Capítulo 197 Vía Láctea (1)
Tiempo estimado de lectura: treinta y cuatro minutos.
Mi agradecimiento al artífice del acento y el alma de Guido: mi amigo Torco.
Presentimiento
No soy de las que se quedan quietas a la espera de que los acontecimientos se precipiten. La llamé. Nada más responder, noté que algo iba mal.
—Virginia, soy Carmen.
—Dime.
—Te llamo porque, como quedamos en vernos, me ha extrañado no saber nada de ti.
—Olvídalo, lo he estado pensando; la verdad, no es para tanto.
—¿Seguro? Si necesitas hablar, aquí estoy.
—Tengo un poco de prisa. Adiós.
Me invadió el temor que se experimenta ante un peligro inminente. No pude apartarlo de mi cabeza en toda la mañana y acabé llamando a Ramiro.
—¿Qué te pasa?, dice Ángela que es urgente.
—He hablado con Virginia, como no tenía noticias suyas la he llamado. Está rara, no sabría decirte por qué, es una impresión.
—¡Cómo se te ocurre llamarla!, va a pensar que es cosa mía, ¡joder, la que has liado!
—¿Me puedes explicar qué está pasando?
—Se ha jodido.
—Qué se ha jodido.
—¡Todo! La convivencia se ha vuelto insoportable, sospecha de todo, no sé qué conclusión ha sacado de vuestra charla, cada vez está más desconfiada, anoche tuvimos una bronca descomunal.
—Tranquilízate, si piensa que la he llamado porque me lo has pedido no tiene nada de extraño, somos amigos.
—¿Amigos?, somos bastante más, creo que lo sabe.
—¿Dijo algo de mí?
—Sí y no, alguna insinuación, o me lo ha parecido, temo que estaba tanteándome.
«Nos ha descubierto», pensé. Procuré tranquilizarlo, le ofrecí unas pautas de comportamiento para pasar con éxito el examen al que estaba siendo sometido, por mi propio bien esperaba que siguiera mis consejos.
—Mantén la calma, si detecta cualquier signo de tensión te vas a poner en evidencia tú solito.
Dos días después, el asunto dio un giro imprevisto.
—Carmen, tienes visita.
—¿De quién se trata?
—Una amiga tuya.
«Virginia», escuché al otro lado.
—Salgo ahora mismo.
Los peores presagios entraron en escena. Imaginé un escándalo a gritos en medio del gabinete, voces, insultos; la explosión de una mujer engañada.
« Calma, respira».
Virginia sonrió al verme aparecer. Parecía más nerviosa que yo.
—Qué sorpresa, ven, pasa.
—Perdona que te asalte de este modo —se excusó de camino al despacho—, estaba por aquí y me dejé llevar de un impulso.
—Siéntate, tú dirás. —dije cerrando la puerta.
—El otro día estuve un poco desagradable, Ramiro y yo habíamos discutido y lo pagué contigo.
—Olvídalo.
—No sé qué hacer, la situación es insostenible, cada vez estoy más segura, tiene una amante.
Era probable que estuviera simulando. Transmitía un mensaje claro y directo, demasiado claro, además había algo en su lenguaje gestual poco tranquilizador.
—…por eso, pensé que llamabas porque él te lo había pedido.
—Lo entiendo y no te lo reprocho, es normal pensarlo, somos amigos desde la infancia, podía haber sido cierto.
—Pero no lo es. —afirmó y preguntó acusándome con la mirada; el suelo se movía bajo mis pies.
—No lo es, no he vuelto a hablar con tu marido desde la ultima consulta.
¿Qué vi en su expresión para sentirme culpable? Nada, tal vez el reflejo de lo que mi conciencia adormecida no alcanzaba a decirme. Hablamos durante unos minutos antes de despedirnos, no le prometí nada, solo intentaría observarle cuando tuviera ocasión. Me quedó una sensación de peligro que no auguraba nada bueno.
Por la tarde, llamé a Ramiro y le puse al corriente.
—No me fio, contigo está tan suave y conmigo todo es crispación.
—Es normal, está herida, no te lo va a poner fácil.
—Trama algo.
—Yo, en su lugar, actuaria como ella, mostrarme confiada y dar algún golpe de efecto para detectar las inconsistencias.
—Tú también crees que sospecha de nosotros, ¿verdad?
—No creo nada, solo estoy pensando en voz alta.
—Qué hago, ¿me muestro indignado por su falta de confianza o trato de calmarla?, estoy hecho un lío.
—No digas nada que aumente la magnitud del engaño; por desgracia, al final la verdad acabará saliendo a la luz y si lo haces, le habrás dado más motivos para…
—¡Qué dices!, te equivocas, sé que terminará por olvidarlo.
—Ojalá tengas razón. —dije sin ningún convencimiento.
—Necesito verte.
—No es buena idea, vete a casa.
—Por favor, estoy agotado de tanta tensión, tengo los nervios a flor de piel, si voy a casa como estoy van a saltar chispas.
—De acuerdo, una copa en el Cambridge y te vas con ella.
—Ok, ven a la clínica a recogerme.
—Ni de broma, ¿y si se presenta?
—Puedes haber venido a sondearme, te lo ha pedido.
—No, olvídalo.
—El Cambridge está al lado de la clínica, si nos encuentra allí estamos perdidos. Vamos a la casa de la abuela.
—Peor lo pones. Será mejor que no nos veamos hasta que todo esto se calme.
—¡Carmen!
—Hazme caso, llámame si necesitas hablar pero, de momento, pongamos distancia.
Se despidió a regañadientes, yo quedé inmersa en una sensación fatalista. Tarde o temprano, la verdad se mostraría en toda su crudeza y entonces iba sufrir mucha gente.
Capricho
A las seis, apagué el ordenador, no quedaba nada importante por hacer, quería ir a casa a prepararme para la cena que le había prometido a Mario en un restaurante recién inaugurado cerca del club donde suelo nadar; pagaba yo.
Lo divisé de lejos, el corazón palpitó en vacío e inició una frenética carrera, una señora mayor me increpó por saltarme el paso de cebra. Decidí ignorarlo, pasé de largo, era lo más prudente; viré hacia la puerta del garaje y en el último momento eché marcha atrás, hice un giro en redondo y paré cerca. Él bordeó el auto, se agachó y me miró como el depredador mira a la presa. Bajé el cristal de la ventanilla.
—Qué haces aquí. —Seca, dura, cortante, tal vez demasiado. Los nervios me delataban.
—¿Así me saludás ahora? Parece que no te gusta verme
Miré alrededor por precaución.
—No es buen momento.
—Dale, seguro que estás chorreando debajo de la chabomba.
No encontré palabras. La tibia humedad de la braga me hacía sentir indefensa. El calor en el rostro debía de ser visible. El gigante mutó la expresión de victoria por un gesto hosco.
—Tenemos que hablar, vos sabés de qué.
—Sube. —le pedí buscando una salida de escape.
— Movete, manejo yo.
—Vamos a algún sitio donde podamos hablar.
—Che, ¿no escuchaste?
Obedecí, me desplacé al asiento contiguo; cerró dando un portazo y puso en marcha el motor.
—¿Dónde vamos?
Dio la vuelta haciendo rechinar las ruedas y clavó el auto en la entrada del garaje. Una mirada bastó para que accionara el mando. El portón se levantó con una lentitud exasperante; barajé todas las posibilidades: que saliera alguien y nos viera, que pasara algún vecino y nos viera, que al entrar hubiera alguien montando y nos viera. Que nos vieran me aterrorizaba. Por fortuna estaba vacío, le guié hacia mi plaza y aparcó de frente, como no acostumbro a hacer. Se bajó, yo demoré unos segundos en el interior incapaz de pensar. Unos golpes de nudillos en el techo me hicieron reaccionar. La inquietud se trasladó al ascensor, aún podía pasar cualquier cosa, subí atacada por una tensión creciente temiendo que lo detuvieran en la planta baja; pasamos de largo, qué alivio, era improbable que parase antes de llegar a mi planta, quién iba a querer moverse entre plantas.
¿Quién?, la vecina del cuarto, su hija vivía en el sexto, pensé inflamando la llama de la ansiedad. Guido me observaba, ¿es posible que dejara traslucir el miedo? Llegamos arriba y el temor me advirtió: aún podía ocurrir cualquier cosa, que algún vecino de mi planta estuviera esperando la llegada del ascensor, por ejemplo. Me lancé a la cerradura, los nervios no ayudaban a acertar con la llave, conseguí abrir y me apresuré a refugiarme. Le seguí hasta el salón, encendí las luces, había oscurecido. Debía poner las cosas claras.
—Me gusta tu ranchito. —Echó un vistazo alrededor—. Ese jarrón es nuevo. Y cambiaste las cortinas. Dejalas como están —me detuvo—, o vas a tener vergüenza de que nos vean los vecinos.
Las cortinas, maldita sea; la de la derecha, abierta. Mira que se lo tengo dicho. Las luces en los pisos del bloque de enfrente delataban la presencia de sus moradores. Puse el chaquetón y el bolso en una silla y me acerqué a decirle que fuera breve, Mario estaba al llegar.
No tuve opción, Guido me sacudió del brazo con violencia.
—Ahora vas a desembuchar lo que hablaste con Santacruz. —Miré a la terraza y volvió a zarandearme.
—Atendeme a mí, piba, no le des bola a los vecinos.
—Suéltame, me haces daño.
—Esto no es nada, mejor empezá a cantar. Te lo estás cogiendo. Sí, te lo estas garchando, por eso ahora a mí, ni bola.
—No paso de ti, precisamente lo primero que hice fue ponerte sobre aviso. ¡Suéltame!
—Me dejaste colgado de la glorieta, no es lo mismo, me amenazaste con llamar a Santacruz si aparecía por tu casa. Dale, llámalo, déjate de joder. (1)
—Estaba enfadada, lo siento.
—Rajame, vamos, tené los huevos. ¿Sabés porque no lo hacés? porque si me rajas quién te va a atender la cotorra, ¿el huevón de tu marido? (2)
—Basta, baja la voz.
—¿Qué carajo es eso de que me grabaron?
No podía contarle todo, lo resumí en dos puntos: le habían seguido y nos habían hecho fotos saliendo del gimnasio.
—SantaCruz tiene un audio en el que hablas de mí.
«Es una máquina, una auténtica turra la reputa, la chupa como los dioses y se la ensarta ella solita, es muy gauchita. No me acuerdo de otra mina que aguante como esta, no se pueden imaginar, boludos, le gusta garchar más que los dulces». (3)
—¡Mierda!
Se revolvió inquieto dando vueltas por el salón. Creí necesario decir algo.
—Quería ponerte en la calle, pero le convencí de que no lo hiciera.
La expresión que puso me llegó a asustar.
—Cómo lo convenciste, ¿le chupaste la verga? Seguro lo compraste como hiciste conmigo. Lo vas a convencer para que me devuelva mi puesto, me hincha las pelotas perder todos los días hora y media de ida y vuelta. A ver si entendés, quiero otra vez mi puesto, vos sabrás. Garchátelo, dale el orto o lo que tengas que hacer, ¿te queda claro, chiquita? (4)
Me agitó por los hombros. Asentí con la cabeza varias veces sin poder ocultar lo asustada que estaba.
—Dije si entendiste, ¿estás sorda?
—Lo he entendido, cálmate, por favor.
Había perdido todo el aplomo, no tenía valor de mirarlo a la cara, ¿dónde había quedado mi carácter?
— Así está mejor. Dame bola y todo va a ir bien.
Estaba perdida, lo supe en cuanto aflojó la tenaza porque esperé mansamente sin intención de alejarme. Me envolvió en sus potentes brazos, mis manos me traicionaron, acudieron solas a palpar la inmensa espalda, nos besamos con ganas de recuperar el tiempo perdido, cada sensación me hacía desfallecer, su olor, la presión en mi pecho, las palabras sucias que mascullaba. Le rodeé el cuello y sucumbí al placer de sentir al macho mejor dotado, el que con tan solo la visión de su cuerpo me doblegaba. Estaba perdida, moría por verlo desnudo, tocarlo, acariciarlo y sentirlo sobre mí, cubierta por su inmensa envergadura.
Agarró el suéter de la cintura y lo sacó del pantalón a tirones, levanté los brazos para ponérselo fácil, el cuello alto y ceñido me despeinó, qué preocupación tan absurda; después soltó el sujetador al primer intento y quedó colgando de los brazos. «Dejátelo», ordenó, el contacto de sus manos frías en mis pechos provocó el primer gemido, los sobó a su manera, sin delicadeza. «Cuántas veces te lo garchaste, ¡decímelo!», yo era un cuerpo carente de voluntad, mis manos reposaban en sus hombros dándole espacio para que pudiera manosearme las tetas, jugaba con los aros logrando endurecer los pezones. Necesitaba más, quería sentir en mis manos el relieve de cada músculo, bajé hasta el borde del polo, se lo quitó con un movimiento enérgico y mostró el tórax y el abdomen en tensión con los puños en la cintura marcando músculo, se me escapó un lamento, casi un grito que firmó mi sentencia. «¿Ese boludo te pone más caliente que yo?». Acaricié los anchos trapecios que le ensanchaban el cuello. «No», respondí, él seguía enviciado con mis tetas. «¡¡¡Decilo, carajo!!!». Nos palpábamos febrilmente arrullados por el coro de nuestras respiraciones agitadas. «¿SantaCruz?, ni de coña, tú me vuelves loca, tú». El sujetador suelto, colgando de los tirantes a la altura de los codos asemejaba unos grilletes, la idea era excitante, me hacía sentir atada. Se afanó en soltarme el cinturón, yo le imité, desabrochamos los pantalones en una apresurada carrera donde fui la primera en hacerlo caer, arrastré el bóxer a mitad de los muslos y gemí al encontrar la pequeña polla hinchada vibrando en el aire, qué linda. Disfrutó de mis manejos y enseguida reanudó la tarea de desnudarme. Cayó el pantalón, entre los dos bajamos las bragas al suelo, peleamos con los pies para librarnos de la ropa. Me enganchó por los costados, me amarré al cuello y di un impulso, mis piernas se aferraron a la cintura; sujeta con una mano en el culo y la otra en la espalda parecía una niñita en brazos de papá. Sentí el roce de su miembro, eché una mano atrás y lo guié. ¡Oh, señor! otra vez empalada como hacían con las brujas antes de quemarlas en la hoguera, otra vez lo tenía martirizando sin descanso el punto G, G de Guido con la punta gruesa y roma, bendita escasez de tamaño. Yo ardía por los cuatro costados, era pura brasa, estaba empalada otra vez, al fin empalada. «¿A que ese puto no te pasea enganchada?». Alimenté su ego con una certeza, «Nadie es capaz, solo tú». Crecido por el halago, inflamado por mis sollozos ahogados y el calor de mi aliento en el cuello me paseó en volandas; a la mierda la cortina, a la mierda las luces de la lámpara, escondí el rostro en su cuello y me olvidé de todo, solo el cuerpo que me sostenía, su olor y el sonido animal del esfuerzo ocupaban mi pensamiento. Y el gancho metido hasta punto correcto. De esta forma, abrazada a su cuello, bien clavada en la estaca llegamos al dormitorio. Hice pie en el colchón, me sentía como una virgen en el pedestal mirándolo desde las alturas, adorada por el gigante. Me arrodillé en la cama para estar a su nivel, el tacto viscoso del miembro humedeció mi mano, pasé la palma y el dorso varías veces para empaparla entera, besé el prodigioso tórax palmo a palmo, caí al suelo y atrapé el glande con los labios, pero un fuerte olor a orina me repelió. «Espera», volé al baño, cogí un paquete de toallitas húmedas y aseé con esmero el manjar, Guido aguantó temblando cada vez que lo envolvía en el puño y lo refregaba, le repasé bien atrás, por lo que pudiera pasar, luego la engullí despacio, despertando los recuerdos de la última vez que lo tuve en la boca aquí mismo, en mi hogar. Sujetaba mi cabeza con las manos para follarme la boca a golpe de cadera, lo permití, no era nadie, nada, solo un agujero cálido, suave y húmedo, había descubierto el placer de sentirme usada y este macho enorme era el mejor ejemplar para someterme. Lamí con deleite, la hundió entera, si tuviera unos centímetros más podría tragarla pero entonces no me empalaría como lo hacía, golpeando el punto G, de Guido.
Estaba a punto, yo misma sentí los primeros espasmos en la boca y nos apartamos para retrasarlo. Culeé hacia atrás, me persiguió por la cama avanzando con puños y rodillas como un perro en celo.
….
—Me marcho, he quedado con Carmen.
—Dale un beso de mi parte.
—Hasta mañana, Emilio.
Al llegar a casa me costó aparcar, Carmen había invadido mi plaza, nada habitual en ella. Paré en la planta baja a recoger el correo del buzón, lo revisé mientras subía los ocho pisos, poca cosa, un par de facturas, una invitación del Colegio de psicólogos de Gipuzkoa, propaganda… Dejé las llaves en la entrada, la puerta se cerró de golpe por una corriente de aire, culpa de la ventana del cuarto de baño, siempre abierta. Pasé al salón y me detuve en seco.
…..
No pude hacer bien mi trabajo porque se debatía entre la atracción y el rechazo, retiró el trasero y me arrastró hasta tumbarme cerca —en sus manos, parecía una pluma movida por el viento—, separé las piernas, al fin lo tenía encima, gigantesco, formidable, me sentía pequeña y frágil bajo su cuerpo. Apuntó con la daga y me acuchilló de un solo golpe. Grité, los violentos envites provocaron los gritos al ritmo de su cintura. Un fuerte portazo me sacó del nirvana, pero me estaba rompiendo en dos, era todo lo que mi conciencia podía procesar. Cuando abrí los ojos lo vi en el marco de la puerta. «Mírame, amor, mírame». Me corrí aullando como una loba herida de muerte.
…..
Los gritos procedían de la alcoba. Sentí frío, calor, sentí miedo, sentí deseo. Solté el abrigo y avancé por el pasillo. Carmen desfallecía bajo el inconfundible cuerpo del culturista que la sometía a un castigo despiadado martilleando sin piedad con la cintura, el cabecero marcaba el compás contra el tabique. Si el bramido del macho era audible desde el salón, la alcoba, pared con pared con el exterior, dejaba otro punto de fuga para propagar el escandaloso combate: el piso de abajo; Eloy y Marina, los nuevos vecinos, estarían en casa y los niños también, recordé preocupado. Embobado contemplándolos copular como animales no me di cuenta de que estaba mirándome, su rostro era todo agonía, parecía que la estuviese acuchillando, la trituraba con fuertes golpes de cadera cortos y contundentes. Nuestras miradas se cruzaron y murió de placer, profirió un lamento ahogado y estalló en un orgasmo brutal entre espasmos, gritos desgarrados y los rugidos del semental que la inseminaba. La verga luchaba por recuperar la verticalidad encerrada en mi pantalón. Guido se echó a un lado mostrando la polla en pleno vigor cubierta de un brillo lechoso; un destello de placer encogió mis testículos. El sexo de Carmen, boqueando como un pez fuera del agua, rezumando semen, atrajo mi atención. Qué hermosura; sudada, con la respiración agitada y los ojos cerrados, vencida por el gigante.
Se levantó, la polla perdía turgencia, aun así conservaba el grosor que compensaba la escasa longitud.
—Ahí la tenés, toda tuya, servite nomás, con confianza.
La cabeza me daba vueltas. No lo pensé, me arranqué la ropa delante del macho que acababa de montarla, la erección saltó libre, comparé tamaños y sentí un arrebato de orgullo. Fue fácil penetrarla, Carmen estaba abierta y bien lubricada. Se removió, emitió un débil lamento y volvió a quedar ausente. «¡Qué carajo!», exclamó el semental sin creer lo que estaba viendo. Sumergido en un charco cálido y espeso, la follé con el mismo brío inclemente de su amante, mis violentos envites sacudían un cuerpo deslavazado e inerte que no tardó en responder, abrió los ojos y esbozó una sonrisa perversa dirigida a mí, a él, a los dos. La follé, la follé, ¡la follé! Había tomado el relevo y la follé reviviendo su sueño adolescente.
«—A veces, cuando estoy excitada, quiero decir cuando estamos así, como ahora, pienso… no sé, es una tontería ¿eh? No vayas a creer… —Dudaba, se excusaba de lo aún no dicho, yo seguía acariciándole el sexo sin decir palabra, mirándola a los ojos— En fin, que alguna vez se me ha venido a la cabeza cómo sería…
Bajó la vista, parecía una niña cogida en falta y eso la hacía más hermosa, casi vulnerable.
—…cómo sería estar con varios hombres, ya sabes, hacerlo con varios a la vez, no de uno en uno, a la vez»
La fantasía se localizaba unas veces en una cabaña en la playa, otras en un hotel barato. Se encontraba tendida en una cama, un hombre entraba, la poseía, la follaba y sin darle descanso era sustituido por otro y por otro y por otro más. En otras versiones estaba en un caserón rodeada de hombres que la desnudaban, la acariciaban y la tocaban por todas partes, muchas manos, muchas sensaciones que le impedían dedicarse a alguien en particular, luego, mientras uno de ellos la follaba, otro le introducía la verga en la boca y ella masturbaba a otros dos, los demás tocaban, besaban, acariciaban… En otra versión era sorprendida en la oscuridad de una playa y violada por varios hombres, una versión violenta, en la que incluso era inmovilizada y abofeteada.
La follé consciente de que era más que una fantasía, la follé como un loco interpretando un papel en su trauma.
Y me corrí sin poder contenerme. (5)
— Me rajo, che. —dijo Guido situado a mi espalda
—Quédate conmigo —suplicó—. Quita, déjame levantar. —exclamó impaciente tratando de apartarme, me retiré a un lado y se apoyó en un codo para incorporarse. Guido sonreía envanecido por la predisposición de mi mujer.
—Mirá nena, no te ofendas. ¿Cómo dice ese puto dicho? ¡Ah sí!, dos son compañía y tres son multitud.
—Quédate —le rogué en un arrebato de empatía con la pareja—. Puedo irme a otra habitación, no estorbaré.
Le debí de parecer despreciable. Se pasó las manos por el cabello, ajustó la cintura del pantalón, llevó la mano al bolsillo, sacó un objeto y lo lanzó al aire. Cogí al vuelo la llave del coche de Carmen, ¿qué hacía en su poder? Le retiró un mechón de la cara, le acarició la mejilla, el hombro, dibujó con los dedos la suave curva del pecho, ella se ofreció a un beso que no llegó. Sin dejar de mirarla, salió de la alcoba.
— Y vos, acordate de lo que hablamos, arreglame este quilombo. No me falles, sos mi hembra.
La hembra basculó la pierna atrayendo la atención del macho, acercó dos dedos a la vulva, los pasó por la grieta hinchada, se los llevó a la boca y sopló para enviarle un beso —Toda una profesional, pensé sin poder salir de mi asombro—, enseguida escuchamos un portazo, Carmen perdió la sonrisa y se levantó dando por terminado lo que, al parecer, carecía de interés sin Guido. Vuelve, le pedí. Se acercó a desgana, sin su ayuda me costó hacer la senda que habían seguido sus dedos, le enseñé los míos bañados en nata cremosa y los lamí con glotonería. Me llamó guarro, la llamé puta.
—Si no fuera tan macho, cualquier día acabarías chupándosela. He visto cómo lo miras.
—Al primer intento, me parte el cuello.
—Quién sabe, nunca antes le habían hurgado en el culo y fíjate, grita como una niñita asustada.
—Tanta obsesión por su cuerpo significa algo.
—Te equivocas.
—Que folle como un animal no excluye otras tendencias.
«Desvarías», dijeron sus gestos.
—Voy a lavarme.
—No hace falta.
Me miró desde el cuarto de baño. ¿Se lo estaba pensando?
—No puedo estar así, me chorrea.
Habló como lo haría una furcia. Levantó el talón del suelo, dobló la rodilla, adelantó el pubis como lo haría una furcia. La pierna osciló a un lado para hacer visible el brillo espeso y blanquecino que anegaba la vulva y se precipitaba por la parte interior de los muslos.
—¿Lo ves?
—No sería la primera vez que duermes recién…
—Recién follada, dilo. Habéis descargado los dos, no puedo, voy a poner la cama perdida; míralo, ya está manchada. No seré capaz de acostarme en una sabana empapada.
Decidido. Se sentó a horcajadas en el bidé. La cama revuelta mostraba los signos del combate.
—¿Quieres que la cambie?
—Déjala. —respondió, la quería manchada y oliendo a él.
—Lávate solo eso. —Se inclinó hacia atrás para asomar la cabeza.
—¿Eso? ¿qué es eso? —preguntó sugerente.
—El coño.
—He sudado.
—No importa, lo prefiero.
Se secó a mi vista cavilando qué hacer. Volvía a ser mía.
—Huelo a él. —insistió.
—Lo he notado.
Regresó, parecía tan poderosa en contrapicado que no intenté levantarme, el destino de sus ojos hicieron patente la erección.
—Estoy sucia —dio un paso—, ¿te da igual?
La tenía tan cerca…
—Eres sucia.
Le gustó escucharlo.
—¿Es que no piensas hacer la cena hoy?
—Son las… nueve, es pronto.
Hincó una rodilla a mi costado y montó con la habilidad de una motorista. Me aferré a su cintura. La colonia de Guido, dulzona y vulgar, flotaba en el aire, la olfateé: El olor acre a sudor de macho y a colonia barata la envolvía. Un hormigueo de placer me recorrió el vientre,
—«No os estorbaré», qué considerado.
—Es lo que querías.
—¡Sí! —gimoteó— Pasar la noche con él. ¿Por qué coño ha tenido que irse? —protestó a punto de hacer pucheros.
—Intentaba ayudarte.
—Ayudarme, ¡ja!, y morderte los puños mientras escuchabas detrás de la puerta.
Nos miramos. La saliva reseca en el cuello pintaba de mate su piel a brochazos ¿Qué estaría pensando de mí?
—Te ha gustado. —afirmó.
«Que si me ha gustado…»
—¿Lo esperabas?
—Se presentó sin avisar, lo vi cuando estaba llegando a casa.
—¿Y los vecinos?
—No nos ha visto nadie.
—Os han oído, que es peor.
—Es que me pone muy burra.
Ajustada a mi verga como un raíl entre los labios, se mecía, se frotaba.
—¿Te estás masturbando?
—¿Y qué si lo hago? —respondió desafiante.
—Nada, estás en tu casa.
-—En mi casa y en mi polla, ¿o no es mi polla? —La empuñó en vertical y la embocó.
—Tuya, amor, toda tuya.
—Aaaah… —gimió clavándose muy despacio.
—Eres
—¿Qué soy?
«Insaciable»
—Divina.
…..
—Te tiene sorbido el seso.
Mario cortó el silencio relajante en el que nos habíamos sumido tras hacer el amor. Rompí a reír.
—Cariño, Guido me ha sorbido muchas cosas y muy bien, pero el seso… no.
Estalló en una risa incontenible, me palmeó en el costado, le devolví la palmada e iniciamos una batalla de empujones, golpes y risas hasta que paramos agotados. Debía de tener una marca en el cuello porque insistía en mirarme ahí.
—¡Cómo puedes ser tan puta!
—Practicando.
Volvieron las risas y los manotazos. Terminamos fundidos en un beso inacabable lleno de pasión y amor.
…..
—En serio, ¿qué tiene para ponerte tan cerda?
Sus párpados se desplomaron abatidos por el recuerdo del ausente.
—Yo qué sé, me excita su cuerpo, su forma de tratarme duro, el acento argentino. Luego… es como un niño, escucha con atención lo que le digo.
—Y te folla como Sansón a Dalila.
—Oh, sí, un auténtico animal, folla como un gorila a golpes de cintura cortos y rápidos, parece un percutor. Y cuando me coge en brazos y me pasea clavada a su polla me muero, es que me muero.
—Vas a conseguir ponerme celoso.
—¿Ponerte a ti celoso? Mira cómo te pongo. —dijo acariciando la tremenda erección. Tenía razón, puedo sentir muchas cosas pensando en su sexualidad desbocada, pero los celos no están en mi repertorio de emociones.
—Me vuelves loco, si no fuera tan tarde…
—¿Vas a desaprovechar esta maravilla? —protestó gateando por la cama—. Yo no, desde luego.
—¿Qué haces ahí abajo? ¡Oh, Dios, qué buena eres!
Atrapó el glande con los labios, succionó varias veces, sentí la lengua acariciándolo, lo cubrió de lametazos que me hicieron saltar en la cama, la chupó de mil maneras distintas, me masturbó follándose la boca y cuando hice tope al fondo de la garganta me preparé para que hiciera lo que mejor se le da, atravesarse ella misma, traspasar una estrecha abertura que se cierra alrededor del glande, lo estrangula y le devuelve la libertad cuando pide oxígeno, una vez y otra y otra más hasta conseguir lo imposible tras dos polvos seguidos, sacarme las últimas gotas.
—Me vas a matar.
Se echó a un lado con la respiración agitada y temblando sin parar. ¿Era frío o es que estaba…?, el temblor insistente y el jadeo en que había derivado su aliento agotado la descubrieron: mi niña, mi puta, mi amor se masturbaba a un ritmo frenético, había terminado conmigo y ella necesitaba acabar. Rodeé con dos dedos el pezón más alejado, un guijarro de río, suave, pulido y duro, lo apreté y avivó el castigo que se estaba infligiendo, el temblor aumentó, el jadeo se volvió lamento y paró abruptamente antes de colapsar. Me gustaba la mujer en que se había convertido, me gusta. Es la mujer que siempre soñé, la que quise tener a mi lado.
—Eres insaciable. Si volviera ahora Guido…
La escuché reír sin fuerzas.
—Podría hacer conmigo lo que quisiera, incluso eso que no me gusta.
—¿Qué es eso que no te gusta? —pregunté alarmado. Abrió los ojos por fin, me miró con esa mirada profunda que desarma a cualquiera.
—Chuparle el culo.
Se arrepintió. «Has hablado de más, ya lo sé, pero ahora lo vas a contar.», pensé.
—¿Tú? ¿le chupas… el…?
—Sí, Mario, le gusta que le chupe el culo. No me apasiona pero lo hago. —confesó ocultando el pudor detrás de un exceso de seguridad en sí misma.
—El culo… —repetí para obligarme a creerlo. Una cosa era meterle un dedo y otra… ¿Como lo haría? ¿desde atrás o tumbado en la cama con las piernas abiertas?
—No todo el culo, el agujero —matizó insistiendo en aparentar normalidad—, le abro los cachetes y doy puntazos con la lengua como si fuera a metérsela; se desquicia, da golpes con los puños, lanza grititos agudos y se le pone como una piedra aunque hayamos acabado de follar. No me entusiasma pero solo por ver el efecto que le causo se lo como hasta que dice basta.
Le comes el culo… ¿Solo a él o lo haces a menudo?
—Ya he dicho que no es lo que más me apetece. Qué pasa, que no te lo he hecho nunca, ¿es eso? Mañana, amor, estoy muy cansada.
Cansada, pero si Guido llamara a la puerta…
El culo.
Joder…
Revelación
—Carmen, a mi despacho. —Andrés se perdió por el pasillo sin detenerse. «Buenos días», murmuré extrañada por su actitud, ¿sería porque llegaba tarde? Se nos pegaron las sábanas, Mario debió de apagar el despertador y quedarse dormido; yo, ni siquiera lo oí.
—Tú dirás.
Me lanzó una rápida ojeada de arriba abajo. «Siéntate». Ocupó su sillón y dedicó unos segundos a recolocar los documentos de la mesa.
—¿Qué te ha pasado?
—Lo siento, he dormido mal y no he oído el…
—¿No se te ocurre avisar? Has dejado colgado al profesor Ojeda, ha venido expresamente a hablar contigo porque yo se lo pedí.
Ojeda, el prestigioso catedrático de psicobiología, ¿cómo pude pasarlo por alto?
—Lo… olvidé por completo, Andrés lo lamento.
—¿Te das cuenta de la imagen que has dado? Y a mí me has colocado en una posición muy incómoda. No es propio de ti tal negligencia.
—No sé cómo ha podido ocurrir.
—Eres socia directora de un área de expansión del gabinete, si llega a oídos del consejo, dada la relevancia de Ojeda, lo pueden considerar dejación de funciones.
Exageraba, pero evité entrar en una discusión.
—Me disculparé.
—Ya lo he hecho yo.
—No volverá a ocurrir, te lo garantizo.
—Más te vale. —Se había desfogado a conciencia y pareció serenarse.
—Lo siento.
Me hizo callar con un gesto.
—Mañana nos vamos a Santander.
—¿Mañana?, es muy precipitado, no da tiempo a reorganizar la agenda, además…
—Además, qué. Dile a Ana que te ayude, mejor se lo digo yo.
—¿Qué ha pasado para que te entren estas prisas?
Su gesto serio pasó a mostrar disgusto.
—La facultad se desliga del seminario, aducen que la semana siguiente celebran un evento con la Universidad de Navarra y hay que elegir, dos actos seguidos perjudican la asistencia.
—Sobre todo al segundo. —mascullé— ¿Por eso me has echado esa bronca monumental?
Me lanzó una mirada furibunda.
—No soporto la informalidad —recalcó sílaba a sílaba—, tenemos el acuerdo aprobado hace semanas y ahora se presentan con esto. Desde que se jubiló Echenique, aquello es…
—Una casa de putas. —Logré sacarle una sonrisa.
—Más o menos. En fin, quiero presentarme allí y defender el acuerdo.
—¿Yo qué pinto en esto?
—Eres la responsable del programa, nadie mejor que tú para hacerlo valer; además, me servirás de apoyo.
—De freno, diría yo, conociéndote puedes acabar mandando a alguien a la mierda; a mí, sin ir más lejos.
—No suelo ponerme así, discúlpame.
—Vale, ¿cómo vamos?
—Por carretera, no he encontrado nada con tan poco margen.
—Son cuatrocientos kilómetros, se nos va a ir la mañana en el viaje.
—Tendremos que hacer noche. ¡Joder, qué desastre!
—Cálmate, algo podremos hacer.
…..
El plan era salir temprano para estar en Santander a medio día, el error fue citarnos en el gabinete. Por unas cosas u otras, estuvimos dos horas que nos harían perder la tarde.
Andrés tenía un Mercedes clase C algo antiguo pero confortable. La primera parte del viaje condujo a su ritmo. Acostumbrada al brío de Mario, llegue a temer que llegaríamos de noche. Aproveché una parada para repostar y le pedí que me dejara conducir, tras una breve duda accedió y pude meterle alegría al viaje. «¿No vas un poco rápido?», preguntó un par de veces, reducía y envueltos en la conversación ganaba velocidad; terminó por resignarse, conseguí recuperar parte del retraso y a las siete llegábamos al hotel.
Disponíamos de dos amplias habitaciones comunicadas, algo útil para poder estar en comunicación sin salir al pasillo. Pensábamos preparar la estrategia después de cenar, en mi habitación había una mesa baja donde podíamos trabajar, la puerta interior abierta daba un efecto de amplitud y evitaba la sensación de estar encerrados entre cuatro paredes. Era pronto para cenar, quedamos en el bar del hotel cuando acabásemos de instalarnos. Tomé una ducha rápida y, envuelta en un albornoz, me dispuse a deshacer la maleta.
Llamaron a la puerta, dejé lo que estaba haciendo, me ajusté la bata y abrí.
—Esto debe de ser tuyo. —dijo ofreciéndome un neceser de piel que solía acompañarme en mis viajes.
—Ni me había dado cuenta. Pasa.
Llevé el neceser al baño, coloqué algunas cosas y volví. Andrés retiró la mirada furtiva de la cama. No podía prever esto, de haberlo sabido no habría dejado la ropa tirada de cualquier manera: el vestido, arrugado en el sillón, las bragas usadas colgando de la colcha. El sujetador, lanzado con prisa, había aterrizado sobre la almohada.
—Parece más grande… —se asomó al mirador—tiene mejores vistas.
—Pensé que eran iguales
Sus ojos delataron el efecto del escote abierto por la escasa fuerza del cinturón. Evité ponerle en un apuro e hice como si no lo hubiera visto, en algún momento debería apretarlo porque se aflojaba con cada movimiento. Aproveché para darle una copia del proyecto y quedamos en vernos en media hora abajo. Una vez sola, deshice el lazo de la bata y la eché a los pies de la cama, la temperatura del aire acondicionado era excesiva, lo gradué y anduve descalza sobre la moqueta de un lado a otro recogiendo, vaciando la maleta, guardando la ropa. Escogí un conjunto de ropa interior cómodo, dejé el sujetador sobre la mesa, no me convencía, y me puse las bragas, volví al cuarto de baño a colocar el contenido del neceser en el armario del espejo: sombra de ojos, maquillaje, eye liner… dentífrico, cepillo, peines, cremas…. Esas cosas.
Volví a la habitación a elegir qué ropa ponerme y antes de que pudiera reaccionar…
—Me gusta mucho el enfoque del…. ¡perdón!
Andrés irrumpió sin llamar con el documento en la mano y las gafas de leer puestas. Yo estaba desnuda, solo las bragas ocultaban el pubis, decidía entre dos sujetadores cada uno en una mano. La sorpresa mayúscula fue mutua.
—Disculpa, me puse a leerlo y pensé que acababa de salir. —se excusó en plena retirada.
—No pasa nada —dije dándole la espalda—. ¿Te gusta?, le he dado mil vueltas, no estaba segura del resultado. —continué, poniéndome el más cómodo. Mejor restarle importancia y actuar con normalidad.
—Que… si me gusta…
—El documento.
—Ah, el documento, me gusta mucho, tiene fuerza, garra.
Era incapaz de mirarme, parecía nervioso.
—No ha sido facil, quería evitar que fuera demasiado…
—Propagandístico. —-continuó incapaz de controlar la insistente deriva de sus ojos. La situación, lejos de avergonzarme, provocaba una agradable sensación de poder. Me acerqué al armario.
—Cuál te parece mejor —saqué un vestido verde oliva—: ¿éste o… —volví a la cama y levanté el que había dejado. Esperé su opinión desnuda, solo con un culotte alto y un sujetador tan ligero que podía adivinar sin dificultad el tono de los pezones erguidos y duros como piedras, el contorno de los aros debía de ser visible porque le costaba separar los ojos de mi cuerpo.
—Qué. —le animé a pronunciarse.
—Esto… los dos son preciosos, la verdad —dijo al fin, ruborizado como un niño—. El verde, sí, el verde.
Sin más, me lo puse por la cabeza, lo coloqué bien y me di la vuelta ofreciéndole la cremallera, necesité pronunciar un «por favor» para que se recuperase del impacto. Con sumo cuidado, intentando no tocarme, la cremallera ascendió acompañada de su aliento en mi cuello.
—¿Nos vamos?
Debilidad
Diego me llamó, lo estaba temiendo, cada día que pasaba sin darle respuesta aumentaba mi grado de ansiedad.
—Cómo estás.
—Jodido, tenemos un acuerdo, tío, los hombres que se visten por los pies cumplen su palabra. (6)
—Yo no te he dado mi palabra, me comprometí a exponerle tu propuesta y a tratar de convencerla, nada más.
—No me jodas, Mario, estamos en esto los dos, haz algo más que hablar, ¡muévete!
—Lo intentaré, dame tiempo.
—¿Tiempo? Pásame con ella.
—Está fuera por temas de trabajo.
—¡Mierda!, he hecho el viaje en balde. ¿Cuándo vuelve?
—Dos o tres días, depende.
—¿Dónde está? No me jodas, dime dónde está.
—Frena un poco, en cuanto hable con ella le digo has estado aquí.
—A ver si lo entiendes, o me dices dónde coño está la nueve o lo vas a tener muy difícil para volver a ver a Candela, ¿te queda claro?
—Candela es libre de hacer lo que quiera. —respondí sin resultar convincente.
—La siete vive muy bien trabajando para mí, gana un buen dinerito, a veces le consigo algún extra y con eso va tirando, no se queja, mantiene a la niña, paga el piso, incluso se permite algún que otro capricho. Si la mando a tomar por culo y corro la noticia de que me ha robado, no va a encontrar un curro en toda Sevilla. Ahora qué, ¿me vas a decir de una puta vez dónde coño está?
La idea de perder a Candela era insoportable, el temor a ponerlas en riesgo a Patri y a ella fue más fuerte que la prudencia debida. Le dije dónde estaba, el hotel donde se alojaba y el lugar de reunión. Le rogué que no se lo contara, sería incapaz de superar la vergüenza por no haber sabido mantenerme firme.
No confié en la discreción de Diego y la llamé, no soportaba el peso de la conciencia
—¡Hola!, te iba a llamar en cuanto llegase al hotel.
—¿Qué tal ahí?
—Bien, podemos reconducir esto. Mañana me reúno con el responsable del calendario de actos.
—¿Tú sola?
—No me va comer. Andrés piensa que es mejor, mientras tanto, se reunirá con el decano.
—Oye, tengo que contarte un cosa, he hablado con Diego.
—¿Qué coño quiere?
—Está impaciente por verte, le dije que estás de viaje y se empeñó en saber dónde estás.
—No se te habrá ocurrido decírselo.
—Me presionó, no imaginas cuánto.
—¿Te presiono? No entiendo, ¿te amenazó?
—De alguna manera, sí.
—Candela. Es eso, ¿verdad?
—Amenazó con hacerle la vida difícil si no se lo decía. No tuve otra opción.
—¡Te das cuenta de lo que has hecho!, es muy capaz de presentarse aquí y comprometerme.
—Lo siento, dijo que podía hacer que no la contratase nadie en todo Sevilla.
—Y yo, qué. ¿No te importa lo que pueda pasarme?
—Por eso te estoy avisando. Vuelve a casa, ponle cualquier excusa a Andrés y regresa.
—No puedo hacerlo, estamos en un momento crucial.
—Carmen, por favor.
—Tú, preocúpate de Candela.
—No seas injusta, te he dicho que las amenazó, a ella y a Patri.
—Pues nada, dedícate a protegerlas, ya me las arreglaré.
Citas
1 La expresión “Colgado de la glorieta” se utiliza cuando no te comparten una noticia o alguna información.
2 Rajar: Irse de un lugar. Echar a alguien.
Cotorra: En el lunfardo, el argot popular de Buenos Aires, se usa como un término vulgar para referirse a la vulva.
3 Capítulo 183 Todo el mundo tiene algo que ocultar. Diciembre 2024
4 El término comprar, en lunfardo, significa engatusar.
5 Capítulo 2b La pregunta. Noviembre 2007
6 Vestirse por los pies. “Ser alguien coherente, consecuente con sus ideas y opiniones (v. tb. Llevar los pantalones) Como en tantas otras expresiones coloquiales, lo masculino se marca de forma positiva y lo femenino de forma negativa. El hombre, frente a la mujer, representa la seriedad, la sinceridad. De nuevo la lengua coloquial nos demuestra que es, o, mejor, que era, tremendamente machista". (Diccionario de dichos y frases hechas. Alberto Buitrago Jiménez 2012)
Has cortado el capítulo en el momento preciso, yo habría hecho lo mismo pues te deja con la incertidumbre, así que no hay nada que reprochar.
ResponderEliminarLa última conversación no deja en muy buen lugar a Carmen, Mario no está actuando por egoísmo, ni por morbo.
ResponderEliminarCarmen hace cualquier sacrificio por Tomás, Angel, Claudia, pero con Mario se enfada, si Diego está obsesionado con Carmen es por culpa de ella no de Mario.
De todas maneras no entiendo el miedo de Mario, Diego no es Vito Corleone y por el extracto que publicó Mario sabemos que en la escala del poder Diego se encuentra en el escalafón más bajo.
Carmen quiere que Mario no le mienta o oculte cosas, pero da igual la decisión que tome Mario, siempre mete la pata, como pretende Carmen que Mario no le oculte cosas con esas prespectivas.
Todos sabemos como va a terminar rato, Carmen follando con Diego y disfrutándolo, mientras tanto Mario pasándolo mal por tomar una decisión estando entre la espada y la pared.
Mi amigo Apasionado en modo escopeta de feria como es habitual hablando antes de pensar
ResponderEliminarEsta tarde comentaré porque ahora lo he leído de pasada y puedo decir tonterías y no miro a nadie.
No, esta vez lo he pensado, es la sensación que me a dado otra cosa es que termine metiendo la pata hasta la oreja.
EliminarSinceramente, solo haceros una pregunta, hubiera reaccionado así Carmen si en vez de Mario hubiera sido Tomás.
Mario sabe perfectamente que si a Candela le cierran las puertas ella y Patri las van a pasar canutas.
Carmen está protegida, pero Candela no.
Pero estoy casi seguro de que he corrido demasiado y en eso le doy la razón a Dosoctvas, soy un impaciente 🤣🤣🤣🤣.
He comprobado que estoy volviendo a ser yo mismo otra vez, habiendo conseguido enjaular a la bestia, porque meses atrás hubiera saltado a la mínima y sin embargo hoy me he reído, dándole la razón a Dosoctavas.
EliminarEstoy muy contento por ello.
Muy bueno Torco eres un crack
ResponderEliminarVirginia a pillado a Ramiro con el carrito del helado, una vez se implanta esa desconfianza es muy difícil darle la vuelta a la situación.
ResponderEliminarMe hace mucha gracia Ramiro, engaña a su mujer y encima se indigna.
Virginia huye, huye lo más lejos que puedas.
Es cosa mía o Guido a salido huyendo .
ResponderEliminarDespués de leer dos veces el capítulo, tengo clarisimo que a sido un acierto que lo hayas partido en dos.
ResponderEliminarA sido un buen primer plato, pero dejándote con muchas ganas del segundo plato.
Mis felicitaciones.
Torco estoy totalmente de acuerdo con Dosoctavas, eres un crack
ResponderEliminarMi amigo Dos Octavas en modo sujétame el cubata haciendo amigos. No disparéis al pianista.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarQuerido Cayo, al final lo partiste, bien, pero publica ela segunda parte pronto, porfa, que nos quedamos con sensación de que falta.
Me gustaría preguntaros si leer ese chantaje tan rastrero hos he hecho hervir la sangre como a mi.
ResponderEliminarLo que menos me a gustado del capítulo a sido la falta de carácter de Carmen con Guido en este capítulo.
ResponderEliminarA por los 500!!!
ResponderEliminarQuédate conmigo —suplicó—. Quita, déjame levantar. —exclamó impaciente tratando de apartarme, me retiré a un lado y se apoyó en un codo para incorporarse. Guido sonreía envanecido por la predisposición de mi mujer.
ResponderEliminarCarmen perdió la sonrisa y se levantó dando por terminado lo que, al parecer, carecía de interés sin Guido. Vuelve, le pedí.
Esto es algo que nunca entenderé, lo hubiera podido entender hasta cierto punto si hubiera sido Domenico, ¿pero por Guido?
Carmen ama a Mario no tengo ninguna duda de eso, pero para mi Carmen a tenido un gesto feo con el hombre que ama.
La sensación que he tenido al leerlo es que ha despreciado al hombre que ama solo para subirle el ego a otro hombre que no vale absolutamente nada, para pedirle que se quede.
Pero Guido no a complacido a Carmen, el ya a obtenido lo que quería y se va, sigo sin poder comprender porque Carmen se rebaja ante semejante gusano.
A mi este pasaje me a dejado un sabor de boca muy amargo, porque aquí el que a salido ganando es el que menos se lo merece.
Se que no estaréis de acuerdo conmigo, pero yo expreso lo que el diario me hace sentir.
Apasionado, todos tenemos un punto débil. Para Mario Candela y la niña son personas muy importantes para él. Diego lo sabe y machaca por ese lado, con el objeto de doblegarlo, y en un momento de incertidumbre y temiendo lo peor para la madre y la hija obra impulsivamente queriendo protegerlas y sin ánimo de poner en peligro a su esposa. Es como en el juego de ajedrez donde tu rival mueve las piezas de tal manera que pone en riesgo a dos de las tuyas y sabes que muevas como lo hagas una vas a perder.
ResponderEliminarClaro en ese juego tenes un tiempo para analizar la jugada, acá el dueño del Penta lo acosa y no lo deja pensar.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que has comentado, pero la realidad es que Candela tambiern le hace ganar mucho dinero a Diego, ¿de verdad Diego esta dispuesto a sacrificar a Candela?
EliminarTal vez en Sevilla no, pero ya te digo yo que Candela conseguiria trabajo en otros lugares.
Esta semana me a tocado turno de tarde y me he aburrido, pero lo de hoy se lleva la palma y todavia me queda una hora.
ResponderEliminarPodría decir que me sorprende el punto de vista de Apasionado, pero no me sorprende en absoluto. No ello censuro, es lo habitual. Leo la reacción de Carmen y no encuentro empatía sino todo lo contrario. Mario se asusta ante la amenaza De Diego y no duda en proteger a Candela a costa de la seguridad de Carmen sin darse cuenta de que es él quien tiene el as. Debilidad lo ha titulado el autor y es cierto, el protagonista se sitúa en una posición de debilidad cuando como mínimo debería situarse de igual a igual. El disgusto de Carmen desde mi punto de vista está justificado.
ResponderEliminarPero claro, lo veo con ojos de mujer.
Como me temía, me he expresado mal, lo he visto al verlo publicado. Quise decir: leo la reacción que ha provocado la reacción de Carmen y no encuentro empatía con ella sino todo lo contrario.
EliminarEntiendo que no estés de acuerdo con mi punto de vista y lo respeto, pero Mario y Diego no están en igualdad de condiciones porque Diego si tiene el poder para dejar sin trabajo a Candela y Mario no podría hacer nada. A sido Carmen quien a creado esa obsesión en Diego no Mario, Mario se a precipitado, seguramente, pero aquí Mario esta fuera de su elemento, con Diego no sirve la Sicología, sirve la fuerza, Tomas si esta acostumbrado a ejercer esa fuerza, pero Mario no.
EliminarVuelvo a lanzar la pregunta, ¿Carmen hubiera reaccionado así, si fuera Tomas quien hubiera tomado esa decisión?
Creo de verdad que en este caso es muy injusto responsabilizar otra vez de todo a Mario.
Podría decir que me sorprende el punto de vista de Apasionado, pero no me sorprende en absoluto. No ello censuro, es lo habitual.
EliminarDiva no me a quedado muy claro lo que has querido insinuar con esta frase, me gustaría que me la aclararas, por favor.
Lo que quiero decir es que tú ves la relación de los protagonistas en términos de humillación y sometimiento de Mario. Sin embargo yo lo veo de otra manera, Dos Octavas lo ha definido muy acertadamente como compenetración. No lo entiendes así y no creo que lo vayas a entender. No importa, podemos convivir con dos visiones diferentes sin entrar en conflicto.
EliminarMás sometimiento que humillación, pero si, tienes razón, te agradezco mucho que me lo hayas aclarado.
EliminarCarmen es libre y sincera no se oculta, está enamorada de Mario y comparte todo con él sin embrago Mario no es tan transparente
ResponderEliminarLo que Apasionado ve como desprecio yo lo veo como compenetración porque están tan unidos que pueden decirse “quita coño que me estás estorbando” y no pasa nada
ResponderEliminarTal vez tengas razón y no sea un desprecio, pero sigue siendo un gesto feo.
EliminarLa relación con Andrés va a cambiar del todo, se veía venir supongo que en el próximo capítulo lo veremos. Ángel rabiará.
ResponderEliminarTienes razón Diva, Mario se ha acojonado delante de Diego sin darse cuenta de que es el que tiene el as, el rey y el póker. Duego tiene a Candela pero el tiene a Carmen que para Diego vale más y es lo que quiere. Si no se acojona lo tiene contra las cuerdas y podrá presionar porque es quien puede negociar.
ResponderEliminarMario no tiene nada, ¿creéis de verdad que Carmen le permitirá a Mario que la utilice de esa manera?
EliminarCarmen irá a Sevilla porque es lo que ella desea, Mario sabe eso y lo sabemos también los demás y Mario ya no tendrá nada con que negociar dejando a Candela con el culo al aire.
Mario se a asustado porque otra vez sus juegos van a perjudicar a otras dos personas inocentes y en esto son tan responsables Mario como Carmen.
No me sigues Aoasionado te has ido a otro escenario. estamos en el pulso entre Diego y Mario y ahí no pinta nada Carmen ahí son dos posturas de fuerza que se mantienen o se pierde y frente a tipos como Diego o el loco de los aranceles no hay otra que plantarse con dos cojones sobre todo si se tienen cartas ganadoras como se tienen en los dos casos.
EliminarEsto parece la discusión de dos terratenientes del algodón en los estados del sur tipo Lo que el viento se llevó: “Si no me envías a tu esclava Carmen para que la goce, no te dejaré yacer con mi esclava Candela”. Poco hemos avanzado desde entonces. Ah, menos mal que me han iluminado, la culpa es de Carmen que desea ir a Sevilla.
ResponderEliminarNo, es eso lo que he querido decir, Diego tiene subjugada a Candela, que ella tenga trabajo o no depende de Diego, unas malas palabras en los oídos precisos y Candela estará acabada.
EliminarMario no tiene ese poder, no puede decirla a Carmen no irás a Sevilla mientras Diego amenace a Candela.
Carmen es libre, en eso quedaron Mario y Carmen en darse libertad, Carmen volverá a Sevilla, primero porque quiere volver a experimentar lo que experimento aquella noche y segundo porque Carmen no dejara que Diego arruine la vida de Candela.
Agrego algo Dos Octavas, Mario podría decirle a Diego hechas. Candela y Carmen no vuelve, entonces vas a perder a la siete y la nueve, vamos a ver cómo sigue tu negocio.
ResponderEliminarPero hay un punto que. O se toma en cuenta. Diego conoce todo sobre Carmen. Si si negocio peligrs puede contraatacar en el Gabinete, en su edificio, con su familia etc.
Por eso la intervención de Tomás es importante rescatando a Carmen del Penta
Carmen es mi personaje preferido, pero eso no me impide ser crítico con ella igual que lo he sido con Mario en muchas ocasiones.
ResponderEliminarVoy a ser crítico como Mario en esta ocasión, Mario no a negociado como dosoctavas dice por dos razones, la primera es para proteger a Candela y Patri, la segunda y egoísta hasta el extremo porque no quiere perder la oportunidad de ver a la puta de barra de bar.
Ese deseo puede más que nada en Mario, ver a Carmen con el nueve tatuado en la espalda, en esta vida hay que elegir, pero si Mario planta cara a Diego corre el riesgo de perder ambas cosas y eso es algo que Mario ni se lo plantea.
Así que a optado por lo que el a considerado el nenor de los males, lo ha hecho con la intención de perjudicar a Carmen, yo creo que ni se a planteado que metía en un compromiso a su mujer.
Simplemente a elegido egoistamente, así es como lo veo yo.
La relación extrañaría que más me apetece leer es la de Andrés y Carmen, pero algo me dice que si no se a concretado, no se va a dar, este viaje era el momento idóneo, pero aparecerá Diego para joder el encuentro.
ResponderEliminarNo se que opinaran otros, pero a mi Diego me da una pereza enorme.
Bruto.
ResponderEliminarBuenos días a todos, el problema es otro según lo veo yo, el problema real no es quien tiene más fuerza, el problema es que Mario no sabe reaccionar ante la presión y eso es lo que cabrea a Carmen.
Lo de que Candela no trabaje es un fantasmada, pero a Diego le ha funcionado le funcionará la presión de momento.
Carmen sí quiere ir a Sevilla irá
El protagonista masculino del Diario no es John Wick, este último se habría sentado frente a Diego para explicarle las consecuencias de amenazar a Candela usando un lápiz.
EliminarPero no es John Wick el protagonista si no Mario, pongamos un ejemplo.
Vas con tu pareja por la calle, es de noche y las calles están oscuras y poco pobladas, sale un tío con navaja en mano y te amenaza con matar a tu pareja si no le das la cartera.
Todos le daríamos la cartera, no te pones a pensar si va de farol, sientes miedo de que hagan daño a alguien que quieres y reaccionas dándole la cartera.
Esa es la realidad.
También hay que reconocer que Carmen tiene un marrón de los gordos, puesto que Diego no es de los que pasa desapercibido.
ResponderEliminarSi esta vez Carmen la vuelve a cagar por la intromisión de Diego y pierden el cliente, nonpeligrara su puesto porque Angel no permitirá que la despidan, no puede perder de su gallina de los huevos de oro, pero de seguro podría perder la confianza que Andrés tiene en ella.
Ayer no me puse a pensar en esta posibilidad, Diva tiene razón cuando dice que Carmen tiene derecho a enfadarse por la poca empatia que a demostrado Mario.
"Oh Señor, otra vez empalada como hacían con las brujas antes de quemarlas en la hoguera". Y me acordé de Caliban, de ese libro que sirvió para darle base a lo que uno por instinto y la experiencia de la vida suponía. Solo gracias.
ResponderEliminarEl capítulo ha sido bastante esclarecedor, los comentarios han empezado bastante fuerte.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Caito de que Mario no sabe reaccionar ante la presión en este caso la que le ejerce Diego.
Pero Carmen tampoco sabe reaccionar ante la presión que le ejerce Guido.
Podemos verlo como cosas diferentes uno por el miedo de que Candela y su hija sufran carencias por no poder trabajar en Sevilla.
En el otro caso se puede enmascarar como deseo de ser poseída por ese Michelin.
La culpa no es de ninguno de los dos ya que desde el principio del diario hemos visto que ambos tienen problemas con tomar decisiones bajo presión.
Saludos a todos
Tiene razón Caito, Mario no funciona bajo presión, lo ha demostrado varías veces a lo largo del diario, por ejemplo durante la Semana Santa no soporto la presión del debate con Carmen y ante los hechos a los que le enfrentaba ella, no reaccionó con la madurez que debía sino con una rabieta propia de un niño, lo que pasa es que una rabieta de un niño no hace el daño que hace un adulto, porque la terapia de puta y la violacion anterior no fue sino eso, una rabieta protagonizada por un adulto inmaduro.
ResponderEliminarSi vamos a ser justos, ningún personaje del diario aguanta bien la presión, no sólo es un problema de Mario.
ResponderEliminarMario es culpable de muchas cosas, la terapia de puta, entregar a Carmen a Domenico, ocultarle las cosas a Carmen, no aguantar la presión y podria seguir.
ResponderEliminarPero Carmen también a tenido meteduras de pata históricas, las fotos que le sacaron mientras estaba con el fotógrafo, las cámaras que pusieron en casa de Mario y Carmen o la última, olvidarse la reunión con un importante cliente.
En la primera se libro porque estoy casi seguro que Tomás movió los hilos para que esas fotos desaparecieran.
Con las cámaras en su casa igual, vuelve Tomás para sacarle las castañas del fuego y con el cliente a sido Andrés quien le a cubierto.
Mario no aprende de sus horrores eso es un hecho, ¿pero que a aprendido Carmen?
A la primera de cambio mete a Guido otra vez en su casa armando un escándalo del que se ha enterado hasta el último vecino.
Pero mientras Carmen se enfada cada vez que Mario mete la pata, Mario opoya a Carmen cada vez que ella a sido quien la ha metido.
Los dos son unos profesionales cagandola, la primera víctima fue Carlos y la segunda puede terminar siendo Candela.
Carmen y Mario juegan sin mirar las consecuencias, Mario es más culpable, pero Carmen no se libra de su parte.
Mario no aguanta la presión y se a acojonado ante Diego, Dosoctavas comento que Mario tenía a Carmen para negociar y que Carmen no pintaba nada en esa negociación.
ResponderEliminar¿Os acordáis como se puso Carmen al enterarse que Mario le había cedido a Domenico?
Mario no tiene a Carmen, no de esa manera, pero pongámonos en la situación que Mario decide usar a Carmen para hacer desistir a Diego.
Diego recular y de momento Candela esta a salvo, Diego solo tiene que llamar a Carmen, en ese momento Carmen entrará en cólera, yendo ella a Sevilla, igualito que cuando monto la boda con Domenico y invito a Mario para que estuviera presente.
Una vez Carmen en Sevilla que le impide a Diego llamar a Mario para decirle, tengo el premio gordo y ahora voy a despedir a Candela en persona para que sepa que tu eres el culpable.
¿Y quien vuelve a ganar?
La respuesta es obvia, Diego.
Gracias Mario por este nuevo capítulo. y como lo esperaba, dejas el capítulo con una incognita más, propio de tu forma de llevar el diario.
ResponderEliminarmás tarde público con mejor perspectiva ya que le de una segunda leida
Bruto.
ResponderEliminarBuenas tardes querido Cayo, que va a pasar con el casting, de momento tenemos un mierda de elenco masculino y para el femenino hay bastantes carencias y si no tenemos referencias va a estar jodido.
Propongo si al resto de los contertulios le parece bien, que hasta que tengamos referencias vayamos poniendo las características de como vemos a los personajes y luego busquemos actores.
Se admiten ideas sí no parece bien.
La verdad es que estamos discutiendo por unos hechos que pasaron hace más de 20 años, hechos que no se pueden cambiar, sucedieron así y así se van a quedar, pero lo que me apena es que nunca sabremos lo que pasó hasta llegar al presente
ResponderEliminarLo que sabemos a tiempo de pandemia es que siguen juntos y bien avenidos. Ficción o realidad da igual, es francamente optimista.
EliminarTienes toda la razón.
EliminarBruto.
EliminarBuenas tardes mi querido Apasionado, esto me lo podía esperar de casi cualquiera menos de ti, claro que no vamos a ver el final de la historia pero te aseguro que vamos a disfrutar de lo que tengamos la suerte de leer, tengo casi la misma edad que Cayete y las mismas goteras sino más, no sé lo que voy a llegar a leer, pero coño me tiene enganchado, qué más da donde termine. Disfruta el regalo de lo que lees.
Por cierto, la historia termina con ellos dos juntos y habiendo vivido un montón de experiencias, se puede pedir más.
Y Cayo, publica rápido que ya ves que hay prisa.
Razón no os falta a ti y a Diva, a sido un bajón momentaneo.
EliminarEl relato muy interesante desde el principio, lo de Carme con Ramiro, tarde o tempranos se vería reflejado, y no por Carmen, sino por Ramiro que no ha sabido actuar, Ramiro este perdido por Carmen, y Carmen tampoco ha actuado bien, creo que lo mejor sería que carme pensara en cambiar de Ginecólogo, porque aun que no se vean seguido, solo cuando Carmen va a revisión, Ramiro aprovecha el momento y Carmen se deja hacer.
ResponderEliminarVirginia esta sacada de onda porque ramiro ha actuado diferente, desde la primera consulta donde carme se sintió ultrajada, después viene la segunda visita y ahí es donde empieza os engaños hacia Virginia, ella nota el cambio y asume que tiene una amante, y puede sospechar que esa amante es Carmen, pero al parecer después de la visita de Virginia en el consultorio, me da la impresión que Carmen logra salir ilesa, de momento.
Lo de Guido, de verdad no lo entiendo, Carmen con lo bien que maneja las situaciones, con este pedazo de músculos se viene abajo, y no nada más eso, sino que se le majan las bragas, de que va Carmen, solo falta que se entere tomas para que ponga en su sitio al Michelin.
La verdad no lo entiendo, después de todo lo que sufrió Carmen al enterarse de lo boca suelta del Michelin, le vuelve a dar bola, entiendo que se haya sorprendido al verlo, pero no entiendo esa pasividad, entiendo que la zarandeara y la lastimara apretando el brazo, y empujándola, pero creo Carmen tiene suficientes tablas para haberse zafado y mandar a la chingada al pedazo de mierda, además que le ve si ella misma dice que no esta bien dotado, solo le atrae la musculatura, y obvio su buen hacer en la cama, pero lo que veo es que a carme lo fascina sobremanera el maltrato, se vio con Gerardo, la domina, y ella sumisa, eso mismo esta pasando con Guido, la somete y a carme le encanta ser sometida, a parte permite que se burle de Mario, al hacerle mención de que Mario no puede pasear con ella teniéndola ensartada. O también cuando Guido le dice “Rajame, vamos, tené los huevos. ¿Sabés porque no lo hacés? porque si me rajas quién te va a atender la cotorra, ¿el huevón de tu marido?”
Carmen es demasiado sumisa en ocasiones, pero con Mario es demasiado dura.
Dejo el comentario aquí mas tarde sigo comentando. Tengo que atender pendientes.
De todas maneras si miramos a los personajes de Carmen y Mario desde la distancia y fríamente, de débiles tienen poco, no se si yo hubiera sido capaz de mantener la cordura si hubiera tenido que pasar por todo lo que han tenido que pasar ellos.
ResponderEliminarDiego va a hacer mucho daño, es ambicioso y es de los que intentan sacar tejada de donde huele que hay dinero. Al tiempo.
ResponderEliminarSabemos que en el 2003 Carmen va a Sevilla y trabaja para Diego, lo que no se es como habran convencido a Tomas para que permita esto.
ResponderEliminarMiremos qué tal le va a Carmen cuando la presionan.
ResponderEliminarCarlos aprovecha un día de la convención en Sevilla al inicio de la historia para escaparse mientras Mario asiste a la reunión él busca a Carmen y logra llevarla de paseo donde bajo presión logra darle el primer beso.
Pasa el tiempo tienen su primer encuentro en la sierra y luego Carmen se va a despedir de Carlos en el hotel porque él tiene que regresar a Sevilla la presiona para tomar el desayuno en el cuarto y casi le entrega la última virginidad que le quedaba en ese momento.
Tienen el encuentro con Doménico, regresan a casa, discuten, Carmen se va a casa de una amiga habla con domenico y este ejerce un poco de presión y logra llevarsela nuevamente a su casa donde Mario descubre que no está en el lugar que debería estar.
En la separación conoce a un hombre mayor en el Club donde tuvieron la fiesta con los amigos de Doménico, este le ofrece un lugar donde dormir y le hace sendas visitas diarias para llevarle víveres, pan, galletas, vino y alguna que otra cosa y ella siente la presión y comienza una relación con el que luego se convertiría en su proxeneta.
Tenía un trato para unas vacaciones pagadas con su cuerpo, que consistía en salir cuatro veces con el dueño de la casa.
Si contamos cuántas veces fueron extraoficialmente el trato se cumplió con varias adendas.
Ya de Ramiro han comentado y no voy a redundar.
Claudia, Ángel y Roberto no necesito contar la historia bajo presión Carmen pierde las luces.
Saludos seguiremos comentando.
Lo que has hecho en tu argumento, querido Shubert, en España lo llamamos mezclar churras con merinas, búscalo en google.
EliminarSe habla de la conducta de Mario bajo presión. Y creo que se debe analizar cada hecho que ocurrió que da a entender quée se califique así su modo de proceder, en el contexto correcto.
ResponderEliminarMario, al llegar con su esposa al domicilio luego de la experiencia con Doménico tiene esa reacción por hechos muy puntuales. La droga, el presenciar cuando el italiano la vuelve a sodomizar con él en la cama fingiendo estar dormido. Carmen en un momento le dice a Doménico que. tenga cuidado que su esposo se puede despertar.
Seguramente lo dijo con la intención de que pudiera descansar, pero con la droga no creo que se pueda pensar muy correctamente. Y quieran o no los pensamientos negativos como la diferencia de edad y el despliegue del italiano sembraron la semilla para que, ante la confesión de ella de querer volver a verlo, Mario reaccionara como lo hizo.
En la charla con Diego, Mario reacciona de esa manera con la mención de Candela y su hija y lo que le depararía su futuro si no le daba la información de dónde estaba su esposa. Primero, no creo que Mario esté acostumbrado a tratar a personajes como el dueño del Penta, que si bien ocupa uno de los lugares más bajos en la escala zoológica de ese submundo, a él logró afectarlo al mencionar a Candela.
Siempre digo que no soy su abogado ni está en un juicio como para que precise un letrado. Solo menciono dos ejemplos, donde factores externos inciden en su toma de decisiones. Entender, comprender, no juzgar, solo acompañar el lema del Café La Humedad.
Yo lo dije ayer, todo ser humano protege a sus seres queridos a no ser que seas un desalmado, para Mario Candela es muy importante y Mario está convencido de que Diego es capaz de destruir a Candela por conseguir lo que quiere.
EliminarYo la verdad es que no sabría como hubiera actuado, nunca me han puesto en esa tesitura.
Ahí veo una clave también, Mario no está acostumbrado a tratar con ciertos personajes! En cambio Carmen ha aprendido a tratar ciertas situaciones aunque pesar de que luego sucumba
EliminarBuenas tardes querido Torco, me parece perfecto que lo analicemos sin juzgar, y para mí no puede haber mayor honor que entender y comprender con los miembros del Café La Humedad por eso no voy a hablar de pasadas actuaciones de ninguno de nuestros protagonistas, solo hablaremos de una única situación, Diego que es uno de los personajes más bajos del submundo de la prostitución en Sevilla que quiere utilizar a Carmen y para ello amenaza a Mario con hacer daño a Candela y a su hija y que hace Mario, por lo que vemos da una información que compromete a su mujer, podía haberla no dado o desviar de alguna forma la respuesta para ganar tiempo, pero no, le da la información, eso para mí es no saber responder a la presión que es la amenaza en este caso y solo en este caso, no generalizo aunque pienso que le suele ocurrir a él, te pongo mi texto.
Eliminar“Lo de que Candela no trabaje es un fantasmada, pero a Diego le ha funcionado le funcionará la presión de momento.”
Mal redactado por mi parte pero es la constante de mi vida, no juzgo, solo asevero que no supo reaccionar a tiempo, no pretendo defender o atacar sólo afirmo, y creo que quien juzgará será Carmen.
Los hombres con poder tienen paciencia, saben que se van a salir con la suya y no tienen prisa, los hombres como Diego carecen de ese poder y por lo tanto de paciencia, yo despues de leer capitulos anteriores veo capaz de cerrarle el grifo a Candela, Carmen es un premio mas jugoso y mas lucrativo.
EliminarYo veo a Diego muy capaz de cumplir su amenaza.
Estoy con Torco, no juzgar porque no sabemos lo que se le pasa por la cabeza a cada uno y nadie es igual a nosotros Y estoy con Caito diego va de farol con lo de Candela pero es arriesgado jugársela a cara o cruz y Mario jugó en plan conservador. Ojo a la reacción de Carmen, recuerdo una frase de un capítulo antuguo decía una mujer despechada se hace daño a sí misma
EliminarYo también temo que Carmen va a entrar en erupción, pero Carmen igual a Mario tendrían que ser conscientes que la verdadera víctima es Candela, ella es la que más tiene que perder.
EliminarGran capítulo como siempre! Mi enhorabuena!
ResponderEliminarMe gustaría señalar varias cosas:
Me encanta la complicidad de Carmen y Mario y que pesar de las meteduras de pata y desencuentros… en momentos clave esta intacta e inamovible. Es un lenguaje no hablado entre ellos maravilloso.
A veces tengo la sensación que tb decia apasionado, leemos hechos de hace 20 años y aún nos queda la espinita del presente pero como también ha reseñado otro contertulio puede haber muchas tormentas pero al final ese vínculo se mantiene y no dejan de ser experiencias vividas
Yo también creo que Carmen es más dura con Mario que con el resto. Puede ser que a quien más quieres más exiges…aunque sea de forma inconsciente
También veo un patrón en Carmen fruto de su trauma, ella genera magnetismo a todos pero no
Se si es consciente en esos momentos que ella tb cae hacia actitudes de sometimiento. Tb lo ha dicho alguien: Gerardo, Diego, el árabe amigo de Domenico… Carmen se rinde sin condiciones hacia esas actitudes.
Por cierto, aún no veo la conexión del capítulo con el titulo, supongo que estará en la segunda parte.
Por otro lado, Carmen juega en primera línea con estos hombres, ella aunque se rinda … tb sabe manejarlos. Recordad el primer encuentro con Diego, Carmen se somete pero tb sabe llevarlo a su terreno. No se si Mario es co cuente de que Carmen está en otra liga, si sabe que poniéndola sobre aviso puede manejar la situación de sobra…. Aunque luego caiga pero consigue lo que quiere y se propone. Digamos que es una Dalila! Sabe el punto débil de Sansón pero olvida que ella tb tiene su punto débil al dejarse hipnotizar hacia las actitudes de un macho que la somete
Carmen y Mario son personajes imperfectos, pero tenemos que reconocer que si Carmen y Mario fuesen personajes perfectos que siempre tomarán las decisiones correctas, el Diario sería la ostia de aburrido.
ResponderEliminarBuenas noches, acabo de enviar el capítulo a TR.
ResponderEliminarQue descanséis.
Del cuento noventa y ocho, para ir abriendo boca.
ResponderEliminar«—Ha llegado a mi conocimiento que está usted molestando a cierto empresario con el que mantenemos una estrecha relación, ha llamado directamente al presidente de la compañía, el presidente me ha llamado a mí y le he asegurado que voy a acabar con el problema de una u otra forma.
—Disculpe, pero no sé a qué se refiere.
—Hotel Villamagna, el pasado dieciséis, haga memoria. Veo que ya sabe de lo que estoy hablando. Espero que no sea necesario repetir esta conversación porque, en ese caso, la conclusión no sería agradable para nadie, ¿lo ha entendido?»
Otra vez me has dejado dientes de sable, perdido, jajajaja.
EliminarNo encaja con Diego
EliminarYo opino igual, no es Diego a quien se lo está diciendo.
EliminarNo se le habrá ocurrido a Mario presentarse allí, jajaja, cada vez tengo más ganas de leer el siguiente capítulo.
Carmen se cabrera, es posible que Carmen vuelva a castigar a Mario, la última vez se le fue la mano y paro porque Domenico se lo pidió, pero consiguió que Mario habandonara la casa conjugal.
ResponderEliminarSe que no es posible pero me gustaría hacerle una pregunta a la Carmen protagonista del Diario, que haría ella si Guido le prometiera que se quedaría toda la noche con ella, pero a cambio Mario tendría que pasar la noche en la calle en una noche lluviosa y fría.
Carmen volvería a ceder ante Guido o le plantaria cara, yo la verdad no tengo nada clara la respuesta.
No se que opináis los demás.
Lo que importa es cómo se enteró Tomás dónde está Carmen, qué está haciendo y con quién.
ResponderEliminarTodas las respuestas apuntan a...Mario que, con temor a que le ocurra algo a su esposa habla con Tomás.
De ser todo así no puedo imaginar la reacción del "jefe" de Carmen al enterarse de boca de nuestro amigo a qué se dedica en Sevilla, que es la número 9 y hay que ver si Diego ya la marcó.
Se viene la ira de los dioses.
Un detallito
ResponderEliminar“ Le comes el culo… ¿Solo a él o lo haces a menudo?
—Ya he dicho que no es lo que más me apetece”
¿Os habéis dado cuenta de que no ha contestado?
Carmen trabaja de prostituta para Tomás, con lo que pagan por ella no me sorprenderia que entre en el servicio.
EliminarMuy observadora, yo no había caído en el detalle A mí me parece que no quiere contestar y se sale por la tangente supongo que Mario se quedará con la duda y insistirá.
EliminarPuede que tengas razón, Apasionado y como no le gusta no lo ha dicho hasta ahora supongamos que le quema por dentro tenerlo oculto y ha encontrado la ocasión de empezar a decirlo
EliminarMi querida Lucía, los churros y las merinas expuestas anteriormente no están basadas solamente en el hecho puntual sino que para mi concepto es en la forma en que se ejerce el poder.
ResponderEliminarEl determinar qué puede una persona hacer ejerciendo presión sobre otra.
Vemos en el diario una lucha por quién tiene poder.
Carlos tener el poder de arrebatar la <>de su compañero de seminario y de un marido que aún no conoce pero sabe que no la hace feliz.
Gerardo poder de hacer lo que le da la gana, cuando quiere y dónde quiere.
Claudia poder para dominar a quien sea, como sea.
Roberto poder para sacar el mayor provecho de donde se necesite.
Tomás mantener el poder que tiene y adquirir buenos tratos utilizando todos los instrumentos que tiene a la mano.
Mario tener suficiente poder para mantener seguras a las personas que quiere.
Diego cree tener el suficiente poder para manipular a Mario amenazando la seguridad de personas a quien él quiere. Desea lograr un objetivo. Y está dispuesto a arriesgar mucho por conseguirlo. El problema es que no sabe que se está metiendo en la cueva del lobo.
Guido tiene el suficiente poder, En sus músculos para dominar a Carmen. Sabe que Mario disfruta de esta situación y cree que ejerciendo un poco de presión va a lograr regresar a su antiguo gimnasio.
Carmen tiene mucho poder. Pero también tiene un problema, ella no sabe utilizar su poder.
Saludos
He aquí una prueba de que el amante siempre juega con ventaja sobre la pareja y esto vale para los dos sexos.
ResponderEliminarCarmen se lo hace a Guido pero no a Mario, de hecho Mario ni sabía de susto y si se a enterado es porque a Carmen se le a escapado.
No le gusta pero lo hace, de momento con el único que no lo hace es con Mario, la historia de siempre.
Le comes el culo… ¿Solo a él o lo haces a menudo?
ResponderEliminar—Ya he dicho que no es lo que más me apetece. Qué pasa, que no te lo he hecho nunca, ¿es eso? Mañana, amor, estoy muy cansada.
Cansada, pero si Guido llamara a la puerta…
El culo.
Joder…
Ha sido una huida hacia adelante, pero en la frase que lanza Mario da a entender que con Guido si lo volvería hacer. Probablemente hay cosas que con tu pareja no haces, pero en una relación como la que tienen ellos, su esposa se lo permite a un amante con el cual tienen una conexión especial, como con Doménico las lluvias doradas, que creo que con su marido nunca lo practicaron.
A mi eso es una cosa que me saca de quicio, al amante si, pero a mi pareja no a ver que va a pensar de mi.
EliminarSi algún día mi novia tiene amante y le hace cosas que no me las hace a mi le cobro alquiler al amante, 🤣🤣🤣🤣
Cuando Mario nos dice cuento noventa y ocho, no será que en realidad quiso decir cuento ciento noventa y ocho?
ResponderEliminarSeguramente habrá escrito ciento, pero el corrector que tiene vida propia y habrá cambiado la palabra por cuento.
EliminarEl corrector es el mayor enemigo de la humanidad.
Tur loas bicho, Aprisionado
EliminarJajaja
EliminarBruto.
EliminarMuy bueno. Jajaja.
«—Ha llegado a mi conocimiento que está usted molestando a cierto empresario con el que mantenemos una estrecha relación, ha llamado directamente al presidente de la compañía, el presidente me ha llamado a mí y le he asegurado que voy a acabar con el problema de una u otra forma.
ResponderEliminar—Disculpe, pero no sé a qué se refiere.
—Hotel Villamagna, el pasado dieciséis, haga memoria. Veo que ya sabe de lo que estoy hablando. Espero que no sea necesario repetir esta conversación porque, en ese caso, la conclusión no sería agradable para nadie, ¿lo ha entendido?»
El destinatario de esta advertencia es un hombre de Tomás, que ha estado molestando a ....un empresario llamado Javier Santa Cruz, que también ha molestado al presidente del grupo donde podría estar ese buen muchacho que ayuda a las ancianas a cruzar la calle que se llama Gerardo.
Y la amenaza/advertencia tiene mucho de su firma. Sino recordemos la parábola de la emergencia que le hizo a Mario.
Tu sabes algo que los demas desconocemos, ¿no es asi?
EliminarAcabo de leer el comentario que le han hecho al capítulo en TR y no puedo dejar de pensar en lo feroces que son en ocasiones las mujeres en contra de otras mujeres.
ResponderEliminarLa comentarista vuelca todo su desprecio contra Carmen, pero si hacemos honor a la verdad Carmen fue la primera víctima del Diario.
Voy a meterme con los churros nuevamente.
ResponderEliminarSe acuerdan el día que Carmen le estaba comiendo el culo a Gerardo y a este le dio el ataque moral y se lo fue a lavar para que no le supiera feo? Y cuando volvió Carmen le dijo que ya se había pasado el momento.
Lo digo solo porque ella dice que no le gusta pero lo hace con varios menos con Mario.
Apasionado, tienes que llegar a un acuerdo con el amante, si la situación está tan crítica como está en Panamá, el acuerdo puede ser; mientras tú vas a trabajar, que él cuide la casa para que no se metan a robar. Pero que sirva de algo, además de hacer feliz a la jovencita.
Saludos
Que pague parte del alquiler, factura de agua y de la luz, además de que también aporte en condones.
EliminarChurras Shubert churras
EliminarComo tengo la mañana tranquila lo he buscado en el blog
Capítulo 177
“Me gustaba su culo, era fuerte, potente, lo había amasado tantas veces mientras follábamos que creía conocerlo como la palma de mi mano; ahora era mío, de mis ojos, de mis besos. Los muslos se habían separado solos dejando un resquicio difícil de rechazar; vació los pulmones al sentir profanado el espacio entre el ano y los huevos. Nadie nunca había osado tocar esa tierra virgen; le besé, le estaba gustando que lo besara en las nalgas, seguí prodigándole besos mientras me hacía dueña de ese espacio inexplorado, sentí ceder la tensión. Era mío. El siguiente paso era un reto y las conquistas se toman sobre los avances, sin dilación.
—Incorpórate un poco.
—¿Qué?
—Sobre las rodillas, hazme caso.
Me la jugué, podía haberse ido todo a la mierda, pero funcionó. Obediente, flexionó las rodillas y se ofreció. Le premié con besitos en los glúteos tensos. Una mano, la izquierda, viajó a apoderarse de la verga; otro premio. Con la derecha le acariciaba, en realidad abría el camino para lo que iba a intentar. Ahí estaba, el pequeño agujerito, más peludo de lo que me gustaría pero no esperaba otra cosa; percibí un aroma potente, sano, limpio y excitante, tampoco esperaba otra cosa de él. Los besos fueron deambulando por las nalgas hacia la hendidura escuchando el efecto en su respiración y en la tensión muscular, todo iba bien, tenía la polla en mi poder, tensa, palpitante, no quería arruinarlo por un exceso de presión. Decidí atacar, dibujé la hendidura con la punta de la lengua y se estremeció, volví a los glúteos, los lamí a toques cortos, impredecibles; cuando lo tenía entregado, separé la nalga, hundí la boca y lo besé, le escuché gemir, la cama tembló a golpes de puño en la almohada. Un nuevo beso, un nuevo gemido, todo estaba bien, era agradable, lo lamí y…
Se incorporó, durante un segundo permaneció pegado al cabecero, enseguida, salió de la cama.
—Espera.
Salió con prisa; me tumbé en la cama sin pistas sobre si estaba molesto, enfadado o avergonzado; escuché el grifo del bidé. Mejor esperarle sentada. Volvió enseguida, parecía el mismo, pero ya no era lo mismo.
—¿Qué pasa?
—Nada.
—Sigue, me está gustando.
—¿Por qué te has ido?
—Estaba incómodo, necesitaba lavarme, por si acaso.
—¿Por si acaso?
—Nunca me han hecho eso, no sabía si…
—¿No se te ocurrió pensar que, si hacía falta, yo te lo diría?
—Por si acaso, Carmen, yo qué sé.
—Si quiero besar una pastilla de jabón no te necesito.
—¡No me jodas!
Me levanté en busca de un cigarrillo.
—Eres incapaz de dejarte de llevar, incapaz de tener sexo sin ser quien lo controla.
—Lo siento, me estaba gustando, más de lo que hubiera imaginado, pero se me metió en la cabeza…
—Que si yo notaba algo raro te iba a avergonzar.
—Venga, vuelve a la cama, prometo dejarte hacer.
—Perdiste tu oportunidad, ya sabes lo que le tienes que pedir a la próxima.
—Ninguna va a ser capaz de hacerlo como tú. Carmen, por favor.
—Esto no es un interruptor que lo apagas y lo enciendes cuando te apetece.
—De acuerdo, no te enfades, pero vuelve a la cama.”
Que le apetezca hacerlo de vez en cuando y con alguien especial no es incompatible con que no sea lo que más le apetece.
Ahí le has dado, Dos Octavas, es que al patriarcado le sigue costando entender que una mujer decida con quien y con quien no, que le pueda apetecer con alguien y no con otra persona, por ejemplo con quien rabia porque no es el elegido. O con todos o con ninguno.
EliminarPues no, eso se acabó, Carmen dice que comerse un culo no es lo que más le apetece y está en su derecho de hacerlo, o no, cuándo y con quien le apetezca y nadie nadie tiene porque cuestionarlo, ni aquí ni en ninguna parte, con comentarios machistas, rancios, pasados de moda, sacados de un folletín del siglo pasado en mi opinión. Ufff, que sofoco me he cogido.
Aquí a Carmen no parece disgustarle comerle el culo a Gerardo, es un poco contradictorio con lo que le expresa a Mario.
EliminarAnda que ya te vale Apasionado
EliminarNo voy a entrar en discusiones de machismo, todos lo somos en mayor o en menor medida y si algo he aprendido estos últimos meses es a no dejarme llevar por mi revoltoso carácter.
EliminarQue Carmen tiene derecho a hacerlo con quien quiera, totalmente de acuerdo, lo injusto es que si se lo hace a Mario de aquí en adelante es porque se le a escapado.
De hecho Carmen ni sabe si a Mario le gusta, tal vez no sea una práctica del agrado de Mario.
Yo si estuviera en el pellejo de Mario no volvería a sacar el tema, si sale de ella bien, si no sale de ella, no se hace.
Ni me enfadaría ni se lo echaría en cara, porque en mi caso las cosas que se hacen por hobligacion no se hacen por gusto.
Si le sale hacerlo con los amantes y no conmigo perfecto, pero esto es un ejemplo perfecto de lo que dije sobre la inmensa ventaja con la que juegan los amantes.
Esta es la sensación que a mi me deja, no pongo en duda que no le guste, pero es capaz de dejar a un lado esa repulsión dependiendo del tipo de hombre que seas y Mario no da ese perfil.
Os deseo la mejor de las tardes.
No he mentido, aquí Carmen toma la iniciativa, no lo hace por petición de Gerardo o por obligación, no siento ningún rechazo por parte de Carmen.
EliminarCon eso no quiero decir que no le guste, pero dependiendo de quien sea el hombre es menos reacia.
Últimamente estoy empezando a sentir que darle palos a Mario está bien, pero hacerlo con Carmen es un sacrilegio.
Muchas veces las críticas ayudan mucho más que los alagos y criticar a un amigo no te hace ser un mal amigo.
Apasionado, toma nota.
Eliminar“ Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”
Ramón de Campoamor.
Ya conocía este poema y entiendo que los dos tenemos un punto de vista diferente, pero eso no debería impedir nos comentar y poder acercar posturas.
EliminarEn Argentina, en las zonas rurales hay un ave pequeña llamada Tero. Ese nombre se le puso, dado que el sonido que emite suena como terú. Tiene una particularidad emite ese sonido en un lugar diferente a donde pone sus huevos para confundir a sus depredadores.
ResponderEliminarPuede ser que el caballero advertido fue enviado para copiar la estrategia del tero. Agita las cosas allí y la verdadera acción ocurre en otro lugar sin serios problemas.
Si al final es Gerardo el que está detrás de las sombras, sabe como se las gasta Tomás, muy seguro tiene que estar que su plan va a funcionar.
ResponderEliminarDe todas maneras que más da a quien come el culo Carmen, en mi opinion Tomás no está siendo sincero con Carmen, sabe más de lo que dice.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarBuenas tardes contertulios, soy un bocazas.
Tengo que pedir perdón con humildad y sentimiento al gran Cayo, en un ataque de enajenación mental ofendí su dignitas llamándolo Cayete, arrepentido y humillado me flagelaré durante cien días y no accederé a ningún placer carnal, salvo la lectura del Diario, durante el mismo periodo de tiempo, espero que sea suficiente para purgar semejante ofensa, pero si no fuese suficiente admitiré cualquier otro castigo que se me quiera imponer.
Queridísimo y admirado Cayo de la gran familia de los Julios espero de tú magnanimidad el perdón que sé que no merezco.
Firmado Bruto el bocazas, que facilón soy.
Muy dura sentencia es, querido Bruto. El placer carnal no está reñido con el acto de contrición. Alea jacta est. Carpe diem, ego te absolvo y así podemos seguir ad infinitum. No te prives de placeres, netflix, movistares, libros y licores. Por mí, está olvidado, caro Bruto.
EliminarBuenas tardes querido Cayo, te agradezco la magmanidad y siguiendo tú docto magisterio me entregaré a todos los vicios sin medida.
EliminarYo ya había comentado algo parecido, y preguntaba el porque a los amantes se les deshacer y/o al marido, novio o la pareja no lo deja o no hace lo que con los amantes, es algo que me cuestionado siempre, a mí amante si permito que me dé por el ano, o me trago el semen o permito que me dé nalgas o cualquier otra cosa que se les ocurra, o como el cado de Guido y Gerardo, les lame el culo, pero a Mario no, y puede haber mil respuestas, que no se me antoja que se dió el momento etc etc. pero si me lo pide mi pareja no.
ResponderEliminarY no es cosa solo de Carmen, lo he leído en muchos otros relatos, incluso en ocasiones los amantes prohíben que eso que han hecho solo lo va hacer con ellos y no con la pareja, pero en fin, alguien me podrá explicar está situación.
saludos a todos feliz martes.
La respuesta te la ha dado ya Lucía. Que le apetezca con alguien especial alguna vez no implica que le apetezca siempre con ese alguien o con todos. No debería ser tan difícil de entender, no es una ecuación cuántica.
Eliminareso lo entiendo perfectamente, lo que no entiendo Dos Octavas, lo que me parece injusto.es que no es equitativo, entiendo perfectamente que se hacen cosas porque el momento se dió así, pero no puedo entender que con uno si y con el otro no, y si me lo pide ni lo oigo,
EliminarNo sé si os dais cuenta de que empleáis un argumentario muy muy preocupante, se lo he dado a leer a mi chica y me ha mirado muy seria. Me ha dicho que da un poco de miedito. No exagera, si a vosotros os parece que exagero, entonces vamos mal.
EliminarTanto como miedito no se pero preocupante sí que lo es
EliminarA estas alturas supongo que os hacéis una idea de a lo que me dedico. Más de una vez me viene un marido o un novio pidiendo un seguimiento de su pareja que aveces resulta que ya no es su pareja Esto lo lo descubro por la toma de datos y en la conversación me dan razonamientos parecidos a los que he leído aquí. Por eso digo que es preocupante.
La respuesta es fácil, con el amante tu pareja no carga ninguna mochila, con el es todo diversión y desenfreno y contigo es rutina.
ResponderEliminarEl amante es la persona especial, en tu caso has dejado de serlo por el desgaste de la convivencia.
Qué triste. Doscientos capítulos para llegar a esta conclusión.
EliminarQuien está hablando del diario, simplemente he contestado a Federico.
EliminarSi leemos el texto detenidamente nos daremos cuenta que Carmen siente vergüenza de lo que a confesado sin querer, siente pudor de que Mario se haya enterado de que comió el culo a uno de sus amantes. Mario se encuentra de repente de un hilo donde tirar y aprovecha para tirar de el, por curiosidad y morbo
ResponderEliminarMario se sorprende, por que a descubierto una nueva faceta de Carmen que no conocía. ¿Carmen le terminara comiendo el culo a Mario?, yo creo que no porque no le nace a ella, pero seguro que Mario lo utilizara para sonsacarle mas cosas, a mi siempre se me olvida que Carmen y Mario no son una pareja al uso.
Otra cosa que me he dado cuenta es que Guido parece estar celoso de Santacruz, igual que Angel lo empieza a estar de Andres, ¿como creéis que puede reaccionar Carmen si esos celos van a mas?
ResponderEliminarJamás se me a pasado por la cabeza mirar el móvil de mi novia, ni he pisado una comisaría para que le hagan un seguimiento.
ResponderEliminarMuchos fines de semana sale con su hermana y sus amigas y jamás la he interrogado, ni me he presentado en el local para espiarla, simplemente le preguntado si se lo a pasado bien, no le he prohibido ir a ningún sitio, ni la he atado a la pata de la cama.
Me siento realmente ofendido y está vez habéis conseguido que me cabree de verdad.
Ya estamos con los cabreos de niñato Cuando he contado ha lo que me dedico no he aludido a nadie si lo hubiera querido hacer no me escondo y habría dado nombre. He puesto el ejemplo porque me ha sonado algún argumento con lo que dicen algún marido y algún novio para justificar porqué quieren vigilar a su pareja, se les ve el plumero rápido el resumen es envidia, porqué con él si y conmigo no? Si lo hace con él lo tiene que hacer conmigo por cojones, lo disfrazan de mil maneras pero el fondo es complejo de inferioridad no soportan su libertad su capacidad de decidir, lo llamen como lo llamen, “es que no cuenta conmigo, es que dice que conmigo no se ha dado la ocasión”. Y aquí en el blog los comentarios van en la misma dirección “lo injusto es que no es equitativo” “no será lo que más le apetece pero con Gerardo sí que le apetecía”
EliminarPues si es triste que después de 200 capítulo algunos todavía no se hayan enterado de cómo es esta pareja.
Ya te vale Apasionado siempre andas igual como una cerveza removida soltando la espuma a chorros, me acuerdo de un capítulo que se llamaba agite la botella pues eso. yo hablo aquí como hablo con mis amigos es lo que dice Torco, estámos entre amigos en el bar Humedad y no nos cabreamos por decirnos las cosas la cara ¿Quién se ha cabreado aparte de ti? Nadie, es para pensarlo
Dejo de dar la turra
Cuando yo hablo y ofendo a un amigo no sigo metiendo el dedo en la llaga, me cayó la boca y me disculpo.
EliminarTu no, en vez de intentar calmar las cosas echas más leña al fuego.
Lo que tú digas
EliminarYo creo, al igual que Luisa, que el comentario sobre el tema de lo que hace Carmen con alguno de sus amantes es demasiado lineal y que merece, con el mayor de los respetos, un fundamento un poco más elaborado.
ResponderEliminarEste comportamiento se ha dado, hasta hoy, en dos casos- si se me ha olvidado alguno pido perdón- con Doménico y con Guido. Con el italiano fue durante ese fin de semana, cuando fueron juntos a bañarse luego de tener sexo anal junto a su marido, al que creían dormido.
Creo que a Carmen se le escapa involuntariamente un poco de orina que cae sobre la pierna de Doménico. Este se excita y realizan una lluvia dorada que termina excitando también a ella.
La del musculitos argento es más reciente con su confesión a su marido.
Ahora bien, hay coincidencias entre ambos casos. Es la fascinación que despiertan ambos hombres en ella. Fascinación que provoca que ella haga cosas que en otros momentos y con quien sea no lo haría. Eso es porque el deseo, el morbo conocen razones que la misma razón no entendería.
Alguien quizás creería conveniente agregar lo que vivió en casa de Claudia cuando su marido la violó. Podría ser. Creo que eso es lo que la mueve a Carmen, la fascinación con quien comparta una relación.
Quizás no quiera compartir esas prácticas con su marido porque entiende falta ese morbo esa magia que sí tiene con sus amantes. Con gusto leeré las respuestas a este comentario.
Yo creo que lo he comentado anteriormente, no es que haya privilegios entre el amante y la pareja, lo que sucede es precisamente en el momento, no necesariamente se piensan las cosas o se exigen para que sucedan, tiene que ver con algo más primitivo, más natural, más químico te enamoras de tu pareja porque tu cuerpo siente cosas especiales por ella tu cerebro libera dopaminas y otro poco de sustancias que no voy a ponerme a describir pero que te hacen sentir bien.
ResponderEliminarAquí viene el chiste malo que es el que explica por qué pasa con los amantes y no con la pareja: el esposo le pregunta a su esposa con cuántos hombres ha dormido, ella lo mira fijamente a los ojos y le dice solo he dormido contigo, y el hombre le dice pero mi amor, tú anteriormente tenías novio, es que no dormiste con él. Y ella le contesta solo contigo he dormido, los otros nunca me dejaron dormir. No voy a tratar de explicar la relación que tienen todas las parejas pero generalmente en el momento del sexo, la rutina el trabajo el cansancio y todo lo demás mantiene a las parejas sexualmente saludables en dos o tres veces a la semana una vez generalmente por cada una de esas noches y en alguna ocasión especial se puede hacer más. Un hombre con su pareja hace el amor y se siente tan complacido y tan tranquilo que se queda dormid. Pero un amante tiene que aprovechar el poco tiempo que tiene disponible y son cuatro o cinco veces en una noche o en el poco tiempo que se pueda. He allí la diferencia entre un amante y una pareja.
Sé que no todos son iguales pero es la regla general de lo que he podido aprender a través de muchos años de vida.
Saludos.
Lucía hombres y mujeres pensamos diferente. No por eso voy a decir que lo que tú digas, escribas o pienses está equivocado. Nosotros pensamos de manera más básica. No hacemos razonamientos tan complejos para tomar una decisión como lo hacen ustedes. Recuerdo la primera salida de Carmen con Gerardo y su siguiente conversación telefónica en la madrugada que Mario escuchó desde la escalera.
ResponderEliminarElla dijo algo como, nunca me advertiste lo que me iba a encontrar, es una máquina, me dejó muy cansada, estoy satisfecha, y sí, al pobre lo tengo a pan y agua, mañana me tocará darle algo para tenerlo tranquilo. No son las palabras del diario es la forma en que lo escucha un hombre. Y qué hizo Mario al día siguiente pasó de largo. No quiso exigir lo que ella le había prometido de que al día siguiente podía tenerla. Y Carmen se enojó porque Mario estaba pasando de ella. Si mi pareja me dice estoy cansada. Yo la dejo tranquila. Como mujer me reclama por qué no estuviste conmigo si te dije que estaba cansada. Y yo le contesto, precisamente porque estabas cansada te dejé descansar. Y ella dice ay es que eres tan sensible que si te digo una cosa tú haces lo contrario. Cansancio es cansancio, si estoy cansado descanso o duermo. Cómo creen que va a actuar Mario cuando Carmen trate de comerle el culo?
Pues mija si no te gusta no te voy a obligar.
Pero yo no soy Mario.
Saludos
Concuerdo con quien dice que hombres y mujeres pensamos diferente, es algo cultural, hormonal y genético.
ResponderEliminarEstoy viendo los comentarios que se han publicado sobre el tema “culo” y en general los hombres lo abordan desde la perspectiva de la exigencia más o menos velada del derecho prioritario de la pareja sobre el amante. Es mi esposa, es mi chica, ¿Qué tiene él que no tengo yo? Salvo honrosas excepciones este es el perfil tipo del mensaje del varón que se expresa en el blog.
En el caso de las mujeres, pocas, es diferente, lo primero es que se asombran, nos asombramos del mensaje de los varones, después expresamos otro mensaje, nos fijamos en otros detalles, en la libertad de decisión, en la capacidad de elegir, en poder probar variedades y sensaciones sin que eso nos condicione ni nos ate a seguir usándolas como si fuera una droga, una marca de tabaco o de alcohol al que quedarse enganchadas.
¿Por qué con nuestro amante sí y con nuestra pareja no?, por lo mismo que se nos ocurre probar las ostras o el cus cus una noche de cena con nuestras amigas y decidimos que no nos gusta y jamás volvemos a probarlo aunque a lo mejor a nuestra pareja le habría gustado probarlo con nosotras. Independencia, libertad, autonomía. Son cosas que una pareja no debe perder nunca para que siga funcionando. Y Carmen y Mario lo saben.
Ole por Torco, ole por Dos Octavas, lo tenéis claro. Me gustaría que Mario expresara su opinión aunque entiendo por qué no lo hace.
Lo siento Diva, conmigo te estas equivocando de largo.
EliminarNo te fíes de LOS feministas, algo buscarán, decía una amiga mía, por experiencia y en plan quinta comunista te digo que razón no le falta.
EliminarEspero que entendáis por qué no entro en el debate, debo mantener una posición neutral como autor para no decantar el curso de la discusión en ningún sentido, si pudiera haría lo que el padre del chiste que popularizó el humorista catalán Eugenio. Por si alguien no lo conoce, lo reproduciré.
ResponderEliminarUn padre pasea con su hijo pequeño y ve pasar a una mujer estupenda y dice: Vaya culo» y el niño pregunta: Qué dijiste papá. He dicho búho hijo..ah..papá y los búhos se casan con búhas?’ sii hijo sí..y tienen buhitos..?..si hijo sí..y los buhitos se casan con buhitas y tienen buitititos..?, si hijo sí..y ya harto le dice: ¡He dicho culo, hijo, he dicho culo!
Pues en mi caso, os digo: lo habéis entendido mal, he dicho búho, no sé cómo corregir el capítulo para meter el dichoso búho pero si hay que meterlo, lo meto con tal de apaciguar el café la Humedad y que no disparéis al pianista.
Jajajaja Es que no ma vas a dejar comer tranquilo
EliminarBruto.
ResponderEliminarBuenas tardes querido Torco, haciéndote caso voy a intentar razonar el tema, entiendo que en la discusión estamos metiendo temas personales que creo que en este caso no vienen al caso, esto desde mi punto de vista de vista tiene que ver con prácticas sexuales que los personajes ya han tenido con otras parejas o en anteriores encuentros y quieren tener con Carmen, tanto Doménico como Guido tienen o piden esas experiencias y Mario no, ahora bien si nos enteramos de una nueva práctica sexual que ha tenido nuestra pareja sexual si somos curiosos y pensamos que nos puede agradar se la pedimos. Y no tiene que nada ver con nuestra relación de pareja, eso es otra cosa.
Imaginemos las cosas que le pueden haber pedido a Carmen como profesional de sexo.
Pretender sacar esto de aquí es montar otra discusión y no tiene que ver con como vemos las relaciones de pareja, y menos con la forma de ver de ver las cosas de los hombres y las mujeres.
Espero que cualquier respuesta a este comentario se razonada.
Gracias Torco por iniciar este camino.
Déjalo como está, si metes un búho por medio lo vas a empeorar, es más heavy una escena de Carmen con un búho que con un culo, suena a zoofilia. Jajaja.
ResponderEliminarCada pareja es un mundo. Dicho que creo nació con el mundo. Todo se reduce a dos cuestiones como libre elección y consenso.
ResponderEliminarSi la elección, por ejemplo, es abrir la pareja, el diálogo entre los dos colocando sobre la mesa pros y contras.
A eso debe elegirse, además, si se comparten entre ellos las experiencias vividas si no son compartidas.
Por eso puede ser que ciertas prácticas que alguno de la pareja haga con su compañero de turno, no lo haga con ella por varios motivos
Yo tengo la perspectiva de una relación monogama, pero voy hacer el ejercicio de ponerme en la piel de un chico con una relación abierta, imaginemos que dentro de las prácticas sexuales la que menos me gusta es el sexo oral.
ResponderEliminarSi no se lo hago a mi pareja tampoco se lo haría a mi amante, mi pareja a estado a mi lado en los mejores, pero también en los peores momentos, por mucho que me gustase mi amante no sería justo que le diera un privilegio a mi amante que no le doy a mi pareja que es la persona que he helegido para compartir mi vida, sentiría que estoy siendo desleal a esa persona que tanto me a dado.
Nada tiene que ver con la propiedad, en mi caso me movería la lealtad.
Tal vez mi punto de vista sea equivocado, pero es el que tengo, también tengo que decir que nada tiene que ver con el caso de Mario y Carmen.
Creo que al tema se me han dado todas las vueltas posibles, me interesa otro asunto que estamos dejando aparte: Andrés.
ResponderEliminarSe veía venir desde el 11S incluso antes, Ángel lo había intuido aunque Carmen lo negase, hay química, puede que del tipo de la que tiene con Tomás, eso está por ver.
No creo que se dé nada con Andrés de momento, este fin de semana es la oportunidad, pero todo apunta a que Diego hará acto de presencia arruinando todo.
ResponderEliminarMe temo que Diego va a aparecer y Andrés reculará no tiene nada qu3 hacer dente de ese tipo Habrá que esperar a que se pie e el seminario.
ResponderEliminarAndrés tiene un problema mayor que Diego, lla lealtad de la que habla Apasionado. Hemos leído que tiene problemas en su matrimonio, creo si mal no recuerdo que por enfermedad de su esposa. Pero eso no ha salido de su sistema hasta el.momento.
ResponderEliminarHa intentado ya varias veces, Carmen se lo ha puesto a tiro de piedra ,pero, el no termina de reaccionar.
Si Carmen no toma al toro por los cuernos, nada va a pasar en esta ocasión.
En un comentario si mal no recuerdo Mario comentó que venían malos tiempos para Andrés, es muy posible que Andrés tenga una lucha interna entre el deseo y el deber.
EliminarAndrés a demostrado tener escrúpulos, se pueden dar dos escenarios, o Mario nos da la mejor escena sexual del Diario o todo termina siendo humo.
Veremos que nos depara el futuro.
No es Berta, la mujer de Andrés la que está enferma, sino su suegra. El problema de Andrés es otro.
EliminarNo ha salido aún la segunda parte de Vía láctea y ando liado con el ciento noventa y nueve que también tiene algo de lácteo. Para cuando vea la luz os hago una doble recomendación por adelantado: Carla Bruni de banda sonora y un Bloody Mary. Esto último, imprescindible, ya lo entenderéis.
ResponderEliminarSe que vas a matarme, pero no conozco a Carla Bruni, seguro que es buena cantante, pero no he escuchado nada de ella.
EliminarYa estás tardando en escucharla
EliminarYa nos estás poniendo a hacer cábalas, mira que eres perverso. El Bloody Mary no es de mis combinados preferidos peto por ti haré una exceocion
ResponderEliminarCoincido con Dos Octavas, Andrés será testigo de la aparición de Diego y quizás el que de la voz de alerta de lo que allí ocurra.
ResponderEliminarCreo que Mario recibirá el mensaje, y por la salud del dueño del Penta que cuando se rescate a Carmen el nueve no haya sido tatuado aún
Acabo de buscar imágenes de Carla Bruni y podria entrar en el Casting de Carmen Tranquilamente, es alta, elegante y muy guapa.
ResponderEliminarDescártala. Es sensual, canta bien pero algo la descalifica: Se casó con Sarkozy.
EliminarEse dato no lo sabía, descartada entonces.
EliminarTiene una versión genial de “In my secret life” de Leonard Cohen interpretada junto a Till Brönner, uno de mis músicos de jazz preferidos. Búscalo a ver qué te parece.
EliminarLuego a la noche después de cenar busco la canción.
EliminarYa he escuchado in mi secret life, me a gustado, pero tengo que decir que me ha llegado mas la música que salía de los instrumentos de Till Brönner, que la voz de Carla Bruni, pero es una buena canción.
EliminarBuenas tardes a todos, lo que aquí si se puede decir que Andrés está como un verraco desde que Carmen le cuenta el perfil de con quien mantiene relaciones, y como dice el dicho popular la ocasión la pintan calva veremos en que termina.
ResponderEliminarPor otro lado que Diego va a aparecer está también claro, sí no para que ha pedido la dirección, el lío está montado, se cruzaran, le repercutirá a Carmen, hasta los próximos capítulos no lo vamos a saber, vamos que estas tardando querido Cayo. Nos tienes en un sin vivir.
Andrés es el único hombre del diario que por lo menos hasta ahora no a buscado sacar veneficio a costa de Carmen, no se lo que ocurrirá entre ellos pero tengo claro que Andrés será un gran apoyo de Carmen
ResponderEliminarTodavía faltan aproximadamente 353 digo 352 comentarios para pasar de los 500 así que tenemos bastante tela que cortar
ResponderEliminarNo pretendo batir el récord, pero si os ponéis a ello no tengo objeción.
EliminarMe tienes muy mosqueada con lo del Bloody Mary imprescindible, ya sabemos que no das puntada sin hilo. A donde querrás ir a parar, a saber. Qué mal bicho eres, jodio.
ResponderEliminarMi favorita de Carla Bruni es "Quelqu'un m'a dit"
ResponderEliminarLo del Bloody Mary no se por que me transporta al capítulo titulado Fluidos.
ResponderEliminarSi se casó con Sarkozy, que va hacer, el mal gusto todavía no califica como delito, solo como un terrible error.
ResponderEliminarLa canción es hermosa
A mí, en lo particular, no me gustaría esperar a llegar a los 500 comentarios para publicar el siguiente capítulo, lo mejor sería que se publique lo antes posible, ya lo tienes hecho Mario, y de acuerdo a los comentarios que van hasta ahora, va a estar difícil llegar nuevamente a ese número.
ResponderEliminarPor lo que vie en la gran cantidad de comentarios que se publicaron en el capítulo 196, se debió principalmente a que se estuvo hablando sobre el castin de la supuesta seria de el diario de un consentidor, y no hacia referencia propiamente a lo que lo que viene escrito en el diario.
Por lo que he venido leyendo desde que inicie la lectura en el blog, muchos de los comentarios no son referentes a el diario, la gran mayoría si lo son, y todos tenemos la posibilidad de escribir y comentar lo que aquí creemos conveniente, y entiendo que hay un grupo de personas dentro de los que estamos publicando que son asiduos a el café la humedad, o algo parecido, y entre los que pertenecen a ese grupo, se responden entre ellos, hablan de sus trabajos, o de lo como les va la vida, y lo bueno de esto es somos libres de comentar lo que queramos, y Mario lo permite.
No quiero crear polémica ni mucho menos.
Por eso mismo me gustaría que no tardara tanto tiempo en que se publique el próximo capítulo.
Yo por lo pronto seguiré comentando respecto al diario, y mas tarde me daré a la tarea de comentar sobre lo que me ha parecido este gran capítulo.
Nunca me han interesado los récords ni batir cifras, si así fuera utilizaría una estrategia de capítulos breves para aumentar la cifra de visitas, por ejemplo. Lo de los quinientos comentarios es algo anecdótico.
EliminarEs cierto que el capítulo 198 está terminado aunque no está listo para ser publicado, no lo estoy reteniendo, me encuentro en pleno proceso de depuración, mientras tanto retoco escenas de los dos siguientes porque están estrechamente ligados.
Si alguien quiere entender lo que es complicidad en la pareja, el capítulo Fluidos es el ideal. Como también entender, perdón Lucía por repetir el tema, que hay ciertas prácticas que las reservas para tu pareja.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo, Torco, a ese capítulo solo le encuentro un calificativo: sublime (al menos la escena a la que nos referimos). Define la complicidad de la mejor manera posible.
EliminarBuenos días,
ResponderEliminarSobre la actitud de Carmen con Guido mi opinión es algo diferente a lo publicado. Para mi Carmen demuestra en cada relación ser la Mujer/Amante perfecta que da a cada uno de los compañeros lo que este desea, sabiendo que eso les ayudará a darle mas placer a ella. Por ejemplo con Carlos se mostraba como una novia y confidente con la que se podía pasar horas hablando. Con Doménico era su "puttana" que cede a sus amigos. Con Tomas es mas complejo, hija incestuosa en la cama, amiga en el picadero o empleada cuando cierra negocios. Con Ismael se convertía en sobrinita. Con Gerardo no era mas que una puta como así se lo recordó un par de veces. Con Emilio se convierte en amante cariñosa y confidente. Con Guido se convierte en sumisa para que este pueda sentirse macho: Carmen le hace ver que pese a su pequeño pene puede darle mucho placer. Si Carmen le plantara cara, seguro que Guido se achantaría y no le daría la paliza sexual que le da en cada encuentro. Guido me recuerda el chiste del musculitos que empieza a desnudarse delante de su amante diciendo cada vez que destapa uno de sus músculos "pura dinamita" y al final cuando se queda desnudo la chica le dice "pues poca mecha para tanta dinamita".
Os pregunto, ¿Qué papel hace Carmen cuando esta con Mario?
Por otro lado, la reacción de Andrés al entrar en la habitación de Carmen y encontrarla casi desnuda, no es normal que se quede allí mirando; lo lógico sería disculparse y salir, salvo que no sea la primera vez que la ve así.
Lamento el rollo que os dado, y os deseo una feliz Semana Santa!
Motero
En mi opinión Carmen no hace ningún papal con Mario, no lo necesita el la conoce mejor que nadie igual que ella lo conoce a él.
EliminarSon matrimonio, mejores amigos y las personas en quien más confían.
Una buena temperatura, un sol esplendoroso y a mi me a tocado soldar en una obra que queda al lado de la playa. 😭😭😭😭😭😭.
ResponderEliminar....devuélveme a mi chica, o te revolverás entre polvos pica-pica.
EliminarEl comienzo, para que te lo voy a refregar por la cara, sería ensañarse, muy feo.
🤣🤣🤣🤣 para eso ya está mi jefe, lleva toda la mañana mofandose, algún día me vengare 🤣🤣🤣🤣.
EliminarCon todas las alusiones al relato titulado Fluidos y al Bloody Mary, preveo un próximo capítulo 199 muy escatológico. Como a nosotras nos gustan. Estamos rabiando porque llegue la fecha.
ResponderEliminar¿Quién dijo que la regla es sucia? ¡Mujeres al poder! Jajajaja
ResponderEliminarEstimado Motero, la respuesta está en el capítulo Fluidos
ResponderEliminarHe revisado el capítulo de fluidos y tiene sus luces y sus sombras
ResponderEliminarMuy bonito la parte de complicidad que dice Torco
Muy sucia la parte en que Mario se empeña en meterla en las drogas para hacer que aguante más sin tener ni idea de lo que se les viene encima un puto irresponsable parece mentira que sea todo un doctor psicólogo.
Estoy totalmente de acuerdo, fue una irresponsabilidad y creo de verdad que todavía no hemos llegado a ver todas las consecuencias de aquel ensayo demencial.
EliminarMario, el protagonista, ha lamentado por activa y por pasiva su conducta durante la Semana Santa. La historia habría sido otra si no hubiesen entrado en juego las drogas, ya lo sabemos, seguramente ni habria aparecido Tomas de nuevo ni se habría iniciado en la prostitución entre otras cosas. Lo que sí sabemos es que a pesar del lado malo, a tiempo de pandemia estaban juntos y felices.
EliminarNo se puede cambiar el pasado, se puede aprender de él y parece que aprendieron.
Yo soy incapaz de practicarle sexo oral a mi novia cuando está con la regla, no porque la regla me parezca sucia, sino porque soy aprensión a la sangre, me pongo malo, llegando a Marearme.
ResponderEliminarDespués de leer el capítulo de fluidos no puedo evitar sentir que Mario utilizo esa terapia para manipular a Carmen hasta conseguir lavar su cerebro y conseguir la Carmen que el soñaba.
ResponderEliminarFue premeritado por parte de Mario o vio la oportunidad y la aprovecho, de todas maneras fue muy turbio.
Y de vuelta el abogado defensor!!!. Podrán decir y tienen razón. Lo que ocurre que analizo el contexto donde esto ocurre. Puedes ser un psicólogo de renombre, pero estas en terapia con tu propia mujer y de alguna manera tu juicio y criterio está contaminado.
ResponderEliminarTe urge encontrar una solución al trauma que a ella la persigue desde hace tanto tiempo por lo ocurrido en su casa familiar. Y cuando se te están cerrando todos los caminos buscas una salida sin en esos momento sopesar los riesgos que ella puede acarrear.
También es cierto que todo esto no sucede en un consultorio donde tenés la comodidad y el tiempo suficiente para llevar adelante una terapia con todas las reglas. Ambos tomaron riesgos. Si estuvo bien, si estuvo mal. Había que actuar. Los seres humanos somos arquitectos de nuestro destino y esclavos de nuestras decisiones.
Lucia tiene razón, el camino se hace andando, desde el año 2000 hasta el año 2020 pasaron 20 años, veinte años para aprender y pulir esa nueva vida que Mario y Carmen iniciaron.
ResponderEliminarAunque hayamos leído 197 capítulos no dejan de ser dos teniendo iniciados y nadie aprende a andar en bicicleta sin caerse, el truco está en levantarse y seguir pedaleando.
Seguro que eso es lo que han hecho los dos, la verdad es que me gustaria poder ver por un agujero la evolución que hayan podido dar y poder comparar a la Carmen y Mario del 2000 con los del 2020.
Respecto a Guido, lo considero un miserable, le importa muy poco poner en predicamento a Carmen, para el solo es un coño donde desfogar o una boca que da placer, y muy bien por los comentarios que ha dicho en la grabación, y Carmen por los acontecimientos de las cámaras y grabaciones, está muy paralizada.
ResponderEliminarEntiendo que pueda sentirse intimidada, pero donde esta el carácter que tanto pregona, ella mimo lo dice le puede mas su forma violenta de follar, de que llegue a su ponto G de Guido como dice ella, de verlo se le mojaron las bragas, pero donde esta la congruencia. Ya dentro del departamento, le pone mucho el que la domine, que la cargue y de vueltas con ella ensartada.
Le puede mas el miedo y la calentura.
Por otro lado, el que a Carmen se la haya pasado la cita con el profesor Ojeda, indica que disfruto tanto la entrega de Mario cuando los vio follado, y después cuando se quedan solos la confesión de que le lame el culo a Guido, y posterior follada, los dejo exhaustos a los dos perdiendo la noción del tiempo.
Aquí Mario vuelve a ver a Carme en acción y lo desfruta mucho tanto que no le importo que el coño de Carmen estuviera lleno de semen de Guido, y este se deslindo de la situación dejandolos solos, pero Mario disfruto y hasta le comento que el se iría a otro cuarto con tal de seguir viendo o escuchando las aventuras de CARMEN.
Ya con Andrés en el hotel, me da la impresión que después de la cena va a ver algo entre ellos, o la llamada de Mario comentando lo de Diego, le hará ver las cosas de diferente manera. Esperamos el próximo capitulo que será muy pero muy interesante.
A ver cómo afronta Carmen la visita de Diego, y esperando que no ponga en mal a Carmen, ante Andrés.
Estimado Federico, en algún momento Carmen explicó que, después de Sevilla, no era la misma mujer que partió con su marido a ese congreso. Se podría decir que ella valora sus relaciones de una manera diferente y de acuerdo al amante de turno.
ResponderEliminarPero hay momentos donde esas relaciones le pueden jugar una mala pasada, como cuando encuentra a un cliente del Penta en una playa.
Es que, necesariamente está viviendo dos vidas muy diferentes. Por un lado para el resto de la sociedad es la Doctora Rojas con su prestigio ganado en su profesión. Paralelamente tiene sus relaciones, algunas esporádicas y otras más frecuentes como Ángel en el gabinete.
Definitivamente es una elección de vida, tanto de Mario como suya con los riesgos que esto pueda traer.
A veces me pregunto si no seria mas fácil para Carmen que todo se supiera, de esa manera no tendría que andar con pies de plomo, midiendo constantemente sus actos para que nadie se enterase de esa segunda vida que lleva a escondidas de todos.
ResponderEliminarPero porto vuelvo a caerme del guindo dándome cuenta que los humanos tenemos un lado oscuro y somos muy envidiosos, seguramente de saberse harían la vida imposible tanto a Carmen como a Mario.
He dejado macerando el cuento noventa y ocho, estoy a tope con el 199. Ahí va una muestra.
ResponderEliminar«—Por nosotros, por la nueva etapa que abre para el Penta con tu incorporación. Esta tarde serás oficialmente la nueve.
Decido intervenir.
—De eso precisamente queríamos hablar,
Carmen se me adelanta y toma la palabra.
—Lo he estado pensando y no quiero tatuarme, se lo he dicho a Mario y está de acuerdo conmigo —yo lo corroboré con un gesto—, no me gusta, nunca me ha gustado y estaría a disgusto con mi cuerpo para siempre. Si quieres, puedes hacerlo con henna cada vez que venga a trabajar para ti, queda casi igual, nadie va a notar la diferencia.
Diego la hizo callar con un gesto amable.
—De acuerdo, como quieras, es una lástima porque te quedaría mucho mejor… —detuvo a Curro con un gesto, parecía asombrado y a punto de decir algo que Diego le impidió.
—¿En serio?, ¿no te enfadas? —preguntó aliviada.
—Nena, no quiero obligarte a nada que no desees hacer.
Carmen lo abrazó efusivamente.
—Vale, vale, no te emociones, enseguida podrás demostrarme tu agradecimiento. Curro, mira a ver si ha llegado.»
Buen fin de semana.
Esto significaría que el encuentro de Carmen con Diego habría ocurrido sin poner en riesgo su ",otra vida" y que ella se comprometió a ir al Penta.
ResponderEliminarPor lo tanto la irrupción del poli corrupto habría ocurrido al conocer Tomás está situación.
Pues se va a liar parda.
EliminarNo me dejáis tomarme ni una cerveza tranquilo con la peña
ResponderEliminarNo me fio ni un pelo De Diego ese es capaz de decir cualquier cosa con tal de que se quede y cuando no esté Mario delante hacer lo que le salga de los cojones. Ojo con el
Hola a todos.
ResponderEliminarMe he acordado de repente de lo siguiente, y conste que todo el mérito, la iniciativa, la idea de lo del casting sobre los personajes del Diario, y más en concreto, con qué aspecto físico nos imaginamos a Carmen, es de Mario.
Leed lo siguiente. Publicado por mi en la página de TR en los comentarios del capítulo 122 (Diario de un Consentidor 122 Testimonio II) del 16 de junio de 2019:
"Sublime Mario.
Sublimes estos dos últimos capítulos (y toda la serie por supuesto).
Enhorabuena y no tengas prisa en terminar el diario, mientras mantengas este nivel.
LLevo once años ¡ONCE AÑOS!, esperando mes a mes tu nueva aportación.
Por cierto, quería proponer aquí en público lo siguiente:
Todos nos hacemos mentalmente una imagen, y la adecuamos seguramente a nuestros gustos, del aspecto de Carmen.
Ya sabemos por el primer capítulo del diario que es una mujer alta, morena, de ojos profundos y oscuros, delgada sin perder la formas, piernas largas, espalda muy recta ..... ¿Se podrian publicar aquí direcciones de páginas de alojamiento de fotografía en donde subamos nosotros mismos alguna foto de tal y como la imaginamos cada cual?.
Nada de pornografía ni poses explícitas. Simplemente fotografías naturales, vestidas o desnudas, pero elegantes y de buen gusto.
¿Por qué no ponerle cara a Carmen a la que solo conoce el autor en persona?
No sé si esto estará permitido por los moderadores o propietarios de Todorelatos, pero, en fin, ahí queda la propuesta.
Saludos a todos.
¿que me decís a esto? ¿eh?
Saludos a Mario y a todos.
Wiru, ya ves que tu deseo, de alguna manera siesta en vías de cumplirse. Por el momento lo he retirado, no lo planteé bien, pero no lo he descartado.
EliminarTomas esta vez si que se va a cabrear de verdad, Carmen es su empleada y a negociado un contrato a sus espaldas con alguien que podría ser un competidor, este vez si Tomas no despide a Carmen sera de puro milagro.
ResponderEliminarAlgo me dice que Diego va a terminar trabajando para Tomas le guste o no.
¿Diego amable, Diego acechando marcha atrás en su capricho? No me fio, querrá tenerla confiada y convencerla por las buenas o por las malas. Carmen vuelve de Sevilla con el tatuaje, me juego lo que queráis.
ResponderEliminarBruto.
ResponderEliminarBuenos días querido Cayo, te ha comentado alguien que tienes un puntito de sádico, pués eso, nadie dudamos de que tras tan gentil ofrecimiento Carmen sale con el lomo tatuado y Diego y Mario felices por distintos motivos, uno por orgullo y otro por morbo.
Sí sigues poniendo pildoritas de estas verás como nos tienes de entretenidos.
Apasionado, en verdad podes creer que Diego, dueño del Penta con 9 mujeres puede ser un competidor de Tomás. La furia de Tomás va a ser porque una hormiguita (Diego) osó interponerse en su camino y con su zapato se lo sacará de encima.
ResponderEliminarLucía, puede ser una estrategia para tener a Carmen con la guardia baja. El hecho de que el policía que viene a rescatarla, los encuentra en el despacho de Diego y a ella sin ropas seguramente para completar el trámite de dejarle la marca del 9.
Que Tomas va a aplastar a Diego no tengo ninguna duda, perohabia que darle un poquito de intriga al asunto jajaja.
EliminarDiego esta a capítulos de comprobar hasta donde está metiendo el pie en el charco.
ResponderEliminarOtra vez se me olvidó firmar mi comentario sobre los enlaces a fotos de 2019
ResponderEliminarLo siento. No volverá a ocurrir como dijo alguien muy famoso.
Wiru
¿Famoso es un apelativo metafórico, alegórico, estratégico o hipotético-deductivo?
EliminarYo hace unos capítulos estaba convencido de que Carmen se tatuaría, pero ya no lo tengo tan claro, Tomas es su jefe y su dueño, imaginaros que uno de los clientes de Tomas conoce el penta por pura casualidad, como deja a Tomas a ojos de ese cliente, tal vez una persona normal no le daría mas trascendencia, pero en las alturas que se mueven estos.
EliminarCuando entro en polémica lo del tatuaje en capítulos anteriores, sugerí, que el tatuaje podría ser removible, y sas, que es así como resultó ser, de acuerdo a el adelanto que Mario los dió.
ResponderEliminar¿dónde has visto algo que sugiera que se va a tatuar de modo no permanente? La palabra de Diego no vale nada, creo yo.
EliminarHe estado un poco perdida,por enfermedad (nada grave, solo una gripe que no se me cura y que mi esposo ya ha bautizado como la pandemia 2.0), ya comentaré el capítulo en un par de días.
ResponderEliminarY bueno, hablando de lo que hace Carmen con Guido y no con Mario, conozco una mujer, es madre de la mejor amiga de mi hija, que resulta ser actriz porno. Vive algunos meses en mi pueblo y es casi una celebridad aquí.
Tiene treinta y tantos años de casada y en una ocasión le pregunté si aplicaba, ejem, sus "experiencias laborales" en el lecho matrimonial y me contestó que no. Que en su casa todo normalito. Que no son "raritos" 😂
Mariale.
Cuando digo que Carmen se tatuaria quiero decir con un tatuaje permanente.
ResponderEliminarMe gusta la hipótesis de Apasionado de que un empresario amigo de Tomás le hablan de una "alemana" que trabaja en un local llamado Penta
ResponderEliminarLo ideal sería que él la vea y Carmen no . Él llama urgente a Tomás imponiendo lo de la novedad. Generalmente las tormentas y huracanes llevan nombre de mujer. Este tendrá nombre de varón: Tomas