13 agosto 2020

Capítulo 134 Amores

(Tiempo aproximado de lectura: 48 minutos)


Amores se van marchando
como las olas del mar,
amores los tienen todos
pero quien los sabe cuidar.
El amor es una barca
con dos remos en el mar;
un remo aprietan mis manos,
el otro lo mueve el azar.



Sábado, veinte de mayo del dos mil


—Elvira, llámame; voy de camino a Sevilla.

Si piso a fondo puedo llegar sobre las dos, quiero aprovechar al máximo el fin de semana con ella; voy a conducir como me gusta, concentrado en la carretera. 

Lo intento pero no lo consigo, no me la quito de la cabeza. Esperaré a llegar al peaje y la llamo; total, solo faltan quince kilómetros. 

—Escucha: necesitaba salir de casa, no me gusta como soy, estoy siendo mezquino, cada vez me parezco más al que fui hace un par de meses y no quiero, no quiero. Ayer cuando dije que Tomás te había ascendido a madame me di asco. Por eso tenía que salir de casa, ¿lo entiendes?; necesito pensar y la semana que viene va a ser muy complicada con Santiago tratando de joderme todo el rato. Llámame, anda.