20 junio 2024

Capítulo 188 La tempestad


Tiempo estimado de lectura: ochenta y siete minutos.


¡Silencio! Si dices otra palabra, 

te reñiré, y aun te odiaré.

¡Cómo! ¿Abogada de impostor? ¡Calla!

Porque solo has visto a él y a Calibán 

te crees que no hay otros como él. ¡Necia! 

Al lado de otros hombres, él es un Calibán, 

y a su lado, ellos son ángeles.


La tempestad. William Shakespeare 



Caza mayor 


(La mañana posterior a los atentados…)

«—La doctora Rojas me informó en detalle y acordamos que, hasta que hablase con el doctor Álvarez Atienza, se abstuviera de aparecer por aquí. 

Hubo algunos murmullos y gestos de confusión. Estaba sorprendida por el revés dado a la historia, Andrés me había sacado del foco de las críticas, todo el interés se centró en poner los medios para localizar a Ángel. Lo que ocurrió después fue algo previsible, una retirada en toda regla de los inquisidores sin mediar disculpa, tampoco la quería. Una vez solventado el primer acto, le acompañé al despacho.

—No sé cómo darte las gracias.

—Procura no dar motivos para que tenga que volver a acudir en tu auxilio.

Le sonreí, hubiera querido abrazarle, pero ni era el lugar ni el momento oportuno.

—¿Llegaste bien anoche a tu casa?

—Ah, sí. Por cierto, espero que no tengas en cuenta…

—Olvídalo.

Hubo un silencio incómodo, podríamos habernos dicho tantas cosas, sin embargo, Andrés salió por la vía más fácil, o más cobarde.

—Será mejor que salgamos y nos enteremos si hay noticias.» (1)


…..


Intenté hacer el menor ruido posible. Al otro extremo del pasillo, en la que a diario es mi alcoba, se escuchaba la serena respiración de Mario y, como si quisiera hacer notar su presencia, el terco carraspeo de Elvira. Tal vez el frío de la velada al aire libre se le había agarrado a la garganta.

No quise importunarlos; habían dormido poco —ateniéndome al fragor de la batalla— y preferí salir sin desayunar. Tomé un café cerca del gabinete y subí con tiempo suficiente para hacer unos cambios de última hora fruto de mis cavilaciones durante el atasco de entrada a Madrid. Iba a defender los primeros presupuestos, no contaba con la suficiente experiencia y había acudido a mi mentor en busca de ayuda. Poco antes de la hora me dispuse a avisarle. No nos habíamos reunido desde la noche de los atentados y salvo una escueta alusión que hizo el día siguiente, esperaba que no volviera a mencionar lo ocurrido en mi casa.

A última hora cambié de idea, decidí ir directamente al despacho.

—Buenos días, Andrés, cuando quieras.

—Pasa, no te he oído llegar, ¿llevas mucho?

—Lo justo para coger unos documentos y modificar un par de detalles.

Nos trasladamos a la mesa de reuniones, nos sentamos frente a frente, él, dando la espalda a la librería, extendimos nuestros papeles en silencio. Lo normal.

—Te habrás enterado de la renuncia de Julia Blasco.

—Me lo comunicó ayer.

—¿Te dijo los motivos que le han llevado a tomar esta decisión después de tantos años? Ya veo. Esto es muy grave, Carmen, sabía de los rumores sobre tu persona y el doctor Álvarez Atienza, pero que no hayáis puesto freno y lo dejéis correr al punto de perjudicar a una compañera sobrepasa todo lo tolerable.

—Estoy completamente de acuerdo, no tenía constancia de que las cosas hubieran llegado a tal extremo.

—¿Estás segura? ¡Ya hemos hablado de esto, por Dios! 

Se levantó airado, el sillón golpeó la librería derribando unos objetos, Andrés no hizo intención de recogerlos, caminó al extremo del amplio despacho, parecía querer alejarse de mí.

—No sé cómo acabar con las habladurías, Julia lo ha intentado…

—No era ella la responsable de pararlo, bastante ha tenido con aguantar. Eres tú, sois vosotros con vuestro comportamiento los que debéis acabar con esto.  Como llegue a oídos del consejo

Me levanté y fui a su lado.

—Puedes estar tranquilo, ya he dado los pasos necesarios para zanjar este desagradable asunto, habrás visto que Ángel lleva sin aparecer bastantes días, despacha con Ana a diario por teléfono. —Me miró sorprendido.

—Explícamelo.

—He hablado con Claudia, si alguien le puede poner firme es su mujer, tampoco está nada contenta con la deriva que ha tomado esto.

—¿Esto? ¿qué es esto?

—¡Ay, Andrés, por favor, ya lo sabes! —estallé acompañándolo con un taconazo.

Andrés enmudeció. Tanta insistencia me había sacado de quicio hasta hacerme cruzar la línea que marcaba nuestra relación profesional, incluso la propia del mentor y la alumna. A punto de recular, me tragué la disculpa y mantuve el tipo como si no estuviese ante el hombre que, con un solo gesto, podía echarme del despacho, del gabinete y ponérmelo muy difícil en la profesión. Fue una apuesta a ciegas, me lo jugué todo, mi futuro, lo que quedaba de mi reputación, todo. La respuesta llegó en cuanto vi aparecer una sonrisa apaciguadora.

—Serás…

—Qué, a ver qué me vas a llamar. —respondí manteniendo el mismo tono insolente. Jugué la baza que había ganado a pulso en el despacho de la facultad arriesgando esta vez mucho más.

—Nada malo, mujer; bruja, en todo caso.

—Eso lo acepto —Dando un salto al vacío, le pasé la mano por la solapa—, por un momento creí que ibas a llamarme zorra.

Insolente, temeraria, pero eficaz. Lo dejé fuera de juego sin saber el terreno que pisaba, por si acaso retrocedí, lo tenía donde yo quería: desconcertado; enmendó sobre la marcha una primera réplica y respondió:

—Te lo hubieras merecido, que conste.

Bien, aceptaba el envite, era hora de jugar fuerte.

—Zorra, por qué, ¿por tirarme a Ángel en horas de trabajo? —hice una caída de ojos de esas que pierden a Mario—, o por protestarte todo lo que dices.

Se echó a reír levantando las manos.

—De lo primero, sin comentarios y sobre lo otro… te has vuelto muy respondona, ¿lo sabes?, espero que en público mantengas la compostura.

—Por supuesto, sigues siendo mi jefe, supongo. —dije poniendo carita seria.

—Por un momento has tenido el puesto en el aire. —mintió, qué mal mentía.

—No volverá a ocurrir nada que dé motivo a rumores, lo prometo.

—¿Lo prometes?, no sé si creerte.

—Te lo juro por mis niños. —Soltó una carcajada.

—Eres…

—¿Una zorra?

Me miró como nunca antes lo había hecho.

—Pues sí, una zorra, ya está dicho.

Juego, set y partido para mí.

—Puede, pero de puertas afuera nadie va a tener motivos para volver a murmurar, y menos sobre nosotros.

—¿Has oído algo sobre nosotros? —preguntó poniéndose serio de repente.

—Bah, Ángel, que es tonto, le gusta imaginar cosas.

—¿Qué cosas?

 —Sobre mí con los tíos del gabinete.

—¿Se lo consientes? Tú sabrás, procura que no me incluya.

—Descuida.

—Tengo tu palabra.

—Palabra de zorra. —pronuncié con solemnidad.

—Qué bruja. No, esa no vale.

—Palabra de colega, entonces.

—Así está mejor.

—¿Ya se te ha pasado el cabreo?

—Es que…, hay que ver. —protestó meneando la cabeza.

Y volvimos hacia la mesa. Asunto zanjado.

—Lástima lo de Julia.

—Le has conseguido un buen puesto, ¿es cierto?

—En el colegio. Qué menos, han sido muchos años con nosotros, el motivo por el que nos deja me hace sentir en deuda con ella. Va a estar bien allí, ya me he encargado de situarla.

De buena gana le habría abrazado, me limité a estrecharle el brazo.

—Eres una gran persona.

Cerca, muy cerca el uno del otro, muy cerca.

Llamaron a la puerta, tuvimos el tiempo justo para separarnos y adoptar una normalidad impostada.

—Perdón —se excusó Ana sin soltar la manilla—. El señor Morales pregunta por usted.

—Ana, ¿para qué están los teléfonos? —contestó enojado.

—He llamado, dos veces.

—Debe de estar estropeado. Pásalo a la sala de juntas. Y haz que lo revisen. 

Ana se fue, nos quedamos paralizados sin decir palabra. 

—Lo que faltaba.

—No le des importancia. Ah, y actúa como si no hubiera ocurrido nada.

Asintió convencido. Era el mejor consejo que podía darle. 

—Vuelvo enseguida.

Me entretuve en revisar los documentos, pensaba en las consecuencias de la inoportuna interrupción que había convertido una muestra de gratitud en fermento para el deseo de Andrés.

—Solucionado, vamos a trabajar.

Si dijera que nos faltó concentración mentiría; era él quien, con sus miradas erráticas, hacía difícil mantener la atención en el discurso bien estructurado que, sobre unas cifras muy medidas, fuimos construyendo. Sus ojos iban por libre, unas veces enfocados en mi boca, otras paseando con descaro por mis pechos como aves en busca de alimento para sus crías. Parecía no afectarle, seguía presentando propuestas y ajustando números sin titubear; a mí, en cambio, me costaba aportar ideas porque trataba de entender su conducta y, sobre todo, buscaba la mejor manera de actuar en consecuencia. ¿Sería cierta la idea de Ángel? ¿estaríamos condenados sin remedio a ser amantes? Mi comportamiento, la tarde del atentado, solo fue un grosero intento de aplacar la dura amonestación que esperaba recibir de alguien a quien no podía ofrecer otro tipo de argumentos, tal vez desperté sin querer al hombre que hasta entonces solo había visto en mí a la alumna, por eso sucedió lo que no debió suceder en mi casa. Eso me impedía mantener la atención. 

En mitad de una pausa para tomar notas, dijo:

—¿Así es como actuáis cuando os pillan haciendo…? ¿Os comportáis como si no hubiese ocurrido nada? 

¿Había oído bien? Levanté la vista y a Andrés se le empezó a desdibujar la sonrisa, pisaba terreno resbaladizo y eso me situaba en posición de ventaja. Salí al rescate antes de que se cumplieran sus plegarias y lo tragase la tierra.

—Nunca nos han sorprendido, pero es la actitud adecuada: Ante los cuchicheos y las miraditas, cabeza alta.

Volví a mis notas, me estaba mirando, lo notaba, pensaría quién sabe qué sobre mí.

—Antes de continuar, ya que estamos en confianza, voy a contarte una cosa.

—Tú dirás.

—No te lo tomes a mal, es sobre… esos adornos.

—¿Los aros?, qué pasa con ellos.

—Me resulta violento, pero prefiero ser yo quien te lo diga a que lo haga otra persona. A veces se marcan demasiado. 

—¿Ahora? —Traté de mirarme.

—Hoy no, otras veces, como cuando…

—Cuando estuve en la facultad.

—Eso.

—Andrés, ese día no llevaba sujetador, es normal que se notase, nunca vengo así al gabinete, jamás se me ocurriría. —protesté,

—Ya lo sé. De todas formas, me ha parecido conveniente decírtelo: he visto cómo te miran, incluso he llegado a captar algún comentario. Ten cuidado.

Jamás hubiera pensado encontrarme hablando con Andrés sobre el relieve de mis pezones, era la ocasión para sondear hasta donde podía llegar.

—Suelo ser cuidadosa, aunque es difícil evitarlo; desde que los llevo, los pezones están siempre…, ya sabes, con un simple roce de la ropa se ponen…

Alcé las cejas, no hacía falta ser más explícita, ¿o sí?

—Duros. —aclaré, porque seguía sin dar muestras de haberlo entendido.

—No digas más. —reaccionó por fin con un aire de complicidad impropio.

—Lo que viste aquel día fue excepcional, tenía previsto acudir a otro sitio después, tampoco suelo vestir tan ligera cuando acudo a una reunión.

—No tienes que darme explicaciones, espero no haberte molestado.

—Al contrario, te agradezco la confianza.

—Me irrita que se hable de ti; si puedes evitarlo, mejor. A mí no me parece mal, al contrario, quiero decir que es agradable; desde un punto de vista estético, por supuesto. Agradable no es la palabra adecuada, entiéndeme, no vayas a pensar que me dedico a mirar.

—Te estás liando. —le interrumpí divertida—, lo he entendido. Gracias, por la advertencia y por el cumplido, porque era un cumplido, ¿verdad?

—Eh… sí, desde luego.

Continuamos. Una vez aclarado pude dejar de prestar atención a sus miradas y centrarme en el presupuesto, el clima había cambiado, siempre nos habíamos movido dentro de una cordialidad respetuosa, ahora teníamos además un plus de intimidad que ambos dimos por bueno.

—Ya está bien por hoy, hemos adelantado mucho. 

—Lo tenemos casi listo, lo corrijo y te paso la nueva versión, si me da tiempo mañana, dale un vistazo. —le dije.

—Tranquila, no corre prisa.

Nos levantamos y empezamos a ordenar la documentación esparcida por la mesa, Me di cuenta de que, desde su posición, mi escote le ofrecía una generosa vista. Le miré y seguí a lo mío, ninguno hicimos nada por evitarlo, de alguna manera ratificamos el nuevo rumbo de nuestra relación: sin tabúes.

—Si vuelve a ocurrir, dímelo. —dije sin apartar la vista de los papeles.

—¿Perdón?

—Los pezones —Me hizo gracia, se le había puesto cara de bobo—. Los aros, ¿qué va a ser? Avísame.

—¡Ah, eso, claro! —dijo azorado porque, sin poder evitarlo, sus ojos se posaron en mis pechos antes de huir avergonzado hacia el escritorio.

—Porque, ¿sabes? —dije siguiendo sus pasos—, hay formas y formas de mirar, algunas dan asco, te hacen sentir sucia; otras, resultan agradables, no molestan ni agobian.

—Espero no haberte molestado nunca, a veces es difícil evitarlo.

—Evitar, ¿qué?

—Que se me vayan los ojos, mujer.

Parecía un crío confesando una falta, cambié las carpetas de brazo y cayó atrapado en mi pecho.

—Tú no eres de esos, Andrés, nunca me haces sentir mal cuando te pillo mirándome, ¿o crees que no me doy cuenta?

Volví a por el bolso, le dejé con la palabra en la boca y la mirada en mi culo, seguro. Era el momento preciso para acabar lo que no había hecho más que empezar.


Il ritorno tanto atteso (2)

Once de la mañana, era mi turno. Estaba tranquila, había ensayado varías veces el speech, las cifras cuadraban con el plan de ajustes acordado, las perspectivas de crecimiento eran realistas y los objetivos estaban en línea con los planes de Ángel. Respiré profundamente, encendí el ordenador que ningún otro ponente había utilizado todavía, el proyector de transparencias se conectó automáticamente y el logo de Windows iluminó la pantalla frente a los asistentes; mientras terminaba de arrancar me puse a orientar las lamas de las persianas para reducir la claridad, abrí PowerPoint y apareció la primera diapo del presupuesto.

Defendía mis cifras para el próximo ejercicio ante la dirección en pleno sin que hubiera habido ninguna objeción, tan solo algunas preguntas resueltas sin dificultad. Estábamos en el paso previo a la reunión del consejo, Andrés me observaba satisfecho, Ángel parecía estar conforme con el contenido de la exposición. Todo iba bien hasta que la vibración del móvil desvió mi atención, de un vistazo leí el mensaje. 

«Arrivo dopodomani»

Llego pasado mañana. El corazón se disparó a límites insospechados, perdí la concentración, todo mi interés se volcó en acabar cuanto antes para hacer el break programado y poder llamarle.

Fue una conversación breve porque estaba ocupado, ya me enviaría los datos del vuelo, dijo, me disculpé por interrumpirle y colgué tan excitada como si hubiéramos estado hablando del sabor de mi sexo. Así pasé los dos días siguientes, en un estado de febril excitación por el tan ansiado retorno, no me preocupé de ocultárselo a Mario, al contrario, necesitaba alguien con quien descargar la tensión de la espera y quién mejor que mi compañero, mi amor, mi amigo del alma. Fueron dos días de intensa actividad sexual que, lejos de aplacar la ansiedad, la multiplicaba por las continuas alusiones al tiempo en que Doménico formó parte esencial de mi vida. No tuve queja, asumió sin reparo el papel de suplente para aliviar la espera y lo interpretó como él hace, con total entrega dándome lo que necesitaba. No puedo quererlo más.


…..


—¿A qué hora llega?

—A las once.

—¿Para qué te has levantado tan temprano?

—Sabes cómo soy, prefiero arreglarme con tiempo.

—Estás de los nervios.

—¿Yo?, qué va.

Como si pudiera engañarlo. Había dormido inquieta, mirando el reloj cada dos o tres horas hasta que, harta de estar en la cama, me levanté poco antes de sonar el despertador, me duché y preparé café. Estaba de los nervios, ni siquiera un polvo robado de madrugada al sueño de Mario había logrado calmarme. Mi amante italiano volvía después de tantos meses y las últimas horas parecían eternas. 

—¿Qué plan tienes hoy? —preguntó en la puerta después de darme un beso como si no me fuera a volver a ver. 

—Será mejor que no me esperes.

—Lo daba por hecho. Disfruta.

—¿Estás bien?

—Estoy contento. Te veo tan feliz…

—Te quiero. —le confesé una vez más tras besarle con todas mis fuerzas.

—Y después, ¿me seguirás queriendo igual?

—¿Qué dices? ¿cómo puedes dudarlo?

Me contagié de la súbita tristeza que se había abatido sobre él. 

—No es nada, olvídalo.

Permanecí detrás de la puerta escuchando el ascensor descender hasta que reinó el silencio de nuevo. Te quiero, volví a declarar en voz baja. Luego recogí las tazas y los platos del desayuno, guardé los manteles individuales y pasé un paño; no me gusta dejar la cocina manga por hombro aunque venía Rosa a hacer la casa, es una de mis manías. 

Era hora de arreglarme para él.

Al llegar al aeropuerto pasé por el kiosco de prensa. Nos habíamos acostado con la noticia de los bombardeos sobre Afganistán. todos los periódicos ofrecían el mismo titular con imágenes idénticas de Bin Laden y Bush. La televisión no hacía sino repetir lo que era una profecía cumplida: Después de una inquietante calma, la tempestad había estallado.

Odio las aglomeraciones, la gente se apelotona alrededor de la puerta de llegada; yo, en cambio, procuro situarme atrás, en un segundo plano. Fue de los primeros en salir y lamenté no haber estado cerca porque anhelaba tenerlo en mis brazos, me estorbaba la muchedumbre. Al fin me alcanzó su olor, sentí sus brazos, su fuerza.

—Mía cara.

—Amor mío.

Un beso puede ser eterno, nosotros lo conseguimos.

—Amor, amor…

—Questa è la donna.

Arrobada por la presencia de Doménico, no había advertido que venía acompañado por una pareja de mi edad y un robusto italiano arrancado de la Sicilia profunda. «Guarda che cosa bella (3)», los escuché murmurar. Nos presentó: Gianni, un simpático romano, algo desgarbado, y Romina, una rubia de melena corta, rizada y ojos celeste que clavó en lo más hondo de mi ser, aquella preciosa mujer con aspecto de niña traviesa me puso en evidencia porque Domi tuvo que esforzarse para devolverme a la tierra y presentarme a Franco, como había intuido, un siciliano en la frontera de los cincuenta, fornido, de no más de uno setenta, ojos penetrantes y voz grave. Mi escaso dominio del italiano no daba para mucho y sin pensarlo pasé al inglés con el que nos entendimos de maravilla. Me alegré de haber traído el auto grande, idea de Mario que siempre está en todo, aun así, cogimos un taxi para poder distribuir parte del equipaje y endosar a Franco. Domi se había apartado para hablar por teléfono, enseguida colgó y volvió al grupo.

—Toma, conduce tú.

Le extrañó, yo también me sorprendí por haberme dejado llevar de un impulso nacido del deseo de estar pendiente de él. Cogió las llaves y ocupó el asiento del conductor, solo entonces, sentada a su lado, reparé en el valor de aquel gesto: acababa de llegar y volvía a cederle el control hasta en los más simples detalles. 

Hicimos el trayecto a Madrid conociéndonos, supe quiénes eran esa pareja de jóvenes arquitectos romanos afincados en Milán, Doménico les contó quién era yo.

—Carmen es psicóloga, una prestigiosa doctora, también dirige una importante clínica privada.

—No exageres, formo parte de la dirección.

—Además de bellísima es modesta. No os engañe, tiene carácter, cuando es necesario lo saca y puede ser temible. Es lo que me sedujo de ella, su capacidad para dominar a quien se le cruza por delante.

—Menos a ti. —le rebatí.

—Porque somos iguales: fuertes, atrevidos, insaciables. Su marido lo entendió enseguida y se convirtió en nuestro mejor aliado.

Las cartas sobre la mesa. Podría haber dicho todas y cada una de sus palabras, era suya y el orgullo que sentía por mí era mi propio orgullo, estaba tan feliz como yo y se mostraba dispuesto a expresarlo ante sus amigos, aunque se notaba que estaban al tanto de nuestro vínculo. ¿Hasta dónde les habría contado? Tenía que averiguarlo.

Llegamos. El taxi ya estaba en la puerta descargando maletas. Nos bajamos y ayudamos a Franco con el equipaje mientras Doménico metía el auto en el garaje. Abrí el portal y los recuerdos me inundaron, el olor a madera antigua, las luces tenues, el viejo ascensor. «Vuelvo a casa», pensé emocionada.

Dejamos las maletas en el vestíbulo y pasamos al salón, los recuerdos se agolpaban, me dediqué a recorrer cada rincón donde había vivido momentos intensos. Domenico tardaba en subir, les ofrecí algo de beber para aliviar la espera, entré en la cocina, preparé vasos, cervezas, algún refresco; la atención estaba en otro tiempo en ese mismo lugar, sobre la mesa que entonces sirvió de apoyo para mi entrega a Antonio, a Christian. Tiempo de locura.

—¿Te ayudo?

Romina, la hermosa romana, vino a rescatarme.

—Gracias, lleva la bandeja, voy a ver si encuentro algo de picar.

Doménico llegó cuando estábamos terminando las bebidas, fue a por una cerveza, yo le seguí con la excusa de traer otra ronda para todos.

—¿Dónde estabas?

Me arrepentí nada más cerrar la boca, ¿quién era yo para controlarle?

—Tenía cosas que hacer.

Cogimos las bebidas en un incómodo silencio y volvimos al salón. 

Les dejamos tiempo para instalarse, tiempo que aprovechamos para nosotros, me llevó de la mano a la alcoba y allí, frente a nuestra cama de matrimonio, me desnudó con una calma exasperante, porque yo necesitaba mostrarme, quería comprobar si seguía deseándome tanto como antes. 

—Sei bella da morire. —exclamó con la voz ahogada por la emoción, adoraba su cuerpo, le impedí que siguiera desabrochándose la camisa, fui yo quien se hizo cargo, recorrí el torso con las manos, lo acaricié con mis pechos mientras le besaba el cuello, le mordí el lóbulo de la oreja soplando el aliento dentro, mis dedos surcaron el cabello de la nuca; moría por tener más de él, solté la hebilla del cinturón, bajé la cremallera palpando el bulto que prometía volver a ser mío, lo desabroché y el pantalón se desplomó por su propio peso como yo; caí de bruces, olfateé la única prenda que nos separaba, hociqueé dibujando el contorno y me premió con una caricia en el cráneo; tiré de la cinturilla, besé el vello a medida que fue apareciendo, arrastré la prenda a medio muslo y me enfrenté al tótem arrogante, por fin lo recuperaba, apoyé el rostro en él, cerré los ojos y sentí su calor. Mis manos volaron por sus caderas hacia los glúteos, no era capaz de despegarme de la verga tanto tiempo añorada, por fin el deseo venció, la atrapé entre mis dedos, la conduje a la boca y besé la punta que marcaba el pulso de su latido.

—Cuánto tiempo, Domi, cuánto tiempo.

—Vamos, a qué esperas.

Mis manos obedecieron, sujeté el tronco bien firme, lo acaricié en toda su longitud al compás con que amasaba el culo, lamí el glande y sin poder aguantar más, me atravesé la garganta, tragué y enterré la nariz en su vientre, le oí jadear, le sentí temblar clavada a la estaca, era suya, profanada por la hermosa verga era suya. Inicié la retirada despacio saboreando la pieza que rebosaba en mi boca, recogí el abundante flujo con la lengua y volví a la carga, había encontrado el ritmo, me follé sin piedad violando mi garganta, Domi tuvo que sostenerse en mis hombros, me follé tragándomela entera, me follé chocando una y otra vez contra su vientre. Era suya.

—¡Para, para o vas a acabar conmigo antes de tiempo!

Me levantó en vilo y me besó como hacía tiempo nadie me besaba, caímos en la cama y fui pasto del fuego desenfrenado del hombre que había hecho de mí lo que soy, una soberbia puttana, la mejor de todas las putas. Sin otro preludio me alzó las piernas a los hombros y embocó, podría haberme taladrado de un solo golpe, en cambio penetró despacio hasta la desesperación, sacó de mi la súplica más desgarrada, la necesitaba dentro, toda dentro, lloré, me retorcí, le insulté. Fue inútil, avanzó milímetro a milímetro sin atender mis ruegos dilatándome como a una doncella virgen. ¡Nadie como tú, nadie!, le confesé a gritos mirándole a la cara. ¡Nadie como tú! Cuando estuvo dentro, cuando lo tuve todo, paró y fue mi cuerpo el que arrancó una sincopa desquiciada buscando darle vida al acoplamiento. Él se limitó a mirarme danzar una especie de danza ancestral enganchada al macho. Galoppa, puttana!, trotta!


….


Me despertó una lejana conversación en la que sobresalía la voz melodiosa de Romina. Traté de situarme, recordé el polvo salvaje, luego, nada. Miré el reloj, debía haber dormido medía hora, ¿cómo me había dejado tanto tiempo? Notaba humedad por los muslos, tibia humedad adherida a la sábana, me levanté y vi el colchón echado a perder; fui directa al baño, debía asearme antes de bajar al salón, dejé correr el agua y cuando rocé la vulva recibí una descarga que enderezó mi cuerpo, me refresqué, me peiné y una vez vestida, bajé.

—La bella durmiente vuelve con nosotros.

—¿Cómo no me has avisado antes? —Carraspeé, tenía la garganta irritada. 

—Parecías agotada.

—¿Siempre eres tan… escandalosa? —preguntó Romina con un guiño, Gianni y ella se entendieron con la mirada.

—Por lo visto les hemos servido de afrodisíaco, sobre todo tú, te superaste, amore.

—No recuerdo haber gritado.

—No me extraña, estabas en el séptimo cielo, te ha escuchado todo el edificio.

—Ya será menos.

—¿Estás segura? Habrá que hacer algo con el colchón si queremos dormir en nuestra cama esta noche.

—¡Doménico! —Protesté escandalizada por encima de las carcajadas.

No estaba tan ofendida como aparentaba, en realidad me halagaba oírle alardear de mis dotes sexuales, Gianni solo tenía ojos para su pareja, aunque a veces lo encontraba enganchado a mis pechos, Romina y yo nos entendíamos bien, Franco era como todos los machos latinos, un semental al que tener vigilado y contento sin darle demasiado y sin negarle todo. Abandoné el salón dando a entender que estaba molesta, ignoré las llamadas de Domi, Romina me siguió, cómo nos entendimos, en cuanto estuvimos a resguardo de los hombres nos echamos a reír.

—Qué inocentes son.

—Se lo creen todo.

Volví a entrar en el baño, necesitaba lavarme a fondo sin prisas.

—¿Doménico es tan bueno como sonabais?

Me incliné en el bidé para poder asomar la cabeza.

—A lo mejor no es cosa suya y es que soy de orgasmo fácil. —bromeé.

—No me extrañaría, tienes toda la pinta.

Se había apoyado en el quicio de la puerta, parecía interesada en mi higiene.

—¿Ah, sí? ¿y eso en qué lo notas?

—En la mirada de… troia. (4)

—¿Troia? ¿qué significa? —Sonrió con maldad.

—Pregúntaselo a él.

—Me hago una idea. ¿Qué más?, estoy intrigada.

—La manera de moverte te delata, sí hasta a mí me pones caliente.

—¿Y eso te preocupa?

—¿Debería?

—A mí, desde luego no.

Me sequé delante de ella, Romina mostraba cualquier cosa excepto preocupación. Se movió por la estancia mirándolo todo, mirándome.

—La que has montado. —dijo al ver la enorme mancha de humedad del colchón, nos echamos a reír, abrí la ventana para ventilar un poco, recogí las bragas, no estaban en las mejores condiciones—. Si quieres, te puedo prestar unas. 

—Me haces un favor.

—Ya te lo cobraré, ven.

Salimos del dormitorio y cruzamos el distribuidor con cuidado de no hacernos notar, porque yo iba desnuda de cintura para abajo; entramos en su habitación, revolvió en el cajón del armario y me dio a elegir entre varias bragas, escogí unas blancas, discretas.

—¿Seguro?, estas van más con tu estilo. 

Me quitó de las manos las blancas y me ofreció las que habría elegido sin dudar.

—Mañana te las devuelvo lavadas.

—Quédatelas de recuerdo.

Eran muy de mi estilo, giré delante de ella; ¿Qué tal me quedan? Estaba coqueteando con una preciosa romana, me había vuelto loca.

—De maravilla, tienes un culo divino.

—Grazie. —respondí en italiano—. Tú tampoco estás mal, los pantalones te quedan muy bien. 

Si no se hubiera presentado su chico, no sé cómo habríamos acabado, probablemente comparando culos, tal vez valorando nuestras tetas y después, quién sabe qué habría pasado después. Pero Gianni entró en estampida y se quedó mudo mirándome más abajo del ombligo.

—¿Reconoces esas bragas?

—Son…

Gianni no dejaba de mirarme. Lo abrazó como se abraza a los niños. 

—Son mías, tonto.

—Bueno, me voy, todavía tengo que arreglarme.

—Si esta noche el colchón no se ha secado, puedes dormir conmigo, estos dos que compartan sofá.

Me guiño un ojo, ¿era una broma para provocarle o era lo que parecía?

—Lo tendré en cuenta, aunque a Domi no le haría gracia después de tanto tiempo sin verme.

—Tú te lo pierdes, ¿verdad, Gianni?

Al salir me crucé con Franco. Si no fuera la chica de su amigo no estaría tranquila con él merodeando.

Bajé al salón después de arreglarme. Habían hecho planes para comer en uno de los restaurantes emblemáticos del centro histórico. Íbamos justos de tiempo, jaleamos a Franco, el más retrasado y lo esperamos en la calle con un taxi en la puerta. Fue un almuerzo agradable, Doménico es un excelente anfitrión, yo cumplí con mi papel de cicerone, les hablé de los principales atractivos de la ciudad, les di unas pinceladas de historia y quedamos en visitar el Museo del Prado al día siguiente por deseo expreso de Romina. Una mirada de Doménico lo dejó claro: no pensaba perder la mañana pudiendo pasarla conmigo.

Paseamos hasta desembocar en la Plaza Mayor, allí tomamos café y seguimos descubriéndonos, Gianni contó cómo conoció a Doménico: un encuentro fortuito en un aeropuerto se convirtió en relación profesional que derivó en amistad. Romina trabajaba para las empresas de la familia y ahí surgió el nexo con Gianni. Franco, el siciliano, más parco en palabras, dejó a regañadientes que fuera Doménico quien contase su historia. Comenzó muy joven en la empresa, se hizo a sí mismo desde abajo llegando a convertirse en la mano derecha del patriarca de la familia, cuando desapareció se puso al servicio de la mamma para asegurar la continuidad.

—Franco es una especie de padre y hermano mayor. —dijo con tono grave.

Hubo un silencio solemne, un tributo a los ausentes, enseguida recuperó el tono desenfadado.

—De Carmen, qué os puedo decir, apareció en mi vida cuando menos lo esperaba.

—Cuenta, cuenta.


El inicio de todo (5)

—¿De verdad queréis saberlo? Veréis, un día desayunaba en un bar cerca de aquí, suelo frecuentarlo porque es muy tranquilo, ya os lo enseñaré. Estaba leyendo la prensa cuando la vi aparecer, alta, esbelta, morena, ya la veis. Me quedé enganchado a sus ojos negros, a su figura estilizada; bajó los escalones como si desfilara por una pasarela, eligió una mesa, sacó una agenda del bolso y se puso a trabajar, yo procuraba mirarla disimuladamente porque había visto el desagrado con que recibía las miradas de uno que estaba en la barra, a pesar de todo, no podía dejar de observarla, era perfecta, es perfecta —enfatizó— no solo por su belleza sino por la clase que demostraba con cada gesto. El pesado de la barra insistía, le estaba impidiendo concentrarse y llegado un punto le retó con la mirada para hacerle desistir, el muy estúpido confundió las señales y fue hacia la mesa, entonces fui testigo de la más breve y eficaz acción militar: ella levantó la mano con firmeza y lo detuvo, por si quedaba alguna duda, negó con la cabeza secamente. El infeliz volvió sobre sus pasos, pagó el café y se marchó humillado. La felicité, estaba fascinado, me arriesgué a correr la misma suerte del mirón, sin embargo, me dio una oportunidad, aún hoy sigo sin saber por qué, y charlamos un buen rato, al despedirnos intenté quedar de nuevo con ella, me aseguró que no volveríamos a vernos, ¿te acuerdas?, yo fanfarroneé, le dije que volvería al café cada día a esperarla, cosa que cumplí.

—¿En serio?

—Lo hice, ¿cómo has podido olvidarlo?


«—¡Mira quién tenemos aquí, qué grata sorpresa! —dijo sonriendo mientras su acento italiano acariciaba los oídos de Carmen.

Sin dudarlo aceptó la muda petición de recién llegado para sentarse con ella.

—Empezaba a creer que nunca volverías.

—Ya te dije que no me pilla de paso.

—Y yo te dije que volverías. —replicó sin dejar de mirarla ni un instante.

—No te pega nada ese estilo fanfarrón. —Doménico presentó las palmas de las manos pidiendo una tregua. 

—No pretendía parecer engreído, solo expresaba mis deseos con demasiado fervor.

—Y ahora dirás que has acudido todos los días desde entonces a esperar una aparición.

—Tan cierto como que estás frente a mí. —Carmen sonrió incrédula negando con la cabeza.

—No dudo que hayas venido a desayunar, seguramente porque trabajas o vives cerca, me defraudarías si lo hubieras hecho movido por una ilusión tan improbable.

—Cómo, ¿te sentirías defraudada si me hubiera vuelto loco por ti y viniera a esperarte día tras día?

—Parece propio del perrito faldero al que se le muere el amo.

Rompió a reír por la ocurrencia y ella se contagió.

—Tienes razón, vivo muy cerca y suelo desayunar aquí cada mañana.

—¿Lo ves?, eso ya parece más lógico.

—¿Siempre eres tan racional?

—Casi siempre.

—Menos esta mañana, cuando por fin has cedido a tu instinto y has venido a verme.

—Vaya, vaya, de nuevo el vanidoso entra en escena.

A medida que conversaban se fue sintiendo cómoda. Aquella desenfadada discusión en la que uno fingía tener un ego hinchado y la otra lanzaba dardos negando haber pensado en él era divertida, rompía el hielo y la llevó a bajar la guardia.

—Entonces, ¿no has vuelto a pensar en mí? ¡Qué lástima!

—Así es, siento romper tus ilusiones.

—Lo acepto, a cambio espero que reconozcas una cosa.

—Dime.

—Que hoy has venido a buscarme y esperabas encontrarme. Sé sincera, yo lo he sido contigo.

Carmen sopesó las consecuencias de su respuesta. Una cosa es lo que ella quisiera decir y otra muy distinta podía ser lo que él imaginase que había querido decir. Temía que ese momento agradable se estropease si reaccionaba como la inmensa mayoría de los hombres ante la improbable expectativa de llegar a algo con una mujer que no busca nada.

—De acuerdo, seré sincera. —Algo teatralmente, cerró los ojos y agachó la cabeza haciendo una pausa, luego le miró con seriedad y dijo en tono solemne—: Sí, reconozco que hoy he venido aquí esperando encontrarte, ¿estás satisfecho?

—Mas que satisfecho, contento.» (6)


—Siempre cumplo mi palabra. No dejaba de pensar en aquella intrépida amazona capaz de plantar cara a un engreído que, por ser mujer, se creía con derecho a molestar. La fortuna me acompañó, un buen día apareció por el café, me añoraba tanto como yo a ella, tuve la suerte de que su marido es una persona de mente abierta y antepone su felicidad a cualquier otra cosa, ¿e vero? —Asentí sin decir nada que pudiera interrumpir el hermoso relato—, y colaboró para que pudiésemos iniciar nuestra relación, lo mejor que me pasado.

Nunca le había oído decir algo así, tenía las lágrimas a punto de brotar, cuando vi la misma emoción en sus ojos lo abracé.

—¡Cariño!

De la Plaza Mayor los llevé al Gato Cojo, un pequeño pub donde suele haber música en vivo a partir de las ocho. Gianni y Doménico estaban absortos en la cantante que, guitarra en mano, versionaba Enola Gay; mientras, los demás seguíamos charlando.

—Me ha impresionado lo que ha dicho antes: vuestra felicidad depende de que tu matrimonio funcione.

—Tuve una relación anterior que acabó porque él no entendió que mi marido es lo más importante, se lo conté a Domi cuando aún estaba dolida por la pérdida y lo comprendió, si quería que lo nuestro siguiera adelante debía respetar la relación con mi pareja.

—Dije algo más —Nos había escuchado y se unió a la conversación—: El error de aquel infeliz fue enamorarse de ti, ¿quién no lo haría?, yo mismo estuve tentado mil veces, pero tengo la suerte de conocer a Mario y descubrí el antídoto, si me hacía amigo de él sería incapaz de traicionarlo, no podría enamorarme de su mujer. Esa es la fórmula perfecta, Romina: si ellos son felices, Carmen es feliz y podemos ser felices juntos, cuando algún término de la ecuación falla, el sistema se desmorona, giusto?

—Funciona a pesar de que estos meses han sido duros, la distancia ha sido difícil de soportar. —añadí, cobijándome en su hombro.

—Y tu marido, ¿está conforme con vuestra relación? —quiso indagar Romina.

—Ya lo has oído, no seas impertinente. —dijo Franco.

—No importa. Somos un matrimonio abierto, sin prejuicios; él apoya nuestra relación como yo acepto las suyas.

—Vosotros diréis lo que queráis, pero los gestos hablan por sí solos: ah, l'amore.


La crisis


«El hombre que actúa por despecho suele causar daño a quien se lo provoca. La mujer movida por el despecho suele acabar dañándose a sí misma.»

(Capítulo 72 Cosas que nunca debieron haberse dicho. Mayo 2014)


Habíamos dormido poco, a las cuatro de la madrugada aún estábamos enredados. Tenía hambre de él, habían sido muchos meses añorándolo. Me despertó con una caricia en la mejilla, sonreí para hacerle saber que estaba despierta y abierta a lo que se le antojara hacer conmigo. Las siete, buena hora para dejarse follar por un macho italiano.


…..


—Qué salvaje, no recordaba lo buena mamadora que eres.

—No hay dos sin tres.

—Dame un respiro. Te lo digo en serio, he estado con mujeres espectaculares, ninguna es capaz de hacer lo que haces tú con la garganta.

—¿Has estado con muchas?

—No te pongas celosa, es impropio de ti.

—Es pura curiosidad.

—Nessuna come te. 

Lo besé, me halagaba escucharle, aunque yo andaba buscando otra cosa.

—Exageras.

—Eso dice Alessandro.

—¿Algún amigo?

—Mi primo, dice que no puede haber una mujer que haga lo que cuento, según él, eso solo pasa en las películas porno.

—Lo suponía, vas por ahí, fanfarroneando de tus conquistas.

—Te equivocas, presumo de mi ragazza spagnola.

Ya estaba bien de charla.

—No permitas que te deje por mentiroso; cuando vuelvas, invítalo y se lo demuestro.

Reto conseguido, lo inflamé como una chispa sobre gasolina. 


…..


—Vámonos a mi casa, tengo ganas de estar a solas contigo.

—¿Y Mario?

Hundí la pala en el polvo blanco antes de contestar y lo esnifé con fuerza.

—No es lo mismo, aquí hay demasiada gente, Mario es… otra cosa.

Repetí la operación, agité la cabeza para aguantar el impacto. 

—Mario es lo que cualquier pareja como nosotros querría tener a su lado… a veces.

—¿Te burlas?

—Jamás, perdóname si me he expresado mal, cuántas veces te he dicho lo mucho que le aprecio, le considero fundamental para que todo funcione entre nosotros. Mario hace todo lo posible porque seas feliz, ha roto todos los límites, ¿qué esposo hace eso por su mujer?

—Ahora. No nos lo puso facil, Domi, si no hubiera dudado tanto…

—Eso es el pasado, cara, Mario ha aprendido la lección, hará cualquier cosa con tal de verte feliz.

Recordé lo que nos dijimos cuando salía hacia el aeropuerto.


 «—¿Qué plan tienes hoy? —preguntó en la puerta después de darme un beso como si no me fuera a volver a ver.

—Será mejor que no me esperes. 

—Lo suponía. Disfruta.

—¿Estás bien?

—Estoy contento. Te veo tan feliz…

—Te quiero. —le confesé de nuevo tras besarle con todas mis fuerzas.

—Y después, ¿me seguirás queriendo igual?

—¿Qué dices? ¿cómo puedes pensar eso?»


Doménico ocupaba el lado de Mario en la cama. Me incorporé, no podía seguir guardando la sospecha que planeaba sobre mí, él no me iba a mentir y no sé si le temía más a la verdad o al silencio.

—Dime la verdad. ¿Estuviste con Mario en Barcelona?

El rostro habla antes que las palabras, los silencios anticipan lo que está por decir. 

—Nunca te he ocultado nada, lo sai? (7)

—Contéstame.

—Le advertí que si preguntabas te lo contaría.

Fue como si me atravesaran de parte a parte. 

—Te pidió que me lo ocultaras. Joder, Domi.

—Dijo que era mejor que no lo supieras de momento.

—De momento… Siempre manejando los tiempos. Cuéntamelo. Desde el principio.

—Me llamó un día, yo estaba en la clínica.

—¿Qué quería?

—Apenas cruzamos un par de frases, mi madre sufrió una crisis y tuve que colgar, al poco tiempo falleció; olvidé la conversación hasta que volvió a llamarme. Estaba preocupado por ti, quería contarme algo.

—Termina, por favor.

—Le preocupan algunos cambios de carácter que ha observado en ti, cambios humor, olvidos.

—Eso es absurdo. ¿Y por qué a ti?

—No te pongas nerviosa.

—No me digas que no me ponga nerviosa. Contesta, por qué a ti.

—Cuando estábamos viviendo juntos, le llamé. Sé lo importante que Mario es para ti, yo quería…

—Esto es increíble.¿Le llamaste? ¿para qué, cuándo fue?

—Acababas de dejarle; cómo he dicho, le llamé, quedamos en una cafetería, apenas pude hablar, estaba más preocupado por hacerme responsable de vuestra separación que por saber para qué le había citado y ahí quedó todo. El día que me llamó al hospital quería saber lo que le iba a haber contado en aquella ocasión, volvió a llamar hace unos días e insistió en lo mismo; le noté muy preocupado, le dije que estaría pronto en Barcelona, me aseguró que podía arreglarlo para verme.

—No me jodas. Sigue. ¡Que sigas, joder!

—Nos vimos en…

—Dime antes qué le contaste tú.

—Cosas que me preocuparon cuando vivías conmigo, pensé que debía saberlo, es tu marido.

—Eso ya lo has dicho.

—Te estás enfadando.

—¿Vas a contármelo de una vez?

—Una noche, al poco tiempo de estar viviendo juntos, volviste más tarde de lo habitual, dijiste que habías ido al médico, te pregunté si te encontrabas mal y contestaste que habías ido al ginecólogo, ¿te acuerdas?

—Perfectamente, ¿qué tiene de extraño?

—Carmen, parecía improvisado.

—¿Improvisado? ¿por qué iba a mentir?

—No lo sé, te cuento lo que pensé. Dijiste que después habías estado con una amiga porque habías pasado por tu casa, la encontraste desordenada y querías que mediara con Mario, pensabas que lo estaba pasando mal y ella podía ayudarle.

—Es cierto, estuve con Graciela, es muy amiga de los dos. ¿A qué vienen tanta sospecha?

—Te pregunté si habías cenado, dijiste que no y me extrañó porque era muy tarde, te lo dije, parecías confusa, pensé que tratabas de ocultarme algo. A la mañana siguiente te lo volví a preguntar y volviste a decirme lo mismo, que habías estado con una amiga, me preguntaste por qué insistía, te contesté que no tenías ningún compromiso conmigo, yo seguía molesto, te dije que te había notado rara al llegar a casa y me contaste que te había pasado algo extraño, creo que querías decirme algo, al final saliste con una evasiva.

Empecé a atar cabos: la consulta con Ramiro, la sensación de abuso y violencia que olvidé mientras estuve con Graciela. Luego, ¿qué pasó luego? Ya pensaría en eso, no era el momento de intentar recordar algo que había sucedido hace tanto tiempo. 

—Le estás dando una importancia absurda a algo que no la tiene.

—Puede ser. ¿Te acuerdas del día que decidiste irte de casa? Tuvimos una discusión de la que me siento responsable, me parecía que no era lógico marcharte sin un destino concreto en el estado emocional en el que te encontrabas; reconozco que te presioné en exceso.

—Era mi decisión, Domi, a la larga resultó ser positiva.

—En cualquier caso, no tenía derecho a interpelarte como lo hice, pero reconoce que tú tampoco tenías por qué insultarme, perdiste los nervios como jamás pensé que te vería hacerlo.

—¿De qué estás hablando?

—¿No lo recuerdas?

—Sé que discutimos.

—Puto italiano, me llamaste puto italiano.


Una voz

Como un eco lejano me llegó una voz parecida a la mía, una voz cargada de rabia: «Puto italiano» y de pronto, un aluvión cegador de voces amenazantes: «Tienes una bomba en la mano… cable rojo o azul… te has equivocado, ¡puto italiano! ¡qué le has hecho, no tienes ni puta idea!» (8) ¿Dónde estuve después de dejar a Graciela? El tintineo de unas copas, un rostro pegado a la cara, «¡Ya está bien!», el chasquido de una bofetada, miedo, «¡Estáte quieta!», luego nada, luego un auto de cristales tintados, el conductor me mira, ¿es el taxista al que engañé con una historia contada al teléfono? Los rostros se mezclan, ya no sé qué es real.

—¿Qué te pasa?

—Nada. Voy a…, ahora vuelvo.

Salté de la cama y corrí a encerrarme en el cuarto de baño para sofocar el pánico, una sombra en mi mente, yo misma, sabía que en parte era cierto, una sombra ocultaba los estragos de una implacable tempestad, una sombra me hacía temblar si insistía en mirar más allá, una sombra gritaba furiosa si alguien trataba de hacerme pensar.

—¡No puedo, no puedo!

—Carmen.

—Carmen, ¿estás bien?

—¡Ahora salgo!

Me ahogaba, sujeté la respiración, poco a poco la conduje a su ritmo, me lavé la cara y enfoqué la atención en recuperar la normalidad. Cuando dejé de temblar, abrí el pestillo.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien, no había vuelto a pensar en eso. Dime, ¿hay algo más?

—No hubo ocasión, te fuiste, no nos volvimos a ver.

Se me escapó un suspiro convertido en lamento. Las cosas podrían haber sido de otra forma. ¡Por qué, por qué!

—¿Se lo has dicho a Mario?

—Todo.

—Y él, ¿qué te ha contado que tanto le preocupa?

—Dice que a veces pareces estar ausente; otras, no recuerdas hechos que habéis vivido y son difíciles de olvidar.

—Como qué.

—No lo sé. Me contó algo: una vez que estaba de viaje habló contigo porque no conseguía localizarte en ningún sitio, ni en casa, ni en el trabajo; acabasteis de bronca y te pusiste echa una fiera, le dijiste cosas que no voy a repetir.

—No, dímelo, por favor, dímelo todo.

—Le comparaste con… no recuerdo el nombre, un argentino; le dijiste que tenía mucho que aprender de él; no voy a seguir.

—¡Por favor!

—No me hagas hablar, es muy desagradable

—Necesito saberlo.

—Le llamaste maricón y… basta, basta ya.

Recordaba la conversación, habíamos discutido porque decía que no conseguía localizarme, apenas me dejaba contestarle. Sí, me enfadé, pero ¿cómo pude decirle esas cosas? Y, sobre todo, si realmente lo había dicho, ¿por qué no lo recordaba?

—Cuando me lo contó vi reflejada a la misma Carmen que me insultó. ¿Crees que es la mejor forma de discutir?

Qué injusto. A duras penas dominé un impulso ciego de mandarlo todo a la mierda y marcharme.

—Lo que no te ha contado es lo que hizo él durante el reencuentro en Semana Santa, esos días destinados a recomponer la pareja, ¿verdad? ¿Recuerdas lo ilusionada que estaba cuando te llamé para contarte que iniciábamos nuestra reconciliación? 

—Lo recuerdo, nunca me alegré tanto de haber tomado la decisión de alejarme.

—¡Cómo puedes decir eso!

—¿Habríais podido comenzar de nuevo si yo hubiera estado cerca?

—Quién sabe; en cualquier caso, la reconciliación tuvo un precio muy alto. No fue un camino de rosas precisamente, Mario guardaba mucho rencor tras el que parapetarse cuando se sentía atacado, los primeros días avanzamos bastante, pusimos sobre la mesa los errores cometidos por ambas partes, después se puso a la defensiva y comenzó a echarme en cara cada detalle del pasado, se nos acababan los días, yo no quería irme de allí sin haber resuelto nuestro futuro en uno u otro sentido, estábamos agotados, hacíamos sesiones maratonianas, apenas dormíamos, entonces tuvo la gran ocurrencia, propuso que nos estimuláramos para poder aguantar.

—¿Qué quieres decir?

—Me pidió que volviera a casa y trajera la coca, era una locura, pero insistió e insistió, tal vez tenía razón y fuera la única forma de mantenernos despiertos.

—¿De dónde la habías sacado?

—Es una historia muy larga.

—Tenemos tiempo.

Sabes lo mal que estaba cuando decidí marcharme, había pasado por casa a recoger algunas cosas y tuve un fuerte encontronazo con Mario, volví a casa de Irene hundida, lo malo es que al día siguiente se marchó, tenía un viaje planificado y yo me volví a quedar sola, la casa se me caía encima, no sabía qué hacer ni a dónde ir, me vestí con su ropa, me maquillé como ella lo había hecho y salí a la calle sin rumbo, por el camino entré en una peluquería y me corté la melena, es evidente que quería dejar atrás a la mujer que había sido y ya no era; mis pasos me llevaron al pub en el que estuvimos, no buscaba otra cosa que huir de la soledad sin hombres que me atosigasen,  allí conocí a una mujer madura muy atractiva; charlamos, me inspiró confianza, pude contarle todo lo que me atormentaba. Estaba sola, Domi, sola. Acabamos en su casa, si la vieras, una lujosa mansión en La Moraleja, pasamos la noche juntas, todo iba bien si no hubiera sido por Mario que lo volvió a estropear.

—¿Qué hizo esta vez?

—Llamó en plan conciliador, estábamos entendiéndonos hasta que oyó la voz de Claudia, los celos lo envenenaron y comenzó a decir barbaridades, me insultó de la peor forma que puedas imaginar, le dije que esta vez no se lo iba tolerar, lo di por acabado; estaba deshecha, Claudia trató de calmarme, pero no de la mejor forma. Yo estaba dispuesta a todo, me dejé llevar, tabaco, alcohol, porros, coca, yo qué sé.

—No me asustes.

—Nada de lo que estás pensando, no estoy tan loca. Aún hay algo más, de madrugada apareció su marido, yo estaba agotada, inconsciente, aprovechó una ausencia de Claudia y abusó de mí.

—¡Joder, Carmen!, ¿lo denunciaste?

—Ángel hoy es mi jefe en el gabinete, 

—No puedo creerlo.

—No soy una víctima, me negué a serlo desde el primer momento, lo enfrenté a su conducta, le hice reconocerlo y…

—¿Y qué?, te violó, debería estar en la cárcel.

—No es así de sencillo. Ya lo hablaremos, pero no ahora.

—Ya me dirás cómo se puede asumir una violación.

—Te lo contaré con calma, lo prometo, ahora déjame continuar..A partir de entonces, Claudia me provee de coca cuando la necesito.

—¿La necesitas?

—Como tú, Domi, como tú, ni más ni menos.

—Y el tipo que te violó…

—Somos amigos, mantenemos una relación estable, todo está perdonado y olvidado.

—Si tú lo dices…

—Qué pasa, ¿vas a venir tú a soltarme el rollo del síndrome de Estocolmo? ¿a mí?, vamos, no me jodas.

—Eh, no te alteres.

—Lo entenderás, ya lo verás. Déjame seguir. Cuando nos separamos me marché a un pueblo de la sierra norte, estuve haciendo terapia, autoanálisis, algo poco ortodoxo pero efectivo. En un momento crítico sentí la necesidad de tomar algún tranquilizante, incluso llegué a plantearme acudir a los ansiolíticos, los pocos cigarros de marihuana que me quedaban estaban pasados. Pensé en Álvaro, porque si volvía a ver a Claudia la cosa no quedaría solo en maria, el precio a pagar sería una noche con ella y no es lo que quería. Dicho y hecho, pasé por el club, le conté lo que necesitaba, aunque ya te habrás enterado.

—¿Por qué lo supones? 

—Porque esto —señalé el estuche cargado de polvo blanco— no ha pasado por el control del aeropuerto, ¿me equivoco?

—Es cierto, he estado con Álvaro, no hemos tenido tiempo de hablar gran cosa. He quedado en pasar por el club uno de estos días, ¿te apetece? —acepté con un gesto.

—¿Ha preguntado por mí?, prometió llamarme en unos días, cosa que nunca hizo; antes de irme se empeñó en invitarme a una copa, tenía prisa, aún debía encontrar alojamiento, pero ya sabes cómo es, insistió y, aprovechando que estaba con un amigo, le enganchó para convencerme, es muy pesado, nos trasladamos a una mesa, Tomás Rivas, un empresario…

—No me digas que conoces a Tomás.

—¿Lo conoces?

—Es uno de nuestros contratistas, lo extraño es que no coincidiéramos durante la fiesta.

—No solo lo conozco. Aquel día había abandonado definitivamente el destierro y volvía a Madrid con intención de pasar la noche en un hotel y buscar alojamiento, no quería volver a casa.

—¿Y para que tienes las llaves de la mía?

—Sinceramente, no lo pensé. Me cayó bien, estuvimos hablando largo y tendido, Tomás es un buen conversador. Se hizo tarde, llegaron las despedidas, comenté que aún tenía que buscar alojamiento y me ofreció sin compromiso el apartamento que tiene por Retiro, lo rechacé, por supuesto, Álvaro.medió a favor de la honestidad de su cliente y pensé que, por una noche, me evitaba ponerme buscar hotel a esas horas. La noche se convirtió en varios días y Tomás pasó de buen amigo y confidente a tierno amante y algo más.

—Es un relato bastante atropellado, ¿no te parece?

—Tampoco hace falta entrar detalles.

—¿Qué has querido decir con eso de que Tomás es algo más?

—¿Me traes algo de beber?, tengo la boca seca.

En realidad, necesitaba tiempo para terminar de montar un discurso. Volvió con un zumo de piña y proseguí:

—Tomás dirige un conglomerado de negocios de manera un tanto peculiar, 

—Te refieres a las chicas que… colaboran en el cierre de los contratos.

—Eso es. Yo me fui del apartamento poco antes de Semana Santa sabiendo lo que sucedía, aquello era una especie de picadero. Me despedí de él pensando que no volveríamos a vernos. Tomás me había devuelto la serenidad, es un amante tierno y sensible, además sabe escuchar y aconsejar, pero yo estaba empeñada en recuperar mi matrimonio y cuando vi la posibilidad…

—Te encerraste con Mario en vuestra casa de la Sierra, aún no me has dicho cómo tenías coca en tu casa.

—Es parte de la que Claudia me facilitaba. Fue un error, Mario no la tolera como yo, comenzó a desvariar y, bueno, se desquició.

Si lo hubiera tenido delante me habría sido imposible contener a Doménico, ¿debería haberle ocultado la sesión de prostitución a la que me sometió mi propio marido? ¿tendría que haber callado la terapia de puta? Había puesto en peligro el delicado equilibrio que existía entre los dos hombres que me disputaban, ¿merecía la pena haber contado toda la verdad?

—Cálmate, todo eso está superado.

—Joder, Carmen, ¿cómo puedes continuar al lado del cabrón que te ha humillado? No mereces ese trato.

—Ambos nos equivocamos, yo también le he hecho daño.

—Te juro que no te entiendo. 

—Este ha sido un año muy duro para ambos.

—Lo sé, tampoco ha debido de ser fácil para él. Aun así, no lo justifiques.

—Aquella… terapia de puta me marcó profundamente.

—Fue un lavado de cerebro, llámalo por su nombre. Que te repitan mil veces que eres una puta es tortura.

—Me marcó tanto como para cuestionarme mi identidad, pensé en Tomás, necesitaba verle, no me gustaba cómo nos habíamos despedido, de una manera tan fría, por teléfono. En el fondo era una excusa, sabía lo que se traía con las chicas y lo quería conocer a fondo, algo me decía que por esa vía iba descubrir el sentido de la brecha que la terapia de puta había abierto en mi mente.

—Deja de llamarlo así, es denigrante.

—¿Tú crees?, las palabras son lo que queremos que sean, hace tiempo conseguí vaciarla de significado. De aquella reunión salí convertida en una de sus chicas, lo necesitaba, Domi, no preguntes por qué, ya te lo contaré. En poco tiempo me convertí en algo más, le asesoro en decisiones donde mis conocimientos le son útiles, también ayudo a las demás chicas, de algo ha de valer mi experiencia como psicóloga.

—Estás dejando demasiados temas abiertos, espero que cumplas y me lo cuentes todo.

—No intento ocultarte nada, hoy toca hablar de otras cosas.

—Había oído que se apoya en una scort de muy alto nivel que se ha convertido en su mano derecha, la llaman la alemana. No encaja contigo.

—Weil ich halb Deutsch bin. (9) —respondí en mi alemán nativo.

—¿Eres medio alemana? ¿por qué nunca me lo has contado?

—Hay tantas cosas que no sabemos el uno del otro…

—No dejas de asombrarme.

—¿Dónde has oído eso?

—Hablando con unos proveedores salió el nombre de Rivas, comentaban el último pelotazo que ha pegado y salió el tema del nuevo fichaje, una mujer muy competente en todos los sentidos, según decían. Uno de ellos la nombró como la alemana. 

—Dime quién; nadie sabe mi origen salvo Tomás y otra persona.

—Francesco Zanella, no lo conoces, tiene una empresa de suministros para la industria farmacéutica en Turín y jamás ha tenido trato con Tomás, que yo sepa; le habrá llegado la información a través de terceros. —Se detuvo a mirarme como si fuera una desconocida—. Carmen Rojas, la alemana; quién lo iba decir.

—Carmen Rojas Bauer, para más señas.

—Ahora todo cuadra.

—La alemana. No me gusta, no me gusta nada; intenta averiguar de dónde viene el rumor. 

—Déjalo estar, si lo remuevo será peor. 

—¿Te he defraudado?

—Al contrario, te admiro. Nunca te pedí que sacrificaras tu libertad, eres mía porque lo deseas, sin contratos ni ataduras.

—Estaba asustada, temía que, cuando te enterases de todo, me fueras a rechazar.

—¿Por tomar las riendas de tu vida?, qué poco me conoces.

—Soy una puta, Domi.

—Una puttana, yo te convertí en lo que eres y tú te has limitado a seguir el camino marcado. No eres una puta, Carmen, no estás haciendo la calle ni estás en un burdel; lo de Tomás es diferente.

Candela, Diego, Ismael, todos vinieron en tropel amenazando con destaparme ante Doménico, por fortuna estaba ocupado sacando de la mesita el estuche plateado, cargó la pala y después de servirse me ofreció, la necesitaba, esnifé una buena carga. De repente lo vi todo claro, estaba aliviada, me subí sobre él, lo deseaba, Dios, cómo lo deseaba, no hizo falta mucho para volver a empezar, un quiebro de cintura, una ayuda con la mano y de vuelta adentro,

—Qué hábil eres.

—¿Te habías olvidado? 

Inicié un suave trote erguida para ofrecerle mis pechos, un reclamo infalible, se agarró con ansia y subimos el ritmo forzando el galope sin darnos tregua, no buscábamos otra cosa que caer exhaustos. Qué bien follamos hasta el último día.

—Y Mario, ¿qué te ha contado?

Exhaló el aire con calma antes de responder.

—Está desbordado, quiere ayudarte, pero no sabe cómo, por eso me ha pedido que me ocupe.

—¿Que te ocupes? ¿de qué te vas a ocupar?

—De ti. Piensa que desde que nos separamos, tu vida se ha vuelto errática.

—¿Eso piensa? ¿Qué más te ha contado?

—Nada, ¿tenía que contarme algo?

Respiré aliviada.

—En primer lugar, me molesta que se hable de mí a mis espaldas. Tampoco necesito que nadie se ocupe de mí, parece que no me conoces.

—Estamos preocupados.

—Pues dejad de preocuparos, sé muy bien lo que debo hacer. Tengo la sensación de que no me lo has contado todo.

—Solo pretende que las cosas vuelvan a ser como eran antes entre tú y yo, 

—¿Qué significa exactamente?

—Que a partir de ahora te considere mi mujer, él se ve impotente para ayudarte.

—No te creo, no ha podido decir eso.

—Sus palabras exactas fueron: Quiero entregarte a Carmen, a partir de ahora considérala tuya, tu mujer, como antes. Le pregunté por qué razón lo hacía. Me siento impotente, dijo, no soy capaz de ayudarla, ahora te toca ocupar mi lugar, te necesita.

Me iba a estallar la cabeza, cómo podía haber hecho esto. Doménico inició una tímida defensa del hombre que hasta un minuto antes creía conocer y le hice callar, necesitaba procesar todo. Le hice una seña y me pasó la caja plateada, cargué la pala y aspiré con fuerza en ambos lados.

—Frena.

—Déjame en paz, sé lo que hago.

—Te dejo sola.

—No, quédate, lo tengo claro, Mario ha tirado la toalla.

—Te equivocas, lo ha hecho para ayudarte.

—¡Y una mierda! Ha decidido renunciar a mí. Muy bien, si eso es lo que quiere desde ahora considérame tuya, tu, ¿cómo dijo?, tu mujer. No pongas esa cara, sigues siendo tan libre como siempre, si había un compromiso era el que me unía a Mario y lo ha roto.

—¿Quieres parar de dar vueltas?, pareces una fiera enjaulada.

—Soy libre y decido por mí misma ser tu mujer, tu esposa, llámalo como quieras, sin papeles ni alianzas. ¿me aceptas?

—¿Estás segura?

—Mi marido ha fracasado, quiero ser tu esposa.

Salió de la cama, abrió el armario y revolvió en una de las maletas, yo busqué apoyo en la coqueta, estaba ausente pensando en el desconocido con el que había convivido una década sin haber logrado entrar en su cabeza. Volvió con un estuche, no tenía ánimo para regalos, no obstante, lo abrí y me encontré ante unas alianzas de oro blanco con un ribete dorado, en el interior llevaban grabados nuestros nombres. ¿Desde cuándo las tenía? Qué era aquello, ¿otra prueba de que todo estaba amañado? Doménico respondió a mí gesto de desconfianza.

—Las encargué después de la conversación con Mario, pensaba ofrecértelas para pedirte que seas mi mujer, la mía donna.

Cuando se lo proponía, Domi podía ser tan tierno como para rendir cualquier recelo. Le acaricié la mejilla.

—Son preciosas, pero es demasiado, además, desde que decidimos prescindir de las alianzas no hemos vuelto a usarlas, no sé si es adecuado.

—Mario ha renunciado a ti, me ha pedido que te tome por esposa. ¿qué es lo que no te parece adecuado, mia cara?

Tenía razón, solo era un adorno, un símbolo que usaría cuando estuviéramos juntos, un signo de amor y un dardo envenenado en represalia por el daño que me había causado la persona que más amaba. La saqué del estuche.

—Espera, hagámoslo bien. —dijo.

—¿Dónde vas?

—Vístete. —Se enfundó el boxer y ante mi indecisión, removió las perchas buscando entre las camisas—. Toma, ponte esto mismo. —me ofreció una, era enorme y apenas cubría lo justo, estaba invadido por una urgencia cuyo motivo desconocía, escogió otra y se la puso ya en la puerta.

—Espera, déjame que me arreglé un poco.

Me pasó lo dedos por el cabello dándole cuerpo, colocó bien el cuello de la camisa, bajó las manos por mis hombros, alcanzó los pechos y los acarició por encima de la tela, su mirada era pura adoración.

—Sei splendida, eres la viva imagen de una vestal.

—Salimos de la habitación agarrados de la mano; ¿Qué pasa?, le insistí sin éxito, bajamos precipitadamente siguiendo las voces del office; el trote de nuestros pies descalzos atrajo la atención de los invitados que desayunaban tranquilamente, nuestro atuendo les sorprendió, en particular el mio, tan solo una camisa a medio abotonar que dejaba a la vista más de lo que pretendía ocultar, y Domi, con una potente erección perfilada bajo el relieve del boxer. Romina pronunció un inaudible Wow, no estaba mucho más vestida, una vaporosa camiseta rosa y un minúsculo short tenía en tensión a Gianni que, al igual que Franco, llevaba un pantalón corto de pijama insuficiente para ocultar el efecto de mi aparición. Nos plantamos frente a ellos y, sin soltarme de la mano, lo anunció:


La ceremonia

—Vamos a celebrar una ceremonia, Carmen y yo nos casamos.

—¿Qué? ¿Cuándo?

—Ahora mismo. Dai, dai, dai. (10)

La noticia les estaba resultando difícil de asimilar, un matrimonio repentino entre su amigo, nada proclive a compromisos a largo plazo, y una mujer casada. Doménico les ahorró explicaciones innecesarias.

—Vosotros actuareis de padrinos y tú, Franco: oficiarás la ceremonia.

 —Estoy tan sorprendida como vosotros, me ha sacado de la cama tal cual estaba —excusé mi aspecto—, necesito…, peinarme, dije, en realidad me urgía pasar una higiene básica antes de ir a ninguna parte; Franco, más interesado en mi cuerpo que en los pormenores de la ceremonia, atendía a los detalles que iba improvisando su amigo, los demás escuchábamos atónitos la capacidad creativa de mi futuro nuevo esposo. Me escabullí, entré en el baño de la planta baja y con la puerta entornada para no perder detalle, me lavé y peiné como pude. Atendiendo las órdenes de Doménico pasamos al salón, si a nadie parecía importarle moverse por la casa medio desnudos, ¿por qué me iba a molestar a mí? Romina preparaba café para nosotros mientras daba ideas, Gianni ensayaba el papel y Franco, portando una escandalosa erección motivo de bromas, no apartaba la vista de mi culo que, al mínimo movimiento, quedaba al descubierto. Pronto tuvimos una fórmula para la ceremonia a la que yo añadí algunos detalles a mi gusto. Así, semidesnudos los cuatro, con unas flores en la mano sacadas de un jarrón, nos dispusimos a celebrar el enlace. Domi apartó la mesa con ayuda de Franco, retiraron las sillas, nos colocó en el centro, dio un último vistazo y situó la cámara de vídeo sobre el mueble apuntando al grupo. ¿Lo vas a grabar?, pregunté incómoda, pero evité ponerle ninguna traba; luego, después de pensarlo un momento, se desprendió de la camisa, ¡Vaffanculo!, (11) exclamó con su potente voz de barítono. Romina soltó una carcajada, echó mano al bajo de la camiseta y al grito de vaffanculo se la sacó de un tirón exhibiendo unos hermosos pechos de oscuros pezones, todos aplaudimos; Domi, se quitó el bóxer y quedó desnudo, yo señalé orgullosa el grueso bastón de mando y el grito de guerra surgió de nuestras gargantas: ¡Vaffanculo! Qué locura colectiva nos había invadido, Franco fue el siguiente en sumarse, se bajó el short junto al slip y los lanzó lejos al grito de vaffanculo mostrando una verga chata y tiesa como un palo, clavó los ojos en mí desafiándome, yo desabroché los pocos botones que mantenían cerrada la camisa, la deslicé por la espalda y la hice girar por encima de la cabeza, ¡Vaffanculo!, grité bailando una danza sensual; mírame, le dijeron mis ojos. Romina tiró las bragas al rostro de su atontado chico y todos saltamos como unos críos, gritando y abrazándonos.

Una vez recuperada la calma, Franco, el robusto siciliano de cabello oscuro y ojos penetrantes se situó delante de los cuatro, Gianni, el padrino, de incierto parecido a Battiato, se puso a mi lado, Romina asumió encantada el papel de madrina del brazo de Doménico. El oficiante carraspeó e inició la lectura de la cuartilla.

—Nos hemos reunido aquí, libres de prejuicios, libres de adornos y vestimentas, desnudos para expresar la sinceridad de este acto en el que un hombre y una mujer contraen matrimonio al margen de cualquier vínculo legal o religioso, solo les mueve la voluntad de entregarse el uno al otro, amarse y ayudarse en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte del deseo los separe. Adelante.

—Yo, Doménico Morelli, te tomo a ti, Carmen Rojas por esposa, prometo amarte y protegerte. No prometo serte fiel, en cambio te prometo lealtad y no impedirte nunca ser feliz.

—Yo, Carmen Rojas, me entrego a ti, Doménico Morelli, te tomo por esposo, prometo amarte y honrarte, hacerte sentir orgulloso de mí. No prometo serte fiel, en cambio te prometo lealtad y no impedirte nunca ser feliz.

A continuación, me puso la alianza, tuve que contener un sollozo, fue mi turno, le puse el anillo y descubrí en sus ojos una emoción inesperada. Lo que comenzó siendo un juego se había convertido en algo más profundo.

—Por el poder que ambos me habéis otorgado, yo os declaro marido y mujer, podéis besaros y, si así lo deseáis, podéis mostrar ante nosotros la fuerza de vuestro amor.

Era una ceremonia sin ningún valor efectivo, pero con una gran carga simbólica y emocional, nos fundimos en un abrazo entre aplausos y vítores, luego pasé de uno a otro, Gianni estaba emocionado, me estrechó con cariño lo mismo que Romina, Franco aprovechó para clavar la erección entre mis muslos y dejar claro lo que deseaba. Doménico volvió con unas botellas de cava, trajeron unas copas y brindamos por el éxito de la nueva pareja, era todo tan hermosamente ingenuo que no vi lo incierto de las consecuencias. Sonó la música, bailamos unos con otros, aparecieron unos porros, era todo alegría y desenfado. Luego, atendiendo la improvisada propuesta del oficiante, Doménico me depositó sobre el amplio sofá que una vez sirvió de altar donde fui sacrificada al dios negro Salif; aparté tan brutal imagen y me concentré en mi esposo, le recibí con las piernas flexionadas, enlacé su cintura y perdí la noción de cuanto nos rodeaba, toda mi atención estaba en sentirme llena, cubierta, amada y arrullada por el vaivén del hombre al que me entregaba. La pareja observaba de cerca, el siciliano se había apostado detrás de mi amante dispuesto a soltar la cámara y tomar el relevo a la primera ocasión, Domenico percutía firme y constante arrancándome jadeos cada vez más intensos, volví a buscar la mirada de Romina, la encontré de rodillas sobre el sillón cercano sujeta al respaldo ofreciendo la grupa al romano, la montaba siguiendo el ritmo que Domi imponía y me miraban, los dos me miraban. Franco, ¿dónde coño se había metido?, doblé el cuello a un lado y lo vi agachado detrás de nosotros filmando un primer plano, Domenico, se volvió para ver qué atraía mi atención. 

—¿Te molesta?

—Déjale.

Sonrió con maldad y siguió percutiendo a un ritmo pensado para hacer que durase, yo miraba a unos y a otros, a Romina, la dulce y traviesa romana; a Franco, el turbio mirón que alternaba plano de mi rostro al bombeo en mi coño. Me olvidé de todos y pensé solo en mi flamante marido, en el buen trabajo que estaba haciendo conmigo. Llegó el clímax, demasiada tensión, demasiados estímulos, mi macho se tensó, lanzó un rugido y descargó entre espasmos. Frente a mí, los ojos de Franco hicieron que no echara en falta mi propio orgasmo.


…..


Estaba colgada al cuello de mi nuevo esposo mientras éste charlaba con Gianni a un ritmo imposible de traducir, mi conocimiento del italiano no da para tanto, Franco observaba arrellanado obscenamente en uno de los butacones, se conservaba bien para ser un cincuentón. No te confundas, solo te he echado un vistazo. Me separé de ellos y fui hacia la mesa a servirme cava, enseguida vino a mi lado y se ofreció a llenarme la copa.

—¿Estás disfrutando?

—Como una niña, y tú, ¿has disfrutado de las vistas?

—Han sido magnificas, te has encargado de ponérmelo fácil.

—Qué menos, has celebrado una ceremonia preciosa, estuviste fantástico en tu papel de oficiante.

—Tendríamos que haberle dado un toque más clásico, el sacerdote confiesa a la doncella antes de la boda.

—No soy creyente y hace tiempo que dejé de ser doncella.

—Eso es algo que el sacerdote debe comprobar, forma parte de la liturgia antigua. —me eché a reír.

—¿De dónde te has sacado eso?

—No importa, forma parte y nos lo hemos saltado. Además, no has prometido fidelidad.

—Mi scusi, ni es el día adecuado, ni actúo sin contar con Doménico, he prometido lealtad.

—Quieres decir que, si tu marido estuviera de acuerdo, aceptarías a este pobre oficiante.

—Conoces mi trayectoria: hay otro marido y ha habido otros consentimientos, si no fuera así no estaría hoy casada con Doménico. Solo falta un detalle.

—¿Cuál?

—Que me interese el hombre que trata de acercarse.

—¿Te intereso?

—Seré sincera, al principio fuiste demasiado directo, un poco vulgar, diría; sin embargo, has conseguido…

—Interesarte.

—Excitarme. Tu cercanía mientras mostrábamos, ¿cómo dijiste? 

—La fuerza de vuestro amor.

—Eso es. Tu presencia mientras os dedicábamos nuestro acto de amor tuvo la suerte de cambiar mi idea sobre ti. Si Doménico estuviera de acuerdo, tal vez me lo plantearía, solo tal vez.

—Si lo dices por el tamaño de…

—Nunca me he dejado engañar por el tamaño.

—¿Y si hablo con él?

—Ya te he dicho que no me parece el día adecuado.

Volví con mi esposo, seguimos charlando, bebiendo y contando historias, Gianni y Romina, abrazados en un sillón; mi hombre y yo, en el otro; Franco, trataba de aparentar indiferencia, filmando tomas imposibles de unos y otros. A ninguno se nos escapaba que el grupo cojeaba.

—Cara, tú sei la mía puttana, e vero?

—Lo soy, ¿crees que lo dudo?

—Franco es para mí como un hermano mayor.

—Ya me lo has dicho.

—Está muy solo.

 —Domi, ¿qué quieres?

—¿Te lo tengo que pedir?

—Por supuesto. Hace un momento, Franco lo ha intentado, le he dicho que, si tú estuvieras de acuerdo, tal vez lo pensaría.

Me besó hasta hacerme perder el sentido.

—¿Qué quieres de mí?

—Atiéndelo como tú sabes.

Una súbita agitación me arrolló como no sucedía con ningún otro cuando me ponían a trabajar.

—De acuerdo, entretenlos.

—¿Te avergüenzas? 

—¡No!

—Entonces, ¿por qué quieres ocultarte?

—No es eso.

—Carmen, lo saben.

—¿Qué…?

—Todo, lo saben todo. Te lo vuelvo a preguntar, ¿te avergüenzas?

—¿Por ser tu puttana? Vas a ver lo que me avergüenzo.

Franco jugaba con la cámara sentado en un individual, me bastó un baile de piernas para atraer su atención.

—Deja de enfocarme y atiende. Doménico dice que eres como un hermano mayor, supongo que después de la ceremonia soy casi de la familia; bueno, no tanto, ya lo sé. —maticé al ver un gesto de desdén.

—Te conviene darle la razón. —intervino Domi.

—Ok, digamos que eres casi de la familia, una nuova sorella.(12)

—Eso está mejor, porque la familia lo comparte todo. —le ofrecí la mano, me invitó a levantarme y le rodeé con el brazo—. Vieni con me, fratellino. (13)

—Aspetta! (14)

Doménico nos detuvo, Franco se acercó, escuchó al oído, asintió y volvió conmigo; nos alejamos entre aplausos y vítores alentados por mi esposo.

—¿Qué te ha dicho?

—Que te trate con delicadeza o me corta el cuello.

Y lo hizo. Estaba con alguien que podía ser duro, difícil de manejar, tal vez agresivo, pero se contuvo, al fin y al cabo, era la signora y me desenvolvía con soltura en el papel de la protegida. Fue como montar un caballo mal domado que en cualquier momento te puede descabalgar, intuyes la potencia que se mueve entre tus piernas y te sientes insegura para dominarlo. Se comportó como un noble bruto, me montó desde atrás dando un brinco, separé las rodillas para ajustarme a su corta alzada y empezó a bombear agarrado a mi cuerpo, jadeando en mi espalda; qué sensación tan extraña, ¿y si nos quedamos enganchados? ¿y si pasa una pierna por encima y nos quedamos abotonados, culo contra culo como había visto de niña en el pueblo? yo trataba de espantar las aberrantes escenas que estallaban sin control en mi mente mientras me taladraba sin piedad. Estás chiflada, cómo se te ocurre… Y la sentí tan pequeña, dura y gruesa palpitando dentro que me corrí como una bestia, me corrí hasta la agonía.


Calibán y el sarraceno

—Te voy a echar de menos.

—Volveré, lo prometo, tengo que cerrar unos asuntos, traspasar a mis hermanos las riendas de la empresa y estaré aquí antes de que te des cuenta.

—He pensado muchas veces como habría sido todo si no nos hubiésemos separado.

—Eso ya no tiene remedio, no le des vueltas.

—Es inevitable, mi vida sería distinta si Mario no lo hubiera estropeado.

—Tu marido no fue el único responsable, todos cometimos errores.

—He estado dando tumbos desde entonces, mi vida se ha convertido en un sinfín de intentos fallidos por sustituirte y lo único que he conseguido es tropezar con hombres que me han hecho daño, algunos, auténticos monstruos.


«Un momento, están llamando a la puerta.

—Lo he oído, será Ismael con alguna carta. Atiéndelo, yo ya me tengo que ir. Un beso cariño.

—Un beso, te quiero.

Se fue Tomás y desapareció una parte de mí. Era la hora. Alisé la cama, cogí la bata y de camino me arreglé el pelo. Antes de abrir me aseguré por la mirilla: era él. Ensanché el escote hasta dejar los pechos descubiertos.

—Pasa.

Me inspeccionó de arriba abajo, parecía que no hubiese transcurrido el tiempo desde que me ordenó recibirle tal y como lo estaba haciendo, con mis tetitas en la puerta a las cuatro.

—Así me gusta, que seas obediente.

Una caricia en la mejilla me hizo estremecer y le confirmó el grado de control que tenía. Desató la lazada de la bata, los ojos saltaron hambrientos al pubis. Llevó las manos a los pechos y los cubrió, los acarició en círculos con los dedos separados para abarcarlos bien. Empujó la puerta con el pie y se cerró por su propio peso. 

—¿Me has echado de menos, sobrina?

Un velo me nubló la vista.

—Sí.

Una mano aterrizó en mi cadera por debajo de la bata, con la otra siguió manoseándome las tetas. Le eché los brazos al cuello.

—¿No me vas a dar un beso?

Le besé, un beso en cada mejilla. Sonrió de una forma que me hizo sentir tan, tan pequeña….

—Bueno, bueno, eso está muy bien, pero ya sabes cuánto me gustan esos otros besitos. —Rozó con la yema del dedo mis labios y al hacerlo disparó mil terminaciones nerviosas que activaron un movimiento reflejo. ¿Fue un beso? un beso en la punta del dedo; unos labios que lo acogieron y el contacto con la lengua. ¿Lo besé?, mi boca entreabierta lo atrapó un instante. Sonrió sorprendido, solo fue una señal para que le diera un piquito y yo, sin pretenderlo, lo convertí en una provocación. Quise retroceder, pero lo impidió agarrándome el hombro, dibujó el contorno de mis labios con el dedo, lo hundió en mi boca despacio para evitar el rechazo, lo removió buscando la lengua en una especie de danza inquieta a la que acabé por ceder. Lo chupé, no dejé de hacerlo, cuando vio que ya no necesitaba atarme corto me soltó y volvió a la curva de mi cadera. Enseguida tuve dos dedos simulando una felación lenta y constante, luego fueron tres formando un cuerpo grueso peleando con mi lengua. Chupé y chupé, le permití abusar de mi boca, me llamó cosas que nunca había escuchado, la saliva desbordaba mis labios, empapó el mentón, escurrió por el cuello y me hizo sentir sucia, yo seguía chupando, seguía babeando, seguía escuchando palabras que nadie me había dicho nunca. 

Abrí los ojos al sentirme vacía, Ismael señalaba su boca dando toquecitos con el índice. Fui a besarle y me detuvo.

—Límpiate los morros. 

Me sequé con el dorso y le besé, un beso que lo encendió y se abrió paso con la lengua, la mano que pulía mi cadera me aplastó contra su cuerpo, cerré los brazos en torno al cuello, el contacto en la piel del áspero tejido de la camisa me alteró, le devolví los besos con el mismo ardor que recibía, mi lengua jugó con la suya, busqué hueco entre sus piernas y me apretó con la mano que dominaba mi culo. Venía preparado, la violenta dureza de la viagra se clavó en mi muslo. Me esperaba una larga tarde.

Ismael no tenía estudios, pero era inteligente, en poco tiempo había detectado las claves que me ponían en sus manos. Palabras como sobrina, putita o mandatos contundentes como «estate quieta» o «ven aquí» disparaban algo en mi cabeza que me ponían a su merced; por el contrario, la mención a Paquita o el intento de que lo llamase tío rompían el hechizo y dejó de usarlos. Comprobó que sujetarme con firmeza por los brazos actuaba también como un resorte para dejarme indefensa, me ahogaba, comenzaba a temblar, dejaba de ser yo y pasaba a ser alguien frágil, le permitía hacer lo que fuera con tal de evitar un mal mayor que presagiaba un desastre inminente, algo terrible que podía eludir sometiéndome a pesar de la tremenda vergüenza que me producía sentir tanto placer, tanto que me esforzaba en negarlo. Cuando todo terminaba procuraba desterrarlo, porque si trataba de ahondar en lo sucedido el miedo volvía a aparecer y amenazaba con desbordarse hasta el pánico. Aprendí a apartarlo, Ismael se marchaba, yo me aseaba y la ducha hacía algo más que limpiarme. Al salir a la calle había olvidado. Un pacto no hablado hacía que nunca nos cruzásemos en el portal.

—Prepárame un whisky, sobrina.

Fumaba en la ventana, seguía con la verga tiesa como un palo. Busqué las bragas.

—¡Eh! ¿he dicho yo que te tapes?

—Es que si no, voy a mancharlo todo.

—Pues pones algo en el sillón, joder. Quiero tu raja a la vista siempre, bien mojada y oliendo a hembra. No sabes cómo me pone tu olor.

Me siguió al salón, saqué un vaso de cristal labrado y el Chivas reserva.

—Tómate uno tú también, acompáñame.

—Voy a por hielo.

Traje la cubitera y saqué otro vaso. Dos dedos de whisky, dos cubitos. Me hizo chocar los vasos.

—Por nosotros, sobrina, porque sigamos estrechando nuestra buena relación.

Bebimos un sorbo, puso el vaso en la mesa y vino a por mí, no se saciaba; me besó, buscó mi cuello y se cebó. Cerré los ojos, un escalofrío me recorrió la piel, le acaricié la espalda, hice hueco para que la dura estaca pudiera encontrar cobijo entre mis piernas mientras me atormentaba en uno de los lugares más sensibles de mi cuerpo. Cuando se hartó de morderme volvió a beber.

—¿Sabes cuándo vuelve el señor?

—Espera.

Volví con una toalla de baño y la extendí en el sofá, nos sentamos y se la cogí sin que me lo pidiera.

—No lo sé —respondí—, estaba hablando con él cuando llegaste, se lo iba a preguntar, pero no me dio tiempo.

—Mierda, que mala suerte, ¿no puedes llamarle?

—Resultaría extraño. El viernes, después de la reunión con las chicas, se lo preguntaré. 

Había descubierto que follarme por el culo le hacía sentir más hombre. Podía ser solo un simple conserje, podía estar casado con la mujer que nunca eligió, podía tener que humillarse día tras día con cada vecino de la finca que le trataba como un ser inferior a pesar de tener más dinero en el banco que algunos y tierras en el pueblo, algo que la mayoría no tenía; no sabía hablar de los temas de actualidad y se avergonzaba por no tener estudios, pero cuando me daba por culo se sentía poderoso. Y ahí estaba yo, de rodillas en la cama, sujeta por las caderas, guiándole para que no me hiciera un destrozo. «Espera que dilate, ahora, empuja, ve despacio, ya ha entrado ¿lo notas?, sigue, ve despacio, empuja, muy bien, sigue, ya». Qué curioso, cuando me follaba el culo se mostraba más cuidadoso que al hacerlo por delante, que solía ser brusco; cuando entraba por detrás se quedaba pegado, muy quieto y al retroceder lo hacía poco a poco como si temiera no volver a atinar con la entrada, se movía calculando la distancia y cuando tenía medido el recorrido empezaba a follarme con calma. Me daba placer, un placer que seguía un ritmo, crecía despacio y subía a medida que se acercaba el orgasmo, la viagra le daba un aguante que me superaba y a él le gustaba tenerme doblegada, jadeando agotada; yo acababa cediendo, los brazos me fallaban, apoyaba la cabeza en la almohada y quedaba sujeta por las caderas, si no, habría caído en la cama. Cuando él estallaba yo ya me había corrido y aun así no me dejaba de palpitar como un eco de sus estertores. 

—Hostias, sobrina, qué culo más tragón tienes.

Si tenía alguna virtud era la higiene. Ismael volvía de lavarse a conciencia, se quedó parado a los pies de la cama y después de pronunciar esa frase me ofreció un paquete de toallitas. No respondí, la vergüenza me impedía sacar la cabeza de la almohada, me limpié sin cambiar de postura, había cosas para las que, sin embargo, había perdido cualquier vestigio de pudor.

—¿Tan rota te he dejado? Venga, no será para tanto, date la vuelta, todavía nos queda una hora.

Obedecí, no creía que por mucha viagra tuviera energía para otro asalto tan pronto. Me dejé contemplar, ya nada importaba, solo que el tiempo corriese. Hubiera querido perder la mirada en el techo, pero me lo habría impedido, tuve que seguir la deriva de sus ojos por mi cuerpo, tuve que soportar la sonrisa de vicioso mientras se acariciaba la polla tozudamente tiesa. Me cogió de un pie para separarme la pierna y tener mejor vista. Colaboré, qué me importaba enseñarle más o menos el coño.

—¿Cómo puedes estar tan buena, sobrina? Así no hay manera de que esto baje.

Y pensaría que eso era un cumplido.

—Hazte un dedo.

—¿Qué?

—Quiero ver cómo lo haces.

—No, joder, estoy cansada. —De ninguna manera me iba a masturbar delante de él.

—Venga, coño, ¿no te haces pajas cuando estás cachonda? Quiero ver cómo te corres tú sola.

No iba a dar su brazo a torcer, quedaba poco tiempo, por otra parte, la alternativa era bastante peor. Ya nos íbamos conociendo y vio que lo estaba pensando; seguía frotándose el pene despacio, esperando mi decisión, quise creer que en ese momento yo tenía algo de poder. Me acomodé en la cama y adopté la postura que suelo usar cuando me dispongo a darme placer: separo las piernas, no demasiado, las flexiono, respiro, percibo mi cuerpo. Le mandé callar, dijo algo sobre mis tetas y rompió el proceso, lo entendió y no volvió a abrir la boca. Comencé de nuevo: Mi cuerpo, mi piel, mi respiración, mis pechos subiendo y bajando. Cuando estoy centrada en mí lo noto todo, percibo los pezones y al hacerlo despiertan, los siento crecer, la piel me envía señales de todas partes; las mejillas, los hombros, los pechos, los pechos me señalan su volumen, el vientre, los muslos. El sexo. Percibo su forma, su calor, su palpitar. Es ahora; mis manos acuden, es un juego de dedos expertos, la izquierda lo abre, la derecha lo recorre y extiende la untuosa esencia que lo cubre. Empiezo a morir, agonizo. Me gusto, dibujo cada rincón, cada pliegue, recojo la baba que brota y la extiendo por todo mi coño. Mi coño. Mi coño me pide que entre y lo hago con dos dedos y me levanta de la cama y vuelvo a caer. Mi coño es un pozo encharcado y estrecho. Me mira, me estoy exhibiendo, pero todo mi ser está en mí, solo en mí y me follo, me follo a mí misma, me follo y jadeo; mi mente está en ellas, en las mujeres que echo de menos, en los coños que deseo en mi boca, en los pechos que quisiera mamar; me follo, me follo, no quiero acabar todavía, recorro mi raja, empapo mi ano, me gusta, lo excito y se abre como un bichito, lo toco, lo aprieto y me hundo. Me sigue mirando, si lo miro me voy a correr despatarrada, rodillas arriba, frotándome el coño y un dedo en el culo, qué guarra, qué guarra. Voy, voy, ya llego, alcanzo la cresta puntiaguda, no puedo, me mata, voy, voy, ya no hay vuelta atrás. Oh, Dios, me muero.

Algo espeso cayó sobre mi cara y me devolvió a la tierra. Abrí los ojos, Ismael se masturbaba frenéticamente sobre mi rostro.

—Joder, ¡qué haces!

Un goterón acertó en la comisura. Tenía la mejilla llena y sentí caer otro grumo cerca de la ceja.

—¡Para, aparta!

—¡Estate quieta, coño! —Cuando arrastraba la eñe con la voz chillona me hacía encoger.

Me sujetó la barbilla de mala manera y empezó a restregarme la polla por toda la cara, esperé a que se hartara de embadurnarme. Aún consiguió exprimir un par de goterones que apuntó a mi boca —Abre. ¡Abre! Abrí y dejé que cayeran dentro, deglutí exageradamente y me puse a lamerle la polla hasta que quedó limpia, no habría soportado otra orden. 

Ismael descubrió el placer del voyeur y yo encontré una vía de escape: me masturbaba, él se la meneaba, siempre lo mismo, a cambio follábamos menos y yo me evadía. Mientras me daba placer mi cabeza me llevaba a otro lugar donde amaba a Irene, le comía las tetas a Luca o me arrodillaba delante del coño de Piera y se lo besaba, de ese modo llegaba al orgasmo y evitaba dejarme penetrar otra vez por el puto conserje. Acababa en mi cara, le limpiaba la polla y le lamía las pelotas «hasta que yo te diga que pares», todo un ritual de poder que le excitaba tanto o más que metérmela. 


…..


—El viernes no te olvides de preguntarle al señor cuándo vuelve.

—No te preocupes.

Otra vez en la puerta con la bata abierta para que se despidiera a gusto. Me acarició los pechos durante un eterno minuto sin parar de mirarme a los ojos. —¡Eh! exclamó porque bajé la mirada; tuve que aguantar el manoseo con los ojos clavados en los suyos, tragándome la vergüenza, viendo la expresión de dominio en su rostro. Luego me acarició la cara

—Me voy, sobrina. —Me ofreció la mejilla, le di dos besos y acudí a su boca, nos dimos un beso profundo; esta vez tuve que ser yo quien buscara su lengua, me dediqué a fondo, no quería disgustarle a última hora.

—Te quedas con ganas, putita, ya lo sé. Pero el martes…

—Estas tetitas a las cuatro en la puerta.

—Buena chica.

Media hora después, con todo recogido, salía del picadero, crucé el portal esquivando un posible encuentro, aunque estaba segura de que él no iba a salir de su casa, nunca lo hacía. Era casi de noche, había refrescado y a medida que me alejaba dejé de pensar. No es que no recordara lo que había sucedido, seguía ahí, pero quedaba eclipsado sin que tuviera que hacer ningún esfuerzo, en unos minutos todo desaparecería. Como un perro que huye del lugar en el que lo han apaleado yo sorteaba los pensamientos según llegaban. De alguna manera vivía con un ogro encerrado detrás de una puerta.» (15)


—Si yo te contara… Incluso he tenido que enfrentarme a mi propio cuñado que usa a mi hermana como escudo para hacerme daño ya que no puede tenerme. Estoy harta, Domi, harta. No tendría que haber pasado por todo esto si no te hubiese echado de mi lado por culpa de Mario y sus traumas.

—Todos tuvimos parte de culpa: Mario, por sus miedos; tú, por marcharte de casa; yo, por incitarte a venirte a vivir conmigo, por organizar la fiesta en el club, por presentarte a Mahmud, a Salif.

El recuerdo del africano consiguió sacarme una sonrisa.

—Salif… tampoco estuvo tan mal, ¿no crees?

—Aún se acuerda de ti.

—¿En serio? ¿qué es de su vida?

—Volvió a Zúrich, mantenemos el contacto. Vino a Milán al funeral de mi madre. 

—¿Y Mahmud?

—No sé nada de él. No es del todo cierto: lo tengo localizado, vive en Holanda, se mueve por Bélgica, Reino Unido, Dinamarca…

—¿No os habéis visto ni siquiera por el fallecimiento de tu madre? ¿qué os ha pasado?

—Lo que debió pasar hace mucho, eso es todo. —respondió con un tono seco que no admitía réplica, aun así, me resistía a quedarme sin respuesta.

—Mahmud tiene un carácter difícil, ya lo sé, no llegué a conocerlo del todo, tuvimos momentos que siempre recordaré con cariño, otros, no tanto; era tan voluble… me dedicó palabras profundas que me han marcado, no sabes cuánto, luego lo estropeaba con arrebatos de violencia y desprecio inexplicables. A pesar de todo, no creo que sea tan mala persona, es producto de su cultura. Me cuesta creer que hayáis podido terminar con una amistad de tantos años.

Doménico se revolvió desencajado.

—¡No me jodas, Carmen!, ¿ahora vas de abogada suya? ¿con todo lo que te ha hecho? no sabes lo que dices, es un impostor, no tienes ni idea de quién es, ¿me oyes?, ¡ni idea!, solo conoces la imagen que le interesa mostrar, el auténtico Mahmud es muy diferente, da gracias a que está fuera de tu vida y se marchó antes de que se hiciera contigo.  Si tu cuñado te parece un monstruo, a su lado es un angel del cielo, créeme, Mahmud es muy peligroso. Dices que has conocido hombres que te han hecho daño, no tienes idea de lo que Mahmud es capaz de hacer contigo. 

—No vuelvas a gritarme. Mira, Domi, si hubiera querido hacerme daño, tuvo la oportunidad y sin embargo me dejó.

—Te dejó, ya lo creo que te dejó y no ha vuelto, pero no puedo hacer más, Carmen, tarde o temprano volverá y no hará nada por acercarse a ti, de eso puedes estar segura, pero si tú das el paso, si detecta cualquier signo por tu parte, yo ya no podré hacer más de lo que he hecho.

—¿Estás diciendo…?

—He dicho bastante. Ahora, eres tú la que debe pensar lo que harás, si llega el caso.


Citas

(1) Capítulo 181 El día después Enero 2024

(2) El esperado retorno.

(3) Mira qué cosa más bella.

(4) Zorra.

(5) Basado en una escena del,capítulo 49 Noviembre 2010

(6) Capítulo 59 Octubre 2013

(7) Nunca te he ocultado nada, ¿lo sabes?

(8) Basado en una escena del capítulo 91 La búsqueda Marzo 2015

(9) Porque soy medio alemana.

(10) ¡Vamos, vamos, vamos!

(11) ¡A la mierda!

(12) Una nueva hermana.

(13) Ven conmigo, hermanito.

(14) ¡Esperad!

(15) Capítulo 151 Un ogro detrás de la puerta Agosto 2021




232 comentarios:

  1. Domenico un judas y un jetas y Carmen una decepción.

    Aquí todos mienten o cuentan medias verdades, pero al que van a dejar en la estacada es a Mario, esta es la única defensa que voy a hacer de Carmen en este capitulo Carmen peca del mismo error que suelo cometer yo, tomar decisiones en caliente.

    Tomar decisiones en caliente no suele salir bien, Carmen ve la paja en ojo ajeno, pero no la viga en el suyo.

    Mario va a sufrir muchísimo, espero de verdad que gracias a esto pueda encontrar la forma de ayudar a Carmen con sus traumas, esta es la forma que a elegido Mario para expiar sus culpas.

    Carmen no va a tardar en arrepentirse de la decisión que a tomado, por suerte Mario no es yo, porque si fuera yo no me encontraría cuando por fin se diera cuenta de que era una decisión errónea.

    Seguramente algunos defenderán a Carmen, yo en este capítulo no puedo acerlo, parece que la decisión de Mario les a venido bien tanto a Carmen como a Domenico, no me inviteis a la boda, porque no pienso ir.

    Otra cosa, que poco le a costado a Carmen hechar a los pies de los caballos a Mario, espera que todabia a Mario le parten la cara.

    Como me a cabreado este capítulo Mario, no te puedes hacer una idea, lo que más me a cabreado a sido la hipocresía que demuestran Domenico y Carmen y que Carmen se deshaga de Mario así como si fuera una colilla, la verdad es que a demostrado no conocer en nada a Mario, tal vez sea lo mejor cada uno por su lado.

    Un abrazo a todos, vuelvo a trabajar que por fin me han llegado las piezas que tengo que sustituir.

    Un misil desbocado, me acaba de venir a la mente, cuanta razón tienes Maruo jajahajaja.



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    1. Aún peor. No toma las decisiones en caliente, sino bajo los efectos de la cocaína

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    2. Ufffff cada capítulo me cuesta más digerir. Como me está decepcionando Carmen. No solo la sumisión o las drogas pero no entiendo que perdona a todos menos a Mario. Habla de amarlo al salir de casa y en el encuentro con Domenico le dice amor mío. ¿En qué quedamos quien es tu amor?
      Aunque sea una ceremonia sin ningún valor, se entrega como esposa.
      Lo siento Carmen pero los últimos vestigios de admiración se me han caído.
      Por supuesto que seguiré la historia, pero ya no con la admiración que lo hice hasta ahora.
      Un besazo que os envío, lo cortes no quitalo valiente
      Giovanna

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  2. Domenico prometió a Mario que no se interprondria entre el y Carmen y va y saca dos alianzas, ¡no me jodas!

    Si eso no es intrometerse, ya me dirás tu lo que es, tengo claro que Mario no se a rendido, si no para que hablar con su suegro y su cuñada, tengo la sensación de que va a ser Esther quien le habrá los ojos a Carmen.

    Estoy convencido que Mario contaba con esto, por eso esta conversación.

    —Y después, ¿me seguirás queriendo igual?

    —¿Qué dices? ¿cómo puedes dudarlo?

    Me contagié de la súbita tristeza que se había abatido sobre él.

    —No es nada, olvídalo.

    De todas maneras también hay que decir que las ideas de Mario son como para ponerse a temblar, porque si su idea era no perder a Carmen, pues no lo parece.

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  3. Alguien sabe qué pasó en casa de Carmen con Andrés? No lo encuentro por ningún lado.
    Terminamos con el presagio del regreso de Mahmud y la insinuación de que Domenico se encargó de quitarlo de en medio. Espero que cuando vuelva Carmen no haga una tontería.

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    1. Mario todabia no nos lo a contado, lo tiene reservado.

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    2. Solo tiene que enseñarle el anillo que le a regalado Domenico, con eso estará todo dicho.

      La historia se repite, Carmen se va con Domenico, solo que esta vez Mario tiene una misión que cumplir, encontrar una solución al trauma de Carmen, eso le ayudará a mantenerse entero, Mario sabía a lo que se exponía, eso no quita para que no sufra.

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  4. ¿A nadiemas le a parecido sospechoso como se a tomado Domenico lo del trabajo de escort de Carmen?

    La ultima vez que estuvo Domenico se llevó las manos a la cabeza solo con que Carmen le mentara lo de trabajar de prostituta ¿y ahora dice que no es para tanto?

    Carmen que Domenico también quiere su parte del pastel, me parece a mi que Carmen se va a terminar por estampar con la pared de la realidad cuando descubra al verdadero Domenico.

    Otra garrapata al saco.

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  5. De todas maneras, después de haber hablado en caliente, (típico en mi, así me luce el pelo a veces) creo que me he precipitado, aquí queda mucha tela que cortar.

    De todas maneras me surge otra pregunta, porque muchas veces intentamos que la otra persona sea feliz aunque sea a costa de nuestra propia felicidad, en vez de buscar la manera de ser felices juntos.

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  6. He vuelto a leer el capitulo otra vez junto a Nadia, ella opina que la parte mas interesante del relato le a parecido la interacción entre Andrés y Carmen, sobre la vuelta de Domenico me a comentado que no le interesa en absoluto, según ella lo mas triste y trágico es que posiblemente Mario lo haya perdido todo por nada, porque Domenico se a ido de la lengua a la primera sin darle tiempo a Mario a poder investigar mas.

    Nadia entiende el porque a actuado así Mario, en este capitulo hemos visto a la Carmen soberbia la que dice yo no necesito ayuda de nadie. Carmen ya esta enterada de todo y se cerrara en banda, Nadia me comentaba que a Domenico le a venido de perlas, pero que esto a condenado a Mario a ojos de Carmen.

    Carmen va hacer mucho daño a Mario, mucho mas del que ella cree al estar ciega de rabia, cuando la tormenta amaine y las nubes se despejen, tal vez no quede nada que salvar, puesto que la tormenta se habrá llevado todo por delante.

    Eso opina mi novia, entonces le he dicho que Mario ya nos a contado que en el futuro siguen juntos, ella me a sonreído y me a comentado, cuantas veces los autores de relatos utilizan ese recurso para despistar a los lectores.

    Otra parte del capitulo que nos a molestado a los dos es que Carmen se entera que Domenico a ido fardando y contando las intimidades de ellos, ademas diciendo que Mario lo consiente a todos sus amigos, mi novia me lo a dejado claro, si algún día a mi se me ocurre hacer algo así, nuestra relación se habrá roto desde ese instante para siempre, sin embargo Carmen ni se a inmutado.

    Mi pregunta es, donde deja esto a Mario, en que le convierte esto ahora, en un amigo con derecho, un amigo a secas, en un enemigo, ¿le pedirá el divorcio Carmen?

    Yo sinceramente entiendo que Carmen a roto con Mario, si no es así que alguien me lo explique porque no entiendo nada.

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  7. Lidia después de leer el capitulo a dicho que Carmen tiene todo el derecho a enfadarse y castigar a Mario, asumiendo Mario las consecuencias de sus actos.

    Pero cuando a Carmen le pase lo mismo de la otra vez, que se de cuenta que sin Mario no puede vivir y quiera volver con el, lo que Mario tendría que decirle es, ¿ahora quieres volver?, pues el que no quiere que vuelvas ahora soy yo.

    Que Carmen también asuma las consecuencias de sus actos, eso es lo que opina Lidia.

    ¿Vosotros que opináis?


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  8. No sabés cómo te quiero y aprecio Apasionado, te pareces a uno de los socios del estudio, al que apodamos cariñosamente gruñón.

    Es pura sangre caliente, no vasco pero tendría que serlo.

    Querido Mario, no samba ni montaña rusa, un partido de paint ball. Cuando quedas con un compañero defendiendo tu bandera y tratando de vencer a los seis adversarios que quieren sacarte del juego y no llegar a su bandera.

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    1. Jajaja yo también te aprecio mucho Torco, si que soy grupos, pero solo cuando algo me parece injusto.

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  9. Apartaos que viene Apasionado como un Miura.
    Te recuerdo por si te has olvidado que fue Mario quien le pidió a Domenico que ocupara su lugar porque se sentía impotente, que la considerara su mujer. Decepción la que provoca Mario, desde luego la reacción de Carmen es bastante lógica, “Mario ha renunciado a mí, soy libre de decidir”. Es evidente que esta dolida y actúa en modo miura como uno que yo me sé. Lo de la ceremonia es una bobada que no va a tener ninguna trascendencia, creo yo, salvo descargar tensión y pasarle por las narices a Mario las alianzas.
    Me parece más trascendente 1º lo de Andrés por lo que pueda pasar, no creo que esté buscando acostarse con él, más bien cambiar la relación, hacerla menos formal y 2º lo de Mahmud, creía que era un tema cerrado y ahora me da miedo pensar lo que pueda ocurrir.

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    1. Lo de miura me ha hecho gracia, más bien porque mido un metro setenta, pero que conste que yo he expresado lo que este capítulo me a hecho sentir, sin poner ninguna descalificacion a nadie.

      Que soy un misil desbocado, pues si, que soy un miura desbocado, pues también, para que voy a negarlo a estas alturas.

      Pero eso no quita para que Carmen haga la vista gorda con Domenico que menuda joyita el hombre y diga que Mario es el culpable de todos sus males.

      Carmen va a atacar a Mario donde sabe que más le duele, Mario va a cosechar lo que a sembrado, pero espero que en el futuro Carmen también coseche lo que está a punto de sembrar.

      Yo para eso soy muy justo, si meto la pata lo pago sin chistar y espero lo mismo si es otro quien mete la pata.

      En lo de Mahmud estoy de acuerdo contigo, es peligroso, tengo claro que Carmen no lo va a dejar pasar y se meterá en un lío.

      En cuanto a lo de Andrés, esa relación me parece más interesante que la de Domenico que ya sabemos como va a terminar, una vez que Mario vuelve a estar fuera de la ecuación.

      Tengo la sangre caliente, pero también tengo un carácter noble, como ya dije Carmen es mi personaje favorito y es en la que más me fijo para lo bueno y para lo malo.

      Un abrazo muy fuerte del misil desbocado jajajaja.



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  10. Estoy harta, Domi, harta. No tendría que haber pasado por todo esto si no te hubiese echado de mi lado por culpa de Mario y sus traumas.

    Menuda frase de Carmen más injusta, si Mario fuese yo, comprendería su enfado y lo aceptaría, le dejaría que me dijera lo que me tendría que decir e incluso no diría ni mu cuando Carmen me dijera que me dejaba por Domenico.

    Pero como a comentado Lidia, yo jamás de los jamases volvería con Carmen, me lameria las heridas, la vida sigue y Mario tiene a Elvira, no esta solo.

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  11. Un capitulo muy denso, mucho que analizar, la primera parte, lo relacionado con Andrés, muy interesante, solo falta que Mario nos cuente que fue lo que paso cuando Carmen invito a Andrés a subir a tomarse la última copa.
    De Doménico ya lo presentía, es un tipo ventajoso, que traiciona a Mario, la forma en que actúa me parece de lo más vil, ya tenía preparado todo el teatro, las alianzas preparadas, hace con Carmen lo que quiere, aprovechando del desconcierto de ella, que vaya por ahí contando a todos su amigos lo que ha hecho, y como lo ha hecho, pero sigue con la cantaleta de que con Mario puede hacer todo, que sin Mario Carmen no es la Carmen que el quiere, solo lo dice de dientes para afuera, tiene todo planeado.
    El pedirle que atienda como debe de ser a Franco que es como de la familia, y Carmen sumisa y obediente va y le hace el favor, entiendo que Carmen es muy caliente, y que en un dos por tres se enciende y procura gozar ante el hombre que le presenta, como dicen flojita y cooperando para poder disfrutar. Esto se me hace de una bajeza tremenda.
    El hecho que mencione varias veces de que fue error de los tres que no solo Mario tiene la culpa que fue cosa de los tres, es para mi forma de ver el tener engatusada a Carmen, pretendiendo que el se preocupa por Mario.
    Hay mucho que analizar, pero el Doménico que presento hoy Mario escritor es un tipo al que no se le puede confiar nada, podrá ser un excelente empresario pero no es buen amigo.
    Tengo que releer nuevamente una o dos veces más porque se me va de la cabeza tanto que analizar.

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  12. Muy cierto lo dicho del despecho, cuando la razón tiene poco que hacer ante la reacción tipo miura, como dice Lucia .

    Tanito castigadore, hay dos frases que jamás, pero jamás debes decirle a una mujer con la que compartes tu vida: no te pongas nerviosa y te estas enfadando. Salvo que estés preparado para recibir a los cuatro jinetes del apocalipsis.

    Me incomodó la parte donde Carmen, antes de la confesión de Doménico dice "... frente a nuestra cama de matrimonio". Para mi se refiere al tipo de cama que es de dos plazas. Según mi compañera estoy equivocado.

    Me faltan datos como para poder tener una opinión sobre el italiano, habrá que ver como sigue la historia.

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    1. Cuando la protagonista habla de “nuestra cama de matrimonio” alude a la cama del dormitorio de Domenico que considera como propia por cuestiones emocionales. Una cama de matrimonio, aquí en España, es la que supera un ancho de 1,35cm y está pensada para compartir por una pareja.
      Aprovechó para destacar una frase que al final dejé algo imprecisa, “ Doménico ocupaba el lado de Mario en la cama.”, Carmen la dice cuando está a punto de preguntarle si lo vio en Barcelona. A primera vista induce a error, podría parecer que habla de su propia cama y su propia casa cuando lo que quiere decir es que ambos ocupan las posiciones a las que ella está acostumbrada, costumbre que se resiste a cambiar.

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  13. Lo que más le cabrea a Apasionado es que Carmen se deshaga de Mario como si fuera una colilla. Debemos estar leyendo dos historias distintas porque el que le dice a Domenico “ Quiero entregarte a Carmen, a partir de ahora considérala tuya, tu mujer. Yo me retiro” es Mario.
    Cuenta hasta diez, respira, tomate una tila porque la sangre no va a llegar al río y tu tensión lo va a pagar caro. Consejo de amigo hipertenso.

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    1. Lo que me cabrea es la hipocresía y en este capítulo la ha habido a puñados.

      Cuando Mario borracho le cuenta a Emilio todo, Carmen se cabrea, pero domenico hace exactamente lo mismo con el agravante de que Carmen no conoce a los amigos de Domenico y a Carmen no sólo no le importa que encima le expolea.

      Carmen se cabrea porque Mario le miente, pero ella tampoco a sido sincera con Domenico, por que no le a contado como trabajo en una barra de bar en Sevilla durante un fin de semana junto a Candela.

      A claro porque según Domenico mientras Carmen trabaje como escort de alto extanding no pasa nada, pero que trabajará en una barra de bar o en un polígono la cosa cambiaría.

      Que Mario omita o mienta está mal, pero que lo haga ella está bien.

      Empiezo a pensar que aquí uno tampoco puede expresarse libremente, es una lastima de verdad, pensaba que mientras no se faltará el respeto cada cual podría dar su opinión libremente, pero me equivocaba.

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  14. Tengo claro que Mario se va a sentir como un bobo cuando vea la alianza que le a regalado Domenico a Carmen.

    Mario le preguntó a Domenico si era verdad que no quería romper el matrimonio y este le dijo un rotundo si, al escuchar eso es cuando le dijo que adelante que Carmen era suya.

    Mario a pecado de ingenuo y lo va a pagar muy caro.

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  15. Otro motivo por el que me decepcionó Carmen en el capítulo de ayer es ver que dependiendo de quien haga la mala acción es blanqueado, como Carmen intentó blanquear a Angel ante un atónito Domenico que no se creía lo que estaba escuchando.

    Sin embargo cuando Carmen le contó la terapia de puta a Domenico ahí no había ningún blanqueamiento, lo contó con saña, después se arrepintió al ver la reacción de Domenico, he intento quitarle hierro al asunto diciendo que ella también le había hecho mucho daño a Mario.

    La terapia de puta fue demencial y lo mínimo que se merecia Mario es que Carmen lo hubiera dejado en ese mismo instante, además de denunciarlo por tortura psicológica.

    Pero la violacion, de la que fue víctima Carmen a manos de Angel fue un acto igual de grabe, sin embargo Carmen no ve los dos actos de la misma manera.

    En este capitulo Angel es bueno y Mario malo, un mal acto siempre será un mal acto sea Angel o Mario quien lo perpetre.

    Que conste que Carmen tiene todo el derecho a enfadarse y espero que cuando tenga a Mario en frente le de un par de sopapos haber si así lo espabila.

    Solo es mi opinión y tened en cuenta que esto no deja de ser un texto, tal vez si tuviéramos esta conversación en persona no os parecería un Miura, ni mi sangre seria tan caliente.

    Que tengáis un buen viernes.

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  16. No suelo entrar en disputas, la última vez fue en TR cuando unos miserables se burlaron de Apasionado por sus faltas ortografía ya que no tenían mejores argumentos; me puse como un Miura, me cegué y salí en defensa del amigo a costa de que me pusieran a caldo.

    Esta vez salgo al ruedo porque creo que es de justicia, no apelo a ninguna autoridad que no tengo, solo soy uno más, me duele que, después del esfuerzo que no está costando a todos, a todos, mantener un espacio abierto, libre y tolerante, alguien pueda decir esto:

    «Empiezo a pensar que aquí uno tampoco puede expresarse libremente, es una lástima de verdad, pensaba que mientras no se faltará el respeto cada cual podría dar su opinión libremente, pero me equivocaba.»

    Y salto al ruedo porque aprecio sinceramente a todos los involucrados. No somos adolescentes que necesitemos añadir caritas sonrientes a lo que escribimos, a estas alturas nos conocemos, sabemos el pie de que cojea cada uno, Dos Octavas tiene un pronto muy fuerte, Apasionado dice lo primero que se le viene a la cabeza, aunque luego lo piense, pero creo que ninguno de los que ha participado involuntariamente en este enredo ha tenido intención de molestar a nadie, lo que sí tengo claro es que de ninguna de las partes ha habido voluntad de cohartar la libre expresión, me consta, de no ser así habría intervenido porque, junto con la falta de respeto y el mal gusto, son los únicos motivos por los que podría dejar de publicar un comentario.

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  17. «Empiezo a pensar que aquí uno tampoco puede expresarse libremente, es una lástima de verdad, pensaba que mientras no se faltará el respeto cada cual podría dar su opinión libremente, pero me equivocaba.»

    Esto que he escrito no iba dirigido a Dosoctavas expresamente, entiendo que mi espontaneidad sea molesta, pero me sale así, para cuando me he dado cuenta ya me a salido o lo he escrito.

    A sido un comentario inadecuado e irrespetuoso y me disculpo con todos, sobre todo contigo Mario.

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  18. Como dijo Umbral yo he venido aquí a hablar de tu libro y pasarlo bien, para malos rollos ya tango bastante con los que me como a diario en la calle. Asunto zanjado.

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  19. Querido Cayo buenas tardes, me has fundido con el capitulito, reconozco que el jueves no fue mí mejor día, lo empecé a leer y me tuve que parar, no entendía que estaba pasando y no era por el texto, lo leí en dos veces y aún así se me escapaba y me tuve que parar, hoy con la mente de otra manera creo que valoro mejor las escenas, reconceme que va duro.
    Voy a asimilarlo durante unos días y te comentaré lo que me parece, pero no quería dejar de mostrar mi primera impresión, creo que el italiano es un manipulador y un capullo, ya lo pensaba pero me reafirmó, y creo que Carmen esta demasiado sobrepasada y no es racional. Amen de estar pasada con la coca.

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  20. El capítulo es complicado, para todos los personajes, quizás porque la historia es demasiado pesada o densa como uno de los comentaristas acotó.
    Hay varias tramas por dónde iniciar los comentarios.
    Lo de Andrés es una historia que debemos esperar con calma, mientras tanto Mario autor nos va dando a cuentagotas, para que podamos entenderlo.
    Yo no voy a comentar lo que ya todos han dicho voy a remitirme a una parte del escrito que Mario autor considera muy importante ya que lo repite en el mismo capítulo y es la despedida de Carmen y Mario; —¿Qué plan tienes hoy? —preguntó en la puerta después de darme un beso como si no me fuera a volver a ver.

    —Será mejor que no me esperes.

    —Lo daba por hecho. Disfruta.

    —¿Estás bien?

    —Estoy contento. Te veo tan feliz…

    —Te quiero. —le confesé una vez más tras besarle con todas mis fuerzas.

    —Y después, ¿me seguirás queriendo igual?

    —¿Qué dices? ¿cómo puedes dudarlo?

    Me contagié de la súbita tristeza que se había abatido sobre él.

    —No es nada, olvídalo.

    La primera vez que lo narró, Carmen no comprendió exactamente lo que significaba esa tristeza, hasta qué, escuchó la confesión de Doménico de lo que Mario había hecho en su viaje a Barcelona.
    Ya los demás han comentado sobre el enojo de Carmen, de si es justificado o no por las mentiras o por la falta de compartir la verdad. De si, Mario ha perdido, sí hay que perdonar las acciones de Carmen o no. Si Doménico se está aprovechando de la situación y ya tiene un plan de acción establecido para quedarse con Carmen.
    De quién oculta más verdades.
    Pero al ver las alianzas Carmen se hace una pregunta, - ¿Desde cuándo las tenía? Qué era aquello, ¿otra prueba de que todo estaba amañado? Doménico respondió a mí gesto de desconfianza.

    —Las encargué después de la conversación con Mario, pensaba ofrecértelas para pedirte que seas mi mujer, la mía donna.

    Cuando se lo proponía, Domi podía ser tan tierno como para rendir cualquier recelo. Le acaricié la mejilla.

    —Son preciosas, pero es demasiado, además, desde que decidimos prescindir de las alianzas no hemos vuelto a usarlas, no sé si es adecuado.

    —Mario ha renunciado a ti, me ha pedido que te tome por esposa. ¿qué es lo que no te parece adecuado, mia cara?

    Tenía razón, solo era un adorno, un símbolo que usaría cuando estuviéramos juntos, un signo de amor y un dardo envenenado en represalia por el daño que me había causado la persona que más amaba.
    Que tengan presente los tiempos verbales escritos durante este capítulo.
    Saludos desde el lado oscuro de la fuerza.

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  21. Ya he dado bastante caña a Carmen es hora de dársela un poco a Mario, he estado revisando algunos capítulos atrás y no he visto ningún indicio que me de a entender que a llevado a Mario a tomar una decisión tan irracional como es renunciar a Carmen.

    Quitando que a Mario le acompleja su edad, no he visto ninguna actitud en Carmen que le hiciera pensar a Mario que no era feliz con el.

    Tampoco tengo indicios de que Mario tenga un plan en el que implique que la solución de los males de Carmen sea renunciar a ella.

    Mario se a hecho el harakiri sin haber ningún motivo y no consigo entenderlo.

    A ver si alguien consigue darme alguna pista, porque estoy más perdido que un pulpo en un garaje con este asunto.

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    1. Buenas noches querido Apasionado, lo mismo le pregunté yo a Mario y me contestó que en este momento de la historia lo que le hace reaccionar como lo hace es la impotencia, y no me puedo imaginar algo peor que sentirte impotente a la hora de ayudar a tú mujer y no pongo pareja, es tú mujer, tú compañera, no hay nadie por encima para tí.
      Pero si me equivoco está Mario para corregirme.
      Aunque sea difícil párate a pensar que no puedes ayudar a tú mujer. No me lo puedo ni imaginar.

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    2. Yo por suerte no he vivido una situación así, Nadia y yo en tandem vamos solucionando los problemas, pero no creo que renunciar a tu mujer arregle nada, las cosas se hablan y se busca una solucion.

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  22. Respecto a la decisión que está tomando Carmen, creo que influye mucho el estar tomando coca y fumando porros, a Carmen no le afecta del mismo modo que a Mario, y según mi percepción y alguien más lo a comentado en otro comentario, la droga en cierta medida la hace tomar decisiones que afectan a Mario.
    Carmen lo comento en alguna ocasión que ya no quería tomar nada, pero esta visto que con Doménico se le olvida todo eso, Este hace y deshace, toma decisiones por Carmen, y Carmen sumisa obedece ciegamente, ya en la resaca, cuando se le pase el efecto de la droga, y el italiano no este con ella, le vendrá el remordimiento, y el querer aclar las cosas con Mario.

    Aquí la cuestión es, Carmen le comento a Mario que lo quería al 100 junto con ella que eran tres, pero esta claro que desde el principio paso de Mario, cuando se despiden en el edificio, creo Mario se va con muchas dudas, de que pasara en el encuentro, Porque no insistió en irse a su casa para estar solos Doénico y ella, y con la posible participación de Mario.

    Doménico tenia todo previsto y calculado. Es mala leche

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  23. Domenico no a tenido en cuenta que Carmen seguirá queriendo quedar con Angel, ese va a ser el punto de fricción, Domenico sabe que su mayor escoyo a sido neutralizado temporalmente, ese no es otro que Mario.

    Otra cosa es como van a reaccionar, Tomás, Angel, Claudia, Jacobo y compañía cuando vean la alianza de Carmen.

    Se supone que Tomás es su dueño, eso le pidió Carmen, pero ahora Carmen es de Domenico, ¿como se lo tomará Tomás?

    Angel sabemos que es un celoso, no creo que se tome muy bien la buena nueva y Claudia seguro que monta en cólera.

    Empiezo a pensar que esto es un plan de Mario para que se destruyan entre ellos.

    Domenico se dará cuenta que su plan tiene demasiadas variables que no a tenido en cuenta.

    Mario sabe lo que hay, en cuanto le propuso esa locura a Domenico sello su suerte, ¿porque tomar esa decisión?

    A Mario lo que más miedo le da es pasar por otro divorcio, de hecho dejó caer que estaría dispuesto a atentar contra su propia vida, ¿que a visto para pensar que Carmen sería más feliz con Domenico que con el?, esta decisión no a sido tomada por algo que haya hecho Carmen, ella es inocente.

    ¿En que pensaba Mario?, después de entregarle semejante arma a Domenicobera obvio que la usaría en cuanto tuviera la primera oportunidad, Mario no es tan tonto y tan confiado como para cometer semejante error.

    Mario apoyo a Carmen cuando está decidió unilateralmente que Tomás fuera su dueño, también la apoyo a Carmen en Conil, aguantando las impertinencias de Gerardo, en esos momentos Carmen y Mario remaron junto y así a sido desde entonces hasta que Mario decidió abrir la caja de Pandora, dicen que lo único que quedó en el fondo de la caja fue la esperanza, pues de eso le va hacer falta a Mario.

    Es que lo mires por donde lo mires Mario es un boludo como dicen los Argentinos, eso, o a perdido totalmente el norte.

    No se que pensar la verdad.

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  24. Según Carmen las alianzas las usarán cuando estén juntos, y las acepta - a pesar de entender que son un objeto que dejo de tener importancia- para que sean - según sus palabras - un dardo envenenado para esa persona - Mario - con la que convivió diez años y que no cree la traición que cometió.

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  25. Ahora mismo el matrimonio está roto, aunque Domenico tenga que volver a Italia, Carmen no volverá a Casa con Mario, es muy posible que la siguiente vez que Mario vea a Carmen sea de la mano de Domenico luciendo las alianzas.

    Que cataclismo tendrá que pasar para que Carmen perdone a Mario en el futuro, tal vez que Carmen se dé cuenta que Domenico la esta utilizando.

    Porque ahora mismo está relación no la vuelves a unir ni usando Loctite.

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    1. es muy posible que la siguiente vez que Mario vea a Carmen sea de la mano de Domenico luciendo las alianzas”.

      Mira, justo en eso no andas equivocado. (Emoticono de carita con ojo guiñado, puño con pulgar arriba y muchos corazoncitos para poner en contexto como se dice ahora)

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    2. Jajaja, no seas malo.

      De todas maneras hay algo que me escama, entiendo que Mario a actuado así por la impotencia que siente por no saber como ayudar a Carmen, pero en que venefia a Carmen en que el renuncie a ella.

      Al lado de Domenico Carmen recorre la misma senda que suele recorrer con Claudia, no se por que me da que Claudia y Domenico se van a llevar de cine, se parecen bastante.

      Carmen está más en peligro que nunca, con la sombra de Mahmud acechando.

      Mario está huyendo y eso también resulta muy decepcionante, algo malo se hacerca.

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  26. Anoche le estuvimos dando vueltas al relato desde otro punto de vista, estábamos un poco pasadas de albariño, lo reconozco y nos dio por filosofar. El enfoque parte de las tempestades que menciona Mario en el texto, tres veces lo hace, la primera es la del prólogo de Shakespeare, una durísima advertencia que es la base al final del relato para Domenico poner sobre aviso a Carmen. Luego está la tempestad que se vivió con la guerra a costa de las torres gemelas, después y más importante para el relato es la tempestad interior que atormenta a la protagonista desde su infancia. Pasado, presente y futuro de tempestades que arrasan lo que se encuentran a su paso. Esta es nuestra interpretación de lo que Mario quiere decirnos entre tanto ruido de sexo, represalias y arrogancia.

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    1. Me parece un punto de vista muy interesante, yo lo de las torres gemelas ni lo había relacionado, siendo tan evidente.

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  27. El otro dia comenté que Carmen me había decepcionado, después de leer unas cuantas veces el capítulo, soy consciente que no es Carmen, sino la versión de Carmen drogada la que me a decepcionado.

    Carmen es un ser humano más noble que Mario, nunca ha hecho daño deliberadamente, por mucho que la hayan decepcionado, pongo el ejemplo de Tomás, Tomás ha hecho mucho daño a Carmen, Carmen se a sentido decepcionada y a puesto distancia entre los dos, pero no ha tomado represalias.

    Carmen nunca a sido vengativa y a tenido motivos para serlo, Domenico es la versión masculina de Claudia.

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  28. Dos Octavos eres lo más. (Emoticón de manos aplaudiendo, cara guiñando un ojo, cara de que locos estamos).

    Lucía un análisis de primera, felicitaciones de mi compañera.

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  29. Fiestas, coca, porros, alcohol y sexo, eso es lo que ofrece Domenico, creo que Carmen tiene idealizado a Domenico, pero no va a tardar en darse cuenta que Domenico no puede ofrecerle más.

    Carmen quiere más, una pareja con la que compartir más que ratos de cama y fiestas, porque una relación es mucho más que eso y Domenico ni está preparado ni quiere estarlo, tal vez me equivoque, pero mi teoría es que Domenico sabía perfectamente quien era la alemana y tengo el palpito que va a ser Tomás quien se lo confirme.

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  30. Cuidado Doménico, existe una maldición árabe - algunos se la adjudican a los gitanos - que dice ojala te enamores. Lo que parecería un deseo amistoso, oculta que sufras el peor desengaño, que comiences a perder el control de tu vida, que vivas pendiente de ese ser del que te enamoraste.

    Deberías acordarte de ese pobre sevillano que fue el primero - dejando de lado a nuestro Mario - en sufrir esa maldición. El antídoto - Mario - puede ser que ya no funcione como esperabas.

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  31. Tranquilos nada está perdido. Dicen los que entienden de tute, que el que domina los ases y los treses maneja la partida, con reyes y caballos no, ¿ Y quien los tiene ?

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    1. No he jugado al Tute en mi vida, así que me imagino que los tiene Mario, pero hablo desde la ignorancia sobre
      las reglas de este juego de cartas.

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  32. Con el tema de cartas voy perdido, las únicas que me gustaban iban en un sobre, estampilla mediante se colocaban en un buzón y tiempo después recibías la respuesta. Hoy la cosa cambió y afortunadamente aparecieron unas hermosas botellas con las que puedes comunicarte tan bien, o mejor, que con aquellas cartas. Bienvenido Luigi.

    En casa del italiano, Carmen le pide irse a su casa. A la pregunta de éste si estaría Mario, ella le responde que estarían más tranquilos. Pienso que esa reserva del italiano es que se veía venir un interrogatorio donde él iba a confesar todo, tal como se lo dijo a Mario en Barcelona con tempestad incluida.

    Ahora me pregunto: qué pasaría se ella decide igual que los dos marchen hacia su casa y estando Mario, le comunique que acepta lo acordado en Barcelona y le muestra o deja visible la alianza que el italiano le obsequio.


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    1. No creo que Mario mueva un dedo, aceptara lo que Carmen decida, no le queda otra, siendo el Mismo Mario quien le propuso esta locura a Domenico, pero aprenderá una importante lección, no volver a confiar en Domenico.

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  33. Orgullo y cabezonaria nada más Torco ella sabe en su corazoncito que la única persona que daría si vida por ella es Mario

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  34. Chiquilladas temporales Torco, eso no va a ningún sitio, el italiano se larga dos o tres meses.
    Carmen se lo come y el lo sabe.
    Mi pregunta es ¿ Volverá?

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  35. A lo mejor le estoy buscando tres pies al gato y todo es pura deformación profesional pero este tipo de detalles son los que me dan de comer. Primero, Carmen dice “que bien follamos hasta el último día”, si no lo entiendo mal, habla de una relación terminada. Segundo, Carmen dice “Doménico ES un excelente anfitrión”, en presente como si lo siguiera siendo. Mario cuida los detalles, no se le escapa un tiempo verbal por descuido, tampoco el “hasta el último día” está puesto por casualidad. Son dos detalles que se contradicen, o lo parece. A mí me da por pensar que la historia de Domenico y Carmen tiene cuerda para rato.

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    1. Es verdad que hay algo ambiguo en el texto, no creo tenga ninguna intención oculta. “Qué bien follamos hasta el último día” puede ser del tiempo que estuvo hasta que se volvió a Italia o hasta que se acaba la relación, no lo sabemos todavía.
      En cuanto al tiempo presente que usa Mario en “Doménico es un excelente anfitrión”, yo no le doy tanta importancia como Dosoctavas, si me equivoco el tiempo lo dirá. Me llaman la atención otras cosas, lo guerreros que están algunos compañeros contra Domenico, le tenéis una manía curiosa, parece el malo más malo de la historia del cine, yo no lo veo así, desde el principio entendió el binomio Carmen-Mario porque ella le contó la historia con Carlos y como no es tonto supo lo que no tenía que hacer, separarlos. Lo ha dicho por activa y por pasiva sin embargo algunos os empeñáis en presentarlo como un canalla rompe parejas cuando desde el principio ha intentado advertir a Mario de lo que le pasaba. A Domenico le gusta Carmen a rabiar pero no quiere ser un Carlos versión 2.0
      Lástima que no haya más mujeres en el blog, seguramente compartirían mi visión, porque a vosotros os pasa lo mismo con otros, como Tomás, otro al que ponéis de canalla para arriba. No entiendo que os pasa.

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    2. He tenido la desgracia de cruzarme con tíos como Domenico, de hecho el último me costó mi relación con mi ex novia.

      Siento una desconfianza tremenda, seguramente inducida por lo que ocurrió, pero me es inevitable que todas mis alarmas se enciendan.

      Si Domenico puede medrar de forma sutil para separar a Carmen y Mario lo hara, otra cosa es que vea que no puede conseguirlo, se conforme con tener que compartir a Carmen con Mario.

      Yo no soy controlador, si mal no recuerdo no le he cogido el móvil a Nadia en la vida, algunos de sus compañeros de trabajo son como Domenico, yo intento ser cordial, no suelo poner mala cara y contesto con educación, pero la procesión va por dentro, me es imposible no ponerme en guardia.

      Nadia y yo ya lo hemos hablado, ella me dijo que no quedaría más con sus compañeros, le dije que no hiciera eso, el que tiene la inseguridad soy yo y no tenía porque pagarlo ella, además le dije que eso era cuartar la relación y así empezaba el principio del fin de una relación.

      Con algunos me llevo mejor y con otros peor, pero sigo sin fiarme de ellos, lo que quiero decir es que mi opinión no es imparcial en este tema.

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    3. Se me a pasado, otra cosa que me hecha para atrás de Domenico es la droga, sabes que Carmen no está bien, Mario te lo a contado, ¿y tu vas y le ofreces droga a Carmen?

      Si Lucía Domenico es un canalla, a sus acciones me remito.

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  36. Se supone que Domenico a venido para el fin de semana y luego regresa a Milán, sabemos por uno de los capítulos que pasados dos años Mario va a visitar a Domenico a Milán y es Domenico quien le pregunta a Mario por cómo está Carmen y Mario le contesta que esta bien.

    Eso me dice que la relación entre Domenico y Carmen no acaba bien, o bien Carmen se da cuenta que las alianzas que Domenico le a entregado son una pantomima para seguir manipulandola, Carmen es a Mario a quien ama, es con Mario con quien quiere ir a un museo, es a Mario a quien no está dispuesto a perder.

    Claudia utiliza la droga para retener a Carmen a su lado, si quieres más de esto no te alejes de mí, porque la usa Domenico para poder manipularla y que Carmen no vea la realidad.

    En cuento Carmen vea que Domenico es un bonito decorado, pero que detrás de eso no hay nada, Domenico habrá perdido.

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  37. Domenico a contado con todo lujo de detalles lo que hizo dejo de hacer con Carmen a todos sus amigos, creéis que Domenico hubiera hecho eso con la mujer que ama y quisiera casarse con ella de verdad.

    Lo primero que le ofreció Domenico a Carmen es droga, ninguna relación tiene recorrido cuando uno de sus pilares es la droga.

    Domenico no quiere a Carmen, quiere usarla en su veneficio.

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  38. Por eso no entiendo porque a elegido a Domenico, Tomás hubiera sido una opción más lógica, el ya era su amo por pedido de ella, además que Tomás si puede protegerla, cosa que parece que Domenico no puede hacer si vuelve a aparecer Mahmud.

    Espero que en los siguientes capítulos se aclaren todas las incógnitas.

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  39. Estás dando por supuesto que la relación terminó mal porque en un capítulo Mario y Domenico se ven dos años después en Milán, no tienes más datos y arriesgas bastante.

    He buscado la referencia, capítulo 90. Entre otras cosas Mario dice:
    “Dos años y medio después me encuentro en Milán. Son las diez y media de la mañana y saboreo un capuccino en una de las terrazas que bordean la Piazza del Duomo. Acabo de intercambiar unos cuantos mensajes con Carmen cuando veo avanzar por mi derecha a Doménico, puntual como siempre. Al saber que estaría en la ciudad quedamos en vernos.
    No nos damos la mano, nos abrazamos breve pero efusivamente. Ha pasado casi un año desde la última vez que nos vimos y la cordialidad que hay entre nosotros brota espontáneamente.”

    Vaya, Abrazos, cordialidad. Bastante diferente al encuentro de Barcelona.

    “Charlamos de mil cosas, es fácil hablar con Doménico. Me cuenta su nueva vida aquí en Milán, sus proyectos, su nostalgia de Madrid.
    Me pregunta por Carmen, era inevitable acabar hablando de ella. Aunque mantienen un contacto frecuente le pongo al día.”

    No parece la interacción entre dos personas enfrentadas por una mujer a la que uno de ellos, o los dos, han hecho daño, creo yo.

    Después le cuenta su versión del trío con Salif y se despiden.

    “Dentro de tres meses estaremos en Aosta – Le dije cuando ya nos despedíamos.
    –Ah, si.
    Era obvio que ya lo sabía.
    –¿Cuándo te lo ha dicho?
    –Hace unas semanas –Le di una palmada en la espalda antes de comenzar a alejarme.
    –Esperamos tu visita.
    –Por supuesto.
    –¡Mario! –Me volví. Doménico retrocedió lo andado y cuando estuvo a mi altura esperó unos segundos antes de comenzar a hablar.
    –Todo eso, lo que sucedió, ya lo habíais hablado, ¿no es cierto?
    –Si, por supuesto, además tú ya lo sabes.
    –Entonces ¿por qué has querido volver a…?
    –Otro encuadre. –le interrumpí –Me faltaba tu visión, tu enfoque. A estas alturas me conoces lo suficiente como para saber que no es afán de morbo lo que me mueve a hacerte estas preguntas.
    –Lo tengo claro.
    –Nos vemos en Aosta.
    –Buen viaje.”
    Es decir, dos años y medio después, la relación de Carmen y Domenico continua estable y a mi modo de ver, de una forma más serena por las tres partes.
    Disculpa el rollo pero quería aclararlo con datos.

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  40. Mirando las dos versiones de cómo se conocen Doménico y Carmen, con los puntos de vista de cada uno, con aquellos detalles que recuerdan y que les parecen importantes por separado, podemos intuir que aunque Carmen no había reparado en la presencia del italiano hasta que este le hace un gesto luego de que Carmen se deshace del moscón, el italiano que estaba en la cafetería desde antes de la llegada de nuestra protagonista, sí había reparado en ella. Vio cuando entró, la siguió con la vista, presenció todo el drama con aquel moscón y luego hizo alarde de humildad para sentarse en su mesa y poder conversar con ella.
    Desde el principio puso las cartas sobre la mesa le dijo que la iba a esperar en esa cafetería todas las mañanas.
    El italiano es directo con lo que quiere, y en este momento lo que quiere es a Carmen. De qué manera no tengo idea. Es posible que como una buena amiga con derechos, como una novia, como una esposa de mentiras, como "la sua puttana", pero sea como sea no le exige ni le da exclusividad.
    Ya vimos en la anterior relación, la llegada de sus amigos, la visita al club donde la exhibió como una propiedad y no como una compañera. Todo lo que hizo indicaba que Carmen tenía que prestarse a cada una de sus exigencias sin preguntar y si no estaba de acuerdo el juego se acaba.
    Es dominante y busca la forma de hacértelo saber desde el principio.
    Es quién manda y todos obedecen.
    Por su parte Carmen luego de aquella primera noche junto al italiano y a su todavía esposo con alianzas en aquella época; Mario, cuando estuvieron analizando lo ocurrido y comenzó la discusión que llevó a la separación, le dijo que ya no podía estar sin el italiano que lo necesitaba en su vida. Había pasado por la separación con Carlos, que le hizo tanto daño, además, la persona que más amaba le había dado la espalda, la había dejado sola en un momento donde más vulnerable estaba.
    Y aparece el recuerdo del italiano y ella se da cuenta de; - ¡Qué diferente era! Resolutivo, directo… cubría la parte de cariño y dulzura que necesitaba, además tenía una faceta de… mando de la que tanto Mario como Carlos carecían y que jamás pensó que toleraría en un hombre-
    La juventud, el vigor, la adrenalina, la sensualidad, la innovación y el deseo, juegan a favor del italiano.
    Puede que tenga muchos defectos, pero en este momento Carmen todavía se encuentra en la burbuja Rosa del encantamiento.
    Saludos.

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  41. Es verdad que arriesgo y no es menos cierto que no tengo datos, pero si pienso que esta vez van a terminar como la otra vez, discutiendo y Domenico volviendo a Italia.

    Me equivocare seguro, pero no deja de ser una ipotesis.

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  42. Tienes razón Lucía, lo mismo exagero y no tiene tanta importancia lo que he dicho de los tiempos verbales, ya lo veremos.

    También tienes razón en que hay una guerra generalizada en contra del pobre Domenico, a mí me cae bien precisamente por esa manía absurda que le tienen todos nuestros compañeros de blog, me parece tan exagerado que me pongo de su lado, esa histeria colectiva que se ha desatado contra él es absurda, alguno se apuntaría a lincharlo, es tan facil cuando estás arropado en un grupo de tíos exaltados vociferando, yo lo he visto a las puertas de un juzgado, gente normal convertida en salvajes llamando asesino a alguien del que no saben nada más que lo que ha salido en la tele y diez minutos después otra vez se vuelven ciudadanos normales, por eso no me sorprende lo que leo aquí sin atender a razones. Coño, que está escrito, que Domenico es un tío normal al que le gusta una tía y hace lo posible por acostarse con ella, el marido se lo pone fácil y cuando ve cosas raras en ella ¿qué hace, aprovecharse? No, avisa al marido.

    Tienes razón, harían falta más tías en el blog para dar un poco de sensatez a todo esto, pero la única que conozco aparte de ti, está muda.

    Lo que no se puede es revivir los traumas leyendo un relato, UN RELATO, y quemarte la sangre diciendo si yo fuera Mario haría tal cuál cosa, y viendo en Domenico o en Tomas al cabron que te jodió la vida, es un relato, coño, nada más.
    En fin, cada cual que haga lo que quiera pero son ganas de pasarlo mal pudiendo leer una historia y pasarlo bien.

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  43. Por alusiones.

    Procuro intervenir lo justito por muchas razones que no vienen al caso. No estoy muda, hablo poco.

    ¿Os imagináis a Claudia diciéndole a Carmen “frena” la segunda vez que se sirve coca? Por cierto, ¿habéis visto alguna vez a Domenico prepararse unas rayas? Pensad en esto y, de paso, leed la exposición que hizo Domenico sobre el uso que hace de las drogas cuando Carmen lo descubrió. Comparadla con la conducta de Claudia.

    Recordad este dialogo, Domenico le pregunta a propósito de la coca:

    —¿La necesitas?

    —Como tú, Domi, como tú, ni más ni menos.

    Claudia, por el contrario, no mostraría preocupación.

    Una persona a la que aprecio mucho dijo una vez en un acto público. Qué son los prejuicios sino heridas mal cicatrizadas que siguen doliendo al menor contacto con el entorno

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  44. Pues nada como veo que Lucía, Dosoctavas y Diva son los únicos que demuestras sensatez, que comenten ellos el diario de aquí en adelante.

    Yo por mi parte he quedado con una turba de bárbaros para ir a gritar a la puerta de un juzgado.



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    1. Cuidado con la ertzaintza que no se andan con bromas.

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  45. Desde que leí el capítulo sabía que los ánimos se iban a exaltar.
    Esto demuestra dos cosas, la primera que Mario escritor es un excelente autor de relatos. Y la segunda que el relato es tan bueno que cada uno ve reflejado en este escrito parte de su conciencia y busca la manera de resolver aquellos asuntos que piensa que haría de tal o cual manera para hacer más fácil la vida de los personajes.
    Yo siempre digo que veo los toros desde la Barrera, pero trato de no poner palabras o hechos en los actores, más bien tomo apreciación de los actos de estos para comprender mejor la historia.
    Cada uno de los comentarios que vertimos en este foro, donde venimos a divertirnos, es importante. Porque pone un punto de vista diferente a una historia en común.
    Es posible que algunos comentarios no nos agraden tanto como otros, pero también es cierto que cada uno es bienvenido. Esta es la clave de una sociedad sana donde todos podemos hablar con puntos de vista diferente pero entendiendo que somos más similares que diferentes.
    A todos mis compañeros un fuerte abrazo espero seguirlos leyendo por mucho tiempo.

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  46. Por cierto el título de este relato está muy bien colocado, ya se están formando las nubes y en los comentarios hay una "Tempestad".

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  47. Querido Apasionado, querido gruñón, te voy a decir una frase famosa que se originó en una convención de la Unión Cívica Radical, el partido que terminó con el fraude electoral que era costumbre en este país.

    Los ánimos estaban caldeados, es un error encerrar en una cancha de pelota paleta a gallegos, vascos, sicilianos y otras yerbas. Hasta que quien presidía el acto lanzó ese pedido que yo, humildemente te transfiero, calma radicales!!!!.

    Cuando la sangre vasca vuelva a su nivel, verás que nadie te recrimina tu opinión, esto es el Café la Humedad. Un fraternal abrazo vasco!!!.

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    1. No es por mi sangre caliente Torco, yo tengo mi opinion sobre Domenico y Tomás y nada ni nadie va hacer que la cambie, yo no quiero personas como Domenico y Tomás en mi vida ni el la vida de las personas que aprecio.

      Por lo cual creo que la mejor manera de llevar este tema por mi parte es guardar silencio, es la única manera que veo de no enturbiar el foro.

      Un fuerte abrazo para ti y tu compañera mi querido Torco.

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    2. Querido Apasionado, la vida es más compleja que blanco y negro. La variedad de matices es muy grande.

      Recordá que estamos leyendo una historia escrita, dónde a veces la objetividad sobre el juicio a ciertos personajes nos puede jugar una mala pasada.

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    3. No soy tan extremista para verlo todo en blanco y negro, siempre me muevo en distintos tonos de grises, pero reconozco que con este tema soy un gris marengo.

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  48. Eres terrible Dos Octavas, tuve que buscarlo en Google.

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  49. Vaya tragicomedia que estáis montando a costa del malvado italiano, lo estáis poniendo más interesante que el diario. Seguir que me lo estoy pasando bomba.
    Batman

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  50. Cada quien tiene su opinión, su punto de vista y su propia conciencia.
    Yo muchas veces he visto en la escritura de Mario autor algunos rasgos de mi propia personalidad en los actos de Mario protagonista.
    Principalmente en el hecho de dejar pasar tiempo antes de decir las cosas que me molestan o me preocupan lo cual hace que mi pareja piense que estoy diciendo alguna mentira o que oculto la verdad.
    Algunos personajes de la trama de este relato no me agradaron, como por ejemplo el conserje que se aprovechó de Carmen cuando ella empezaba con Tomás.
    Tampoco me agradó Santos el patrón del yate de Gerardo por creerse un sobrado.
    No me agrada Claudia y tampoco me agrada Ángel.
    Siempre pensé que Roberto era un aprovechado que estaba utilizando la influencia que tenía en ese momento para sacar beneficios carnales de Carmen.
    Carlos aprovechó la oportunidad que tuvo pensando equivocadamente que Carmen estaba traicionando a su esposo con Mario y quiso sacarlo de la ecuación para quedarse con Carmen y arrebatársela a su esposo.
    Pero cada uno de estos personajes le han dado a la historia ese grado que la lleva a ser única. Hace que nuestros personajes principales pasen por una serie de situaciones que estiran completamente la cuerda al punto de casi romperse. Llevan a Carmen y a Mario hasta el límite de sus propias personalidades.
    Carmen ha cambiado de ser una mujer fuerte, independiente hacer una mujer que llega a la sumisión incluso anhelando que la dominen.
    Mario ha tratado de cambiar su personalidad varias veces para tratar de ser aquel hombre que Carmen necesita pero no lo logra. Y lo que hace es echarse a un lado y permitir que alguien que tenga la personalidad correcta tome el control.
    No te sé que no he mencionado a Tomás, Doménico, Gerardo, Javier, Ramiro, y otros personajes con los que la relación tiene algunos componentes especiales que se pudieran tocar en otra ocasión.
    Saludos nuevamente y espero poder seguir leyendo sus comentarios

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    1. Según me parece, en el tema sumisión o la dominación es como un recreo, un juego o cambio de roles, que se toma Carmen.

      Ella es una mujer independiente, inteligente, con un bajage cultural muy rico. Por qué no pensar que esa sumisión o la dominación no es una forma de experimentar algo fuera de lo que es su rutina diaria.

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  51. No tengo ni intención ni ganas de volver a hablar del tema Domenico, cada uno tiene su opinión al respecto y eso esta bien, pero has comentado algo Shubert que me a parecido interesante.

    Mario ha tratado de cambiar su personalidad varias veces para tratar de ser aquel hombre que Carmen necesita pero no lo logra. Y lo que hace es echarse a un lado.

    Es mi opinión ojo, yo creo que cada uno tenemos nuestra personalidad, intentar cambiar a algo que no somos para mi es un error, mas cuando Carmen se enamoro de Mario con sus virtudes y sus defectos.

    Carmen ya tiene en Mario lo que necesita, de hecho se lo explica cuando están en Conil, con Gerardo se pasaría todo el día follando, pero no se iría a ver un museo con el, cuando intentas ser lo que no eres para intentar compensar algo que crees que le falta a la otra persona no suele terminar bien y te lleva a tomar decisiones catastróficas como en este caso le a ocurrido a Mario

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  52. Cuando te he comentado de que Mario trata de cambiar su personalidad para hacer el hombre que Carmen necesita lo digo por ejemplos puntuales.
    Como aquella vez que trató de lograr que esa mujer que le dio la oportunidad de acostarse con ella mientras Él trabajaba en Sevilla estando casada y con un hijo pequeño, y Mario falla al proponerle un tipo de negocio parecido al que Tomás tiene con Carmen. Buscaba ser un macho alfa como Doménico, un amo como Tomás y lo que consiguió fue perder la relación que tenía.
    Luego vino el intercambio en Conil, con esta pareja de amigos creo que él se llama Vicente y Carmen se comportó a la altura al entretener a su acompañante mientras Mario disfrutaba de una mujer que le llamó la atención en la playa nudista.
    Cuál fue el error de Mario tratar de hacer lo que hizo Doménico con Carmen, algo que él no pudo hacer en mucho tiempo y por eso le tocó ser mamporrero.
    En estos momentos Mario dejó su personalidad a un lado y trató de imitar a un hombre dominante que fuera el amo de la situación pero no lo logró.
    No sé si en algún punto del relato él logre llegar a esta personalidad dominante, pero por lo que veo siempre se hace a un lado cuando un hombre con mucha seguridad y dominio de la situación se hace cargo de Carmen.
    Le podemos poner nombres, Doménico, Tomás, Ángel, Gerardo, Santos y estoy seguro que en el resto de la historia encontraremos muchos otros nombres.

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    1. Por eso lo digo, cada uno tenemos nuestra personalidad, con nuestras luces y nuestras sombras, Mario no es un hombre dominante, pero tiene otras virtudes que siempre le han llevado a estar por encima de los demás a los ojos de Carmen.

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  53. ¿Y si todo fuera una treta de Mario?. Solo el conoce el trauma, solo espera que el huracán coja la máxima potencia y que todo salga de Carmen

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    1. Si fuera así, me parecería un arma de doble filo, Mario estaría tomando demasiado riesgo sin tener la certeza de que su plan pudiera funcionar.

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    2. No sé qué tan acertado estés en tus pensamientos Luigi, pero La tempestad inició desde el momento en que fue publicado el capítulo. Tiene menos de 5 días y ya van 80 comentarios al menos ha sido un éxito la discusión.
      Apasionado respeto tu punto de vista siempre, porque es sincero y muy emotivo, hemos hablado siempre del respeto que tenemos por cada uno de los comentaristas y de que tenemos que tratar de ver el relato como lo que es una historia que ya pasó, en el caso de que el diario sea real, o una historia que se está formando poco a poco en el caso, valga la redundancia, de que la historia esté siendo inventada por nuestro autor.
      De lo que sí estoy seguro es que es muy interesante además de entretenida y envolvente ya que las descripciones y narración nos hacen adentrarnos no solo en los hechos que se narran, sino en los sentimientos de los personajes.
      No vemos al diario como una historia normal de una página de relatos eróticos porque no solamente encontramos la parte de sexo.
      Encontramos vivencias, sentimientos y errores que puede cometer una persona en su actuar en su vida diaria.
      Es por eso que el diario genera tanta polémica, simple y sencillamente porque nos adentramos a la descripción de los sentimientos y empatizamos con nuestros personajes favoritos.

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    3. Tienes mucha razon shubert, pero yo creo que empatizo en exceso jajaja.

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  54. Decía Lucia que es una lástima que no haya más mujeres en el blog. Estoy de acuerdo, aunque de pronto aparecen comentarios como este de Torco
    “ Por qué no pensar que esa sumisión o la dominación no es una forma de experimentar algo fuera de lo que es su rutina diaria.”
    Y me resarce de esa carencia que sin duda aportaría otros puntos de vista más amplios como el que nuestro amigo Torco nos ofrece.

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    1. Turco tiene la cualidad de aportar serenidad con una visión distinta cuando parece que todo es A o es B. Será porque es abogado. Estoy de acuerdo, Carmen inteligente y culta y también independiente no la veo sometida sin voluntad excepto en casos puntuales (Ismael, El empresario Vasco, no me acuerdo del nombre), esos son casos en los que la violencia la supera porque la lleva a la situación que vivió cuando la violaron sus primos, en los demás casos, Domenico, Ángel, el bodeguero, ella se somete por voluntad propia, una manera de experimentar.

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    2. Dos Octavas el nombre era Gonzalo

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  55. La tempestad se dirige a las costas de TR, llegará mañana

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  56. No sé por qué mi comentario no salió.
    Opino que todos los personajes nos caigan mejor o peor forman la maraña de este magnífico relato.
    Pero la Carmen que me atrapó en el principio nada tiene que ver con la que observamos hoy. Una protagonista empoderada e inteligente ha dejado paso a una sumisa que curiosamente perdona a todos menos a su marido. Humillaciones, vejaciones, violaciones tanto de Ángel como de Ramiro. Muy fuerte
    Y cada nuevo capítulo me cuesta madrugar leer pero seguiré.
    Me ha costado leer como se despedía de Mario diciendo te amo y se encuentra con Domenico y le dice amor mío entregándose hasta el matrimonio que aunque legalmente nada signifique, sentimentalmente es del todo válido.
    Hace muchos capítulos que vaticine que la clave sería Mahmoud y ahora parece que así será. Y se que no va ser fácil de digerir.
    Desde luego el relato es magnífico y agradecerte, Mario, tú altruismo y muy buen hacer
    Un beso para los dos
    Giovanna

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    1. Tu comentario sí salió, lo que ocurre es que respondiste a un comentario de Aoasionado del dia 20 y quedó anexo por lo que resulta un poco difícil de localizar.
      Me alegra seguir contando contigo.

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    2. Hola Giovanna, Mario tiene razón, tu comentario está debajo de mi primer comentario.

      Un abrazo muy fuerte a ti y a Almudena.

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  57. Dos Octavas tuve docentes que nos inculcaron que nuestra misión - una vez recibidos- era abogar y según las necesidades litigar. Decían que la diferencia en la elección, si siempre ibas por la segunda, como método de solucionar conflictos eras un mediocre.

    Gracias a vos y a Diva .

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  58. Querido Torco, en mi opinión la sumisión de Carmen no es cuestión de experimentación, opino que esa parte de ella siempre a existido y se a mantenido en letargo durante años.

    Mario fue el que le enseño todo lo que sabía de sexo, pero Mario no es un hombre dominante, por lo cual no pudo despertar esa parte de Carmen que seguía dormida.

    Después vino Carlos, el tampoco era dominante, así que Carmen siguió sin experimentar esa parte de ella, fue con Domenico donde esa parte sumisa que vivía aletargada dentro de Carmen despertó.

    Carmen sigue siendo una mujer independiente, fuerte e inteligente en su vida diaria, solo es sumisa en el plano sexual y cuando se dan una serie de condiciones.

    Un abrazo muy fuerte amigo.

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  59. Siento llevaros la contraria Torco y Diva pero Apasionado lleva la razón, lo que pasó con sus primos le marcó y cuando se encuentra con un carácter fuerte reacciona con una conducta sumisa.

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    1. Buenos días.
      De acuerdo, lo cual no invalida la propuesta de Torco. En situación normal, sin presiones, Carmen puede sentirse atraída por experimentar conductas de sumisión sin que intervenga la violencia. La relación con el bodeguero es un ejemplo y Domenico es otro caso, no recuerdo que le haya tratado con violencia física ni verbal.

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    2. Aunque supere el trauma, esa parte de ella seguira vigente, lo que creo que combiara será que no se quedará bloqueada cuando alguien ejerza la violencia con ella, es muy probable que de ahí en adelante Carmen se defienda, pero respecto a Domenico, la relación que mantiene con el no creo que varie, Carmen disfruta siendo sometida por Domenico, para mi esa es la base de su relacion.

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    3. No me extrañaría que la vuelta de Irene y Graciela no tardará en llegar, creo que Mario no sólo va intentar que Carmen se sienta completa, sino rodearla de personas que de verdad la quieran y la protejan.

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    4. Tan cierto como que ella misma se da cuenta cuando le da las llaves del coche para que conduzca y piensa esto, “acababa de llegar y volvía a cederle el control hasta en los más simples detalles”. Todo su feminismo y su independencia se va a la mierda en cuanto aparece Domenico.

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  60. Pero hay algo en lo que ni Domenico va a poder ejercer su dominio y es en el deseo que tiene Carmen en terminar aquel encuentro que tuvo con Mahmud.

    Nadie va conseguir parar a Carmen, creo que Mahmud le va hacer mucho daño a Carmen, tanto que tal vez Carmen consiga desbloquear los recuerdos de su infancia.

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  61. Hay veces que Carmen me hace acordar a un personaje que encarnaba nuestro querido y recordado cómico Alberto Olmedo. Le entraban a robar en la casa, le pegaban a la mujer, le rompían los muebles... El tipo nada, ni se mosqueaba. En un momento del sketch, uno de los ladrones (por ejemplo) abría la heladera y comía una aceituna..... "Aaaaaah noooooo.... Me pongo loco!!! Las aceitunas nooooo!!!!"
    Así veo que actúa con Mario. Está Domenico. La (los) inicia en el consumo de drogas. La ofrece a sus amigos como un mero pedazo de carne.... Es el dueño suyo. Ángel la viola. Está perdonado. Claudia la humilla hasta los niveles más bajos imaginables, la obliga a consumir drogas que ni siquiera puede reconocer... Es una mujer muy atractiva. Tomás. La prostituye para conseguir mejores negocios....Otro dueño
    Pero aparece Mario, y pide ayuda sin que se entere para poder enfrentar entre varios sus problemas y que se sienta mejor.... Aaaaaahhh nooooooo.... Me pongo loca!!!! S me quiere ayudar noooooo!!
    Como siempre, excelente calidad en el relato. Capitulo de esos que se leen con un nudo en el estómago
    Abrazo a todos

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  62. De todas maneras, Carmen no está sometida a Domenico, si no a sus propios deseos, al final del capítulo Domenico se desespera y grita a Carmen cuando ve que Carmen comenta que Mahmud ya tuvo oportunidades para hacerle daño.

    Domenico es consciente que Carmen no buscara a Mahmud, pero si se encuentran Carmen no se opondrá a lo que pase, porque eso es lo que Carmen desea.

    Una persona que tiene sometida a otra, no tiene necesidad de levantar la voz, Carmen sigue siendo la mujer independiente de siempre, ella decide y si su decisión es someterse a Mahmud, Domenico no podrá hacer nada.

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  63. Yo creo que una mujer feminista no deja de serlo por decidir libremente en someterse a un hombre, porque es ella la que elige hacerlo, como en este caso Carmen, tal vez me equivoque, si es así corregidme, por favor.

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  64. Todo lo que expone Dos octavas, va por el camino correcto.

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  65. No creo que la intención de Mario sea que la cuiden y la mimen, sino todo lo contrario.

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    1. Luigi, yo eso no lo veo, que sentido tiene que Mario quiera llevar a Carmen al límite, si no tiene la solución al trauma que atenaza a Carmen.

      Si la intención de Mario fuera que le hicieran daño, Mario se convertiría en el villano por excelencia de TR.

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  66. FLEXYCAMIN no veo el sentido del ejemplo, también soy argentino y conozco el sketch del que hablas. el mismo tiene muchas diferencias a saber:
    El tema de la droga en casa de Doménico se da en un contexto donde Carmen intenta que, al solicitarle la droga al italiano, su marido reaccione pero falla en su intento.
    Con la violación que comete Ángel, ella analiza como se dieron los hechos, no lo perdona, lo entiende y se convierte en su amante.
    La relación con Claudia se da en un momento muy especial. Se siente sola, abandonada, repudiada por su marido no entendiendo que él que la convención de este tipo de vida ahora la insulte. Algo de esa mujer la subyuga, pero sabe que debe tomar distancia.
    Tomás acepta que forme parte de sus chicas, cuando se da cuenta que no puede convencerla de lo contrario, sabiendo que resuelta a realizar su voluntad, prefiere que lo haga con él a que caiga en manos que puedan hacerle daño.
    Con respecto a Mario, a ella la saca de sus casillas esa actitud de su marido - en eso se puede dar la mano con mi mujer, ya que a veces tengo la misma conducta - al ocultarle cosas.

    En otro orden, Dos Octavas y Apasionado creo que la situación vivida con sus primos y su deseo de experimentar sumisión o dominación son cosas muy diferentes. En el primer caso es abuso de una menor. Nada tiene que ver con aceptar una sumisión o dominación.

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    1. Torco, yo me refería a que Carmen siempre a llevado esa parte sumisa dentro de ella, que era parte de su personalidad, desde que nació, pero no se habían dado las condiciones para que saliera a la luz, hasta que conoció a Domenico.

      La atroz violación la a afectado de otra manera, cuando le fuerzan a hacer algo contra su voluntad Carmen se bloquea incapaz de defenderse, para mi esas son las consecuencias de ese hecho deleznable y atroz.

      Esta clarisimo que es un aspecto de su vida sexual que le a gustado y que Carmen disfruta mucho.

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  67. Creo que se dan dos clases de dominación, una brusca y violenta, al estilo de la fusta de Mahmud, los golpes del conserje que no quiero recordar el nombre, el bodeguero es daño colateral, sirvió en su momento para sacar esa ansiedad que tenia Carmen en ese instante.
    El otro tipo es el que se ejerce sin violencia, solo con palabras, sin que sean malsonantes ni en tono alto.
    Aquel que ejerce Doménico, que habla y Carmen inmediatamente obedece, solo por el deseo de que él esté orgulloso de ella, o el de Claudia, que le dice que quiere un té y ella se lo prepara y además limpia la cocina para hacer el trabajo completo. Luego la misma Carmen se pregunta por qué lo hace.
    Tomás ejerce otro tipo de dominio, lo hace desde la paternalidad, protegiendo pero exigiendo al mismo tiempo.
    Ángel que logra que Carmen pierda los papeles sin importar el lugar en que se encuentra, jugando con las posibles consecuencias de ser encontrados.
    Que Carmen se encuentra con Mahmud, yo pienso que puede ser muy provechoso para la misma, ya que el vió en ella algo, que ni ella ni nadie había visto. Por mucho que Doménico diga que el creo a la puttana, el que saca esa fiera y fuerza de Carmen es Mahmud. Ella no solo desea los golpes en los que nuna he estado de acuerdo, ella desea esa capacidad de separar el sentimiento para ser su máxima expresión.
    Ella se entrega completa, y eso hace que sea complicado, como paso con Gerardo, con Emilio, con el propio Ángel y con el bodeguero, con los cuales la relación ha pasado de lo que debería ser, cliente - acompañante, a ser algo personal e íntimo.
    Puedo estar equivocado y ese es lo mejor, que aquí nadie tiene la última palabra, sino el autor y su asesora que está allí halando sus orejas para decirle, "si pero, Sam" y que él pase borrador y comience nuevamente.
    Saludos desde un nuevo país futbolista.

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  68. Torco,, te acompaño en tus sentimientos, pero recuerda que los Sayayín atraen mujeres de carácter fuerte.

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  69. ¿Porque hace tanto calor?, así no hay quien pegue ojo.

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  70. Como es habitual en ti, Shubert, has hecho un trabajo muy bien elaborado aunque no estoy de acuerdo en que la vuelta de Mahmud sea provechosa sino todo lo contrario. Si su mejor amigo le advierte de lo peligroso que es es porque conoce su historia mejor que nadie y Domenico no es de los que se asustan con facilidad. Mahmud siempre me ha parecido un personaje siniestro, cuanto más lejos esté, mejor.
    Ay, la asesora en la sombra. Tócala otra vez, Mario.

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    1. Cómo eres, Lucía, juegas con la ambigüedad y me provocas.

      Mi asesora en la sombra, mi Ingrid Bergman particular no me tira de las orejas, su «sí, pero, Sam» a veces se limita a levantar una ceja, a fruncir el morro o a decir, «sí, está bien», cuando todo, el gesto, la voz, la mirada dicen lo contrario. Entonces tengo que tocar otras teclas hasta obtener lo que quiero oír, lo cual no es sencillo. A kiss is more than just a kiss, ya me entiendes, tú “tócala otra vez” no era un mensaje inocente, Luci, que nos conocemos.

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  71. Shubert, comentas que el encuentro de Carmen y Mahmud podía ser positivo para Carmen, pero a Domenico le aterra que ese encuentro se dé, ¿que sabe Domenico y está ocultando a Carmen?

    Domenico le dice a Carmen que Mahmud no es de fiar, pero no termina de decirle todo lo que sabe a Carmen, otra cosa que me escama es que Domenico parece haberlo desterrado, pero es como si no pudiera hacer nada más.

    Que tendrá Mahmud contra Domenico para que esté le diga a Carmen que si ella cae en las garras de Mahmud no podrá hacer nada.

    Lo digo, porque nos hacemos una idea de como actuaría Tomás y no veo a Domenico menos poderoso que Tomas.

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  72. Acá ahora dos grados con una humedad de los mil demonios. Hagamos un trato Apasionado, te envío algo de este frío de porquería y v os mandame unos quince grados.

    Gracias Shubert por tus "condolencias". No olvides que acá se lee a dúo, ja ja ja.

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    1. El problema en si no es la temperatura, hoy por ejemplo estamos a 20 grados, pero con una humedad del 80%, me he duchado a la mañana y nada más salir de la ducha ya estaba sudando.

      Te metes en la cama y tienes la sensación que las sábanas están húmedas (no penséis mal), al rato de estar metido en la cama las sábanas se te pegan en el cuerpo, es agobiante.

      Pues no me importaría nada que nos pasaras un poco de ese fresco Torco, el verano no es la estación que más me entusiasme.

      Pero bueno es lo que toca y al mal tiempo buena cara.

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    2. Antes Shubert a comentado a Torco que a los saiyajins les atraen mujeres de caracter fuerte, me imagino que conoceréis Dragon Ball, si no es así, es un maga y anime japonés, su protagonista es Goku un saiyajin que está casado con Chichi, (Milk en latinoamerica).

      Chichi es una mujer de carácter muy fuerte, el único ser en el universo que teme Goku, en uno de los capítulos Vegeta otro de los saiyajins, le explica a Goku que es por la sangre saiyan que corre por sus venas, que se sienten atraídos por mujeres de carácter muy fuerte.

      Yo también debo de serlo porque una de las cosas que más me atraen de Nadia son su fuerte carácter y su determinacion.

      En mi caso Nadia se a ganado el cielo por tener que aguantarme.

      Un abrazo muy fuerte para ti Torco y otro para tu compañera.

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    3. Por eso lo dije, precisamente porque nos toca ser los amorosos compañeros de guerreras Valkirias. De expertas Amazonas que no dudan en mostrar su fuerza cuando no le gusta lo que escuchan.

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    4. Lo se, pero no todo el mundo conoce a los saiyajins y no está de más ponerlo en contexto, jejeje.

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  73. Es verdad Shubert, esas Valkirias han salvado nuestras vidas, han ayudado a que seamos un poco mejor.

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  74. He leído los comentarios en TR, que si el relato a perdido exotismo, que si Carmen a perdido interés ETC, ETC.

    Lo que ninguno de ellos comprende es que Mario relata la vida de Carmen y Mario al más mínimo detalle, eso es difícil de verdad.

    Escribir un relato de nueve minutos donde una pareja aparece follando es fácil, lo difícil es escribir un relato durante 17 años y que el relato no pierda su esencia, otro aspecto es que la narración y escritura mejora con cada capítulo.

    Cuando lees el diario, las escenas candentes arden con mucha intensidad, sientes el dolor de cada personaje como si te lo estuvieran haciendo a ti mismo, ¿que el relato a perdido interés?, tenemos que estar leiendo Relatos diferentes, la gente se queja de vicio, he leído libros después de pagar por ellos que no le llegan al diario a la suelo del zapato, pero el caso es quejarse.

    Que injusto llega a ser el ser humano.

    Mario, Carmen amigos y compañeros del blog, un fuerte abrazo para todos.

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    1. Te lo agradezco de corazón, Apasionado.

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    2. No tienes nada que agradecer, nosotros tenemos que agradecerte a ti por compartir una joya como es el diario sin pedir nada a cambio.

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    3. Bruto.
      La mayoría de las veces veo las cosas de diferente manera, pero yo también miro los comentarios en TR
      y pienso que algunos, no todos, son injustos y que sí no quieren leerte que no lo hagan, estoy de acuerdo con tu comentario y lo mejor es que no veo el momento de leer el siguiente capítulo.
      Y Cayo, no es peloteo, creo que como yo hay muchos, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid qué hay del nuevo capítulo, este digas lo que digas se ha quedado cojo, le falta el reencuentro con Mario.

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  75. Habría salido un capítulo de doscientos minutos y eso no me lo perdonaría nadie.
    Paciencia, el 189 está más adelantado de lo que os imagináis.

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  76. Me quedé pensando, el capítulo anterior, queda en suspenso cuando Carmen recibe un mensaje, y ella dice quien podrá ser a esta hora. será que el mensaje que recibió Carmen fue de Andrés, y si Mario escritor hizo algún comentario al respecto en este capítulo, no lo he visto, aunque ya leí este dos veces.

    Mario quien manda ese mensaje, que por el contenido hace sentir que es urgente hablar con esta persona. y no haces mención de ese mensaje en el presente cspitulo

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  77. Cuando están celebrando la supuesta boda entre Doménico y Carmen, el hecho de gravarlo, me da la impresión que es para que lo vea Mario, pero no me gusta que también estén grabando la celebración después de la ceremonia protocolaria. es decir. la consumación del acto. dónde Franco hace tomas en primer plano de la penetración, y después que Carmen comenta que le dió gusto satisfacer a Doménico aunque ella no llegó, pero se desquitó con franco que si logro varios orgasmos con el.
    Haber si no cae en manos inapropiadas estos vídeos.

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  78. Mis comentarios suelen ser duros, sobre todo los primeros después de leer el capítulo, pero siempre defenderé el diario, yo llevo unas semanas atascado con mi último relato, las ideas no fluyen, lo he probado todo, hasta hacer yoga, nada a funcionado.

    Después entro al diario y pienso, 17 años publicando, eso me da ánimos para seguir, si el diario fuera un libro, estaría en mi estantería donde descansan mis libros favoritos.

    Se acabó el descanso, a currar.

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    1. Apasionado, escríbeme por favor un mail para recordarme tu cuenta de correo. Necesito comunicarme en privado contigo.

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  79. Bruto, preguntabas por el próximo capítulo. Ya dije que està muy avanzado, se titula “En el ojo del huracán” y de momento está en torno a los cincuenta y cinco minutos, no creo que los supere. Julio es un mes complicado con los cursos de verano pero sacaré tiempo para depurar, estoy tranquilo en ese aspecto, tanto como para haberme metido a estructurar el siguiente, “La calma” que ya sería para finales de septiembre porque agosto no me veis el pelo.

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    1. Querido Cayo, con eso contábamos, un capítulo y a septiembre, que para una vez que te mandé a galeras hay que ver cómo te pusiste, me bautizaste y todo.
      En serio me alegra que llegues con casi todo hecho, ya sabemos que el verano lo tienes complicado.

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  80. Anda ya, si a estas alturas vas por 55 minutos dentro de una semana estarás por los setenta, si te conoceremos…

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  81. Dicen que cuando estas en el ojo del huracán, si miras hacia arriba ves el cielo despejado, sientes una calma total, eso si, en el momento que llegas al final del ojo, el huracán vuelve a alcanzarte con toda su intensidad.

    Veremos como se desarrolla todo.

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  82. Anunciada la tempestad, hemos tenidos algunos chubascos como la confesión de Doménico sobre la conversación que mantuvo con Mario en Barcelona con la "cesión de derechos " incluida, la bronca o cabreo de Carmen que se transformó en aceptación, casamiento, entrega de "alianzas simbólicas" y una noche de bodas muy especial.

    Ahora, el servicio meteorológico nos anuncia la llegada del huracán Carmen, me imagino.

    A su llegada, no me queda dudas quién quedará en el ojo del mismo.
    Al darse el encuentro entre Carmen y Mario, creo que podrá pasar algo parecido luego de la crisis de semana santa.

    Es muy difícil que ese diálogo prospere cuando una de las partes cargue una mochila con despecho, angustia, desolación. En esa crisis era él quien la cargaba, ahora es ella. Porque esa renuncia de Mario le suena a rendición, a traicionar su vínculo. No importa que él lo haya hecho como un acto desesperado, con todo el amor que siente por ella. Es como cuando escribimos un mensaje, que se queda en letra muda, muda de sentimientos.

    Ojalá la sangre no llegue al río y el ojo del huracán no se convierta en el título del capítulo 72.

    Revocas una sentencia en mi contra muy dura , rescatas una botella mal arrojada a la mar, hermano tu cariño, lealtad demostrada durante todos estos años, vale mucho más que MAKE IT COUNT. Aunque te diría que sería hermoso una noche serena de verano, al arrullo de los pinos, con el sonido del mar a lo lejos, rodeados por el brasero protegiéndonos de esa brisa traicionera y una copa de ese elixir.

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  83. No me hables de agosto Mario, todos quieren coger vacaciones en agosto, llevan dos días discutiendo entre ellos, ya verás como al final nos quedamos cuatro en la empresa, va a ser muy divertido sacar el trabajo adelante.

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  84. Un relato para fines de septiembre, el mejor regalo.

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  85. Querido Apasionado, no sé como dirimen las vacaciones en tu empleo, si por antigüedad, por consenso, por especialidades para poder cubrir eventualidades.

    De no haber un método fijo, hay uno que nunca falla. Es aquel que se basa en dos principios fundamentales. La jerarquía no es un mito y el árbol nunca orina al perro.

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  86. Pues novse como va Torco, pero me imagino que será por antigüedad, como yo siempre me las cojo en septiembre, nunca he tenido que discutir con nadie.

    El problema rs que el grueso de la plantilla tienen una antigüedad parecida.

    Me imagino que al final el jefe pondrá orden como siempre.

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  87. Me huelo que una de las cosas que van a salir de esta tormenta es la reconciliación con Tomás, no preguntéis por qué, es una corazonada y no suelo fallar. Será en él ojos del huracán o en la calma? A tanto no me atrevo.

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    1. Siento darte una mala noticia. La calma es el final.

      Tomás muere ahogado en sus propias lágrimas de tristeza, Carmen, atormentada por la pena, se suicida clavándose en la yugular la pluma con la que Mario escribe sus memorias, ah, no, que escribe en el ordenador. Bueno, se suicida dándose cabezazos con el Macintosh que Mario guarda como una reliquia y éste, al verlo convertido en chatarra, se desespera y se clava la placa base en la femoral. Domenico no lo supera y se alista en los marines y se va a combatir a los talibanes.

      Esto te pasa por elucubrar sin permiso. Dos Octavas, que te sirva de lección.
      El capo.

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  88. ¡¡¡Menudo susto!!! Eso no se hace, lo de la calma es el final ha sonado como el “Hasta aquí” famoso.
    ¿Has probado a escribir un relato de humor erótico? Triunfarías.

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    1. Yo al leerlo he pensado que con el episodio la calma llegaba a su final la parte que empezó en fuego cruzado.

      Ni se me a pasado por la cabeza lo que a comentado Lucía.

      Menudo día de empanado llevo hoy.

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  89. Yo ya no me atrevo a elucubrar nada, por capítulos que nos dan pinceladas del futuro sabemos que Mario y Carmen lo arreglaron y que Tomás terminó siendo alguien importante para la pareja.

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  90. Según pude enterarme, el ojo del huracán es la zona calma del fenómeno, no así las paredes que forman su perímetro, que se puede extender entre los 15 a 50 km aproximadamente. Éstas se componen de nubes densas, en esta región se localizan los vientos más intensos.

    Como metáfora, estar en el ojo del huracán, significa estar en el punto de mira, ser centro de la atención mediata o estar en el candelero.

    También sería una situación profundamente difícil o controvertida
    que afecta o interesa a mucha gente.

    Si tenemos en cuenta que la relación abierta que mantienen Carmen y Mario, por varias razones que todos conocemos, no se maneja en un ámbito de confidencialidad necesario, y que esta situación es por un número considerado de personas que participan o tienen conocimiento de la misma, la metáfora puede tomar forma en cualquier momento.

    Si la relación abierta que mantengo con mi pareja no se mueve en el ámbito al que me referí anteriormente, es como considerar que existen dos mundos en donde me muevo. Entonces hay un porcentaje muy alto de que ambos mundos pueden quedar expuestos y eso sería como chocar con alguna de las paredes del ojo.

    que afecta o interesa a muca gen

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    1. El capítulo 187 cuando Mario habla con su suegro y su cuñada, explica la nueva vida que el y Carmen llevan, eso también los pone en el ojo del huracán del padre, la madre y hermana de Carmen.

      Una pregunta lleva martilleandome la cabeza desde entonces, Mario y la madre de Carmen son muy buenos amigos, pero lo seguiran siendo una vez que la madre de Carmen sepa la verdad?

      Otra pregunta sería, ¿como será el encuentro entre madre e hija?

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  91. Lección aprendida jefe, vaya final apocalíptico te has montado, Tomás ahogado en sus propias lágrimas, Carmen dándose de cabezazos contra un Macintosh nada menos y Mario llorando por el trasto en vez de hacerlo por su mujer, que friki, y se mata con la chatarra. Te has superado y me dejas sin palabras. Genial

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  92. Volviendo a la propuesta de Dos Octavas, creo que Tomás tardará en volver a aparecer en escena. Carmen está muy molesta con él y tiene otros asuntos más graves por solucionar.

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  93. Opino como Lucía, ahora mismo uno de los problemas que tiene que solucionar se llama Mario, espero que esta vez Mario sea sincero del todo con Carmen y no sé guarde nada.

    Porque si no lo hace, lo del Macintosh estampado en una cabeza, se va a hacer realidad, pero no va a ser la cabeza de Carmen precisanente.

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  94. Venga, va.
    Hace mucho que no hacemos un adivinanza con premio. Al que la acierte se lleva una extracto del próximo capítulo.

    ¿Qué tienen en común, el Ouroburus y Cronos con el Origen del Mundo?

    Las respuestas por privado al mail que ya conocéis.

    (Por supuesto, está relacionado con la trama del próximo capítulo)

    Venga, a poner las neuronas a funcionar y nada de dar pistas en el blog.

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  95. ¡Me gusta, me gusta!, tengo algunas ideas pero voy a documentarme. Es como volver a investigar en la facultad, qué guay!!!

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  96. Una pregunta a mis compañeros de tertulia del café. Hace unos días TR cambió su presentación. Estaba navegando con la antigua, junto al amor de mi vida, fruto de mis desvelos y alegrías, cuando de repente en la pantalla aparece el nuevo formato.

    Y cuál es su reacción: "Qué hiciste", a pesar de que mis manos estaban a buen resguardo de cualquier tecla. Quiero saber si alguno de ustedes les ocurre, les ha ocurrido una situación de este tipo.

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  97. Ando muy perdido con Cronos pero el ouruburus y el origen del mundo los tengo, me falta enlazar el cronos si lo consigo he dado con una explicación bastante porno. A ver si me llevo el premio.

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  98. ¿Queréis saber que tienen que ver Ouroboros y Cronos con la creación del mundo?

    ¡¡¡Que Mario es un toca pelota!!!

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    1. No sabes con quien te has metido, pequeño. Como dijo el poeta del rap, I’VE GOT THE POWER.
      Bruto, amigo, ve afilando el glaudius.

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  99. Llevo toda la mañana con Ouroboros pata arriba, Cronos para abajo, utilizo cada descanso para documentarme, me están entrando ganas de comprarme un colgante con la forma de la serpiente comiéndose la cola, también conocida como Jörmungander en la mitología nórdica.

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  100. Con que Gladius heee, yo voy a sacar filo a mi guadaña jajajaja.

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  101. Mitos y leyendas del diario.

    No voy a pensar en el viejo Cronos - asemejarse a Mario protagonista -castrado por un Dios más joven Zeus - encarnado en Doménico - que la tiene tan larga que se la morder el mismo.
    Eso sería una visión demasiado porno del relato

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  102. Bruto.
    A tus órdenes, el gladio ya está listo para pinchar y las legiones en formación, tus mulas listas como siempre.

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    1. Devuelve a las mulas en el próximo vuelo, Bruto, no quiero usar drogas en esta guerra.

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  103. Anda que parecéis Asterix y Obelix pero en romanos.

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  104. Lucia tiene razón.

    Ya os vale, jajajaja.


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  105. El concurso se me a dado fatal tres respuestas y las tres fallidas, he sacado un cero patatero, pero reconozco que como soy un enamorado de las mitologías Griega y Nórdica me lo he pasado bien, además he podido profundizar en la mitología Egipcia y descubrir las mitologías India y China.

    Vamos, no hay mal que por bien no venga, Dosoctavas te felicito, eres el que más se ha acercado.

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  106. Eso dice Mario. Felicidades Dos Octavas. Yo me he liado con Cronos, Saturno devorando a su hijo, El uroborus devorándose a sí mismo. Recordaba que Gabriel el fotógrafo le hizo una sesión en la que la pone en una pose muy provocativa y dice que le recuerda el lienzo de Courbet titulado el origen del mundo. Lo busqué, es del año 2021, “La soledad”, por si queréis verlo. Imagino que por ahí va la adivinanza pero no encuentro el nexo con el ouruburus y cronos, me doy por vencida, solo se me ocurren cosas muy sucias que no voy a deciros.(soy una chica muy tímida)

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    1. La pregunta era que tienen en común Ouroboros y Cronos en el origen del mundo, pues en eso me centre, dejando de lado el diario hasta que Mario me hizo ver que mis respuestas nada tenían que ver con este.

      Una de mis respuestas fue que lo que tenían en común era la inetavilidad, Ouroboros podíamos tomarlo como la vida que nace sabiendo que un día le llegara la muerte, Cronos también simboliza la inetavilidad, sus padres le dijeron que su destino sería ser vencido por uno de sus hijos, Cronos hizo todo lo posible para que esto no sucediera, llegando a comérselos.

      Pero al final Zeus sobrevivió y termino derrocandolo, igual que el ser humano no puede escapar a la muerte, Cronos no pudo escapar a su destino, siendo los dos inevitables.

      Me quede más hancho que largo, pero la realidas es que estuve más cerca del cero que del acierto, así es la vida.

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  107. Lucía, por favor, tú tienes de tímida lo que yo de Obispo de Astorga. Ilústranos.

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  108. Shubert comentaba en mitos y leyendas del diario que no quería ver a Cronos personificado en Mario siendo castrado por Domenico que personificaria a Zeus.

    Pero si lo miramos detenidamente, a sido el mismo Mario quien se a castrado a si mismo, Domenico no tiene esa potestad, Carmen se lo a dicho infinidad de veces, Mario siempre estarás por encima de los demas.

    Pienso que Mario no escucha a Carmen cuando ella le habla, o escucha lo que a él le interesa, la verdad es que sigo sin entender que le llevo a tomar una decisión como la de renunciar a Carmen y otra duda que tengo es como se las va a arreglar para reparar el agrabio hecho a Carmen, porque si Tomás decepcionó a Carmen, Mario no sólo la ha decepcionado, la a puesto muy furiosa, si Mario sale bien parado de esta es para hacerle un monumento y otro más grande a Carmen por aguantarlo.

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  109. Lo primero que se me vino a la cabeza al ver el símbolo del uroborus fue una felación, la mente es libre de pensar lo que quiera, mi chica me llamó depravada, luego se partió de la risa y me dio la razón, tened en cuenta que ambas somos bi, no lo he ocultado nunca aquí en el blog, no le hacemos ascos a un buen uroborus, jajajaja. Cronos, me llevó al cuadro de Goya, Saturno devorando a su hijo, más de lo mismo y me imaginé a Mario cumpliendo su sueño bisexual con Domenico. Por último, el cuadro de Courbet representa para mí a Carmen disfrutando de los dos de lo lindo. Pero no me atreví a planteárselo a Mario. Por tímida.

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    1. Mal hecho, Lucía. No obstante, te lo daré por presentado.

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  110. La pregunta, Aoasionado, era qué tiene que ver el Ouroburus y Cronos CON el Origen del Mundo, CON, no, EN, ademas renarqué en mayúsculas el Origen del Mundo como pista. Detalles pequeños pueden llevar a equivocar el rumbo de la búsqueda.

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  111. TORCO: No hay duda, salvo Dos Octavas, para el resto lo esencial es invisible a los ojos.

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  112. Que quieres que te diga, si me hablas de Ouroboros y Cronos y me hablas del origen del mundo, me centro en la historia y la mitología y busco que tuvieron que ver con el origen de la civilización.

    Lo que no me voy a imaginar es que me estas hablando de un cuadro pintado por un tío que no he oído hablar en mi vida, desde que empezaron a decir que cuatro hierros torcidos era arte, dejó de interesarme.

    Si me hablas de Cronos me hablas de la Titanomaquia, una guerra fascinante entre los Olímpicos y los Titanes, si me hablas de Ouroboros me hablas de un símbolo que tiene millones de años de Historia, un símbolo que a sido importante en las mayores civilizaciones de la historia.

    Como ya he dicho, no he ganado el concurso, pero he ganado en sabiduría y eso también es importante, otra cosa que he aprendido es que para el siguiente juego hay que pensar con la mente sucia, jajaja.

    El cuadro lo he buscado, sinceramente no tiene nada de especial, pero no es la primera vez que me dicen que no tengo ni puta idea de arte, tal vez esa persona que me lo dijo estaba en lo cierto, quien sabe.

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  113. Con mis palabras no quiero quitarle mérito al pintor del cuadro el origen del mundo, seguramente en su época sería un escándalo y del todo transgresor, pero sigo diciendo que no tiene nada de especial.

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  114. Lucía casi la has calcado, hemos pensado casi lo mismo. Cuando empecé a estudiar las piezas el ouruburus me imaginé a cierto cantante haciendo barbecued ribs en la barbacoa de la sierra con las costillas que se quitó para poder hacer cositas raras. Soy un poco bestia ya lo sé, mi teoría va más lejos que la tuya, es parecido a lo que hicieron Domenico, Salif y Carmen, esta vez con Mario. Los detalles los pones tú, pervertida.

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    1. No se porque me da que Mario no va a ser el protagonista, Domenico, Carmen y otro, pero tengo claro que no será Mario, Carmen está demasiado furiosa, para perdonar a Mario tan rápido.

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  115. Jamás lo hubiera pensado. Lucía y Dos octavas, por aproximación sois los ganadores del peor concurso de la historia del blog, pido perdón por lo mal organizado que ha estado. Como dijo uno que no quiero recordar, lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir. Y de mí sí os podéis fiar.

    En unos días preparo el extracto —donde podréis entender el embrollo de, Ouroborus, Cronos y la gruta del tesoro— y os lo envío a vuestro mail.

    Gracias a todos por participar

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  116. Lucia, Dosoctavas os felicito de corazón, en cuanto a ti Mario, no te disculpes por nada, como ya he dicho, a mi me a servido para conocer más mitologías y adentrarme mucho más en una mitología como la egipcia, me he paso el fin de semana inmerso en ella, me arrepiento de haberme centrado en su día, solo en la Griega y Nórdica, dejando de lado la Egipcia.

    Dioses interesantes, faraones, una pasada, jajaja.

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  117. De todas maneras dais un poco de miedo, que lo sepais, emoticono guiñando un ojo y otro emoticono sacando la lengua, (este último no se si existe)

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  118. Este fin de semana es el cumpleaños de un amigo y no sé les a ocurrido otra cosa que quedar este fin de semana para hacer puenting, no me hace ninguna gracia, yo ya lo he probado, pero la sensación fue de todo menos satisfactoria.

    Mis amigos dicen que soy un miedica, como que saltar al vacío atado con una cuerda elástica es la cosa más normal del mundo.

    Pues claro que ne da miedo y mucho.

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  119. Bruto.
    Buenos días Cayo, primero y ante todo felicitar a los ganadores, no sabéis la envidia que me dais.
    Y en vista del concurso fallido, pienso que deberías dar una satisfacción a los miles de participantes que como yo no hemos acertado y ponernos un pequeño adelanto, no hace falta que sea el de los ganadores que ellos se han merecido algo más, pero si un fragmento.
    Y supongo que estas a punto de publicar no nos irás a deprimir el verano.

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  120. ¿Miles, Bruto?, Miles gloriosos sería si lo creyera.
    Es de justicia lo que pides.

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  121. Por cortesía de Bruto/Caitoparaelmundo

    En el club

    Suelo ser un hombre cordial con cierta facilidad para relacionarme, sin embargo me encontraba fuera de lugar y eso que Piera lo estaba dando todo para hacerme sentir cómodo, tal vez su actitud tan entregada fuera parte del problema, resultaba algo forzada. La llegada ya había sido tensa.

    Dejamos el coche en un parking y continuamos en taxi. Nos habíamos adelantado media hora, según Carmen así podría enseñarme el club con tranquilidad. En la puerta había dos tipos con pinta de guardias seguridad, bien trajeados, uno de ellos tenía una carpeta negra en la mano, el otro se mantenía un paso atrás, parecía ser el jefe, todo muy de película pensé. Al acercarnos nos chequearon de arriba abajo.

    —Buenas noches —se adelantó mi mujer—, Carmen Rojas —dijo al de la carpeta que comenzó a comprobar en la lista, se volvió hacia su compañero, parecía que no la había encontrado, éste le dijo en voz baja: Es la novia de Morelli, estuvieron esta mañana. Al oírlo sentí un nudo en el estómago, él volvió a comprobar y murmuró para sí mismo: Ah sí, señor Morelli y pareja, miró a Carmen y dijo: Sí, señorita; luego se dirigió a mí. ¿Y usted? Carmen dijo: Viene conmigo. Me miró y le di mi nombre. Después de buscarme un par de veces dijo: Lo siento, no está en la lista. Ya le he dicho que viene conmigo, insistió Carmen. El que parecía estar a cargo tomó la palabra: Lo siento señorita, pero tenemos orden de no dar acceso a nadie que no figure en la lista de invitados. Nos miramos extrañados y se volvió dirigir a él: Avise a Álvaro, por favor. Lo lamento, el señor Linares no ha llegado aún. Carmen abrió el bolso con un gesto de disgusto. cogió el móvil e hizo una llamada.

    —Álvaro … sí, bien; mira, estoy en la entrada, no nos dejan pasar … pues no sé, algún error, imagino. Estoy con mi marido, parece que no figura en la lista de invitados … a mí me dan acceso, pero a él no … Te lo paso. —Le ofreció el móvil al vigilante y mientras éste mantenía una breve conversación aguanté la misma mirada que había caído sobre mí cuando Carmen me identificó como su marido; ella, la novia del señor Morelli.

    —Todo resuelto, discúlpeme, señor…

    —Suarez.

    —Señor Suarez —repitió clavando otra vez la mirada que antes me calificó de cornudo; sacó un bolígrafo plateado del bolsillo interior de la chaqueta—: Dígame su nombre completo, por favor.

    —Mario Suárez.

    De acuerdo —dijo mientras escribía—, invitado del señor Linares. —esbozó una desagradable sonrisa —Todo en orden, ya pueden pasar.

    —¿Tenías que decir que soy tu marido?

    —¿Acaso quieres que lo oculte? ¿Cómo crees que te voy a presentar a todo el mundo?

    —¿No has visto como me ha mirado? Después de decir que eras la novia de Doménico, vas tú y dices que soy tu marido.

    —Tranquilízate, nadie te va a juzgar, procura actuar con normalidad.

    ¿En qué consiste eso de actuar con normalidad cuando eres el marido de la signora Morelli? Porque esa fue una de las variantes más repetida durante la velada.

    —Santino, qué alegría verte, por fin has podido venir. Te presento a la signora Morelli, Carmen.

    —È un vero piacere.

    — Ah, y a Mario, su marido.

    —Ma che dici?

    Doménico disfrutó sorprendiendo a sus viejos amigos, Carmen parecía estar en su salsa, yo me limité a seguirles el juego. Actúa con normalidad, había dicho, ¿no era eso lo que debía hacer? Sonreír ante la expresión de pasmo de sus amigos al ver a la signora Morelli bien amarrada por la cadera y al marido a un lado como una mascota con una copa en la mano fingiendo normalidad.

    Camarero, otra copa.

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    1. Voy a sujetar a mi mente que ya estaba a punto de saltar, como es un fragmento y esta fuera de contexto, voy a comentar lo que esté fragmento me hace sentir, cuando este el capitulo y tenga todo el contexto comentaré con más profundidad.

      Lo primero es que Mario ni siquiera estaba en la lista de invitados, lo segundo tiene que ser duro que te estén juzgando contabtenente con las miradas y comentarios por lo bajini.

      Esta Carmen me sigue sin gustar, pero entiendo que es su forma de hacérselo pagar.

      Si yo fuera Mario ya que me van a ignorar o se van a intentar humillarme o mofarse de mi, me pondria morado con el licor más caro de la estancia.

      Va a ser un capítulo duro, yo entiendo que el consentidor de la pareja, tiene que sentirse cómodo, pero Mario esta de todo menos eso.

      Parece que Carmen quiere fomentar esa incomodidad diciendo a todos que Mario es su marido, me parece cruel, me da a mi que Mario va a ser participe de una orgia, pero desde la barrera.

      No se, no me gusta, se supone que proteges a la persona que amas, no lo expones al escarnio de todo el mundo.

      Otra cosa dura tiene que ser saber de primera mano que no te quieren allí, sinceramente sigo sin ver en Domenico un amigo, por lo menos lo que yo considero un amigo.





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    2. Mierda, me es imposible no ser yo.

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  122. Como siempre, los adelantos nos dejan con los dientes afilados.
    Es una excelente descripción que nos muestra un poco de lo que nos espera en el próximo capítulo.
    Esta es una de las partes que considero más espinosas de una relación abierta.
    Cuando las personas se enteran y miran al marido de forma condescendiente al darse cuenta de su condición de consentidor o cornudo.
    Carmen disfruta el momento, ella sabe que aunque en ese momento a Mario protagonista se le haga un nudo en el estómago al final va a terminar disfrutando.
    Este es el verdadero momento de la relación, aunque vengan celos, algo de vergüenza, se sienta un poco de humillación, es el momento en el que se decide si realmente se continúa o no con esta forma de vida. Es un punto de inflexión que puede catapultar la relación a niveles estratosféricos o simplemente dar al traste y que todo se vaya por el caño.
    Muchas gracias por el adelanto quedamos con ganas de más siempre.
    Un abrazo para todos

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    1. Shubert y como disfrutas en un lugar donde no te sientes cómodo, ya no es que Carmen esté con Domenico, eso es lo de menos, es estar en un sitio donde no conoces a nadie, con la simple compañía de una copa, Carmen disfruta y me parece bien, pero si no consigue que Mario se sienta comodo, como pretende que todo salga bien.

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    2. Shubert el problema que veo yo es dejar a Mario entre personas que no conoce de nada, personas que lo van a juzgar, lo más lógico sería hacer esto en un ambiente donde pudieran estar cómodos los dos.

      Como ya he dicho ésteres un terreno inexplorado para mi y es posible que me equivoque.

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  123. Parece ser, que nos espera otro capítulo muy denso dónde Carmen y Doménico, hace menos a Mario, ante todos los amigos de Doménico. empezando con olvidar poner en la lista de invitados a Mario.

    Claro que puedo estar equivocado pero eso interpretó ahorita sin tener todo en contexto del capítulo

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  124. Bruto.
    En nombre de los miles de participantes, gracias.

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  125. La primera interacción de Mario en ese mundo que tanto deseaba después de la reconciliación fue con Gerardo, donde Carmen disfruto mucho, pero Mario solo pudo mirar desde la distancia, ya que la ostilidad de Gerardo no le dejaba otra opción.

    En esta ocasión vemos que van a una fiesta donde Mario no a sido invitado, Carmen hace de anfitriona como la novia de Domenico, mientras Mario no le queda otra que estar cerca y sonreír aparentando una normalidad que el no siente, se siente como una mascota.

    Mario no a tenido una interacción agradable de esas características junto a Carmen.

    Al final lo que va a conseguir Carmen es que Mario no quiera volver a participar, en vez de ser ella la que esté al lado de Mario para que esté esté comodo, le dejan esa responsabilidad a Chiara, una mujer que prácticamente no conoce a Mario, ni el a ella.

    Carmen ni siquiera le a pedido explicaciones a Domenico de porqué Mario no estaba en la lista.

    Esto va a volver a ser un desastre y no toda la culpa es de Mario.

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  126. Prudencia. Una virtud poco valorada.

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    1. Bruto.
      Sí mucha prudencia pero que el Italiano no se cruce con nadie del blog de momento, es por su seguridad.
      Consigues que le tengamos un cariño exagerado.

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  127. Totalmente de acuerdo con lo de la prudencia, Carmen quiere vivir esta experiencia junto a Mario, le creo, pero no sería más fructuoso, hacerlo en un lugar donde Mario no tenga que quedarse a un lado con una copa en la mano.

    En un lugar donde Mario también pueda interactuar y que todo no sea tan violento, tal vez eso ocurra en este capítulo cuando lo leamos entero.

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  128. Gracias, Mario por el premio, es una escena impresionante.
    Respecto al regalo que has publicado en el blog, mi consejo a todos es que no os precipitéis, solo es un fragmento al que le falta mucho mucho mucho contexto. Lo de la prudencia es un estupendo consejo, cuantas batallas se habran perdido en las guerras por lanzarse al ataque fiándose de las apariencias. Pero me temo que mi consejo va a caer en saco roto. Aquí vale aquello de “genio y figura”.

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    1. Jajaja es verdad yo el primero, intentare contar hasta mil.

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  129. —Santino, qué alegría verte, por fin has podido venir. Te presento a la signora Morelli, Carmen.

    —È un vero piacere.

    — Ah, y a Mario, su marido.

    —Ma che dici?

    Me estoy imaginando la cara de Santino, seguro que estaba pensado que necesitaba más Grappa.

    A Carmen puede parecerle un juego, pero todas las personas de esa fiesta parecen gente importante, de las que te pueden abrir muchas puertas, pero cerrrartelas también.

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  130. Tienes Razón Mario, la prudencia es una virtud poco valorada, pero como quieres que tengamos prudencia y paciencia si solo nos das una pincelada, Este adelanto esta fuera de contexto, y solo comentamos con lo poco que nos das, Ya lo dije, Carmen y Doménico están ignorando a Mario, y de seguro Doménico le encargo a Piera que se hiciera cargo de Mario para que no estorbara.

    Disculpa la forma en que digo esto, para mi Doménico se paso tres pueblos, de lo acordado en la entrevista. Y Carmen, que paso con eso de que te quiero al 100 nosotros tres, no te hagas menos, pero Carmen, teniendo en cuenta su frustración con Mario, el cabreo por lo que interpreto cuando Doménico le comento lo que platicaron en Barcelona, Carmen le conto todo lo que quería saber Doménico, pero se salto lo del Pente, lo de Gerardo, solo le conto lo que le convenia a Carme nunca le comento lo bien que estaba con Mario participando o dejándola ser a Carmen en su trabajo de prostituta de Tomas, eso no lo comento, Carmen al lado de Mario es mucha Mujer, y sin el, mas temprano que tarde de dará cuenta de que Mario a actuado bien, o eso espero.

    Pero solo nos queda esperar, tener praciencia y mucha pridencia.

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  131. —Todo resuelto, discúlpeme, señor…

    —Suarez.

    —Señor Suarez —repitió clavando otra vez la mirada que antes me calificó de cornudo; sacó un bolígrafo plateado del bolsillo interior de la chaqueta—: Dígame su nombre completo, por favor.

    —Mario Suárez.

    De acuerdo —dijo mientras escribía—, invitado del señor Linares. —esbozó una desagradable sonrisa —Todo en orden, ya pueden pasar.

    Esto es precisamente lo que me molesta, faltar el respeto a una persona que ni siquiera conoces, me gustaría preguntar algo.

    ¿De verdad tienes que aguantar que unos desconocidos te falten al respeto, solo por que eres un consentidor?

    Que pasa que porque te guste ver a tu mujer follar con otro hombre o mujer, ¿te hace menos hombre, o de menor categoria?

    Tal vez no sea capaz de verlo desde el prisma correcto, me gustaría saber vuestra opinión.

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  132. Búa! No sé por qué me ha dado el premio, lo que yo imaginé se ha quedado en el 10% de lo que ha resultado ser la escena del ouruburus. Que brutalidad! Que salvajada.

    La escena del club está levantando ampollas, vaya, vaya, preveo un capítulo explosivo. Por mi parte no voy a echar leña al fuego, cierro la boca desde ya y me limito a leer y a pasármelo pipa.


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