09 febrero 2025

Capítulo 195 Caballo de Troya

Tiempo estimado de lectura: sesenta minutos.


—Buenos días, ¿Podemos hablar?

—Buenos días. Sí, claro, dime.

—¿Qué tal las fiestas?

—Lo de siempre: familia, regalos, brindis, ya sabes.

—Cada año me cansa más esta comedia, ¿no te ocurre a ti?

—¿Qué querías?

—Saber si has tenido noticias de nuestro hombre.

—Llamó a Mario para felicitarle el año nuevo, cogí yo la llamada de casualidad.


«—Javier, hola, ahora se pone Mario, debe de estar arriba. Feliz año.

—Feliz año, justamente llamaba para felicitaros, ¿cómo habéis pasado las fiestas?

—Como siempre, repartidos con la familia.

—Aprovechad mientras podáis, a mí cada vez me queda menos familia, es una pena.

—Te paso con él..

—Oye, me gustaría verte. Tengo algo para ti.

—¿Han aparecido más fotos por arte de magia?

—Al contrario, es un pequeño detalle de desagravio por lo sucedido.

—No es necesario.

—Tómalo como un regalo de reyes.»


—Es un buen comienzo. Ve con pies de plomo, no te precipites.

—¿Crees que me lo voy a llevar a la cama a la primera de cambio?

—No hablo de eso. Ten cuidado con lo que dices, no intentes ir demasiado rápido.

—Déjame a mí, soy la primera interesada en aclarar este asunto.

–¿Qué te pasa?, te noto seria.

–Nada, estoy… preocupada con un caso.

–¿Nos vemos esta tarde? En el apartamento a las siete.

—Tomás, no me apetece.

–Tonterías, estaremos solos. Prometo no hablar de negocios.

—En serio, otro día.

–Ni se te ocurra dejarme plantado.

Y colgó, me quedé con la palabra en la boca sin poder evitar un encuentro que no deseaba, quería estar sola, inmersa en el trabajo para no pensar, sola rodeada de gente con la que mantenía el contacto imprescindible.

…..

—Creí que no ibas a venir.

–¿Tenía otra opción?

Lo miré con cara de pocos amigos, me sentía como una niñita obediente a las órdenes de los mayores. Una voz lejana resonó en mi memoria: «Si digo que vengas, vienes». Así había actuado, dócil al capricho de Tomás. Sonrió, no se tomaba en serio mi actitud de enfado y terminó de irritarme. Recogí el abrigo y el bolso.

–No debía haber venido.

Me envolvió desde atrás, «Shhh, shhh», susurró al oído mientras me acariciaba el vientre, fue suficiente para desarmarme; sabía cómo tratarme en cada momento.

…..

—¿Eso es todo? A estas alturas deberías conocerlo, tu marido te adora, pero es un hombre inseguro, le cuesta tomar decisiones, esa debilidad es su peor enemigo. No tiene intención de mentirte, en realidad no lo hace, mentir es otra cosa, le cuesta plantarse delante de ti y contarte lo que le avergüenza, como la escena con tu jefe, o cualquier otra que te pueda dañar.

Me levanté de la cama, no quería reconocer que tenía razón, fui en busca de tabaco, al volver lo encontré de pie.

—¿Dónde vas?

—A orinar, ¿puedo?

Esperé recostada en el cabecero. ¿Por qué apoyaba a su rival? Qué bobada, me compartían pero no competían entre sí, era natural que tratase de apagar el incendio. 

—Tienes razón, pero cada vez que le pillo en una mentira le pierdo un poco, pierdo al hombre del que me enamoré y descubro que no es tan… ideal como creía.

—Ninguno somos ideales, cariño, somos humanos, tenemos defectos, cometemos errores. La convivencia consiste en tratar de corregir lo que se puede y aceptar lo que no.

Estiré el brazo, lo arrastré de la mano para hacerle sentar en el borde.

—No sabía que tenía a un filósofo por amante.

Rodamos por la cama hasta quedar encima montada en sus caderas, dejándome mirar, captando el deseo, mostrándome orgullosa. Me acariciaba siguiendo el rumbo trazado por sus ojos con manos ágiles volando por mi cuerpo desafiante. Necesitaba más, descendí buscando la verga adormecida, la acaricié en mi puño, la llevé a la boca y jugué a mimarla con la lengua. Un par de toques en el costado y obedecí como lo hacen los caballos a golpe de talón: monté a horcajadas por encima de su rostro, le ofrecí la vulva y me besó, nos besarnos, besos cortos, labio a labio, —yo engullía su hombría renacida—, besos llenos de ternura, besos profundos, —yo hundía la estaca en mi garganta—, besos certeros allí donde me hacía temblar hasta perder el sentido. Volví a la vida, mi boca recuperó el control y se sació de su leche espesa.

….

Antes de amanecer, salimos por separado del apartamento, yo tenía que ir a casa a cambiarme, él tomaba un vuelo a Valencia donde, a todos los efectos, estaba desde el día anterior. Nos despedimos en la puerta con un beso interminable.

—Oye, respecto a…

—Hemos quedado el viernes a cenar, ya te contaré.

La lluvia mansa me acompañó en el trayecto. Extrañamente serena, las nubes de tormenta se habían disipado, el futuro estaba por escribirse, nada podía hacer por alterarlo. 

…..


«Todos tenemos secretos, intimidades que no compartimos con nadie, ni siquiera con las personas que más queremos. Son como pequeñas bombas de tiempo que llevamos dentro y que pueden estallar en cualquier momento.»

Katie Kitamura, Intimidades


No esperaba encontrar el coche de Mario en el garage, sería buena ocasión para hablar.

Frío.

—Pensaba que te habrías ido.

—Te estaba esperando, quiero hablar contigo.

—Yo también.

—¿Quién empieza?

Silencio. Yo, sin duda. Dejé el abrigo y el bolso y empecé.

—¿Sabes lo que más me duele?, que a estas alturas de nuestra vida no confíes en mí, podría entender que te hubiera costado contármelo enseguida, pero ¿un año? ¿Me lo habrías llegado a contar alguna vez de no ser porque lo descubrí? Es desolador, lo fue enterarme del polvo con Elena y tantas otras cosas.  —Frené y tomé aire porque… 

—No quiero convertir esto en una escena de reproches; aunque parezca otra cosa, estoy triste. No lo entiendo, Mario, sé que me quieres, ¿por qué haces esto?

No pude seguir, la pena me ahogó la garganta, me abrazó y todo lo que tenía pensado decir quedó apartado. Por qué nos haces esto, era la única, la gran cuestión que le hacía al amor de mi vida.

—Lo siento, lo siento, pienso demasiado las cosas, le doy demasiadas vueltas a las consecuencias, a cómo te lo vas a tomar, pasan los días sin darme cuenta, los días se convierten en semanas, en meses y sigo sin reaccionar hasta que me estalla en la cara.

—Háblame, ¿qué temes?, nunca hemos tenido problema para comunicarnos, cualquier cosa la voy a entender, podrá gustarme más o menos pero lo voy a entender. Cada vez que descubro algo siento que te alejas.

—No, cariño, eso no, nunca. Lo siento, perdóname.

—No quiero que volvamos a estar separados, estos días han sido horribles.

Permanecimos abrazados curándonos de tantos días aciagos, días de desencuentro que al fin terminaban.

—¿Tienes prisa?

—Eh… un poco.

—Quiero contarte algo. Una noche que fui a buscar a Candela al Penta, me abordó Diego.

—Diego… 

Se sentó en un extremo del sofá, en silencio.

—Preguntó si había ido solo o me acompañabas, le dije que estabas en Londres, asuntos de trabajo.

—Demasiadas explicaciones.

—Es cierto. 

—¿Y?

—Ya lo conoces, intentó provocarme, dijo que le hubiera gustado verte, añadió que la última vez estuviste mano a mano con Candela toda la noche.


«—Me hubiera gustado verla. Estuvo una noche mano a mano con Candela hasta el cierre, ¿te lo ha contado?

—Mi mujer y yo nos lo contamos todo.

—Como debe ser. Hacen buen equipo, ya me entiendes. Lástima que no se deje ver más a menudo.

—En otra ocasión.

—Es una mujer de bandera, lo pasó muy bien, salió contenta. Todos salimos contentos.

Hizo un silencio un tanto estudiado recordando quién sabe qué cosas sobre Carmen.

—¿Todos?

Mi curiosidad le provocó una sonrisa cínica.

—Tu mujer, Candela y unos amigos, no sé cuántos, una jartá, y yo por la recaudación, esa noche triunfamos.» (2)


Carmen sonrió con desgana.

—¿Te hace gracia?

—Resulta tan pueril…

—Voy a hacer café.

—¿Eso fue todo? —preguntó desde la puerta.

—La última noche volvió al ataque. Por cierto, ¿conoces a la cuatro?

—No lo sé, ¿cómo es?

—Una pelirroja muy exuberante.

—La recordaría, ¿por qué?

—Por nada, la vi pasar. Llama la atención, tan…

—Pelirroja, ya. —dijo ahuecando las manos delante de los pechos. 

—Me vio mirarla, la identificó como la cuatro y aprovechó para contarme que todas sus chicas van marcadas con números romanos, fue una excusa, quería ponerme las cosas claras: estaba mosqueado porque, según él, la noche anterior me llevé a Candela antes de tiempo; discutimos, lo solucionamos y empezó a hablar de ti.

Removí el café, tomé un sorbo, necesitaba ordenar las ideas.

—¿A dónde quieres ir a parar?

—Creo que has hablado más de la cuenta con él.


«—De acuerdo, ¿qué quieres?

—Que nos llevemos bien. Yo tengo algo que te interesa y tú tienes algo que me interesa. Hablemos claro: Tu mujer me contó al detalle vuestra historia: la aventura que os trajo a Sevilla, tus ganas de verla montándoselo con otro tío, el rollo con el italiano y sobre todo la obsesión que tenéis los dos con la prostitución. Lleva un año de rodaje con un empresario que le está enseñando el oficio. Se nota, está poco trabajada pero se maneja con soltura, la suficiente para venir a mi territorio a llevarse un cliente por toda la cara. Volvió para disculparse, a salvarle el culo a Candela, decía, en realidad vino a venderse; joder, qué bien lo hizo, pocas veces me fallan las piernas durante una mamada, qué bestia. Le propuse trabajar por la noche, la tuve que convencer a mi manera, mano dura y caricias a partes iguales, es infalible, las deja suaves como un guante, así me enteré de quién es, dónde vivís y todo lo demás. Tenía que verla en acción antes de soltarla en la cancha, comprenderás que me juego el prestigio. No me defraudó, es buena en la cama, muy buena; lo de la cama es un decir, lo hicimos sobre el escritorio. 

—Es suficiente.

—Muy buena, sí señor, llamé a Curro para que le diera un repaso a ver cómo reaccionaba, Curro es muy heavy y aguantó sin rechistar, es lo que te digo, tiene madera.

—¡Ya está bien, estás hablando de mi mujer!

—¿Qué cojones haces?, siéntate. ¿A qué vienes ahora haciéndote el ofendido? Carmen está cumpliendo el sueño de vuestra vida, joder, deberías estarme agradecido, esa noche se estrenó de puta en una barra de bar, como Candela y te juro por mis muertos que lo hizo de sobresaliente. 

Me dejé caer en la silla.

—Te digo una cosa: lo del empresario ese para el que trabaja se le ha quedado pequeño, Carmen está en otra onda y como no espabiles, vuela.

Puede que tuviera razón, Tomás le había abierto un mundo en el que la prostitución es un servicio ofrecido por escorts de alto standing en entornos de lujo a clientes de cierta posición. De alguna manera seguía en su ambiente. El Penta la arrojaba al barro y una vez probado, Carmen se sintió fascinada por el territorio sórdido en el que se movía Candela. ¿Y después? ¿qué sería lo siguiente?

—…luego pasó lo de las bofetadas, no tuve más remedio, intentó dar coces, eso no se lo aguanto a nadie y menos a una mujer; un par de hostias bien dadas y mansa como un corderito. Todo porque se negaba a dejarse poner la puta marca. Lo dicho, dos meneos y asunto resuelto. Me faltaba intentar una cosa, quería verlas juntas, se parecen un huevo, pensé que podía sacarle partido, las gemelas se cotizan; las probé con un tipo y funcionó, se entienden bien, encima tu mujer baila de la hostia, el pack completo. Hablando de entenderse, esa noche hicieron algún servicio juntas, da mucho morbo ver a un par de tías montándoselo, ¿verdad? ¿eh?» (2)


—Todo esto ya lo sabías, ¿de qué te sorprendes?

—Me lo contaste, sí, aunque no esperaba que ese imbécil lo fuera a utilizar.

—Le das demasiada importancia y él lo nota, ignóralo.

—Me hizo una propuesta.

—Te veo venir. ¿A ti o a mí?


«—En cualquier caso, es cosa vuestra, si a tu mujer le da morbo hacer la carrera a espaldas de su otra vida y a ti te pone saberlo no tengo nada que decir, yo pongo el local, la puta a la que te has enganchado y los tíos para que tu mujer satisfaga sus vicios; ha funcionado bien una vez sin ponernos de acuerdo, imagínate como nos puede ir de ahora en adelante.

—¿A dónde quieres llegar?

—Tu mujer vale para esto, es, con diferencia, la mejor hembra que ha pasado por el local, además de un cuerpo de escándalo, tiene clase, puede darle un vuelco al negocio; todavía me preguntan, ¿cuándo vuelve la madrileña? Carmen puede ser el buque insignia del Penta, no digo que os vengáis a vivir a Sevilla, es mucho pedir, pero en cuanto pase por aquí, que te digo yo, dos o tres veces cada quince días, para empezar, y se corra la voz nos hacemos de oro. Los tres, no me olvido de ti, a la siete le podemos sacar mucho más jugo si se la educa, para eso tienes mano. Trabájatela, haz una segunda Carmen, eres psicólogo, coño. Encima, estás colado por ella, reconócelo. Carta blanca, lo que quieras, olvídate de pagar sus servicios. 

No podía creer lo que estaba escuchando. Y siguió, estaba embalado.

—Le advertí que todas mis chicas llevan mi marca, no había tiempo, lástima, por eso se la hicieron con henna, ¿la llegaste a ver?

—La vi.

—¿Seguro? ¿Sabes quién es tu mujer cuando entra por esa puerta?

—La nueve.

—Bien, nos vamos entendiendo, porque en tu casa será la señora Suárez.

—Rojas, utiliza su apellido de soltera.

—Me la suda, como si se quiere hacer llamar Cher o Halle Berry, en tu casa es la señora Rojas, en mi casa es la nueve. ¿estamos de acuerdo?

—Si ella lo está, yo no tengo nada que decir.

—Haces bien en llevarla con la correa suelta, para tirar siempre hay tiempo. De lo otro me ocupo yo.

—¿De qué estás hablando?

—Del tatuaje, no te mosquees. El trato es este: dispones de la siete a tu antojo, sin restricciones, barra libre. A cambio quiero a la nueve dispuesta a trabajar, encárgate, eso incluye la marca de la casa, esta vez sin pijotadas, ya me arreglo yo para quitarle la tontería.

—¿A base de hostias?

—Lo dices por las bofetadas; te lo he dicho, se puso farruca y tuve que bajarle los humos, tenías que haber visto la cara que puso, no se le cayeron las bragas de gusto porque las había perdido. Prueba alguna vez a cruzarle la cara, le va la marcha, pero con decisión, que no te vea titubear. Qué pasa, ¿te has quedado dándole vueltas? No te lo pienses, hazme caso, a todas les gusta que les calienten la cara de vez en cuando.

—Hablas de ellas como si su opinión no contara.

—Porque no cuenta. La siete hace lo que yo diga, se saca un buen jornal, la trato bien, no tiene queja. En cuanto a la nueve, te voy a ser franco:  se pondrá cachonda cuando se entere del trato. Va a ganar una pasta por follar, es lo que más le gusta después de mamar pollas como una campeona.

—Carmen no hace esto por dinero.

—En eso te equivocas, el precio por abrirse de piernas le importa tanto como su salario de doctora, por mucho que sea. El patrón oro se le queda chico, te lo digo yo que de putas entiendo un huevo. Las hay, como la siete, que follan por necesidad, para sacar adelante a su hija, puta mierda de vida. Luego están las otras, las viciosas como esa de ahí, la pelirroja, o tu mujer que lo hace porque le tiembla el coño de solo pensar que va a chupar una polla nueva y se la va a tirar un desconocido. Guapo, feo, gordo, flaco, le da igual con tal de ponerse debajo a cuatro patas. No dices nada, ¿eh? A tu mujer le pone cobrar un dinero que no necesita por follar, ese dinero la calienta más que un cipote metido en el culo, si lo sabré yo.

Cerré la boca, qué podía decir si no había argumento para rebatir la jodida realidad.

—Venga —apretó para terminar de convencerme—, es mi última oferta: los días que tu mujer trabaje en el Penta te pagaré un porcentaje de lo que saque con la siete y con ella, tengo que hacer números pero saldrás satisfecho y con ganas de repetir, fíate. Ya lo sé —dijo anticipándose—, a ti el dinero tampoco te importa. Verás lo que pasa cuando tengas en las manos los primeros billetes por vender a tu mujer. Lo he visto en otros, es tan adictivo como la heroína.

«Tu mujer, tu mujer», repetía machaconamente sabiendo el efecto que provocaba. Me levanté de la mesa, no podía soportar tanta presión.

—Tengo que pensarlo.

—Consúltalo con la almohada. Y cuéntaselo a tu mujer.» (2)


—¿Halle Berry?  Un poco miope, ¿no?

—Tampoco es mala comparación.

—Claro, recuerdo que saliste del cine entusiasmado, parecía que no hubieras visto un top less en tu vida. (3)

—Mujer, menudo top less.

—Halle Berry… ¿estás de acuerdo?, lo que hay que oír.

—Es bastante más… morena.

—Depende, Guido me llama la negra, todo es cuestión de lo que quieres ver.

—Guido, sigues pensando en él.

Durante unos segundos eternos me sentí juzgado.

—Vaya, vaya, mi marido negociando los porcentajes con el chulo. Es lo que te faltaba: venderme.

—No he hecho eso, le di largas.

—Le dijiste que lo ibas a pensar, vamos Mario, reconócelo: el plan de cobrar una parte de los beneficios que obtendría prostituyéndome te pone un montón.

—No he dicho tal cosa.

—Esto es lo más fuerte que has hecho desde el día que me pagaste antes de follar contigo en la habitación de tu hermano.

—No me lo recuerdes.

—Tranquilo, te portaste como un cerdo, es cierto, sin embargo no te lo reprocho, me abriste los ojos, de otra manera no habría reconocido mi auténtica identidad.

—Ojalá no lo hubiera hecho, me arrepiento cada día.

—Ya será menos, vas a negar que te pone como un burro verme llegar después de estar con un cliente. O este verano, ¿sufriste mucho viéndome con Gerardo? Incluso cuando me abofeteó, estoy segura de que mojaste el bóxer.

—Calla, por favor.

—¿Te escandalizas? Has dicho mil veces que querías verme convertida en una puta, no creo que la propuesta de Diego te resulte tan desagradable. Imagino la escena: sentado en la barra con una copa, negociando mi venta; joder, si hasta a mí me pone cachonda.

—¿Eso es lo que quieres?

—Cariño, es lo que quieres tú, llevarme de la mano al Penta, entregarme al chulo, marcharte con Candela a hacer de papá de Patri y saldar cuentas a final de semana. Ten cuidado, no vayas a correrte en los pantalones como te pasó con Roberto.

—¡Pues sí, me excita, no lo puedo evitar, me excita la idea de venderte!, intento resistirme, pero ya que lo pones tan facil, por qué negarlo, me muero de ganas de hacerlo tal y como lo has descrito: llevarte de la mano y entregarte a tu chulo para que te tatúe el nueve en el lomo.

—¿Lo ha dicho?

—Cuenta con ello, todas sus chicas llevan la marca en el culo, no vas a ser la excepción.

—Si no fuera por eso… pero no, lo tengo claro, no voy a pasar por ahí.

—¿Tan grave es? Mira a Candela, a mí me gusta.

—Imagínatelo dentro de treinta o cuarenta años en un cuerpo en decadencia. Lo hemos visto ya en personas de cincuenta y tantos o sesenta mal llevados con tatuajes que rechinan porque, lo que fue estético en su juventud, ahora representa el derrumbe de una historia. No, yo no quiero pasar por eso, los aros algún día quedarán en un cajón, pero un tatuaje…

—Vale, como quieras. 

—¿Te he defraudado?

—¿Eh?, ¡no, en absoluto!

—No mientas, estabas entusiasmado con la idea de venderme a Diego.

—Solo si estás de acuerdo.

—Qué lejos has llegado, cariño. En fin, siempre te queda la alternativa de traerme tú mismo los clientes. Ah, conozco esa mirada, te lo estás pensando. Todo se andará, es cuestión de tiempo.

—No me des ideas.

Nos acercamos, la batalla estaba en su punto álgido.

—¡Ja!, cuántas veces te la habrás meneado pensándolo.

Mario, tan previsible… Le eché un brazo al cuello, con el otro me afiancé a la cintura para sentir el bulto bien pegado. ¿Lo ves?, le dije. Nuestros alientos se mezclaron en el aire, las miradas delataban lo que a ambos se nos pasaba por la cabeza, una sola y única escena: la llegada de un extraño acompañado de mi marido convertido en proxeneta; yo, ataviada con lo justo.

—Vestido negro de tirantes, el que me llega a medio muslo.

—Sin sujetador.

—Por supuesto. Los labios con carmín.

—Los ojos, como se los pinta Candela.

—Mucho rímel y mucha sombra.

—Y taconazos.

—Taconazos. Vaya tranca que tienes.

—Como sigas tocándomela… no sé yo…

—No fastidies, si me dejas a medias, llamo a Ángel.

—De eso nada, esta noche eres mía.

—¿Te sabes las tarifas?

—Prefiero que seas tú quien negocie.

—No negocio, cariño, es tu cliente, o lo toma o lo deja.

—Lo tomará, ningún tío en su sano juicio perdería la oportunidad de echarte un polvo.

—Di un giro en redondo.

—¿Tú crees?

—Quién dejaría pasar a este pibón sin darle un buen repaso.

—Y tú, a escuchar detrás de la puerta, ¿entendido?

—Vamos a la habitación, venga.

—Como me dejes a medias…

—¡Vamos!

—Un momento, tengo que avisar a Itziar.

—¡Joder!


«Amor mutante

Amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre

Y siempre tengo que esperar paciente

El pedazo que me toca de ti» (1)


—Creía que lo de los gatillazos es cosa de hombres. Venga, va, es broma, cielo. ¿Qué te pasa?

—Sigo sin estar cómoda en casa, me siento vigilada.

—Procura olvidarlo, lo revisaron todo a fondo, no hay nada.

—No puedo evitarlo.

—¿Sabes si ha averiguado algo más?

—Está convencido de que Javier sabe algo.

—¿Javier?, es absurdo.

—Quiere que le sonsaque.

—¿Tú? ¿Cómo coño vas a…? ¡No me jodas!

—No es una teoría tan descabellada, al fin y al cabo ha estado en medio de todo esto desde el principio.

—Os habéis vuelto locos de remate. ¿Qué interés puede tener en espiar a Tomás? ¿no te parece un poco enrevesado hacerlo a través de ti? Y Guido, ¿qué pinta en esto?

—Cálmate, no tengo la respuesta, ni siquiera sé si es el camino correcto.

—Por si acaso, te ha pedido que le sonsaques. ¿Puedo saber cómo lo vas a hacer?

—Quiere que lo seduzca.

—Que te lo folles, habla claro, te lo vas a follar y cuando lo tengas embobado, trataras de sacarle una información que ni siquiera sabéis si tiene. Es una puta locura.

—Lo que es una locura es lo que ha sucedido aquí, han allanado nuestra casa, han puesto micrófonos y cámaras, me han grabado follando, ¡follando! 

—¿Estás loca?, te va a oír toda la casa.

—Quiero saber quién ha sido, Mario, y si para enterarme tengo que tirarme a SantaCruz, no dudes que lo haré.

—Quién lo duda, eres capaz de eso y mucho más. Adelante, exprímelo, pero te equivocas.

—¿Eso hago? ¿Exprimir a los hombres?

—Como un vampiro, pero ese es otro tema. Os estáis equivocando con Javier.

—Si es así te pediré perdón. Ahora necesito tu apoyo. 

—No hace falta que me lo pidas, qué quieres.

— No debe saber que estás al tanto, le diré que lo que ocurra va a quedar entre nosotros. 

—Llegas tarde, sabe que somos una pareja atípica, no solo por lo de Guido sino porque mantenemos otras relaciones y nos las contamos sin ningún pudor.

—Esto es diferente, sois amigos, ese es el argumento para mantenerlo en secreto.

—¿A qué viene tanto interés?

—¡Las once! ¡es tardísimo!

—¿No habías cancelado todo?


…..


Veinte minutos después estaba saliendo de casa, llamé a Andrés y le avisé de que llegaba tarde a la cita, habíamos quedado en el gabinete a las once y media, le había sacado del despacho de la facultad para presentarle el último borrador del programa del seminario de Santander, si lo aprobaba podría dedicarme a cosas más productivas. No me gusta mentir, improvisé una excusa suficientemente grave para justificar el retraso, contaba en mi haber con una probada historia de obsesiva puntualidad. 

Estaba contenta, Mario había roto la coraza que le impedía comunicarse. Por fin. La conversación con Diego no era una sorpresa, sabía que tarde o temprano trataría de buscarme, alguna vez temí que lo hiciera de un modo directo, tenia mis datos, incluso llegué a pensar que se atrevería a presentarse en Madrid. La propuesta que había hecho era muy propia de él y me ponía en una difícil disyuntiva. La idea me atraía poderosamente, mucho más de lo que le había dado a entender a Mario. Convertida en mercancía, pasada de unas manos a otras, vendida. Era mucho más fuerte de lo que podía haber imaginado nunca y cada fibra de mi cuerpo lo deseaba. Algo me detenía, algo difícil de superar, no iba tolerar que marcasen mi cuerpo, era un límite inviolable, tan fuerte e innegociable como el miedo a volar.

Vendida, convertida en mercancía. Oh, Dios…

El tráfico, fluido a esas horas, jugó a mi favor; a las doce entraba en su despacho, Andrés restó importancia al retraso y entramos en materia. Salvando algunos detalles, nos pusimos de acuerdo enseguida, acepté un par de sugerencias que en otras circunstancias hubiera objetado y en cuestión de una hora dejamos resuelto el programa definitivo.

—Voy a estar por aquí toda la tarde, ¿comemos juntos?

Tenía tanto que hacer…, pero acepté. A las dos en punto salimos del gabinete.

—¿Os vais?

Ángel esperaba el ascensor en el que bajamos. Conocía esa mirada, sin ser consciente miré hacia otro lado. Andrés dijo algo y nos despedimos, yo apenas pronuncié un hasta luego.

La comida transcurrió entre alusiones al seminario y a otros asuntos importantes, logré liberarme del malestar provocado por el encuentro con Ángel, mi conducta no había sido la correcta, daba pie a todo tipo de especulaciones y no tardaría en hacerme responder.

Al final del almuerzo, en los postres, hizo algo inesperado. 

—Toma, es para ti.

Había salido del gabinete con un paquete estrecho y alargado envuelto en papel de regalo debajo del brazo, no le presté atención, supuse que sería para su mujer. Recordé la expresión de Ángel en el portal, también había visto el paquete y él no era tan inocente como yo.

—Venga, cógelo, es un pequeño detalle, un… regalo de reyes, una bobada sin importancia. Anda, ábrelo.

Rasgué el envoltorio, abrí la estrecha caja y respire aliviada; qué tonta, temí que fuera algo más comprometedor. Descubrí un elegante pañuelo de seda, lo extendí lejos del mantel cuidando de no mancharlo.

—Es precioso. Andrés, no tenías por qué.

—Lo vi mientras compraba el regalo de Berta,  pensé en ti y no pude contenerme. ¿Te gusta?

—Me encanta, lo voy a estrenar ahora mismo.

Así lo hice, salí del restaurante con el pañuelo al cuello, cogida del brazo de mi mentor, consolidando una relación que avanzaba a pasos agigantados.

…..

—¿Os lo habéis pasado bien?

—¿No sabes llamar a la puerta antes de entrar?

—Bonito pañuelo el que traías al cuello, ¿regalo de reyes o es otra cosa?

—Mira, Ángel, no estoy para bromas, tengo mucho que hacer.

No hizo caso, se sentó frente a mi, con su sonrisa burlona. Traté de seguir a lo mío pero acabé por renunciar.

—Qué coño quieres.

—Si me lo pones así, el tuyo. Dime, ¿te lo has follado ya?

—Déjame en paz.

—Eso es un sí.

Me levanté con brusquedad, rodeé la mesa y me detuve en la puerta indicándole la salida.

—Es un déjame en paz, tengo mucho trabajo.

Caminó pesadamente, cuando iba a rebasarme se detuvo y me besó por sorpresa, traté de resistir sin conseguirlo, me tenía bien sujeta con una mano en la cintura y amasando el pecho con la otra, luché pero cedí al deseo, lo enlacé por el cuello, lo sentí palpar mi piel por debajo del suéter y gemí en su boca, me froté con ansia contra el bulto que tenía clavado en el pubis. Si entraba alguien… Había subido la copa del sujetador y pulsaba el pezón con el pulgar, nuestras lenguas libraban un duelo, mi cintura golpeaba con fuerza el vigor oculto tras la bragueta.

—Para, para, por favor.

—Vámonos.

—No puedo, en serio, no puedo.

—¿Te follas a Andrés y a mí me dejas con el calentón?

—No me lo he follado, ¿te enteras? Anda, vete.

—Falta poco, me apuesto un huevo que cae antes de que os vayáis de luna de miel a Santander.

Logré echarlo, me recompuse y volví al trabajo, al poco rato desistí. Salí, saqué un café de la máquina, crucé cuatro frases con dos compañeras, me aislé en los lavabos hasta que entró alguien, regresé al despacho, traté de hacer algo productivo.

—Ángel, ¿tenemos dónde ir? …. Vámonos …. ¿Cómo que ahora no puedes? …. Serás idiota, venga, ve saliendo.


Ramiro

—Ángela, buenos días, soy Carmen Rojas, feliz año, ¿me puedes pasar con Ramiro?. Espero, Gracias.

Había aplazado demasiado tiempo la consulta, todo iba bien, pero en estas cosas no es bueno bajar la guardia.

—Ramiro, Feliz año.

—Carmen, dichosos los oídos, ¿qué es de tu vida?

—Lo de siempre, mucho trabajo, ¿y Virginia?

—Estupendamente. Estoy enfadado contigo, quedaste en volver en un mes y han pasado, déjame ver… casi cuatro meses, no tienes vergüenza.

—Es verdad, entre unas cosas y otras se me ha ido el santo al cielo, por eso te llamo, para ver si tienes un hueco.

—Estoy a tope, a ver… Acércate esta tarde a partir de las siete.

—Eres un sol, nos vemos luego, un beso.

….

La consulta había terminado, Ángela se disponía a marcharse. Ramiro me recibió en recepción con un par de besos.

—Los resultados de los análisis, esos que no te dignaste a recoger, son perfectos. ¿Cómo te encuentras?

—Bien. La regla me vino poco después, más abundante de lo habitual, luego han sido regulares. 

—Ya te lo dije, es lo normal después de un aborto. 

—He vuelto a tomar el anticonceptivo de antes.

—Por las bravas, sin contar con nadie; eres tremenda. Anda, pasa y prepárate.

No pregunté, me desnudé del todo, supuse que querría hacerme una revisión completa, imaginé lo que vendría después. ¿lo deseaba? Me puse la bata y salí.

—Túmbate, así. Vamos a ver… 

En sus manos, entregada al médico, en unos minutos estaría ofrecida al amante, al amigo, al hombre que había crecido conmigo deseándome sin yo saberlo. Abierta a sus manos, a su mirada experta, a unos ojos de varón.

—Todo bien. 

Su mano se volvió caricia sobre el vello del pubis, mis piernas abiertas dejaron de ser carne neutra y se volvieron tentación caliente, húmeda, jugosa; el olor a sexo me llegaba a mí misma, ¿cómo no le iba a llegar a lo más profundo del cerebro? Ascendió despacio, demorando el momento de encontrar algo más que el vientre en tensión agitado por una respiración desbocada. Deshizo el lazo y la bata se deslizó a ambos lados ofreciéndome desnuda. La pelvis brincó por sí sola, pero él estaba atento a mis pechos, los cubrió e ignoró la llamada animal que mi sexo le lanzaba. Las sobó, las acarició, tropezó con las duras puntas que impedían el paso y me hizo arquear y volver a ofrecerle mi coño hambriento. Boté exigiendo atención y al fin dedicó sus dedos a la gruta vacía. Gemí, ¿acaso grité? ¿Ángela se marchó? ¿estaba segura? Tomé el relevo y me ocupé de mis tetas, él atendía mi vulva a dos manos, por dentro y por fuera; subí las rodillas, encogí las piernas y me abrí lo que pude. Tómame, tómame; lo entendió, un dedo  atravesó el esfínter como un estilete sin detenerse; gemí desfallecida, estaba empalada por dedos ágiles como culebras. Ambos necesitábamos más, alcé los tobillos a sus hombros, le rocé la mejilla, besó el empeine y lo acarició, un breve instante de ternura y lo tuve dentro, grueso, duro, fuerte, bombeando sin piedad. Fóllame, fóllame, por lo que más quieras, no te detengas. 


…..


Me despojé de la bata detrás del biombo bajo su atenta mirada, no la del médico sino la del amante que acababa de hacerme sollozar de gozo; él quería mirar, yo quería exhibirme, 

—Le comenté que venias, le he propuesto que se pasase a saludarte.

—¿Y eso, por qué?

—Hubo un pequeño malentendido la última vez que estuviste en consulta: llamó y a Ángela no se le ocurrió otra cosa que decirle…

—Que nos habíamos ido juntos. —rematé. Ramiro asintió, yo también.

Abroché el sujetador, volví a su escritorio donde había dejado el bolso y saqué un salvaslip; tal como estaba, seria mejor prevenir una mancha indiscreta en el pantalón.

—Te lo advertí. —dije volviendo al biombo; me puse las bragas a medio muslo, coloqué el protector y terminé de ajustármelas. Carraspeó.

—Virginia no es celosa, no sé qué idea se habrá hecho desde que estuvimos en la casa de la abuela, el caso es que me estuvo preguntando con demasiada insistencia. Pensé que la mejor manera de eliminar suspicacias sería…

—Coger el toro por los cuernos.

Me puse el pantalón, mientras lo abrochaba procuré darle una buena vista del culo.

—Vaya metáfora más incómoda, ¿no crees?

—Al contrario, viene como anillo al dedo, ¿o acaso no le estás poniendo los cuernos? —pregunté acariciándole la mejilla. Se aventuró a pasar dos dedos por el encaje del sujetador, como no dije nada se entretuvo en dibujar el contorno del pezón. Sí, buena idea el salvaslip.

—Qué cabrona eres. En fin, le he dicho que venías a recoger los resultados, le propuse que se acercase y pasábamos un rato juntos los tres. Cuéntale el proyecto de la consulta en la casa de la abuela, lo que estuvimos hablando aquel día.

Me senté para ponerme las botas.

—Mira que eres liante.

De pie, estiré el pantalón por la cinturilla. Me comía con los ojos, si no estuviera al caer…

—Vas a recibir en tetas a la otra?

—El jersey, pásamelo. No te confundas: aquí, la otra soy yo. Y no me gusta que hables así de Virginia.

—Es broma.

—Ni de broma, no se merece lo que le estás haciendo.

—Alguna responsabilidad tendrás tú también, digo yo.

—Tienes razón. A partir de ahora, volveremos a ser médico y paciente.

Me cogió por la cintura y me besó sin hallar ni una queja.

—Serás mentirosa…

Virginia llegó antes de que su marido hubiera terminado las anotaciones en mi historial. No detecté ninguna suspicacia, todo era cordialidad. Guardé las recetas y salimos charlando animadamente. Acabamos en una coctelería cercana. Hacían buena pareja, era alegre, divertida, culta, guapa de calendario de taller, como le decía Ramiro para hacerle rabiar. No entendía por qué ponía en riesgo una relación consolidada y estable en apariencia.

Me sentí culpable.

Llevábamos mucho tiempo sin vernos, ambas somos buenas conversadoras, nos pusimos al día: ella, sobre su actividad en la farmacéutica; yo, con mis cambios en el gabinete. Conseguí olvidar que la estaba engañando. Ramiro se excusó para ir al lavabo y nos quedamos solas en medio de un incómodo silencio

—Hace tiempo que quería hablar contigo. 

Había cambiado el tono, incluso la expresión era más grave. Se me secó la boca, no fui capaz de responderle.

—Verás, estoy preocupada por Ramiro, mucho, pero ahora no podemos. —dijo echando una rápida ojeada en la dirección por la que se había ido—. Me gustaría quedar contigo, tú lo conoces bien, quizás puedas ayudarme a entender qué está pasando.

«Estuvo preguntado con demasiada insistencia sobre ti», lo había  dicho su marido, mi amigo y amante. Tuve un mal presagio, parecía sincera, aún así el temor a ser descubiertos dominó sobre cualquier otra opción. 

—Claro, llámame y quedamos.

Ramiro se acercaba, Virginia me sujetó del brazo y dijo en voz baja:

—Por favor, no le vayas a decir nada de esto.

—¡No!, puedes estar tranquila.

Nos despedimos poco después, las miradas estaban cargadas de intención: entre él y yo fluyó el deseo, ¿cómo no nos lo notó?; con ella brotó la recién nacida complicidad, ¿cómo no me avergonzaba?


El asalto

—¿Has visto? —dijo Emilio señalando al televisor—, no sé a dónde vamos a parar, esto parece el Bronx.

El matinal daba cuenta de un atraco múltiple en un céntrico edificio de oficinas, los ladrones habían burlado las medidas de seguridad y saquearon las empresas radicadas en las cinco plantas. El corresponsal informaba en directo desde el lugar de los hechos, entre las empresas afectadas se encontraban una inmobiliaria, una agencia de viajes, un despacho de abogados, un estudio de arquitectura… Un guardia de seguridad resultó herido y fue trasladado a un centro hospitalario. La imagen de la televisión mostraba al reportero en la puerta de una de las empresas afectadas, en la placa  reconocí el nombre que figuraba en el sobre que contenía los informes y las fotos del allanamiento de nuestro hogar, Laborat. No podía ser una casualidad.

—Carmen, llámame, es muy urgente.

—¿Pasa algo? —preguntó mi socio.

—Nada, tenía que recordarle una cosa importante.

—Pues te has quedado pálido.

Corría el tiempo y no llamaba. Insistí varias veces y a media mañana, respondió.

—Qué pasa, tengo cinco llamadas tuyas.

—¿Has visto las noticias?

—Llevó reunida todo el dia.

—Esta noche han asaltado la agencia de detectives.

—¡Qué dices!

—Ha salido en televisión, han asaltado el edificio donde tiene la oficina, no es la única que han atracado, aun así es muy sospechoso, ¿no te parece?

—¿Han dicho algo más?

—Ha habido un herido, está en el hospital. ¿Tú crees que es posible…?

—¡Por favor, Mario, Tomás no es ningún gánster!

—No he dicho que lo sea.

—Pero lo has pensado. Ahora te llamo.

Salí a la calle, necesitaba aire puro. Caminé hacia la glorieta, a medio camino torcí por Zurbano, entré en una cafetería, la televisión daba los minutos finales del matinal, esperé impaciente pero no hablaron del atraco. Debía volver, de regreso llamé a Tomás, no tuve respuesta y probé con el número del despacho, tuve que insistir para que me pasaran con él.

—Qué quieres, estoy a punto de salir.

—Dime qué está pasando.

—Como no te expliques…

—Ha salido en las noticias el asalto al edificio donde está la agencia de…

—Se me hace tarde, te llamaré.

—Espera, ¿oye?, ¡mierda!

¿En qué mundo me estaba metiendo? Pasé el resto de la mañana sin salir del despacho intentando darle sentido. A mediodía me ausenté sin dar explicaciones, llegué a casa y después de cambiarme, subí a buscar la caja donde guardaba el resultado del seguimiento, lo extendí por grupos sobre la mesa y volví a examinarlo. ¿Quién estaba detrás de esta operación? 

Me sentía tan expuesta… Lo de menos era que Javier hubiera visto las imágenes, lo peor era una sensación insidiosa de desnudez ante una multitud invisible. ¿Por cuánta gente habrían pasado las pruebas del seguimiento al que había estado sometida? ¿Cuántas copias estarían circulando? Salí del salón,  necesitaba escapar de la angustia. No había comido, eran más de las cinco, preparé un café y subí al ático, necesitaba despejarme.

El frío en el rostro me alivió. Tomé el café a sorbos cortos pensando si no sería mejor pasar página y dejar de remover algo tan sórdido. El teléfono vino a darme la respuesta.

—Hola, perdona lo de antes, tenia que salir echando leches.

—Ya me lo dijiste.

—No tienes de qué preocuparte.

—No es lo que esperaba escuchar. Dime que no has tenido nada que ver con…

—Nos vemos donde siempre en una hora.

—Antes dime…

—No sigas hablando. En una hora.

No soy una mujer miedosa, sin embargo se me erizó el vello de la nuca. Recogí lo que había esparcido en la mesa del salón y lo guardé bajo llave, una hora después entraba al portal del picadero con la sensación de estar siendo vigilada.

—Dime qué está pasando.

—Cálmate. Tuve una reunión con el equipo y decidimos abrir una vía en paralelo a tu actuación.

—Mi actuación —repetí con sarcasmo—, querrás decir mi servicio de puta barata para sonsacarle a un pobre infeliz.

—Tu amigo no es ningún pobre infeliz; mientras no estemos seguros de que está limpio, es un sospechoso como otro cualquiera y de eso te encargas tú, ¿te enteras? de hacer bien tu trabajo, conseguir que confíe en ti y entre polvo y polvo, mamada y mamada, suelte por esa boca lo que sepa, ¿entendido? Si para ti es ser una puta barata, te valoras bien poco y me estás saliendo muy cara.

El duro sermón tuvo el efecto de una bofetada.

—Siéntate.

Obedecí en silencio. Estaba aturdida. Tomás preparaba dos whiskies, me ofreció uno antes de tomar asiento.

—Vamos a ver, Carmen: tenemos varios frentes abiertos —dijo volviendo a emplear un tono más suave—, ante todo, las comunicaciones: No sabemos si me vigilan, a partir de ahora cuida mucho lo que dices cuando hablemos, ¿entendido?, no digas nada que nos pueda comprometer. 

—¿Es posible…?

—¿Lo has entendido?

—De acuerdo.

—Eres responsable de SantaCruz, es importante que te dediques a fondo, métetelo en la cabeza, de ti depende en gran parte mi seguridad. Actúa con prudencia, sin precipitarte, espero resultados a su momento. 

—Cuenta con ello.

—Mientras tanto, hemos actuado en otro frente, la agencia de detectives, no podemos perder ni un minuto o corremos el riesgo de que desaparezcan las pruebas de mi presencia en tu casa, si es que existen, y algún dato de quién está detrás. Se montó un operativo donde tienen la sede camuflado como si fuera un atraco al edificio para desviar el foco de atención. Ahora mismo están revisando todo lo obtenido.

—¿Habéis encontrado algo?

—Es pronto, me informarán con los resultados.

—Quiero ir a verlo.

—De ninguna manera, ni tú ni yo podemos acercarnos. Además, no está aquí, está… lejos, fuera de Madrid. Lo primero es deshacerse de lo robado en el edificio: documentos, ordenadores, incluso el dinero, todo está siendo destruido de modo que no pueda ser rastreado. Respecto al material incautado en la agencia lo están analizando al detalle. 

—Han dicho que el guardia de seguridad está grave.

—Está herido, es cierto, pero no ha sido cosa nuestra. Lo neutralizaron sin emplear la fuerza, no hacía falta, teníamos datos personales suficientes para amenazarlo si daba la alarma antes de las seis de la mañana. Sospechamos que se autolesionó para justificar la demora en actuar. 

—¿Estás completamente seguro?

—¿Por quién me tomas? No he contratado a unos matones sin cerebro, son profesionales. No obstante haré que Sergio se asegure. ¿Qué te pasa?

Sergio, el expolicia que coordinó la inspección de mi casa y revisó al detalle las fotos y los vídeos en los que aparecía con Guido. No me gustó como me trató.


«Sergio, el denominado responsable de la estrategia, un expolicía, y otros dos hombres sin nombre que nos estaban esperando en un 4x4 frente al portal hicieron una primera inspección de cada rincón sin olvidar el ático. Tomás y yo aguardamos en el salón, al cabo de un rato dijo en voz baja:

—Van a tener que ver las fotos y los vídeos.

—¿Para qué? Son escenas muy íntimas.

—¡Vamos, Carmen!, ¿pudor a estas alturas?, necesitan conocer la posición exacta desde donde las tomaron.

Sergio había vuelto y apoyó el argumento. Subí al ático, lo guardaba en uno de los cajones del escritorio bajo llave; los dos hombres que inspeccionaban la terraza se giraron por instinto y al reconocerme, volvieron a su trabajo.

Bajé con la caja, se la ofrecí a Tomás, pero fue Sergio quien se hizo cargo, la puso sobre la mesa y la abrió con el cuidado de quien teme que un movimiento brusco la vaya a hacer saltar por los aires. Nos sentamos a ambos lados, el corazón me iba estallar, extrajo los CDs y los DVDs para acceder a los sobres con las fotos, abrió el primero, las esparció y separó una: expuesta a la cristalera en ese mismo sofá, comiéndole la polla a un titán arrogante que, erguido ante mí, me sujetaba el cráneo. «Parece que no eres muy discreta», dijo, le fulminé con la mirada, pero Tomás no me apoyó.» (4)


—No me gusta esto, no quiero vivir en medio de tanta intriga. —exploté sobrepasada.

—Eres una mujer fuerte, no te vengas abajo ahora. Tu labor es fundamental para esclarecer lo que está sucediendo. Míralo de este modo: tu papel con Santacruz es equivalente al de los guerreros ocultos dentro del caballo que los griegos dejaron a las puertas de Troya, una pieza imponente que los troyanos fueron incapaces de despreciar, una vez dentro, los griegos se hicieron con la ciudad. Tú simbolizas esa figura, imponente, hermosa, deseable; vas a conquistarlo con tus atributos y tu encanto, debes esforzarte en ganarte su confianza, su amistad, incluso su cariño y una vez rendido, operarás para enterarte de quién está detrás de esto. Puedes hacerlo, Carmen solo tú puedes hacerlo.

—Es… es el trabajo más sucio de todos los que he hecho.

Me abrazó, hice un vano intento de evitarlo, sus caricias tenían el poder de aliviarme.

— Si tu amigo es inocente como crees, puede que ni él mismo sepa en lo que está envuelto.

—¿Cuándo va a terminar esta pesadilla, dime, cuándo?

—Tranquila, ven…

…..

—¿No crees que el asalto a la agencia puede perjudicar mi actuación con SantaCruz?

—En todo caso lo aclararía. Si ha  escuchado la noticia, no tiene por qué relacionarlo con la agencia salvo que esté implicado en algo más turbio que vigilar a un empleado, no obstante, si detectas cualquier reticencia, desiste, limítate a mantener una cita normal, no quiero que te vincule con el operativo, ya lo trataríamos de otra forma. 

Cogí las bragas y fui al baño.

—¿Te vas?

—Es tarde, Mario ha debido de llegar a casa.

—Llámale, dile que estás conmigo. Si quieres, hablo yo con él.

Volví sobre mis pasos y le besé.

—Está preocupado, fue él quien me dio la noticia.

Me arrebató las bragas de la mano y las arrojó a los pies de la cama. 

—Quédate.

—Media hora —concedí—, prométemelo, ¡prométemelo! Suelta, déjame que le avise.

…..


«Amor fugado

Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado

Te vas a otros cielos y regresas como los colibríes

Me tienes como un perro a tus pies» (1)


Llegué a medianoche, Mario estaba en el salón.

—Lo siento, estuvimos hablando, se nos pasó la hora.

—¿Has cenado?

—No, pero no tengo apetito.

—He hecho la pasta que te gusta, come un poco, seguro que a mediodía tampoco has probado bocado.

—Lo abracé, cómo puedo quererle tanto. Le acompañé a la cocina y le observé mientras preparaba un plato de pasta, me sirvió una copa de vino blanco y se sentó a mi lado. Le conté lo que había pasado, el atraco para ocultar el verdadero objetivo, el origen de las lesiones del vigilante, todo hasta el último detalle. Todo.

—Quería llegar a casa pronto, pero Tomás insistió, ya sabes.

«Ya sabes lo que quiero decir, cariño, no hace falta entrar en detalles, salvo que me los pidas.»

—Estaba muy nerviosa, nunca pensé verme envuelta en una situación así.

—¿Te alivió?

—¿El qué?

—Tomás.

Asentí en silencio sin apartar la mirada hasta que él la desvió.

—¿Quieres fruta?

—Mejor café.

—¿A estas horas? No vas a dormir.

—¿Tú quieres dormir? Olvídate del café. Deja eso, lo recogemos mañana.

—Carmen… Oh, Dios…


«Otra vez mi boca insensata 

Vuelve a caer en tu piel

Vuelve a mí tu boca y provoca

Vuelvo a caer de tus pechos a tu par de pies» (1)


Santacruz

No me sentía cómoda con la «Operación SantaCruz», pero estaba obligada a cumplir el encargo. Me resigné a ejecutar la miserable tarea de manipular a un hombre inocente usando mi poder de seducción para obtener una información de cuya existencia dudaba, puede que, como mucho le hubieran utilizado para llegar a mí, la puta de Tomás, no creía que Javier tuviera otra implicación. Tomás era de otra opinión y era quien mandaba.

—¿A qué hora habéis quedado?

—A las nueve. Viene a recogerme, le he dicho que estás de viaje,

—¿Y eso por qué?

—Tomás quiere comprobar si le causa algún problema subir aquí, el lugar de los hechos, sería una prueba clara de culpabilidad.

—Podías habérmelo dicho antes.

—Te lo estoy diciendo, faltan seis horas, supongo que no es tan precipitado.

—Cuál es el plan. Me marcho antes de que venga, de acuerdo. ¿puedo volver o vais a venir después de cenar?

—Le despediré abajo.

—¿Y si insiste en subir a tomar la última? Será mejor que me busque la vida.

—Mario…

—No te preocupes, me las arreglaré.

Se fue temprano. Hizo una llamada, poco después recibió respuesta y con un lacónico «Me voy» nos despedimos, no dio explicaciones ni yo se las pedí.

A las nueve en punto llamó Javier.

—Hola, estoy abajo.

—Sube, aún no he terminado.

Tardó unos minutos en aparcar. Le abrí abajo y enseguida lo tenía en la puerta, lo recibí con una distancia calculada, no quería precipitar los acontecimientos.

—Pasa, será un minuto. ¿Una copa?

—Si me acompañas, tomaré un whisky.

Se asomó al baño, terminaba de ponerme unos pendientes largos. Mi yo, al otro lado del espejo, le miró.

—Ya acabo. —dije abriendo la barra de labios.

—No te apures, me gusta curiosear.

Claro. Inclinada hacia el espejo, aplicándome carmín, el profundo escote mostraba más de lo que debía. Alargué el trabajo en los labios, no me vio observarle, estaba absorto en la brecha abierta entre mis pechos, me erguí, cambié el pintalabios por el rímel, volví a inclinarme y voilá, ahí estaba él, enfrascado en medir mi culo.

—Ya está. —terminé tras darme unos toques al peinado— ¿qué tal?

—Fantástica.

—Si me dejas salir…

—Ah, perdona.

Se retiró de la puerta lo imprescindible para evitar rozarnos. Me siguió mientras preparaba las copas, dos vasos anchos, unos cubitos de hielo y dos dedos del whisky predilecto de Mario. Nos sentamos en el salón, yo en una esquina del sofá, él en el sillón esquinado, Ben Webster al saxo creando el ambiente adecuado. Chocamos los vasos brindando por nosotros, crucé las piernas y le escuché hablar de sus proyectos, del euro, de lo bien que le iba todo, no hizo ni una alusión al atraco, Javier exhibía sus atributos como cualquier otro macho en celo: poder, riqueza, fuerza. No sigas, le dije ante una alusión al futuro que le esperaba a Guido si volvía a las andadas. 

—¿Nos vamos?, se nos va a hacer tarde.

—Estamos solos, no tienes ninguna obligación, bueno, y aunque no estuviera de viaje. Eres…, sois una pareja… libre.

—Con Mario o sin él, mañana a las siete menos cuarto tengo que estar en la ducha y a las nueve en el gabinete.

—Sin problema, te prometo que mañana a las siete estarás en la ducha.

Sonreí y evité seguir la senda de la insinuación.

—Cojo el abrigo y nos vamos.

Tuve que reconocer el despliegue hecho por Javier, el Cayenne que esperaba en la puerta no pasaba desapercibido, tampoco para los vecinos que salieron cuando me abría la puerta. El restaurante, en Somontes, superó las expectativas, no podía haber elegido mejor ubicación para una cena íntima alejada de posibles encuentros engorrosos.

La cena fue agradable, mejor de lo que esperaba, Javier abandonó la pose de emprendedor de éxito y se mostró interesado en darse a conocer. Sabía por Mario su origen humilde, hijo de funcionario, me agradó que no lo ocultara, al contrario, hablaba con cariño de una infancia modesta, sin apuros pero sin lujos, viviendo en un barrio acomodado donde su familia se encontraba fuera de lugar, al menos lo recordaba así, estudiando en un colegio de cierto renombre donde la sensación de ser un advenedizo se acentuaba por el clasismo cruel de los compañeros. La única respuesta posible era sacar el máximo partido del esfuerzo que estaban haciendo para darle un futuro, esa era la consigna de su padre repetida continuamente, estaba en uno de los mejores colegios de Madrid, rodeado por los que en un futuro dirigirían el país, alevines de empresarios, políticos o militares; aprovecha la suerte que tienes y relaciónate, insistía su padre. Como si fuera fácil introducirse en un mundo endogámico, cerrado en sí mismo por la fuerza de los apellidos y el rancio linaje. No desperdició la ocasión, destacó en los estudios, en la cancha de baloncesto; corría como una bala y representó al colegio en alguna competición interescolar, ni así logró hacerse un hueco en los rígidos clanes establecidos generación tras generación y desistió, siguió acumulando matrículas, premios y llegó a la universidad con un expediente magnífico. 

—El país estaba cambiando y con mi brillante expediente fue fácil encontrar un buen puesto en una gran multinacional, pero se me quedaba corto, buscaba poner en práctica todo lo que había asimilado en la facultad y, en contra de la opinión de Mónica y su familia, lo tiré todo por la borda, según ellos, y monté la primera empresa, no me equivoqué, tuve que trabajar duro y salió bien. No te voy a seguir aburriendo, después vinieron otros proyectos, entre ellos la cadena de gimnasios, la franquicia de productos energéticos y ahora estoy metido de lleno en el negocio de la construcción.

—Es complicado, lo sé porque tenemos un amigo constructor y nos cuenta la dificultad para conseguir financiación y socios solventes que no pretendan absorberte.

El gancho estaba echado, solo faltaba esperar que mordiese el anzuelo.


…..


—¿Tienes prisa? —Preguntó mientras aguardábamos que trajeran el auto—, vamos, la noche es joven, voy a llevarte a un sitio que te va a encantar.

Protesté aunque estaba dispuesta a seguir, quería saber más de los contactos que había mencionado durante la cena. Enfiló hacia la carretera en dirección a Madrid, pronto entramos en Moncloa, callejeamos atravesando Ferraz y llegamos a la puerta de un local con farolas de luz ambar adosadas a la fachada donde el portero le saludó y se hizo cargo del Porsche. 

—Dijiste que te gusta el jazz.

Un pequeño escenario al fondo del local acogía a un trío y una solista de voz profunda. Acompañada por un piano, un contrabajo y una batería, la cantante se dejaba transportar  por las emociones de unas melodías desgarradas sobre el amor no correspondido, la traición y la soledad.

Ocupamos una pequeña mesa al fondo, algo que le valió una generosa propina al encargado, volvimos al whisky atentos al lamento de la cantante de ojos verdes, labios apetecibles y movimientos sensuales. Era mi turno, le conté parte de mi infancia y juventud, el complejo de patito feo y larguirucho que me acompañó durante aquella época y el cambio radical que llegó durante un verano. 

La cantante arrancó una muy intimista versión de un clásico.


«The look of love is in your eyes

A look your smile can't disguise

The look of love 

It's saying so much more than just words could ever say»

 

Esa mirada… Lo tenía donde quería; sofoqué un conato de euforia. «No te precipites», había insistido varias veces Tomás.

—Al volver de vacaciones y comenzar el curso todo había cambiado, quienes se burlaban de mí y me llamaban jirafa se habían quedado mudos o trataban de hacerse mis amigos, por parte de las chicas comencé a percibir una hostilidad incomprensible, las mismas con las que compartía apuntes y charlas me daban de lado, me miraban como si les hubiese traicionado.

—La envidia es muy mala, habías pasado de ser el patito feo larguirucho a ser la tía más buena del instituto.

—Yo quería seguir siendo amiga de todos, nada más. Me costó mucho aceptar…

—¿Que eres un bellezón?

—Que la mayoría de los hombres sólo ven eso de una mujer.

—No seas injusta, una mujer joven y guapa, si juega bien sus cartas…

—¿Lo ves?, tú jugaste la carta  de los estudios y el trabajo duro, una mujer en cambio…

—¿Me vas a dar el discurso feminista? No, por favor.

Estaba a punto de echarlo a perder, acompañé de una caída de ojos una sonrisa y eché marcha atrás.

—Otro día no te libras, hoy estamos pasando una noche estupenda.

—Una noche fantástica, con la mujer más hermosa que podría tener a mi lado.

—Exageras.

—¿Olvidas que te he visto como Dios te trajo al mundo? Eres una obra de arte hecha hembra.

Fingí avergonzarme.

—No deberías haber visto esas fotos.

—Las he visto, no hay vuelta atrás, muestran a una mujer divina, con un cuerpo perfecto que se mueve como si flotase.

—Calla, me vas a avergonzar.

—Y en los vídeos veo a una diosa del sexo; déjame seguir. Eres tú la que mandas, la que diriges y pones a tu servicio a los hombres.

Los hombres, en plural. Javier se estaba delatando. ¿Qué hombres además de Guido había visto tener sexo conmigo? Me había distraído elucubrando y no advertí lo cerca que lo tenía.

—No he visto a otra que disfrute tanto con el sexo, eres brutal, salvaje, eres…

Me besó inesperadamente, posó los labios en los míos con suavidad y buscó la manera de entrar en mi boca, debería haberlo evitado pero sucedió, simplemente sucedió, mis labios se abrieron, mi boca lo recibió sin que mi conciencia tuviera parte. 

Me separé.

—Qué haces.

—Besarte, no lo puedo evitar, no quiero.

Volvió a hacerlo, esta vez cargado de pasión, tal vez le animó mi débil resistencia; volvió a besarme y no hice nada por impedirlo, sentí que me sujetaba por la cintura y la nuca y me arrastraba hacia el mullido respaldo. Nos besamos lo que duró el lamento del piano y el pesado arrastrar de las escobillas, el triste solo llenó mis oídos mientras me entregaba a unos besos expertos, dulces, masculinos, embriagada por el aroma a hombre. Mi razón me decía «¡Páralo!», mi cuerpo se hacía agua y fuego.

—Ya. —pedí escabulléndome de sus brazos, recompuse el cabello, coloqué en su lugar el escote y me enfrenté a su mirada.

—¿Por qué? No estás cometiendo un delito, lo habéis hecho más veces, seguro que hoy no duerme solo.

—Discúlpame.

Cogí el bolso y salí hacia los lavabos, necesitaba una tregua, allí me encerré y pensé, pensé. Necesitaba ayuda.

—¿Cómo va la noche?

—Escucha, espera cinco minutos y llámame.

—¿Pasa algo?

—Tú, hazlo.

Volví a la mesa. Javier esperaba impaciente con una par de copas recién servidas.

—¿Qué me dices? Quieres hacerlo, no lo niegues, sé cuándo una mujer lo desea.

—Mario es amigo tuyo, no es lo mismo.

—¿Quieres decir que nunca te has acostado con un amigo de Mario? ¿Qué importa?, yo no voy a ir alardeando de haberle levantado la mujer.

—Es algo que tenemos muy claro, no voy a…

No habían pasado los cinco minutos acordados y sonó el móvil.

—Es él, tengo que responder. —me excusé—: Mario, ¿qué tal?

— ¿Dónde estáis?, hay mucho ruido.

—Estoy con una compañera del gabinete, hemos salido a cenar y ahora estamos tomando algo.

—Con una compañera, ya, menudo rabo tiene entre las piernas. No he tenido ocasión de decírtelo, ojo con el amigo, calza una herramienta talla extra grande.

—Rabo de toro para cenar, un poco fuerte, ¿no?

—Ja, ja, muy ocurrente. ¿Te ha metido mano ya o estáis todavía de palique?

—En eso estamos. Un beso, cariño, pásalo bien.

—Un beso, cielo, ya me contarás qué tramas.

Javier sonreía burlón.

—Conque estás con una amiga.

—Cómo le explico que estoy contigo, dime.

— Entonces ¿todo ese rollo de la confianza entre vosotros es un cuento?, ¿no le vas a decir lo que ha pasado?

—No ha pasado nada.

—Porque no te atreves. Le vas a ocultar que nos hemos besado.

Le acaricié la mejilla, me cogió la mano y la llevó a los labios.

—No tiene importancia, ha sido un juego.

—De acuerdo, será nuestro secreto siempre y cuando me prometas una cosa. Que vamos a seguir jugando.

—Lo pensaré.

Se dio por satisfecho o eso creí por la amplia sonrisa que le iluminó el rostro. Intentó un beso, yo lo evité, una caricia y la desvié. Era guapo, en cuanto se apeaba del disfraz de dandy trasnochado aparecía otro hombre, guapo, atractivo, accesible. Y fácilmente manejable, no debía olvidar que era esa y no otra la razón por la que estaba haciendo aquello. De repente lo tuve encima, ensimismada con mis escrúpulos había bajado la guardia y me había arrinconado. Me gustaba su forma de besar. Vale, un poco más antes de poner fin a la fiesta no haría ningún daño. Para, le pedí cuando me mordió flojito el cuello. Para, supliqué cuando sentí el pecho atrapado por una garra; lo liberó solo para invadirme por debajo del vestido. Basta, rogué, aunque fui yo quien se había enganchado a su nuca incapaz de resistir el estrago que hacía tambalear las defensas; llegó al culo, tironeó de las bragas y gemí sin poder evitarlo, lo amasó con la misma cadencia con que sus labios succionaban mi garganta. ¡No, eso no! Le alejé y lo besé con furia.

—No sigas.

Supo que se jugaba el futuro si seguía ignorando los avisos. Me compuse la ropa, se arregló el cabello y en silencio tomamos el último sorbo de unas copas aguadas. No mencionamos el último asalto, esperamos en la puerta a que nos trajeran el auto y emprendimos el camino a casa. 

El murmullo del motor, la música enigmática de Clannad llenando el silencio, una mano sobre mi muslo hambriento de sensaciones, las luces monótonas en la oscuridad. Así llegamos a casa, demasiado pronto.

—¿Me invitas a la última?

¿Cómo negarme, qué razón convincente encontrar para no estropear lo que estaba en marcha?

—Dejémoslo aquí, no quiero estar en boca de todos tus amigos, y lo que es peor, de los conocidos de Mario.

—Pensaba que tenías mejor concepto de mi. ¿Cómo crees que he tratado el asunto de Guido? Con discreción, nadie ha sabido nada, solo tu marido cuando lo consideré necesario. Es cierto, me gusta alardear de mis conquistas con los más íntimos, te lo habrá dicho Mario, pero contigo es diferente, no se me ocurriría contarle a nadie que tú y yo…

—Javier, puede pasar, puedes hablar en abstracto de tu última conquista y, sin pretenderlo, dar algún detalle que lleve a atar cabos a quienes nos conocen.

—No va a pasar.

—¿Y si alguien descubre las fotos y los vídeos?

No lo esperaba. Bajó la mirada, suficiente para confirmar lo que sabía con certeza.

—Compréndelo, cada vez que los veía se me hacía más difícil desprenderme de ellos.

—Estaba segura. ¿Eres consciente del riesgo en que me pones?

—En absoluto, lo tengo guardado en un lugar seguro.

—No hay lugar seguro, cualquiera lo puede encontrar en un descuido, tu mujer, algún colaborador, yo qué sé.

—Imposible, Mónica no va nunca al despacho de la constructora y allí nadie entra sin permiso; además, lo tengo bajo llave. Pero si vas a estar más tranquila te prometo deshacerme de todo.

Entonces lo vi.  A escasos metros reconocí al mastín de los vecinos del quinto. Miraba curioso hacia el lujoso Porsche detenido a doble fila frente al portal con las luces de alarma encendidas, venían hacia nosotros.

—¡Corre, bésame!


Citas

1 Capitulo 191 El futuro nos lo dirá. Octubre 2024

2 Operación Swordfish Julio 2001 John Travolta, Halle Berry, Hugh Jackman 

3 Capitulo 193 Todo el mundo tiene algo que ocultar. Diciembre 2024

4. Labios compartidos. Maná. 2006


198 comentarios:

  1. Ahí lo tenéis. Ahora, a encontrar el gazapo. Ya sabéis, respuestas por mail para no estropear el concurso. Los acertantes como siempre, recibirán un adelanto del próximo capítulo

    Las respuestas a: diariodeunconsentidor @ gmail.com

    ResponderEliminar
  2. Tomás cada capítulo me gusta menos, pero lo que más me a llamado la atención de este capitulo es lo simples que somos los hombres, un beso, una caricia y ya estamos totalmente receptivos.

    Este capítulo me a dejado más preguntas que respuestas, pero si algo me ha dejado claro es que Santa Cruz no es un buen amigo, diría que ni siquiera es un amigo y que tampoco es trigo limpio, veremos quien es el que tira de sus hilos.

    Hasta el momento el hombre mas sano de esta historia me está pareciendo Andrés, el si aprecia a Carmen, siendo el sentimiento mutuo, si al final terminan siendo amantes es el mejor amante que va a tener poniendo a Emilio en segundo lugar.

    Gracias por tu esfuerzo Mario, un capitulo impecable.


    ResponderEliminar
  3. Otra cosa que me a gustado a sido ver como a Carmen no le gusta ni un pelo tener que seducir a Santacruz siendo amigo de Mario, por eso se denomina a sí mismo como puta barata, así es como se siente.

    A Tomás le van a conceder el premio de obtuso del año, porque es incapaz de entender los sentimientos de Carmen y ni siquiera hace el esfuerzo de intentarlo.

    ResponderEliminar
  4. Buenos días, a todos.
    Querido Mario has dejado un capítulo muy interesante, se empiezan a desvelar tantos frentes abiertos.

    La plática que sostuvo con Daniel en el penta. Carmen se lo está pensando aunque niegue que nunca aceptará tatuarse.

    Vuelve a aparecer el Tomás autoritario, el que no acepta un no por respuesta, y finalmente la seducción de Javier Santacruz. se ve a leguas que este tipo es tan muy corrido, solo falta que Carmen suelte sus armas y empiece a sacarle información a javier. y me da la impresión que sabe mucho más de lo que ha contado.

    Lo leere otra leída con calma para asimilar mejor todo su contenido. Que tengan un buen domingo.

    ResponderEliminar
  5. Domingo de resaca todavía me duele la cabeza, ya no estoy para tanta juerga.
    Tendré que volverlo a leer cuando esté recuperado pero en general me ha gustado mucho.
    El concurso lo intentaré mañana hoy no estoy para pensar

    ResponderEliminar
  6. No me canso de decirlo, cada capítulo te superas.

    “Le ofrecí la vulva y nos besamos, labio a labio”

    Es una escena tan intima, va más allá de una caricia con la lengua o un lametón. Sentirlo como un beso supone una intimidad entre ambos que es difícil de explicar, que tu pareja te bese ahí es hermoso y que una sienta ese contacto como un beso implica pasar de lo pasivo a lo activo, no solo es que te bese tu pareja el sexo, lo cual ya es precioso, sino que una misma siente que está besando con la vulva y con los labios, no solo recibes, das.
    Me ha parecido una de las escenas más hermosas del diario.

    ResponderEliminar
  7. Gran capítulo! Se va cerrando el círculo pero seguimos con las dudas jeje no recordaba que santacruz tb estaba en la construcción esto creo que es clave. Y que vaya a por todas con Carmen es otra pista

    ResponderEliminar
  8. Lucia tiene razón, las escenas sobre todo cuando es Carmen la que las describe son sublimes.

    ResponderEliminar
  9. Otra cosa que me sorprende es que veo a Santacruz muy tranquilo, Carmen y Mario podrían denunciarlo por lo de las cámaras y micrófonos.

    No se si estoy en lo cierto.

    ResponderEliminar
  10. Anoche estuve a un metro veinte de no conocer este capítulo, de no contar el cuento o qué se yo.

    Días atrás tuvimos una ventisca que castigó a varios pinos y que causaron algunos daños de consideración en casas de amigos.

    Fuí uno de los que se ocupó de avisar a los ausentes y encargarme delos arreglos con su vela claro está.

    Anoche había algo de viento, más calmo pero se sentía. Sali a hacer mi recorrida por mi "territorio" como un vigilante.

    Estando en el fondo, siento un crujir de madera que se rompe y de pronto cae a plomo un trozo de cuatro metros con algo más de 25 cm de diámetro y tocó suelo herido de muerte a un metro veinte mío..

    Quedé paralizado, no de miedo, de tristeza. Murió uno de mis pinos, esos que me recibieron jóvenes con sus casi ocho metros hace 40 años.

    Tardaba en regresar y mi mujer me sacó de ese estado con su llamado. No quise contarle lo sucedido. Les recuerda a alguien? Ja ja a ver si resulta que somos parientes.

    Hoy terminaron de sacarlo, alguna lágrima dejé caer con algo de nostalgia y dolor.

    Ya he leído el capítulo. Ya veo al Drean team de Tomás visitando la constructora y demostrándole al pobre de Javier que la seguridad completa no existe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una experiencia cargada de simbolismos. Como diría Kundera, es la insoportable levedad del ser que se te ha presentado abruptamente.

      Eliminar
    2. Me alegro de que o ste te cayera envmcima, pero entiendo perfectamente lo que sentiste, a mi me pasó hace poco con el parque del barrio, lo han quitado para construir una casa, era el parque donde jugué de pequeño, donde me enamore por primera vez.

      Mis amigos dicen que soy un nostálgico que los tiempos cambian y que hay que adaptarse y no tener tanto apego a las cosas, panda de insensibles.

      Me alegra saber que no soy el unico.

      Eliminar
  11. Kaixo Mario y cia, a pesar de todo lo que vas a leer he esperado impacientemente este relato como todos los que nos escribes, es una parte de ti que quieres compartir y eso demuestra que eres una bella persona. Vamos al lio, el personaje de Mario es contradictorio, es un cornudo, si, pero a veces lo calificas de sumiso y otras de chulo, son dos aspectos que no son compatibles, le gusta que su mujer se putee, pero desde una perspectiva de mente abierta o de sumisión, no puede ser que en ocasiones quiera ejercer de chulo y otras se deje humillar en su casa. Otro aspecto del que te has documentado poco o nada es el de la prostitución, podo parecido con ese mundo que relatas es mera coincidencia, y son pocas, muy pocas, las prostitutas españolas y americanas las que más conozco, estuve conviviendo con una desde 1998 hasta 2006, era mi mujer, compañera, amiga ... y aún tenemos contacto y conozco bastante ese mundo, y ellas son LIBRES, tanto en puticlubs como en burdeles, del tipo que sea, fuera de sus "jornada laboral" pueden hacer y estar con cualquiera, ni las marcan ni las compran simplemente hacen con su cuerpo lo que les sale del coño. La forma de ejercer la profesión de Carmen y Tomás es surrealista, mucho, no es un burdel, ni club, ni puti de carretera es algo totalmente sin sentido en la profesión y en cuanto a lo que ganan pues nada que ver con la realidad, NADA, en fín lo tenía que decir, pero desde la admiración por du dedicación y esfuerzo, has conseguido que la historia de Carmen y Mario sea nuestro tema de conversación, pero has perdido una gran oportunidad de la separación que necesita esta narración, una desagradable y agria como el vinagre en las heridas, frase sabinera, si este era el momento de una separación en la que el rencor el odio y el tiempo les haga empezar esta relación desde unas bases más sólidas y claras. Agur a todas y todos y que el vicio y la pasión nos acompañe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu participación, José Luis.

      Siempre trato de respetar las opiniones de los comentaristas, faltaría más, pero en este caso hay algunas afirmaciones excesivamente categóricas desde mi punto de vista que me han llamado la atención.

      Que el protagonista tenga una conducta errática (unas veces cornudo, otras sumiso, otras chulo) no tiene otro sentido que su carácter de voyeur, imagina situaciones en las que su pareja es la protagonista y las pone en práctica, no es por tanto una conducta incoherente, o contradictoria como la calificas, sino que en realidad experimenta tanto con ella como consigo mismo, vive diversos roles de acuerdo a las circunstancias.

      Sobre las mujeres que, por una u otra razón, se dedican a la prostitución, no puedo estar mas en desacuerdo contigo. Una prostituta es cualquier cosa menos libre. No pretendo lanzar una frase categórica como has hecho tú, ni todas son esclavas sexuales, ni todas lo hacen porque se consideren libres de hacer lo que quieran, considero que sobre la prostitución no hay un modelo único de causas, como tampoco la hay de la respuesta emocional de la mujer que, reconozcámoslo, en una inmensa mayoría se dedican a ello porque no encuentran otra opción de subsistencia o han sido engañadas y sometidas. El mínimo porcentaje que ejercen desde una justificación de libre decisión, con toda probabilidad escogerían otra forma de obtener ingresos a la altura de lo que su ambición considera necesario. El mito de la puta feliz y libre es como el mito del adicto que se justifica con argumentos del tipo “cuando quiera lo dejo”, en este caso la excusa suele ser “cuando consiga tal o cual objetivo lo dejo”, objetivos que pueden ser económicos o de otro tipo, aunque en general tienen un trasfondo económico. En el caso de la protagonista, no tiene una motivación económica pero también acude en ocasiones al argumento de la libre voluntad: “cuando encuentre lo que busco, lo dejo”,

      Para terminar. Como con todo en la vida, no se debe extrapolar una experiencia personal, por muy amplia que sea, y convertirla en verdad universal, entre otras cosas porque resulta difícil debatir con quien descalifica el conocimiento del contrario.

      Un saludo,
      Mario

      Eliminar
  12. No puedo estar más en desacuerdo sobre la prostitución al menos de las españolas y americanas, son libres, y lo de la opción es del siglo XIX, las mujeres son dueñas de su cuerpo y lo ejercen con libertad, que por el camino se encuentran a muchos vividores y sinvergüenzas, si, casi siempre debido a la marginación institucional, Mario con los años que tiene debe de saber en que papel se encuentra más a gusto y actuar como tal, no es nada personal, y echo de menos las semanas que no te encuentro, es mi humilde opinión, pero sobre la prostitución ... He vivido mucho tiempo con gente de ese ambiente y no es en absoluto nada parecido a tu relato.

    ResponderEliminar
  13. Alguien ha pensado o se ha planteado que santacruz esté aliado con Gerardo y tenga un frente común?

    ResponderEliminar
  14. Como siempre gracias por el relato.
    Para mi ha sido un relato muy entretenido y como dicen en los comentarios dejas dudas que soluciones. Que malo eres, todos los capítulos igual y nos tienes enganchados.
    En este capítulo, a Carmen no solo se le abre el tema de Santacruz, sino tambien la mujer del Ramiro, no creo que no se huela nada, pero como siempre Mario sacara un ramo de flores de la chistera y tachan nos creara otro hilo del que estar pendientes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi me da la sensación que Virginia sospecha que Ramiro le engaña, pero no creo que sospeche de Carmen.

      Eliminar
  15. Carmen se entrega voluntariamente a Tomás, le dice que es suya, esa relación trasciende a la relación chulo, puta.

    Como prostituta Carmen puede hacer lo que quiera en su tiempo libre, pero como objeto de Tomás (no se como definir esa relación que tienen Tomás y Carmen, si teneis una definición mejor exponerla por favor)

    Así es como lo veo yo, José Luis.

    ResponderEliminar
  16. Con respecto al comentario de José Luis, me permitiré - desde la filosofía que impera en el café La Humedad- a dar mi opinión y, en algún caso mi conocimiento del tema.

    Sobre ese tipo de prostitución como la que usa Tomás, tengo conocimiento por un colega que asesora a empresarios en el aspecto legal de contratos de comercio exterior.

    Las mujeres que este grupo contrata están más en el modelo de Carmen y el dinero que en concepto de honorarios por cada contrato es muy jugoso.

    Es más hay dos de ellas que trabajan en tv y otras son modelos .

    Sobre las contradicciones de Mario, recordemos que, hasta Sevilla ellos manejaban sus fantasias en el marco de su hogar.

    Después de Sevilla en Carmen el dique empezó a presentar grietas y era cuestión de tiempo para que colapsara Carlos, Roberto y luego Doménico.

    Con el italiano las paredes cedieron. Qué pasó con Mario el tema lo sobrepasó. Puedes ser el mejor psicólogo, tener masters a montones. Pero antes que nada sos un ser humano, al que los fantasmas pueden atacar.

    Sin embargo si bajage de conocimientos y el amor que se profesan los hace poder luchar y avanzar.

    ResponderEliminar
  17. Releyendo el capítulo, me doy cuenta de que Angel, es celoso, no le gustó que saliera a comer con Andrés y de regreso el hecho de que no salieran a coger le pudo mucho, creo que Angel tratara de desquitarse más temprano que tarde del desaire que según el le hizo.

    ahora bien nos dejas en suspenso con el final del capítulo, haber si no pasa lo mismo como cuando Carmen invito a Andrés a subir. no nos han aclarado nada de lo que pasó en esa ocasión, ahí está la Carmen que también se guarda cosas que no cuenta a Mario

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo la sensación de que la relación entre Angel y Andrés va a cambiar radicalmente, fue Angel quien malmetio a Carmen con Angel, ahora que la cosa empieza a ir en esa dirección se siente amenazado.

      Angel la va a liar llevado por sus celos.

      Eliminar
  18. Sí señor, las putas son libres y empoderadas, con dos cojones. Chicas no sé qué hacéis qué no os metéis todas a putas, con lo bien que se vive. Libres, contentas y ganando un pastizal por no hacer nada.
    Ole tus huevos, Jose Luis

    ResponderEliminar
  19. Muchas gracias por el capítulo está muy interesante, hay algunas líneas de la trama que pueden ir develando los misterios que se han establecido en capítulos anteriores.
    Voy a responder al comentario de José Luis tratando de ser imparcial y respetuoso.
    Durante el transcurso del diario, el protagonista masculino ha tenido varios cambios que ya he mencionado con antelación. Hace esfuerzos por comportarse de una manera que no es la habitual en su forma de ser.
    He puesto algunos ejemplos, aquella vez que trató de hacer con Mara, lo que Tomás hace con Carmen.
    Ser un tipo de chulo que utiliza a una mujer hermosa que no es su esposa sino que es la mujer de un hombre sumiso para obtener un beneficio en un negocio en este caso era en la implementación de lo que estén haciendo en Sevilla.
    Su carácter no es completamente dominante por lo cual no puede hacerlo de forma natural, es forzado y por lo tanto no resulta como debería ser.
    Tomás tiene un negocio y utiliza la influencia que ejerce el sexo para obtener ganancias monetarias y poder.
    Este tipo de interacción no es nueva, tampoco es exclusiva del diario, que no sea muy conocida por muchos de los ciudadanos normales, no quiere decir que nunca ha existido. Las mujeres que ejercen estos servicios generalmente son de muy alta hermosura, modelos, celebridades de televisión, que obtienen buenas ganancias y Carmen obtiene ganancias adicionales por su capacidad y el conocimiento que tiene que ayuda en mucho a los negocios de Tomás.
    Yo también conocí a muchas mujeres que ejercieron y a otras que aún lo ejercen y no son completamente libres.
    Algunas que en nuestros países latinos (no voy a discutir sobre si somos latinos, iberos o cualquier otra denominación en este diario) vienen de países que son económicamente más difíciles que en el que me encuentro, generalmente engañadas con ofertas de empleo tales como secretarias, asistentes ejecutivas, y un sin número de otras ofertas y al llegar aquí les quitan el pasaporte y las obligan a realizar el oficio más antiguo.
    Algunas lo hacen porque quieren, porque es la manera más fácil de obtener dinero, no con una gran clientela ni en un bar, más bien entre conocidos que se pasan la voz y dicen fulana cobra tanto, ofrece buen servicio y así va sumando a su cartera de clientes. Lo hace por ocasiones y según la demanda.
    Seguiremos comentando

    ResponderEliminar
  20. Mañana aparece la playlist en TR. Como nos advirtió Apasionado, con los últimos cambios que han incorporado en la plataforma, publicar ahora en todorelatos se ha convertido en una tarea tediosa.

    ResponderEliminar
  21. Halle Berry menudo pibón no me extraña que saliera del cine con la boca abierta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mi hay dos actrices que los años les sientan muy bien, una es Halle Berry y la otra Charlize Theron.

      Eliminar
    2. Totalmente de acuerdo

      Eliminar
  22. La reconciliación se veía venir, los dos se desean a lo bestia, no pueden estar enfadados mucho tiempo y en la reconciliación salen los deseos de los dos

    ResponderEliminar
  23. Luces y sombras de Mario el personaje.

    Calificar de gatillazo lo que le sucede a Carmen, si es una broma, es de mal gusto y si va en serio deja en muy mal lugar a Mario. El gatillaxo es la consecuencia de la ansiedad por “lucirse”, lo que le ocurre a Carmen es la consecuencia del malestar por la inseguridad que siente en casa desde que violaron su intimidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo me solidarizo con Carmen, en unsma situación semejante me pasaría igual.

      Eliminar
  24. Luces y sombras:
    Mario discrepa con las sospechas que tienes ella y Tomás de SantaCruz, de todas formas l3 ofrece su apoyo incondicional.

    “—Si es así te pediré perdón. Ahora necesito tu apoyo.

    —No hace falta que me lo pidas, qué quieres.”
    Eso es lo que hacen los amigos, apoyarse incluso no estando de acuerdo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, aunque creo que Mario se va a llevar un chasco con Santacruz.

      Eliminar
  25. Ya tenemos tres acertantes de la caza del gazapo. No es tan difícil, gente, poneos las pilas

    ResponderEliminar
  26. Estimada Luisa, si estamos de acuerdo que cada matrimonio es un mundo, debemos de entender que el tema del "gatillazo" entre ellos fue algo secundario. Al oírlo, Carmen reaccionó contándole su preocupación por la existencia de esos aparatos, no reprochándole a su marido esa palabra.

    ResponderEliminar
  27. Para mí sorpresa , no ha aparecido en TR la playlist que envié ayer. Como no he recibido ningún mensaje uniformando de su rechazo, voy a suponer que hice algo erróneo en el envío y probaré otra vez, lo cual supone perder el tiempo de nuevo en formatearlo . TR: tecnología punta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espera unos días, al no ser un relato, tal vez tarden en publicarlo.

      Eliminar
    2. Es posible que quieran revisar canción por canción por si alguna imcumple las normas de TR.

      Eliminar
  28. Lucia no eres la única que no da con el gazapo, estoy más ciego que un topo.

    ResponderEliminar
  29. A la Segunda va la vencida. Anoche me “entretuve” en darle formato al documento de la playlist y hoy, con algún error, ha salido publicado. ¿Para qué pierdes el tiempo?, me dijo Pepito Grillo. Pienso en los lectores silenciosos de TR, no se merecen quedar al margen.

    ResponderEliminar
  30. Antes dejando un espacio entre los párrafos quedaba bien, cómodo para leer, ahora los párrafos quedan demasiado cerca unos de otros y eso si el texto es largo se hace tedioso.

    Espero de verdad que TR vuelva al antiguo formato, Mario te han contestado de TR desde que los escribiste?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca responden, no es la primera vez que les consulto algo y no dan respuesta

      Eliminar
    2. Así mal vamos, deberían poner un apartado donde los autores pudieramos aportar ideas para mejorar la pajina, porque en estos momentos en vez de facilitar las cosas las complican más.

      Que le vamos hacer, al mal tiempo buena cara.

      Eliminar
  31. Me gusta que Carmen reivindique que la valoren por su valía y no sólo por su belleza, Santacruz es un hombre que no ha evolucionado desde la aparición del primer ser humano moderno hace 200.000 años.

    ResponderEliminar
  32. Hoy revivimos el cuento de Cortázar que se llama Autopista del sur. 12km de cola y dos horas parados por un tarado que con un Peugeot 207 volcó en la banquina.

    ResponderEliminar
  33. Buenos días mí querido Cayo, muy buen capítulo si señor, al principio pensé que era un capítulo de continuidad, pero cierras una crisis y abres una historia, en serio, de las crisis me tenías agotado y la historia con Santacruz puede ser muy sabrosa.
    Me ha gustado.

    ResponderEliminar
  34. Buenos días, Bruto.
    Las crisis aparecen sin que uno pueda hacer nada por evitarlas (algunas), son parte de la vida y no podemos sino afrontarlas. Una vida sin crisis sería más tranquila, es cierto, aunque un poco tediosa. Prepárate.

    Para crisis tediosa la de nuestro amigo Corbacho, poniendo a prueba su paciencia. Piensa que, por fortuna, os encontrasteis en el mejor lado de la crisis.

    ResponderEliminar
  35. Feliz domingo, querido Café La Humedad. Que hayan pasado un buen San Valentín.
    Mariale.

    ResponderEliminar
  36. «Nosotros, que nos queremos tanto debemos separarnos, no me preguntes más
    No es falta de cariño
    Te quiero con el alma
    Te juro que te adoro y en nombre de este amor
    Y por tu bien te digo adiós»

    En un próximo capítulo (aún no sé cuándo) aparece esta melodía como prólogo.

    De las siguientes opciones, elegid —solo una— la que os encaje más:

    Carmen y Mario
    Mario y Elvira
    Carmen e Irene
    Graciela a uno de los dos

    Si, habrá premio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Os prometo solemnemente que la versión que aparecerá en la lista de spotify no será la de Luis Miguel, tenéis mi palabra.

      Eliminar
    2. Buenos días,
      Mi candidatura va a Graciela, se echó a un lado para no sufrir, hay que recordar que es viuda y sabe lo que es perder a quien más quieres, he repasado un poco lo que decía sobre su relación con ambos y es muy clara, no quiere enamorarse de alguien que está enamorado de otra persona, sería cuestión de tiempo que se sintiera herida.

      Hay una versión de Los Panchos, espero que la elijas para spotify

      Eliminar
  37. Graciela a uno de los dos, es la que mas me encaja.

    ResponderEliminar
  38. Carmen y Mario han pasado por mucho y han conseguido salir adelante,

    No veo ningún motivo porque Elvira tuviera que separarse de Mario.

    Carmen e Irene ya tuvieron esta conversación.

    ResponderEliminar
  39. Con respecto a mi crisis y la de todo un grupo de sufridos veraneantes juntos en unos 12 km de cola, el pensar que un tarado mental que circulaba a más de 170 km por hora podría haber perpetrado una tragedia enorme, por el caudal de tránsito a esa hora, se la puede calificar de cualquier cosa menos tediosa.

    Por no tomar las medidas de control pertinentes estas escorias siguen matando gente inocente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te entiendo, querido Corbacho, pero permíteme unas matizaciones.
      Como ya he dejado claro en alguna ocasión, me gusta conducir y me gusta la velocidad, hay tramos de autovía que, en días laborables y a ciertas horas, permiten pisar el acelerador. Conducir por encima de los 160 Km (incluso 180) me resulta más gratificante y seguro que aburrirse al volante a 120. No estoy loco, jamás excedo la velocidad en la travesía de un pueblo o en carreteras secundarias de doble sentido,. Me gusta “apurar” las curvas en carreteras de montaña, disfruto con esas cosas. Por otra parte, cuando voy a sobrepasar un camión, y más si lleva pegado al culo un turismo, levantó el pie, siempre te puedes encontrar con el típico justiciero que, aún viéndote venir, se pone a adelantar al límite de lo permitido porque, como la razón está de su lado, cree tener el derecho de frenarte como sea y a costa de lo que sea, debe de pensar que tener la ley de su lado le protege de sufrir las consecuencias de un accidente provocado. Es como lo que hacen algunos peatones al cruzar un paso de cebra, pensar que tener derecho sobre los autos le garantiza inmunidad.

      Por eso, me siento identificado en gran parte con lo que escribe Michel Houellebecq en su novela “”Serotonina”

      «…también conducía [ella] y me relevaba en cualquier momento, pero también porque las limitaciones de velocidad no se respetaban todavía en España, todavía no habían implantado el sistema del carné por puntos, y la coordinación de las burocracias europeas era de todos modos menos perfecta, de ahí la indulgencia general con respecto a las infracciones menores cometidas por los extranjeros. No solo una velocidad de 150 o 160 kilómetros por hora, en lugar de este ridículo límite de 120, permitía obviamente reducir el número de horas del trayecto, sino sobre todo que podías circular más tiempo y en mejores condiciones de seguridad. En las interminables autopistas españolas, rectilíneas hasta el infinito, casi desiertas, aplastadas por el sol y que atraviesan un paisaje de un hastío total, en especial entre Valencia y Barcelona, (aunque optar por el interior no mejoraba mucho las cosas, el tramo entre Albacete y Madrid era también pesadísimo), en esas autopistas españolas ni siquiera el consumo de cafés solos en cada ocasión, ni fumar un cigarrillo tras otro te mantenían despierto, al cabo de tres o cuatro horas de recorrido aburrido los ojos se te cerraban necesariamente, solo la descarga de adrenalina inducida por la velocidad podría haber mantenido la vigilancia intacta, ”

      Como psicólogo ratifico esta última apreciación: la atención se mantiene más y mejor si hay tensión, si estás en estado de alerta, el sueño al volante y las distracciones nacen, en muchos casos, de la pérdida de atención provocada por la monotonía. Y esto vale para cualquier profesión que requiera tener los cinco sentidos en la tarea, ¿verdad, Apasionado?

      Eliminar
    2. Totalmente de acuerdo, en mi profesión los accidentes ocurren normalmente por un exceso de confianza.

      Eliminar
  40. “Llegó el culo, tironeó de las bragas”
    Tal y como está escrito da a entender que fue el culo quien tironeó de las bragas, extraña habilidad que ni los reyes del perreo creo que alcancen a conseguir.
    Nuestro compañero Cayo ha dado caza con su buen ojo a este gazapo.

    “Llegó AL culo, tironeó de la braga”

    Gracias por leer con precisión.

    ResponderEliminar
  41. Querido amigo, he conocido parte de las autopistas españolas y concuerdo con esa apreciación. Pero estamos hablando del lado salvaje del mundo, con carreteras destrozadas, pero con peajes de primer mundo.

    Tomar uno de estos caminos, en cambio de quincena, cuando medio mundo vuelve es un pasaje pago a una posible tragedia.

    ResponderEliminar
  42. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, ya estamos jodiendo un poquito, vaya manera de anunciar una separación y sin anestesia, de las opciones posibles hay dos que no tienen fundamento en estas alturas de la narración, Carmen e Irene y Graciela con quien sea, dicho esto prefiero Mario y Elvira pero me temo el desastre. Dios no me oiga, ya se que por ahí hay mucho descreído, hereje y apostata vaya tropa.
    Pero como tengo que apostar, yo apuesto por el desastre, espero que sea una separación muy corta en el tiempo y que deje pocas heridas, o nos dejamos de hablar.

    ResponderEliminar
  43. Yo soy un ferviente defensor del transporte público, en Donostia usar el coche es una mierda, no tienes donde aparcar y los aparcamientos son carisimos.

    Tengo una parada de tren a cien metros de la empresa donde trabajo, cojo un bono mensual y me ahorro un dineral en gasolina.

    Además nunca me ha gustado conducir, en eso e salido a mi padre.

    ResponderEliminar
  44. Yo tb me temo lo peor 🤦🏻‍♂️ además sabemos por Mario en algún comentario en relatos anteriores que esa separación se produce.
    Habrá que ver cuál es el detonante y si tiene que ver el asunto de las cámaras.
    Tampoco se me pasa por alto que Mario le dice a Carmen que santacruz tiene un buen rabo, no se si este detalle hará a Carmen engancharse a otra historia…

    ResponderEliminar
  45. Discrepo de caito Si se fueran a separar habría alguna señal y lo que hay es lo contrario, una reconciliacion después de enterarse de lo de Roberto. Yo creo que la cosa va por Graciela, lo mismo aparece y aclara porqué se fue y cierra definitivamente la relación.

    De acuerdo contigo, se conduce más atento deprisa que despacio, solo me h dormido una vez al volante, era de noche, estaba descansado y pegué una cabezada sin darme cuenta por una recta interminable, menos mal que un camión que iba detrás me adelanto pegando bocinazos, recuerdo que yo creía estar despierto.

    ResponderEliminar
  46. Bruto.
    Para los melómanos, ha fallecido Paquita la del barrio, intérprete de la imprescindible "Rata de dos patas", mí querido Cayo algún día la tendrás que utilizar y seguro que será un éxito.

    ResponderEliminar
  47. Totalmente de acuerdo con Dosoctavas, yo también he apostado por Graciela, sabemos que en el 2003 Mario y Carmen están mejor que nunca.

    Si Carnen y Mario se separan será seguramente porque Mario se haya vuelto a callar algo y dudo mucho que lo que Carmen le diga a Mario sea tan bonito como esta estrofa.

    «Nosotros, que nos queremos tanto debemos separarnos, no me preguntes más
    No es falta de cariño
    Te quiero con el alma
    Te juro que te adoro y en nombre de este amor
    Y por tu bien te digo adiós»

    ResponderEliminar
  48. También es posible que Elvira se canse de ser el paño de lágrimas de Mario y decida, por el bien ambos, dar por terminada la relación y quedar como amigos. Seguir con Mario le impide rehacer su vida.

    ResponderEliminar
  49. Y por tu bien te digo adiós. Se me hace que Elvira se enteró de un movimiento de Santiago para desprestigiar a Mario profesionalmente y decide terminar con esa relación.

    Versión de Edith Gornet y el trío Los Panchos sería una buena elección

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto. Es LA versión.

      Eliminar
    2. Yo lo de Elvira no lo veo, mi apuesta como ya he dicho es Graciela, cosa que lamento porque me gusta mucho su personaje.

      Mi otra apuesta seria Carmen y Mario, pero sabemos que de ser así sería una separación por un tiempo corto.

      Eliminar
  50. El bolero lo escribió Pedro Junco, poeta cubano. Este se enamora de una joven de familia acomodada. El padre al enterarse prohíbe esa relación. Junco contrae tuberculosis y de urgencia lo llevan fuera de La Habana.

    Al no poder avisarle a su amada, él pensó en la manera de avisarle. Lo hace en una carta, pero sabiendo que el padre controlaba su correspondencia, transforma esa música en una canción.

    Le pide a un amigo que la cante en un programa de radio que ella escuchaba.La joven al enterarse del mensaje de la canción, va al hospital pero dos horas antes Pedro Junco murió. Tenía 23 años.

    Por eso la frase por tu bien te digo adiós. Esto es en lo que me baso para pensar el Elvira.

    ResponderEliminar
  51. No es un mal tiro.
    En un próximo capítulo, Elvira le reprocha que sólo acude a ella cuando no tiene a Carmen, no es un reproche, le dice, sé cuál es mi papel, nunca te he pedido nada ni espero nada más allá de lo que tenemos, pero ¿no crees que vamos a acabar repitiendo el mismo patrón que has seguido con Graciela o Elena? ¿Por qué no llegaste a nada con Irene? Dime, ¿qué ocurrió con Maca que no me contaste?

    Mario se escabulle y Elvira no insiste, pero esta conversación le hace pensar.

    —Eres incapaz de vivir más allá de Carmen, estoy convencida de que si mañana falleciese, no serías capaz de rehacer tu vida ni conmigo ni con nadie.

    —Cállate, no digas eso.

    —Nunca pensé que fueras supersticioso.

    —¡Quieres dejarlo de una vez! Lo he entendido, gracias.

    El clima se ha roto, ambos se dan cuenta, Mario toma la iniciativa.

    —Será mejor que me vaya. Lo siento.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es un mal tiro pero no es el tiro, verdad??? Va de farol Desde cuándo Mario nos enseña las cartas?

      Eliminar
  52. Torco, Lucía tenéis un ojo de halcon, duras palabras de Elvira, pero no le falta razón.

    ResponderEliminar
  53. Eres incapaz de vivir más allá de Carmen...entonces tal vez no sea Santiago el responsable de esa frase de Nosotros, y ante esa relación rota ella vislumbre que un futuro sin Mario sea para el bien de él.

    ResponderEliminar
  54. ¿Mario haciendo un spoiler? No me lo creo, demasiado fácil.

    ResponderEliminar
  55. Mario te tienen calado, a mi también me a parecido extraño que hicieras semejante spoiler, pero como he escrito en un comentario anterior, Elvira lleva mucha razón en esas palabras.

    ResponderEliminar
  56. Mario va perdiendo personas por el camino, Graciela, Elena, Irene Macarena y según parece también va a perder a Elvira, el denominador común es Mario.

    Mientras Carmen puede interactuar con otras personas siendo Mario el centro de su vida, Mario es incapaz de hacerlo, por lo menos no de forma correcta.

    ¿Creéis que Mario podría reacer su vida en caso de perder a Carmen?

    No estoy diciendo que Carmen tiene que morir, hay muchas formas de perder a alguien.

    Yo creo que no será capaz, no se que pensaréis vosotros.

    ResponderEliminar
  57. Otra vez el bendito titiritero moviendo los piolines y que el público comience a confundirse.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En qué mal concepto me tienes, nada más lejos de mi intención que tratar de confundir a la gente que aprecio.
      Dicho lo cual, ojo que en el diario aparecen dos Irenes.

      Eliminar
  58. En principio, saludar al maestro que nos tiene enganchados, como si de una droga se tratase. Seguidamente, saludar a los tertulianos, parroquianos, estudiosos y con grandes dosis de análisis.
    No pretendo menospreciarme en el café de humedades, pero por petición del autor daré mi elección, sincera y humilde (por supuesto).
    Creo que el bolero se lo dedica, Mario, a la relación entre Carmen e Irene, ya que la ruptura —por teléfono— sin explicaciones debe tener un encuentro físico y hablar de lo ocurrido.
    Recibir mis saludos y les doy de antemano las gracias por dejarme participar.
    Charo.

    ResponderEliminar
  59. Si hay que hacer apuestas sobre la persona que se aleja de la vida de uno de nuestros protagonistas, hay que mirar primero los antecedentes.
    Graciela ya se despidió en capítulos anteriores cuando tomó una oportunidad de trabajo en el extranjero, luego volvió y les dijo que no quería ser la tercera rueda de una relación donde ella no iba a estar en primer plano.
    Elvira fue el primer amor de Mario, mucho antes de que Mario conociera a Carmen. Pero ella se fue tras la ilusión que le producía la verborrea de Santiago. Aquella intelectualidad que admiraba y la atención que la hacía sentirse especial.
    Irene tiene que tener un cierre con Carmen, cuando Carmen inició su vida de despertar sexual, Irene fue un ancla que la mantenía segura, Carmen se separó de ella pero no fue el cierre definitivo que se debería tener. Fue muy parecido a lo que ocurrió con Carlos.
    Esto está muy complicado.
    Y Mario al colocar cáscaras de banano para hacernos resbalar lo hace un poco más complicado.
    Yo apuesto por Irene.
    Saludos a todos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cáscaras de banano, qué buena idea. Probaré en la próxima.
      Que conste que no he dado ni una pista falsa, todo tiene sentido aunque las apariencias no siempre sean de fiar.

      Eliminar
    2. En definitiva, sólo nos queda tener paciencia, con el tiempo todo será revelado.

      Eliminar
  60. Así comienza el capítulo 196
    “Afrontar la realidad de los hombres es algo que exige muy poca imaginación por parte de las mujeres.”

    Blues de la calle Beale
    James Baldwin

    ResponderEliminar
  61. La realidad es muy fácil, cada día somos más feos y tenemos menos pelo.

    ResponderEliminar
  62. En capítulos anteriores Mario pregunta a Carmen por Irene, según él esa historia tuvo un final por un error. Ella, preocupada por lo que podría ser una enfermedad preocupante, decide terminar con Irene decide separarse de,Irene or su bien.

    El tema es que Mario insiste, fiel a su costumbre, al punto de cabrear a su. compañera, también fiel a su costumbre.

    Espero Mario que, fiel a tu costumbre, no hayas contactado a Irene . Ya no tendríamos una tempestad, ahora sería el asteroide Carmen chocando con la tierra.

    ResponderEliminar
  63. Bruto.
    Buenos días a todos.
    Si no recuerdo mal efectivamente hay una segunda Irene que se liga Mario en un bar y le comenta que su pareja también tiene una novia Irene, al final se la tira una vez.
    Como sea esa no te separas de Irene, Carmen te corta los huevos.
    Cayo como te gusta liar.

    ResponderEliminar

  64. Por tu bien n te digo adiós
    Carmen ha dicho en varias ocasiones que Mario estaría mejor si rehiciera la vida sin ella
    Se lo dijo a Graciela cuando le pidió que ocupara su lugar
    Se lo ha dicho a Mario varias veces y Mario se ha desesperado por perderla.
    Creo que se lo dijo también a Tomas, no estoy seguro.

    Si alguien tiene idea de los capítulos donde pasa esto decirlo y lo podemos comentar.

    ResponderEliminar
  65. Dos es compañía, tres es multitud.

    Dejad de pensar lo que estáis pensando, esta frase hecha viene a cuento de que me encontraba montando el archivo para subir a TR el capítulo 195 y, al repasarlo, me saltó el cazador de gazapos que llevo dentro: “¿Tienes prisa?” Pregunta Mario, lo pregunta Javier y alguien más. En total esta frase aparece tres veces tres en el texto.

    Tres es multitud, ya está subsanado.

    ResponderEliminar
  66. De todas maneras ya sabemos que en el 2003 Carmen y Mario siguen juntos y mejor que nunca.

    ResponderEliminar
  67. Os recomiendo un relato en TR excepcional El juego de los espejos. De sensis39. Siete minutos de una calidad y una intensidad fuera de lo qu3 estamos acostumbrados a encontrar 3en TR

    ResponderEliminar
  68. Respuestas
    1. Este fin de semana lo leeré y doy mi opinión.

      Eliminar
    2. Ya he leído el juego de los espejos, TR es como cuando miras un cielo lleno de estrellas, siempre hay una que brilla más que las demás, eso sientes cuando terminas de leer este relato.

      Es un relato que está muy bien escrito y te mantiene enganchado, veremos a ver como continua.

      Eliminar
    3. ¿Ama Valeria a Adrian?, creo que es pronto para saberlo, pero que ella fuera infiel indica que algo falla o algo falta.

      Como he dicho en mi anterior capítulo veremos que nos depara la continuación de este relato.

      Eliminar
    4. Como he vuscado el relatonpor Google no me había dado cuenta que ya había subido la segunda parte, que despistado soy.

      Después de leer el 2 capitulo, saco esto en claro.

      Valeria es la obsesión de Adrián, la necesita como respirar, necesita espiarla, Valeria también necesita a Adrian, saber que la está mirando le da más placer que el mejor de sus amantes.

      Se retroalimentan mutuamente, empiezo a pensar que este juego no va a terminar bien para ninguno de los dos.

      Eliminar
  69. Hoy a la mañana tenía revisión en el oculista, para poder mirar el nervio óptico y la retina, te echan unas gotas que dilatan el iris.

    Joder desde que he salido del oculista parezco un vampiro buscando la sombra, cada vez que me da la luz en los ojos es muy molesto incluso con gafas de sol.

    El oculista me ha dicho que el efecto dura de 3 a 4 horas, a ver si es verdad y se me pasa.

    ResponderEliminar
  70. El caballo de Troya va camino de TR

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Felicitaciones Mario! La página de TR dice que tienes publicados 200 relatos! Por cierto, quiero publicar en TR, pero el portal tiene bloqueado el envío de nuevos textos desde hace varias semanas. Hay algún "truco" para enviar relatos? Alguien sabe? Buen finde!

      Eliminar
    2. Si nos das más datos deloquete sucede en TR tal vez entre todos podamos darte alguna idea. Parece que TR ha cambiado el editor porque ahora no permite importar un documento formateado con cabeceras, cursivas, negrita, etc. tienes que editarlo de nuevo una vez importado y no siempre funciona, en este capítulo ha ignorado toda la maquetación que hice desde su propio editor, solo ha respetado las negritas, pero cursivas no me ha mantenido ni una.

      Eliminar
    3. Disculpas por la demora. Para subir un texto al portal TR entiendo que la secuencia es: Panel de Control - Enviar Nuevo Relato. Cuando recorro ese camino llego a un inapelable cartel que pone: "ENVÍO DE NUEVO RELATO - OPCIÓN NO DISPONIBLE (03-2025) - EL NÚMERO DE RELATOS RECIBIDOS A DIARIO ES MUY ELEVADO EL ENVÍO DE NUEVOS RELATOS SE ENCUENTRA LIMITADO ACTUALMENTE". Y a dios muy buenas! No hay manera de seguir... Uds me dirán si conocen algún truco o hay algún "enchufe" posible, que todo puede ser!

      Eliminar
  71. Gracias, lucernario, si no lo dices ni me doy cuenta. Celebraré de algún modo el capítulo 200 del diario con vosotros, lo estoy empezando a planear.

    ResponderEliminar
  72. Yo publique el 18 de febrero mi último relato, para poder publicar tienes que elegir todo el texto después usar el control C y después usar el control V para poder pegar el texto en TR.

    Espero que te ayude.

    ResponderEliminar
  73. Yo desde hace dos o tres años, intenté mandar un relato en varias ocasiones, y siempre me respondía que por el momento no estaban recibiendo nuevos relatos o algo así, después de varios intentos dejé por la paz el publicar algo.

    ResponderEliminar
  74. He pasado por la sección entrevistas/info y aparece algún otro autor quejándose de lo mismo. Incluso por mail me lo han comentado. Debe de ser algo nuevo, porque yo estuve dos años sin actividad (2009, 2011) y no tuve ningún problema para volver a publicar.

    ResponderEliminar
  75. 110 a 1. Los muchachos que se quedaron en T les debe de durar la borrachera de fin de año.

    ResponderEliminar
  76. Doscientas entradas en el blog y en TR, yo mismo estoy sorprendido porque, pendiente de alcanzar el capítulo 200 no he sido consciente de que ya había llegado. Son diecisiete años de trabajo e ilusión puestos en el relato que han producido las siguientes cifras:

    Mas de 3,8 millones de accesos
    Más de ciento noventa capítulos
    Más de doscientos personajes
    Más de cuatro horas de música
    Más de ciento veinticinco horas de lectura y
    Tres mil setecientas páginas.

    Miro al futuro y suscribo la frase del Cholo: partido a partido. Capítulo a capítulo, sin metas mayores.

    Gracias a todos por vuestro apoyo.
    Mario

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por ser una inspiración para otros autores como yo.

      Eliminar
  77. Bruto.
    Buenos días querido Cayo, me tienes impresionado, me has tenido tenido enganchado más de ciento veinticinco horas, porque yo como casi todos los de aquí nos hemos leído entero el diario.

    ResponderEliminar
  78. Como alguna vez dijo el Cholo ,,con el cuchillo entre los dientes.

    ResponderEliminar
  79. Qué barbaridad, suponía que el diario era enorme pero poner las cifras sobre la mesa supera cualquier cálculo
    Enhorabuena por estos 17 años y gracias por los ratos que me has hecho pasar. Partido a partido Mario sigue para alante

    ResponderEliminar
  80. 3700 páginas son entre 5 y 12 volúmenes de tamaño medio, seis veces “La catedral del mar”., es un trabajo enorme y sin ánimo de lucro. Escribir por placer es un lujo. Gracias.

    ResponderEliminar
  81. Más datos:

    212 personajes, de los cuales:
    123 masculinos y 89 femeninos.
    27 son principales (en este momento de la trama)

    12 Emplazamientos (lugares de ocio, ciudades, oficinas…)

    Y ahí lo dejo, porque parece que me estoy dando autobombo, solo quería compartir con vosotros la magnitud del diario, algo no previsto y que solo el ti3mpo y la ilusión consiguen.

    Gracias a todos por formar parte de este proyecto.
    Mario

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué control tienes, te aseguro que pocos autores veo en la editorial que lleven un registro tan exhaustivo de sus obras, te felicito

      Eliminar
  82. Yo empecé a leer el diario en el 2021, tuve la fortuna de leer sin interrupciones desde el primer capítulo hasta el último publicado en su momento, no tuve que esperar a que se publicará cada nuevo capítulo, pero debe de reconocer, que de ese modo, me perdí de detalles en la lectura que ahora no me pierdo, pues cada capítulo nuevo lo leo dos y hasta tres veces para tener una mejor comprensión, ahora lo que hago es en las referencias que pone Mario de capítulos anteriores los vuelvo a leer para tener todo el contexto completo.

    Gracias Mario por este esfuerzo y darnos en cada capítulo publicado la oportunidad de seguir leyendo tan apasionado relato

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso empecé a sacar las citas fuera del texto, para hacerlo más fácil de leer y facilitar la búsqueda del original a quien estuviera interesado.

      Eliminar
  83. Ya lo comenté en otro comentario esta es tu obra magna, a la que dedicas tiempo y mucho cariño se nota en cada párrafo que escribes.

    Las gracias te las tenemos que dar nosotros a ti, porque la calidad del relato a ido en aumento con los años, mejorando como un buen vino.

    ResponderEliminar
  84. No quiero dejar de agradecer a Dos Octavas su indispensable ayuda para montar una base de datos documental con el contenido del diario, esto me ha abierto infinidad de posibilidades para manejar datos, perfiles, escenas y caracteres que de otra forma sería imposible. Lo mismo hizo hace unos años para permitirme gestionar todos los comentarios que se producen sobre el diario. Eres un fenómeno.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un placer colaborar contigo Mario, lo pasamos bien montando la estructura y las fórmulas de búsqueda verdad? Fue más complicado que lo que hicimos para los comentarios y también más interesante.

      Eliminar
  85. Es curioso el tipo de relación que mantiene con Tomás, en este capítulo se ve la dependencia que tiene. Obedece las órdenes que le da, “ni se te ocurra dejarme colgado” le dice y le cuelga, ella va al picadero como un corderito sin voluntad propia. “¿Tenía otra opción?”, le responde cuando el insinúa que tenía dudas de si vendría.

    Claro que tenía otra opción, imponerse, pero está tan entregada a la figura de padre que simboliza Tomas que ni se le pasa pon la cabeza desobedecer. “Cuando digo que vendas, vienes”

    A veces se avergüenza de su conducta y hace un amago de autonomía, en este relato intenta irse nada más llegar pero cuando él la abraza y le susurra en el oído, se abandona “como una niñita obediente”

    Esa dependencia de la figura del padre es la que manda en esta relación por encimas del jefe, del amigo o del proxeneta que la utiliza como prostituta de alto nivel. Es una relación en la que el incesto declarado por una parte, puede que olvidado por la otra parte, está siempre en el núcleo del fuerte deseo sexual que les une.

    Ya nos enteramos de la opinión de la hija de Tomas, una mezcla entre escándalo y envidia. Falta saber si la esposa tuvo alguna reacción o se mantuvo tan sometida como Carmen

    ResponderEliminar
  86. En mi opinión Carmen tiene una relación real y tuvo otra también en el pasado, esa relación es la que tiene con Mario, la del pasado fue la que tuvo con Irene.

    Carmen no está subyudada a ninguno de los dos, a diferencia de Tomás, Angel, Claudia y en un menor grado Domenico.

    Yo puedo entender la dominación como un juego sexual puntual, pero si trasladamos eso a la vida real no deja de ser un ser humano que vive para cumplir con los caprichos de otro.

    Eso no es una relacion, aunque las dos personas que firman esa pareja estén de acuerdo, esto no deja de ser mi opinión y puedo estar equivocado.

    ResponderEliminar
  87. No puedo estar ma de acuerdo contigo Lucia, Tomas tiene una fuerte influencia sobre Carmen, y para carmen lo que diga Tomas es mas que suficiente para obedecer sin chistar.

    Mario ya le a comentado que Tomas se pasa en muchos sentidos, es autoritario, es violento si las cosas no se hacen como el quiere y su palabra es la unica que que pravece, ya se vio en capitulos anteriores cuando estan en casa de Carmen y Mario, cuando fue a cenar y se quedo a dormir, la sarandeo, la ningunio, ella se saco de onda por el compartamiento de el, Mario se lo hizo saber pero ella en su entrega a Tomas no lo quiso ver, hasta varios dias despues cuando lograron platicar sobre el asunto.

    Tomas en un tipo de cuidado.

    Haber que es lo que nos cuenta en proximos capítulos sobre lo que realmente paso con las fotos, y que mas pasa con Javier Santacrus, si logra sonsacarle algo que desvele realmente quien y de que forma se realizao el trabajo y si realmente es en contra de Tomas, o que fue lo que motivo aparte de hacer frente al michelin por su comportamiento.

    Saludos a todos.

    ResponderEliminar
  88. Dudo mucho que haya incesto con su padre. No da el perfil aunque tenemos pocos datos. Creo que los abusos de su tío y primos son los desencadenantes de esta conducta sumisa y de deseo por los hombres mayores.
    Carmen es consciente de su problema, por eso está buscando el origen. El método es bastante arriesgado pero está empeñada en tratarlo cono un experimento de laboratorio donde ella es el ratón.

    ResponderEliminar
  89. Totalmente de acuerdo con los comentarios de Lucía y Federico, coincido totalmente con Dosoctavas, yo tampoco creo que haya incesto.

    ResponderEliminar
  90. Finalizado el plazo para presentar propuestas al concurso del gazapo, han aparecido tres acertantes: Bruto alias Caito, Lucía y una k3ctora que no participa en el blog y po4 lo tanto, omito su nombre por mantee la privacidad.
    Efectivamente, el Porsche Cayenne salió al mercado un año más tarde, en 2002.

    En breve enviaré a los ganadores el premio ptometifo, un extracto del próximo capítulo.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Se nota que he perdido las gafas de cerca? Espero que podáis traducir el comentario anterior a pesar de los fallos.

      Eliminar
    2. Yo la verdad es que estoy metido de lleno con la segunda parte de mi relato Everest, además de haber terminado de leer el relato de juego de espejos de sensis39, aunque la temática de dominación no sea de mi agrado, a sido un relato corto pero muy intenso.

      La verdad es que es un gran escritor, gracias por avisarnos de este relato Mario, si no me hubiera perdido a un gran autor.

      Veremos con qué nos sorprende en el futuro.

      Eliminar
    3. Mario, es malo mezclar mezcal con el blog, no le eches la culpa a las gafas. Un beso.
      Mariale.

      Eliminar
    4. Qué malpensada eres, Mariale, todo porque he extraviado las gafas de la presbicia y ya me estás poniendo de consumidor de alucinógenos. No sé si perdonarte.

      Eliminar
    5. No soy malpensada, Mario. Con los hombres nunca se sabe. Y me vas a perdonar cuando disfrutes un trago de la botella de whisky de maíz que te enviaré con mi esposo que irá en julio a tus tierras. Si Jack Daniels no endulza tu corazón, nada lo hará.
      Eso sí, nada de mujerzuelas. Si mi maridito menciona a Candela, los prenderé en fuego a los dos.
      Mariale.

      Eliminar
  91. Bruto.
    Buenas tardes querido Cayo, como siempre agradecido e impaciente por recibir el extracto, con lo cual estaré aún más impaciente.
    Queridos contertulios os recomiendo que intentéis pillar los gazapos, el extracto que envía Mario es muy entretenido porque ves la forma de trabajar de Mario y te haces una idea de por dónde va a seguir la historia, con el verano me tuviste de los nervios varios capítulos.
    Un abrazo a todos y perdonar pero ando de lo más liado estos días.

    ResponderEliminar
  92. Valeria terminó siendo víctima de su propio juego y Adrián víctima de su obsesion y adicción, la verdad es que para ser un relato corto, le a cundido muy bien.

    ResponderEliminar
  93. Gracias Mario, la escena que nos has regalado a los ganadores es genial, ¿saldrá en el próximo capítulo? Porque me he quedado con ganas de más, como se ha quedado Carmen, y necesito saber cómo sigue.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay de qué, Lucía, un placer cumplir lo prometido.
      No te doy garantía de que la escena completa vaya en el 197, puede que si pero todo depende de la longitud del capítulo.

      Eliminar
  94. No hubiera encontrado el gazapo ni por casualidad, conozco el Porsche Cayenne, pero no tenía ni idea de que año era, vamos que leí lo que escribiste en el diario y no lo puse en duda.

    ResponderEliminar
  95. Mi admiración por los que han descubierto el gazapo, si hubiera tenido tiempo lo habría intentado.

    ResponderEliminar
  96. Ja ja, apenas llegué a una Duster 4x4 , Dacia para ustedes. Esa Porsche ni siquiera quiero verla para no reconocer mi fracaso😀😀😀😀

    ResponderEliminar
  97. Los que habéis cazado al gazapo disfrutad del premio que os lo habéis ganado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ni te imaginas Aoasionado, es brutal
      Si esto es el comienzo del próximo capítulo, no quieto imaginar cómo será lo demás. Acojonante.

      Eliminar
    2. Por lo que parece Carmen es mucha Carmen, ya tengo los dientes largos jajaja.

      Eliminar
  98. Ya tenemos título para el próximo capítulo:

    Los juegos del deseo

    Todavía es provisional, no me acaba de convencer el complemento del nombre, el deseo está presente en todo el relato, aunque hay otras pasiones presentes.

    Ya os iré contando. El borrador está terminado para mi propia sorpresa, hace una semana todavía estaba estancado.

    ResponderEliminar
  99. que bien que ya está el borrador, eso significa que pronto tendremos un nuevo capítulo, solo espero que los adelantos que leyeron los afortunados ganadores, sea iguales a los que leeremos los demás lectores mortales

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mejor aún: lo que leeréis todos será la versión corregida (y aumentada) del extracto que ganaron unos pocos.

      Eliminar
  100. ¿Aparece Doménivo en este capítulo? Ya va siendo hora.

    ResponderEliminar
  101. Santacruz se va a llevar un premio que no se merece, Carmen es una mujer superlativa en todos los sentidos, lo da todo en todos los aspectos de su vida, no me extrañaría que Santacruz tenga la idea de intentar llevarse a Carmen, intentar levantarsela a Mario, cosa que no ocurrirá claro.

    Todos sabemos que si Carmen a accedido a esto es porque Tomás se lo a pedido, después metida en materia Santacruz es un tío atractivo y a nadie le amarga un dulce, pero sigo pensando que esto traerá problemas en el futuro.

    Por lo que se cuenta se viene un capítulo potente.

    Un fuerte abrazo a todos



    ResponderEliminar
  102. Eso es un sí pero menos, Donenico vendrá estará unos días y se volverá a ir,, es lo que suele hacer. Desahogarse con Carmen y marcharse, menudo pieza.

    ResponderEliminar
  103. A mi si Domenico va a aparecer o no me da igual, Mario, lo que a mí me interesa es saber cuando va a aparecer Graciela, pero aparecer de verdad con un capítulo donde ella sea la protagonista.

    😢😢😢😢😢😢

    ResponderEliminar
  104. Doménico está al frente del negocio familiar, el cual presentaba algunos inconvenientes, por eso tuvo que viajar cuando estaba el tema de la tempestad.

    ResponderEliminar
  105. Sigo pensando que Domenico es uno de los candidatos, junto con Santiago, a ser el que ordeno el espionaje en casa de Mario y Carmen. (El motivo de espiarles es que no se creyera la suerte que había tenido al encontrarse con esta singular pareja y por no creer en las casualidades busca información sobre ellos).
    Creo que aparecerá en el próximo capítulo cuando Santacruz le diga a Carmen que el que ordeno la instalación de cámaras fue un empresario italiano.
    Motero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no creo que haya sido Domenico, no veo ningún motivo para que tenga que investigarlos, Domenico no tiene ningún negocio con Carmen y Mario.

      Eliminar
  106. No me cierra el tema de Doménico como quien ordena semejante operación. El italiano juega en una liga diferente para ese tipo de "juegos". Su relación con la pareja nada tiene que ver con los negocios que él administra. Y no creo que conozca a Santacruz.

    Pero como ya ha pasado tantas veces lo que uno cree cambia cuando conoce el relato de la realidad.

    ResponderEliminar
  107. Tampoco creo que Domenico tenga que ver nada con el espionaje dentro de la casa a Carmen, definitivamente Javier Santacruz debe de estar coludido con alguien más, o a los detectives que contrato. al ver a Carmen, quisieron darse un buen taco de ojo, y grabaron mucho más de la cuenta, por lo que pudieron ver a una Carmen entregada a su amante. o en una primera entrega que le hicieron los detectives a Santacruz. este de le alegro el ojo y pidió algo mucho más explícito para poder observar a la Carmen entregada a el Michelin y ver si en un futuro podría hacer algo como lo que está por suceder entre los dos

    ResponderEliminar
  108. Bruto.
    Buenas tardes a todos, yo también creo que en asunto del espionaje el italiano no tiene nada que ver.
    Dicho esto volvemos a las conjeturas y ahí me sigo afirmando en que está relacionado con Tomás y sus negocios. El resto de los personajes no me cuadran.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo veo en esas. Es más que amante de Carmen. Es el que dio forma al sueño de Mario. Si quiere saber algo, pregunta y ya, a cualquiera de los dos. No lo veo en esas...
      Mariale.

      Eliminar
  109. Ya tenemos título: «Los juegos del deseo», y un pequeño adelanto para abrir boca.

    «Ser puta no me afecta, sé lo que soy y lo acepto, incluso con agrado. Destruir toda una trayectoria profesional vendiendo mi cuerpo era otra cosa bien diferente y toda la vergüenza, toda la humillación que, como mujer, debería sentir y no siento al ejercer de puta, brotaba incontenible por colaborar en la degradación de lo que quedaba de mi yo anterior. »

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Bestial como introducción!
      ¿Viaje a Sevilla?
      Motero

      Eliminar
    2. Entiendo que Carmen se deje llevar por la pasión y no le importe, pero conseguir una trayectoria profesional requiere muchos años de esfuerzo.

      Y ese esfuerzo se puede esfumar en un abrir y cerrar de ojos.

      Eliminar
  110. Por qué pensar en Tomás como el objetivo? Por su reacción, como que no le es extraño este procedimiento y que seguro que lo ha utilizado en el pasado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes querido Torco, si me haces con buen criterio analizarlo te diría que para ese espionaje hace falta dinero y sólo veo dos motivos, el chantaje o la venganza, con la venganza habría sido algo rápido y ya tendríamos noticias, con el chantaje las cosas se aprovechan de otra manera y tiene que haber oportunidad de sacar rendimiento, y eso está más relacionado con Tomás.

      Eliminar
    2. Bruto.
      Buenas tardes querido Cayo, así me gusta creando espectativas y metiéndonos, a mí por lo menos, en elucubrar qué narices va a pasar.
      Ya me tienes comiéndome las uñas, que voy por las de los pies y eso que no llego.

      Eliminar
  111. Después del lavado de cerebro que le hizo Mario con la terapia de puta y la violacion pagada, según yo lo veo, en la habitación reservada a uno de sus hermanos, Carme dijo algo parecido, soy puta de la misma manera que soy mujer, hija o psicóloga. Esto es lo mismo, el producto de aquel abuso psicológico hecho por su pareja.
    De todas formas habrá que leerlo en su contexto

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy fuerte, Lucía; y estoy muy de acuerdo.
      Mariale.

      Eliminar
  112. Se ve algo intenso el párrafo que nos dejó Mario, solo que puede significar muchas cosas, para entender perfectamente lo que nos quiere decir, habrá que leer completo el capítulo, y así podremos tener el contexto de la frase.

    En espera de se publique LOS JUEGOS DEL DESEO, Ojalá no se tarde.


    saludos a todos

    ResponderEliminar
  113. De todas maneras en este relato los que tienen actos vergonzosos son sobre todo los personajes masculinos, pero ninguno de ellos se plantea si su comportamiento es vergonzoso o no.

    Carmen solo debería de preocuparse de lo que pudieran pensar sus padres y hermana, lo que piensen los demás le debería importar entre poco y nada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saliéndonos del tema... ¿qué actos vergonzosos tendrá Apasionado bajo la manga? No sé ustedes, a mí me da miedo preguntar.
      Mariale.

      Eliminar
    2. ¿Yo?, ninguno, a mi que me registren 😇😇😇😇😇.

      Eliminar
  114. Suena a que ese prepara a cometer una locura, algo grave puede ser por culpa del encargo de Tomas.

    Cuando lo publicas????

    ResponderEliminar
  115. Regresando del camping de carnaval. Atrapé mi primer pescado en la vida, aprendí a hacer una fogata, no me gustan los bebés del pantano y me di cuenta que las navajas suizas son una maravilla. Escribí mucho (en cuaderno) y me estoy poniendo al día con los comentarios. Nos estamos leyendo.
    Mariale.

    ResponderEliminar
  116. La organización que integra Tomás posee un estatuto desde el día que comenzó a funcionar como tal. Es un conjunto de principios que sus integrantes respetarán a rajatabla. Ese respeto da un equilibrio de funcionamiento y tiene un líder - Tomás- que se encarga de que todo funcione en base a ese dichoso equilibrio.

    Como ocurre en las manadas, cada tanto aparece un integrante que se encarga de desafiar el liderazgo y puede ser que se conformen grupos, unos apoyarán solapadamente a este audaz, otros seguirán al lado del líder y otros esperarán el resultado para volcarse para el grupo del vencedor.

    Ese líder es un hombre que comienza su labor en los cincuenta, con una experiencia lograda con los años. Nunca tendrá menos de esa edad, para garantizar con experiencia ese liderazgo. El desafiante generalmente ronda los cuarenta y muy pocas veces logra su objetivo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Excelente argumentación, letrado (o antropólogo social, o visionario, elija usted mismo el perfil adecuado al caso).
      Con gusto le responderé en el momento adecuado que no es éste.

      Eliminar
    2. Bruto.
      Buenos días, interesante reflexión piensas que es una revolución interna y no un ataque de otro grupo empresarial.
      En ese caso es todavía más importante lo que averigüe Carmen, pero sigo pensando que es otro grupo, porque si no Tomás tendría más referencias de Javier.
      Aunque espero que este finde con un poco de suerte nos despejen alguna duda, no nos fallarás Cayo que como ves estamos en una duda existencial

      Eliminar
    3. Es un buen argumento que me hace reflexionar, si me pongo a pensar fríamente no me gustaría estar en la posición de Tomás, si, se gana dinero y poder, pero a cambio pierdes años de vida.

      Querido Torco si algún día nos vemos en un juzgado espero que sea siendo tu mi abogado defensor, si no, ya me puedo dar por jodido 🤣🤣🤣🤣.

      Eliminar
  117. La propuesta de Torco es muy interesante, pero la respuesta de Mario hace saltar las alarmas, lo llama visionario. Mario no escoge las palabras al azar. “Responderé en el momento adecuado” es como decir “no quiero hacer spoiler”. ¿Me equivoco?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo he pensado exactamente lo mismo.

      Eliminar
    2. Mario es un pillín. suelta cebos a ver si pican. Como cuando le dije a mi esposo que lo sabía todo y él sólo dijo:
      Oh, dime entonces:
      ¿Quién mató a Kennedy?
      ¿El hombre de verdad llegó a la Luna?
      ¿Hay aliens entre nosotros?
      ¿De verdad hay todo ese oro en Fort Knox?

      Mariale.

      Eliminar
    3. Te falta una: ¿seguro que la tierra es redonda?

      Eliminar
    4. "Dar paso sin huarache”, qué expresión más bonita y, hablada, debe ser muy musical.
      Aquí decimos “no dar puntada sin hilo”.

      Soy inocente, solo digo cosas, allá vosotros y vuestra interpretación.

      Por cierto: preparaos porque el capítulo viene a ritmo de cumbia.

      Eliminar
  118. No creo que te equivoques Lucia, creo en tu hipótesis, de que Mario no da paso sin huarache o como dices tu. no escoge las palabras al azar, quiere evitar hacer spoiler, al menos eso pienso yo también.

    Espero este fin de semana poder despejar las dudas, o como suele suceder en cada capítulo, se aclaran algunas cosas y se se abren nuevos frentes donde Mario nos pone a pensar, hacer suposiciones y sacar conclusiones que casi siempre no tienen nada que ver con la realidad del relato. creo esa ha sido parte del exito del diario.

    ResponderEliminar
  119. Mario me recuerda a un profesor que tuve, cuando le preguntaban que entraba en el examen contestaba que las respuestas estaban en el libro.

    Pero la realidad es que mientras daba su explicación iba dejando pistas por donde irían las preguntas, si ponías la suficiente atención, podías saber que parte del temario entraba y cual no.



    ResponderEliminar
  120. Insisto, Mario cuida las palabras al máximo, no las pone por poner.
    En el último adelanto, si o lo leéis con detenimiento, veréis cosas más allá de lo evidente, o será que yo soy muy rara.

    “ Ser puta no me afecta, sé lo que soy y lo acepto, incluso con agrado. Destruir toda una trayectoria profesional vendiendo mi cuerpo era otra cosa bien diferente y toda la vergüenza, toda la humillación que, como mujer, debería sentir y no siento al ejercer de puta, brotaba incontenible por colaborar en la degradación de lo que quedaba de mi yo anterior. “
    Carmen a veces habla en presente y otras en pasado. Está escribiendo sobre algo que sucedió hace 20 años, sin embargo dice “ser puta no me afecta, SÉ LO QUE SOY”
    Después dice “toda la humillación que como mujer debería sentir y NO SIENTO”
    Parece que nos quiere decir que, a día de hoy, 2025, sigue pensando como entonces.
    O es una película que mime he montado en mi cabeza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te has hecho ninguna película, para mi vas por el camino correcto.

      Eliminar
  121. No es una cuestión de dinero, es el síndrome de hubris, un trastorno psicológico que se caracteriza por un ego desmedido y desprecio por las opiniones de los demás. Se produce en personas que tienen poder como políticos, empresarios, directivos etc.

    Síntomas:

    - Excesiva confianza en sí mismo
    - Obsesión por la imagen personal
    - Desprecio por las críticas
    - Sentimiento de superioridad sobre los demás
    - Desmedida preocupación por la imagen, lujos y excentricidades

    Podría haber obviado todos estos síntomas al decir Gerardo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si, pero no te habría quedado tan bien.

      Eliminar
    2. Trastorno de personalidad narcisista es el término adecuado para tipificar este tipo de conductas.

      Eliminar
  122. estamos atentos a leer el siguiente capítulo, será que tendremos domingo de lectura??

    ResponderEliminar
  123. Quería felicitar a todas las mujeres en este día 8 de Marzo, por todas las mujeres, que lucharon, luchan y lucharán por sus derechos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque a alguien le pueda resultar paradójico, hubiera querido publicar hoy. No ha sido ponible.
      A ver si mañana.

      Eliminar
    2. Mario, con calma y nos amanecemos, date tu tiempo para que quede a tu gusto

      Eliminar
    3. Cuando puedas Mario, tu tranquilo.

      Eliminar