Capítulo 193 Todo el mundo tiene algo que ocultar
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Mi agradecimiento a mi amigo Torco, responsable siempre de la voz y los modales de Guido.
La violencia
No era oficial, pero a una semana de la propuesta ya disponía de despacho en la planta sexta del edificio donde se ubicaba Tándem export.
Tomás estaba yendo muy deprisa.
Llegué a las cinco y media, treinta minutos antes de la hora fijada; le había pedido margen para ordenar las conclusiones de la reunión con las chicas y una sala donde hacerlo. Al entrar, la misma secretaria que me atendió en la primera ocasión me recibió muy amable.
—Señora Rojas, bienvenida a Tándem export, soy Carolina Merino, voy a estar a cargo de su integración en la compañía. Acompáñeme, le mostraré su despacho.
La seguí tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. Carolina Merino era una fuente inagotable de información, no dejaba fisura para preguntas. Así llegamos a mi despacho, ¿eso he dicho?
Mi supuesto despacho.