Capítulo 98 Tiempo de cambios
(Tiempo aproximado de lectura: 33 minutos)
—Bueno, ha sido un placer
—¿Ya te vas?
—Es tarde, todavía tengo que organizarme.
Percibió un gesto de extrañeza.
—Como te dije, mis días en la montaña acabaron hoy. Se me ha ido el santo al cielo y aún no he previsto dónde pasar la noche.
—¿A estas horas? Yo, si quieres, tengo un apartamento que...
Carmen sonrió escéptica.
—¿Tu picadero?
—No te ofendas, creo que somos mayorcitos para entender de lo que estamos hablando. Tú necesitas una solución para esta noche y yo la tengo; te dejo las llaves y te arreglas, mañana te organizas y en paz. Eres psicóloga, creo que en el tiempo que hemos estado hablando habrás tenido ocasión de calibrar si en mitad de la noche voy a aparecer para violarte.
—No, no creo. Gracias de todas formas.
Tomás desistió. Carmen miró el reloj, se le había hecho muy tarde.
—¿Ya os vais?
Álvaro se había acercado al verlos levantarse.
—Carmen se marcha, parece que tiene que buscar alojamiento ya que ha rechazado mi oferta.
En un instante se estaba viendo envuelta en una conversación que no deseaba.
—Si, Álvaro, me marcho ya —concluyó con decisión.
—¿Qué es eso de que necesitas alojamiento? —preguntó extrañado.