Capítulo 143 Exilio
Los días corrían y el exilio forzado al que me tenía sometido Santiago comenzaba a pasarme factura. No se podía decir que estuviese aislado, en poco tiempo había logrado formar un equipo cohesionado con el que mantenía una relación cordial incluso fuera de la Junta; había hecho amistad con dos o tres de los funcionarios más cercanos, algún comentario lanzado al vuelo nos había dado pistas de que coincidíamos en ideas, gustos y aversiones y en ocasiones tirábamos hacia el centro para tomar algo y hablar de cualquier cosa menos del trabajo. ¿Amistad? Algo parecido.