Capítulo 174 Lo que ocurre en la playa… (4)
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—¿Seducir a Mageli?
No pude reprimir el desconcierto al enterarme de la conversación con Gerardo.
—Quién ha dicho que vaya a se-du-cir a Mageli —repitió, machacando cada sílaba—, no soy tan retorcida.
Me contó la estrategia planeada para observar la conducta de su acérrima enemiga; de ese modo, con una mirada objetiva, podría saber si la sospecha de su marido era cierta o tan solo un oscuro deseo.
—Te desprecia —objeté—, lo vas a tener difícil para acercarte a ella.
—Ya veremos; en cualquier caso habré aclarado el motivo de su aversión
La apoyé, como siempre hago. Tomé la decisión de dejarle el campo libre, allí solo sería un estorbo; además, era una buena ocasión para explorar los alrededores. A las ocho de la tarde, después de una improvisada ruta turística y sin noticias de Carmen, imaginé que le estaba yendo bien. Aparqué donde pude. Cómo me alegré de haber llevado el auto pequeño. Pensé darme un capricho: reservé mesa para las diez en uno de los mejores restaurantes y seguí deambulando por Conil.