Capítulo 69 ¿En qué me estás convirtiendo?
(Tiempo aproximado de lectura: 39 minutos)
El sonido de un roce en las sábanas tira de mí, me resisto, estoy en algún lugar del que no quiero regresar.
No quiero despertar. Me sumerjo, me dejo llevar… me hundo en ese agradable sopor.
Otra vez ese roce… Suena de nuevo, como si fueran olas rompiendo en un acantilado.
No, es más suave que eso, son como olas batiendo mansamente en una playa.
¡Qué bien estoy! Sé que son pies… o piernas moviéndose bajo unas sábanas… pero prefiero pensar que son olas, y como mi cabeza puede hacer lo que quiera con los sonidos que escucho, con un solo deseo ahora percibo las olas contra la arena y… ahora recupero las percepción de las piernas de Carmen y las de Doménico arrastrándose por la cama, a mi lado, ¡qué divertido!
Entreabro los ojos, un resquicio, lo justo para comprobar que mi intuición no me engaña. Carmen está a mi lado sentada, apoyada en sus manos. Me mira. Cree que sigo dormido y la verdad es que no estoy seguro de no estarlo aún. Necesitaré algún tiempo para salir de este estado en el que estoy tan, tan, tan bien. ¿Necesito despertar?
Doménico emerge al otro lado, la mira y pone una mano sobre uno de sus pechos. Carmen reacciona a la caricia. Su cuello cede levemente, los párpados aletean, las comisuras de su boca inician el esbozo de una sonrisa… todo ello en un solo segundo; luego se vuelve hacia él y se inclina para atender el beso que le pide. El italiano brinca con algo de brusquedad para ponerse boca arriba y ella le reprende.