20 febrero 2019

Capítulo 118   Terapia de puta

(Tiempo aproximado de lectura: 52 minutos)


A los diez minutos se presentó puntual. Falda, blusa de media manga y sujetador. Se me escapó una sonrisa que le provocó un gesto de desagrado. Estaba tensa, permanecía de pie  al otro lado de la mesa y mantuve la tensión en la que se definían los roles, yo presidiendo el acto, ella esperando una decisión sobre lo que debía hacer.

—Siéntate.

Lo hizo frente a mí, no a un lado como era habitual. Entrelazó los dedos y miró hacia la mesa.

—Estamos a punto de acabar con la influencia que Mahmud ejerce sobre ti. Eres una golfa, conseguiste admitirlo en voz alta delante de él; esa ha sido su única aportación. 

La tenía ante mí, derrotada. 

—Ahí empezaste a perder la poca vergüenza que te quedaba.

Humillada.

—Y hoy por fin has admitido que eres una puta. Ya lo eres. ¿Es así?

Hubo un largo silencio durante el que esperé que me mirara.

—¿Es así?

Sus negros ojos, esos ojos que pueden hacer de mí lo que quieran se clavaron en los míos, pero esta vez no tenían el poder que tantas veces me ha subyugado, era la mirada de una mujer rendida.

—Sí.