Capítulo 189 En el ojo del huracán
Tiempo estimado de lectura: cincuenta y nueve minutos.
Tú juegas a engañarme,
yo juego a que te creas que te creo,
escucho tus bobadas
acerca del amor y del deseo
y no me importa nada, nada
Tú juegas a tenerme,
yo juego a que te creas que me tienes
serena y confiada
invento las palabras que te hieren,
y no me importa nada.
Tú juegas a olvidarme
yo juego a que te creas que me importa,
conozco la jugada
sé manejarme en las distancias cortas
y no me importa nada, nada
Luz Casal 1989
No lo encuentro, se ha debido de caer. A oscuras cuesta reconocer el entorno, son tan escasas la ocasiones en las que he dormido en esta habitación que no tengo interiorizada la distribución. Vaya, he tropezado con la lámpara, espero no haberlos despertado. Al otro extremo del pasillo yace mi mujer con Doménico, hoy nuestra alcoba es su territorio como lo será durante los días que dure la visita.
Silencio absoluto, el ruido de la lámpara no ha perturbado el descanso de la pareja. Es natural, los escuché batallar hasta las tantas y luego, cuando se sosegaron, continuaron hablando en voz baja un buen rato, riendo a veces, besándose, removiendo las sábanas. Hasta que cayeron rendidos. Eran las cuatro, lo sé porque estuve atento al reloj que no encuentro.
A las cinco, unos pies descalzos cruzaron el pasillo, el impacto seco en el suelo lo identificó; llegó a la cocina, tendría sed. Volvió pronto a la cama, escuché un murmullo somnoliento de mi mujer, su mujer; luego, el silencio. Hasta ahora.
En unas pocas horas he aprendido a interpretar el lenguaje sonoro de esta pareja: Los gemidos entrecortados de Carmen aumentan en agudos y velocidad a medida que la machaca, son signo de que se encuentra bajo el cuerpo de Doménico abrazándolo con las piernas, enganchada a su cuello mientras la perfora implacable; La he oído jadear marcando un compás largo, sin duda el mismo que sigue con las caderas sobre la estaca, con las manos sobre el pecho, con las piernas flexionadas a ambos lados asegurando el vaivén.Tendrá los pechos bien atendidos por su amante, si yo estuviera en su lugar lo haría, acariciaría el busto perfecto que se ofrece erguido y disfrutaría del polvo salvaje de la amazona; También he escuchado su voz apagada contra la almohada, señal de que está entregando la grupa, los murmullos piden cautela y a él, impaciente: «Déjame, sé lo que hago»; después, golpes de aliento al ritmo que es empalada.
He descubierto otras variantes, ha sido una noche muy larga.
Tengo la boca seca. Salgo al pasillo. Silencio. Identifico la respiración pausada de Carmen, a él no lo escucho. Recorro el pasillo despacio procurando no hacer ruido. A medio camino pienso que tal vez debería haberme puesto algo por precaución, aunque no espero ninguna sorpresa.
Evito beber de la botella de la nevera, he hecho bien porque el primer vaso de agua ha entrado como si llevara dos días sin probar líquido alguno. Lo relleno y lo apuro de nuevo.
Otra vez la presión en la cabeza, voy a tomar algo o va a ir a más.
¿Cómo hemos llegado a esto?
La espera
Lo debí imaginar. No soy de atender a presentimientos, sin embargo, los densos nubarrones de lluvia me pusieron en alerta sin motivo. No pensaba moverme de casa hasta verla aparecer, era cuestión de tiempo, una hora o toda la mañana, lo que hiciera falta, al final volvería, es lo que suele hacer cuando pasa la noche fuera, un eufemismo para decir que ha pasado la noche follando con otro. Regresa satisfecha, cansada pero satisfecha, cuenta lo justo para calmar mi ansia y sigue el ritual de costumbre, cambiarse de ropa, asearse, tomar un café y descansar un par de horas, ya habrá tiempo de saciar mi insana necesidad de saber hasta el último detalle. Sin embargo, esta vez algo iba a ir mal, lo sabía, no hacía falta ser adivino para que un presagio enturbiara la espera.
Si pudiera volver atrás, si pudiera rectificar la conversación con Doménico lo haría distinto, podría evitar lo que temo que va a ocurrir.
Volver atrás, dejar de hacer maniobras a espaldas de Carmen. ¿Por qué tuve que ir a Barcelona? Va a traer consecuencias si no las está teniendo ya. Ojalá pudiera cambiarlo todo, volver un año atrás, camino de Sevilla y cerrar la boca, dejarnos de locuras, pasar el seminario haciendo turismo por las tardes con Carmen y regresar sin habernos trastornado la vida. Volver atrás, decirle que mande a la mierda a Roberto y salga del gabinete dando un portazo antes de que vaya a más. No habría Carlos, no habría Doménico ni Claudia ni Tomás ni nadie desbaratando nuestra vida. Todo sería tan diferente. ¿Por qué lo hice?
No tiene remedio, el pasado no se puede cambiar, ahora debes pensar en afrontar el presente y construir el futuro, le he dicho hace poco a un paciente que ha superado un intento de suicidio tras un divorcio limpio y sin discusiones. Había mantenido varias relaciones, incluso con compañeras de trabajo hasta que se dio cuenta de que estaba poniendo en peligro su matrimonio. No volvió a ser infiel, pasaron los años, pero la culpa era una carga insoportable. No era el mismo, se decía, jamás volvería a hacerlo; era inútil, el peso del engaño no le dejaba vivir. Un día, tras celebrar el vigésimo aniversario de boda, decidió sincerarse y pedir perdón por algo superado. Lo confesó, ese ya no soy yo, le dijo; sin embargo, para ella no era el pasado lo que aparecía con toda crudeza sino el presente destrozado, el pasado se hizo herida recién abierta, dolor incapaz de superar y un año después llegó el divorcio. Si pudiera volver atrás, decía, no habría descubierto mi pasado, si pudiera volver aún más atrás, jamás la hubiera engañado. No me escuchó, seguía aferrándose a un tren que ya no podía tomar.
En esas me encontraba, a punto de afrontar el presente que yo mismo me había labrado con mis errores mirando hacía un incierto futuro.
Llamaron a la puerta, en el corto trayecto desde el salón no se me pudo pasar por la cabeza que fuese ella. Abrí y de un vistazo supe que mis peores presagios estaban a punto de cumplirse.
La tormenta
Dejamos a Franco, Gianni y Romina haciendo planes para salir por Madrid, nosotros nos dirigimos a casa, estaba decidida a mantener el rumbo dado tras conocer la absurda decisión de Mario que nos había llevado a celebrar la ceremonia de matrimonio, por el camino le expuse mis planes para los días de su estancia en España. Hizo un intento de calmarme que consiguió el efecto opuesto, a partir de ahí no volvió a abrir la boca. Estaba nerviosa, toda la tensión que la ceremonia había dejado a un lado volvía con toda su fuerza a medida que nos acercábamos a mi casa.
No quise usar mi llave, llamé y esperé a que nos abriera. A Mario le cambió la cara al vernos.
—¿Podemos pasar?
—Claro, adelante.
Entré hasta el salón tirando de Doménico, algo remiso a seguirme.
—Voy a hacer las presentaciones: Mario, mi ex.
—Carmen por favor. —trató de contenerme. Mario, por su parte, agachó la cabeza abatido.
—Mi ex, ¿acaso no ha hecho renuncia expresa de mí?
—Eso no significa…
—¿Cómo fue?, repite la frase por favor.
—Carmen…
—Repítela. Muy bien, lo haré yo. Quiero entregarte a Carmen, a partir de ahora considérala tu mujer, como antes.
—Carmen, basta.
—Porque soy…, ¿cómo era?, ah sí, porque soy impotente. —dije a sabiendas de haber alterado la frase.
—Porque me siento impotente para ayudarla. —corrigió en el acto Doménico.
—Da igual. Es una renuncia en toda regla a tu condición de esposo. —continué dirigiéndome por primera vez a Mario—. Una ruptura de la relación. Por eso tengo el placer de presentarte a mi marido. Como lo oyes, fíjate qué poco me ha durado la soltería. Ayer celebramos una ceremonia para casarnos, nada oficial, te podrás figurar, pero tan vinculante y duradera como mi marido y yo queramos, ¿no es así, cariño?
—Así es, cara.
Saqué del bolso la hoja donde estaba escrita la fórmula de la boda.
— Yo, Carmen Rojas, me entrego a ti, Doménico Morelli, te tomo por esposo, prometo amarte y honrarte, hacerte sentir orgulloso de mí. No prometo serte fiel, en cambio te prometo lealtad y no impedirte nunca ser feliz.
La volví a doblar, la guardé y le mostré la alianza.
—Estos han sido mis votos matrimoniales. He prometido lealtad, esa virtud que apenas conoces, y no impedirle nunca ser feliz, algo para lo que también te has mostrado incapaz en demasiadas ocasiones. Pero basta de reproches, considero que esta casa sigue siendo mía, e vero? —Mario afirmó en silencio—. Mi esposo y yo vamos a ocuparla durante su estancia en Madrid, puedes quedarte, hay habitaciones de sobra, o marcharte si te resulta incómodo, aunque, conociéndote, estoy segura de que disfrutarás de lo que veas y escuches, siempre has encontrado más satisfacción en verme en brazos de otros hombres que en los tuyos.
—¡Bueno ya está bien! —exclamó Doménico visiblemente alterado, me soltó con brusquedad y abandonó la estancia. Salí tras él y le di alcancé en el hall.
—¿Dónde vas?
—Me marcho, no vas a utilizarme para acabar con tu matrimonio.
—¿Nos podemos calmar todos un poco? —Mario nos había seguido, había recuperado la entereza y nos interpelaba—. Volvamos al salón y empecemos de nuevo.
Así dimos por terminada una escena bochornosa, aunque no estaba dispuesta a callar mis reproches.
Si pudiera volver
«Tú juegas a engañarme,
yo juego a que te creas que te creo,
escucho tus bobadas
acerca del amor y del deseo
y no me importa nada, nada»
—¿Cómo has podido hacerme esto?
No quedaba en su voz un ápice de resentimiento. Sentí una tristeza enorme, era yo quien la había conducido a esto, fui yo quien hizo descarrilar una aventura compartida a causa de mis miedos y mis complejos.
—Lo siento.
—¿Lo sientes? ¿Cómo has podido renunciar a mí?
—Porque ya no sé qué hacer, he tratado de corregir mis errores, pero es imposible. He estado dando palos de ciego y lo único que he conseguido es hacerte más daño. Ojalá pudiera volver al pasado y borrar todo lo sucedido, ojalá pudiera regresar a aquel día cuando volvimos a casa después de pasar el fin de semana juntos los tres, ¿lo recuerdas?
«—Han pasado muchas cosas Mario, la mayor parte no las esperaba, muchas ni siquiera las había pensado, algunas… jamás me las hubiera planteado. Pero han pasado, de nada vale lamentarse.
Regresó al ventanal como si necesitase esa distancia para continuar.
—Es más, ahora que han sucedido te diré que no me arrepiento, nunca imaginé que haría las cosas que he hecho, pero… lo que sé es que las volvería a hacer.
Me miró esperando una reacción, yo me limité a escuchar su silencio mientras en mi cabeza la veía a cuatro patas, enculada y la escuchaba llamarse a sí misma puttana, hablar de piercings en los pechos y en el clítoris. No soporté esa imagen, sentí como mis mandíbulas se apretaban.
— Lo que quiero decir… es que, quiero volver a verle —Me miró fijamente, esperando alguna reacción—, no sé cuándo, pero tenemos que seguir viéndole.
Me dejé caer en el respaldo. Hubiera entendido que plantease condiciones, cambios de cualquier tipo, renuncias a nuevos juegos. Mis puños se cerraron hasta que las uñas se enterraron en la palma de las manos. Aquella declaración terminó de despertar la irritación latente en el fondo de mi cerebro desde que nos fuimos de la casa de Doménico.
—No sé si lo entiendes, supongo que no, claro, no es extraño, es todo tan… absurdo, acabo de decirte que no esperaba…
Había dicho todo esto sin mirarme, de pronto volvió a fijar los ojos en mí.
—¡Di algo, por Dios, no te quedes ahí callado como si no pasase nada!
—¿Qué quieres que diga? —estallé— Me concederás un poco de tiempo para que intente asimilar todo lo que estás soltando, ¿no?, para mí también ha sido un shock vivir lo que hemos vivido, no creas, ¿que quieres volver a ver a tus amantes?, vale, pero déjame que lo asimile ¡por Dios! si piensas que estaba preparado para ver cómo te abrían el culo o te comportabas más como la… puta de Doménico que como mi esposa…
Sentí el hielo en las venas, el terror de quien acaba de situarse al borde de un precipicio y ha dado un paso al vacío, un paso que ya no tiene vuelta atrás.
—¡Por favor! —exclamó cargada de desprecio, sus ojos parecían mirar a un desconocido. Se levantó y se dirigió al pasillo.
—¿Dónde vas? —dije intentando detenerla, pero me ignoró—. No he querido decir eso.
La alcancé en nuestra habitación, el corazón me dio un vuelco cuando la encontré abriendo los cajones de la cómoda sacando ropa.
—Déjame.
—¿Qué estás haciendo?
Se volvió hacia mí con el rostro descompuesto por la pena.
—Será mejor que nos tomemos un tiempo para reflexionar, si no, veo que nos vamos a hacer daño y eso sería horrible —las lágrimas caían por sus mejillas—, no podría soportarlo Mario, no podría.
Continuó escogiendo ropa que fue dejando sobre la cama. El dolor lacerante que me rompía por dentro me impedía hablar.
—¿Te vas?
—Solo unos días, no sé, un par de semanas o lo que haga falta, así nos calmamos y podemos pensar con claridad, ordenamos nuestras ideas y cuando nos juntemos de nuevo podremos hablarlo sin violencia.
Se mantuvo apoyada en la cómoda ocultando el rostro que seguramente estaba arrasado en lágrimas. Las sienes me iban a estallar, el mundo se venía abajo. La historia, la puta historia se repetía otra vez y yo no tenía fuerzas para volver a comenzar de nuevo.» (1)
—Ojalá pudiera enmendar lo que hice, todo sería distinto, tú no te habrías marchado, nuestra relación, la de los tres, habría continuado, y tantos y tantos errores como cometimos no habrían ocurrido. Quiero que este reencuentro suponga volver a empezar donde lo dejamos.
—¡Oh, Mario!
—No quiero renunciar a ti, no es eso, deseo verte feliz, que recuperes el rumbo que te hice perder.
…..
—¿Queda agua fría?
Giré tan rápido que vertí parte del vaso sobre la encimera. En la entrada de la cocina estaba Doménico, desnudo como yo, con los brazos cruzados apoyado en el marco de la puerta.
—Perdona, no quería asustarte. —Avanzó hasta situarse cerca, abrió el armario para coger un vaso.
—No te esperaba.
—Te desperté, lo siento.
—Descuida, ya llevaba despierto un buen rato. —me devolvió una sonrisa— ¿Hicimos mucho ruido?
—Bueno sí, bastante, es normal.
Se alejó, resultaba complicado no mirar su cuerpo, la forma perfecta del culo, cómo se tensaba cada vez que daba un paso; el balanceo de la verga que, sin estar erecta, mostraba un tamaño interesante; los pectorales bien definidos.
Me descubrió mirándole y reaccioné mal, debería haber actuado como si no pasase nada, pero pasaba y mucho. Bajé la mirada avergonzado. No lo mencionó.
—Carmen es fantástica, no recordaba hasta qué punto me tiene seducido.
—Llevamos juntos una década y estoy tan enamorado de ella como el primer día.
—Te creo. —Apuró el vaso y lo dejó sobre la mesa—, Aún no te he dado las gracias.
—No tienes por qué dármelas, ella no es de mi propiedad.
—Por acogerme en tu casa, por ser tan buen anfitrión, por cederme tu alcoba. Gracias de corazón.
Me había precipitado y quedé en posición de jaque. Otra vez mis ojos fueron sin control hacia su imponente sexo que empezaba a despertar.,
—Si continúas mirándome así voy a tener que recordarte aquella conversación que tuvimos en mi casa y nunca terminamos.
—Porque no quisiste.
(Antes de Semana Santa,,,)
«—Estaba pensando en lo que contaste en el pub sobre tu teoría de la bisexualidad y la evolución o algo así.
—Creí que no me escuchabas, te veía más atento a Carmen. —dije medio en broma.
—Es que lo tienes muy complicado, competir con ella no es fácil.
—Y menos sin sujetador. —rompimos a reír.
—¿Qué sientes cuando ves a un hombre desnudo?
Claro y directo. Ahí estaba lo que le rondaba en la cabeza. Supuse que se estaba haciendo estas preguntas mucho antes de nuestro encuentro y ahora se habían avivado sus inquietudes.
—Si está bien proporcionado, si es agradable de ver, lo aprecio como tal, veo la belleza, la armonía, lo mismo que me sucede cuando veo a una mujer.
—¡Vamos Mario! —me azuzaba, no quería que divagase.
—¿Has estado en una playa nudista?
—Alguna vez.
—¿Te has abalanzado sobre la primera mujer desnuda que has visto y la has violado?
—Ya sé lo que quieres decir, pero te estás escabullendo, puedes no violar a nadie en un centro nudista pero no negarás que te excita sexualmente verla desnuda.
—El apetito sexual, como el hambre, no tienes por qué negarlo, pero puedes demorarlo.
—Esta noche, cuando estabas mirándonos follar tan cerca, ¿qué sentías al ver mi… al verme?
—Me gustaba. —por un segundo me miró fijamente, luego apartó la mirada. Comprendí que renunciaba a alguna pregunta que le bullía en la cabeza.
Y de nuevo, el silencio que delata esas preguntas embarazosas que no llegan a pronunciarse.
—Qué me quieres preguntar? —le dije cortando una pausa que se alargaba demasiado.
—No eres homosexual y eso es lo que me tiene desconcertado porque todo lo que contaste sobre la bisexualidad tiene sentido, tiene lógica.
—Pensé que no escuchabas.
—Sí escuché, sí. —repitió con cierta irritación en la voz—¿Qué ves si me miras ahora?
No sabía exactamente lo que buscaba, pero fuera lo que fuese no le hablaba al marido de su amante, apelaba al psicólogo, eso lo tenía claro, aunque yo no sabía si estaba preparado para afrontar aquella conversación. Recorrí deliberadamente su cuerpo con la mirada, quería comprobar cómo reaccionaba y, de paso, ponía a prueba mis propias reacciones.
Mis ojos enfocaron el miembro semierecto. Incluso vencido conservaba una buena proporción, un buen volumen. Sentí una punzada de placer. Desvié la mirada hacia el tórax, bien formado, musculado sin exageración, producto del deporte; buenos hombros, potentes brazos, hermosos pectorales. Sus ojos seguían mi recorrido, le noté algo tenso.
—¿Te incomoda? —le pregunté.
—No. Bueno, un poco.
—Se sincero, estoy trabajando contigo. —dije sin dejar de mirar los músculos de su vientre.
—¿Trabajando?
—Es lo que me has pedido. Soy psicólogo, no, mejor aún: soy un antropólogo bisexual que está a punto de explicarte lo que siente al mirar a un hombre hermoso desnudo. ¿Te molesta que te defina como hermoso?
Caminé a su alrededor. Notaba claramente como cada vez estaba más tenso, de alguna manera empezaba a adoptar la conducta de una jovencita acosada. Cuando estuve fuera de su vista dejé de reprimir la sonrisa que había procurado ocultar, me estaba divirtiendo.
—No, no me molesta.
—Yo creo que sí. No estás acostumbrado a que un hombre te diga que eres guapo y menos aún a quedarte callado, a aguantarlo sin soltar una risotada, a bromear. No estás preparado para encajarlo, ¿verdad?
—Es algo incomodo
—¿Entiendes ahora lo que deben de sentir las chicas jóvenes al principio de la pubertad?
—Lo imagino.
—¡Bonito culo!
Doménico ignoró mi comentario, no pretendía acosarlo, necesitaba que afrontara el examen que le estaba haciendo. Para mí también era una situación nueva, era una doble prueba, yo tampoco tenía ninguna experiencia sobre lo que suponía cortejar a un hombre.
—Digo que tienes un culo muy bonito.
—Ya te oí, ¿debería decir algo? —Respuesta beligerante.
—Creí que querías oír lo que sentía al verte, si quieres lo dejamos.
—Es cierto, perdona.
—Los nervios a veces nos traicionan.
Terminé de dar la vuelta completa, cuando volví a estar frente a él le miré a los ojos, le costaba mantenerme la mirada.
—Me gusta lo que veo, tienes un cuerpo estupendo. —bajé los ojos a su sexo que había aumentado considerablemente de volumen—. Tu polla se ha alegrado del examen, por lo que veo.
—¡Joder! —bajó la vista avergonzado.
—Es normal, tu cuerpo reacciona sin prejuicios, es tu mente la que filtra lo que te sucede de acuerdo a lo que considera bueno o malo.
—Supongo que tienes razón.
—Alguien te mira de una manera… sensual, es decir, con un interés sexual, tu cuerpo lo nota, tu mente lo percibe y reacciona en consecuencia; da igual que sea hombre o mujer, tu cuerpo reacciona a la intención de quien te observa. Otra cosa es que tu cultura te haga rechazarlo.
—Entiendo. —estaba visiblemente violento.
—No fuerces las cosas, no intentes comportarte como crees que deberías, tienes unas ideas enraizadas, deja que las cosas fluyan poco a poco, de nada serviría que intentases cambiar de una manera impuesta.
Bebí un trago, ¿qué pretendía Doménico con aquella conversación? Tenía que contarle a Carmen en cuanto pudiera todo aquello, seguro que extraería más conclusiones y lo enlazaría con la sombra de la madre omnipresente.
—Te propongo un ejercicio. —improvisé.
—¿Qué clase de ejercicio?
Me situé frente a él.
—Se trata de explorar tus sensaciones y tus propias reacciones. Quiero que te cojas el miembro, sin apretar, solo cógelo en tu mano, siéntelo.
Me miró con cautela, por unos instantes se mantuvo quieto, sin reaccionar, luego le atacó una risa nerviosa, breve, que salía a impulsos.
—¿Qué me la coja? ¿quieres que me la coja delante de ti?
—Supongo que después de haber estado follándote a mi mujer no te dará vergüenza que vea cómo te coges la polla. —dije intentando quitar tensión al momento, eso le dio cierta seguridad, la seguridad del varón que se tambaleaba poco antes. Volvían a equilibrarse las fuerzas, volvía a ser el macho arrogante, jefe de la manada, dueño de la hembra. Sonreí interiormente, con una sola frase le había llevado donde yo quería.
—No, claro, supongo que no.
Lentamente bajó el brazo y agarró el miembro que colgaba a media erección, lo sujetó entre sus dedos.
—¿Ahora qué?
—Dime lo que sientes en tu mano, en la polla, en tu cabeza; lo que sientes al hacerlo delante de mí.
—Es… extraño, nunca he estado así, con otra persona, quiero decir con otro hombre, tocándome, es decir, tocándome con intención de… es decir…
—¿Con intención de excitarte?
—No sé si quiero excitarme.
—No lo sabes, pero tu subconsciente lo ha insinuado.
—Si, algo así, es cierto.
—Tu subconsciente al menos ha expresado que te tocas de una manera sexual.
—Sí.
Observé que se acariciaba levemente el pene, el cual comenzaba a reaccionar, pero no le dije nada.
—Quizás tu frase era ésta: me resulta extraño estar tocándome de una manera sexual delante de otro hombre.
—Eso es.
—¿Te resulta excitante?
—No.
—¿Seguro?
—Seguro.
Su verga estaba en plena erección, él siguió el curso de mi mirada.
—¡Joder! —aparto la mano como si quemase.
—¿Por qué la has soltado?
—Vamos a dejarlo ya.
—Como quieras. —recogí el vaso y caminé hacia el salón.
—¡Es que me estás manipulando! —me detuve en seco.
—Escúchame bien: jamás utilizo estas técnicas para manipular a nadie, nunca. —continué hacia el salón.
—¡Eh, vamos! perdona, perdona, me he puesto algo nervioso, no quería decir eso, lo siento.
Me detuvo en la puerta por el brazo.
—Lo siento, creo que me estaba viniendo bien para vencer mis miedos y mis prejuicios, ¿seguimos?
—Otro día.
—Por favor, quizás no tengamos otra ocasión. —dudé un momento. Tenía razón, no habría otra ocasión para retomar un ejercicio que no solo le venía bien a él.
—De acuerdo.
Estaba tan ansioso por continuar con la prueba que él solo se puso en situación, volvió a colocarse con el miembro en la mano. Me pregunté cuál sería el secreto que guardaba Doménico.
Siguió intentando expresar lo que sentía, sus sentimientos, sus emociones al poder acariciar su atributo viril ante otro hombre, poco a poco su verga volvió a recobrar volumen, su respiración se fue agitando y acabó reconociendo que la situación le excitaba. Decidí dar un paso más, quería comprobar dónde residía el problema.
—Bien, ahora quiero que la sueltes. Acércate —Doménico dio un paso adelante con cierta inseguridad—. Te recuerdo que esto es un ejercicio y que actúo como un terapeuta, ¿está claro?
—Sí.
—¿Seguro?
—Seguro.
—¿Serías capaz de cogerme la polla?
—¿Qué? ¡No, ni de coña! Estás de broma, ¿verdad?
Era incapaz de asimilar la situación, le superaba, sabía que hablaba en serio, pero se escudó en la negación, en la broma, fingía no creerlo, reía, alborotaba, estaba tan violento que escapó como pudo de la realidad adoptando el rol de macho.
—¿Y serías capaz de dejar que te la cogiera yo? —sabía que sería incapaz, tan solo quería que aflorasen sus reacciones, analizar su conducta.
—Joder Mario ¿estás de coña? —fue a por el vaso riendo y bebió, huyó del escenario.
—Bueno, está era una de las formas posibles de reaccionar. Cuando acabes de escapar y te tranquilices repasa tu actuación y analiza lo que has sentido ante lo que te he propuesto, haz lo mismo que has hecho cuando has estudiado tus reacciones mientras sostenías tu polla, solo que esta vez tienes que desmenuzar tu conducta aversiva ante la idea de coger la mía.
—¡Joder Mario!, es que no pretenderás…. —le hice callar con un gesto.
—Déjalo, déjalo. El ejercicio ha terminado, aquí nadie aprueba ni suspende, ahora toca que pienses en lo sucedido, que analices tus reacciones. Eso sí: sin culpas ni juicios, nada está bien ni está mal, solo piensa, piensa lo que has vivido tanto en un caso como en otro.
—En serio, es que así, de pronto…. —de nuevo le hice callar.
—No creerás que contaba con que me la cogerías sin rechistar —dije sonriendo—, no eres mejor ni peor, no eres más liberal ni menos, no eres más reaccionario ni menos porque me vayas a acariciar la polla Doménico, el objetivo de este ejercicio lo hemos conseguido, ha sido un éxito, tienes mucho material para pensar. —le di una palmada en el hombro y salí hacia el salón.
Se acercó al equipo de música a cambiar el cargador de CDs, nos sentamos en el sofá, sumidos en nuestros pensamientos.
—Miedo, creo que he sentido miedo. —dijo en voz baja, casi un murmullo.
—¿Te extraña? Habrías caminado en sentido contrario a todo lo que te han inculcado desde tu niñez si te hubieras obligado, posiblemente las consecuencias no habrían sido buenas.
—Sin embargo, hay algo dentro de mí que me dice que también puedo recorrer ese camino.
—Con calma, Doménico, tan solo es un ejercicio, no es una competición ni un reto. No supone un fracaso, no es desde ahí desde donde debes afrontar este tipo de cosas, el objetivo del ejercicio no era que lo hicieses —me miró sorprendido—, ya contaba con eso, lo que quería es que experimentases tus reacciones, que te pusieses a prueba y analices lo que has sentido, ese será tu trabajo en los próximos días o semanas.
Nos quedamos en silencio, aunque podía palpar la intensidad de los pensamientos que bombardeaban a Doménico. Para mí también había sido una experiencia única. Me había permitido expresarme libremente ante un hombre sin necesidad de buscar un ambiente sórdido. «¡Bonito culo!», le había dicho, esa expresión había salido espontánea, sincera, tan sincera como se lo podría haber dicho a Elena, a Carmen, a Graciela. Porque el culo de aquel hombre, esos glúteos duros, bien trabajados, firmes, cubiertos de un levísima capa de rubio vello, me habían parecido hermosos y, una vez liberado de los prejuicios de la cultura judeo-cristiana, de los miedos machistas y de tantas y tantas cadenas sociales y culturales, al fin me había permitido sentirme libre para poder expresar, casi sin pensarlo, aquella frase que, una vez dicha, me produjo la misma sensación que se experimenta cuando en la montaña alcanzas la cumbre y te liberas de la pesada mochila: ¡te sientes tan ligero!
Así me sentí yo en ese momento. Después de tanto teorizar sobre mi teoría de la bisexualidad evolutiva, a pesar de mi paso por la sauna, en realidad no sabía nada porque todo era forzado, teórico. Solo en aquel momento, charlando con Doménico, cuando recorrí su cuerpo con la mirada algo se rompió en la coraza que rodeaba mi mentalidad y pude expresarme libremente. Bonito culo, significó algo limpio, sincero, trascendental en mi vida. Solo entonces mi teoría dejó de ser teoría, cobró vida, entendí lo que significa ser bisexual.
La música nos acompañaba mientras el whisky iba desapareciendo, abandoné mi ego y volví a ocuparme de mi paciente ¿Qué había sucedido en la infancia del italiano que afloraba ahora, justo cuando se encontraba compartiendo conmigo algo más que a mi mujer?
—¿Subimos?
Interrumpió el análisis cuando comenzaba a bosquejar una hipótesis.
—Si, claro. —respondí. Dejé el vaso sobre la mesa.» (2)
—He tenido tiempo de pensar. Tenías razón, hay muchos prejuicios soterrados. En mi país siempre se ha hecho gala de cultivar la belleza del cuerpo sin distinción de sexo.
No tenía ni idea de adonde quería ir a parar, pero me estaba poniendo nervioso, su pene crecía por momentos y su mirada no era la misma.
—¿Pero?
—No hay ningún pero. Tu mujer me pertenece, es la decisión que tomaste y tanto Carmen como yo la aceptamos de buen grado, a ella le costó algo más, sobre todo por la forma, no le gustan los secretos, a estas alturas deberías saberlo; acabará perdonándote, dale tiempo. No te tomes a pecho nuestra boda, tu matrimonio no peligra, dice que te lo ha hecho entender y lo aceptas, porque lo aceptas, e vero?
—Sí, sí, lo acepto.
—Eso es bueno, todos sabemos que nadie trata de humillar a nadie, lo veo en tu actitud, yo no quiero quitártela, eso ya lo tienes claro y por la forma en que me miras y por lo que dijiste aquella noche en mi casa, podemos dar un paso más.
—¿Qué quieres? —le pregunté con cierto recelo. Se acercó hasta quedar frente a frente. Dos latidos desacompasados me golpearon el pecho.
—In ginocchio.
—No te entiendo.
—De rodillas. Vamos, no te lo voy a repetir, ni siquiera estoy seguro de esto, creo que lo quieres tú más que yo, pero si me haces dudar me vuelvo a la cama con mi mujer.
Lo hice, me arrodillé, tenía la vista nublada como mi mente. Sentí su mano en la cabeza guiándome con suavidad, supe lo que debía hacer, lo que quería hacer. Tenía ante mí un sexo erecto, precioso. Lo cogí entre mis dedos, el tacto caliente, duro; la piel suave. Acerqué, o me acercó la boca y lo besé en la punta que asomaba por el prepucio, lo retiré despacio dejando a la vista el hermoso glande, aspiré antes de engullirlo, olía a ella, a él, lo recorrí con la lengua retirando pequeños restos de los juegos que habían mantenido, «por fin, por fin, por fin», repetía para mí; frotaba la rotunda verga, me resistía a tragarla por no perder las sensaciones que llegaban de mis dedos y él me premiaba acariciándome el cabello. Una leve presión en el occipital me indicó lo que quería, ¿sería capaz de ser tan bueno como Carmen? Me aferré a sus glúteos con las dos manos y muy despacio fui dejando que ocupara mi boca, no podía impacientarme, tenía que recordar cómo adiestré a mi niña, me retiré, volví a estimular el grueso glande, le miré a los ojos.
Entonces la vi en la puerta fascinada. Al cruzar nuestras miradas avanzó, Doménico no había advertido su presencia, se fundieron en un beso; ella, dada su altura, le rodeó por los hombros y continuó mirando. No podía defraudarla, volví a tragar hasta el punto de la náusea.
—Ah, puto, si sigues así me voy a correr.
Sería mi homenaje a Carmen; sus ojos de placer, su expresión de poder me colmaba, él marcaba el ritmo sin mostrarse arrogante, estábamos sellando lo que sería nuestra relación a partir de ahora, Le acariciaba los glúteos, perfilaba la hendidura que los separa, tragaba y retrocedía, no podía llegar más lejos, corría el riesgo de la arcada, estaba a punto y lo masturbé mientras volvía a cebarme en el hinchado glande. Explotó, no esperaba lo que estaba por venir y me desbordó.
Hice lo que Carmen hace: limpiar con esmero glande y tronco, sabía lo que esto significaba para ambos. Luego me quedé sentado en el suelo a sus pies, no sé por qué lo hice.
—Por favor, levanta. —dijo Doménico abrumado ofreciéndome la mano.
—No, espera. —Carmen le retiró el brazo. —Prepáranos café y nos lo llevas a la alcoba, ¿Te apetece algo más?
—Pero, Carmen…
—Yo sé lo que hago y por qué lo hago, ¿verdad, Mario?
—Ahora mismo.
No me levanté del suelo hasta que abandonaron la cocina. Mi sexo asomaba hecho una piltrafa, tal vez por eso me miró tan incomodo cuando trató de levantarme. Yo no había reparado en ello. Dios, me había transformado en un eunuco.
Preparé café y lo llevé emulando lo que ella me contó que hizo para Claudia. Al llegar a la habitación la puerta estaba entornada. Golpeé con los nudillos, unos murmullos discutieron quién de los dos daría permiso. Hazlo tú, decidió ella.
—Adelante —dijo Doménico.
Los encontré tumbados en nuestra cama. Ella, reclinada en su hombro; él, ocupando mi espacio; ella, acariciando aquello que se había vertido en mi boca poco antes; él, jugando con su pecho; ella, con las piernas laxas mostrando su sexo abierto como una flor.
—Despeja la mesita —ordenó con buen tono Doménico—, cuando acabemos te aviso. Entorna la puerta.
—Ah —añadió Carmen echando un rápido vistazo a mi pene reducido a la mínima expresión—, ni se te ocurra aliviarte, luego te necesitaré.
—No pensaba hacerlo.
—No me engañes.
Bajé la mirada y salí huyendo de sus sonrisas. ¿Pensaba masturbarme? Cómo, si mi sexo se negaba a reaccionar a pesar de la tremenda excitación que me azotaba.
Pasé por el aseo, la empuñé y la agité desesperadamente intentando revivirla. La ansiedad juega en contra, lo sé de sobra. Desistí, me lavé, no quería ducharme y hacerles esperar si acaso me llamaban. Tampoco me enjuagué la boca, deseaba conservar el sabor a polla un poco más. Había cruzado una frontera.
Estaba terminando de vestirme cuando Doménico se asomó para llamarme. Acudí presto.
–Recoge por favor, vamos a ducharnos.
No había cambiado en su trato, el tono educado y amable permanecía a pesar de lo que había sucedido entre nosotros.
–¿Qué haces vestido? –preguntó Carmen cuando estaba a punto de entrar al baño–, cambia las sábanas, por favor, luego únete a nosotros ¿quieres?
Me regaló una sonrisa preciosa y un beso rápido antes de cerrar la puerta. No la perdía, no la iba a perder, de eso estaba seguro.
Retiré las sábanas escritas con la historia de sexo y amor que habían mantenido, el eco de la ducha devolvía las voces de los amantes, sus risas, los silencios, los gemidos de Carmen. Salí de allí esta vez con la verga despierta y esperé a que tuvieran a bien contar conmigo. Doménico, aún con la toalla a la cintura, en su papel de dueño de la casa y de mi mujer me invitó a la alcoba poco después.
–¡Pero hombre, desentonas, quítate eso!
–Tienes razón –dije tratando de usar el mismo tono distendido. Me desnudé y mostré una buena erección que ella agradeció con un gesto obsceno, me abrazó y se apoderó de su niña, eso dijo.
–¡Hola preciosa!
Ouroborus
Cómo fue, de qué manera pasamos de un combate cuerpo a cuerpo a cruzarnos y enfrentarnos al deseo genital, a lo más irracional. Cara a cara frente al origen del mundo (3) mientras Cronos o Saturno convertido en mujer me devoraba insaciable. Cruce de cuerpos y sensaciones en las que tacto, gusto y olfato primaban sobre el resto de los sentidos. Y él, ¿dónde había estado él? Apareció buscando su espacio cuando ya éramos uno devorándose a sí mismo, ella se turnó para atendernos a ambos, yo seguí entregado a sus labios jugosos, abiertos e hinchados sin que la presencia del italiano me importunase, eran las reglas, tenía que compartirla.
Una sombra lo anunció, Carmen se ofreció arqueando los riñones, nos adaptamos, cedí terreno y lo vi tomarla como nunca lo había visto. Ante mis ojos, la verga aparecía aún más impresionante; bañada en los jugos de ella se abría camino a escasa distancia de mi rostro empeñado en seguir hollando muy cerca, envuelto en un olor penetrante; la bolsa oscilaba tan cerca que bastó un gesto para rozarla, Doménico saltó como tocado por un alfiler, cambió de postura y enfiló en picado, Carmen emitió un quejido, me ofrecía menos acceso, repté para poder alcanzar algo más que el vello, lo entendió y se movió hacia mis labios, él se adaptó a la maniobra y nos volvimos a acoplar, el escroto marcaba el vaivén, el pistón embestía sin tregua y yo, aferrado al puntiagudo clítoris, me afanaba en sorberlo. Ya éramos tres convertidos en uno, la pitón aparecía ante mis ojos gruesa, brillante, oscilaba en el aire y volvía a la gruta hasta que la bolsa se aplastaba en mi nariz, yo sorbía los jugos que manaban de uno y otro, lengüeteaba aquí y allá sin distinguir bien a quién y dónde. Ella a ratos perdía la conciencia, descansaba sobre mí pubis y volvía a devorarme al ritmo que impulsaba nuestros cuerpos enlazados en uno, las sensaciones se fundían, era incapaz de identificar su origen, ella o él, ¿acaso importaba?
Tenía que ocurrir, la verga salió al completo, perdió la ruta y reposó en mi rostro, bastó estirar el cuello, solo eso y besé los testículos. Lo escuché gemir, se apartó y arrastró el tronco por mi mejilla como una serpiente húmeda, aún tuve tiempo de lamerlo, volvió con renovada energía dentro de ella, seguí besando donde pude, recogiendo fluidos, midiendo con los labios entreabiertos la profundidad de cada envite. Cuando volvió a escaparse la atrapé y el instinto impulsó la cintura del macho hacia mi boca, entró y quedó inmóvil, apenas una porción dentro, me aventuré a mover la lengua, una suave caricia sobre la base del frenillo. Tembló, pero no se movió, volví a repetirlo y la naturaleza actuó, comenzó a follarme la boca, un par de golpes de riñón. Carmen intuyó lo que estaba pasando, se retorció para verlo y gimió alto y fuerte, un mensaje para darme a entender que en esto como en todo también estábamos juntos. No le importó que hubiera perdido el vigor, la tragó de igual forma y jugó con la lengua con ella. La cintura del italiano volaba, volvió a escapar y a buscarme, le recibí, solo pude dejarme, ceder, noté una presión en la garganta. «No te resistas, Mario o provocarás un desastre. Aguanta, aguanta». Retrocedió, tomé aire, lo necesitaba. Todo se precipitó, empujó, se clavó una, dos veces, le sentí palpitar, derramarse, descansar enterrado en mi boca expulsando los últimos ecos del orgasmo. Carmen descabalgó y lo apartó, debía de estar congestionado, sentí un fuerte mareo, el corazón a cien por hora, las sienes palpitando. Dios, ¿cuánto tiempo había estado sin oxígeno?
«Tú juegas a tenerme,
yo juego a que te creas que me tienes.»
Volvía de la cocina, la sed fue una excusa para disponer de unos minutos de soledad, habían pasado tantas cosas… Los escuché, no pude evitar ese punto de curiosidad malsana.
—¿Me darías un hijo?
¿Cómo hemos llegado a esto?
Están acostados, hablan después de hacer el amor, porque lo suyo es otra cosa, se quieren, lo reconocen. Hablan de los amigos que ha perdido Carmen por el hecho de que él se fuese: Antonio, Jairo, Piera.
—Salif. —añade ella.
—¿Te gustaría volver a follar con él?
—Buff…, aquello fue más que follar. ¿Va a volver?
—Contesta.
— Dime, ¿va a venir?
—Shhh, tranquila, lo sabrás a su tiempo.
—Eso es un sí. Cuándo.
—Aún no me has respondido: ¿quieres volver a follar con Salif?, sí o no.
—Si no te molesta…
—¿Me estás pidiendo permiso?
—A ver, sé que para ti es diferente, Salif no es cualquiera.
—Puedes follar con el si lo deseas, tienes mi permiso.
—No necesito tu permiso.
—¿Eso piensas?, eres mía, yo decido con quién te acuestas.
—¿Quieres que te lo pida?
—Solo si lo sientes.
—Entrégame a Salif, te lo ruego.
—Siempre encuentras las palabras adecuadas, eres increíble.
—Cédeme a él, ¡por favor, por favor!
—¿Te burlas?
—Tonto, estoy jugando.
—Si fueras mi mujer también te lo permitiría.
—Estoy casada, nunca voy a ser tu mujer de verdad.
—Si te divorciaras…
—Si nos divorciamos tú nunca te casarás conmigo, lo sabes.
—No lo sabes. ¿Me darías un hijo? Di, ¿me lo darías?
—No entra en nuestros planes, jamás nos lo hemos planteado.
—No es lo que te he preguntado, dime, ¿me darías un hijo?
—En otra vida, tal vez.
—¿Sí o no?
—Si fuera libre… no sé, inmediatamente no. Tal vez.
—¿Sí o no?
—Sí.
Entonces di media vuelta.
—Pues habrá que matarlo. —fue lo último que escuché. Y me detuve.
—Ni así te casarías conmigo. No, no me veo divorciada, aunque tal vez no sería tan descabellado, puede que no esté tan lejos.
—¿Por qué dices eso?
—No me extrañaría que en algún momento Mario se plantee pedirme el divorcio, ya no soy la mujer que quería, he cambiado y la culpa es compartida, qué digo, puede que sea más suya, pero es igual, merece ser feliz y ahora tiene alternativas que le permitirán recuperar la paz. Ha reencontrado al amor de su juventud, también está Graciela, ¿por qué desperdiciar esas oportunidades por mantener un amor que se ha quemado?
Oggi piove
Era un día desapacible, la luz apenas podía atravesar el manto de nubes que daba un aspecto grisáceo y triste a la mañana. No corría una gota de aire, la sensación de sofoco invitaba a sumergirse en la ducha. Me olfateé las axilas, seria después de desayunar. Sentía una fina capa de sudor pegada a la piel que pensaba aliviar cruzando por delante de alguna ventana abierta de par en par. Oggi piove, escuché decir a Doménico.Terminé de orinar, me subí las bragas y bajé. Lo encontré delante del televisor en pelotas escuchando el parte meteorológico. Dios, qué buen culo. Avancé atraída como por un imán, le besé en la espalda y cedí a la tentación de acariciarle las potentes nalgas.
—Hueles a hembra.
—Soy tu hembra, y estoy en celo, ¿no lo hueles?
Podríamos haber caído en el sillón de haber seguido tentándole. No quise exigirle más, hubiera sido humillarle.
—Oggi piove.
—No te fíes demasiado.
—¿Tú crees?, mira el aspecto del cielo.
—La tormenta descargará antes de mediodía, refrescará y podremos salir a comer sin este bochorno.
—Buon Giorno! —escuchamos a nuestra espalda, Franco apareció con cara de sueño luciendo una tremenda erección bajo el slip.
—Buon giorno, no. Bochorno. —le corregí y solté la risa sin que él entendiera nada—. Bochorno is… a warm wind. Domi, explícaselo tú.
Se enzarzaron en una absurda conversación sobre el concepto de bochorno a la que Franco no parecía prestarle el mismo interés que a mis tetas. Los dejé en esas y decidí ponerme algo para calmar el apetito del siciliano, una camiseta bastaría. Habíamos regresado de la fiesta cerca de las siete y en lugar de volver a mi casa, decidimos recalar en la de Domi que nos caía más cerca. El reloj de la cocina marcaba las once, apenas había dormido un par de horas porque a la llegada no veníamos precisamente con ganas de dormir, menos aún con el escándalo que montaron Gianni y Romina. Pobre Franco, cómo se habría tenido que desahogar.
Preparé café y volví a llamar a Mario, de nuevo saltó el contestador.
—Soy yo, haz el favor de llamarme, estamos en casa de Domi, dime qué planes tienes y nos organizamos.
No entendía por qué había desaparecido de la fiesta sin avisar.
—Parecía que lo estaba pasando bien.
—¿Bien? ¿a qué vino el numerito del padrino que le montaste?
En el club
Suelo ser un hombre cordial con cierta facilidad para relacionarme, sin embargo me encontraba fuera de lugar y eso que Piera lo estaba dando todo para hacerme sentir cómodo, tal vez su actitud tan entregada fuera parte del problema, resultaba algo forzada. La llegada ya había sido tensa.
Dejamos el coche en un parking y continuamos en taxi. Nos habíamos adelantado media hora, según Carmen así podría enseñarme el club con tranquilidad. En la puerta había dos tipos con pinta de guardias seguridad, bien trajeados, uno de ellos tenía una carpeta negra en la mano, el otro se mantenía un paso atrás, parecía ser el jefe, todo muy de película pensé. Al acercarnos nos chequearon de arriba abajo.
—Buenas noches —se adelantó mi mujer—, Carmen Rojas —dijo al de la carpeta que comenzó a comprobar en la lista, se volvió hacia su compañero, parecía que no la había encontrado, éste le dijo en voz baja: Es la novia de Morelli, estuvieron esta mañana. Al oírlo sentí un nudo en el estómago, él volvió a comprobar y murmuró para sí mismo: Ah sí, señor Morelli y pareja, miró a Carmen y dijo: Sí, señorita; luego se dirigió a mí. ¿Y usted? Carmen dijo: Viene conmigo. Me miró y le di mi nombre. Después de buscarme un par de veces dijo: Lo siento, no está en la lista. Ya le he dicho que viene conmigo, insistió Carmen. El que parecía estar a cargo tomó la palabra: Lo siento señorita, pero tenemos orden de no dar acceso a nadie que no figure en la lista de invitados. Nos miramos extrañados y se volvió dirigir a él: Avise a Álvaro, por favor. Lo lamento, el señor Linares no ha llegado aún. Carmen abrió el bolso con un gesto de disgusto. cogió el móvil e hizo una llamada.
—Álvaro … sí, bien; mira, estoy en la entrada, no nos dejan pasar … pues no sé, algún error, imagino. Estoy con mi marido, parece que no figura en la lista de invitados … a mí me dan acceso, pero a él no … Te lo paso. —Le ofreció el móvil al vigilante y mientras éste mantenía una breve conversación aguanté la misma mirada que había caído sobre mí cuando Carmen me identificó como su marido; ella, la novia del señor Morelli.
—Todo resuelto, discúlpeme, señor…
—Suarez.
—Señor Suarez —repitió clavando otra vez la mirada que antes me calificó de cornudo; sacó un bolígrafo plateado del bolsillo interior de la chaqueta—: Dígame su nombre completo, por favor.
—Mario Suárez.
De acuerdo —dijo mientras escribía—, invitado del señor Linares. —esbozó una desagradable sonrisa —Todo en orden, ya pueden pasar.
—¿Tenías que decir que soy tu marido?
—¿Acaso quieres que lo oculte? ¿Cómo crees que te voy a presentar a todo el mundo?
—¿No has visto como me ha mirado? Después de decir que eras la novia de Doménico, vas tú y dices que soy tu marido.
—Tranquilízate, nadie te va a juzgar, procura actuar con normalidad.
¿En qué consiste eso de actuar con normalidad cuando eres el marido de la signora Morelli? Porque esa fue una de las variantes más repetida durante la velada.
—Santino, qué alegría verte, por fin has podido venir. Te presento a la signora Morelli, Carmen.
—È un vero piacere.
— Ah, y a Mario, su marido.
—Ma che dici?
Doménico disfrutó sorprendiendo a sus viejos amigos, Carmen parecía estar en su salsa, yo me limité a seguirles el juego. Actúa con normalidad, había dicho, ¿no era eso lo que debía hacer? Sonreír ante la expresión de pasmo de sus amigos al ver a la signora Morelli bien amarrada por la cadera y al marido a un lado como una mascota con una copa en la mano fingiendo normalidad.
Camarero, otra copa.
Tomás
«Tú juegas a olvidarme
yo juego a que te creas que me importa,
conozco la jugada.»
Lo vi, tal vez solo lo presentí. Qué bobada, debió de entrar en mi zona de visión periférica y fue suficiente para que me pusiera en alerta sin ser consciente de su presencia. Por eso eché una ojeada alrededor, entonces le vi con certeza. Tomás me miraba desde la esquina de una de las barras, charlaba animadamente con Álvaro y me miraba, buscaba la ocasión para hacerlo sin llamar la atención. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Quién lo había invitado? De nuevo la sensación de que todo estaba amañado enturbió la velada. Me excusé y fui directa a por él. Al verme venir, Álvaro se esfumó.
—¿Qué haces aquí?
—Soy amigo del dueño y por si no lo sabes…
—Lo sé, tienes negocios con Morelli.
—¿Cómo estás?
—Ya lo ves, muy bien. ¿Y tú?
—Disgustado. Llevo mucho tiempo tratando de hablar contigo.
—Yo también lo intenté, hasta que desistí, supuse que me habías olvidado.
—Me equivoqué, ya es hora de arreglarlo.
—Disfruta de la fiesta.
Me detuvo por el brazo.
—Carmen, por favor.
—Hoy no.
—Cinco minutos, déjame explicarte.
Lo pensé, era ahora o nunca nos recuperaríamos.
—Cinco minutos.
Apoyé el trasero en una banqueta alta y le pedí al camarero un gin tonic, Tomás por inercia pidió lo mismo e inició una deslavazada disculpa más propia de un adolescente pillado en falta por su novia. Lo detuve cuando estaba perdido en un mar de ideas equivocadas sobre Gerardo y yo. Si me hubieras escuchado, le dije.
—Lo siento, no sabes cuánto lo siento.
Había demasiado ruido a nuestro alrededor, demasiada gente propensa a interrumpirnos.
—Vamos a un sitio más tranquilo.
……
Carmen se apartó de Tomás con brusquedad; desvié la mirada antes de que me viera al acecho, suponiendo que le importara. Ella, arrogante y él, entregado le dijo algo, ella cedió y se sentaron en la barra.
Estábamos charlando con Pelayo, uno de tantos amigos de Doménico que decía haber conocido a Carmen en otra fiesta allí mismo. Un tipo algo afectado, muy superficial para mi gusto, de esos que se escuchan al hablar. Soportaba su pesada disertación sobre el Bauhaus esperando una pausa para poder excusarme y dejarle consigo mismo, porque me estorbaba, yo estaba atento a Carmen; abandonaban la barra y se dirigían hacia los reservados. Inesperadamente, Pelayo me interpeló:
—Tengo curiosidad por saber una cosa, si no es indiscreción: siendo tú el marido de Carmen, la novia reconocida del anfitrión, su mujer, según se van presentando a unos y a otros, ¿cómo se hace para sobrellevar con tanta elegancia una relación tan atípica? Es admirable.
Un disparo a la línea de flotación no se improvisa, se elige el momento adecuado para encontrar a la víctima distraída y entonces se lanza el ataque. Probablemente estuvo organizando esta ráfaga de artillería pesada desde que supo el motivo de la fiesta y se enteró de la presencia del marido de la novia de Doménico; dicho en privado y para sí: el cornudo. Debió de disfrutar preparando la ofensiva, ejecutando la maniobra de distracción, tanto Bauhaus, tanta arquitectura, y una vez conseguido el objetivo —aburrirme— lanzó el ataque. No contaba con que he bregado con multitud de oponentes de colmillo retorcido y reaccioné al instante.
—Podría agotarte con una pesada disertación sobre los aspectos tanto psicológicos como antropológicos de la evolución de las relaciones humanas, algo como lo que has hecho con tu perorata sobre el Bauhaus, pero te lo ahorraré, no creo que sirviera de mucho, te lo resumiré en una frase: Carmen y yo somos, por encima de todo, amigos, no hemos dejado de serlo porque nos amemos, el amor es un escalón más de la amistad, un nivel más profundo, no supone renunciar a nada y mucho menos a la libertad, al contrario, implica añadir. Pero dudo que lo estés entendiendo, te falta predisposición.
No fue el único caso, aunque sí el más impertinente. En general las personas con las que me relacioné mantuvieron un trato cordial y afable, lograron hacerme sentir relajado hasta llegar a olvidar que era en honor de mi esposa —perdón, de la esposa de Doménico— por quien se daba la fiesta, por ella y por su felicidad junto a su pareja. Carmen estaba radiante, de vez en cuando nuestras miradas coincidían, no era capaz de descifrarla, creo que a ella le sucedía lo mismo, por eso la retiraba enseguida, volvía a sonreír y a dedicarse a quienes los agasajaban. Piera, recién llegada de Barcelona, estaba volcada en hacerme sentir cómodo y yo, más por ella que por mí, hacia todo lo posible por complacerla, aunque ahora la buscaba, no podía evitarlo, había pasado media hora y seguía sin localizarla. De pronto la vi acompañada de Tomás en actitud cariñosa, caminaban cogidos del brazo y se perdieron entre la gente. Piera no decía nada, me dejaba vigilar y en cuanto podía atraía mi atención.
Me hubiera gustado hablar con Tomás, pero no lo volví a ver. Yo seguí deambulando con Piera como un ciego lo hace del brazo de un lazarillo, hablando con unos y con otros; en cualquier otra ocasión habría atendido las señales y habríamos acabado en uno de los reservados, Piera es mucha mujer y se desvivía por hacerme pasar una velada agradable.
Algo debió de suceder que me pasó inadvertido, Carmen le dijo algo al oído a Doménico, éste nos miró (más tarde supe que había sido provocado por Piera) y casi simultáneamente avanzamos sin rumbo aparente, en unos minutos, sin darme cuenta estábamos frente a ellos, la pareja anfitriona, por primera vez en toda la noche nos cruzábamos. Estaba radiante y él, orgulloso.
—¿Lo estáis pasando bien?
No esperaba esa pregunta de mi propia mujer. Piera salió al quite.
—Fenomenal, todo va a las mil maravillas.
—Ha sido cosa tuya, ¿verdad? —me dijo con una dureza insólita.
—¿De qué hablas?
—De Tomás. Le avisaste, no lo niegues.
—Te estás equivocando.
Carmen miró a Doménico interrogándole.
—No he tenido nada que ver.
—¿En serio?
—Tomás tiene sus propios métodos para informarse de lo que le interesa.
—En cualquier caso, ha merecido la pena, die Deutsche kehrt zurück.
—La alemana regresa —tradujo Doménico, y al ver que ni así me estaba enterando, dijo—: Que te lo explique ella.
Carmen lo ignoró y se volvió hacia la pareja que los acompañaba:
—Os voy a presentar a Mario, mi marido y a Piera, una buena amiga de Doménico y su pareja esta noche. Domingo y su esposa, Martina.
—Tu marido —dijo Domingo sorprendido—, algo había oído. Encantado, es un placer conocer a un hombre tan… evolucionado.
—Mario debería haber sido el padrino de la ceremonia que celebramos ayer, ¿fue ayer la boda, Domi?, contigo pierdo la noción del tiempo. —Le besó dejándonos en una incómoda espera. ¿A dónde quería llegar?
—¿La boda? —preguntó extrañada Martina—. ¿Cómo es eso?
—Mario fue el instigador, ¿no es cierto, cariño? —acudió de nuevo a Doménico—, incluso hubiera podido pronunciar una preciosa frase como padrino a partir de la que le dijo para entregarme, algo así como, Yo, Mario te entrego a Carmen para que la tomes por esposa, la cuides, la protejas y te haga feliz. Es una fórmula bastante paternalista, pero ha resultado ser su estilo.
Doménico la amonestó en voz baja, el alcohol le estaba desatando la lengua, Piera nos disculpó y nos marchamos.
—No piensa lo que dice, está…
—Está muy enfadada y con toda razón. Mejor me voy.
—Espera, dentro de un rato querrá hablar contigo.
…..
—¡Oh, Dios! ¿Fue tan feo como lo recuerdo?
—Es la escena más violenta y desagradable en la que me he visto envuelto hace mucho tiempo. ¿Qué necesidad había de humillarle? Creí que lo habías aclarado.
—Tengo que hablar con él.
—Suponiendo que quiera. Espera. Escúchame: No vine a Madrid para esto. Os lo dije ayer y te lo repito ahora: te quiero, haré lo que sea porque seas mía, pero no voy a estar en medio de una batalla conyugal, ya lo estuve una vez y ni tú fuiste feliz ni yo lo fui. Soluciónalo de una vez, queda con él, habladlo y decide lo que quieres hacer. Pasado mañana me voy con una respuesta y esta vez será definitiva.
Salí del dormitorio, le llamé, pero no contestó.
—Mario, llámame, por favor, sé que estás despierto. Estoy en casa, llámame.
Volví a la alcoba, Doménico ya se había acostado. Estaba desolada, me había dejado llevar del despecho y había arruinado una velada en la que podíamos haber vuelto a estar los tres como antes de que todo se fuera a la mierda.
—Lo siento.
—Ven aquí.
Me desnudé y acudí a los brazos de mi amante, necesitaba cobijo, él lo entendió y no hizo otra cosa sino acogerme. Amanecí en sus brazos, hicimos el amor y el cansancio pudo conmigo.
Cazados
Tal y como me lo contó, ocurrió así.
A Doménico le despierta un golpe seco, supone que es la puerta de un vecino. Se levanta procurando no despertarme, imagino que orina y como es su costumbre, se enjuaga la verga en el lavabo. Tiene la boca seca, tanto alcohol le pasa factura y sin otra cosa que hacer sale hacia la cocina con intención de beber agua y preparar el desayuno. En el salón encuentra a una mujer limpiando la mesa baja, está de espaldas pero nota su presencia, se incorpora y lo ve desnudo en la entrada. ¿Cómo pude olvidar que a Rosa le tocaba hacer la casa? Doménico pide disculpas y vuelve a la alcoba.
—Carmen, despierta, ¡Carmen, Carmen, hay alguien en el salón!
Lo que vino después fue una reacción en cadena: inmediatamente me puse la bata, me arreglé el cabello y salí en estampida antes de que a Rosa le diese tiempo a marcharse. Porque además de hacerme la casa, llevaba la de Esther y la de nuestros padres, era como de la familia y por nada del mundo podía dejar que se fuera sin darle una explicación, pero ¿cuál? Llama a Mario, le urgí a Domi, si no te coge el teléfono, déjale un mensaje, se lo cuentas y le dices que venga para acá echando leches.
Me dispuse a afrontar una de las conversaciones más engorrosas, porque era una especie de hermana mayor o, mejor dicho, prima mayor; teníamos gran confianza, pero no dejaba de ser una empleada, debía ser sincera sin olvidar que la intención era guardar lo ocurrido entre nosotras, mis padres no podían enterarse bajo ningún concepto de que yo mantenía una relación extramatrimonial.
—Porque esto no es una infidelidad, Rosa, te parecerá extraño, pero Mario lo sabe y…
—Carmen no me tienes que dar explicaciones, es tu vida, puedes hacer lo que te plazca.
—Por supuesto, pero quiero dártelas, para mí es importante que sepas… Ah, mira aquí está. —dije al oír la puerta de la calle. Rosa estaba aparentemente tranquila, pero la llegada de Mario le incomodó. A mí, sin embargo, me ayudó, Mario es muy bueno para rebajar tensiones.
—Menuda faena te ha hecho Carmen, habrá olvidado que venias.
—Soy un desastre.
—Ya me lo ha contado Doménico —continué—. Me ha llamado pidiendo socorro. Dónde está, ¿lo habéis encerrado o se ha ido?
—En la alcoba.
Rosa nos observaba, se había tranquilizado al ver el tono distendido que gastábamos.
—Le estaba diciendo que no se trata de un tema de infidelidad.
—No me está poniendo los cuernos, Doménico es amigo de ambos y a mí me parece bien que disfruten. Por cierto, podías decirle que salga.
—¿Sí? ¿no te importa? —le consulté a Rosa—, la verdad es que no es muy correcto tenerlo aislado. Voy a por él.
Volví con Doménico después de ponerle en antecedentes. Rosa se había adaptado a la situación, al menos lo aparentaba y en cuanto entramos se levantó e hicimos las presentaciones, Domi lamentó el espectáculo dado, ella le restó importancia e inició la retirada, no era día para hacer su trabajo, alegó. La acompañé a la puerta.
—Cuento con tu discreción, mis padres no lo entenderían, en cuanto a Esther, ya hablaré yo con ella. —A Rosa le faltó poco para entrar en pánico.
—Prefiero que no se entere de esto, por favor.
—Por supuesto, ni una palabra, puedes estar tranquila.
La cosa acabó entre bromas, «me has estropeado el polvo mañanero, el mejor» le dije y nos echamos a reír. Pero estaba tensa.
—¿Crees que no dirá nada? —dijo Mario cuando se iba.
—Estoy segura, no lo ha llevado tan bien como aparenta.
Cerré la puerta y me topé con Domi en la entrada del salón.
—No se merece lo que le has hecho pasar estos días.
—Es cierto y lo voy a arreglar, te lo he prometido. Tampoco merezco lo que habéis estado haciendo vosotros a mis espaldas. No soy una menor para que me excluyáis de vuestras preocupaciones. ¿Os doy miedo, es eso? ¿Tan terrible soy?
Citas
(1) Capítulo 72 Cosas que nunca debieron haberse dicho. Mayo 2014
(2) Capítulo 68 Sodomización Marzo 2014
(3) El origen del mundo
Gustave Courbet
Óleo sobre lienzo museo de Orsay
1866
Los desnudos femeninos han sido revisitados numerosas veces en la producción gráfica de Courbet, quien ya los retrató en obras de marcado sabor libertino; esta constante iconográfica regresa en El origen del mundo con tal audacia y realismo que confiere al lienzo una fuerte carga seductora. El erotismo del cuadro, sin embargo, no desemboca en la pornografía, gracias a la gran habilidad técnica de Courbet y a la adopción de una sofisticada gama de tonos ámbar. Courbet, mostrándose muy sensible a la lánguida belleza de las mujeres de Antonio Allegri da Correggio, Tiziano y Paolo Veronese, revisita así la representación púbica con un realismo impactante; la vulva, de hecho, se presenta en su cruda realidad objetiva, de manera sincera y directa, con un notable alejamiento de los convencionalismos académicos. El cuadro, además de las diversas referencias renacentistas, también se ha relacionado con las fotografías eróticas tomadas hacia 1860 por Auguste Belloc, en las que Courbet pudo haberse inspirado.
(Tomado de la reseña del museo de Orsay)
Lo primero que voy a decir es que tu forma de detallar las escenas no tiene rival, otro capitulo de diez, aunque creo que la escena del ouroboros hubiera quedado mas grandiosa si se hubiera dado en otras circunstancias, aunque a mi el sexo entre hombre no me va, he podido sentir la emoción de Mario, como un niño en la mañana de navidad, Domenico me desconcierta, pero por lo que a demostrado en este capitulo, parece que esta del lado de Mario, así que he decidido darle un voto de confianza.
ResponderEliminarCarmen tenia todo el derecho de enfadarse, pero se le a ido la mano, pero mucho, ahora resulta que quiere tener un hijo con Domenico, cosa que con Mario no quería y esa fue unas de las condiciones que puso, después lo del padrino de la fiesta a sido para enmarcar (reconozco que me he sentido identificado con Carmen, yo soy de soltarlas así, así que no he podido evitar sonreír al leerlo) me surge una pregunta, Carmen quiere arreglarlo por Domenico o por Mario.
Lo tengo claro, yo no hubiera acertado el concurso ni haciendo trampas, yo pensando en mitologías y civilizaciones, en las antípodas de la respuesta jajaja.
otro capitulo a un altisimo nivel, un abrazo muy fuerte para Carmen y para ti.
He vuelto a leer el capítulo, Carmen de verdad se arrepiente de como se a comportado, sabe que a hecho daño a Mario, me a gustado como a reaccionado Mario, al final el también es como yo, las suelta y que luego venga por donde sea.
ResponderEliminarMario tiene que hablar con Carmen, decirle lo que ha averiguado, decirle que no ha renunciado a ella, que necesita tiempo para poder ayudarla.
Carmen tiene que decirle que lo ama, que es un imbecil por ocultarle las cosas, que confíe más en ella.
Otra cosa que me he dado cuenta es que Mario no va a ser un impedimento para que la relación entre Domenico y Carmen dure, de hecho se complementan bien los tres, pero creo que es un poco precipitado que pongas lo de calma tan pronto.
No sabemos lo que han hablado Tomás y Carmen y todabia falta por saber como se lo tomarán, Angel y Claudia.
Huracán Claudia suena contundente, acabamos de pasar la tempestad y ya nos acecha un huracán en el futuro.
Un abrazo muy fuerte.
Bruto.
ResponderEliminarEstaba seguro. Hoy toca dormir poco, jejeje.
He terminado de dar la primera leída y en verdad ha sido extraordinario.
ResponderEliminarMario te has lucido en este capítulo, lo que habíamos discutido durante todos estos días se ha quedado corto.
La vuelta de Tomás ha sido una sorpresa enorme imagino que como para mí a todos.
Creo que Carmen se pasó con la humillación durante la fiesta en el club pero eso hará que cuando conversen y las palabras aclaren las situaciones el amor que Mario y Carmen sienten por tantos años resurgirá de una forma más fuerte y renovada.
Cronos, Saturno y Ouruburos (que ya no recuerdo cómo se escribe) ha sido una total pasada, mi imaginación no llegaba hasta ese punto pensé que esa escena se daba en el club o en algún tipo de orgía y no en un ambiente tan íntimo y con tantos sentimientos.
Está allí donde comprendemos la relación que han llevado Mario, Carmen y Doménico y que les ha dado tanta seguridad
Yo no lo tengo tan claro, Mario esta muy dolido, cuando Carmen llega a casa con Domenico Mario recibe el chaparrón sin chistar, después habla con Carmen y parece que lo arreglan, Mario se convierte en un esclavo y lo acepta como forma de enmendar su fallo.
EliminarEntonces es cuando escucha que Carmen tendría un hijo con Domenico cuando con el no quiso y también escucha que el se divorciaria para irse con Elvira o Graciela.
Después viene la fiesta, primero no está invitado, luego tiene que aguantar a un borracho que intenta mofarse de él, la contestación de Mario lo dejo chafado y por último llega el momento padrino que colma el vaso.
Cuando Domenico intenta irse, Carmen lo detiene cogiéndole del brazo, Mario se marcha en dos ocasiones, la primera en la fiesta y la segunda después de salvarle el culo a Carnen ante Rosa, ella no mueve un dedo en ninguna de las dos ocasiones.
Mario no contesta a ninguna de las llamas de Carmen, si vuelve a casa es porque lo llama Domenico, Mario está dolido, Domenico le a dado un día a Carmen, esto no se arregla en un día.
Prepárate TR porque vas a explotar,
ResponderEliminarSaludos para todos muchas gracias Mario por este capítulo.
Yo no me he atrevido ni a comentarlo, me preocupa que se les vaya de las manos y terminen por volver a sarmturarxa Mario.
EliminarGracias a todos. Ahora toca seguir con “La calma”. Trataré de tenerlo listo para publicar a comienzos de Septiembre, pero ya me conocéis, si no consigo tenerlo depurado como es debido tendréis que esperar a mi regreso.
ResponderEliminarMario tenlo cuando puedas, si no es a principios de septiembre esperaremos, tranquilo por eso.
EliminarDe todas maneras, han faltado 4 palabras con Tomás y la alemana regresa, Mario y Domenico conspiran, pero lo paga todo Mario, en esta ocasión todo juega en contra de Carmen.
ResponderEliminarLas autoridades sanitarias advierten que leer el diario puede ser perjudicial para la salud”.
ResponderEliminarPara los que no sois de España os diré que esto es lo que pone en las cajetillas de tabaco sobre fumar. Le recomiendo a Mario que lo ponga al comienzo de cada capítulo porque a alguno, de tanto estrés le va a dar un infarto.
Fuera de bromas. El capítulo es muy bueno, lo que se esperaba del título y de los avances que nos dio el autor. ¿Hay argumentos para calmar el estrés? Los hay.
En la escena de Oruburos, lo que en porno se llama fucklicking, se dice:
“Carmen intuyó lo que estaba pasando, se retorció para verlo y gimió alto y fuerte, un mensaje para darme a entender que en esto como en todo también estábamos juntos.”
Después de que Domenico le ordena ponerse de rodillas y le hace una mamada en presencia de Carmen, sucede esto.
“Hice lo que Carmen hace: limpiar con esmero glande y tronco, sabía lo que esto significaba para ambos. Luego me quedé sentado en el suelo a sus pies, no sé por qué lo hice.
—Por favor, levanta. —dijo Doménico abrumado ofreciéndome la mano.
—No, espera. —Carmen le retiró el brazo. —Prepáranos café y nos lo llevas a la alcoba, ¿Te apetece algo más?
—Pero, Carmen…
—Yo sé lo que hago y por qué lo hago, ¿verdad, Mario?
—Ahora mismo.”
Consenso entre ambos, acuerdo, complicidad, saben muy bien lo que están haciendo
“Sería mi homenaje a Carmen; sus ojos de placer, su expresión de poder me colmaba”
No son palabras de alguien humillado, sino de alguien que actúa para otra persona.
“Preparé café y lo llevé emulando lo que ella me contó que hizo para Claudia”
Ilusión por hacer algo que tiene valor simbólico para los dos.
En la escena en que Domenico le pregunta si le daria un hijo, hablan de Salif.
“—Cédeme a él, ¡por favor, por favor!
—¿Te burlas?
—Tonto, estoy jugando.”
El control está en Carmen.
Y volviendo al tema del posible hijo, Carmen dice, “en otra vida, tal vez”, solo después de que la sigue presionando termina por decir que sí. Cada cual que lo interprete como quiera, incluso el “pues habrá que matarlo”, quien se lo tome como una amenaza no está leyendo el mismo relato que yo.
La canción de Amaral domina desde el prólogo y marca cada secuencia del relato, tú juegas a y yo juego a que. No es la primera vez y no será más última que esta pareja declara por activa y por pasiva que ellos están antes que todo y los demás son juguetes de sus juegos. ¿Cuántas veces lo hemos leido? Otra cosa es que el cabreo monumental arrase. Haberlo pensado antes de hacer el imbecil.
Lo de que habrá que matarlo es una broma, pero lo que yo quería expresar es que Mario escucha eso, es muy posible que Carmen lo haya soltado presa de la decepción que siente por Mario, pero no a tenido que ser fácil para Mario escuchar eso.
Eliminar“ El hombre que actúa por despecho suele causar daño a quien se lo provoca. La mujer movida por el despecho suele acabar dañándose a sí misma.”
ResponderEliminarEsta frase sale en el capítulo anterior y ya había salido hace mucho tiempo. Me he acordado porque tendría que haber salido en este capítulo. Estoy seguro de que muchos no van a estar de acuerdo y van a decir que el despecho de Carmen ha dañado a Mario. No voy a discutir con nadie, lo que yo saco del capítulo es otra cosa, un huracán de rabia y desengaño que se vuelve en malas decisiones para los dos. Pasará y aprenderán la lección, sobretodo él, se la esta jugando con tanta mentira y tanto ocultar cosas.
Yo creo que a Carmen si se la va la mano en la fiesta, habían tenido el momento de Ouroboros, parecía que se habían acercado el uno al otro y lo del padrino fue una salida del tiesto monumental, Mario si se siente mal, pero no sé va de la fiesta pirque se sienta humillado, sino por ver que Carmen sigue enfadadisima y sabe que es culpa suya.
EliminarPero reconoceme que Carmen actúa mal.
Apenas empecé a leer, pero quería dar las gracias a Mario por darnos este lujo de leer un nuevo capítulo y ya nos sentencias que hasta septiembre el siguiente, por el momento gracias, ya comentaré el capítulo cuado termine de leer
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarBuenas tardes querido Cayo, anoche cuando lo leí me dije que no lo iba a comentar, y creo que siguiendo tú recomendación de prudencia permíteme que espere a que llegue la calma.
TORCO: Si ha mediados de septiembre sería el 20 , no me ofendo, al contrario.
ResponderEliminarQuerido Torco, “La calma” saldrá a primeros de septiembre o lo aparcaré.
EliminarYo lo secundo.
EliminarEl comentario de Lucía me ha hecho mucha gracia, yo he sido fumador 14 años y conozco bien esas advertencias, Mario la cago y lo a pagado caro igual que en este capítulo Carmen también la ha cargado, que se arreglaran claro, que Mario tiene que dejar de ocultar cosas por su puesto, debería hablar con Carmen de lo que a averiguado e intentar poner remedio entre los dos.
ResponderEliminarDosoctavas no es cuestión de discutir, tu opinión es tan válida como la mía y me gustaría que Lucía y tu participarais en el debate, yo no tengo la verdad absoluta y suelo meter la pata como el que más.
Yo opino que Carmen es demasiado dura con Mario y demasiado blanda con los demás, esta claro que Mario lo es todo para Carmen y que el le haga daño hace mucha más mella en Carmen que lo haga Domenico o Tomás, pero estos también se merecen una bronca de vez en cuando.
Entiendo tu punto de vista, Domenico es el juguete, Carmen y Mario las marionetas, suelo escuchar aunque mi temperamento indique lo contrario.
Por lo demás un saludo a todos.
Rectificar es de sabios, creo que de verdad fue una buena idea involucrar a Domenico, tiene un filing increible con Carmen y el que tiene con Mario no se queda atras.
ResponderEliminarTomás, Angel, Gerardo, ninguno de ellos hubiera participado en el Ouroboros, de verdad estaba convencido que Domenico era un cabron manipulador, pero a demostrado preocupación y empatia por Mario.
Así que entono mea culpa, cambiando de tema, la palabra de Ouroboros a cambiado de significado después de este capítulo.
Jajaja.
¿Os doy miedo, tan terrible soy?
ResponderEliminarAlgo de eso hay, los dos temen a esa otra Carmen violenta que aparece cuando se siente presionada. Por eso actuaron a espaldas suyas. Deberían hablar con ella de frente, parece que está preparada para escucharles.
Opino lo mismo, va a ser muy duro para Carmen cuando sepa que personas como su tío y primo, que tenían que cuidar de ella, la violaron.
EliminarCarmen y Mario los marionetistas, porque me odia tanto el autocorrector, ya se se llama Karma jajaja.
ResponderEliminarEl gozo en un pozo, al final se a vuelto a activar el plan del puenting, el que no podía venir a conseguido cambiar su turno con un compañero.
ResponderEliminarBuffff, ya los tengo de corbata 😱😱😱😱😱😱
Vive la vida, aprovecha cada experiencia que se te presenta, no la desaproveches.
EliminarCincuenta metros de caída libre, la única vez que salte, uno de mis amigos por hacer la gracia dejo la cuerda más larga, esta todo calculado para que te quedes a una distancia segura del suelo, pero cuando estás cayendo sientes todo lo contrario, que el suelo se acerca y la cuerda no se a tensado.
EliminarTermine con una taquicardia de aúpa y unas ganas de matar a mi amigo que ni te cuento.
Mario, Nadia y Lidia han tenido un dia divertido después de leer en el ojo del huracan, las dos se han cogido un calentó de aúpa, según Lidia a tenido que repasar cada trabajo tres veces, porque no daba pie con bola.
ResponderEliminarNadia a tenido que ir a refrescarse al baño de la oficina, para bajar los calores que le han entrado, según ellas la mejor escena de sexo que hayas escrito desde que empezaste el diario.
Dicen que si te tuvieran delante te darían un achuchon como agradecimiento, miedo me da cuando Nadia llegue a casa, de esta me mata seguro, jajaja.
Como comentaba Dosoctavas, Domenico y Mario temen a esa Carmen agresiva, lo que no se es como se las va a arreglar Mario para atajar el problema, lo bueno es que Carmen sabrá que la ira de su padre y aquel golpe producto de un accidente no eran en contra de ella, sino contra su tío y sobrinos.
ResponderEliminarNo me puedo ni imaginar lo que tuvo que sentir el padre de Carmen al saber lo que su hermano y sobrinos le hicieron a su hija.
Tengo una duda, mi conocimiento en derecho es limitado, el tío y primos de Carmen podrían ser juzgados o el delito ya abría prescrito.
Cuando leo los comentarios de mis compañeros, pero sobre todo los de Lucía, Dosoctavas, Diva y Torco me es imposible no pensar en lo sesgada que sigue siendo mi visión del Diario.
ResponderEliminarTengo que trabajar para ir limando ese sesgo, porque hace que me pierda parte de la esencia del diario, si algún día lo consigo, volveré a leerlo desde el primer episodio.
Cuando una pareja decide abrir su relación los secretos deben quedar afuera. Lo que ocurre con Mario es como el ADN de nosotros, el género masculino. Desde la época de las cavernas estamos acostumbrados a hablar con nosotros mismos, que pensamos afrontar lo que viene sin decir nada a nuestra pareja. Porque a pesar de la evolución y los miles de años que esto llevó seguimos pensando que nuestro apartamento, nuestra casa es la bendita caverna. Luego comprendemos que convertimos una leve brisa de verano en el huracán más temido. Usando una frase del escritor Jorge Luis Borges, diría que los hombres no somos malos, somos incorregibles.
ResponderEliminarAnte la llegado del huracán Carmen, Mario reflexiona sobre poder volver el tiempo atrás, desde ese bendito viaje a Sevilla. Sobre el pasado, presente y futuro, sabe que no se puede cambiar el pasado, que lo ocurrido allí repercute en el presente y también, porque no, en el futuro.
Para poner en un cuadrito como Mario puso en su lugar al pelotudo importante de Pelayo. Que si existiera la medida boludo patrón, este tipo sería el mejor ejemplo.
Me quedo al final con esa frase "No la perdía, no la iba a perder, de eso estaba seguro". No importa la actitud de Carmen ante Domingo y Martina. Como siempre, la sangre no llegará al río.
Y con respecto a la calma, querido hermano, cualquier día de septiembre será bienvenida, como todos los regalos.
Jajaja, boludo patrón, me a gustado, esa me la apunto.
EliminarTORCO
ResponderEliminarEsa no es mía, es de un periodista llamado Jorge Lanata. Es su programa tenía una sección que se llamaba el boludo de la semana.
Hubo un caso, en dónde el funcionario apuntado era tan boludo que según Lanata habría que crear el boludo patrón. Pelayo está en esas condiciones.
Pues me a alegrado el día Torco, me he inchado a reírme.
ResponderEliminarToda mi vida me lleve muy mal con las matemáticas , geometría, física y química. Por eso nadie se sorprendió que me recibiera de abogado. A pesar de lo expresado, me atrevo a lanzar una loca y esquizofrénica teoría con respecto a Carmen, Mario y Doménico.
ResponderEliminarAsí se ha expresado mi compañera, quien además me dijo que no la comparte, para no ser mi cómplice y que se me debería suspender por un buen rato por esto.
Acá va: en algún momento, quizás cuando llegue la calma, ellos puedan entender que su relación puede abarcar los tipos más conocidos de triángulos.
Están descubriendo que en el sexo podrían acoplarse en sus gustos, como si fueran una especie de triángulo equilátero, donde no habría igualdad pero sí coincidencias.
Después del sexo serían un triángulo escaleno, lados diferentes o cada uno con su forma de ser. Ahora en el término pareja serían un isósceles, dos lados semejantes, unidos por el amor y el restante que se acopla.
Aclaro que estoy en completo dominio de mis facultades mentales, no fumo, no bebo pero quizá el "austriaco" me esté por visitar.
A mi tampoco se me daban nada bien las matemáticas las aprobé a base de meter horas hasta llegar a odiarlas, yo no pienso suspenderte.
EliminarDe todas maneras no veo como van a esconder esta relación de tres que quieren llevar en el futuro al padre y a la madre de Carmen, veremos también que opina Esther.
No está mal tirada la hipótesis. De aportar por una opción, yo me decanto por el triángulo isósceles, hay dos lados iguales, sin duda la figura que representa mejor a este trío, aunque a veces parezca tensionarse hacia un escaleno y jamás a un equilatero.
ResponderEliminarTORCO
EliminarCuando se reconoce que Doménico y Carmen precisan a Mario para ser felices, porque sin él no funcionan estaríamos lo más cercanos a un equilátero.
Como odio la trigonométria
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarBuenas tardes querido Cayo, estaba buscando la calma y ha llegado, ha costado pero como todo en la vida al final llega, espero que tú llegues a la Calma lo más rápido posible y no es por interés propio, no.
Como lo que voy a contar aquí es personal y son sensaciones y sentimientos que me produce el relato, querido Cayo esto no tiene más lógica que la de los sentimientos.
Cuando terminé la lectura del capítulo estaba cabreado con los personajes, que Mario es un gilipollas con perdón lo sabemos, pero le quiero no solo como autor que sí, sino le siento como si fuese un amigo y a los amigos todo, sé que me he tomado esa libertad sin que nadie me la de, pero como se te ocurre confiar en el Italiano, no sabes cuándo pero sabes que la va a liar y lo ha hecho y a modo, pero lo dicho quien no tiene un amigo un poquito gilipollas, me marcó mucho el sentimiento de impotencia y tú sabes a que me refiero con lo que te perdonamos la estupidez.
Alguien o en algún sitio me contaron que los sentimientos son como un papel, si lo arrugas no hay forma de volver a estirarlo.
Pero con Carmen, que conseguiste que todos nos enamoramos de ella que ha pasado, según pasan los capítulos no la voy reconociendo, la adoraba por su fuerza me gustan las mujeres fuertes, inteligentes e independientes y por eso mi mujer que casualidades de la vida también se llama Carmen me lleva como me lleva, ni soy fuerte, ni soy inteligente y mucho menos independiente.
Ella, tú Carmen ha sido toda una decepción y no me vale que estaba decepcionada, no se ha parado a pensar, no ha tenido en cuenta a su pareja de toda la vida, ni los sentimientos propios y ajenos, se ha comportado como una adolescente pasada que solo quiere hacer daño y no ha reparado en las consecuencias de sus actos, está no es la Carmen de la que nos enamoramos, lo voy a justificar como un momento de crisis y una huida hacia delante, sé que de alguna manera se va a arreglar, pero llevo decepcionado y cada vez más desde hace algún tiempo.
errare humanum est, sed perseverare diabolicum.
EliminarLa cuestión, querido Bruto, es si llegada la calma, los protagonistas —ambos— serán capaces de reconocer los errores cometidos, hablar con serenidad sin reproches y sacar conclusiones.
Al final ayer no salte, algunos me llamaron cobarde, Nadia y Lidia apoyaron mi decisión, tengo dos fobias, las alturas y las arañas.
ResponderEliminarAyer por suerte solo me tuve que preocupar de una de ellas, jajaja.
Hay una gran diferencia, querido Apasionado , entre un cobarde y un hombre que analiza las posibles y previsibles consecuencias de tal acto.
ResponderEliminarEn estos momentos, debido a unas dolencias importantes, me estoy dedicando a una disciplina llamada alpedismo, que es un deporte de alto riesgo.
En stand by, que diría un gringo.
EliminarYo también suelo practicarlo cuando estoy de vacaciones y después me cuesta arrancar en el curro cuando lo bueno se acaba.
EliminarTORCO
ResponderEliminarPor eso es de alto riesgo
He dividido el 190 en dos porque veía que no cumplía plazos. De esta manera Tengo un previo de unos cuarenta minutos bastante adelantados y el resto formará parte del 191 allá cuando pueda.
ResponderEliminarPerfecto.
EliminarQué significa allá cuando pueda??
EliminarAllá cuando pueda significa que Septiembre será un mes complicado.
Eliminar¿Y agosto es inhábil para el administrador?
EliminarHabrá que tener paciencia y uñas.
Agosto es tiempo de reflexión, este año más que nunca.
EliminarDice Doménico al final del capítulo…
ResponderEliminar"No se merece lo que LAS hecho pasar estos días»
Y yo digo que no me merezco a lectores tan atentos al gazapo como Kiko Tou, que me escribe para, además de otras cosas muy de agradecer, alertarme de esta pieza de caza menor que ha pasado desapercibida entre tantas lecturas y revisiones como le he dado al texto.
"No se merece lo que le has hecho pasar estos días“
Corregido. Gracias, Kiko. Por esto y por lo demás.
Mario publica cuando puedas, si en septiembre no puedes porque estás hasta arriba de trabajo lo entendemos y lo dice uno que ya no le quedan uñas, jajaja.
ResponderEliminarAhora en serio, publica cuando tu veas que el capítulo está a tu gusto, nosotros esperaremos ansiosos, pero comprensivos.
190, he puesto 189 y ese es el capítulo que acaba de publicar, soy un desastre.
ResponderEliminarAutora: Eva
ResponderEliminarCategoria: lesbicos
Pasado tormentoso
Mi vida después de ti
Caminos cruzados
Por tu amor
Este seria el orden en que hay que leer esta preciosa historia, a mi me enganchó de principio a fin.
Me gustaría de verdad recomendaros esta historia, si la leéis recordad estos nombres, Ofelia y Míriam, los personajes a los que más cariño les he cogido.
EliminarDentro de este clima de tertulia que reina en el Café La Humedad, voy a responder a un comentario hecho por CAITOPARAELMUNDO, especialmente referido a Carmen.
ResponderEliminarEl autor del comentario dice que la conducta de nuestra amiga "...ha sido toda una decepción", "...no se ha parado a pensar, no ha tenido en cuenta a su pareja de toda la vida", "...se ha comportado como una adolescente pasada que solo quiere hacer daño y no repara en las consecuencias de sus actos".
No soy el abogado de Carmen, ni estoy haciendo un alegato dado que ella no ha sido convocada a juicio. Pero creo que nuestro amigo olvida algunos indicios y hechos que, por vehementes y conducentes, pueden aclarar las cosas para verlas desde otra perspectiva.
Carmen, además de inteligente, ser fuerte, es esencialmente visceral que según el diccionario de la RAE tiene que ver con una reacción emocional muy intensa.
La Carmen que Mario nos presentó en los primeros capítulos del Diario, ya no existe. Esto comenzó al volver del congreso de Sevilla, siguió con su reencuentro con Carlos y el detonante fue el fin de semana con Doménico.
Cambió su forma de ver la vida, en cuanto a relaciones se trate. Le apasiona experimentar, al contrario de su esposo no toma en cuenta las consecuencias de que el "mundo normal" conozca cualquier indicio de su "mundo paralelo". Cambió su manera de concebir la pareja, fuera las alianzas, no más esposa/esposo, pareja, amigos de correrías.
Lo que ocurrió con la llegada de Doménico y su confesión del "Tratado de Barcelona" es propia de una comedia de enredos dado que ella ya estaba, por intuición dos pasos adelante de Mario y el italiano.
Ella odia la mentira, la asimila a la traición y su comportamiento visceral hizo el resto. Esto no es una partida de ajedrez, donde ella al enterarse, movería el caballo, la torre o el alfil. Estamos hablando de sentimientos a flor de piel, con ella a la búsqueda de una verdad que ninguno de los hombres con los que se relaciona poco hacen a su favor, incluido Tomás.
Lo ocurrido en el club demuestra que ella se adaptó mejor que Mario a esta nueva manera de entender su relación de pareja, con ella dispuesta a jugar sin prejuicios , él tratando de la mejor manera de adaptarse y el italiano tratando de balancear el bote y no quedar en medio de una batalla marital.
Esto, mi querido CAITOPARAELMUNDO solo trata de ser una visión diferente y que podría ser el principio de un entretenido debate hasta que llegue la calma, que parece vendrá en cómodas cuotas.
Querido Torco estoy de acuerdo en casi todo, pero si Carmen odia tanto la mentira, ¿porque no le dijo a Domenico que estuvo un fin de semana como puta de barra de bar junto a Candela?
EliminarOmitir una parte de la verdad es mentir, en cuanto a la fiesta, Carmen fue presentada como la novia de Domenico, ninguno se atreveria a insinuar nada de ella, por miedo a las consecuencias, sin embargo Mario se encontraba solo ante un mundo que no conocía y le estaba juzgando sin miramiento.
La posición de Carmen y Mario es muy diferente en esa fiesta, porque mientras a Carmen le doraban la píldora, Mario era como un mono de feria para los presentes.
Otra cosa que me gustaría corregir, Carmen no quiere que su madre y padre se enteren, lo que no sabe es que Mario ya ha hablado con su padre, veremos como se lo toma.
Es verdad que Carmen a cambiado, pero en lo esencial sigue siendo la misma, su amor por Mario no a cambiado, ese amor sigue estando por encima de todo, me a costado entenderlo, aunque se haya sentido traicionada por Mario y Domenico, solo le a afectado la parte de Mario, eso nos demuestra el grado de amor que siente por Mario y lo que siente por Domenico.
Solo una persona que amas profundamente puede cabrearte decesa manera.
Por lo demás un abrazo muy fuerte para tu compañera y para ti.
Bruto.
ResponderEliminarBuenos días y ante todo felicitar a las Carmen, a todas.
Te gradezco admirado TORCO el comentario, primero especifique que estaba hablando de sentimientos y respondiendo al tuyo decirte que ha cambiado desde el principio es evidente, no hablaba de su evolución, hablaba de trato y creo que lleva un tiempo, desde verano o antes abusando de Mario.
Iba a poner pienso pero la verdad es que siento que se ha pasado, que le han dado motivos, seguro, pero la conducta es abusiva, y esta no es la Carmen de la que nos enamoramos y algunos seguimos enamorados y decepcionados, el final del capítulo es alguien sabiendo que se ha pasado y diciendo que lo va a arreglar.
Lo siento pero estos días estoy más con Mario, me he tomado la libertad de considerarlo un amigo y con los amigos se está para todo.
me resulta dificil distinguir entre la carmen temperamental y la personalidad salvaje que aparece en ocasiones y toma el control. Hasta que no consiga ella o algun otro colega librarla de esa presencia (suena al, lo reconozco), no vamos a saber de verdad cuanto le ha afectado el trauma infantil que sufrió. Pero para llegar a eso tiene que ver la verdad de lo que pasó. suus primos, su tio.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsto dejará cicatrices.
ResponderEliminarPor mucho amor, cariño o compadreo que exista, los hechos son los que son
Hola a todos, aquí Jose un fiel seguidor que comenta poco pero que también se muerde las uñas con el Diario, no me da mucho la vida para comentar pero siempre es un gusto leer una nueva entrega. Empecé en Todorelatos y de vez en cuando echo un ojo al blog (menos mal) porque este capítulo sólo está aqui! ¿Mario ya no vas a seguir en TR? por cierto! no te fustigues tanto con los gazapos, es un gusto leerte siempre.
ResponderEliminarComo todo el Diario, visto con perspectiva, me tiene alucinado porque todo esto que cuenta que ha vivido Mario hace 10 o 20 años hoy a lo mejor no es tan disruptivo pero tanto él como Carmen son unos auténticos adelantados a su tiempo y el camino ha sido difícil sin duda pero los avances también han sido importantes para ambos. Para mi tiene toda mi admiración! y Mario eres mi ídolo, me gustaría conocerte!
Un saludo desde Madrid
Hoy es un día como otro cualquiera para escuchar un consejo de amigo convertido en poema.
ResponderEliminarSi quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho…
díselo hoy, sé muy bueno
en vida, hermano, en vida…
No esperes a que se mueran
si deseas dar una flor
mándalas hoy con amor
en vida, hermano, en vida…
Si deseas decir “te quiero”
a la gente de tu casa
al amigo cerca o lejos
en vida, hermano, en vida…
No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto
en vida, hermano, en vida…
Tú serás muy venturoso
si aprendes a hacer felices,
a todos los que conozcas
en vida, hermano, en vida…
Nunca visites panteones,
ni llenes tumbas de flores,
llena de amor corazones,
en vida, hermano, en vida…
Bruto.
EliminarQuerido Cayo te agradezco el detalle de la poesía y como te comenté tengo una oreja enfrentada a la otra y toda la poesía me suena igual, cómo comprenderás haciendo honor a el cognomen soy más tierno que el día de la madre, y tengo la inmensa suerte de estar enamorado hasta las trancas y siempre que puedo le digo que la quiero, y ella me corresponde diciendo que soy un coñazo, veritas ante omnia.
Mario en muchas ocasiones ha mencionado que ante todo entre Carmen y Él hay una amistad que sobrepasa el amor de pareja, que han sobrevivido a todas la adversidades que se le han presentado ha sido por esa amistad que tiene entre ellos.
ResponderEliminarLos amigos se entienden a la perfección, hay momentos en los cuales uno u otro se pasan de la raya, pero por la amistad que se tiene, perdonan las faltas, pero a parte de que hay una amistad entrañable se aman con locura, Mario antepone la felicidad de Carmen a sus sentimientos, (al menos así lo percibo), y aunque acuta a espaldas de Carmen, siempre lo hace para facilitarle a Carmen lo que quiere, si hay manipulación de Mario hacia Carmen, pero ella se deja manipular de alguna manera, ella misma lo ha comentado que Mario es un manipulador.
Lo que no entiendo es a Carmen en este capítulo, cuando llegan a casa después de hacer la presentación de Doménico como su Marido y a Mario como el ex, y una vez que leyó los votos, que paso.
“Estos han sido mis votos matrimoniales. He prometido lealtad, esa virtud que apenas conoces, y no impedirle nunca ser feliz, algo para lo que también te has mostrado incapaz en demasiadas ocasiones. Pero basta de reproches, considero que esta casa sigue siendo mía, e vero? —Mario afirmó en silencio—. Mi esposo y yo vamos a ocuparla durante su estancia en Madrid, puedes quedarte, hay habitaciones de sobra, o marcharte si te resulta incómodo, aunque, conociéndote, estoy segura de que disfrutarás de lo que veas y escuches, siempre has encontrado más satisfacción en verme en brazos de otros hombres que en los tuyos.
—¡Bueno ya está bien! —exclamó Doménico visiblemente alterado, me soltó con brusquedad y abandonó la estancia. Salí tras él y le di alcancé en el hall.
—¿Dónde vas?
—Me marcho, no vas a utilizarme para acabar con tu matrimonio.
—¿Nos podemos calmar todos un poco? —Mario nos había seguido, había recuperado la entereza y nos interpelaba—. Volvamos al salón y empecemos de nuevo.
Así dimos por terminada una escena bochornosa, aunque no estaba dispuesta a callar mis reproches.
Mario Fue el que tubo que intervenir para que Doménico no se fuera y Carmen estuviera Feliz con su relación, pero Carmen no esta dispuesta a callar sus reproches.
Esta claro que Mario antepone la felicidad de Carmen a la suya propia.
Mi esposa, es muy de meditar y en una ocasión me mando una meditación que creo que lo que se dice es muy interesante y quedaría muy bien para que Mario y Carmen lo aplicaran a rajatabla. Lo aclaro, no se quien es el autor pero me atrevo a ponerlo, NO ES DE MI AUTORIA
ResponderEliminarEs verdad que HAY GENTE QUE GENERA CONFLICTOS, PORQUE NO SABE COMUNICARSE. Por eso, es fundamental que caigamos en la cuenta de la forma en que nos expresamos. Es la base para no crear malentendidos. Es preciso SER CLAROS EN LA COMUNICACIÓN y, para ello, lo primero es que sepamos bien lo que queremos comunicar para poderlo decir, sin dejar lugar a equívocos. Y hablar de modo concreto y conciso, porque si se dan muchas vueltas se confunde a los demás. También, es fundamental tratar de entender y comprender al otro. Y BUSCAR INTERPRETAR DEL MEJOR MODO LO QUE EL OTRO AFIRMA. Sin acusar a los demás, sino desde nuestra propia percepción personal, para que no se sientan atacados. Ser educados con los otros implica no olvidar que también ellos tienen su propia sensibilidad.
🔥
El ARTE DE LA ASERTIVIDAD implica APRENDER A ESCUCHAR CON ATENCIÓN LO QUE EL OTRO DICE. Quien es bien escuchado estará menos a la defensiva, porque se siente comprendido. Por ello, en la conversación, ayuda mucho mostrar de alguna manera que hemos captado lo que el otro intenta decirnos, y buscar puntos en común para el mutuo entendimiento. Al tiempo que dejar claros nuestros argumentos, CON PAZ Y SEGURIDAD. Necesitamos ir haciéndonos más capaces de expresar lo que queremos y lo que no queremos, con libertad interior y seguridad. Con la CAPACIDAD DE RESPONDER SIN VIOLENCIA, UBICANDO AL OTRO CON LAS PALABRAS JUSTAS Y SIN PERDER LA CALMA. La persona asertiva sabe discrepar, cuando es necesario, y demostrar honestidad tanto para expresar sus sentimientos e ideas, como para reconocer sus propios errores sin sentirse herido en su autoestima.
🔥
Ser asertivo nos lleva a SER CONSIDERADOS CON LOS DEMÁS y hacernos responsables de lo que decimos y sus consecuencias. Y a reconocer que todos TENEMOS DERECHO A SER TRATADOS CON RESPETO Y DIGNIDAD. Que tenemos derecho a decir “no quiero”, sin sentir culpa. Que tenemos derecho a cambiar de opinión, a no estar seguros de una decisión, a equivocarnos y a no saberlo todo. Es fundamental cuidar mucho nuestro modo de expresarnos, sin ceder a la pasividad que se deja avasallar, ni dejarnos llevar por la agresividad que hiere a los demás. Necesitamos cultivar la bondad y la prudencia en el modo de dirigirnos a los otros. Regálanos, Señor, la gracia de confiar más en nosotros mismos, como para PODER EXPRESARNOS CON SINCERIDAD Y SIN TEMORES. Amén.
🙏
Me gustaría me dieran su opinio sobre lo escrito-
Carmen se a pasado, pero Mario llevaba demasiado tiempo en el filo de la navaja y está a sido la última gota que a derramado el vaso.
ResponderEliminarAl principio cuando Mario empezó a volcar sus fantasías sobre Carmen y estaba demasiado ocupado en lo que el estaba sintiendo, Carmen se sintió más sola que la una, acosada por Roberto, sintiendo cosas por Carlos.
Mario en ese entonces también se pasó de la raya, de verdad creo que esto les va a servir para abrirse del todo el uno a la otra y viceversa.
Hola, Jose, Bienvenido y gracias por seguir el diario y compartir tu punto de vista con nosotros.
ResponderEliminarA corto plazo no tengo pensado abandonar TR, a pesar del azote del fondo sur no puedo olvidarme de los lectores silenciosos y no tan silenciosos que siguen el diario en esa plataforma donde nació. Por respeto a ellos continúo publicando cada capítulo, éste aparecerá en breve.
Gracias de nuevo por tus palabras.
Gracias por no olvidarte de los lectores silenciosos 😜
ResponderEliminarMario, me tienes con la mosca detrás de la oreja.
ResponderEliminarDeberías estar acostumbrado, forma parte de tu profesión, ¿no?
EliminarQue paradójico, nos aseguran que viene la calma y hay mucha gente de los nervios
ResponderEliminarBruto
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con TORCO, querido Cayo nos tienes que traer la calma pero ya.
De todas maneras hay algo de Domenico que no me gusta, insiste una y otra vez en que no quiere discusiones, que no quiere que Carmen lo utilice para romper el matrimonio, que esperaba que iba a pasar.
ResponderEliminarDomenico tiene que entender que las parejas discuten, algunas más, algunas menos, pero discutir es inevitable.
Se nota que Domenico no a tenido pareja en su vida, el quiere ser parte de la vida de Carmen pero sólo con la parte buena de la relación, la parte de la que siempre disfruta el amante.
Si quiere formar parte de la vida de Carmen y Mario ya puede empezar a acostumbrarse a las discusiones, o si no pensárselo mejor y volverse a Milán.
Apasionado patinando sobre hielo. Recula, lee un par de veces lo que has escrito, piénsalo y después nos cuentas.
EliminarYo ni estoy patinando sobre hielo, ni tengo que recular nada, Domenico quiere formar parte de la vida de Carmen pero con las ventajas que tiene un amante, salir de fiesta y follar, me reafirmo en lo que he dicho.
EliminarQue Creía que iba a pasar cuando Carmen entrará por la puerta de su casa y viera a Mario, que lo iba a abrazar.
Carmen le canta las cuarenta a Mario, Domenico se imagina que le está usando de excusa para dejar a Mario y emprende la huida, no quiere formar parte de la parte desagradable de una pareja.
Dosoctavas tu tienes tu manera de ver el diario y yo la mía, en vez de insinuar a los demás lo equivocados que estamos podías poner, no estoy de acuerdo y después poner tu punto de vista.
Creo que así la comunicación sería más sencilla.
No he escrito la respuesta con intención de empezar una discusión, ni nada parecido, pero el mensage que me a llegado es, ¡no teventeras de nada tío!
ResponderEliminarAsí me a sonado tu comentario Dosoctavas, como ya he dicho, preferiría que me dijeras que no estás de acuerdo y después expusieras tus argumentos.
Va ser divertido esto del café de la humedad que dice Mario, es un relato vivo y entiendo que a Mario le diviertan las elucrubraciones jeje
ResponderEliminarLo que tiene Domenico es miedo a que Carmen se desatabilice porque sabe se sobra como ya dicho que es una pieza clave, egoismo si, pero no esta dispuesto a renunciar a Carmen.
Por otro lado, una relacion siempre tiene implicita una balanza, y Mario
Ahora esta en desventaja y Carmen lo aprovecha, ese miedo lo percibe Domenico.
Por otro lado, aun queda mucho que resolver para llegar a la calma, esta por un lado la renuncia no resuelta con Carmen, la experiencia bi es una pieza nueva en el juego por parte de los tres que tienen que encajar cada uno a su manera. Tambien vuelve al ajedrez Tomas! A ver como se encaja con laa nuevaa circunstancias.
No hay que olvidarse de elvira, podra ayudar a Mario? Lo compartira con ella para reafirmarse como hombre (recordar que tiene un poco de miedo despues de lo bi con su vigor)
Como va a encajar carmen las novedades con su vida? Con el resto de sus amantes, con su trabajo? Cuando marche Domenico que va a pasar (recordad que esta de paso unos dias…)
En mi humilde opinion hay muchoa frentes abiertos antes de la calma, y a Carmen la renuncia de Mario le ha afectado mucho y tiene que encajarla.
Perdonad la extension y la ausencia
de tildes, el teclado del mvl no me va bien
Por otro lado, no puedo dejar de pensar en el momento actual, aquí se nos escapan muchos flecos porque vamos 20 años retrasados sin mal no recuerdo, esto es como la serie Cuéntame hasta que lleguemos a la actualidad anda que no ha llovido, tronado, etc.
ResponderEliminarLeyendo entre líneas a Mario en los comentarios solo espero que ambos estén bien y que ese descanso.que desea más que nunca no sea por otra tormenta, ni la poesía del otro dia que invita a pensar en estado.de animo
Dos octavas, es que no aprendes so mendrugo, a estas alturas tendrías que saber con quien y con quien no. A partir de ya ponte en modo ironía off y ya te vamos diciendo si te quitamos el bozal.
ResponderEliminarTORCO
ResponderEliminarQuerido Apasionado, seguimos con el problema de interpretar lo que uno escribe. Es algo fío , totalmente deshumanizado, carente de todo sentimiento, que si tiene la palabra oral.
Voy a ponerte un ejemplo. Hace cuatro años a mi mujer le extirparon un segmento del pulmón derecho.
Cuando salió del quirófano , traté de comunicarme con su amiga de la infancia y desde que me casé mi hermana de la vida.
Ella vive en el interior. Cómo no me atendía le puse dónde carajo estás?. Se enojó mucho. Ocurre que esa frase en forma verbal expresa otra cosa.
Sé que Dos Octavas no tuvo intención de molestarte. Te propongo que leas su comentario nuevamente pero con lo vasco en modo avión 😜😜😜😜 y verás que tengo razón.
Te estimo mucho vasco!!!
Yo no utilizo la ironía mas que con las personas que tengo mucha confianza, por que se puede malinterpretar, mas en un texto escrito, cuando tienes a la otra persona delante es diferente, ves de que palo va.
EliminarAla lo que me ha llamado la tía guarra!!! Me ha dicho mendrugo! Ahora me enfado, so pedorra. Que conste que esto lo digo de buen rollo y sin intención de discutir ni crear polémica, so petarda y con la ironía en modo on y el turbo a tope
ResponderEliminar¡Tía guarra, me ha llamado tía guarra el cacho mendrugo! Como lo coja le araño. Ojo que no quiero discutir, es que ha parecido que quería decir que, bueno ya está bien.
ResponderEliminarCarmen sabe perfectamente cual es su relación con Domenico, si algún día se divorciara de Mario, no sera para irse con Domenico, Domenico es un buen amante, un buen anfitrión en las fiestas y puede ser un buen amigo, pero en mi opinión Carmen sabe que Domenico nunca será ni su novio, ni menos su marido.
ResponderEliminarLo primero que la familia de Domenico no se lo permitiría y lo segundo, el no está preparado para tener una relación seria con ninguna mujer.
Cuando Mario y Carmen se separaron, solo follaban he iban de fiesta, este fin decsemana a sido más de lo mismo, pero llegará un día donde las fiestas se acaben y ahora mismo Domenico no está preparado.
Apasionado, coincido contigo. Doménico no está preparado para una relación seria con Carmen, y Carmen tampoco aceptaría a Doménico como pareja, fuera de que como amantes y andar de fiesta se entienden de maravilla
ResponderEliminarNo me importa nada, repite Amaral una y otra vez. ¿Os la creéis?, haríais mal porque es la defensa de una mujer herida. No me importa nada es algo así como “los chicos no lloran”, hacerse las fuertes.
ResponderEliminarCarmen sabe de eso un huevo, lleva toda su vida arrastrando un peso muerto del que ni siquiera es consciente y soportando las presiones de unos y otros. No me importa nada. Puta, zorra, altiva en el trabajo, envidiada. No me importa nada. ?hasta cuando se puede soportar una carga asi? Os lo voy a decir, hasta que estallas y cometes una locura si no tienes nadie a tu lado o si lo tienes le amargas la vida porque aguanta tus neuras porque te quiere y tiene la esperanza de que un día te liberes de esa losa que te asfixia y no te deja vivir, como le sucede a Carmen.
Carmen mo está sola, tiene a Mario y una vez Mario hable con ella, sabrá lo que le ocurrió, sabrá que su padre nunca quiso gritarle y que aquel golpe fue un accidente, tendrá el apoyo incondicional de Esther y queda su madre, no hay mayor furia que la de una madre protegiendo a sus hijos.
EliminarEstoy seguro que Carmen conseguirá superar este bache.
TORCO
EliminarEl ser humano por lo general, desde tiempos lejanos, es temor, aversión, y hasta odio, por aquellas cosas que no puede dominar o controlar.
Eso genera Carmen y todas las mujeres como ella. Si lo sabrá Caliban.
El hombre no soporta a mujeres de principios, que se niegan a negociarlos, que no son políticamente correctas, que luchan por su lugar.
Así la estrategia es demonizarlas, que son unas engreídas, etc .
Y a todo lo referido, tienen tantos ovarios que luchan contra sus propios fantasmas con las armas que pueden.
Y también sabrá, que su padre está enterado de su modo de vida.
EliminarYa verás que navidades.
Lo primero es lo primero, ayudar a Carmen, después ya tendrán tiempo para hablar padre e hija.
EliminarTodos estaremos de acuerdo con esto, cuando Carmen llegó a la cocina y vio a Mario de rodillas después de comerle la polla a Domenico, en ese preciso instante comenzó un juego de pareja, por eso le dice Carmen a Domenico que le deje a ella.
ResponderEliminarEn ese momento Carmen y Mario estuvieron más cerca que nunca y Domenico fue un objeto con el que Carmen y Mario jugaron, Domenico no entiende que Carmen no intenta humillar a Mario, son roles en un juego de pareja ( reconozco que a mi también me costó verlo)
Domenico tiene cierto control en Carmen, pero ¿es consciente del control que ejerce ella sobre el?
Estoy dando una imagen de gruñón que no corresponde en nada conmigo, normalmente me amoldo bien a las personas y pocas veces suelo discutir con alguien.
ResponderEliminarSe me da fatal interactuar si no tengo a la persona en frente, asocie ironía = a burla disimulada, poniéndome a la defensiva.
De aquí en adelante me tomaré los comentarios irónicos con humor.
Por lo demás que descanséis todos.
He pasado la mañana de médicos y ha ocurrido algo curioso, uno de los especialistas que me ha tocado visitar responde a esa extraña especie que, por el hecho de haber adquirido los conocimientos para salvar vidas, se consideran poco menos que dioses, seres elegidos que se hallan por encima del resto de los morrales, seguramente os habréis cruzado con alguno, son personas engreídas que manchan el prestigio del resto de los que prestan su conocimiento sin esa arrogancia absurda. Éste, en concreto comenzó a hacer una exposición ininteligible y apresurada y cuando le interrumpí para pedirle una aclaración, me dijo veladamente que no lo iba a entender y siguió con su perorata. Os aseguro que no me gusta alardear de mi historial ni de mis títulos, pero hay momentos como éste en los que no queda otro remedio. Le interrumpí y le dije, más o menos:
ResponderEliminar—Miré doctor, no sé con quién se cree que está hablando, entiendo perfectamente la mayoría de los conceptos que expone., soy…
Y a partir de ahí comencé a desglosar una larga lista de títulos académicos, especializaciones, y masters cursados en universidades y centros de Europa y Estados Unidos que jamas ha pisado. No me gusta, pero fue necesario, terminé diciéndole:
—Comprenderá que estoy preparado para entender lo que me está diciendo y si no lo estuviera tampoco justificaría la absoluta falta de empatía con el paciente que demuestra. Está usted para hacerse entender, como lo estoy yo cuando acuden a mi consulta, no para dar una clase magistral.
Volviendo a casa me acordé de una película de los noventa protagonizada por William Hurt, titulada The Doctor, en ella, un médico vanidoso como el que me atendió, es diagnosticado de cáncer y pasa por los mismos caminos que cualquier otro paciente. Ve la medicina desde el otro lado y se le abren los ojos. Os la recomiendo.
Yo en ese aspecto he tenido suerte, no me a tocado ningún médico como el que describes, pero tarde o temprano me tocara.
EliminarDonde si he tenido que lidiar con personas así es en mi profesión, la de veces que me he tenido que morder la lengua para no soltarles lo que pensaba de ellos a la cara.
Por suerte en la empresa el jefe nos cubre las espaldas y es el que suele lidiar con ellos.
Como suele decir, no le pagan lo suficiente.
Entre el poema que publicaste y esta reflexión tengo un mal cuerpo que no se me va a quitar hasta que no nos digas si está pasando algo. Ya está la tremenda, ha dicho mi chica y seguro que tiene razón, por si acaso pregunto.
EliminarLos acertijos y los misterios los dejo para las horas laborables, Mario, no me jodas.
EliminarMi querido Mario, en estos días existen profesionales cuyos títulos académicos equivalen a una cantidad monetaria. En cambio los profesionales que realmente tienen una vocación de servicio, principalmente en el área de la medicina, hacia sus pacientes cada día es menor. Lo mismo pasa con las escuelas, universidades y muchas empresas en donde estos pseudo servidores despliegan su orgullo y hacen a las personas que acuden a ellos sentirse aminorados.
ResponderEliminarNo quiero mencionar a muchos de estos servidores públicos que trabajan en oficinas gubernamentales y qué piensan que..... Creo que si pongo la frase que estoy pensando te cierran el blog
Un saludo para todos y un fuerte abrazo
TORCO
ResponderEliminarSi algo odio de los médicos es que te tutean de una. Hace poco fuí por una emergencia y me atiende uno que a simple vista podría ser mi hijo.
Qué te está pasando, me dice. Con el dolor que llevaba y la calentura por lo impertinente, le digo cuánto tiempo sin vernos Cacho!!!.
Él me dice yo no soy Cacho, estás confundido , claro que no lo SOS le digo, porque él tiene mi edad, por eso me molesta su tuteo. Su título lo habilita para tratarme mi dolencia, no para faltarme el respeto.
Dejando esto de lado, quiero desearles a los integrantes del Café La Humedad un feliz día del amigo.
Buenas, contertulios, desde hace diecisiete años llevo leyendo está magnífica historia , la cual me tiene enganchado , aún hoy en día ya jubilado. Llevo mucho tiempo esperando un final Disney y espero que nuestro querido autor no espere a un futuro lejano , donde lo leamos desde el más allá. gracias.
ResponderEliminarBienvenido, anónimo, gracias por tu fidelidad. No es éste un relato que admita un final Disney, tampoco esperes un final gore. No esperes un final.
EliminarQue tranquilo está esto.
ResponderEliminarOs habéis ido todos de vacaciones?
ResponderEliminarcreo que muchos de los que aquí comentamos, se fueron de vacaciones o están muy ocupados porque ya no han comentado nada
ResponderEliminarEl blog no se ha caído porque se sigue viendo, luego hay otra razón para que no se esté publicando nada y lo digo porque yo he enviado algún comentario y supongo que los demás también lo habrán hecho.
ResponderEliminarEs lunes, espero que haya sido que Mario se ha tomado libre el fin de semana.
Buenas tardes querido Cayo, espero que no sea nada, los que tenemos una edad tenemos goteras sin más, a mí gordologo ya no le doy muchas alegrías, pero hay que ver lo que ha disfrutado conmigo. Lo he sobrevivido que tiene mérito.
ResponderEliminarTe comento, estamos esperando la calma con ansiedad, pero me tienes sorprendido no publicando en TR, te sueles dar unos días pero hasta que no publicas no vas en serio con el blog, así que chavales me temo que la calma no llegará pronto, seguiremos en pleno ojo del huracán.
La calma, querido Bruto, debe esperar un par de días más antes de que continúe con ella, no supondrá un retraso importante.
EliminarBuenas noches mí querido Mario, la calma que nos tienes que dar es la de que estás bien, el resto no importa.
EliminarBuff, hoy la he cargado pero bien, tenía que apretar unos tornillos de aluminio y he calibrado mal la llave dinamometrica, en vez de poner los kilos de presión que correspondían a ese tornillo, lo he calibrado como si fuera un tornillo de acero.
ResponderEliminarEl tornillo se a partido antes de escuchar el segundo clic en la llave.
La bronca a sido histórica, todabia me retumban los gritos en los oídos.
Espero de verdad que estéis teniendo un día mejor que el mío.
La vida es como un juego de azar, tiras los dados, arriesgas, sacas tres seises seguidos y te mandan a casa hasta que los dados te dan un cinco y vuelves al tablero, así son las reglas. En eso he estado estos días, fuera del tablero esperando el resultado de los dados.
ResponderEliminarYa estoy de vuelta, tirando los dados y moviendo ficha. Que siga la partida.
Mario en un comentario del capitulo 187 si no mal recuerdo, dio un adelanto, puso una frase en la que se leía, estando en el club, Mario es el peaje que hay que pagar para que Carmen se sienta a gusto, y muchos hicimos comentarios al respecto,
ResponderEliminarHe leído dos veces este recapitulo y cuando están en el club
Hace un rato hemos mantenido un intercambio de opiniones a propósito de una frase que Domenico pronuncia en el capítulo 189. Ocurre en el mismo club donde se celebró la fiesta de presentación de Carmen nada más irse a vivir con él y donde conoció a Tomás; a ese club vuelven a su regreso de Italia y allí, pensando que ella no se encuentra cerca, comenta con sus amigos lo siguiente:
—Mario es el peaje a pagar por mantener a Carmen tranquila y despreocupada.
Podrías aclararnos eso Mario. Espero que se pueda aclarar ese comentario que hiciste
Después en el mismo comentario pusiste
“Por dar más sal al guiso y poner también de la otra parte, ahí va una frase de Carmen en el capítulo 188, escena de cama.
«—Vámonos a mi casa, tengo ganas de estar a solas contigo.
—¿Y Mario? ¿qué hacemos con él?
—No es lo mismo, aquí hay demasiada gente, Mario es… otra cosa.
—Mario es lo que cualquier pareja como nosotros querría tener a su lado… a veces.»
Y este comentario en el capítulo 188 si parece.
Bueno espero nos comentes que paso.
Saludos a todos de este lado del Charco
El comentario del peaje, después un intenso debate que perdí por agotamiento , se cayó del texto, no lo busquéis.
EliminarMario no me jodas, va todo bien, leiendo tus comentarios siento lo mismo que sentí cuando acompañe primero a mi madre y después a mi madre a recoger los resultados médicos de las pruebas que se habían hecho.
ResponderEliminarEn las dos ocasiones los resultados fueron nefastos, espero que en tu caso sea todo lo contrario y puedas seguir en este mundo dando guerra.
Yo tb me quedé preocupado con el poema y lo del médico, los comentarios de Mario de hoy tampoco ayudan mucho a la calma, espero que pronto nos saque de dudas
ResponderEliminarTORCO
ResponderEliminarMañana 23 no es cualquier día, la reina madre cumple 69 . Acá estoy preparando todo para el agasajo como ella lo merece.
Con respecto a la edad hice un comentario con respecto a la cifra y me he ganado esa mirada con la que todavía me da cosa y el mote de viejo degenerado, para luego mutar a esa mirada cargada de deseo.
Gloria a Dios en las alturas , recogieron la basura de mi calle ayer a oscuras y hoy sembrada de bombillas. Si Nano se viene fiesta!!!
Felicidades a los dos, un cumpleaños es una buena excusa para celebrar y recordar tantos otros compartidos.
EliminarApagad las alarmas. Un pequeño susto, unos días fuera de circulación y de nuevo en la carrera. Vacaciones adelantadas, este año no hay playa, relax en la sierra hasta septiembre, no es mal plan. Libros, senderismo light, aperitivos en la plaza, charlas con los amigos y escribir, cómo no.
ResponderEliminarPues me alegro mucho, todos habíamos pensado lo peor.
EliminarSolo o con Carmen? 🤦♂️ Ánimo Mario! Descansa y coge fuerzas
ResponderEliminar“En el ojo del huracán” enviado a TR. Mañana saldrá publicado.
ResponderEliminarMi querido Mario en TR te van a correr a palos , espero lo sepas llevar con esa tontería que tú tienes.
ResponderEliminarPor lo demás espero que te tomes tú tiempo, a nuestra edad, aunque ya vamos conociendo las goteras que tenemos, siempre sacamos fuerzas de nuestra experiencia en la vida. Descansa, apoyate en tu hombro preferido y mira hacia adelante.
De verdad, de corazón, aunque no tengo el placer de conocerte, ¡ Jubilate ! Aunque no te lo creas , existe otra manera de vivir, y es acojonante.
Un saludo
Cuando mi padre se júbilo, un amigo le dijo si no se iba a aburrir, mi padre le contestó que de lo que estaba aburrido era de escuchar el despertador a la misma hora durante los últimos 46 años de su vida.
EliminarCuando Carmen se jubile también, viviréis una segunda juventud, eso soñaban mis padres, pero mi madre murió demasiado pronto.
Un abrazo muy fuerte para Carmen y para ti.
Federico con respecto a ese pasaje estaba seguro de que no aparecería en el relato, ya que Mario había compartido que tenía oposición al mismo.
ResponderEliminarRecuerda que donde manda capitán...
A veces hay que detenerse y tomar un tiempo, descansar, mirar las cosas con calma y disfrutar de lo más importante que tenemos, justo esa persona que está a nuestro lado.
Saludos para todos
Eh, que solo he hablado de vacaciones anticipadas, solo eso, no lo interpretéis mal.
ResponderEliminarPues Mario tu que puedes disfrutar de unas buenas vacaciones adelante, y gosa este tiempo que supongo sera al lado de tu entrañable amiga Carmen.
ResponderEliminarSiempre fue un tema pensar el día después de la jubilación. Por eso antes de que llegara ese día aceleré los tiempos y unos años antes me recibí de abogado. Un objetivo claro : que mi mente siguiera activa en otros ámbitos, pero activa al fin. La mediocridad para acertar las adivinanzas del Diario sea quizás la asignatura pendiente.
ResponderEliminarY acá estoy, navegando los inciertos mares del derecho próximo a comenzar la maestría de Derecho Constitucional y Derechos Humanos. Con una hermosa familia, que es mi tribu, al lado de mi compañera de toda la vida y con los amigos que la vida me regaló.
Hombre Kiko, a ver si estamos a lo que estamos, al final voy a tener que retirarte el sueldo de cazador de gazapos. He tenido que publicar en TR para descubrir éste en un párrafo cuando Carmen se apartó con brusquedad de Tomás y él, arrogante, “le dijo A algo”.
ResponderEliminarMuy mal, Kiko, no sé para qué te pago.
Las vacaciones me tienen sobrepasado.
EliminarEn la paga de este mes me puedes retirar la parte proporcional que consideres por este fallo imperdonable.
Un abrazo y disfrutar de las vacaciones, quien las tenga.
¡Ah, las vacaciones, invento del maligno!
EliminarYa lo dicen la iglesia: El ocio es la madre de todos los vicios.
Bruto
EliminarQuerido Cayo será por eso que las disfrutamos tanto.
¿Premian con una excomunión o con un san benito lo arreglas?
Te he escrito en varias ocasiones el sinsentido de los personajes de Mario y Carmen, con pocos pies y ninguna cabeza, poco trabajados con unos cambios inexplicables, dos personas empoderadas y liberales las has convertido en sumisas, lo de Dimenico es alucinatente 4 polvos dos días y medio y el amor de su vida ... Pero lo más alucinante es la fiesta, parece sacada de la época de Alfonso XIII en la dictadura de Primo de Rivera, en pleno siglo XXI, en uno de los 3 estados más progresistas de la galaxia, en Madrid en un ambiente liberal ¡Humillan! al "pobre" Mario, y ¡Se siente humillado! Con todo lo que ha pasado, inaudito, hay algo llamado poliamor, relaciones abiertas, triejas y algo llamado tolerancia que hace este relato una farsa.
ResponderEliminarEstimado Jose Luis, si me has escrito en varias ocasiones no lo recuerdo, lo lamento, no obstante, te agradezco que aportes tu punto de vista, un cordial saludo.
EliminarMario
Discrepo contigo Jose Luis, yo si veo coherencia y evolución en los personajes, es verdad que existe lo que dices de poliamor y truena y demás pero ... Hace 20 años el contexto era otro y a nadie se le pasaba por la cabeza algo que puede ser normalizado hoy. Son personajes empoderados y liberales pero que aprenden de sus errores tu cagadas y gracias a ser así precisamente no dan marcha atrás en sus decisiones, apechugan con las consecuencias y se reinventan aprendiendo a vivir con ellas.
EliminarRespeto tu posición pero creo que te olvidas de algo clave: lo relatado ocurrió hace 20 años!!
Jose Luis que me digas que los personajes de Mario y Carmen están poco trabajados me indica que no has leído el diario desde el principio.
EliminarUna persona puede ser liberar y empoderada y en un momento dado disfrutar de la sumisión, Mario no se siente humillado en la fiesta se va, porque ve que Carmen está enfadada y prefiere dejarle espacio.
Carmen y Mario tienen una profundidad y un trasfondo que poquísimos personajes tienen y me he leído cientos de relatos eroticos.
Por lo demás te mando un cordial saludo.
Hace 20 años había una vida liberal muy asentada en todo el estado y más en Madrid, en la burguesía siempre ha sido muy tolerante. A partir de la movida todo cambió para bien y repito que en 2024 había una comunidad liberal salida del armario.
EliminarPues al final nos quedamos menos de la mitad de la plantilla en agosto y yo como único soldador, con la suerte que tengo, seguro que entra trabajo de soldadura a puñados, jajaja.
ResponderEliminarMe rio por no llorar.
No entendí que estuviese hablando de jubilarte, Mario, supuse que andas recuperándote de lo que sea y has adelantado las vacaciones.
ResponderEliminarNo es mal plan una temporada de montaña. Yo tengo las dos cosas a un paso de casa, es un gustazo, luna vez me tentaron con un puesto en Madrid y lo rechacé por no perder lo que tengo aquí.
Acabo de volver a leerlo en TR con más calma y fijàndome mejor en los saltos en el tiempo y se entiende mucho mejor la complicidad de Carmen y Mario : a pesar de que están "enfadados" el vínculo que les une es mucho más fuerte y a pesar de la tormenta ambos lo tienen claro. No pueden vivir el uno sin el otro y eso es lo bonito de este Diario, que a pesar de las piedras del camino, malas decisiones o meteduras de pata... La unión prevalece. A mí no me parece tan descabellado ni incoherente como otros dicen... Yo veo coherencia y evolución.
ResponderEliminarMe cojo el puente de mañana, hasta el lunes no trabajo, me voy a Gandía con un grupo de impresentables (tíos tías) compañeros de fatigas desde que éramos chavales, algunos divorciados, otros solteros/as, todos amigos inseparables aunque alguno viva a 500km de distancia o llevemos sin vernos años. Ha sido la ocasión para juntarnos de nuevo.
ResponderEliminarMe alegro de que estés mejor de lo tuyo Mario sea lo que sea que no nos has querido contar, estás en tu derecho de acojonarnos y callarte como una puta, iba decir como un muerto pero da yuyu. Si estás bien lo demás no importa.
Hasta la vuelta.
Hola José Luis bienvenido, solamente como aclaración, respeto tu comentario no voy a defender a nadie, cada quien es libre de decidir lo que desea creer.
ResponderEliminarPor otro lado hace unos cuantos años, para no sentirme tan viejo, leí algo que decía:
En una galaxia lejana, muy lejana y todos disfrutamos del cuento.
Por qué tenemos que ponernos a buscarle la quinta pata al gato cuando podemos disfrutar de una lectura entretenida, algunos piensan que es fantasía, otros piensan que pasó en realidad y otros estamos aquí solamente para disfrutar de una lectura agradable con un autor que escribe de manera magistral. No importa si lo inventa o si lo recuerda. Y disfrutamos de compartir comentarios y apuestas locas tratando de hacer más llevadero un mundo un poco complicado.
Saludos a todos y pasemos un buen rato.
P.S. todavía no entiendo Mario es jubilación o vacaciones anticipadas o un receso por convalecencia, que estén bien todos, un fuerte abrazo.
No tengo ánimo de ofender a nadie, sé que es un cuento una narración de ciencia ficción y un ensayo, que este escrito muy correctamente, algunos capítulos muy buenos, no quita que los personajes no haya por donde cogerlos, no se sostienen y la fiesta es la culminación del despropósito, Domenico haría su fiesta en un ambiente liberal para presentar su nueva relación, y ya sea en 1972 o en 2024, Mario nu hubiera sido humillado en ese ambiente. Un saludo y a ver si llega el estío de una vez.
EliminarPor otra parte, perdón Mario tampoco estuve pendiente de los gazapos.
ResponderEliminarHe estado un poco liado como dicen ustedes, con asuntos familiares, jovencita rebelde, para padres primerizos.
Yo el único puente que voy a ver esta semana, es el que cruzó para ir a currar.
ResponderEliminarSon 189 ocasiones y casi 17 años sintiendo una emoción especial cuando veo publicado un nuevo capítulo y son 189 ocasiones y casi 17 años sintiendo el regusto amargo, la angustia por ver que su lectura se me ha escapado como si fuera un suspiro y ahora tendré que esperar, con suerte, otro mes para volver a emocionarme. Como siempre, maravilloso capítulo.
ResponderEliminarLa pena es que cada día tengo menos tiempo (trabajo, casa y una trabajosa situación familiar) como para leer de una sola tirada el capítulo, por lo que me veo obligada a hacerlo en varias tiradas, que a veces son varios días. De esa forma la percepción de la obra dista mucho de lo ideal puesto que numerosos matices no los percibo, se me escapan. Quizá por ello o porque me estoy haciendo mayor y mi capacidad cognitiva se vaya deteriorando, tu estilo de escritura, desde que hiciste el curso, me lleva en alguna ocasión a perderme dentro de la obra. Y así llegamos a uno de los grandes momentos del capítulo de hoy, LA PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD DE CARMEN Y DOMÉNCO, como pareja. ¿Por qué? ¿era necesario? ¿lo disfrutó Carmen? ¿le dolió a Mario?
Son preguntas que al terminar de leerlo, no he podido dejar de hacerme. ¿Carmen ha pretendido humillar a Mario? Si es así, ¿se siente más feliz? ¿Mario llegó allí engañado? Si es así, ¿está decepcionado consigo mismo?
Un beso enorme, de una vieja amiga que nunca, NUNCA, te olvida.- Cristina
Como yo tampoco te olvido, Cris, no podría.
EliminarLas respuestas a las preguntas que te haces están en el propio relato, se las responde a Pelayo, también las encontrarás en el próximo capítulo con más claridad una vez pasada la tormenta. El despecho produce dolor. La ceguera también.
Un beso, Cris, me has alegrado la noche.
Me alegro de que te cojas el puente Dos Octavas, a ver si te relajas, salir con la panda, sobre todo si hace mucho que no los ves viene bien para descargar tensión, aprovecha. Yo me quedo en mi tierra que a mí lo de ponerme a más de 30 grados y sudar no me va, para eso voy a la sauna.
ResponderEliminarVolviendo a los amigos, cada cual dice y hace lo que le pide el cuerpo, unos son de soltarlo todo y otros de insinuar cómo están y arrimarse a los amigos, solo eso. Yo lo hago y no necesito que me agobien sonsacando, solo busco compañía, por eso huyo de mi madre “hija, no me cuentas nada, soy tu madre, quiero ayudarte, ¿Qué te pasa? Cuéntame”. Yo jodida y ella ofendida porque no le doy pelos y señales de lo que me pasa.
Un poco madre te has puesto, dosochi, mendrugo, hay que saber callar y hablar de otras cosas cuando el amigo simplemente necesita que estés.
Hoy me apetece compartir un micro relato archiconocido de Augusto Monterrosso en adaptación libre.
ResponderEliminarCuando desperté, los dinosaurios todavía estaban allí.
Feliz viernes.
Qué curioso. Utilizo este micro relato desde hace más de veinte años en terapia como técnica proyectiva, otros colegas usan el test de Rorschach con el mismo fin. Las interpretaciones que se le pueden dar a este relato son incontables, como lo son las que se pueden ver en las láminas del Rorschach, y desvelan rasgos de la subjetividad del individuo. Tanto uno como otro son medios y carecen de una fiabilidad absoluta sin la presencia de otras pruebas diagnósticas, pero sin duda son útiles.
ResponderEliminarMe siento un poco fuera de lugar comentando, percibo que ya os conocéis muy bien todos y solo me sale perdir perdón por meterme en unos comentarios donde nadie me ha invitado, lo digo sin acritud. Os seguiré leyendo!
ResponderEliminarEn absoluto, Jose siéntete bienvenido, lo que sucede es que los comentarios no siempres son contestados.
EliminarNunca lo he comentado, pero cuando leo los comentarios de Gatacolorada en TR, me hacen sentir nostalgia, me recuerda a una amiga muy querida que no veo hace muchos años, tuvo una oferta de trabajo irrechazable en otro país, formó una familia y se quedó a vivir allí.
ResponderEliminarHablamos muchas veces por teléfono, pero no es lo mismo.
Nada me gustaría más que contar con ella aquí, entre nosotros (Bueno, si, pero “la otra” aparece cuando quiere), pero nunca he hecho promoción del blog en TR ni lo haré.
EliminarY, por descontado, que nadie se tome esta reflexión como una insinuación para hacerlo en mi nombre.
Por eso ni te preocupes.
EliminarDurante veinte minutos he entrado en pánico, creí que me había cargado el blog, estuve hurgando en el diseño de la cabecera y dejó de funcionar, perdí el acceso administrador. Lo he dado por perdido, pensé ponerme en contacto con los amigos con lis qu3 mantengo contacto por mail y decirles que no seguía, pasado el verano y más allá, ya vería lo que hacía. He vuelto de dar un corto paseo, he probado sin mucha esperanza y, voilá, funciona.
ResponderEliminarComo dice el dicho, la esperanza es lo último que se debe perder, y ahora mismo es lo más apropiado.
Y todo porque nada me impide publicar. “La calma” está terminado y me encuentro con un mes por delante para intentar componer otro capítulo aunque no sea más extenso de treinta minutos. Si lo consigo lo tendréis antes del siete de Septiembre.
ResponderEliminarGracias Mario! Me alegra tu respuesta, no me refería a que mis comentarios sean respondidos siempre pero pretendía formar parte de una conversación en la que me he sentido convidado de piedra.
ResponderEliminarHaz una copia de seguridad del blog!
Me inquieta la frase que dices de la esperanza
Me disculpo José, no era intención mía ni la de mis compañers de que te sintieras así, de eso estoy seguro.
EliminarParticipa todo lo que quieras en las conversaciones, contra más opiniones mejor.