mete en el coche, recoge la casa , limpia la cuberteria manchada y entabla una buena conversación con el aspersor de riego paseando por el jardín. Y así para que cuando ella llegue este todo listo para la salida, despues claro esta, que ella se duche y se cambie.
Llegando al aeropuerto a tiempo para estar en Madrid a última hora de la tarde del Sabado.
Y el Domingo a pasar el informe a Tomás y polvete al canto.
Pobre Carmen se le amontona el curro.
¿ Podría darse el caso?. ¿ qué creéis ?
Un abrazo para la pareja.
Úes, no te diría que no, es una buena teoría, pensaba que ya estaban cumplidas las cuatro veces.
EliminarDe todas maneras el sábado es 31 y el día 1 tienen que volver, solo le queda una noche a Carmen para follar con Santos, si me equivoco corregidme.
ResponderEliminarMario desde IPad;
ResponderEliminarNo habíamos desecho las maletas de las vacaciones y ya estaba preparando el equipaje para salir de viaje, esta vez por motivo profesional.
No volveré a ser persona hasta el sábado que estaré de vuelta, entretanto seguimos con lo mismo: actualizo comentarios cuando puedo (por las noches) y tal vez pueda dejarme ver por aquí.
Abrazos,
Mario
Los viajes por trabajo son un corazón, por suerte últimamente me estoy librando.
ResponderEliminarYa verás como me toca pronto, por hablar jajaja.
Mario desde IPad:
ResponderEliminarCoñazo, has querido decir coñazo, que lo sé yo. En este caso no ha supuesto un gran esfuerzo porque tenía verdadera ilusión por participar en este nuevo proyecto, reencontrarme con colegas a los que, en algún caso, no veía en años y conocer en persona a otros con los que hasta ahora solo había mantenido contacto por mail o videoconferencia.
He retomado el capítulo 177 con la intención de leerlo con ojos nuevos. No está tan verde como recordaba. Las noches me darán la oportunidad de comenzar la tarea de desbrozarlo. También le echado una ojeada a lo que está por venir después: el sonado mes de Septiembre. Estoy con ganas de meterme de lleno, un montón de documentos Word, repletos de apuntes y fragmentos a los que tendré que darle orden.
Que tengáis buen día, comienza la tarea.
Mario
Si quería decir coñazo, jajaja
ResponderEliminarLo de septiembre me tiene muy intrigado, m
ResponderEliminarEspero que el capítulo 177 nos adelante algo.
LUIGI
ResponderEliminarNo Apasionado, en Agosto del 2001, el dia 31 fue Viernes, por lo que el día 1 de Septiembre fue Sábado
Un saludo y muy bien por lo que está publicando, maestro.
Gracias Luigi, al final si estaba equivocado, entonces tu teoría gana más peso, además conociendo las malas artes de Gerardo, yo me espero cualquier cosa.
EliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarHe leído lo último que ha publicado Senaicos en TR y os lo recomiendo. Hoy ha publicado la segunda entrega; aún no he tenido ocasión ni siquiera de echarle un vistazo, pero si sigue la línea de la primera nos encontramos ante una de esas obras que, por sí solas, justifican la existencia de TR. Bien construida, atrapa desde el primer minuto. No os lo perdáis.
Yo descubrí a Senaicos con el relato de memorias de África, la verdad es que no se pasó con ese relato, pero era muy bueno.
ResponderEliminarSenaicos es un gran escritor, gracias por comentarlo Mario, no sabia que había vuelto a escribir.
Un
Si mal no recuerdo, el hecho de que Carmen le diga a Gerardo que quiere follar con Santos es porque su acuerdo culminó y por eso el accede, muy a su pesar, a hablar con Santos.
ResponderEliminarEsto formó parte de la estrategia de Carmen para acorralar a Gerardo, dado que él no consiente en volver a tener a una mujer que ya estuvo con su empleado.
Distinto es que él tenga en mente un plan para obligar a Tomás a cederle otra vez a su mano derecha .
Shubert dice que Domenico vuelve en septiembre, está dicho en alguna parte?
ResponderEliminarTambién tiene que volver Roberto, el que la manipuló con lo del ascenso, si no recuerdo mal está en América y volvía a final de año
Batman
Shubert no dice que Domenico viene en septiembre, sino que en cualquier momento vendra, estoy con lo que dice Torco, no creo que Gerardo se dé por vencido tan pronto, el quiere doblegar a Tomás y es posible que tenga algo planeado.
ResponderEliminarSi no me equivoco, la situación con Doménico cambió cuando Carmen se enteró de que él no fue a verla durante un puente debido a la salud de su madre.
ResponderEliminarLo de Roberto lo veo muy difícil para él no solo por Andrés sino por Ángel, así que es preferible que se quede dónde está.
No dije que Doménico vuelve en septiembre, de manera literal. Se que Doménico forma parte de la vida de Mario y Carmen por los pequeños mordiscos que Mario escritor nos deja entre sus capítulo.
ResponderEliminarLa vuelta a casa implica muchos cambios y algunas cosas pendientes.
Estamos haciendo suposiciones y conjeturas y quizás nada de lo que decimos en los comentarios ocurre solamente estamos compartiendo ideas a ver si alguna logra dar en el blanco.
Saludos para todos.
Yo lo de Domenico a la larga no lo veo, la doble vida de Carmen es insostenible en el futuro si su pareja no está al tanto, como es el caso de Mario, que ocurrirá si una noche sale a cenar con Domenico y le llama Tomás.
ResponderEliminarCarmen se plantea no decirle nada, porque sabe que a Domenico no le gustara.
Pero sin decirle la verdad lo veo difícil que tengan más haya de una amistad y si le dice la verdad igual ni eso.
LUCIA
ResponderEliminarDomenico va a volver más pronto que tarde, si no es septiembre será antes de navidad porque los dos tienen ganas de volver y cuando Domenico solucione lo de Italia que supongo es resolver la herencia vuelve seguro
LUCIA
ResponderEliminar¡Mario, te cedo los derechos si te sirve para alguna escena!!!!!
Son cosas que pasan por esto del teletrabajo. Estaba hace un rato en videoconferencia con la editorial y tenía los cascos puestos y solo se me oía a mí en casa. Y en esto que aparece mi chica en tetas y se cruza por delante de la pantalla, yo me he enterado porque he oído “¡Uy!” y la he visto salir corriendo. Los de la reunión y yo hemos seguido como si no pasase nada. Las tetas de mi chica ahora son famosas.
Los mejores momento del ser humano pasan cuando este se comportamos de forma expontanea.
EliminarSigo pensado que Carmen no va a poder esconderse a todos, a perdido a Irene por no poder decir la verdad, si domenoco viene será para estar un tiempo, que va hacer Carmen, no atender las llamadas de Tomás, no lo veo.
ResponderEliminarOtra cosa que veo es que Carmen se va a comer a Domenico en la cama, a estado con hombres superiores al Italiano, el ego de Domenico, será capaz de soportarlo, porque me da que el hombre dominante sa va a llevar una sorpresa.
ResponderEliminarLugasan
ResponderEliminar"Dos años y medio después me encuentro en Milán. Son las diez y media de la mañana y saboreo un capuccino en una de las terrazas que bordean la Piazza del Duomo. Acabo de intercambiar unos cuantos mensajes con Carmen cuando veo avanzar por mi derecha a Doménico, puntual como siempre. Al saber que estaría en la ciudad quedamos en vernos.
No nos damos la mano, nos abrazamos breve pero efusivamente. Ha pasado casi un año desde la última vez que nos vimos y la cordialidad que hay entre nosotros brota espontáneamente."
Capítulo 90
Se supone que encuentro con Domenico hay, y hubo prolongado en el tiempo, también termina con "Dentro de tres meses estaremos en Aosta – Le dije cuando ya nos despedíamos.
–Ah, si.
Era obvio que ya lo sabía.
–¿Cuándo te lo ha dicho?
–Hace unas semanas –Le di una palmada en la espalda antes de comenzar a alejarme.
–Esperamos tu visita.
–Por supuesto.
–¡Mario! –Me volví. Doménico retrocedió lo andado y cuando estuvo a mi altura esperó unos segundos antes de comenzar a hablar.
–Todo eso, lo que sucedió, ya lo habíais hablado, ¿no es cierto?
–Si, por supuesto, además tú ya lo sabes.
–Entonces ¿por qué has querido volver a…?
–Otro encuadre. –le interrumpí –Me faltaba tu visión, tu enfoque. A estas alturas me conoces lo suficiente como para saber que no es afán de morbo lo que me mueve a hacerte estas preguntas.
–Lo tengo claro.
–Nos vemos en Aosta."
Lugasan, que el encuentro se va a dar, deceso no tengo duda, pero ni es la Carmen que el conoce, y ahora pertenece a Tomás, esto que voy a decir es mi opinión, Domenico poco puede aportar a la pareja, que no sea ayudar a Carmen con su trauma de la infancia.
ResponderEliminarLa Carmen que conoció era una principiante a sus ojos y ahora rs una bestia en la cana (en el buen dentido), ya lo ha dicho Carmen, ningún amante que a tenido le llega a la suela de los zapatos a Gerardo y este a sido incapaz de doblegar a Carmen.
Yo veo a Domenico de la misma especie que Gerardo hombres con un ego desmesurado, pero excesivamente frágil.
De todas maneras, el septiembre movidito no tiene porque ser por Carmen, Mario tiene que volver a Sevilla y Santiago sigue allí, tal vez le haya preparado otra jugarreta y le vuelva a temer allí un par de meses.
ResponderEliminarPero sobre esto no sabremos nada mínimo hasta mayo.
Menudo lunes de mierda, Mario animame el día con alguna buena noticia, jajaja.
ResponderEliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarEstoy de vuelta y debo decir que el poco tiempo libre que he tenido me ha cundido. El capítulo está prácticamente acabado, pulido y listo para poner en pista de despegue, estoy en esa fase de limar detalles, evitando que, por ejemplo, “evocar” aparezca dos veces en el mismo párrafo o haciendo que alguna cacofonía chirriante desaparezca estrujándome el cerebro para encontrar la variante adecuada. Me lo paso bien, qué queréis que os diga, pero noto que estoy en ese punto que linda con lo compulsivo, por lo que voy a dar por cerrado el borrador y, tras una última lectura, lo lanzaré.
LUIGI
ResponderEliminarEsperando que el Maestro de señales de vida, seguimos dándole vueltas al tema para hacer tiempo.
Ya deje escrito como yo veo que puede acabar el veraneo de Carmen.
Y que puede pasar en Septiembre?, siempre dentro de la lógica que da la espera .
Pué sabiendo que el día 10, el Sr. Domenico aterriza en esta, nuestra patria y que querra segir siendo el "amo" de nuestra querida Carmen, que por esas fechas. Que casulidad, ya estara sola porque Don Mario estará en Sevilla y suponiendo que Tomas estara en Londres con el famoso tema de su hija y suponiendo tambien, que en la noche con el barquero el cerebro de Carmen se abra cuál flor en primavera y este' metida en una discusion con su familia al enterarse que la ocultaron el suceso.
Demasiados frentes abiertos para ella y sin la ayuda de Mario que para estos temas es su salvación y su apoyo, bueno algo es algo, pensará Mario.
Pus si, con este panorama puede ser un mes entretenido.
¿Donde pone que Domenico viene en septiembre?
EliminarBuen análisis Luigi.
Me has alegrado el lunes, te lo agradezco.
ResponderEliminarMario desde IPad.
ResponderEliminarEstaba publicando los últimos comentarios recibidos y corrigiendo un par de gazapos en el capítulo nuevo cuando, sin previo aviso, ha desaparecido. A continuación ha aparecido un aviso advirtiendo que se había retirado el capítulo porque infringe las normas de blogger. Consultadas estas normas no encuentro motivo para su retirada que, además, ha tenido que ser a causa de una denuncia.
Mañana volveré a subirlo y esperemos que no se repita.
Mario desde IPad.
ResponderEliminarHe recibido un mail confirmando que la retirada ha sido debida a una denuncia, dándome la opción de “revisar el contenido” y solicitar una nueva valoración para su posible publicación. Como intuyo por dónde va la causa de la denuncia he optado por eliminar un par de frases y solicitar la revisión. Ya os contaré. En cualquier caso, lo publicaré intacto en TR.
Entré al blog en la mañana y vi el capítulo me alegré mucho pero he tenido el día bastante ocupado y ahora que voy a leerlo ya no está. Y eso que aparece una advertencia de que es para contenido adulto qué barbaridad voy a esperarlo no tengo ni las intenciones de poner signos de puntuación un abrazo a todos
EliminarYa nos contarás, he entrado para comentar y me he quedado como, pero si hace cinco minutos estaba.
ResponderEliminarEsperemos que te dejen publicarlo.
LUIGI
ResponderEliminarEn el capítulo que la mujer o la hermana de Domenico viene a Madrid para recoger algo del piso de este y las llaves las tiene Carmen., uno o dos antes del famoso veraneo.
Gracias Luigi, le hexmcharw un vistazo.
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