26 julio 2024

Capítulo 190 La calma

Tiempo estimado de lectura: cincuenta y cuatro minutos.


Haz lo que quieras. Yo, en tu lugar, antes de seguir leyendo buscaría en Spotify, YouTube o donde sea, «Believe, beleft, below» de Esbjörn Svensson. Sírvete un whisky, un coñac, ron con coca o un zumo, lo que te apetezca. Baja las persianas, apaga la luz, no la necesitas, recuerda: estás leyendo en un smartphone o en una tablet. Acomódate en tu sillón favorito junto a tu pareja, si la tienes, o con tu mascota, si la tienes. En cambio, si eres de los que les gusta leer a solas, dile: Cariño, dame una hora, voy a ponerte los cuernos con Mario, o con Carmen; si sabe de tu afición te dará por imposible, si no, mejor cállate. Cuando tengas todo listo, dale al play. 🎙

Ahora ya puedes comenzar a leer.


Tiempo de Otoño 

Noviembre trajo noticias sombrías. Un temporal inesperado azotó la península, la nieve bloqueó Vitoria y Bilbao, en Baleares provocó un muerto; una riada en La Palma dejó cuatro fallecidos y graves destrozos. El pánico volvió a Nueva York, un Airbus se estrelló sobre Queens al perder un motor al despegar, hubo más de doscientas cincuenta víctimas, al principio se barajó la idea de un nuevo atentado y se encendieron todas las alarmas. La ofensiva sobre Kabul continuaba sin freno, los talibanes huían y en poco tiempo cayó la capital. A la vista de los acontecimientos, el FMI rebajó por enésima vez las previsiones de crecimiento de la economía mundial, la sombra de la recesión crecía y las empresas recortaban gastos e inversiones. Doménico no volvería a pisar Madrid en mucho tiempo, la situación en Milán se había complicado a raíz del conflicto y sus planes de regresar se aplazaron sine die, lo cual en el fondo les concedió un respiro, ambos necesitaban procesar lo vivido durante su tormentosa visita. Eso sí, mantenían con frecuencia largas conversaciones hasta altas horas de la madrugada.

La reconciliación con Tomás se selló en Londres un fin de semana durante un viaje de negocios, la relación volvió a sus cauces y Carmen recuperó su estatus. A su regreso llamó a Javier para retomar el contacto, como consecuencia se firmaron los contratos paralizados. Mario volvió a Sevilla, cerró con éxito el acuerdo de fusión y permaneció un par de días más para disfrutar de la compañía de Candela, lo necesitaba después de tanto sobresalto, volvió reafirmado y con ganas de encontrarse con Elvira, no había querido hacerlo hasta probarse con otra mujer.

La vida había vuelto a la normalidad en casa de los Suárez Rojas, después de la tempestad vino la calma y con ella el diálogo, Mario prometió nunca más ocultarle nada, Carmen le pidió que no volviera a actuar a sus espaldas. Le pidió perdón por su conducta, había actuado por resentimiento, la ceremonia no significó nada, solo fue un juego producto del despecho.

El entendimiento fue fácil después de hablar largo y tendido, lo firmaron en la alcoba salvando los miedos de Mario, sobre él pesaba la experiencia que había tenido durante su entrega al italiano, no había encontrado desprecio en ella al ver el estado en que quedó tras la felación, tampoco sintió rechazo cuando perdió la erección en su boca. No habían hablado de ello y ahora se enfrentaba al temor ancestral de cualquier varón frente a una hembra poderosa, no podía sucumbir a la ansiedad. 

Como si eso fuera tan sencillo.

Carmen percibió la tensión, debía atajar el problema antes de que echara raíces, sabía cómo provocar a su pareja, aquello no era una competición y no debía parecerlo. Besos, caricias, palabras de pasión, imágenes de lo vivido resultaron eficaces para hacer olvidar lo que podría pasar y enfocarse en lo que estaba pasando. La estrategia funcionó, el deseo ardía en ambos, no había tiempo que perder, se ofreció y Mario la ensartó con toda su potencia; era lo adecuado, ya habría tiempo para su orgasmo. Había ahuyentado al fantasma de la impotencia.

Amalia pasó por un fuerte catarro que no acababa de curar. A la vuelta de Londres, Esther le transmitió su preocupación, ambas hermanas decidieron intervenir y a pesar de la renuencia de su madre acudieron a urgencias, lo que parecía una simple gripe había derivado en un principio de neumonía e ingresó a planta, en poco tiempo se complicó y tuvo que pasar a cuidados intensivos, fueron días de sobresaltos que terminaron felizmente. 

Salvada la crisis decidieron volver al gimnasio, la ausencia de Guido ayudó a estar relajada, escuchó rumores: quería quedarse de responsable técnico en el gimnasio que había ayudado a montar, lo cual era una buena noticia. Necesitaba sosiego, aunque lo extrañara.

Graciela volvió de Paris a finales de Noviembre. Estuvo en Madrid unos días, pasó por la puerta de la clínica donde trabajaba Carmen y la vio de lejos. Pero dejemos que sea ella quien lo cuente, al menos permitidme que cuente cómo creo que lo relataría ella.

«Lo he estado posponiendo desde mi llegada, unas veces porque los compromisos me lo impiden, otras porque encuentro excusas para ocupar el tiempo que me hubiera permitido llamarla. 

O a él. 

Se acaban los días y los pretextos; por eso estoy aquí, en un bar frente al portal donde trabaja con la esperanza de verla y el temor a ser incapaz de dejarla ir.

No sé si mi marcha fue un acto de cobardía o de responsabilidad, la duda me acompaña desde el mismo momento que acepté la oferta, una oportunidad única que solo hubiera rechazado por amor. A partir de entonces se instaló en mi pecho un nudo opresor que no me abandona ni un instante. Si me hubiera quedado viviría una historia abocada al fracaso siendo la amante compartida de un matrimonio perfecto en el que yo habría encajado a la perfección. Hasta cuándo.

La he visto salir y he luchado conmigo misma para no correr a su encuentro, esa dura batalla me ha concedido el tiempo para verla esperando en el cruce de peatones. Está tan hermosa como la recordaba. Vencida la pelea, la he podido observar serenamente cruzar la calle y perderse entre la gente. He hecho bien en venir y aún mejor en contenerme. Me he reconciliado con mi decisión, ahora puedo volver a Paris tranquila.»

Noviembre, tiempo de Otoño. Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve.

 

Sanación

Podría hablar de sanación si fuera un concepto acorde con el rango de hipótesis sobre las que baso mi pensamiento. Dejando de lado dicha palabra, desde la partida de Doménico emprendí un análisis de la conducta que habíamos desplegado durante su visita, especialmente yo. A medida que pasaban los días me sentía más distanciada de la mujer que protagonizó diversas escenas de cólera y había perdido el control de sus actos hasta límites inconcebibles. No me reconocía en aquella que, amparada en un sentimiento de ultraje, se lanzó a emprender una vendetta contra la única persona que permanecía fiel a mi lado de un modo incondicional y, a pesar de sus fallos y equivocaciones, me daba todo el amor y el apoyo que no podría encontrar en ningún otro. A medida que pasaban los días se despejaba el paisaje como se retiran las nubes tras una tormenta. Contemplé el panorama con otros ojos; era cierto, había estado confabulando a mis espaldas, había cometido un error inmenso ofreciéndome a Doménico como si fuera mi dueño. También había señales preocupantes, invisibles a mis ojos que, una vez descubiertas, daban luz a otras a las que apenas me atrevía a mirar. ¿Quién era esa mujer que me empujaba a arrollar a quien osara cuestionarme? Era la misma que había vislumbrado alguna vez, la que me había llevado a humillar a Mario como no merece.


Reconciliación

Podría hablar de reconciliación si fuera la palabra adecuada para definir el paso que dimos tras la marcha de Doménico. Nos limitamos a aplicar la mejor medicina de nuestra profesión, la que siempre recomendamos a nuestros pacientes sometidos a conflicto: hablar, dialogar, ponerlo todo sobre la mesa. Lo hicimos durante días de forma ordenada y serena. A diferencia de lo ocurrido en Semana Santa, los resultados no se hicieron esperar: yo reconocí esa tendencia a tomar por mi cuenta decisiones que nos afectan a ambos y a demorar el momento de contárselo; ella escuchó en calma las alarmas que habíamos detectado en su conducta.

—Hay un monstruo detrás de mí que no puedo afrontar porque me horroriza, necesito tiempo, tengo que tomar distancia e intentar mirarlo poco a poco, y tú vas y remueves el avispero, ¿no te das cuenta? No soy una adolescente a la que haya que tutelar. Sé lo que hago, ayúdame, pero no te entrometas, por favor, y menos a mis espaldas. 

¿Por qué fui incapaz de contarle mis entrevistas con Esther y su padre? Cuando lo descubriera no me lo iba a perdonar, un temor insuperable me impidió hacerlo. Lo pagaría caro.

—Siento lo que ha pasado —continuó—, estaba tan indignada que perdí los límites, no debí humillarte en el club, fue vergonzoso, tampoco debí insultarte a mi llegada a casa delante de Doménico, no era yo, cariño, nada justifica lo que dije ni en casa ni el club, no entiendo cómo pude perder el control de esa manera, sabes que no soy así.

—Doménico amagó con marcharse, no aguantó la escena que tuvimos. Si yo creyera que esa eres tú, también me habría marchado. No voy a rendirme, somos un equipo, siempre lo hemos sido y esto lo vamos a solucionar juntos.

—¿Cómo?, ni yo misma sé qué me pasa.

 

El eunuco


PITÍADE.— ¡Por Pólux, tenía entendido que los eunucos son los que más se enamoran de las mujeres, aunque no pueden hacer nada!

(Pasaje de El eunuco, Acto IV escena tercera. Terencio, siglo II a. C.)


Nuestras relaciones volvieron con intensidad creciente, tal vez porque la experiencia vivida nos había sensibilizado. Carmen buscaba más a menudo situarse sobre mí en la posición invertida del sesenta y nueve, signo indudable de que pensaba en el trío, yo accedía gustoso porque me excitaba sobremanera recordar al italiano penetrándola sobre mi rostro. También comencé a comerle el coño hincado de rodillas en el suelo, surgió sin pensarlo una noche; nos habíamos desnudado y estábamos a punto de caer en la cama. Súbitamente me desplomé buscando hueco entre sus muslos, ella suspiró, me acarició la cabeza y apoyó un pie en el colchón para ofrecerse abierta. Yo tenía viva la imagen de Doménico en esa misma situación, ella también, porque de pronto dijo con la voz entrecortada:. «Te gustaría estar comiéndole la polla, ¿eh, maricón?». Solté el bocado y respondí convencido: «Y a ti te gustaría estar a su lado mirando, puta», me amorré y no nos quitamos ojo. Ella desde arriba me veía hociquear y no paraba de decirme guarradas: medio hombre, chupapollas, y cada palabra estallaba en mi cerebro. Se corrió desbordando mi boca fluyendo pecho abajo, la tumbé a manotazos y se la hundí sin contemplaciones. Golpeé con furor, golpeé hasta hacerla gritar, golpeé hasta que soltamos la carga acumulada por la tensión y el deseo.

Seguimos haciéndolo de esta manera, trayendo a Doménico a nuestra cama cada vez con más detalles escabrosos de lo que vi, sentí e hice mientras estaba debajo de ellos. Una vez erradicado el temor a la impotencia, Carmen se atrevió a sacar a escena algo sorprendente.

—No imaginas cuánto me excitó ver cómo se la mamabas.

—Se veía en tu cara, estabas disfrutando tanto como yo.

—Luego, cuando se la limpiaste… ¡qué fuerte!

—Tengo una buena maestra, lo has contado tantas veces… Primero el glande, mucha saliva y mucha lengua, ¿es así?

—Vas bien. 

—Después, el tronco, como si lo besara a boca abierta recorriéndolo con la lengua para salivarlo y retirar los restos de semen cuidando de no dejar ni un resquicio sin limpiar.

—Te lo sabes de memoria, lo hiciste a conciencia.

—Y, por último, repasar los huevos, siempre queda algo en el vello, además es cierto, resulta agradable aspirarlos con fuerza hasta hacer que se cuelen en la boca.

—Eso también te lo he enseñado yo, has sido un alumno aplicado.

—¿Crees que le gustó?

—Te lo garantizo, estaba temblando. Dime, ¿llegó al fondo?, ya sabes.

—¿Quieres saber si me la clavó? Casi me asfixia.

—Por qué crees que lo aparté?, estabas rojo como un tomate.

Sobraban las palabras, el recuerdo ocupó el tiempo y el espacio.

—Me vuelves loco. 

—¿Es un cumplido o una justificación para lo que hiciste?

—Ambas cosas, jamás hubiera pensado…

—Déjalo, yo tampoco tenía pensado ser la que soy.

Buena ocasión para un cambio de secuencia, como diría un cineasta. La besé en el costado y me levanté de la cama. 

—¿Agua?

—Mejor algo más fuerte.

—¿Saphire con tónica?

—Y dos hielos. —dijo desde el baño.

Nunca pensamos que nuestra vida daría un giro tan radical. Teníamos un matrimonio consolidado, feliz, sin el típico acomodamiento que dan los años de convivencia. El futuro se planteaba ilusionante, tanto en lo personal como en lo profesional. Nada hacía pensar que nos lo jugaríamos al azar.

Gin tonic y Jack Daniels, Carmen esperaba reclinada en el cabecero encendiendo un pitillo. Centró la mirada en mi polla, laxa, gruesa, a medio crecer. Puse los vasos sobre la mesita y esperé al veredicto de sus ojos expertos.

—Puto exhibicionista... Date la vuelta.

Le mostré el culo, enseguida sentí una caricia pasando de una nalga a la otra.

—Qué buen culo tienes, ya puedes cuidarlo, pocos hombres lo hacen, no se dan cuenta de lo que apreciamos las mujeres un buen trasero. ¡Vaya, cómo ha cambiado la cosa! —exclamó al volverme. 

—Estaba preocupado, cuando vi que se me había encogido, pensé…

—Temías no volver a empalmarte. Te habrás quedado tranquilo, mira qué cosa más bonita —dijo acariciando la erección en todo su esplendor—. A mí, sin embargo, verla encogida me puso a cien.

—¿De verdad?

—Ufff, ni te imaginas. Cuando se desinfló en mi boca fue increíble. La sensación en la lengua tan blanda y floja es tremenda. 

—Temí defraudarte.

—¿Defraudarme?, quita. Lo que pasa es que lo he vuelto a intentar, pero enseguida reaccionas, no es lo mismo.

—A ver si te voy a gustar más siendo impotente.

—¡Ni de coña!, aunque de vez en cuando estaría bien. Acércate, no alcanzo.

Con la visita del italiano nuestra vida sexual había ganado en variedad. Yo me quedé dándole vueltas a lo que había dicho Carmen, días después, en mitad de una reunión con Emilio…

—¿Podemos parar un momento?, me gustaría hablar contigo de un tema delicado.

—Soy todo oídos.

—Verás, hace poco nos ha visitado un amigo, quizá te haya hablado Carmen de él, se trata de Doménico, es italiano, ¿te suena?

—Sé quién es. ¿No estaba en Italia?

—Así es, ha pasado en casa unos días. El caso es que, durante su estancia, han sucedido cosas sorprendentes. 

—¿Cómo de sorprendentes?

—La primera vez que estuvimos en su casa mantuvimos una relación a tres, un trío, vaya. Todo iba bien, Carmen se encaprichó de él.

—Lo sé, me lo ha contado al detalle.

—Entonces sabrás que fue él quien le abrió el culo.

—Podrías ser más delicado.

—Déjate de historias. Por su culpa o por la mía, nos separamos. En fin, es agua pasada, Doménico ha vuelto y estos días han sido tremendos. Para bien, no vayas a pensar…

—¿Por qué no me dices de una vez lo que sea?

—Hemos hecho un trío especial, nosotros en posición de sesenta y nueve y él follándola desde atrás, hazte una idea.

—Me la estoy haciendo. Un poco incómodo para ti, ¿no?

—La cuestión es que mientras Carmen y yo estábamos a lo nuestro, él se la clavaba delante de mis narices.

—Nunca mejor dicho. Joder, Mario, ¿eso te pone?

—A eso voy, me puso y mucho, pero comencé a perder la erección en la boca de Carmen, te juro que estaba excitado a tope, sin embargo, me quedé… cómo decirlo, en un estado de flaccidez… quedó reducida a lo mínimo, en su boca.

—Qué desastre.

—Al contrario, ella siguió mamando con la misma intensidad. 

—¿Quieres mi opinión profesional?

—No hace falta, no me preocupa, hemos vuelto a tener sexo sin ningún problema.

—¿Entonces, por qué me lo cuentas?

—Carmen se excitó viéndome en ese estado y le gustaría repetir, 

—Repetir, qué.

—Joder, Emilio: le excitó tenerme con la polla floja, ¿lo entiendes? Ya sé, parece raro. 

—Peor sería si se hubiera reído. ¿Lo habéis hecho?

—Lo ha intentado después de hacer el amor, pero en cuanto se la mete en la boca y la saborea, comienzo a reaccionar.

—A dónde quieres llegar.

—A ver, Emilio, ambos conocemos los inhibidores de la erección.

—En realidad son inhibidores de la libido, ¿qué pretendes?

—Tú eres psiquiatra, puedes recetarme el adecuado para lo que queremos, solo haremos un uso esporádico.

—¿Has perdido la cabeza?, seguro que esto no se lo has contado.

—Estará de acuerdo, solo se trata de evitar la erección.

—Ni hablar. 

—Emilio, por favor.

—Esta conversación ha terminado.

No iba dar mi brazo a torcer. A la vuelta del almuerzo entré en su despacho.

—Si vienes otra vez con la misma monserga…

—Quiero que la llames y le preguntes.

—¡Claro!, así de fácil: Hola, Carmen, dice Mario que te encantó comerle la polla fláccida, ¿quieres que le recete algo para convertirlo en un eunuco?

—Muy gracioso. Dile que te he hablado de la visita de Doménico, tantéala, con la confianza que tenéis acabará por contártelo. Lo mismo sacas una cita con ella.

Esto último fue una jugada maestra, protestó, pero lo había convencido. Cogió el teléfono y me advirtió:

—No prometo nada.

—Manos libres. Venga, no seas coñazo, tengo derecho a oírlo.

Marcó y enseguida escuché la dulce voz de mi esposa.

—Mario, hola.

—Soy Emilio, ¿te pillo en mal momento?

—Pensé que eras mi marido, como nunca llamas desde el teléfono del gabinete.

—Es verdad, tengo el móvil en la chaqueta y, por no levantarme… ¿Qué tal estás?

—Hasta arriba de papeleo, ¿y tú?

—Bien. He estado con tu marido está mañana, me ha contado la visita que habéis tenido en casa, estarás contenta.

—Vaya, qué bien informado estás. Sí, muy contenta, llevaba meses esperándole. Con lo hablador que es, te habrá dado hasta el último detalle.

—No es tan bocazas como crees.

—Qué buen amigo eres. Sabrás que la visita nos ha dejado satisfechos a ambos, sobre todo a mí, y a tu socio le ha abierto horizontes nuevos, ¿o eso no te lo ha contado?

Emilio me lanzó una mirada inquisitiva. Yo le resté importancia.

—Si no me das más detalles…

—Supongo que a ti también te habrá soltado alguna vez su teoría de la bisexualidad evolutiva.

—¿Todavía sigue con eso?

—Estos días ha tenido ocasión de ponerla en práctica.

—¡No jodas! —exclamó más para mí que para ella, yo no moví ni un músculo de la cara.

—Como lo oyes, le ha comido el rabo a Doménico, menuda polla, te lo digo yo, que de eso entiendo un rato, y por si fuera poco, hicimos un sesenta y nueve compartido, yo se la chupaba a los dos. En mitad de la jugada se fue para atrás y me la clavó, yo temí que le molestase tenerlo tan cerca; al contrario, estaba cómodo ahí abajo y mirando la faena que me hacía. Con tanta furia, se le salió y resbaló por su cara. La lamió, Emilio, se la lamió.

—¡La hostia!, ¿Mario? Increíble. —Yo miraba al techo para evitar a mi socio.

—A Doménico le gustó, se la metió en la boca y empezó a follarle hasta que se corrió en su garganta, casi lo asfixia.

Yo estaba asombrado escuchándola hablar como una auténtica furcia, jamás la había oído expresarse con tanta soltura. Menuda zorra está hecha, pensé divertido.

—No me lo puedo creer. ¿Y tú?

—¿Yo?, en el puto cielo, es lo más bestia que hemos compartido nunca. Ah, falta lo mejor, yo seguía mamándosela, de pronto empezó a aflojársele hasta quedar como el pitito de un bebé. Fue increíble, la mantuve en la boca y la estuve meneando con la lengua, fue una sensación absolutamente nueva.

—¿Te gustó?

—Gustar es poco, fue… diferente, algo nuevo, no sabría explicarte lo que sentí.

—Sorprendente, pues cuando te apetezca, agótalo y después, un sesenta y nueve.

—Lo he intentado, pero no hay manera, lo dejo seco y en cuanto le doy un par de lengüetazos se despierta.

—La cirugía lo resuelve de un tajo.

—¡Calla, no me lo desgracies!

—Oye, ¿Cuándo nos vemos?

—Mmm… ¿Mañana?, pasado estoy ocupada.

—De acuerdo, ¿en tu casa?

—Claro. ¿Se lo dices tú o se lo digo yo?

—Yo mismo. Un beso, Carmela.

—¿Carmela? —pregunté sorprendido.

—La primera vez que estuve con ella fue incómodo, no podía dejar de pensar que era tu mujer. Ella dijo que vuestra relación no se iba a ver afectada, porque aquello era otra dimensión. 

—Y lo es.

—Ahora lo entiendo, pero entonces no era fácil de asimilar. Carmen es una gran pedagoga, te lo aseguro.

«—La próxima vez que nos veamos no tienes por qué sentir culpa o vergüenza; Mario estará al tanto de lo sucedido, vuestra relación no se va a ver resentida, esto es otra dimensión que no afecta a quienes somos. ¿Lo entiendes?

—No sé si podré.

Desde que entramos en el baño se había encerrado en un mutismo que no pintaba nada bien; ahí estaba el temor que anunció. Tenía que hacer todo lo posible por atajarlo.

—Podrás. —Solté la toalla y la dejé caer al bidé—. Mírame bien, acabamos de follar, mírame. Ven, tócame; no, no quites la mano. Ahora piensa quién soy: la mujer de tu socio. Sigue tocándome; lo haces muy bien, por cierto. Tócame con la otra mano, en el pecho, así muy bien. Sí, mételo. Así… ahora mete dos… sí, sí. Ahora piensa en mí como Carmela, la puta a la que vas a dar por el culo ¿sí?

—Sí, lo voy a hacer, lo voy a hacer, Carmela.

—Tranquilo. Cuando nos volvamos a ver recordarás este momento, tú y yo, frente a frente, con tus dedos en mi coño, tocándome las tetas; te gustan, ¿verdad? Sí, claro que te gustan, mira cómo se te ha puesto, me estás empapando la mano. Decía que cuando nos volvamos a ver recordarás que te tenía cogida la polla y te… (detuve el discurso y lo besé, un largo repaso de mis labios en los suyos) besaba, estaremos en el decanato, tal vez coincidamos en el colegio, o en la fiesta que dais en Octubre y nos saludaremos como siempre porque ni tú ni yo ni Mario nos sentiremos culpables por esto; es más, me apuesto lo que quieras a que para entonces ya me habrás comido el coño un par de veces por lo menos.

—¿Tú crees?

—Estoy convencida.

Le di un piquito y otro mientras lo masturbaba suavemente, él no había parado de hundir y sacar los dedos; llevó la mano que acariciaba la teta a mis riñones, yo seguía dándole besos cortos y juguetones, me atrajo para convertirlos en un beso apasionado y potente.

—Estoy seguro de que podremos estar juntos sin ningún problema, salvo que me empalme como ahora.

Me eché a reír.

—Cuando quieras volver a estar conmigo no tienes más que llamar a Carmela.

—Y pagarte.

—Y pagarme. No te acuestas con la mujer de tu socio, follas con una prostituta.

—No quería decir…

—Tranquilo.

Nos comimos la boca, yo no había soltado la presa, mi mano actuó por su cuenta y estrujó el glande, la naturaleza hizo el resto, sentí latir su corazón en mis dedos y me inundó a oleadas.

—Dios santo, nunca en mi vida he podido… tres veces seguidas. Eres divina. Vaya, cómo he puesto todo. —se excusó señalando los goterones del suelo.

—No te preocupes, ahora lo recojo, en cuanto a esto… —me agaché y se la chupé hasta dejarla limpia, luego hice lo mismo con mi mano llena de restos—. ¿Qué?, no te quejarás, servicio completo, ¿o preferías un kleenex?

—Con razón dice Mario que eres insaciable.» (1)


—Me dijo que me relajara, había pagado por estar con ella, era una prostituta, no era tu mujer. «No me llames Carmen, llámame Carmela si te sientes más cómodo», dijo, «Así, cuando nos veamos en un acto profesional o en el gabinete, no verás a la puta, verás a la mujer de tu socio». Y funciona, cuando hablamos por teléfono o nos vemos, hablo con tu mujer, mi amiga, si quiero otra cosa apelo a Carmela; has visto cómo habla, es otra persona, Carmen jamás se expresaría como lo hace Carmela.

Otra persona. No sabía Emilio hasta qué punto era cierto.

—¿Puedo preguntarte una cosa? —continuó.

—Lo que quieras.

—Eres un hombre afortunado, tienes una mujer acojonante, además está esa puta de Sevilla…

—Se llama Candela.

—Candela, con la que te acuestas cada vez que vas por allí; lo de tu antigua novia funciona, ¿verdad?

—Funciona.

—Esto de comerte una polla, ¿a qué viene? 

—Cómo podría explicarte. Me siento realizado.

—¿Realizado? No te entiendo, tu mujer se folla a todo bicho viviente incluido yo y a ti no se te ocurre otra cosa que tragarte la polla de su amante y pedirme que te ayude a perder la virilidad.

—Carmen no se acuesta con todo bicho viviente, a ver si te enteras, sabe muy bien con quien.y cómo hacerlo, pero si te sientes en riesgo lo mejor es que no acudas a la cita.

—No he querido ofenderla, me he expresado mal, lo siento.

—Tengo entendido que no usáis protección, te gusta acabar dentro, se traga tu semen. 

—¡Basta, por favor!

—Confía en ti, Emilio, ¿hace bien?

—Absolutamente, no la pondría en peligro.

—Ella a ti tampoco.

—Te pido disculpas de nuevo, no sé por qué he dicho eso.

— Es igual, disfruta de Carmela. Vamos a hacer una prueba: ¿Cuánto le pagas?

—Sesenta mil y veinte más si hacemos un griego.

—Está vez me vas a pagar a mí.

—¿A ti? ¿por qué? 

—Porque lo digo yo.

—No se lo va a tomar bien.

—Hazme caso, págame y me cuentas su reacción.

—¿Estás seguro?

—Confía en mí.

—Si se enfada le digo que ha sido cosa tuya.

—Asunto resuelto. En cuanto a lo mío, perder la erección no me preocupa, al contrario, la expresión de su rostro me provoca una emoción arrolladora. Es difícil de explicar; la pérdida de mis atributos ante ella, al lado de la verga hinchada de su amante es la forma perfecta de entregarla, la doy al cien por cien, incluso retirando mi virilidad.

—¿Le has contado estas cosas?

—No es necesario, nos entendemos con la mirada. Te diré más, entré en la alcoba con la excusa de llevarles café, mi pene seguía reducido a lo mínimo, Carmen descansaba en brazos de Doménico, yo grabé cada detalle en mi memoria: él jugueteaba con el aro del pezón, lo levantaba y lo dejaba caer, ella le acariciaba la polla, recorría el glande con el dedo índice haciendo volutas y regresaba al tronco, la tenía morcillona pero ¡qué pedazo de polla! No hicieron falta palabras, con mirarnos nos lo dijimos todo. ¿Se puede estar frente a semejante verga con lo que cualquier hombre consideraría un ridículo pingajo y no sentirse en inferioridad de condiciones? Te aseguro que sí se puede, siempre y cuando seas cómplice de la mujer que comparte la cama con él.

—Joder, Mario, me dejas sin palabras.

Sigues sin entenderlo, piensas que estamos arruinando nuestro matrimonio; es todo lo contrario: ella y yo, Emilio, ella y yo, por encima de todos y de todo. Haría cualquier cosa por ella y si perder la virilidad le causa placer voy a hacerlo con o sin tu ayuda.


…..


—Cuenta con ello. Perdón, no sabía que estabas reunido.

—Buenos días, Emilio, cuando acabe aquí, paso por tu despacho.

Continué la reunión y al terminar fui a verlo.

—Disculpa, pensé que a estas horas estarías solo.

—No pasa nada. ¿Todo bien ayer?

—Carmen es fantástica, qué te voy a contar.

—Cómo fue con el asunto del dinero.

—Le sorprendió, aunque estaba yo más incómodo que ella.


«—¿No olvidas algo?

—Eh… verás, Mario me dijo que le pagara a él.

—¿Cómo?

—Le advertí que no te iba a gustar, pero insistió.

Carmen pasó del asombro a mostrar una sonrisa seductora.

—Le has pagado a tu socio, deberías follar con él, es lo justo.

—Carmen, por favor, yo no sé lo que os traéis entre manos ni quiero saberlo.

—Tranquilo. Mario lo es todo para mí, amigo, amante, esposo, un poco padre. ¿Por qué no puede ser mi chulo? Ya negociaré con él su parte».


—¿Lo entiendes ahora?

—Sois tal para cual. Es inútil, no os entiendo, solo sé que, si fuera mía, no la tocaba ni Dios.

—Lo primero, no es mía; lo segundo, la perderías.

—Es la mujer perfecta, no sé cómo puedes compartirla.

—Te tiene sorbido el seso. Ten cuidado, no te enamores o tendré que batirme en duelo contigo.

—Te burlas.

—Jamás me burlaría de los sentimientos de un amigo. Anda, cuéntame qué hicisteis además de follar. Por cierto, ¿No me debes nada?

—Veinte mil. Vamos a desayunar y pasamos por el banco.

—Sin prisa. Cuéntame.

—Estuvimos hablando sobre lo que hicisteis con ese amigo vuestro. Tienes razón, está empeñada en repetir la experiencia… no sé cómo denominarla.

—Tú mismo lo definiste antes de ayer, lo llamaste la experiencia del eunuco.

—¿Dije eso?

—Más o menos.

Abrió un cajón del escritorio, sacó una receta ya cumplimentada y me la ofreció.

—Toma, no es estrictamente un inhibidor de la libido, pero hace la función, es un ansiolítico de nueva generación, pruébalo y me dices. Ojo: nada de alcohol ni otras sustancias, no conduzcas mientras lo estés tomando. Sobre todo, no abuséis.

—Gracias. Estáte tranquilo, es algo esporádico. 

—Por supuesto, es la primera y última vez que hago esto.

—¿Lo sabe Carmen?

—Es cosa tuya, díselo tú.

Me costó convencerla. ¡Estáis locos!, fue su respuesta cuando terminé de contárselo. Luego, después de activar todo mi arsenal dialéctico y recordarle lo mucho que disfrutó paladeando una polla dormida del tamaño de su lengua, acabó por dar una oportunidad, solo una, al experimento. Habló con Emilio, le echó una bronca descomunal por transigir en semejante barbaridad, tomó nota de las recomendaciones y me las transmitió en forma de condiciones ineludibles para iniciar aquella locura: Ni alcohol ni conducir. ¡Señor, sí, señor!, respondí cuadrándome ante ella.

Comencé a tomarlo un sábado, estaba expectante, tanto que el hecho de no sentir ningún efecto fue un poco frustrante. Qué paradoja, cualquier varón parado ante una hermosa mujer desnuda se sentiría orgulloso de portar una vibrante erección, yo, en cambio, estaba decepcionado.

El domingo al ir a orinar noté un hormigueo extraño, una especie de entumecimiento, además no mostraba la habitual erección mañanera, tuve un absurdo brote de entusiasmo que dominé y no le dije nada. La sensación permaneció constante, ¿sería real o un efecto producido por tanta observación?, había salido a correr y aproveché la soledad para masturbarme sin conseguir levantarla, de nuevo el gozo se apoderó de mí, esperaría a la noche para comunicar la buena nueva: estaba castrado.

Pero Carmen conoce cada gesto de mi rostro y al volver me interrogó:

—Qué, ¿te la has estado cascando o está tan mustia como el ramo de rosas? Podías echarlo a la basura, por cierto. El ramo, digo.

Me eché a reír, tiré hacia abajo de los pantalones y le mostré una miniatura de lo que está acostumbrada a ver. Se acercó y la envolvió en la mano como si fuera un pajarillo herido.

—Vamos a ver si pasa la prueba del algodón.

Nos besamos a lo bestia, me la manoseó con dulzura, la estrujó, la meneó, buscó entre el abundante pellejo un glande inexistente para tratar de excitarlo, todo fue inútil, aquel guiñapo no reaccionó, es más: mi cerebro sensorial apenas recibió señal alguna del manoseo, la verga o lo que quedaba de ella estaba dormida, muerta, anestesiada.

—Vamos. —ordenó y la seguí por el pasillo viéndola arrojar prendas por el camino. Llegó con las bragas por las rodillas y en la puerta terminó de quitárselas, yo hice lo propio y me tumbé en la cama a esperar lo que quisiera hacer conmigo. Emilio había dicho que el fármaco inhibía el deseo. Y una mierda. Me moría de ganas por ella, deseaba tenerla en la boca porque no dudé ni un momento de que me plantaría el coño y exigiría…

—Cómemelo y no pares hasta que te chorree la cara.

Me introduje entre sus labios hinchados y bebí hasta hartarme, se movió para darme el clítoris perfilado como una piedra tallada, se curvó cuando me quiso en el ano y le metí la lengua hasta dolerme la quijada, gemía, gritaba atrocidades, y a todo esto la pequeña cosita que me colgaba entre las piernas competía con su lengua batiendo el espacio en la boca, o era sorbida o bien masticada contra el paladar. Me inundó entre temblores, aun así, no paré, no podía parar, desvíe mi atención al esfínter empapado en saliva para darle un respiro y lo volví a explorar al ritmo de sus caderas.


…..


—¿Necesitas correrte?

—No hace falta, estoy satisfecho.

Me miré por enésima vez en el espejo, el tanga mostraba un pubis casi libre de «paquete». Se había empeñado en verme con uno puesto, decía que la polla se fundiría con el escroto. Apenas abulta, afirmó; era cierto, estaba asombrado, en pocas ocasiones la había visto tan reducida, algún día de intenso frío quizá. Accedí, me puse el que escogió después de andar eligiendo un rato, uno en tono burdeos Lo voy a estallar, le advertí; le dio igual, no iba a quitarle la idea de la cabeza, me lo puse y ella misma colocó bien el paquete. Tenía razón, ante el espejo del armario parecía inexistente, un pubis femenino si no fuera porque el resto de las formas correspondían con las de un varón. Tocó por encima la suave prenda, estaba excitada. 

—Podrías depilarte.

—¿Yo?, ni de coña.

—Imagínate, tú y yo sin un solo pelo en el cuerpo.

—No me vas a convencer.

—¿Seguro? —atacó poniéndose mimosa, la imagen había calado y la rechacé antes de que prosperase.

—Ni lo sueñes.

—¿Nos hacemos unas fotos?

—¡Ni lo sueñes!

—Bah, qué soso.

El espejo me atraía poderosamente. Carmen, a mi lado, me acariciaba el pecho, su mirada era pura lujuria; ella, desnuda y yo, luciendo un tanga. No me sentaba mal, un tanga burdeos sin rastro de mis atributos. No me sentaba nada mal.

—La próxima vez salimos a la calle.

La idea me excitó sobremanera.

—Sí, claro, maquillada, con uno de tus sujetadores relleno de algodón y un vestido, ¿vale?

Me mordió la boca sobándome el culo con fuerza como si fuera un tío y yo su chica.

—No hay huevos. —apostó con la voz tomada por el deseo.

—En casa, lo que quieras.

Rechazó mi propuesta con firmeza.

—Una copa en el gato cojo, vestido de hombre, pero con bragas y sujetador de mujer.

Me moría de ganas.

—Sin relleno. —acepté.

—Hecho.

Tiré el tanga a un lado, lo que vi en el espejo no me disgustaba. Picha floja, en su boca, sonó a caricia. Puta ninfómana, dicho con lascivia, le llevó a morderse el labio inferior, me hizo una peineta y me sacó la lengua, Volví de orinar y la encontré sacando el vibrador negro de la mesita de noche, largo, grueso, cilíndrico, estriado, un misil para hacer la función que yo no estaba en condiciones de ofrecerle. Extendió las piernas flexionadas, cerró los ojos y fue introduciéndoselo poco a poco hasta el fondo, lo sacaba, se detenía, lo movía en círculos y lo hundía de nuevo, yo la miraba hipnotizado con el cadáver en la mano inerte ante mis intentos de reanimarlo. Me eché a un lado para verla mejor, para sentirla, para olerla. Apoyó la pierna en mi costado y siguió follándose sin piedad. La acompañé en silencio, se bastaba ella sola para darse placer.

—Deja de tomarlo, mañana te quiero en forma.

Mañana se convirtió en pasado mañana. Fueron cuarenta y ocho horas de preocupación camino del pánico. De nuevo la ansiedad jugaba en mi contra. Carmen supo ayudarme a solventarlo y volví a funcionar. Era un juego del que no convenía abusar.

Y el ramo sin tirar.


Genio y figura

Habían sucedido tantas cosas que perdí la perspectiva, cuando quise darme cuenta se había echado el tiempo encima: solo faltaba una semana para su regreso. Apuré hasta el último día para contárselo a Mario:

—El lunes regresa Roberto.

—¿Así, de repente?

Estábamos en la Sierra, tomando el vermut en la plaza, llevaba toda la mañana buscando la ocasión para darle la noticia, en realidad había pasado la semana tratando de hacerlo y aplazándolo sin motivo.

—Andrés lo anunció en la reunión del lunes, no tiene claro dónde ubicarlo, ya sabes, después de un año…

—¿Por qué no me lo habías dicho? 

—Te lo estoy diciendo ahora, tampoco es algo tan relevante.

Terminé la frase sobre la posible ubicación del ausente y la incomodidad que generaba entre algunos de los jefes de departamento. Me extendí más de la cuenta, trataba de darle un aire de normalidad a lo que, a falta de un reproche por su parte, delataba aún más mi comportamiento. La llegada de Roberto removía emociones indeseadas.

No volvimos a hablar sobre este asunto hasta el domingo. De regreso a casa, yo conducía y en contra de lo habitual, íbamos en silencio. 

—No sé por qué no te lo conté antes, no le di importancia. —Mario me miró y volvió a contemplar la carretera—. Tampoco es para que te enfades, digo yo —zanjé de mala manera.

Así, en medio de un tenso silencio, llegamos a casa. Por la noche decidí resolverlo. 

—¿Vamos a seguir sin hablarnos mucho tiempo?

—Tú sabrás, no soy yo quien ha perdido los nervios.

—Tienes razón, la vuelta de Roberto me tiene nerviosa, no lo puedo evitar.

—No hay motivo, tú misma dijiste que estuvo muy correcto cuando hablasteis por el tema de Solís.

—Hasta que no sepa el plan en el que viene, no voy a estar tranquila.

—Dudo mucho que quiera volver a las andadas, habrá aprendido la lección.

—No va a ser agradable tenerlo cerca a diario.

—Eres fuerte, podrás con ello.

—Qué facil lo ves.

Llegué temprano, como de costumbre, no aprecié ningún cambio y volví al despacho donde me enfrasqué en los temas urgentes. Una hora más tarde, Andrés abrió y sin llegar a entrar, dijo:

—¿Puedes venir?

Le seguí. «Acaba de llegar», anunció. Allí estaba, en el hall, departiendo con miembros de la dirección. Me vio y mantuvo la sonrisa con la que contaba anécdotas.

—Bienvenido. —me adelanté a sus intenciones y le ofrecí la mano. Él, más dado a los besos, apuró unos segundos y la estrechó.

—Gracias, cuánto tiempo.

—No tanto, hablamos hace poco, por lo de Solís, ¿te acuerdas? ¿Qué tal por Boulder?

—Bien, les estaba contando el ambiente que se respira por allí.

—Ana, antes de que lo olvide —le interrumpí—, me debes ese informe. —De inmediato volví a prestarle atención, pero él captó la intención y continúo respondiendo a la curiosidad de unos y otros.

«Nos vemos», le dije cuando me alejé con Andrés hablando de cosas más importantes, luego, volví al despacho y tardé en recuperar el hilo de lo que estaba haciendo.

No volvimos a coincidir, Roberto mantenía su antiguo despacho en la planta de abajo, estaba a la espera de su reubicación funcional, según había comentado Andrés. Yo paraba poco por el gabinete, tenía visitas concertadas por Ángel o estaba con asuntos de Tomás aprovechando que mi posición no me obligaba a justificar mi tiempo.

A finales de semana salí a comer temprano, por la tarde tenía consulta. Entré en uno de los restaurantes cercanos donde se comía bien, sin mucho bullicio en un salón sin televisión. Mientras esperaba el primer plato le vi aparecer buscando mesa, enseguida me vio y nos saludamos. Era absurdo que, siendo compañeros, fuera a dejar que se sentara en mesa aparte, le hice una seña invitándole y se acercó.

—¿No te importa?

—Compartimos trabajo, no veo problema en compartir mesa.

Se sentó a mi izquierda, el camarero le ofreció la carta y pidió el menú del día.

—¿Qué tal llevas la reincorporación?

—Con paciencia, parece que a Andrés y a algún otro les resulta incómodo mi regreso.

—No creo, supongo que es una cuestión de reorganización, dales tiempo.

—Han tenido tiempo, estaba previsto y por si acaso les avisé, tú lo sabes.

—Me lo dijiste, no de muy buenas formas.


«—Carmen, tienes una llamada del doctor Huete.

Tardé en decidir, era la última persona con la que me apetecía hablar.

—Pásamelo. Roberto, buenos días, mejor dicho, buenas noches. ¿Qué ocurre?

—Eso pregunto yo, qué ocurre para que Andrés me saque de la cama a la tres de la madrugada.

—No entiendo.

—Ya sé que estáis muy preocupados por el paradero de Atienza, pero aquí tenemos las mismas dificultades para obtener información, se lo he dicho: haré lo posible para comunicar con unos colegas con los que hice amistad allí. Hasta ahí todo bien, el problema vino después, cuando empezó a indagar sobre mi futuro a corto plazo. Pensaba que estaba claro: regreso en Octubre, sin embargo, comenzó a tantearme sobre mis intenciones, me ha sugerido la idea de prorrogar la estancia en Boulder o en otra institución en los Estados Unidos o en Europa, si lo prefiero. ¿Qué sucede, Carmen?

—Nada, que yo sepa.

—Detesto las encerronas. Le he preguntado si todo eso tenía que ver de alguna manera contigo. Ahora te lo pregunto a ti: ¿ese burdo intento de mantenerme alejado es cosa tuya?

—¡Cómo se te ocurre! En absoluto, no tengo ni idea por qué ha podido plantearte algo así.

—Me cuesta creerte, su respuesta no ha sido tan clara ni tan rotunda.

—Piensa lo que quieras, a mí no me metas en esta historia. 

—Voy a volver, por mucho que te incomode nos vamos a reencontrar, es inútil que trates de evitarme.

—Te estás equivocando, procura quitarte esa idea de la cabeza. Si vuelves mantendremos una relación estrictamente profesional.» (2)


—Lo siento, me sorprendió tanto la llamada de Andrés que pensé de todo.

—Pues pensaste mal.

Nos trajeron los primeros platos, fin del primer asalto.

—Ha pasado mucho tiempo.

—El suficiente como para no remover el pasado, Roberto.

—No tuve ocasión de pedirte perdón por lo que hice.

—No hace falta.

—He tenido un año para darle vueltas, yo no soy así, me asquea la persona que hizo todo aquello, la que abusaba de las compañeras con tanta broma y tanto…

—No sigas. Me alegra que hayas recapacitado, yo tampoco estoy satisfecha de lo que hice, estaba pasando por un mal momento personal y toleré lo que debería haber cortado desde el primer momento. Bueno, ya está hablado, asunto resuelto, vamos a comer.

Habían pasado dos días desde aquella conversación, yo daba por resuelta la convivencia hasta que se presentó en mi despacho en tromba.

—Ahora te llamo. —Colgué y le miré indignada—. ¿Se puede saber qué haces? Cierra la puerta.

—Vaya, vaya con la doctora Rojas, casi me la cuelas en la comida. ¿Pensabas que no me iba a enterar de que te tiras a tu jefe? Y yo, tan imbécil, pidiendo perdón. ¿Sabes una cosa? No terminé la faena porque no soportaba tu mirada de hielo, te tenía en pelotas con los dedos en… ya sabes dónde y seguías mirándome como si fueses la Duquesa de Alba, ¿pero quién coño te has creído que eres? Una calienta braguetas, nada más, una zorra que se vendió por un ascenso. 

Me levanté cuando los insultos subieron de tono, aun así, le dejé terminar sin perder la calma.

—Genio y figura hasta la sepultura. —recité con sarcasmo—. Ya veo lo poco que has tardado en recuperar tu auténtica personalidad, ¿o es que el rollo del año de reflexión era un cuento para tratar de engatusarme? En lugar de venir a preguntar si lo que has oído es cierto, no has dudado un minuto en volver a ponerte delante de mí a insultarme.  Vete de aquí, vete, no quiero volver a cruzarme contigo, ¿lo has entendido?, ¡vete!


Confidencias a medianoche 

Me había entretenido recogiendo los platos de la cena, me extrañó no encontrarla en el salón, no era tan tarde, entré en la alcoba y la vi frente al espejo de la coqueta concentrada sujetándose un pecho. Sobre un pañuelo estaban los aros que le regalaron antes del verano, unas finas piezas en oro rematadas con unos pequeños zafiros.

—¿Algún compromiso?

Se volvió extrañada, sin duda pensó en algún sentido oculto, nada más lejos de mí intención.

—Ganas de variar, ¿a ti no te pasa?

—Yo no llevó joyas tan sugerentes en los pezones.

—Ni se te ocurra, se lo vi a un tío, queda horrible.

—Ah, ¿sí?, no me lo habías contado.

—Traté de borrar esa imagen, un pezón peludo anillado sobre una barriga cervecera, ¡puaj!

—¿Has decidido cuando te vas a poner el de abajo?

—Yo qué sé.

—Venga ya.

—En serio.

—Os escuché la noche antes de su marcha, se lo prometiste.


«—No tienes palabra.

—¿A qué viene eso?

—“Quiero que me anilles”, me pediste con Piera de testigo, y de un día para otro, apareciste con los pezones perforados.»

—¿Ahora te dedicas a escuchar detrás de la puerta?

—No te escabullas.

—Eso pasó hace mucho, en la fiesta del club, Piera tiene una personalidad muy fuerte y…

—Y es muy atractiva.

—Mucho, yo acababa de tener mi primera experiencia con una mujer.

—Con Irene.

—Con Irene, estaba muy sensibilizada. Piera apareció en el cuarto de baño, creo que me siguió, yo estaba retocándome en el espejo.


«Demasiada humedad sin nada que la contuviera, pensó cuando se limpió tras orinar. Se ajustó las medias y alisó el vestido, fuera del reservado se miró al espejo. Le dolían los pies, demasiadas horas con tacones. Se arreglaba un poco el cabello cuando entró Piera.

—¡Vaya, por fin coincidimos! Estás tan solicitada que no hemos podido charlar ni un minuto. —Carmen detecta su acento italiano más acusado que el de Doménico.

—Es verdad, aunque tú tampoco has estado desatendida.

—No me puedo quejar. —Se acercó a un espejo, sacó del bolso un pintalabios y comenzó a retocarse. Qué tal, ¿te gusta esto?

—Es… no sé, no me lo había imaginado así.

—Ah, ¿no? ¿cómo te lo esperabas.

—No tenía una idea preconcebida.

—Me extraña, Domi tiene una cierta tendencia a exagerar.

Piera pierde la sonrisa, la mira profundamente.

—Doménico tiene muchos planes para ti y creo que tú estás de acuerdo, è vero?

—No sé…

Piera apoya la cadera en el lavabo, la mira, Carmen no puede sustraerse por más tiempo a la intensa mirada de la joven italiana, se siente intimidada, ¿por qué? no es mujer que se acobarde fácilmente.

—Mira —dice señalándose el pecho.

Carmen ve el relieve del pezón, alrededor observa un pequeño círculo, la mira a los ojos, Piera toma su mano con suavidad, sujeta la parte alta de los dedos y la lleva hasta el pecho, hace que las yemas palpen el contorno de ese círculo. No ha opuesto ninguna resistencia y ahora ya es tarde, siente el tacto duro de un objeto redondo, un anillo o un aro que cuelga del pezón; el rubor le caldea las mejillas. Se abre la puerta del baño. Antes de que pueda reaccionar, Piera ha ejercido presión, la suficiente como para impedirle retirar la mano del pecho, ha adivinado lo que iba a suceder y se ha adelantado al pudor. Entra una chica, la ha visto antes, aunque no recuerda el nombre, las mira, entra en un reservado. Piera no deja de estudiarla, la mantiene férreamente pegada a su pecho mientras la chica sigue encerrada. Suena la cisterna y se abre la puerta.

—Ciao Silvia. —dice Piera en tono desenfadado. La chica saluda, Carmen no se atreve a mirarla, tiene los ojos clavados en Piera.

—Ven. —la toma de la mano y la lleva hacia el cubículo del que ha salido Silvia.

—No…

—Vamos —insiste.

—No es el lugar, ni el momento —responde, apenas se la escucha.

—¿No es el lugar, por qué?, ¿porque es un lugar sucio? tú y yo somos unas chicas sucias y hacemos cosas sucias.

Carmen respira agitadamente, no puede apartar los ojos de ella.

—Es un lugar sucio, sí, es lo adecuado, ven.

Entran, le arden las mejillas, apenas caben las dos, la mirada de Piera no es como la de Irene, Piera desliza uno de los tirantes del vestido y descubre su pecho, es más grande que el de Irene, más que el suyo, el pezón está atravesado por un aro dorado, está hinchado, es grueso, sobre una areola pequeña y oscura.

—Tócalo, vamos tócalo. —insiste ante la parálisis de Carmen, por fin, acerca la mano y roza la joya con los dedos como si se fuera a romper—. Así no, sin miedo.

Pone su mano sobre la de Carmen y la guía, hace que lo recorra y le provoca un temblor, luego lleva los dedos al pezón, mueve la joya hacia arriba, gira el aro por dentro.

—¿Te gusta?

—Sí. —apenas se escucha su voz.

—Mírame, ¿te gusta?

—Sí, me gusta mucho. —Piera desnuda el otro pecho, muestra el piercing idéntico, Carmen mira a uno y otro pecho, su respiración se asemeja a un jadeo.

—¿Quieres tener unos iguales?

—Sí.

—Pídeselos a Doménico.

Carmen calla, sigue mirando los pechos, no ha dejado de tocar el piercing, roza el pezón, sin darse cuenta ya es una caricia.

—¿Lo harás, se lo pedirás? 

—Sí.

Le quita la mano del pecho, escuchan la puerta abrirse, voces. Piera se lleva un dedo a los labios pidiéndole silencio, cuando las voces salen del baño exagera un gesto de alivio, luego hace un mohín travieso, se sube el vestido hasta la cintura y se quita el pequeño tanga, Carmen descubre el pubis rasurado, el vientre plano, un ahogo le impide respirar, mira su desnudez de una manera diferente, Piera sube un pie al borde la taza, separa los labios.

—Mira.

Sobre su grueso clítoris aparece una pequeña piedra de color verde intenso sobre una base plateada, por debajo otra igual de menor tamaño.

—Agáchate, lo verás mejor, vamos, agáchate.

Carmen se arrodilla sin pensar en el lugar que estaba. La visión de aquella joya atravesando el clítoris de Piera la tiene trastornada, el órgano parece inflamado. Sin darse cuenta su atención se amplió a todo el sexo, el brillo acuoso que humedecía los labios separados por los dedos, el color rosado, el aroma que comenzaba a llegar a su olfato, ese olor, empezaba a afectarle. Piera sonreía consciente de lo que le estaba sucediendo.

—¿Te gusta?

—Mucho.

—Tócalo. Vamos, no seas tonta, tócame.

Ese matiz, ese cambio sutil en la frase hizo que se volviese a sonrojar y bajase la mirada.

—Te gusto, ¿verdad?

No respondió, no podía responder, llevó los dedos hasta rozar la joya que atravesaba el clítoris, lo movió como había hecho con el piercing del pezón.

—¡Aah! Quieres hacer que me corra, ¿eh, putita?

—No, yo…

—Vamos, tócame si es lo que quieres.

Carmen deslizó los dedos un poco, solo un poco hasta que sintió la tibia suavidad de la carne húmeda. Tropieza con el erecto clítoris, lo roza y escucha el gemido de Piera, la mira, tiene los ojos entreabiertos, sonríe, coge la joya con dos dedos, con sumo cuidado y la mueve, prueba a deslizarlo por el finísimo canal que atraviesa la delicada zona. Una caricia en el cabello, unos dedos enredándose en la melena agradecieron su atención.

—Sigue, no te detengas.

Cómo no seguir, esa joya la atrae, la hipnotiza, ese aroma de hembra que acaba de probar hace unos momentos con Irene por primera vez la vuelve loca. Toca con extremo cuidado el pequeño falo que se yergue ante ella y la mujer que se ofrece expulsa todo el aire de los pulmones por la nariz. Repite el contacto y ve el temblor que provoca en los muslos perfectos de su amante, nuevos brillos brotan del sexo que tiene ante el rostro, el aroma se intensifica, sus dedos improvisan, recorre los pliegues que se muestran ante sus ojos, recibe el flujo que mana gracias a sus caricias y se lo lleva a la boca. No puede más, gatea, se aferra a esos muslos y prueba a tantear la joya con cuidado con sumo cuidado, no quiere herir a su maestra. Cierra los ojos, en realidad se le cierran solos, muere de placer, liba el néctar que fluye abundante, bebe, besa, besa, bebe, juega con la joya, provoca jadeos allá arriba en esa garganta que apenas puede contener los gemidos que no deben ser escuchados afuera donde vuelven a escucharse pasos y voces.

Y cuando consigue arrancarle el orgasmo a la italiana hermosa que debe guiarla en el arte del libertinaje, esta la levanta del suelo, la mira a los ojos y se funden en un beso apasionado.

—Oh, cara mía, ahora entiendo que Doménico esté tan perdidamente loco por ti, llevo toda la noche sin poder dejar de admirarte.

—¡Oh, Piera!

Se abrazan, Carmen está sobrepasada por las emociones, no puede procesar lo que siente; Irene, Piera… es mucho más intenso que cualquier otra experiencia que haya tenido hasta ahora. Y eso la emociona y a la vez le asusta.

—Estaremos juntas este fin de semana, tendremos tiempo de conocernos.

Se funden en un beso intenso, Piera podría caer en otro éxtasis.

—¡Dios, qué me has hecho! —ríen, se abrazan.

Caminan juntas cogidas del brazo. Doménico conversa con Mahmud y otros. Algo ve en ellas y sale a su encuentro.

—Ya está. —dice Piera, Carmen se inquieta, ¿qué quiere decir? ¿por qué se entienden entre ellos?

Piera se acerca y le susurra:

—Díselo, anda, díselo.

Carmen no entiende, no sabe a qué se refiere. Le basta un segundo, le basta ver sus ojos para comprender.

—Pídeselo. —insiste.

Mira a Doménico, ahora lo entiende, el encuentro en el baño estaba amañado. No importa, ha sido tan hermoso, pero no, no puede.

—Vamos, pídeselo, lo estás deseando. —se acerca al oído y susurra unas palabras, Carmen se sobresalta, la mira asustada—. Vamos, ¿no es lo que deseas?

Carmen sigue cogida del brazo de Piera, sus ojos expresan todo el morbo que la domina, sus planes de independencia han saltado hechos añicos, de nuevo se sabe sometida, Piera vuelve a acercarse al oído y repite la frase, Carmen entorna los ojos, la pasión puede con ella.

—Quiero que me perfores el coño.

Suspira, vacía los pulmones, Piera se acerca y de nuevo murmura algo al oído.

—Y mis pechos, quiero que me perfores los pezones.

Tiembla, exhala el aire en medio de un temblor que no consigue dominar. Doménico la mira sin pronunciar palabra, Piera le observa, pasan unos segundos en los que la emoción se palpa.

—No hay prisa, piénsatelo. Mañana cuando hables con Mario me cuentas como te ha ido, esto es algo que también debes hablar con él ¿no crees?

Carmen no podía esperárselo, se echa a los brazos de Doménico.

—Cálmate, vamos cálmate.» (3)


—Por eso sigue molesto, cuando vio los aros se sintió engañado.

—No está molesto, lo utiliza para presionarme… ya lo oíste.

—Lo dejó muy claro, esta vez te has comprometido, lo juraste. Quien lo iba a decir, tú, jurando.


«—Me dijiste que no me precipitara.

—Esa no es razón para faltar a tu palabra, me lo habías pedido a mí, no a esa…

—Irene.

—¿Qué pasó para que os hicierais tan amigas?

—Cosas nuestras,

—¿Tanto como para que te regalara unos aros?

—Puede ser.

—¿Seguís juntas?

—Rompimos.

—Y eso, ¿por qué?

—Le hice daño sin pretenderlo.

—Por lo que estoy viendo no lo has superado. Es mejor que lo habléis.

—No. Bastante tuvo con enamorarse de una hetero, vivía en una contradicción y ahora no podría entender la vida que llevo. Es mejor así, tarde o temprano lo nuestro se habría acabado, en cierto modo, lo que pasó fue oportuno.

—¿Qué pasó?

—Déjalo estar.

—Aún puedes cumplir tu promesa, dijiste que querías anillarte como Piera, ¿lo recuerdas?, te falta el más hermoso.

—No sé, es arriesgado 

—Piera me contó que lo probaste y no te disgustó.

—¿Eso dijo?

—Puede venir y acompañarte al sitio donde se lo hicieron a ella, es una clinica de confianza con todas las garantías.

—Piera tiene su vida en Barcelona, no puedes andar moviendo a la gente a tu antojo.

—Por ti hará lo que le pida, le gustas.

—No me fastidies.

—¿Acaso no te has dado cuenta?

—Sí, pero...

—Dale una oportunidad.

—Ahora no, Domi, ahora no.

—Entonces deja que te acompañe, nada más, puede ayudarte.

—No sé qué hacer. ¿Tanto lo quieres?

 —Lo deseo, amore, será el símbolo de nuestra unión.

—De acuerdo, hagámoslo, cuanto antes.

 —Todavía no, quiero disfrutarlo yo. A mi regreso. Esta vez no me falles.

—Te lo juro.»


—Es verdad, se lo dije, pero cuanto más lo pienso menos convencida estoy.

—No debiste comprometerte, Doménico no te lo va a tolerar una segunda vez.

—Ya pensaré lo que hago, hay tiempo.

—¿Hacemos una apuesta? No hace falta. Voy a ir mirando modelos para regalarte uno en nuestro aniversario.


Citas

(1) Capítulo 156 Jaque a la reina Noviembre 2021

(2) Capítulo 181 El día después Enero 2024

(3) Capítulo 79 Decepciones, ilusiones Junio, 2014















 




191 comentarios:

  1. La calma dice, pobre Emilio casi conseguís que salga corriendo, me a gustado mucho el capítulo 190, pero tengo algo que reprocharle a Mario, el no contarle a Carmen la conversación que tuvo con Fernando y Esther.

    Lo de intentar castrarse con pastillas no es una buena idea, yo estuve un tiempo tomando orfidal después de la muerte de mi madre y después me costó un mundo poder dejarlas, me creo insomnio y todo.

    Han vuelto Carmen y Mario en su máximo esplendor, no hay Domenico, Tomás, Angel ni ningún hombre que haga sentir a Carmen lo que le hace sentir Mario, en cuanto a Mario con Carmen pasa exactamente lo mismo.

    Lo único que e echado de menos en este capítulo es la charla entre Mario y Carmen en mayor profundidad.

    Roberto es un mal bicho, y veo que radio macuto funciona mejor que la fibra óptica en ese gabinete, que mala es la envidia, espero que Carmen ponga en su sitio a Roberto, tiene un fondo demasiado oscuro.

    Por hoy es suficiente, mañana volveré a leerlo, pero tengo que decir que la calma me a sentado muy bien, capitulazo Mario y Carmen, os felicito a los dos.

    ResponderEliminar
  2. No lo he comentado, pero Carmen me a gustado mucho en este capítulo, como a manejado los miedos de Mario, cuidandolo y mimandolo, Carmen es una grandisima mujer.

    ResponderEliminar
  3. Conocía al grupo y en cuanto ha soñado la canción la he reconocido. Fantástica idea la de proponernos leer el prólogo con banda sonora, que se repita, por favor.
    Gran capítulo, es muy tarde y venimos derrotadas de pasar toda la tarde de compras y luego de cena con amigas. Mañana comentaré cómo se merece.

    ResponderEliminar
  4. Excelente capitulo, me he encontrado con esto en el camino;

    —Tienes razón, la vuelta de Roberto me tiene nerviosa, no lo puedo evitar.

    —No hay motivo, tú MISMA MISMA dijiste que estuvo muy correcto cuando hablasteis por el tema de Solís.

    Gracias por el regalo y a seguir disfrutando de las vacaciones.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así me gusta, Shubert, que estéis atentos, con la ballesta preparada para asetear al gazapo que se atreve a asomar la cabeza.
      Corregido.

      Eliminar
  5. Nos vamos dando un paseo, ahora que todavía corre una brisa medianamente fresca, por el camino que lleva al pueblo. Tomareos un vermut, o dos, unas tapas y, si se arriman algunos amigos, terminaremos comiendo a base de raciones. Ya sé que me han recomendado nada de alcohol, pero... ¡que coño!, Carrpe diem. No dejes para mañana los placeres que puedas disfrutar hoy con la persona que quieres. Adioooooos!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Es cosa mía o Domenico esta algo celosillo por Helena y los aros que se puso Carmen.

    Otra cosa que no comenté ayer fue la efímera aparición de Graciela, me entristeció, espero de verdad que vuelva, entiendo sus miedos, pero como bien dijo Lucía, Graciela es otra gran mujer como lo es Carmen

    ResponderEliminar
  7. En una primera lectura la sensación que me queda, efectivamente es de calma, piezas de un puzzle perfectamente encajado. Aunque también echo en falta más diálogo que provoca llegar a esa calma.
    Después de la tormenta Domenico desaparece otra vez con un contexto muy pasado por alto pero seguro que debió ser mas profundo.
    Tomas vuelve también sin apenas situarnos, solo que ha vuelto! Como encaja esta pieza en la nueva situación?
    Roberto, Graciela, Candela, vuelven a aparecer personajes que a mí me invitan a pensar que son piezas de este puzzle de Mario y Carmen y que forman parte de su calma (Bueno en el caso de Roberto aún no sabemos)

    La calma viene de saber que Mario y Carmen se entienden y encajan, aunque habrá más tormentas sin duda (cuando se entere como decís de las conversaciones con Esther y Fernando).

    Con la vuelta de Tomas volverá a aparecer Gerardo?

    Con la marcha del italiano en que queda Tratado de Barcelona? Habrán marcado reglas para mantener la trieja?

    Volveré a leerlo con calma pero son mis primeras impresiones

    ResponderEliminar
  8. Excelente Mario, gracias por regalarnos un nuevo capítulo.
    Leí con detenimiento y em gusto, aunque como a varios de lo que ha comentado, me hubiera gustado ver un dialogo mas extenso de la conversación entre Mario y Carmen. tener mas detalles.
    Después de la tempestad viene la calma, y se ve que Mario y Carmen, están más que compenetrados, y que todo esto lo ha unido mas, ahora falta ver la rección de Carmen cuando se entera de que Mario hablo son su papá t con su hermana, habrá otro encontronazo.
    Roberto no creo que se quede con los brazo cruzados, e intente algo mas con Carmen, pero Carmen ahora esta mas curtida, y no creo que le pase una sola a Roberto. Haber que nos cuenta Mario al respecto en próximos capítulos. Y del percing, Mas temprano que tarde Mario le va a regalar esa perforación en el clítoris, haber que cara pone Carmen.
    Le dare itra leida para tener mas claro todo el relato.

    ResponderEliminar
  9. Si Carmen se pone el percing será por Mario, igual que en el futuro se tatuaje el 9 en la espada también por el.

    Domenico, Tomás, Angel, a ellos les dice que si por seguirles el juego, la única excepción fue Helena, es la única persona a parte de Mario por la que Carmen sintió algu profundo, de ahí lo de los aros.

    ResponderEliminar
  10. TORCO

    Si seguimos así, a Emilio seguro que lo perdemos por un ataque al corazón. No podés tirarle ese tema sin anestesia. Yo entiendo que el hombre es un gran profesional pero a este ritmo no hay cuore que aguante.

    Bin Laden un magnífico plan y se te escapa la cucaracha de Roberto. Hasta el mejor plan puede fallar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con lo de Bin Laden me has despistado.

      Eliminar
    2. TORCO

      Fue un poco de humor negro. Tan brillante plan y el maldito de Roberto se salva. Por eso lo de hasta el mejor plan puede fallar.

      Miriam dice que no aprendo más. Mi defensa , pobre y débil, se refugia en la edad. De poco sirve.

      Eliminar
    3. Ahora lo he pillado, estaba un poco despistado.

      Eliminar
    4. Roberto vusca follar con Carmen y tal vez lo consiga, pero que no se nos olvide que Carmen es como Maquiavelo, algo me dice que Roberto se va a arrepentir de intentar meterse entre las piernas de Carmen.

      Yo tengo una botella de cerveza negra fresquita en el frigorífico para cuando eso suceda, festejaria la caída de Roberto con Champán, pero la verdad es que esa bebida no me gusta.

      Eliminar
  11. Con respecto al piercing, en capítulos anteriores ya Carmen le prometió a Mario que él la acompañaría para hacerlo. Sabemos que Doménico está interesado, Tomás también le insinuó que él conocía a un médico que le podía realizar el procedimiento y que él estaba dispuesto a acompañarla.
    El tatuaje, no estoy tan seguro ese que salió en el capítulo de la playa había una parte donde Mario toma un marcador y él mismo realiza el tatuaje así que no estoy seguro de que Carmen haya pasado por esas agujas.
    Apasionado no es Elena es Irene.
    Un saludo para todos.

    ResponderEliminar
  12. A ver si no me interrumpen y puedo escribir lo que quiero decir.

    Lo leí el domingo por la madrugada, recién llegado del macro puente. No me llevé la tablet y el móvil estuvo en silencio solo para urgencias.
    Como me fío de las músicas que recomienda Mario copié el enlace y lo pegué en el móvil, o yo leo muy despacio o la canción se queda un poco corta para la entradilla, no importa porque lo que sonó después iba en la misma línea de nostalgia. Eres el puto amo, podías hacer cine, me puse en situación, talibanes, yankis haciendo de las suyas, el mundo al revés y un anuncio de lo que nos vas a ir dando poco a poco. Qué cabrón, cómo nos pones los dientes largos.

    La puesta en común de Carmen y Mario es suficiente, para qué darle más rollo. El subidón de cabreo tenía que bajar y no hacen falta más explicaciones, yo no las necesito. Espero que Mario aprendiese la lección porque no le quedan muchos más comodines.

    El eunuco es una secuencia que me ha costado digerir y por eso he tardado en comentar. La primera reacción de rechazo me hizo pensar ¿Qué coño me pasa? Al final voy a salir de aquí convertido en psicólogo. Me pregunté por qué me producía tanto rechazo, me estaba comportando casi como los talibanes de TR, tardé todo el lunes en aceptar que eran prejuicios y vergüenza, lo comparé con otras cosas que he hecho y no voy a contar y me di cuenta de que todos tenemos secretos que no querríamos que se supieran porque nos joderia nuestra imagen ante los demás. Lo que hacen Mario y Carmen en privado es PRIVADO y nadie lo sabe, solo nosotros porque tenemos la suerte de contar con Mario. Su imagen pública no resultó dañada porque, supongo, nadie se enteró. Ahora vendrán los talibanes a ponerlos a caldo en TR como me pondrían a mi si supieran lo que no van a saber.

    Roberto es un hijo dé la gran puta y un amargado porque no consiguió a la mujer que deseaba. ¿Carmen lo hizo mal? Por supuesto, pero el auténtico cabronazo es Roberto, no lo olvidemos, espero lo peor de él.

    El piercing caerá y será cuando Domenico vuelva, no tengo la menor duda. Carmen lo quiere y Mario también. Sobre el tatuaje tengo muchísimas dudas.

    Ale, espero no haber ofendido a nadie y no haberme ganado otro rapapolvos como el que me llevé en el capítulo anterior. Todavía me escuece.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por mi parte totalmente de acuerdo con tu comentario.

      Eliminar
    2. Sinceramente no veo necesario esperar a Domenico, Carmen es la que tiene dudas y lo veo lógico, es ella quien se lo tiene que poner, yo no creo que seria capaz de estar en su misma situación, pero si algún día se ve preparada no tiene porque esperar a Domenico, conque le acompañe Mario es suficiente.

      Eliminar
  13. Lo primero gracias por este maravilloso relato.
    Para mí, fue una gran sorpresa, ya que me estaba haciendo a la idea de no tener más relatos hasta septiembre, y que sorpresa me lleve al pasar de casualidad por el blog.
    Estoy de acuerco con el comentario de dos octavas, y con respeto al posible cabreo de Carmen cuando se entere de las conversaciones de Mario con su cuñada y su suegro, no creo que sea muy grande.
    Y creo que no va a ser grande por un detalle, si no entendí mal, al principio, me dio la impresión de que Carmen por primera vez es consciente que tiene una pequeña señorita Hyde en su interior, que no controla. Por eso creo que sabrá ver la preocupación de Mario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues espero que sea así, pero lo dudo, Yaque Carmen sentirá que Mario sigue sin decirle lo que hace, se sentirá traicionada. aunque puedes ser que entienda pronto porque lo hizo

      Eliminar
  14. Yo opino que Mario tendría que contarle a Carmen la conversación que tuvo con su padre y Hermana, el padre de Carmen conoce toda la verdad de la nueva vida de nuestro matrimonio preferido.

    Esther también conoce toda la
    verdad, Mario necesita trabajar en tardes con Carmen, el solo no puede ayudar a Carmen como es debido.

    Carmen se va a cabrear, si, pero creo que se le pasará cuando Mario le cuente lo que averiguo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dónde has leído que el padre de Carmen conoce toda la verdad sobre su nueva vida? Y su hermana conoce algo pero toda toda ni de lejos.
      Carmen se va a cabrear con toda la razón, Mario es una mosca cojonera no ha hecho otra cosa que incordiar desde el principio del diario metiendo la pata y jugando para su propio interés. Con ayuda como esa prefiero que me dejen que me apañe solo.

      Eliminar
    2. El padre de Carmen sabe que tiene una vida liberal, lo único que no le a dicho es que ejerce la prostitución, pero lo demás lo sabe.

      Mario a metido la pata, si, ¿y Carmen no la a metido?

      Ayudas como la de Mario dices, claro como que las ayudas de Tomás, Domenico, Angel y compañía son mejores.

      Mario miraba al principio por su propio interés, dime tu que gana ahora en contar lo que contó al padre de Carmen y a su hermana.

      Mario de ahí no saca nada en su favor, todo lo contrario, esto le puede costar el matrimonio, pero no lo a dudado, porque Carmen no está bien.

      Dosoctavas entiendo que defiendas a Carmen, pero no eres nada objetivo.

      Eliminar
    3. En el capitulo donde va a ver a Doménico, habla con el papa y le cuenta algo sobre la vida que han llevado despues de el viaje a sevilla, claro no le cuenta todo a detyalle, pero si el deja ver que llevan una vida liberal con trios, lo mismo con la hermana, y el padre le cuenta a Mario lo que sucedio en el pueblo con el tio y los primos

      Eliminar
    4. Bruto.
      🤣 Cayo has oído 😂😂😂

      Eliminar
    5. Bruto.
      Hace tiempo que no me lo pasaba tan bien, que Mario es una mosca cojonera, lo sabemos, que lo suyo no tiene un pase y que le van a cortar los huevos, también.
      Que tiene excusa por la preocupación y que saldrá más o menos bien, lo esperamos.😂

      Eliminar
    6. Oído, tocado y hundido. Las moscas es lo que tienen, a lo que se descuidan, ¡zas!, zurriagazo.

      Eliminar
    7. No eres objetivo, dices, mientras clavas tu pupila en mi pupila azul.

      Eliminar
  15. Aunque le haya dicho a Dosoctavas que no es objetivo, eso no quita que tenga razón en muchas cosas de las que comenta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bruto.
      Creo que me está llamando capullo a mí y con razón.
      No quiero acostumbrarme a las bolitas, jajaja.

      Eliminar
    2. Demasiado suspicaz, querido Bruto.

      Eliminar
  16. Bruto.
    Eso ya lo sé, pero y lo que me divierto.🤣

    ResponderEliminar
  17. Bufff, no había visto la épica puesta en escena de Gojira en la apertura de los juegos olímpicos, como heavy que soy para mi es histórico.

    Otra cosa que me emociono fue volver a ver cantar a Celine Dion, después de haber visto su desgarrador documental, me emocione viéndola cantar con una voz potente.

    Así que yo de momento en estas olimpiadas me quedo con Gojira y Celine Dion.

    ResponderEliminar
  18. Para mí, el heavy perdió interés después de Led Zeppelin y alguna otra cosa (Smoke on the water, por ejemplo), soy un clásico, lo sé. Celina Dion nunca ha sido santo de mí devoción (me ha salido un pareado), como tampoco Adele y otras “gargantas acrobáticas”.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Led Zeppelin no es heavy metal, es hard rock que es diferente.

      Que conste que a mi me gusta Led Zeppelin y tengo toda su discografía en vinilo, pero la puesta en escena de Gojira en la Conciergerie, un edificio con tanta historia en Paris, Led Zeppelin en su puta vida, Mario Duplantier le da mil vueltas a John Bonham en la bateria, pero para gustos los colores y como te gusta Led Zeppelin estas perdonado, yo tampoco estoy siendo nada objetivo jajaja.

      Para mi lo de Celine Dion tiene mucho mérito, con la enfermedad que padece, a cantado en la apertura de los juegos olímpicos con buena nota, a sido muy valiente y eso hay que reconocerselo.

      Como Nadia lea tu comentario, se va a cabrear, Celine Dion es su cantante favorita, voy a ser yo quien pague los platos rotos que lo sepas y no sabes lo Valkirya que se pone cuando se cabrea.

      Mario no me has mencionado a Deep Purple, fallo Mario fallo, jajaja.

      Que tengáis todos un buen fin de semana.

      Eliminar
    2. 1.- ¿He dicho Smoke on the water? Sí, lo he dicho.
      2.- Me reafirmo en que las “voces trapecisticas” (Diones, Adeles…) me dejan frío.
      3.- El hard rock es al heavy metal lo que el Rioja es al vino peleón.
      (En la que me estoy metiendo…)

      Eliminar
    3. Has puesto el título de una canción, el grupo se llama Deep purple, por eso te he dicho lo del fallo.

      El Rioja es un vino totalmente sobrevalorado, pero Iron Maiden siendo heavy metal, muy superiores a Led Zeppelin, puesto por puesto de la banda, lo mismo me pasa con Gojira, en la apertura de las olimpiadas, podían haber hecho cualquier cosa, es un grupo de heavy metal que no es tenido en cuenta fuera de las fronteras de este género, pero hicieron un trabajo soberbio, además que la colaboracion de Marina Viotti fue buenisima.

      Lo dieron todo, haciendo una puesta en escena brutal tomándose muy en serio su trabajo.

      Nadie daba un duro por ellos y fueron de lo mejor sorprendiendo a metaleros y a los no metaleros, para mi de lo mejorcito.

      De hecho se sigue comentando su actuación.

      Como me gustan estas charlas Mario, las solía tener con mi padre cuando aún vivía, nos pasábamos horas, el hablaba de los grupos que le gustaban y yo de los que me gustaban a mi, gracias a el descubri Dire Straits, lo que me estaba perdiendo.

      A sido un momento muy nostálgico para mí y te lo agradezco de corazón.

      Eliminar
    4. Estamos de acuerdo, donde esté un buen Ribera de Duero…
      Y eso que ahora le ha dado a todo el mundo por el Godello, qué cansinos.

      Eliminar
  19. Pasaba por aquí para ver si había algo nuevo, y me encuentro gratamente con semejante relato .... Gracias Mario! Me sorprendieron varias cosas de Carmen al leer. Que siguiera cogiendo con Guido ñ, y lo extrañe al no tenerlo.. Que reconozca haber humillado innecesariamente a Mario, sabiendo que es prácticamente el único que vive para ella. Que no contemple que su conducta agresiva staba dictada o potenciada por el consumo de cocaína. Que siga diciendo que no quiere hacer algo que sí quiere hacer (piercing en clítoris)
    Otro gran relato, y can....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo del piercing en el clitoris le pone a Carmen, pero le da miedo, joder si yo estuviera en su situación también me lo pensaria, con lo sensible que es esa zona tiene que doler mucho, además de posibles infecciones que puedan traer complicaciones.

      Eliminar
  20. En el jardín con una copa mirando las estrellas escuchando esta música.

    https://open.spotify.com/track/1ILzp5O3eCNWXDtMozdoGh?si=T_LHg4yrRkW4jdEr05n2Dw&context=spotify%3Aplaylist%3A37i9dQZEVXcFkoCzOMHAR6

    ResponderEliminar
  21. El heavy metal está sobrevalorado. Oído uno, oído todos.
    Me voy a dormir, estoy muy perjudicado. Ribera for ever

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese argumento que has esgrimido sirve exactamente para todos los géneros musicales, pero esa es la diferencia entre tu y yo, tu oyes el heavy metal, yo lo escucho.

      Eliminar
  22. Decir Smoke on the water es decir Deeo purple. Más Annie Lennox y menos Celin Dion
    Menudo pedo llevo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De eso nada, los grupos tienen su nombre, si no parece que ese grupo sólo sea recordado por una buena canción y Deep Purple tiene unas cuantas canciones buenas, porque a la hora de referirse a Led Zeppelin no a escrito Stairway to Heaven, a llamado al grupo por su nombre.

      Además será que entre las voces de Annie Lennox y Celine Dion hay mucha diferencia.

      Joder ahora va a resultar que Celine Dion es la rana gustado de las cantantes, Celine Dion tiene una enfermedad muy jodida, nadie daba un duro por ella y a vuelto a cantar con una voz casi igual a la que tenía.

      Solo he comentado que esa mujer tiene mucho valor, en vez de quedarse lamentándose a luchado y a vuelto a cantar.







      Eliminar
  23. Vaya resacón, ¿dije muchas tonterías? Sí que entre las voces de Annie Lennox y Celine Dion no hay mucha diferencia. O lo dijo otro? Esto me pasa por mezcla alcohol con café, no puede ser.
    He soñado con la rana Gustavo cantando Im still loving you y el pato Donald cantando Communications breakdown. No vuelvo a salir de noche

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes, con veinte años sales bebes y al día siguiente jodido, pero contento, ahora con más de cuarenta cada vez que salgo, solo me queda lo de jodido, lo de contento se lo llevo el tiempo.

      Además que las resacas cada vez duran más.

      Eliminar
  24. Saben aquell que diu…

    Iban dos en un globo, sobre el mar, plagado de tiburones. Y le dice uno al otro: «Se está acabando el queroseno, o empezamos a tirar cosas al mar o no llegamos a la costa». Y le dice el otro. «Agarra todo lo que puedas que yo te empujo»

    Pues yo estoy como el del globo, viendo que no llego a la costa —que es la primera semana de Septiembre— como no aligere la carga y hoy he dedicado la mañana a tirar por la borda unas cuantas escenas, el equivalente a veinticinco minutos de relato. Tranquilos porque no han sido pasto de los tiburones, han ido a parar a un documento de reserva donde reposan lo que serán futuros capítulos; el limbo qué dirían los cristianos.

    Todo porque estamos a tres de Agosto, la barquilla del globo cada vez pesa más y corre el riesgo de no llegar a buen puerto, es decir, naufragar entre tiburones antes de la fatídica fecha.

    De momento el «peso» ha bajado de sesenta y tantos minutos a cuarenta y no descarto arrojar por la borda más material, todo sea por publicar antes de mi partida, lo prometido es deuda y necesito, como mínimo, quince días para depurar, corregir y revisar, soy un maniático para eso.

    ResponderEliminar
  25. Había decidido no comentar este capítulo pero entre Mario y Dis Octavas me han obligado.
    Mario, tú dirás cuando quiera donde te vas en septiembre, de momento nos tienes con la intriga, ni donde ni cuánto tiempo ni nada de nada. Eso no se hace.

    Dosochi: muy mal lo de no decir que i still loving you es de Julio Iglesias y Comunications breakdown es de Chavela Vargas, luego pasa lo que pasa.y se montan los equívocos, qué te costaba.

    ResponderEliminar
  26. Cómo dice el dicho, calma y nos amanecemos.

    Tomate el tiempo que requieras, para publicar el próximo capítulo. Pero no lo recortes mucho para poder tener suficiente material para analizar.

    Para mí Celin Dione, es una cantante extraordinaria, pero como se dice en gustos se rompen géneros

    Buen fin de semana

    ResponderEliminar
  27. Mario tómalo con calma ya nos regalaste un capítulo extra antes de septiembre si de aquí a que termine el plazo no te gusta lo que tienes listo nosotros no nos vamos a enojar.
    Nos tienes mal acostumbrados a una excelente escritura y muy pocos gazapos.
    Un saludo y recuerda que la prisa trae cansancio.

    ResponderEliminar
  28. Yo ya lo dije ayer, Yo soy metalero, me alegro ver que Gojira dejo el pabellón bien alto en la apertura de las olimpiadas, también me alegro ver a Celine Dion volviendo a cantar con soltura, después de lo mal que lo a pasado por su enfermedad.

    Hoy en día hay muy pocos cantantes y muchos figurines, como el tal Bad Bunny que le nombraron el nuevo rey de pop, el pop ya tiene monarcas y son inmortales, Madonna es la reina y Michael Jeackson es y será el rey.

    Mira que no me gusta el pop, pero al Cesar lo que es del Cesar.

    ResponderEliminar
  29. Bajo los álamos, con un café, escuchando a Sophie Zelmani

    https://youtu.be/SmQyPIocqGs?si=yIHK6nqDZpeQSyVs

    ResponderEliminar
  30. TORCO

    Si Madona es la reina y Michael Jackson es el rey, Eric Clapton es Dios

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí señor, y Tina Turner de María Magdalena, porque lel papel de virgen no le pega nada.

      Eliminar
    2. Eric Claoton destaca en el blus, con una guitarra magistral, por eso no lo he catalogado dentro del pop, juega en otra categoría, pero para mi Michael Jackson estaba en una escala superior.

      Mario, Tina Turner era una cantante soberbia, pero No era Maddona, tenía mejor voz eso nadie lo discute, pero no tenía la repercusión que tuvo Maddona.

      Por eso vuelvo a repetir, no me gusta el pop, pero Maddona y Michael Jackson están por encima de todos los demás.

      Eliminar
    3. No tengo ni idea de copla pero para mí la reina es Martirio y al que me lleve la contraria le suelto un rollo sobre la copla sacado de google con dos cojones, hombre ya!

      Eliminar
  31. Por lo del relato no te preocupes Mario, si no te da tiempo, no pasa nada, esperaremos pacientemente.

    ResponderEliminar
  32. Bruto.
    Buenas tardes Cayo,
    A estos ni caso, un compromiso es un compromiso siempre, así que un poquito de tijera, lo justo que no hay que pasarse, lo que me alegra es que tengas varias escenas, te habías pasado con la calma y estábamos como si no hubiese un futuro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mario prometió el capítulo 190 para principios de septiembre, lo publico a finales de julio, ya a cumplido su promesa, que pueda publicar el 191 antes de septiembre sería un regalo, si lo consigue bien venido sea, que no le da tiempo, Mario ya a cumplido de antemano.

      Eliminar
  33. Este es el único capítulo que se me ha resistido a la hora de comentar, me he puesto a ello varias veces, lo he releído y no he sido capaz de expresar lo que me hace sentir. Hay escenas que no comprendo por más vueltas que le doy y antes de que alguien saque conclusiones precipitadas diré que no se trata de rechazo ni censura, es otra cosa.
    Por eso me quedo con esta frase del protagonista:
    “ ella y yo, por encima de todos y de todo. Haría cualquier cosa por ella”

    Y vuelvo a lo mismo, que nadie piense que lo tomo como un acto de resignación sino de fe en la otra persona y sobre todo de amor.

    ResponderEliminar
  34. Bruto.
    Buenas tardes a todos, me ha pasado en varios capítulos que no he sabido o podido comentar y creo que se debe a que lo que me están contando no entra dentro de mí muy limitada lógica, no soy capaz de racionalizarlo, pero ahí entran los sentimientos que en nosotros produce el relato y varias veces he tirado de ellos con mayor o menor acierto.
    Este no iba a ser para nada mí comentario pero ya ves.

    ResponderEliminar
  35. “ ella y yo, por encima de todos y de todo. Haría cualquier cosa por ella” yo también me quedo con esta frase que a comentado Lucía, porque es lo que mantiene unido a este matrimonio.

    A Carmen le pone humillar a Mario y a Mario ser humillado por Carmen, solo por ella, no lo digo de forma despectiva, esto no deja de ser un juego de cama, un juego de roles, como cuando uno interpreta a un paciente y tu pareja la medica sexy.

    Lo único malo que veo es que Mario empiece a utilizar pastillas para autocastrarse, eso no puede acabar bien, Emilio en vez de una receta tendría que haberle dado un par de guantazos.

    Este capítulo a estado lleno de calma hasta que a llegado Roberto, como se folle a este personaje, Carmen se va a caer definitivamente de mi pedestal, por el momento parece que eso está descartado.

    Como he dicho el capítulo a estado rodeado de una calma que me recuerda a las calmas que preceden a una monstruosa tormenta, estoy seguro que Mario nos tiene más de una sorpresa preparadas.

    ResponderEliminar
  36. Te entiendo perfectamente, Bruto, los últimos capítulos, al leerlos por primera vez son como bofetones, me dejan conmocionada por eso tardo tanto en comentar. Mario está poniendo el nivel muy alto.

    ResponderEliminar
  37. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, en vista de que esto está demasiado calmado yo tengo dos cuestiones, te cito textualmente " El futuro se planteaba ilusionante, tanto en lo personal como en lo profesional. Nada hacía pensar que nos lo jugaríamos al azar."
    Esto va a ser inmediato o tendremos que esperar.
    No lo pones en un contexto temporal y despista, ya sé que está escrito para mentes más despiertas que la mía que en seguida lo ubicarán sin problema.
    Y otro tema que no tes baladí ¿Qué pasó con el ramo?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El contexto, Bruto, siemore da las claves.
      « Teníamos un matrimonio consolidado, feliz, sin el típico acomodamiento que dan los años de convivencia. El futuro se planteaba ilusionante, tanto en lo personal como en lo profesional. Nada hacía pensar que nos lo jugaríamos al azar.»
      El protagonista añora lo que tenían antes de jugarse su estabilidad por la pasión y el deseo llevados más allá de la fantasía.
      Con respecto al ramo, sigue ahí criando malvas, podrido, oliendo a agua detenida y siendo un criadero de mosquitos.

      Eliminar
    2. Bruto.
      Me he apuntado que tengo que escribir cien veces que no se deben de sacar las cosas de contexto para jugar.

      Eliminar
    3. Así me gusta, Bruto, que luego se nos caen de las manos sobre el ramo y se ponen hechas un asco.

      Eliminar
  38. Se nos olvidó a otro de los genios de la música, Phil Collins, un grandisimo batería y un gran cantante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Phil Collins que admiro es el de Génesis y el de su primera etapa, el de “in the air tonight”. Después le cogió gusto al dinero fácil y empezó a escribir mediocridades hasta hoy.

      Eliminar
    2. Opino igual que tú Mario, para la etapa de Genesis es una Genialidad.

      Eliminar
  39. Hay un dicho que dice, quien algo quiere, algo le cuesta. Mario quiso llevar a la realidad todos sus deseos, provocando un terremoto que destruyó esa estabilidad que tenían en su matrimonio hasta ese momento, si hacer realidad esos deseos mereció la pena, solo Mario y Carmen lo saben, no se si nosotros llegaremos a saberlo, pero la verdad es que no importa lo que nosotros podamos sentir o opinar.

    Solo importa lo que Mario y Carmen sintieron y sienten hoy en día.

    ResponderEliminar
  40. Saludos compañeros comentaristas, he notado que todos hablan acerca de cómo Carmen humilla a Mario y este lo permite y lo disfruta.
    Me llama la atención la forma que usa Mario para encender a Carmen cuando en la conversación que tiene con Emilio en el momento en que le pide que la llame para que le aclare sobre la medicación que le estaba pidiendo y escucha a Emilio conversar con Carmela, le pide que le pague la tarifa a él y no a Carmen y Carmen me imagino que se mató de la risa al ver que Mario fungía como su chulo.
    Esta pareja tiene unas formas muy divertidas de entretenerse.
    Que todos estén bien un abrazo fuerte

    ResponderEliminar
  41. Concuerdo contigo Shubert, tienen una manera muy peculiar de entretenerse. Yo no creo que a Mario le guste mucho lo humille Carme. y tampoco creo que Carmen disfrute humillando a Mario.

    ResponderEliminar
  42. Los gazapos se agazapan hábilmente. Hoy he publicado en TR y, revisando encuentro a Roberto aceptando la invitación de Carmen a sentase a su mesa en el restaurante, «¿No te importa», le pregunta sin cerrar la interrogación, a él puede que no, a mí, con lo manías que soy, mucho. Doy caza al gazapo y le planto un cierre de interrogación como Dios manda. En TR se queda como está, que le vamos a hacer.

    ResponderEliminar
  43. Bruto.
    Buenos días Cayo, hoy has publicado en TR y eso quiere decir que pronto tendremos un nuevo capítulo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aún no he terminado la redacción del texto, Diego me está dando algún quebradero de cabeza y hasta que no acabe con él (en el sentido literario del término) no voy a pasar a la fase de corte y corrección. Carthago delenda est, decía tozudamente Catón, yo estoy en en las mismas, tengo terminar con Diego como sea y si se me echan las fechas encima lo saco de escena.

      Eliminar
    2. Hay ganas he amigo bruto, yo estoy enganchado a unos comic de DC, se llaman DCsos, si alguno le gustan los cómics, se los recomiendo, es una historia muy buena.

      Eliminar
    3. Buenas tardes querido Apasionado, siento decirte que hace mucho que no leo comics, pero intentaré leerlos después de tan buena recomendación.

      Eliminar
  44. Ah ya recuerdo! el propiciador del tatuaje! por cierto tengo la duda de si fue real o pintado como ha sugerido algún comentario

    ResponderEliminar
  45. Bruto.
    A mí Diego me cae bien y las situaciones pueden ser muy interesantes y morbosas, así que a currar y no lo saques de la escena a no sea imprescindible para cumplir con los compromisos, cosa muy buena y necesaria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi no me cae nada bien, es un personaje, si necesitas sacarlo del capítulo, para que este quede mejor, sácalo sin ningún remordimiento.

      Eliminar
    2. No hagas caso a mi último comentario Mario, mucho calor, mucho trabajo y encima van los cabrones de mis amigos y me dicen que se iban a la plalla mientras yo estaba sudando la gota gorda en el curro.

      Que falta de tacto tienen los cabrones, pero me quedo con lo positivo, tengo dos días de descanso por delante.

      Eliminar
  46. Ya está encarrilado, todo era cuestión de dejar el IPad y trabajar a pantalla grande. Y aprovechar que me quedaba solo un par de horas.

    ResponderEliminar
  47. Me niego a creer que Graciela desaparezca es una mujer fundamental para los dos, tarde o temprano volverá de Paris, me juego el cuello.
    Un dato importante es que ha ido a ver A Carmen antes que a Mario.
    El triángulo Diego - Carmen - Candela tiene más potencia que un misil de largo alcance, Mario no lo saques del relato haz lo que sea y si no no haberlo dicho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo con Dosoctavas en que Graciela es una mujer muy importante en la vida de Carmen y Mario.

      En cuanto lo de que Graciela haya ido a ver a Carmen en vez de a Mario, ¿ es posible que Graciela sienta algo más que amistad por Carmen?

      Ya me diréis lo que opináis.

      Eliminar
  48. pienso que Graciela siente más que una mera amistad por Carmen, y está claro que con Mario también, pero para Graciela no está en su ADN el estar compartiendo su vida íntima, sabiendo que es la número tres

    haber que nos cuenta el gran Mario

    ResponderEliminar
  49. Cocinando para mi amor con esta increíble versión
    https://youtu.be/PXyxfd4TUdo?si=M5g_IW0UuejO1YYB

    ResponderEliminar
  50. Tomando la última copa en casa recién llegadas después de una cena de amigas. Escuchando esta magnífica versión del tema de Paul Simon.
    Gracias, Mario.

    ResponderEliminar
  51. Ayer por la tarde durmiendo la siesta con la música de documental de leones y cebras que nos puso Mario. Soporífera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eres un cabroncete. Voy a buscar algún vídeo en YouTube de Camela, o mejor aún, de El Fary y te lo dedicaré mientras cocino, hoy: tartaletas de espinacas y queso.

      Eliminar
    2. Nooo, eso no!! Te juro que voy a tragarme todo lo que encuentre de los esbrong Chuanchon trío pero eso no por la virgen!!!

      Eliminar
  52. Bruto.
    Sí hay tartaletas de espinacas y queso donde hay oír a Camela, conciertos enteros y varios.

    ResponderEliminar
  53. Et tu, Brute? Again? Coñe?

    ResponderEliminar
  54. Ya te vale Bruto, perder la dignidad musical por un plato de espinacas, a mi me da que el Cesar te ha retirado el saludo.

    ResponderEliminar
  55. Bruto.
    Eso me temo, pero como tengo las orejas enfrentadas y soy un tripero, me tendré que resignar sin honrra.

    ResponderEliminar
  56. Bruto.
    No había caído, estás tan sensible con las músicas porque viene escena o escenas con Diego y te vas a hartar a poner cancioncillas.
    Y como nos descuidemos monta un debate musical.

    ResponderEliminar
  57. Bruto.
    Buenas tardes Cayo, pedir disculpas por qué no me siento nada cómodo con mí último comentario, donde he puesto cancioncillas poner canciones y el último párrafo es cómo nos descuidemos se monta un debate musical, que agrego y esto es nuevo, que en este sitio gusta.
    Así me gusta más y como siempre hacer firme propósito de aprender a expresarme que ya voy teniendo edad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sobran las disculpas, Bruto, no vi la interpretación que tú has supuesto. Entre amigos no hay lugar para malentendidos.

      Eliminar
    2. Bruto.
      No por eso mejora el texto y hay muchas veces que me expreso mal por hacer las cosas pensando rápido y poco.
      Errar es humano que decía alguno.

      Eliminar
  58. Hoy el jefe para animarnos, a puesto la radio para que se escuchara en todo el taller, he terminado del reggaeton, hasta el mismísimo tuétano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un bálsamo para limpiar el daño producido.

      https://youtu.be/QlhtPeRUnUY?si=lqUoNTtWqmeH-Jwh

      Eliminar
  59. No conocía a esta cantante, pero si, a sido todo un bálsamo.

    ResponderEliminar
  60. Vengo de enterrar a un amigo, ha muerto como le gustaba vivir, sobre una moto. Le veía de tarde en tarde, le decía: "Mikel, tío, tienes una edad, pareces una katrina con casco en una harley» y se cachondeaba de mí. Estaba muy delgado, sospechosamente delgado y muy solo. Otro amigo del grupo lloraba, le llamó hace seis meses y por unas cosas u otras no le devolvió la llamada. En vida, hermano, en vida.

    En recuerdo de Mikel.

    Mis amigos con los que jugué dónde estarán
    Mis amigos con los que hice la revolución
    Mis amigos en un tresillo se aplastarán

    Mis amigos dónde estarán. Topo 1978

    https://youtu.be/Vv5v-O_Kt7k?si=ZBm1sqlEw2Ur4FgW

    ResponderEliminar
  61. Siento tu perdida, lo de la amistad es digno de estudio, un día una amiga me dijo después de que me declarará a ella y me diera calabazas, que los novios vienen y van, pero que los amigos son para siempre, y la tendria a ella para siempre, eso me lo dijo hace cinco años.

    Ella se enamoro tiempo después, sigue con el mismo novio y llevo sin verla cinco años, alguna vez hablamos por teléfono, pero los amigos son los primeros en ser olvidados, a mi muchas y muchos me llaman cuando cortan con sus parejas, después encuentran otra pareja nueva y dejan de llamar.

    Yo he optado por no contestar ni llamadas ni mensajes, no soy un juguete con el que juegas hoy y te olvidas mañana.

    La soledad es muy jodida y un mal compañero de viaje.

    ResponderEliminar
  62. Vaya canción que has elegido para el homenaje a tu amigo, una llamada a los amigos que no están cuando se les necesita y saltan los recuerdos de los buenos tiempos.
    Es difícil volver a conectar con gente que va a su rollo y parece que se quedan atados a una época pasada y no avanzan. Es jodido.

    ResponderEliminar
  63. Buenos días Mario, el tema de las motos es muy jodío, lo sé porque mí hermano murió hace unos años en un accidente de moto, yo le había empicado un poco con el tema, y como siempre que muere alguien lo que sientes es lo que no le has dicho o las cosas que habrias vivido con esa persona, pero si es algo tan brusco como que lo sientes y lo notas más.
    Lo siento, intenta llevarlo lo mejor posible, no hay otra.

    ResponderEliminar
  64. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, esto es la calma, vamos un rollo, ¿Cuando vamos a cambiar el registro?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches, querido Bruto.
      Fecha límite: cinco de Septiembre. Procuraré publicar antes para disponer de unos cuantos días de debate con los lectores. Tal y como avanza el capítulo no espero problemas para cumplir plazo, aunque solo el futuro nos lo dirá.

      Eliminar
  65. Septiembre, que hermoso mes. Es cuando mi hija, mi tercera nieta y quién estoy escribe, ponemos en aprieto las finanzas de la familia, por nuestros cumpleaños.

    Por tradición, los festejamos en un solo día, el 29 que es cuando nació nuestra hija.

    Ahora tendré por adelantado un gran regalo, que viene muy bien en estos momentos duros que estamos pasando mi cadera y yo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A primeros te felicitaré por adelantado, porque como sabes, para esa fecha estaré en un barco rumbo a Plutón.

      Eliminar
  66. Plutón, da un poco de miedo. Dios del averno del mundo romano. Como sea, que lo pases de lujo. Que el averno se transforme en un paraíso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Plutón ya no es lo que era, de planeta lo devaluaron a planetoide —tal vez porque planetito resultaba demasiado ridiculo— y como Dios romano probablemente a estas alturas lo habrían degradado a la categoría de simple diablillo.

      No somos nada.

      Eliminar
  67. Ya muchos no somos lo que alguna vez fuimos. Todo concluya al fin nada puede escapar.

    Cuánta filosofía y pensar que lo escribió un pibe de 18 al sufrir un desengaño amoroso.

    ResponderEliminar
  68. Ayer quedé para cenar Con Nadia y Lidia, pero como tengo la costumbre de llegar 20 minutos antes, me pase por la zona de discos de la Fnac para hacer tiempo, había una oferta de 2x1 en vinilos, mirad por donde di con estad dos joyitas.

    Fresh Cream (1966) – Cream

    Disraeli Gears (1967) – Cream

    Lidia dice que a veces demuestro tener muy buen gusto musical.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eric Clapton, Jack Bruce y Ginger Baker, menudo grupo. Conservo los originales de la época que heredé de mi hermano cuando la política lo absorbió y abandonó todo lo demás, años después se arrepintió y quiso recuperar sus discos. Tarde, muchacho, tarde. Los LP (nada de vinilos) tienen un sabor especial, el chasquido de la aguja que se convierte en un instrumento más a tal punto que hay canciones que oigo en Sootify limpias de esas impurezas y siento que les falta algo. Romántico que es uno.

      Eliminar
    2. LP, cada día me recuerdas más a mi padre, pero tienes toda la razón, nada puede sustituir al sonido del LP

      Eliminar
    3. Tu hermano aprendió de que hay cosas de las que uno no debe desprenderse nunca, yo conservo la colección de LPs de mi padre como si fuera oro puro, lo que me hace recordar que tengo que comprar baldas nuevas, pues ya no tengo casi espacio.

      Eliminar
  69. Hoy me a tocado trabajo en el exterior, la verdad que se agradece, el taller parace la batcueva y mientras estoy preparando la chapa que tenía que soldar, a empezado a sonar Cheer Down de George Harrison en un vehículo que estaba aparcado cerca.

    A mi padre le encantaba George Harrison y a mi esa canción me trae muy buenos recuerdos.

    Esta siendo un buen día.

    ResponderEliminar
  70. Una cosa lleva a la otra. Eric Clapton formó parte de los Blues Breakers de John Mayall antes de Cream. John Mayall le dedicó una canción al solista de Canned Heat, apodado el oso. Aquí os dejo un tema enorme de este grupo, On the road again. Buen augurio para dentro de unos meses.

    https://youtu.be/qRKNw477onU?si=DqDZCQzS_9R1rcLY

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. John Mayall. The bear

      https://youtu.be/FKYA5Rn5z7s?si=G0a6Zp3UHe2Oljm1

      Eliminar
  71. Me has alegrado la tarde:, Apasionado, si estuviera en casa estaría el plato echando humo y los LPs desperdigados sobre la mesa, pero aquí en la sierra me conformo con el spotify a tope de blues.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menos Plutón y más plato. He tuneado el título de un best seller de hace una década, ¿os suena?

      Eliminar
  72. Miren el vídeo de U2 con B B King. La cara de Bono , de admiración,cuando King le dice que había tocado en ese lugar en 1962, como venerando a ese mounstro del blues

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Torco, los de vuestra generación habéis tenido la gran suerte de haber crecido entre genios de la música, hoy en día eso se a perdido y dudo que se vuelva a ver, es una lastima, por suerte ahí están los LP que inmortalizan esa música y podemos seguir disfrutando de ella.

      Eliminar
  73. No están ustedes para saberlo ni yo para contarlo pero escribo desde Seattle, que venimos a visitar a mi hijo, esperemos por aca 15 días, conociendo y disfrutando de unas merecidas vacaciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disfruta de la compañía de tu hijo, Federico, y de la ciudad que vio nacer a Jimmy Hendrix. Pásalo bien.

      Eliminar
  74. Una cosa que me pone más loco de lo que soy son los que se hacen llamar DJ , que según ellos hacen música y lo que realmente hacen es jugar con dos bandejas y una compu.

    Nuestro Pappo, un guitarrista de puta madre, que tocó con BBKing en el Madison, una ves le dijo a uno de estos ladrones, "...ustedes lo único que tocan es el timbre".

    ResponderEliminar
  75. El capítulo 191 está terminado, ahora pasa a bodega a madurar, lo cual significa que, durante unos días, me olvido de él, estoy a otras cosas y cuando lo retome lo veré con otros ojos, un par de lecturas para cazar gazapos, limar asperezas y.... a publicar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Después de que el capitulo 191 haya madurado, empieza la etapa que mas te gusta, dar cera y pulir cera.

      Eliminar
  76. Que bien Mario, deja reposar el capítulo el tiempo necesario, pero trata de publicarlo después del día 4 de septiembre, así tendré posibilidad de leerlo con calma jjjj

    ResponderEliminar
  77. Hoy a sido un día tranquilo, el jefe se aburría y a la hora de comer se a apuntado con nosotros, el es un Beatle maniaco y nos a preguntado en nuestra opinión cual era el mejor del grupo, algunos han contestado John Lennon otros han contestado que Paul McCartney.

    Pues yo lo tengo clarisimo, para mi el mejor es George Harrison, que opinais vosotros.

    ResponderEliminar
  78. Lo mismo, un músico tremendo, pero además muy buena persona y Anti ego.

    ResponderEliminar
  79. John Lennon, sin ninguna duda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. John Lennon me gusta, pero tenía mucho ego y George Harrison era mucho mejor compositor que el.

      Eliminar
  80. De todas maneras John Lennon tuvo un final muy trágico, fue víctima de la peor cara de la fama.

    ResponderEliminar
  81. Tuve una época en la que fui beatlemaniaco hasta la médula, ahora sigo admirándolos con sosiego. A George le reconozco el mérito de haber financiado La vida de Brian y haber escrito un puñado de canciones interesantes. Paul tiene varias obras maestras y cientos de mediocridades. Sigo pensando que el genio del grupo fue John.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para nada, George creo muchas canciones que vieron la luz después de que los Beatles se disolvieron, canciones muchas superiores a las creadas por John Lennon y Paul McCartney, estos dos monopolizaron todo no dejando a George Harrison dar rienda suelta a su creatividad.

      Las pocas veces que le dejaron creo las canciones más valoradas de los Beatles, para mi Paul y John fueron dos grandes músicos, pero que se creían mejores de lo que en realidad eran y tenían miedo en dar rienda suelta a George.

      Y la respuesta es sencilla tenían miedo que les hiciera sombra, así no actúa un genio, en mi opinión los defectos de John Lennon terminaron eclipsado sus virtudes como músico.

      Eliminar
  82. Con esto no quiero decir que John Lennon sea un fraude, ya me gustaría a mi tener la mitad del talento que el tenia.

    ResponderEliminar
  83. Hay una anécdota que pinta a George como era. Eric Clapton era su mejor amigo, quien se enamoró perdidamente de su mujer. Eric escribe una canción llamada Leila, que según él era una diosa nórdica. La única persona que sabia la verdad era la mujer de Harrison, porque Clapton se la hizo escuchar en su departamento al tiempo que le confesó su amor.

    Ella, cansada de las infidelidades de su marido, correspondió a su amor. Cuando su marido se enteró, lo citó a Clapton a su domicilio. El común de los mortales hubieran zanjado la situación a los golpes o de una manera peor.

    Pero estos dioses del olimpo del rock, lo hicieron zapeando por horas, hasta que Harrison vencido le dijo es mejor que se vaya contigo y no con una basura.

    Para ver el tema del ego, basta una sola muestra. Harrison había escrito una canción My Guitar Gently Weeps y se presentó en los estudios de Abey Road con Clapton para grabarla. Tanto John como Paul reaccionaron muy mal, rechazaron a su amigo y la canción también.

    Clapton es lo que es, ninguno de ellos dos son menos que él. La canción fue el emblema de un disco hermoso llamado Concierto para Blangadesh.

    ResponderEliminar
  84. Ser una buena persona no te convierte en un artista genial. George hizo grandes cosas, como el concierto de Bangla Desh o la ya mencionada financiación de la película La vida de Brian, compuso varias canciones buenas, un plagio impensado (My sweet Lord) e infinidad de canciones que han pasado sin pena ni gloria. No pasa nada, no todos los músicos tienen la capacidad de crear grandes obras. Empeñarse en confundir la grandeza de la persona con la altura del artista es un error bienintencionado pero un error al fin y al cabo que una revisión de la historia desmonta con facilidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tompoco exageremos y pongamos a John Lennon como un extraterrestre o un dios bajado del olimpo, era bueno, si, con guitarra en mano John Lennon era peor que George Harrison y bastante peor que Eric Clapton.

      A George Harrison le dejaron crear poco en los Beatles, pero las pocas canciones que le dejaron crear, fueron las mejores canciones de esos LPs.

      El disco triple All Things Must Pass, esta joyita es de George Harrison, Obra maestra amigo Mario

      Eliminar
  85. Hoy a la tarde mi jefe a puesto a los Beatles, un compañero con el que me llevo muy bien se me a acercado y me a dicho que era música de carrozas.

    Le he mirado y le he contestado que a mi los Beatles también me gustan, me a mirado como si estuviera mirando al monstruo más horrendo.

    Le he mirado fijamente y le he dicho que los Beatles es un grupo que a aportado a la música inspirando a grandes bandas y grandes músicos que vinieron después.

    A ido a contestar cuando le he comentado , que aportación había hecho esa música que el escuchaba en las discotecas mientras se dopaba a nivel dios.

    Me ha vuelto a mirar y sonriendo me ha dicho que aunque tengo un gusto pésimo para la música me sigue apreciando.

    Música para carrozas dice.

    ResponderEliminar
  86. Querido Mario, por estás costas nos gana el fanatismo en todos los órdenes. Nos cuesta mucho andar por los grises, a veces pecamos en demasia de transitar por los blancos yos negros.

    No desconozco el talento de John y Paul, pero el ego de ellos ocasionó el fin.

    Ahí tenés a los Rollins, parecen una barra - pandillas- de los nuestros, supieron amordazar a los egos y se niegan al ocaso, al que le anteponen su talento inagotable.

    Mis excusas por no domar a mi pequeño argento sin grises.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te disculpes amigo Torco, en este caso los dos tenéis la razón, estamos hablando de los Beatles, un grupo donde cenvergieron 4 personas para crear magia, los Beatles no eran nada sin John Lennon, pero tampoco sin George Harrison.

      Eliminar
  87. Una lista spotify con los veintidós temas de George con los Bestles.

    https://open.spotify.com/playlist/3fQStlM8z82q2uMFjwhMKI?si=SZXPO82DTASMPzsmLal8FA&pi=e-9jW5RR9zR1Cu

    ResponderEliminar
  88. Lidia a Leído los comentarios, ella está con Mario, para ella John Lennon era el genio de los Beatles, Lidia opina que fue Yoko Ono quien malmetio separando a los Beatles.

    La verdad es que ninguno estábamos ahí para saber si eso es verdad o no, pero yo tengo mi opinión, creo que la tensión entre John Lennon y Paul McCartney creció tanto que terminó rompiendo la cuerda y con ella los Beatles.

    No creo que Yoko Ono fuera tan culpable como las malas lenguas decían, pero lo que sí tengo claro es que cuando los cuatro miembros de los Beatles tocaban juntos, hacían que los Beatles tuvieran algo especial.

    Cuando se separaron y empezaron sus carreras en solitario, seguían siendo muy buenos, pero esa parte especial se perdió junto al grupo.

    Antes de quedar con Lidia Nadia y yo le hemos comprado el LP Plastic Ono Band, el que es para mi el mejor trabajo de John Lennon en solitario, creo que es un buen regalo de cumpleaños, lo malo es que todabia le quedan algunos meses para poder disfrutarlo.

    ResponderEliminar
  89. Quiero expresar mi reconocimiento a Apasionado por haber promovido un debate tan intenso y apasionado sobre el cuarteto de Liverpool en el que muchos nos hemos sentido implicados y lo hemos disfrutado. Como el mismo George Harrison diría, Think for yourself, piensa por ti mismo y elige al miembro con el que te sientas más identificado sin que eso signifique menosprecio alguno para el resto.
    Gracias de nuevo, Apasionado, h@ sido un auténtico placer.

    ResponderEliminar
  90. Nada, nada, el placer a sido mío, yo os lo agradezco a vosotros.

    ResponderEliminar
  91. Esta tarde he escuchado Space Oditty de David Bowie, la letra narra la odisea de un astronauta que queda aislado del control de tierra en el espacio. «Tell my wife I love her very much she knows», dice por radio cuando comprende que no volverá.

    Escuchando a Bowie he pensado que someterse a una anestesia de larga duración debe de ser similar a montarse en una nave espacial y poner rumbo al espacio exterior sin tener la certeza de regresar. Supongo que, como dice Bowie,

    No hay nada que pueda hacer,
    aunque pase cien mil millas
    me sentiré muy quieto
    y creo que mi nave espacial sabrá qué camino tomar.

    https://youtu.be/iYYRH4apXDo?si=LV5mBNwxoti-kvV8

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. David Bowie no es de mis cantantes preferidos, pero tiene canciones que me gustan, esta es muy buena, pero con un mensaje triste.

      Eliminar
    2. Tú eres más de AC/DC

      Eliminar
    3. Iron Maiden, pero AC/DC también me gusta.

      Eliminar
  92. El sábado jugamos un partido de fútbol entre todos los amigos, chicos y chicas, en vez de ir a un bar a tomar cervezas, fuimos a un polideportivo, más sano decían, más me hubiera valido ir al bar.

    Tengo agujetas hasta en los cartílagos de las orejas.

    ResponderEliminar
  93. Hola he vuelto!!! La que habéis montado desde que no estoy, Cream, Beatles, John Mayall Caned Heat, la hostia. Y el blandito de George Harrison dándole al sitar. Lennon a tope.
    A ver cuanto me duran las pilas cargadas porque hoy el día está siendo duro, si lo se me quedo en la montaña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se notaba tu ausencia, Dos Octavas, el Ph había subido un montón desde que no estabas. (Con cariño).

      Eliminar
  94. Esa tertulia es una muestra de la comunión que existe entre nosotros y que todos ayudamos a construir , cuando Mario decidió que se construyera una zona alejada de los prejuicios, insultos, agravios gratuitos y cobardes que se daban cada vez más seguido en TR.

    Así se pueden dar esos buenos debates de cosas que, quizás no tengan que ver con lo publicado, pero sí con todos nosotros. Esto es más importante de que si John, Paul o George quién de ellos es el más talentoso.

    ResponderEliminar
  95. A mi la canción de David Bowie que más me gusta es Starman.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buena.
      A propósito del próximo capítulo, ¿Os gusta Cher?

      Eliminar
    2. Alguna vez la he escuchado en algún bar o en la televisión, pero no entra dentro de mis gustos musicales, pero recuerdo que tenía buena voz.

      Eliminar
    3. Un gusto leeros y seguir el diario por aquí! La verdad es que aprendo mucho de vosotros, me he dado cuenta que no tengo cultura musical jeje
      Y a propósito de Cher, a mí me sugiere otra tormenta o revolución jeje

      Eliminar
  96. ya que están en eso de quién es quien en canciones e intérpretes, para mí uno de los mejores es Niel Diamond, Cat Stevens entre otros. los Beatles mis respetos, y punto y a parte para mí la mejor de todas Janis Joplin, para en gustos se rompen generos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo malo de Janis Joplin es que murió muy joven, tenía 27 años, Neil Diamond y Cat Stevens no los conozco, les echare un vistazo.

      Eliminar
  97. Bruto.
    Buenas noches desde Mordor perdón desde la patria del italiano Milan, supongo que te refieres a la alegoría en la sube todos los cañones, me parece inspirador para el nuevo capítulo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido Bruto, tu mensaje ha quedado un poco oscuro.

      Eliminar
  98. Janis Joplin tenía una voz desgarrada inigualable. Años después, sobre 2005, descubrí a una cantante canadiense con una garganta similar, Terez Montcalm, una maravilla a la que sigo desde entonces. Os dejo un enlace a una de sus joyas, C’est extra.

    https://youtu.be/2Ejh8FKi07Q?si=hETI9XzDbd348znD

    Sobre Cat Stevens, qué decir, la sensibilidad en estado puro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He oído una lista en spotify esta mañana en el coche mientras esperaba y que pasada de tía, me gusta mucho más que Janis Joplin.

      Eliminar
  99. TORCO

    Hoy encontré en youtube un recital que diera Luis Alberto Spinetta, nuestro Harrison argentino, junto a Charly García, aquel de Sui Generis que en pleno Luna Park cantara "...la fianza la pagó un amigo, las heridas son del oficial, con media Federal rodeando el escenario.

    Ambos cantaron una del flaco, Rezo por Vos y ver a Charly con su cuerpo quebrado de tanto exceso, con su garganta con arena como el Polaco Goyeneche, revivir al lado de su querido flaco.

    Fue un lindo gusto que me di. Quizás algunos ni sepan de que estoy hablando dado que son ídolos locales. Pero si googlean esa canción puedan entender mis sentimientos. Al flaco ya lo perdimos un 8 de febrero de 2012. Hay una estatua suya en Villa Gesell donde voy cada verano y en ese lugar me quedo un rato, mientras mi compañera hace las compras, "charlando" con él y agradeciéndole por Muchacha Ojos de Papel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos tenemos ídolos locales, así que Googleare para saber quienes son, siempre es bueno aprender algo nuevo.

      Eliminar
  100. No les puede faltar David Byrne ni Peter Gabriel en ese listado de genios
    Y algo más nuevo que les recomiendo escuchar, Black Pumas. También una banda que formó Mick Jagger, Superheavy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Peter Gabriel, pura sensibilidad.

      Eliminar
    2. Mick Jagger sigue al pie del cañón, tiene 81 años, menuda vitalidad.

      Eliminar
  101. Ayer estuve escuchando a Terez Montcalm, no esta nada mal, me a gustado.

    ResponderEliminar
  102. Hoy me voy a pillar los blu ray del concierto de Queen Rock Montreal, a la gente le puede gustar más o menos Queen, pero lo que nadie puede negar que fue un grupo como la copa de un pino.

    Con un frontal como Freddy Mercuri con una voz prodigiosa y un compositor brutal.

    ResponderEliminar
  103. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  104. Termina Agosto, la próxima semana va a ser complicada para mí. Aprovechad para decir lo que queráis. Tres... dos... uno...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si lo tienes terminado podías publicarlo, aunque tengan gazapos, tus textos están a años luz de los míos, no seré yo quien te hecho en cara nada.

      Pero si ves, que no te vas a quedar satisfecho y eso te va a reconocer, no lo publiques, además poco podemos hacer los demás, jajaja.

      Eliminar
    2. Apártate que te pasa por encima.

      Eliminar
    3. Jajajaja, ya te vale, la verdad es que se me a hecho muy larga la semana, así que me vendrá bien un poco de lectura.

      Eliminar
  105. Esos pasado la calma y ahora llega el uracan, Mario como digas que no puedes publicarlo por lo menos hasta octubre la que se lía, jajaja.

    ResponderEliminar