25 septiembre 2019

Capítulo 124 El despertar

(Tiempo aproximado de lectura: 59 minutos)


El tiempo no espera a nadie


Al abrir la puerta de casa me extrañó no ver luz. Las llaves de Mario estaban donde siempre, en el cuenco de madera del aparador. Encendí la lámpara del salón, dejé el bolso y la chaqueta y seguí hacia la alcoba. «¿Mario?», lancé sin ninguna esperanza de obtener respuesta. Me liberé de los tacones y volví con intención de subir al ático, el único lugar donde esperaba encontrarle. «¿Estás ahí?» pregunté a mitad de escalera. Cuando llegué al rellano lo vi en el sofá leyendo en absoluto silencio, ajeno a mí como si no me hubiese escuchado. Me apoyé en el marco de la puerta cruzada de brazos. Tras una estudiada pausa dejó el libro.

—¿Dónde estabas? 

Así, a bocajarro. No es propio de él y tomé la mejor decisión, ignorar la provocación y llevarlo a mi terreno.

—Hola cariño, ¿qué tal tu día? Bien amor, y a ti qué tal te ha ido?

Pura comedia. Mantuvo algo de la fingida dignidad con la que me había recibido pero mi pequeña pantomima lo había desarmado. Me acerqué despacio y tomé asiento buscando el contacto. Le debía haber avisado de mi retraso es cierto pero no era para tanto, ¿o sí? Me miró de reojo algo inseguro desvelando la incertidumbre que lo asediaba. Esa era la clave: Vivíamos una etapa en la que no acertaba a prever cuales eran los pasos que estaba por dar, ni en ese momento en que me detuve ahí, pegada a él como tampoco predecía hacia dónde conducía mi vida. Esa era su incertidumbre.

Pobre. Lo besé en la mejilla.

—¿Qué pasa? —protesté bajito cerca del oído dejando una húmeda caricia.

—Te he puesto varios mensajes.

—Lo siento, no he prestado atención al móvil.

No me miraba. A pesar de estar tan cerca, tan pegada a él no me miraba. Mis palabras habían sonado directas en el pómulo y las acabé con un beso. Le estaba buscando, tal vez por eso no me miraba, tal vez por eso hizo un amago para evitarme. 

—¿Tan ocupada estabas?

¿Así que me lo quería poner difícil? Me separé muy despacio.

—Sí, estaba cumpliendo una promesa que te hice.